Labor Parlamentaria

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

En el Orden del Día, corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en moción, que modifica la ley N° 20.898, que establece un procedimiento simplificado para la regularización de viviendas de autoconstrucción, en materia de plazo de vigencia y de valor del avalúo fiscal.

De conformidad con los acuerdos de los Comités Parlamentarios adoptados ayer miércoles, este proyecto se votará en esta sesión, sin discusión.

Diputado informante de la Comisión de Vivienda, Desarrollo Urbano y Bienes Nacionales es el señor Sergio Bobadilla .

Antecedentes:

-Moción, sesión 85ª de la presente legislatura, en 16 de octubre 2018. Documentos de la Cuenta N° 7.

-Informe de la Comisión de Vivienda, Desarrollo Urbano y Bienes Nacionales, sesión 109ª de la presente legislatura, en 11 de diciembre de 2018. Documentos de la Cuenta N° 29.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado informante.

El señor BOBADILLA (de pie).-

Señora Presidenta, en mi calidad de diputado informante de la Comisión de Vivienda, Desarrollo Urbano y Bienes Nacionales, paso a informar, en primer trámite constitucional y reglamentario, el proyecto de la referencia, de origen en una moción de las diputadas Camila Flores y Aracely Leuquén , y de los diputados René Alinco, René Manuel García , Pablo Kast y Andrés Longton .

La idea matriz o fundamental del proyecto de ley es ampliar la vigencia del plazo para que los propietarios de viviendas, que no cuenten con recepción definitiva, total o parcial, puedan hacer uso del procedimiento simplificado de regularización de viviendas de autoconstrucción, contemplado en la ley Nº 20.898, y especificar el avalúo que debe tener el bien de autoconstrucción para poder acogerse al beneficio de esta norma legal.

Antecedentes y fundamentos del proyecto

Tal como lo señalan los autores de la moción, la situación de la vivienda social en Chile ha sido un problema que se ha abordado desde hace varias décadas. Así, muchos gobiernos han desplegado sus acciones y ejecutado ambiciosos planes para dotar de vivienda a los sectores más desprotegidos de la población, y se ha señalado que estos planes y esta intención de abordar el problema de la vivienda social tendría, al menos, un siglo de antigüedad en nuestro país, caracterizando de paso a esta política pública como una de las más relevantes en la historia.

En paralelo a la acción del Estado, la provisión de vivienda social se ha entroncado con la motivación de erradicar la extrema pobreza en Chile y, consecuencialmente, los campamentos, ofreciéndoles una opción de vivienda digna y salubre. Así es como surgen importantes iniciativas desde la sociedad civil, como la organización Un Techo para Chile, actualmente denominada Techo, la que ha sido un aporte inconmensurable en la cooperación para resolver este problema social. Lamentablemente, según sus cifras, el número de campamentos existentes en el país y el número de familias viviendo en ellos ha ido al alza durante, al menos, los dos últimos años.

Una tercera forma, no menor, es la propia acción de las personas para la superación de sus condiciones de vivienda. En muchas situaciones, se erigen construcciones de manera informal, vale decir, sin contar con las respectivas autorizaciones, fiscalización y recepción por parte de las direcciones de obras de los municipios en donde estas edificaciones están emplazadas, lo que de todas maneras hace valederos los esfuerzos de personas y familias por mejorar su calidad de vida y de habitabilidad.

En el contexto recién descrito, desde el año 2008 se ha legislado para que las personas y las familias que se encuentran en una situación de habitar una vivienda de autoconstrucción, es decir, construida sin haber obtenido permiso total, parcial o definitivo de edificación o de recepción de obras, puedan regularizar esa situación en dos sentidos:

En primer lugar, ajustar su vivienda a estándares mínimos de habitabilidad, seguridad y condiciones con el entorno, y, en segundo término, legalizar la existencia material de su propiedad en términos de impuestos, domicilio y otros.

Así se dictó la ley N° 20.251, que estableció un procedimiento para regularizar la situación de estas construcciones y obtener, ante la respectiva dirección de obras municipales, la recepción definitiva.

En 2014, se dictó la ley N° 20.671, que amplió el plazo para acogerse a dicha posibilidad de regularización hasta junio de 2016.

Por último, en atención a que a la fecha de expiración de este beneficio aún restaban muchas viviendas por regularizar, se dictó una última ley de ampliación de vigencia, por lo que se generó un nuevo plazo, que vence el 4 de febrero de 2019.

Cabe hacer notar que en las sucesivas modificaciones del procedimiento de regularización de viviendas de autoconstrucción variaron los requisitos para acogerse al mismo: se perfeccionaron los estándares de seguridad, higiene, habitabilidad y otros; se flexibilizaron los requisitos de avalúo y procedencia para que una construcción obtenga la autorización, y se extendieron a construcciones con fines comerciales, para beneficiar a familias y microempresarios que ya han levantado sus negocios y emprendimientos.

La legislación aplicable al respecto ha sido siempre transitoria, pues se contempla un plazo de vencimiento de vigencia, lo que obliga a dictar nuevas leyes para extender la aplicación del beneficio y regularizar las viviendas en comento.

Por otra parte, los autores del proyecto hacen presente que, en zonas extremas y rurales, la autoconstrucción es más recurrente, haciéndose más complejo y costoso el acceso al beneficio de regularización, ya que las personas deben cumplir requisitos y trámites en zonas distantes y, muchas veces, carentes de los servicios que se requieren para acceder a la autorización, como la confección de planos, certificación y trámites ante el municipio.

Por consiguiente, resulta plausible prorrogar nuevamente el plazo de vigencia del beneficio, permitiendo un mayor acceso al mismo, con énfasis en las regiones extremas y sus habitantes.

En términos adicionales, resulta también oportuno especificar que el avalúo que debe tener el bien de autoconstrucción para acogerse al procedimiento de regularización excluye el valor del terreno en el cual se encuentra emplazado. Esto último especifica la situación de viviendas o construcciones ubicadas en terrenos de mayor extensión y permite ampliar el abanico de beneficiarios del mecanismo.

Contenido del proyecto de ley

El proyecto de ley propone modificar la ley N° 20.898 a fin de ampliar el plazo para que los propietarios de viviendas que no cuenten con recepción definitiva puedan hacerlo, y se mantiene el valor de los avalúos vigentes a la época de publicación de la norma legal que se modifica.

Principales ámbitos discutidos en el seno de la comisión

Durante la discusión en general, en conjunto con otras que tienen el objeto de ampliar el plazo para la regularización de viviendas, pero, además, reducir las exigencias contenidas en la ley N° 20.898, se recibió la opinión de los jefes de la División Técnica y del Departamento de Tecnología del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y del asesor legislativo de dicha cartera. También se escuchó al asesor urbanista de la Municipalidad de Viña del Mar, al exasesor urbanista de la Municipalidad de Cerro Navia, al exjefe de la División de Política Habitacional del Minvu y al administrador municipal de Cunco. Todos concordaron en la necesidad de legislar a la brevedad para prorrogar la vigencia de la ley, a lo menos, por tres años.

Los invitados hicieron presente que este proyecto va en beneficio directo de las personas que deben regularizar viviendas y acceder a los subsidios del Estado a viviendas en situación irregular.

En la comisión se destacó el caso de Aysén, donde a principios de año no había viviendas para poder aplicar subsidios debido a la falta de regularización de las mismas, pero gracias a la “ley del mono” se pudo, lo que ha generado el movimiento necesario para entregar los respectivos subsidios.

Respecto del avalúo de la vivienda, se expresó que la actualización del Servicio de Impuestos Internos dejó muchas viviendas fuera del rango de aplicación de la ley para acceder a los subsidios, por lo que deben mantenerse los valores que contempla la norma legal o, en su defecto, aprobar la propuesta del proyecto iniciado en moción, en orden a aplicar el avalúo respecto de lo construido y no considerar el terreno.

Asimismo, se planteó que para aquellos casos en que no se pueda regularizar a través de la “ley del mono”, se podría pensar en un proyecto de ley posterior que permita regularizar aquellas viviendas de autoconstrucción que no cumplen los requisitos actuales, incluidas aquellas construidas en fecha anterior a 2016.

Votación en general y en particular del proyecto

Luego de un breve debate, los miembros de la comisión aprobaron en general el proyecto de ley. Se formuló una indicación sustitutiva que se limita a prorrogar el plazo de vigencia de la “ley del mono” por tres años, hasta febrero del 2022, y a considerar, para efectos de acogerse a sus beneficios, el avalúo vigente a la fecha de publicación de la ley N° 20.898, tanto para las viviendas de hasta 1.000 unidades de fomento de que trata el artículo 1°, como para aquellas de hasta 2.000 unidades de fomento a que se refiere el artículo 3° de la referida ley.

En definitiva, la comisión, compartiendo los objetivos y fundamentos considerados en el proyecto, así como las opiniones de los invitados, procedió a aprobar en general y en particular la iniciativa por unanimidad, gracias al voto de diez diputados.

Votaron a favor las diputadas Natalia Castillo y Érika Olivera , y los diputados Sergio Bobadilla , Fidel Espinoza, René Manuel García , Carlos Abel Jarpa , Iván Norambuena , Guillermo Teillier , Osvaldo Urrutia y Gonzalo Winter .

Por las consideraciones expuestas, solicito a la Sala aprobar el presente proyecto.

Es todo cuento puedo informar.

He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en mensaje, sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

De conformidad con los acuerdos adoptados el miércoles 16 de enero por los Comités Parlamentarios, el proyecto se votará en la presente sesión.

Diputados informantes de las comisiones de Familia y Adulto Mayor, y de Hacienda son la señorita Karol Cariola y el señor Patricio Melero , respectivamente.

Antecedentes:

-Mensaje, sesión 118ª de la legislatura 364ª, en 10 de enero 2017. Documentos de la Cuenta N° 1.

-Informe de la Comisión de Familia y Adulto Mayor. Documentos de la Cuenta N° 6 de este boletín de sesiones.

-Informe de la Hacienda. Documentos de la Cuenta N° 4 de este boletín de sesiones.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada informante de la Comisión de Familia y Adulto Mayor.

La señorita CARIOLA, doña Karol (de pie).-

Señor Presidente, en primer lugar, saludo a la ministra Isabel Plá , quien se encuentra presente en la Sala.

En representación de la Comisión de Familia y Adulto Mayor, me corresponde informar sobre el proyecto de ley, en primer trámite constitucional y primero reglamentario, iniciado en mensaje de la entonces Presidenta de la República, sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Las ideas matrices del proyecto consisten en mejorar las respuestas institucionales a las víctimas de violencia en el contexto extrafamiliar, tanto a las mujeres como a otras personas que se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad; regular las distintas formas que adopta la violencia contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes, personas adultas mayores y personas en situación de discapacidad, y contribuir a la generación de un cambio cultural que logre la igualdad entre hombres y mujeres, y el fin de las relaciones de subordinación que estas padecen, raíz de la violencia de género.

El mensaje señala que la violencia contra las mujeres no es un fenómeno nuevo en nuestro país. Muy por el contrario, es quizá el reflejo más duro de una cultura discriminatoria que valida relaciones históricamente asimétricas entre hombres y mujeres, marcadas por el abuso. Como país, debemos enfrentar con fuerza este problema largamente arrastrado y de difícil solución.

Según se indica en el mensaje, nuestra legislación necesita tener una mirada más amplia de la violencia contra las mujeres y dejar en evidencia que este no es un problema entre particulares, sino más bien el reflejo de una estructura social y cultural discriminatoria contra las mujeres. Su condición estructurante determina que la violencia contra ellas afecte a todas, sin distinguir clase social, capacidad económica, nivel educacional, edad, pertenencia a pueblo originario, orientación sexual, religión u otra condición territorial o social.

De igual manera, el proyecto de ley hace explicito que la violencia contra las mujeres no solo se limita a la manifestación física, sino que también adopta formas de control de naturaleza psicológica, económica, sexual e, incluso, simbólica. Todas esas formas de violencia les afectan y les impiden gozar plenamente de sus derechos fundamentales.

Este proyecto de ley responde al compromiso del Estado de Chile con los tratados internacionales sobre derechos humanos, en particular la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención Belém do Pará. Se ha considerado también la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la cual, aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1979, ha sido un instrumento pionero en alertar a la comunidad internacional sobre las múltiples formas de discriminación que sufren las mujeres y en marcar una hoja de ruta para avanzar hacia una igualdad real entre hombres y mujeres. Asimismo, se han tenido en cuenta las recomendaciones y observaciones de diversos organismos internacionales especializados.

Si bien el proyecto inició su tramitación durante el gobierno de la Presidencia Michelle Bachelet Jeria , continuó durante el presente año bajo el mandato del Presidente Sebastián Piñera Echenique . En principio fue remitido a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, pero posteriormente, por acuerdo de la Sala, se entregó su conocimiento íntegro a la Comisión de Familia y Adulto Mayor. Cabe destacar que todavía no estaba constituida la Comisión de Mujeres y Equidad de Género, donde también podría haber sido tratado el proyecto.

En esta tarea, la comisión recibió la opinión de las autoridades de gobierno y de representantes de organizaciones y especialistas, quienes, en lo sustancial, plantearon que la violencia contra las mujeres es el reflejo más duro de una cultura discriminatoria que valida relaciones históricamente asimétricas entre hombres y mujeres. Sin embargo, por muchos años nuestra legislación no ha identificado la violencia contra las mujeres como un problema de derechos humanos en todas sus manifestaciones, entendiendo que se dan tanto en el ámbito privado como en el público, sino que se ha centrado en concebirla como un fenómeno privado perteneciente a lo doméstico o a las relaciones de pareja. Es así como el hecho de que el reconocimiento de la violencia contra las mujeres se halle acotado al espacio privado ha determinado que la respuesta que el Estado ofrece a las víctimas sea deficiente e insuficiente.

Durante el primer período de tramitación, la entonces ministra de la Mujer y la Equidad de Género señora Claudia Pascual Grau indicó que el Ejecutivo tuvo la intención de avanzar lo más rápidamente posible en este proyecto de ley, el que es resultado de la participación de una multiplicidad de actores, y que en vista de la gran cantidad de indicaciones presentadas por parlamentarios y parlamentarias y el Ejecutivo, los integrantes de la comisión estuvieron de acuerdo en otorgar un plazo para estudiarlas.

En su exposición, la entonces ministra indicó que existen espacios o ámbitos en los cuales las mujeres viven violencia que la legislación no cubre y, por tanto, esas víctimas no reciben protección del Estado, ni los ofensores u ofensoras, castigo.

Por otro lado, la legislación actual, al no reconocer en la violencia contra las mujeres un fenómeno cultural complejo, no asume el desafío de generar un cambio cultural como principal herramienta de prevención contra la violencia.

En razón de lo anterior y con el propósito de hacerse cargo de la creciente sensibilidad que la ciudadanía ha manifestado en torno a la violencia contra las mujeres, presentamos el proyecto de ley sobre “el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia”.

Respecto de la forma en que se elaboró el proyecto de ley, manifestó que la iniciativa surgió a partir de los diagnósticos realizados en conversatorios con organizaciones de la sociedad civil en las quince regiones del país, así como de la participación del entonces Servicio Nacional de la Mujer en la “Comisión de Nudos Críticos y Fortalezas de la ley N° 20.066”, teniendo en cuenta las debilidades de la legislación vigente indicadas por diversas instancias, como la Comisión de Análisis de la Ley Nº 20.066 -ley que establece el plan nacional de acción contra la violencia-, que contó con la participación de más de treinta instituciones, distintos centros de estudios, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, así como también el informe de evaluación de la ley Nº 20.066, publicado en 2015 por el Comité de Evaluación de la Ley de la Cámara de Diputados. Así, este proyecto da cumplimiento al compromiso contraído por la entonces Presidenta de la República señora Michelle Bachelet en su programa de gobierno.

Continuó indicando que este proyecto tiene dos objetivos fundamentales: primero, favorecer la generación de un cambio cultural que ponga fin a la desigualdad entre hombres y mujeres, que se encuentra en la raíz de toda violencia entre hombres y mujeres. Para esto, el proyecto, entre otras modificaciones relevantes, asigna obligaciones a diversos organismos del Estado y reconoce las distintas manifestaciones que tiene la violencia.

Segundo, mejorar las respuestas que el sistema ofrece a las víctimas de violencia intrafamiliar. En este ámbito se apunta no solo a las mujeres, sino también a otras personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad al interior de la familia, como los adultos mayores, las personas con discapacidad y los niños y niñas.

Durante el período parlamentario anterior, la comisión aprobó el proyecto en general por unanimidad, y se avanzó en la discusión y votación en particular, llegando hasta el artículo 8 del mensaje.

Una vez finalizado el período parlamentario que se inició en 2014, en marzo de 2018 se constituyó la Comisión de Familia y Adulto Mayor, la cual, como consecuencia del diálogo que se sostuvo con la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, señora Isabel Plá , tomó el acuerdo, por unanimidad, de reabrir el debate desde el artículo 1.

En la sesión celebrada el 2 de mayo de 2018, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género señaló que el gobierno tiene un compromiso férreo contra la violencia que sufren las mujeres, y por lo mismo se encuentra convencida de que, aun existiendo diferencias, hay un piso mínimo que todos los sectores políticos compartimos: que tanto hombres como mujeres tienen la misma dignidad y derechos.

Lo anterior se traduce en varias cosas, destacando en particular una: que el Estado debe hacerse cargo de la violencia que sufren miles de mujeres, toda vez que la mujer es sujeto de derechos humanos. Por lo mismo, siendo uno de los pilares fundamentales del programa del gobierno terminar con la violencia contra la mujer, la primera medida que se estipuló dentro de este pilar es justamente impulsar el proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Entonces, no es casualidad que el Presidente Piñera le haya asignado urgencia a esta iniciativa, que fue ingresada por la entonces Presidenta Michelle Bachelet .

Como indica su título, el proyecto propone una ley marco en materia de violencia contra la mujer, estableciendo firmemente el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, mediante la prevención de la violencia contra las mujeres, así como medidas en atención a la protección de las mujeres víctimas de violencia, y garantizando el acceso a la justicia por parte de ellas.

En concreto, la propuesta consiste en la creación de una ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, compuesta por 31 artículos permanentes, distribuidos en los siguientes cuatro títulos: I. Objeto de la ley y definiciones generales, II. De la prevención de la violencia contra las mujeres, III. De la protección y atención de las mujeres víctimas de violencia, y IV. Acceso a la justicia. Además, se incluye una disposición transitoria.

Entre los aspectos más relevantes contemplados en los artículos 1 al 27, destaca la definición de violencia contra las mujeres como una “manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres” (Convención de Belém do Pará), reconociendo sus distintas formas y los ámbitos en que puede ejercerse, ampliando las concepciones actuales de nuestro ordenamiento jurídico.

Además, incluye un amplio catálogo de deberes para distintos órganos del Estado, que tendrán que adoptar las medidas apropiadas en favor del cumplimiento de los objetivos y disposiciones de esta ley en proyecto, según sus competencias y disponibilidad presupuestaria.

En tal sentido, se regula el deber de prevención de la violencia contra las mujeres, enfatizando las medidas pertinentes en el ámbito de la educación, en la labor de los medios de comunicación y, en general, todas aquellas que favorecen un cambio cultural conducente a superar la violencia contra las mujeres.

Por su parte, la protección y atención de las mujeres frente a la violencia genera obligaciones generales y particulares, especialmente en el ámbito de la salud, la educación y los deberes de protección que tienen los policías y fiscales. Por ello, el título sobre acceso a la justicia establece normas aplicables a diversos procedimientos en que las mujeres tienen la condición de víctimas de violencia, dentro o fuera del contexto intrafamiliar.

Se amplía la facultad del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género en dos sentidos: aumenta el abanico de casos en que puede asumir el patrocinio y representación de las mujeres víctimas de violencia, y se le permite deducir querella en casos de femicidio.

Luego, el artículo 28 contiene una serie de modificaciones a la ley N° 20.066, que establece la Ley de Violencia Intrafamiliar, ampliando su objeto a prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, pero también todas las formas y manifestaciones de violencia que se ejercen dentro del espacio doméstico, de las familias y de las relaciones de pareja, otorgando protección efectiva a quienes la sufren.

Se amplía la competencia de los ministerios para participar prioritariamente en el cumplimiento de los objetivos de esta ley, transversalizando las acciones referidas a violencia intrafamiliar, además de ampliar la definición de violencia intrafamiliar.

Se agregan normas para quienes ejercen jurisdicción, incluyendo reglas que hacen prevalecer el interés superior del niño o niña, aun cuando no sean la víctima directa, tratándose de hechos de violencia entre los integrantes de la familia.

Se modifican las normas que reglan la suspensión condicional del procedimiento, adoptando una serie de medidas cuyo objetivo principal es cautelar la seguridad de la víctima.

Todo lo anterior es coherente con lo propuesto por el Ejecutivo en la tramitación legislativa de los boletines Nos 9279-07, 9849-07, 9877-07, 9904-07, 9908-07 y 9435-18, refundidos, que modifican el Código Penal, el Código Procesal Penal y el decreto ley Nº 645, de 1925, sobre el Registro General de Condenas, destinados a aumentar la penalidad y demás sanciones aplicables para el caso de delitos cometidos en contra de menores y demás personas en estado vulnerable.

El artículo 29 contempla modificaciones a la ley N° 19.968, que crea los Tribunales de Familia, destinadas a dar un correlato en el ámbito procedimental para las modificaciones de carácter sustantivo efectuadas a la ley N° 20.066.

El artículo 90 elimina la norma que actualmente regula las contiendas de competencia entre un tribunal de familia y el Ministerio Público o un juzgado de garantía.

Se introduce un nuevo inciso segundo al artículo 93 para establecer el expreso deber del tribunal de familia de comunicar las medidas cautelares decretadas, inmediatamente y por los medios más expeditos posibles, tanto a Carabineros de Chile como al Ministerio Público, además de notificar la medida cautelar al ofensor, cautelando que se resguarde la seguridad de la víctima, siendo posible requerir el auxilio de la fuerza pública.

Se establecen limitaciones para el sometimiento de las partes a mediación, tratándose de casos en que ha existido violencia o cuando existan medidas de protección o cautelares vigentes entre las partes.

Asimismo, se elimina el inciso final del artículo 369, que permite que los procedimientos incoados para perseguir delitos sexuales terminen a requerimiento del ofendido, cuando el ofensor sea el cónyuge o conviviente, pues esto normalmente responde a presiones o temores.

En relación con el abuso sexual cometido contra personas mayores de 14 años, se propone agregar un inciso tercero en el artículo 366, para sancionar dichas acciones sin necesidad de que haya existido violación o estupro.

Además, se agregan al Código Penal figuras que dan cuenta de realidades hasta hoy no cubiertas por nuestro ordenamiento jurídico. Entre ellas, destaca el artículo 494 ter, que regularía el acoso sexual sin contacto corporal como falta, por ejemplo, captación de registros audiovisuales de alguna parte del cuerpo de otra persona, sin consentimiento y con fines primordialmente sexuales, hostigamiento mediante actos o expresiones verbales de carácter sexual, u otros similares. Y con el mismo propósito, se incorporaría un nuevo artículo 161-C, que sancionaría la difusión no consentida y por cualquier medio de imágenes o videos de otra persona mayor de 18 años, obtenidos con su anuencia en un lugar que no sea de libre acceso al público, cuya divulgación menoscabe gravemente la intimidad de la víctima.

Finalmente, el artículo 31 del proyecto de ley modifica el artículo 5° del decreto ley N° 3.500, regulando mejor algunos aspectos vinculados con la pensión de sobrevivencia, mediante un nuevo inciso tercero, que quita la calidad de beneficiario a la persona que, perteneciendo al grupo familiar del o la causante, haya sido condenada por el homicidio de este o esta.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado informante de la Comisión de Hacienda.

El señor MELERO (de pie).-

Señor Presidente, por su intermedio saludo de manera muy especial a las ministras Isabel Plá y Pauline Kantor , y a las delegaciones que nos acompañan hoy en las tribunas.

En nombre de la Comisión de Hacienda, paso a informar, en lo que respecta a la incidencia en materia financiera o presupuestaria del Estado, sobre el proyecto de ley, originado en mensaje de la entonces Presidenta de la República, señora Michelle Bachelet Jeria , sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

La iniciativa ingresó a tramitación el 5 de enero de 2017 y fue informada, en primer trámite reglamentario, por la Comisión de Familia y Adulto Mayor.

Expusieron ante la Comisión de Hacienda el subsecretario de Hacienda, señor Francisco Moreno Guzmán , y la subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género, señora Carolina Cuevas Merino .

La idea matriz de la iniciativa consiste, por una parte, en plasmar en la ley -con las debidas herramientas legales y judiciales que mejoren la respuesta institucional a las víctimas- las manifestaciones crecientes de la ciudadanía de rechazo y sensibilidad ante la violencia en todas sus formas que sufren las mujeres, tanto en el ámbito de su vida privada como pública, que les impiden gozar plenamente de sus derechos fundamentales, y, por otra, en generar marcos de prevención, de formación y de cultura ciudadana que permitan transmitir principios de igualdad entre hombres y mujeres, reconociendo sus diferencias.

Sobre la materia, ha habido avances en prevención, protección y sanción de la violencia de género, aprobados por el Congreso, entre los que cabe destacar las primeras respuestas legislativas: la creación del Servicio Nacional de la Mujer, en 1991; la reforma constitucional que reconoció la igualdad ante la ley de hombres y mujeres; la justicia especializada de familia, en 2004; la Ley de Violencia Intrafamiliar que tipificó el delito de maltrato habitual; la ley N° 20.480, de 2010, que establece el femicidio, y la ley N° 20.820, de 2015, que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, que diseña, coordina y evalúa políticas y programas para promover la equidad de género y eliminar formas de discriminación contra las mujeres.

Desde 1991 hasta la fecha, tenemos una abundante legislación en materia de derechos de la mujer y equidad de género, y este nuevo proyecto avanza aun más en sancionar la violencia contra ellas.

En cuanto al efecto del proyecto sobre el presupuesto fiscal, la Comisión de Hacienda conoció el informe financiero elaborado por la Dirección de Presupuestos, que fue adjuntado al proyecto al momento de su ingreso, el 15 de enero de 2017, y a solicitud de la Comisión de Hacienda fue actualizado. La Dirección de Presupuestos precisó que, para actualizarlo a pesos de 2019, se utilizaron factores anuales de 2,5 por ciento de aumento para 2017 y de 2,4 por ciento para 2018, lo cual dio como resultado la siguiente actualización de costos, en pesos de 2019.

En materia de acciones que se van a llevar adelante, se aborda en primer lugar la atención de violencia en el sistema de atención primaria de salud, para lo cual se considera un aumento de cobertura anual de 22.811 casos de población femenina, en programas de violencia en la red nacional de salud primaria. Eso sería ejecutado por el Ministerio de Salud y su costo en moneda de 2019 sería de 1.751.905.000 pesos.

En la acción de acompañamiento de víctimas de violencia y seguimiento de casos se considera un profesional por región. El órgano encargado del Estado sería el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y su costo ascendería a 403.141.000 pesos.

Por último, en la acción de atención de víctimas en los contact center para seguimiento de víctimas de violencia y ampliación de medidas de protección autónoma, que aumentará la cobertura de mujeres atendidas por las unidades regionales de atención a víctimas y testigos, que ejecutará, como corresponde, el Ministerio Público, el costo sería de 314.880.000 pesos, lo que implicaría destinar al presupuesto de 2019 la suma de 2.469.926.000 pesos, algo más de 100 millones de pesos por sobre lo considerado en el proyecto original ingresado en 20162017.

Los integrantes de la Comisión de Hacienda coincidimos en señalar que se trata de un proyecto positivo, que le hace bien a Chile, al mejorar los estándares de prevención, de protección y de atención de la violencia contra las mujeres, y necesario en la medida en que apunta, fundamentalmente, a educar a la sociedad, toda vez que la violencia abarca los más diversos ámbitos, tanto de índole público como privado, lo que reconoce el propio proyecto de ley.

Por su parte, la diputada Natalia Castillo , presente en la sesión y Presidenta de la Comisión de Familia y Adulto Mayor, indicó que esta iniciativa incluso podría reportar beneficios fiscales a partir de las multas que establece para determinadas conductas que incorpora en el Código Penal, lo cual fue aprobado por la comisión en cuanto tuvo en vista su incidencia presupuestaria.

En definitiva, los integrantes de la comisión, señores Pepe Auth , Andrés Celis , en calidad de reemplazante; Giorgio Jackson , Carlos Kuschel , Pablo Lorenzini (Presidente), José Miguel Ortiz , Leopoldo Pérez , Guillermo Ramírez , Marcelo Schilling , Gastón von Mühlenbrock y quien habla, Patricio Melero , aprobamos por unanimidad y en los mismos términos propuestos las materias sometidas a nuestro conocimiento.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

En discusión el proyecto.

Tiene la palabra la diputada Ximena Ossandón .

La señora OSSANDÓN (doña Ximena).-

Señor Presidente, hoy leí en un diario que el 57 por ciento de las mujeres considera que la violencia contra ellas ha aumentado. En cambio, solo el 39 por ciento de los varones encuestados cree que eso ha sido efectivamente así.

Lo curioso de esa encuesta, que consideró un universo de 800 personas, es que los jóvenes hoy son más sensibles al tema de la violencia contra la mujer que los que son mayores.

A mi juicio, la siguiente pregunta es muy relevante: ¿Por qué se da este fenómeno? Tal vez porque en nuestra generación, muchas veces y por largos años, hemos normalizado situaciones de violencia que, como bien se ha dicho, tiene muchas caras: psicológica, física, laboral, ginecológica, etcétera. Creo firmemente que debemos terminar con esa injusticia.

Tenemos igual dignidad que los hombres, ni más ni menos. Somos complementarios y tenemos derecho a desarrollar libremente -repito: libremente- todas nuestras potencialidades.

El Estado y las empresas pierden cuando dejan a una mujer de lado. ¿Por qué es tan difícil, por ejemplo, que las mujeres entren en el ámbito laboral? Porque desde hace un tiempo, y hasta hace poco, las empresas han creado su modelo de negocios solo pensando en “él” y han dejado a “ella” afuera. De tal forma, se pierden las capacidades y las potencialidades que tenemos las mujeres.

Hombres -ojalá muchos intervinieran en esta discusión-, no hay nada más cobarde que maltratar a una mujer. No tengamos miedo a propiciar espacios para las mujeres. Un país que quiere vivir en paz y armonía trata bien a sus mujeres.

Podemos votar, firmar convenciones internacionales, pero, si no nos convencemos del alma, no cambiaremos esta triste realidad. Hombres y mujeres, juntos -porque somos recíprocos-, tenemos una gran tarea.

Es notable que hoy estemos legislando sobre el derecho de la mujer, entendida en todas las etapas de su vida, a vivir libre de violencia. Es notable y doloroso a la vez saber -o no saber exactamente- cuántas mujeres han padecido, muerto o vivido bajo la violencia a lo largo de nuestra historia.

Este es un gran desafío, mucho más grande que el de otros proyectos, mucho más grande, incluso, que el de una reforma tributaria, que se puede cambiar con el tiempo, porque debemos hacer un cambio cultural desde el seno de nuestras familias. Mientras más hombres y mujeres se convenzan de que ni hombres ni mujeres deben vivir bajo la violencia, más avanzaremos como sociedad y como Estado.

Invito -estoy segura de que todos vamos a votar a favor, pero que no sea solo por votar, sino por convicción- a que apoyemos este proyecto, porque sabemos que las leyes no terminan cambiando la cultura, pero sí van pavimentando de a poco el camino para ello. Así terminaremos con esta tremenda injusticia que existe hoy en día contra las mujeres. He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Emilia Nuyado .

La señorita NUYADO (doña Emilia) .-

Señor Presidente, el proyecto que se discute hoy en la Sala es muy relevante para prevenir y, además, actuar en hechos de violencia contra las mujeres.

Quiero detenerme en las mujeres rurales. Si la violencia contra la mujer tiende a invisibilizarse en muchos espacios, en el mundo rural esa realidad es aún mucho más difícil. Muchas mujeres campesinas y que provienen de pueblos indígenas están materialmente aisladas y psicológicamente silenciadas, sin tener a nadie que las pueda ayudar cercanamente.

Las pocas mujeres que se atreven a denunciar, después de pasar por el proceso de dejar de naturalizar los actos de violencia, pueden obtener una medida cautelar, pero para muchas de ellas es solo un papel, cuyo contenido es muy difícil de cumplir en la práctica. La lejanía, la falta de redes de telefonía celular en ciertos lugares y la falta de recursos ni siquiera les permiten salir a la ciudad a realizar sus tratamientos psicológicos o a seguir los procesos judiciales. Es ahí donde necesitamos más recursos del Estado, porque tener un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género sin recursos suficientes para ejercer sus funciones es preocupante y no nos ayuda a resolver este problema. Por ello, considero que, como diputadas y diputados, tendremos una gran labor que realizar cuando se discuta el proyecto de ley de presupuestos, después de aprobada esta iniciativa.

En las zonas rurales necesitamos programas especiales del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Además, es fundamental el rol del Ministerio de Salud y el de los municipios, que por medio de postas y hospitales interculturales pueden hacer un trabajo más efectivo en red. Pero debe hacerse con la pertinencia que demanda el territorio y relacionado con los pueblos indígenas que lo habitan.

Las mujeres de la mesa rural de la provincia de Osorno recorren voluntariamente el territorio para dar charlas de prevención. Como señaló la diputada que me antecedió en el uso de la palabra, esto tiene que ver con un nivel de conciencia y con una mejor relación en la familia, en la comunidad y en el espacio en el que cada uno de nosotros habita.

Se requiere que, a través de este programa, y ojalá también desde el Indap, se hagan las coordinaciones necesarias para permitir que las mujeres rurales puedan liderar sus procesos y comentar, desde sus experiencias, las que se atrevieron a denunciar, las que por fin hoy tienen la posibilidad de alzar la voz y decir que se sienten mujeres libres, libres de violencia y son respetadas en su hogar.

Por lo tanto, con la mirada que proviene de la realidad, solicito revisar los programas con el Indap, tanto el Programa de Desarrollo Local (Prodesal) como el Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI).

Valoro la Mesa de la Mujer Rural de la Región de Los Lagos, conocida por el intendente, por el gobernador, por el director regional del Indap y por el director nacional de esta institución.

Es necesario acompañar a las mujeres en ese proceso; es necesario generar una política pública efectiva de prevención y de acompañamiento para las mujeres víctimas de violencia.

Con mucho dolor quiero decir que en la madrugada del lunes 14 de enero, una mujer del territorio de Pichilcura, provincia de Osorno, Región de Los Lagos, fue asesinada con nueve estocadas proferidas por su esposo, su compañero, quien debiera haber sido su complemento. Como consecuencia de este hecho, tres hijos han quedado sin madre.

Las indicaciones que se presenten y las medidas que se planteen respecto de este proyecto de ley deben permitir que los hijos e hijas cuenten con el apoyo correspondiente.

Por otro lado, también me detendré en la violencia que en muchas oportunidades ha provenido del Estado. Me referiré a Lorenza Cayuhán , una mujer mapuche que, por ciertas situaciones complejas, estaba en la cárcel cuando tuvo que dar a luz, y lo hizo engrillada. Espero que nunca más una mujer en Chile, cualquiera sea su origen racial, sea discriminada como ocurrió con Lorenza.

Es importante incorporar la pertinencia cultural y el respeto hacia las mujeres, tanto de parte de su compañero, esposo y familia, como también del Estado.

He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Jorge Sabag .

El señor SABAG.-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la señora ministra y a la señora subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género.

Como primer varón que interviene en este debate, quiero señalar que valoro profundamente este proyecto, porque constituye un paso gigantesco para prevenir y sancionar la violencia de género en contra de la mujer.

Se trata de una iniciativa que hemos esperado por mucho tiempo, cuya tramitación se inició en el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet , con la ministra Claudia Pascual , con quien tuvimos también bastante interacción, y ha venido avanzando en el presente gobierno con la ministra Isabel Plá .

Si bien son pocos los cambios que propone este proyecto de ley, son significativos, profundos y apuntan en la dirección correcta.

En el artículo 26 se disponen reglas especiales para los procedimientos judiciales en los casos de violencia sexual, por ejemplo la prohibición de indagar la conducta sexual previa de la víctima o considerar el tiempo transcurrido entre los hechos y la denuncia, así como el derecho de las mujeres víctimas de violencia sexual a que se resguarde su intimidad y privacidad.

Muchas veces, la mujer no ratificaba la denuncia por miedo a represalias. Ahora no será necesario que la ratifique, porque será el juez, un tercero, quien podrá hacerlo, y eso es un avance para que continúen las investigaciones y no terminen porque la mujer tuvo miedo y no pudo ratificar la denuncia. Consideramos que ese es un avance muy significativo que permitirá que los culpables, los responsables de esa violencia, den la cara y así avancemos en esta materia.

Del mismo modo, se modifica el sistema previsional regido por el decreto ley Nº 3.500, de 1980, para impedir que el autor del femicidio de su pareja pueda verse beneficiado con la pensión de sobrevivencia.

Se trata de medidas de sentido común, pero que la experiencia nos indica que no siempre son tomadas en cuenta y, por tanto, es positivo plasmarlas en una ley.

Valoro también que se haya incluido todo tipo de violencia contra la mujer, ya que durante la tramitación de este proyecto ocurrieron femicidios en el pololeo, los cuales no pudieron ser sancionados, porque las relaciones de pololeo no estaban consideradas como violencia intrafamiliar. Esta ley recoge esa realidad, la de personas que, sin convivir, son víctimas de violencia proveniente de su pareja.

Posiblemente nos hemos demorado mucho en la tramitación de este proyecto y la realidad nos indica que hay que hacer modificaciones a su texto, pero si va a consolidarse como una ley marco en todo lo relativo a la violencia contra las mujeres, es posible que sea conveniente tomarse el tiempo necesario para legislar bien, sin preocuparnos de la contingencia.

Valoro lo que señaló la diputada Emilia Nuyado , pues la violencia contra la mujer rural es quizá la más brutal y las más invisibilizada. Necesitamos llegar también a la mujer rural a través de los convenios Indap-Prodemu, los que han hecho tan bien en esta materia. Lamentablemente, son pocos y cuentan con insuficientes recursos, como dijo el diputado Melero en su intervención. Siempre son pocos los recursos para las mujeres y esa situación debemos cambiarla si queremos llegar a todas partes para prevenir la violencia contra la mujer.

Actualmente vemos algunos signos positivos en el país, y debemos valorarlos. Ejemplo de ello es que el Colegio de Abogados ha decidido que el 40 por ciento de su directiva corresponda a mujeres, un avance que debiera ser replicado por todos los colegios profesionales y por todas las empresas. La mujer no solo es un aporte para la sociedad, sino lo mejor que tiene nuestra sociedad, así es que debemos cuidarla, porque así estaremos cuidando el futuro de nuestro país.

No más violencia contra las mujeres. Esa es una herida que tenemos en el corazón y en el alma nacional. Cada vez que se golpea a una mujer, se golpea el alma nacional. Por eso, todos y todas debemos respaldar este proyecto, porque constituye un avance que debemos seguir perfeccionando.

He dicho.

-Aplausos.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Natalia Castillo .

La señora CASTILLO (doña Natalia).-

Señor Presidente, saludo a la ministra Isabel Plá . También a quien fue la ministra impulsora de este proyecto de ley, Claudia Pascual , y a la ex-Presidenta Michelle Bachelet , quien ingresó a tramitación esta iniciativa.

Asimismo, vaya mi saludo y reconocimiento a todas aquellas mujeres que a lo largo de la historia han promovido la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres; a las feministas organizadas y a todas aquellas mujeres que han tomado la no violencia hacia la mujer como una bandera de lucha.

En lo poco que va de este año ya se han producido cinco femicidios. La última víctima falleció en la Región de Los Lagos en manos de su esposo, quien la apuñaló cerca de nueve veces, según ha trascendido en la prensa. Durante 2018 fueron cerca de 35 casos; en 2017, 36; y en 2016, 34, lo que tampoco fue una cifra feliz.

¿Qué podemos hacer como Estado para evitar que se sigan produciendo más muertes de mujeres a consecuencia de la violencia machista?

Una de ellas -de las muchas cosas que podemos hacer- es avanzar en nuestra legislación. Evidentemente, hay situaciones que no se podrán evitar. Si como Estado nos pusiéramos la meta de erradicar completamente la violencia hacia la mujer, probablemente seguirían existiendo casos, por lo que no nos queda otra solución que castigar, reprimir o encarcelar a sus autores.

Este proyecto es un tremendo aporte, porque establece una ley marco que define la violencia hacia la mujer no solo en el ámbito de la familia, que es donde históricamente se la ha entendido, sino que le da una connotación social e histórica.

Por eso es tan importante que el artículo 2, que fue modificado en la Comisión de Familia, se mantenga en los términos en que fue aprobado, porque reconoce que la violencia contra la mujer no es casual ni accidental, sino que es una reproducción histórica de estereotipos, lo cual ha permitido que se enquiste como un cáncer en nuestra sociedad. Ese cáncer está matando no solo a las mujeres, sino también a las familias, la felicidad de un pueblo, razón por la cual lo tenemos que erradicar.

Mientras no seamos capaces de tener una educación no sexista, que no siga reproduciendo esos estereotipos, vamos a seguir lamentando situaciones de violencia. Necesitamos que la educación concientice y se transforme en un motor para generar un cambio cultural. Mientras este no se produzca, vamos a seguir pensando que la cárcel es la única solución.

Este proyecto es un primer impulso en esa dirección.

Quiero destacar algunos aspectos significativos del proyecto. En primer lugar, reconoce distintos tipos de violencia que sufren las mujeres, como la violencia sexual, que ha sido invisibilizada durante mucho tiempo; la violencia psicológica, la violencia económica y la violencia simbólica. Ejemplo de ello es la denominada “ley del hielo”, que sufren muchas mujeres que son violentadas permanentemente no solo por sus parejas, sino por sus empleadores y por sus compañeros de trabajo.

En este sentido, se incorporaron diversas indicaciones que mejoraron la iniciativa.

También quiero destacar una indicación, de la cual soy autora, que reconoce el no pago de la pensión alimenticia como un mecanismo clásico para ejercer violencia económica e impedir que las mujeres puedan tomar una decisión libre, como por ejemplo terminar una relación de pareja. Muchas veces las mujeres son amenazadas con que sus hijos no van a tener qué comer. Ese ha sido el mecanismo clásico del machismo para impedir que las mujeres terminen con relaciones tóxicas, con relaciones que les hacen daño no solo a ellas, sino a todo su entorno familiar.

Otro aspecto destacado del proyecto es que modifica la ley de violencia intrafamiliar para incorporar situaciones que agravan los hechos de violencia cuando se realizan en presencia de niños, niñas y adolescentes. Los niños eventualmente podrían repetir ese modelo en el futuro, provocando que esa conducta se traspase de generación en generación, tal como ha sucedido históricamente.

Aprovecho la oportunidad para subrayar el aporte de una feminista histórica: Ángela Davis .

Respecto de las dimensiones institucionales que tiene la violencia en nuestra sociedad, si bien podemos establecer una legislación para evitar la violencia, esta se seguirá reproduciendo si los distintos ámbitos institucionales están saturados de violencia, por ejemplo, la violencia que ejerce el Estado sobre el pueblo mapuche en La Araucanía. Para que esa violencia no se continúe naturalizando en nuestra sociedad, debemos erradicarla de raíz.

Debemos lograr una completa transformación de nuestra sociedad, desde las bases. Solo así podremos erradicar la violencia contra las mujeres, tanto en sus relaciones interpersonales como de parte de las instituciones. Hay que generar un debate sobre el funcionamiento de las instituciones estatales.

En suma, no podemos sino aprobar este proyecto, y esperar que el Ejecutivo cumpla con su compromiso de fortalecer los mecanismos que posibiliten lograr el efectivo cumplimiento de esta futura ley.

He dicho.

-Aplausos.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputada Karol Cariola .

La señorita CARIOLA (doña Karol) .-

Señora Presidenta, saludo a la ministra de la Mujer, Isabel Plá ; a Vesna Madariaga , de la Asociación de Funcionarios del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género; a las concejalas Irací Hassler , de Santiago, y Natalia Cuevas , de Recoleta; a Virginia Palma, de la ONG Acción Mujer y Madre; a Soledad Acuña, de la Coordinadora Transversal de Mujeres Organizadas, y a las integrantes de la Coordinadora de Mujeres de Valparaíso, que están presentes, a pesar del aviso rápido que recibieron sobre la discusión de este proyecto. Esa actitud representa el compromiso que tenemos las mujeres para llevar adelante estos procesos de cambio y de transformación.

Asimismo, no puedo dejar de saludar a la mujer que me dio la vida y que está acompañándome en esta lucha tan importante: mi madre.

(Aplausos)

Estimada Presidenta y compañera Maya Fernández -qué significativo que una mujer presida la Cámara cuando se discute este proyecto-; estimadas mujeres, compañeras de organizaciones sociales y de distintas militancias políticas unidas en la causa que nos convoca y nos congrega:

Para iniciar mi intervención, quiero anunciar el voto favorable de la bancada ComunistaProgresista -incluido el de nuestra compañera Marisela Santibáñez , quien hoy no nos puede acompañar, pero me ha pedido que la represente en esta discusión- a este proyecto de ley, que propone una ley marco en materia de violencia contra la mujer, estableciendo firmemente el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, no solo mediante la prevención, sino también a través de la generación de medidas de protección a las mujeres que son víctimas de la violencia, y la garantía de acceso a la justicia en favor de ellas.

En pleno desarrollo de un nuevo impulso del movimiento feminista, que tiene una larga historia en nuestro país y en el mundo, y después de vivir este año el despertar del movimiento social en apoyo a las demandas del feminismo, es absolutamente necesario avanzar en la creación de un cuerpo legal que contenga y regule los derechos de las mujeres a no sufrir ningún tipo de violencia. Es imperativo que en Chile exista una ley integral para la defensa de esos derechos.

En ese sentido, con este proyecto buscamos contribuir a la generación de un cambio cultural cuyo horizonte es la igualdad entre hombres y mujeres, poniendo fin a las relaciones de subordinación que las mujeres padecen a raíz de la violencia de género, el machismo y el patriarcado que se han instalado históricamente en nuestro país.

Esa es la razón por la cual vamos a rechazar la indicación que a última hora ha ingresado el gobierno. Es más, no puedo dejar de mencionar que no corresponde, porque desconoce la subordinación histórica, el proceso cultural que ha significado la desigualdad de género, como figura en el artículo 2, que está claramente contenida en el proyecto original.

Por lo tanto, hago un llamado a ser coherentes, tanto a la oposición como a todos aquellos que consideren que la acción de desigualdad a la que las mujeres hemos estado sometidas responde a una estructura cultural que se llama patriarcado y machismo.

Frente a eso, quisiera que pudiéramos establecer armas jurídicas y legales que proscriban la violencia contra las mujeres y que eliminen la victimización y la revictimización. Esa es una tarea tremenda que solo puede abordarse con la decisión de impulsar grandes cambios.

Julieta Kirkwood , de quien tomamos el nombre para bautizar nuestra bancada feminista -aprovecho de saludar a cada una de mis compañeras que están en la Sala y con quienes tengo el orgullo de compartir esta lucha desde este frente- decía: “El feminismo rechaza la posibilidad de realizar pequeños ajustes de horarios y de roles al orden actual, pues eso no sería otra cosa que la inserción en un ámbito-mundo ya definido por la masculinidad (el otro término en la relación de opresión).

La incorporación de las mujeres al mundo será para el movimiento feminista un proceso transformador del mundo.”.

Establecer legislaciones como la que hoy impulsamos es un importante paso democratizador, pues no se puede entender una democracia en la que existen diferencias y opresiones de carácter patriarcal, en las cuales no se reconozca que las acciones y dominaciones en perjuicio de las mujeres -de todas las mujeres sin excepción, incluso de aquellas que merecidamente han logrado ser reconocidas como tales en su pleno derecho después de una transición- son causadas por un sistema estructural y son resultado de las asimetrías históricas.

El proyecto señala: “La violencia contra las mujeres comprende cualquier acción u omisión, sea que tenga lugar en el ámbito público o en el privado, basada en el género y ejercida en el marco de las relaciones de poder históricamente desiguales que emanan de los roles diferenciados asignados a hombres y mujeres, que resultan de una construcción social, cultural, histórica y económica, que cause o pueda causar muerte, menoscabo físico, sexual, psicológico, económico o de otra clase a las mujeres, incluyendo la amenaza de realizarlas, y en general cualquier conducta que menoscabe o amenace sus derechos”.

Como puede apreciarse, las formas de ejercer violencia hacia nosotras son múltiples. No podemos seguir acotando la definición de violencia contra las mujeres en el hecho de sancionar a que se les ponga un dedo encima. Eso ya es inaceptable. Partimos sobre esa base; pero la erradicación de la violencia tiene muchos más ámbitos que debemos resguardar y prevenir. Por eso, hemos impulsado la “ley Gabriela”, proyecto al que se le ha puesto urgencia simple. Quiero aplaudirlo y saludarlo, porque queremos tener una ley que de manera definitiva termine con el femicidio y que sancione el odio hacia las mujeres en cualquier condición.

Señora Presidenta, por su intermedio quiero agradecer a la ministra por asumir el desafío de dar continuidad a un proyecto impulsado por la Presidenta Michelle Bachelet .

He dicho.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado señor Jaime Bellolio .

El señor BELLOLIO.-

Señora Presidenta, primero, quiero saludar a las ministras que nos acompañan, a las personas que asisten a la tribuna, en especial a la madre de la diputada Karol Cariola .

El tema que hoy nos convoca es relevante. En él hemos avanzado en los últimos cuatro o cinco años de manera sostenida. Por supuesto que ello ha sido fruto de un trabajo compartido y que va más allá de quien sea el presidente de la república o la presidenta de la república. En este caso, se trata de un proyecto de la Presidenta Bachelet . Al respecto, tuvo un rol relevante la exministra de la Mujer, tal como hoy lo tiene su titular, Isabel Plá , quien nos acompaña.

El proyecto establece un ordenamiento y una coherencia legislativa respecto de la violencia contra la mujer. El tema ha sido abordado a través de distintas formas, no solamente desde el ámbito de la intimidad, es decir, de aquello que suceda al interior de un hogar o al interior de la relación de familia. También puede considerarse que existe violencia en el ámbito social.

En los últimos tiempos también hemos abierto debate sobre lo que significa el lenguaje de odio, sobre lo que significa aplaudir asesinatos, sobre lo que significa menoscabar la dignidad de las personas. La violencia nunca puede ser un método legítimo para hacer política, y tampoco puede utilizarse como forma de menoscabo y sumisión en contra de las mujeres.

Sí quiero decir que tengo una diferencia con parte de las exposiciones que hemos escuchado acá. No soy un experto feminista ni pretendo serlo. Sin embargo, hay dos ámbitos en los cuales uno podría dividir la teoría feminista: la radical o marxista, y la teoría feminista liberal. La teoría feminista radical dice que es esencial e inmutable el hecho de que hay una lucha entre géneros, y que es permanente y que no puede cambiar.

No puedo estar más en desacuerdo con eso. Una cosa es que haya existido un contexto histórico de esa supuesta superioridad -digo “supuesta”, porque no digo que exista-, la que unida a la violencia menoscaba, violenta, asesina mujeres y las discrimina en distintos espacios, y otra es suponer que dada esa historicidad la lucha de géneros se tenga que mantener para siempre. La razón de ser de este proyecto es porque queremos contrarrestar aquello.

Por lo tanto, si en la definición de una ley permanente incluimos la noción de que existe una relación histórica que va a permanecer para siempre, significa que estamos partiendo de la base que vamos a perder esa batalla. No puedo estar más en desacuerdo con esa definición. Parlamentarios de Chile Vamos han presentado una indicación sobre el particular. La leeré para que cuando nos toque votar nadie utilice la posverdad para decir que estamos en contra de esta materia. La indicación señala lo que nos parece más adecuado, dada la lógica y la coherencia legal.

Dice: “Artículo 2.- Definición de violencia contra las mujeres. La violencia contra las mujeres comprende cualquier acción u omisión, sea que tenga lugar en el ámbito público o en el privado, abusando el agresor de la superioridad que le conceda una diferencia de género, y que cause o pueda causar muerte, menoscabo físico, sexual, psicológico, económico o de otra clase a las mujeres, incluyendo la amenaza de realizarlas.”.

Nos parece que ese es un ordenamiento coherente con las legislaciones comparadas. Además, el texto tiene que ver con lo que ya hemos aprobado. No parte de la base de que vamos a perder la batalla cultural, sino que señala exactamente lo contrario, es decir, que hemos avanzado en la materia, aun cuando no es suficiente y todavía tenemos mucho trabajo que hacer en el ámbito de la prevención.

Aquí se hizo mención a algo que quiero rescatar, que señaló el diputado Jorge Sabag : hay una violencia contra la mujer que a veces es menos visible y que ocurre en sectores rurales, pero también muchas veces en las empresas, donde hay aprovechamiento de las mujeres más vulnerables, de menores recursos económicos o que no tienen otra alternativa laboral. Muchas veces sus jefes se acercan, las toquetean y las obligan a hacer cosas que las menoscaban, actos que no tienen ninguna intención de querer hacer, o no son consentidos.

Esa situación muchas veces está oculta. Ello se debe abordar a través de la educación, desde el cambio cultural.

Es evidente que se ha avanzado en esta materia. Allí están organizaciones como el OCAC, que combate el acoso callejero, y otras tantas que han trabajado en poner en evidencia que hay ciertos mitos que terminan transformándose en realidades. Por ejemplo, un hombre, cuando camina por la calle, puede tener temor de que lo asalten, pero no de que lo vayan a golpear o violar; un hombre puede tener temor de sentirse incómodo al subirse al bus o al metro, pero no de que lo vayan a manosear. Ese tipo de consideraciones son relevantes desde el punto de vista cultural.

El proyecto avanza sustantivamente en dar un ordenamiento jurídico y legal al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, y es coherente con lo que ya hemos hecho en otros cuerpos legales.

Por eso, la bancada de la UDI votará favorablemente la iniciativa.

He dicho.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputada señora Carolina Marzán .

La señora MARZÁN (doña Carolina).-

Señora Presidenta, aprovecho la oportunidad para saludar a la ministra de la Mujer y a las autoridades presentes.

“Siete segundos, tan solo siete segundos, señorita.”. Así comienza el relato Juan , hoy interno en la cárcel de Valparaíso por el delito de femicidio. “No lo hagas, que es mal visto. No uses eso, porque te ves provocativa.”.

Con frases como esas demostramos lo arraigada que está la violencia simbólica, la manera profunda de cómo se ha enraizado y naturalizado la violencia en distintos ámbitos, cuestión que este proyecto de ley viene en consagrar como un tipo de violencia dentro de los muchos otros que sufrimos las mujeres día a día.

Mi pregunta es qué tan naturalizada se encuentra la violencia hoy y si esto responde a cómo somos hoy como sociedad.

Si rememoramos la antigua Grecia , el mito de la creación habla de hombres inmortales que vivían libres de todo mal y felices, hasta que los dioses los castigaron por la soberbia de Prometeo, que les robó el fuego. Por eso, Zeus envió a Pandora, dando origen a lo que Hesíodo llamó “la raza femenina”.

Han pasado milenios, pero las concepciones misóginas, vinculadas incluso a las ideas de la creación, abren el camino a espacios de naturalización de la violencia con argumentos, como “siempre ha sido así”, que son justificados con cuán diferentes somos unos de otros. Pueden pasar 70 o 700 años, pero la violencia sigue aquí; no importa la cantidad de tiempo, puesto que sus manifestaciones tienen tantas facetas que en breve la vida de una mujer se puede apagar.

En este trabajo que realicé para la universidad, Juan continúa relatándome: “Fueron siete segundos, señorita; siete segundos y pasó todo; incluso yo le dije a la jueza que no había sido más que eso: le enterré un cuchillo en el pecho, pero se lo enterré una sola vez; aunque mi abogado dijo que habían sido dos cuchilladas, le puedo jurar que fue otra persona la que se lo enterró por segunda vez”.

¿Cómo nos hacemos cargo de una realidad tan espantosa? Generando un cambio cultural con iniciativas tendientes a modificar las conductas de las personas, pero también a través de la educación y de la concientización de que todos somos iguales, de que todos nacemos con dignidad y los mismos derechos, de que lo único que nos diferencia es cómo actuamos, pues son nuestras acciones las que nos determinan.

En el concepto de esta futura ley, en la que trabajamos arduamente en la Comisión de Familia y Adulto Mayor con miras a desarrollarla de la mejor manera, hay distintos tipos de violencia y diversos espacios para su materialización, de manera que su erradicación responderá a un esfuerzo y compromiso que implique medidas preventivas, educativas y complementarias para que, de una vez por todas, eliminemos los escenarios de violencia. Debemos generar una nueva construcción cultural. No debemos silenciar la violencia, pues solo bastan siete segundos y, en muchos casos, menos que ese tiempo.

Vemos que el exceso de tiempo sin comprender la gravedad de plantearnos como distintos, en que un género se subyuga al otro, genera el contrasentido de violentarnos para perpetuar la subordinación, porque esta idea arraigada se ha internalizado de tal manera en la mente de muchos que ciega a la hora de comunicar, puesto que toda manifestación de violencia es un acto comunicativo en sí: el ejercicio de un poder de subyugación que no es tal, que no existe, y cualquier resabio de ese concepto malentendido debe ser eliminado de nuestros niños y niñas, a través de un mensaje educativo claro y directo en que todos seamos iguales y la violencia jamás tenga justificación, bajo ningún escenario.

El femicida agregó: “Yo me afeitaba y ella me molestaba; me sacaba de quicio, así que le tiraba agua -y continúa diciendo-, pero era de broma, para que se riera y no me molestara más”. Al rato me confesó que ella no se reía. El femicida jamás logró el objetivo de hacerla reír, pero sí de silenciarla para siempre.

No hay justicia en tanta diferencia, no hay justicia en ningún trato vejatorio. Pueden pasar siete segundos y nuestra vida no se acabará, pero sí la de muchas mujeres que guardan silencio por miedo, que viven oprimidas por la violencia, sea cual sea el tipo.

Que el mito de la creación no se traduzca jamás en el relato verídico de muerte. Por todas aquellas que han fallecido a lo largo de este y de tantos años, gritemos cada vez con más fuerza: ¡No más violencia!

He dicho.

-Aplausos.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Pedro Velásquez .

El señor VELÁSQUEZ (don Pedro).-

Señora Presidenta, por su intermedio saludo a la ministra Isabel Plá -lamentablemente, no está presente en este momento-, a su colaboradora y a las mujeres que se encuentran en las tribunas que, con esfuerzo, luchan día a día para que este país tenga justicia de verdad para todas ellas.

(Aplausos)

Soy hijo de una mujer brutalmente golpeada por su cónyuge. Mi padre venía del campo y creía tener el derecho a golpear a mi madre las veces que quería y a veces, si era posible -lo digo abiertamente-, de arrastrarla por el piso. Esa es la realidad que sufrimos todos aquellos que hemos visto llorar a nuestras madres golpeadas y mantenerse en esa situación por años producto de la falta de recursos para poder subsistir.

Ese no es un supuesto, sino la realidad, y, como ha dicho la diputada Emilia Nuyado , en el mundo rural la realidad es aún más fuerte.

Como diputado, tengo el honor de votar este proyecto y de adherir a algunas indicaciones que ha hecho un grupo de parlamentarias que considera necesario que la ley sea clara, precisa y dura, de manera que refleje la violencia que viven las mujeres. La violencia escrita en agua tibia no sirve. Por consiguiente, debe estar escrita con firmeza, claridad y sin desconocer que el hombre ha sido, en general, un yugo permanente para la mujer en todos los sectores. Aquí no escapa el sector más modesto ni el ABC1. Incluso, el silencio es peor en aquellos sectores de más alto prestigio.

Es necesario y urgente legislar para que en los organismos de seguridad, como Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, tengan departamentos exclusivos y especializados para resguardar los derechos de las mujeres con policías dedicados, ciento por ciento, al resguardo, seguimiento, prevención y a todo aquello que afecte a nuestras mujeres, niñas, adolescentes, jóvenes, madres y adultas mayores. Todo lo anterior debe ser complementado con especialistas de primer nivel, con permanencia en sus cargos y no con programas que tengan vencimiento -es lo que ocurre habitualmente en los programas del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género-, sino que tengan duración en el tiempo.

Asimismo, todos aquellos hombres que han sido denunciados y respecto de los cuales, por orden del tribunal, se ha decretado su alejamiento de la víctima deben ser permanentemente guiados y, a la vez, con preferencia, ingresados en un centro de rehabilitación, ojalá en el mismo momento, para que tomen conciencia del daño que están causando. Por lo tanto, no solo hay que incorporarles una tobillera electrónica, pues después toman venganza contra la denunciante sin importar si son esposas, parejas, pololas o madres.

Es urgente tomar ciertas medidas para que la mujer se pueda empoderar. Para ello, el Estado debe legislar, por ejemplo, para que los beneficios por ser carga familiar del marido o conviviente civil sean asignados directamente a las mujeres; para que todos los títulos de dominio de viviendas y de terrenos sean otorgados, prioritariamente, a las mujeres; para que los beneficios de los subsidios del mundo rural sean entregados a las mujeres, porque, como lo señaló la diputada Emilia Nuyado , ese es el sector más abandonado y donde existe mayor vulnerabilidad; para que las municipalidades y los diversos organismos públicos otorguen con preferencia patentes comerciales, permisos y otras autorizaciones a aquellas mujeres violentadas y humilladas, para que puedan generar sus propios recursos a través de un trabajo, toda vez que muchas veces el propio municipio les cierra la puerta; para que en todos los proyectos financiados por el Estado de Chile, a través de los ministerios, los gobiernos regionales o las municipalidades, a lo menos el 40 por ciento de la mano de obra sea realizada por mujeres, tal como ocurre en otros países, especialmente de Europa, donde el Estado es el principal motor para capacitarlas.

Todo lo anterior y mucho más se puede lograr con voluntad política. Por eso, pido a la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, señora Isabel Plá , que proceda a aplicar estas medidas, tal como lo hizo la entonces ministra Claudia Pascual con este proyecto.

He dicho.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputada Érika Olivera .

La señora OLIVERA (doña Érika).-

Señora Presidenta, por su intermedio saludo a la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, señora Isabel Plá , y a la ministra del Deporte, señora Pauline Kantor , quien también se encuentra presente en la Sala.

Quiero comenzar mi intervención con una felicitación por esta iniciativa. Durante 2018 fuimos testigos de cómo las mujeres se volcaron a las calles, junto a colegios, universidades y medios de comunicación, para alzar la voz y pedir a gritos terminar con la violencia hacia la mujer. También vimos a hombres solidarios apoyando esa causa. Desde este hemiciclo quiero agradecer ese gran apoyo.

Hace un año, aproximadamente, el diario La Tercera tituló: “Chilenas entre las mujeres que más violencia y acoso sufren en el continente”. El artículo señalaba que un estudio a 5.982 mujeres en once países reveló que el 30 por ciento de las chilenas reconocía haber sufrido algún episodio de violencia física o psicológica, y 39 por ciento, algún evento de acoso sexual.

Hoy en la mañana, la televisión dio a conocer el caso de una mujer que fue acosada por un hombre en la calle. Ella, muy valientemente, persiguió al acosador y logró que lo detuvieran. Encuentro que lo que hizo es loable, pero también arriesgado. Por lo tanto, para mí es superimportante este proyecto. Reitero mis felicitaciones a quienes impulsan esta iniciativa, porque situaciones como esa se han naturalizado durante años.

Escuché al diputado que me antecedió en el uso de la palabra, quien contó parte de su historia. Así como él, muchos niños han sido testigos de cómo sus mamás u otras personas de su familia han sido violentadas. Por cierto, esos niños crecen y recuerdan esos episodios.

Valoro este proyecto porque busca erradicar la violencia física, psicológica, sexual, económica, simbólica, institucional, política, laboral, etcétera, contra las mujeres. También busca erradicar el abuso hacia la mujer en el ámbito privado y público, lo que es muy importante, porque hemos sido testigos de que en los establecimientos educacionales también existe violencia y abuso. En ese sentido, el Ministerio de Educación deberá cumplir un gran rol.

Valoro muchísimo que ello también se contemple en este proyecto.

Asimismo, se considera la violencia hacia la mujer en los servicios de salud. En la actualidad se están impulsando distintos proyectos que tienen que ver, por ejemplo, con la violencia obstétrica. Esto es muy importante, porque hay mujeres que, en el contexto de algo tan lindo como es la maternidad, también han sufrido algún tipo de violencia.

Para terminar, agradezco el compromiso del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género y de la ministra Plá, que han trabajado en distintas campañas para erradicar la violencia hacia la mujer a nivel nacional, a través de la formación de monitoras y monitores, y de la atención reparatoria de mujeres víctimas de agresiones sexuales.

También es destacable que existan centros para hombres que ejercen la violencia hacia la pareja. Quizás no nos preguntamos por qué existe la violencia, qué la produce o qué hace que los hombres se sientan con el derecho a agredir a sus parejas.

Somos nosotras, las mujeres de hoy, quienes debemos continuar en esta lucha, en la cual tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos e hijas para que en el futuro no sean víctimas de la violencia, pero que tampoco violenten a otros.

He dicho.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputada Maite Orsini .

La señorita ORSINI (doña Maite) .-

Señora Presidenta, ¿quién puede vivir soportando violencia en las escuelas, violencia mientras camina por la calle, violencia en el parto, violencia en el trabajo, violencia en la casa, violencia en la cama, violencia en los medios y violencia en las universidades? La mujer. Aunque esto no es del todo cierto, porque para millones de ellas toda esa agresión se transforma en una situación prácticamente insoportable. En un número que todavía no hemos podido frenar, a muchas de ellas esa violencia las asesina.

Algunos han tratado de instalar la idea de que el feminismo es lo mismo que el machismo, pero al revés. Eso no es verdad, señores. Nosotras no luchamos por que a ustedes les paguen menos por hacer exactamente el mismo trabajo que nosotras. Nosotras jamás pretenderíamos que si alguno de ustedes fuera violado, con diez, once o doce años de edad, y tuviese la capacidad de embarazarse, fuese obligado a parir. Lo nuestro tiene que ver con una cuestión muy sencilla: el derecho de toda mujer a vivir tranquila, sabiendo que habita en una sociedad donde no gobierna el machismo, sino la equidad de género; una sociedad en donde ningún género opaca o aplasta al otro. Eso es el feminismo, señores. Lo demás son mentiras y el resistir de una mirada patriarcal que sabe que ya no puede desplegarse así como si nada.

Aquí, de este lado, del lado de los corazones morados y de las pañoletas verdes, tenemos propuestas para hacer frente a lo que ya, en lo poco que va de 2019, nos ha traído cinco femicidios.

Como la equidad de género es fundamental, hacer frente a la violencia contra las mujeres es una cuestión de base, y sin aquello no podemos construir.

El proyecto sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, presentado por la entonces Presidenta Michelle Bachelet y continuado por la ministra Isabel Plá , busca avanzar en erradicar aquella violencia tan extendida de la que hablamos. Espero que esta iniciativa no solo haga justicia donde hay impunidad, sino que vaya más allá: que sea parte de un enfoque integral del Estado de Chile para generar el cambio sociocultural que también necesitamos.

Asimismo, es clave que este proyecto, en su versión original, entiende que no se trata de “la violencia” que sufrimos las mujeres sino de “las violencias”; es decir, da un paso muy relevante al plantear que la violencia es en plural. En su marco general, el proyecto define la violencia contra las mujeres como una “manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Esto es tremendamente importante, pues quienes creen que el patriarcado es una suerte de enemigo imaginario de las feministas, en esa definición pueden observar concretamente y entender de qué manera propicia tanto la discriminación por género en el ámbito laboral, como también una violación.

Es lamentable que el Ejecutivo haya presentado una indicación que nos haga retroceder de nuevo a negar la dimensión sociocultural histórica del patriarcado y del machismo, la que enérgicamente llamo a rechazar.

Ahora bien, uno de los grandes problemas a la hora de hacer frente a estas violencias se ha producido cuando ese camino genera, a la vez, un nuevo problema: la revictimización. Por lo mismo, el hecho de que el proyecto considere la prevención de la victimización secundaria es tanto un acto de empatía como de justicia.

Aprobaré este proyecto porque, aunque todavía deja abiertos desafíos, sobre todo en lo que se refiere a la violencia económica contra las mujeres -por ejemplo, cuando no se pagan las pensiones-, señala un camino que es el correcto y que va en línea con la ola feminista, con las sufragistas y con cientos de miles de luchadoras de ayer y de hoy, muchas de las cuales nos acompañan hoy desde las tribunas.

Aprobaré el proyecto porque me parece que es un mínimo ético dejar de considerar el silencio, la falta de resistencia o la historia sexual previa o posterior de la víctima como prueba de consentimiento de una conducta en su contra. Lo haré porque impulsa la educación no sexista y dispone cambios en nuestras policías y en el Poder Judicial. También lo haré porque el acoso sexual puede producirse sin contacto corporal. ¡Por supuesto que puede ser sin contacto corporal! Y si les parece raro, pregúntenle a cualquier diputada de este hemiciclo o a cualquiera funcionaria del Congreso o a cualquier estudiante. Y aprovechen de preguntarles también acerca de la gran diferencia que es caminar en una comuna donde el acoso callejero está prohibido, como en Recoleta o en Las Condes, que en una donde aún siguen creyendo que el acoso callejero es otro más de estos enemigos imaginarios de las mujeres.

De hecho, si algún colega está pensando en rechazar el proyecto, sería bueno que le preguntara a alguna de sus hijas adolescentes acerca de toda esta violencia del día a día que viven las mujeres. Estoy segura de que ellas les van a decir que no exagero; incluso, podrían decirles que me quedo corta.

He dicho.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputado Luis Rocafull .

El señor ROCAFULL.-

Señora Presidenta, quiero partir mi intervención saludando y felicitando a Jacqueline Castillo , quien fue desvinculada del cargo de directora regional del Servicio Nacional de la Mujer de la Región de Arica y Parinacota y a quien la Corte Suprema hoy la ha repuesto en su cargo. Felicitaciones para ella, pues es una mujer que ha hecho una lucha transversal, más allá de su color político.

Sin duda, la materia que hoy estamos discutiendo es consecuencia de los movimientos que, valientemente y en forma perseverante, las mujeres de nuestro país han llevado adelante en favor de la lucha por sus derechos. Por supuesto, también debemos agradecer a la entonces Presidenta Bachelet , pues durante su gobierno fue enviada a tramitación legislativa esta iniciativa.

También saludo y felicito a la ministra Isabel Plá , por haber hecho propio este proyecto y trabajar junto con la Comisión de Familia y Adulto Mayor para que este proyecto se pusiera en tabla lo más rápido posible. Por lo tanto, nuestro reconocimiento para ella.

Este proyecto verdaderamente constituye un código que valida y reconoce los derechos inalienables de la mujer en una sociedad machista. Lo digo así porque fueron nuestras propias madres las que nos criaron en un ambiente machista.

La iniciativa aborda desde su prevención hasta las acciones judiciales especiales y las sanciones. Por ello, digo que es un código, e inspira y pretende construir un Chile distinto, un Chile más inclusivo, un Chile en el que nos podamos mirar cara a cara, un Chile más justo.

Hay leyes que marcan un crecimiento como sociedad, porque responden a un movimiento social legítimo y masivo. Este proyecto es uno de ellos, pues hace mejores personas, porque pretende revocar el trato históricamente desigual que ha tocado justamente al género femenino.

La iniciativa no solo regula conductas humanas a través de los nuevos delitos y de la conceptualización de los distintos tipos de violencia, sino que también hace responsables a los organismos del Estado en la adopción de las medidas apropiadas en favor de una sociedad sin violencia para la mujer.

De todos los aspectos variados del proyecto, creo que quedamos al debe en una materia primordial, que puede ser corregida a través de un esfuerzo presupuestario: nos falta aportar y apoyar económicamente cuando la mujer denuncia, porque cuando lo hace muchas veces es chantajeada. Muchas de ellas no denuncian debido al chantaje económico de que son objeto, ya sea porque se van a quedar sin techo o sin comida, y eso sucede.

Por lo tanto, creo importante que en una próxima iniciativa esto realmente pueda ser presentado y discutido. La ministra se ha comprometido a que, de alguna manera, en la próxima tramitación del proyecto, en el Senado, podamos establecer esto. La mujer debe tener el valor y sentirse respaldada para denunciar, y para ello es obvio que debe tener el apoyo económico cuando queda desamparada.

Espero que la indicación que presenté en tal sentido, declarada inadmisible por incidir en una materia que es de iniciativa exclusiva del Presidente de la República, sea repuesta en el Senado. De ser así, la apoyaremos con gusto cuando corresponda tratarla en la Cámara.

Finalmente, agradezco a las colegas de la Comisión de Familia y Adulto Mayor por su incansable lucha feminista y por su apoyo a diario en aportar ideas para mejorar este proyecto. Es de ellas el gran mérito de que hoy lo estemos debatiendo en Sala y que respecto de él exista un acuerdo transversal. Por eso, debería haber concitado más interés de audiencia en la Sala.

Es un proyecto realmente importante y que, de alguna manera, cambia la visión de la sociedad como país.

Reitero mis agradecimientos a todas las mujeres que hoy han hecho posible, a través de su lucha, de sus manifestaciones y de su fuerza, que hoy estemos debatiendo este proyecto que permite construir un país más justo.

He dicho.

-Aplausos.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Cito a reunión de Comités sin suspensión de la sesión.

Tiene la palabra el diputado Gustavo Sanhueza .

El señor SANHUEZA.-

Señora Presidenta, en primer lugar, felicito a la ministra Isabel Plá y a todo el equipo del gobierno del Presidente Sebastián Piñera que trabajó en sacar adelante este proyecto.

Como diputado integrante de la Comisión de Familia y Adulto Mayor, quiero valorar la tramitación de este proyecto de ley, que contribuye a derribar las asimetrías existentes entre hombres y mujeres, especialmente cuando en las relaciones se produce abuso y violencia en sus diversas manifestaciones: física, psicológica, económica, sexual e, incluso, simbólica.

La documentación que sustenta este proyecto es contundente. Alrededor del 35 por ciento de las mujeres del mundo han sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida, tasa similar a la existente en Chile, donde prácticamente 2.000 mujeres sufren cada año el delito de violación, y los casos de femicidios aumentan progresivamente año tras año.

Si bien este fenómeno es el reflejo de una estructura social y cultural discriminatoria contra las mujeres, una legislación eficiente en esta materia puede contribuir a una acción más fecunda del Estado en este ámbito.

¿Qué establece este proyecto de ley? A través de la modificación de la ley N° 20.066, se fortalece la participación de diversos organismos del Estado para que estos incorporen la problemática de la violencia contra la mujer como un criterio relevante en su gestión.

Por otra parte, esta iniciativa reconoce las distintas formas que adopta la violencia contra las mujeres y los distintos ámbitos en que puede ejercerse, ampliando las concepciones actuales que recoge nuestro ordenamiento jurídico. Además, considera un amplio catálogo de deberes para distintos órganos del Estado en estas materias, como el derecho a la prevención y a la protección, y el acceso a la justicia de las mujeres violentadas.

Asimismo, el texto legal promueve obligaciones generales y particulares para la protección y atención de las mujeres frente a la violencia -deberes en el ámbito de la salud, educación y protección policial y fiscal-, y amplía las facultades del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género en dos sentidos: aumenta el abanico de casos en que puede asumir el patrocinio y representación de las mujeres víctimas de violencia, y se le permite deducir querella en casos de femicidios.

Valoramos también la nueva sanción del abuso sexual cometido contra personas mayores de 14 años, sin necesidad de que haya existido violación o estupro, y la regulación del acoso sexual sin contacto corporal como falta.

Durante la discusión en la Comisión de Familia, incorporé diversas indicaciones para que el proyecto ampliara a la mayor cantidad de manifestaciones posibles la condición de violencia.

Adicionalmente, incorporé observaciones que buscaran acotar a la mínima expresión el grado de tolerancia frente a estos abusos.

Quiero manifestar que esta tarea no termina con estas modificaciones a la ley. Debemos consagrar definitivamente la inhabilidad para ejercer cargos públicos para todas las personas que sean sancionadas, por sentencia firme y ejecutoriada, así como restringir la posibilidad de optar a cualquier cargo de elección popular.

Por otra parte, si bien este proyecto introduce algunas modificaciones en materia de delitos de connotación sexual, quedan desafíos pendientes para perfeccionar las sanciones estipuladas en el Código Penal en relación con otras manifestaciones de violencia.

Para finalizar, solo me queda expresar que este proyecto de ley no solucionará todos los problemas generados por la violencia contra las mujeres, pero como Poder Legislativo nos debe asistir la convicción de que es un paso correcto que contribuirá al cambio gradual que esperamos se materialice en nuestra convivencia como chilenos.

He dicho.

El señor MEZA (Presidenta accidental).-

Tiene la palabra el diputado Ramón Galleguillos .

El señor GALLEGUILLOS.-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, que nos acompaña.

Me dirijo muy especialmente a todas las mujeres que me están escuchando, para felicitarlas, puesto que estoy seguro de que hoy aprobaremos uno de los proyectos más importantes de las últimas décadas en relación con la protección de las mujeres respecto de todos los tipos de violencia que han sufrido, sufren o que puedan sufrir.

Las cifras son tristemente impactantes. Según ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), al menos el 35 por ciento de las mujeres han sufrido alguna vez violencia física o sexual en su vida, y cuando se suma la violencia psicológica, la cifra se eleva sobre el 70 por ciento. En otras palabras, dos de cada tres mujeres en el mundo han sufrido algún tipo de violencia.

En nuestro país, según las cifras de la Tercera Encuesta Nacional de Violencia Intrafamiliar contra la Mujer y Delitos Sexuales, el 38 por ciento de las mujeres entre 15 y 65 años de edad declara haber sido objeto de algún tipo de violencia en el transcurso de su vida. O sea, en Chile una de cada tres mujeres ha sufrido o sufre algún tipo de violencia.

Esas perturbadoras cifras, tanto mundiales como de nuestro país, no son más que el reflejo de la desigualdad de género que se viene produciendo desde hace siglos.

En la actualidad, ya conscientes como sociedad de esta situación, han surgido diversas convenciones de derechos humanos y de la mujer destinadas a enfrentar este problema. La más importante para nuestro país es la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención Belém do Pará , en referencia al lugar donde se firmó, de 1994, y que fue ratificada por Chile dos años después.

En cuanto al proyecto que estamos debatiendo, recoge definiciones claras y precisas, formas de violencia y ámbitos en los cuales se pueden ejercer, además de deberes y obligaciones de distintos estamentos del Estado para con las mujeres. Es importante mencionar que se modifican distintos cuerpos legales, como la ley de violencia intrafamiliar, el Código Penal, el Código Procesal Penal, entre otros.

Concretamente, solo por poner algunos ejemplos, se amplían las facultades del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género para que pueda patrocinar más casos de violencia y de femicidio. Asimismo, se amplían las facultades de los tribunales de familia en orden a proteger a las víctimas denunciantes, por ejemplo, en materia de notificación a las policías y el auxilio de la fuerza pública.

Otro gran avance es la incorporación en el Código Penal de un tipo de acoso sexual que hasta ahora no estaba regulado, que es aquel que se ejerce sin contacto corporal, como hostigamientos o grabaciones no consentidas.

En honor al tiempo, solo he presentado algunos ejemplos, pero son muchas más las medidas concretas que están en esta futura ley.

Para finalizar, debo señalar que podemos decir que estamos dando un tremendo paso, real y concreto, para prevenir, sancionar y, ojalá, erradicar la violencia contra las mujeres de manera definitiva. Lo hemos dado todos de forma conjunta, de manera transversal y sin miramientos políticos.

Me honra decir que votaré a favor este proyecto de ley.

He dicho.

El señor MEZA (Presidenta accidental).-

Tiene la palabra la diputada Maria José Hoffmann .

La señora HOFFMANN (doña María José).-

Señor Presidente, efectivamente estamos frente a una iniciativa muy positiva, que ingresó a tramitación en el gobierno anterior. Creo que debemos tener la capacidad de reconocer eso y de apoyar el proyecto.

Me llama la atención que no se haya tramitado con la urgencia debida. En esto valoro el liderazgo del Presidente Piñera , y de su ministra Isabel Plá , para darle la urgencia que requería la tramitación del proyecto para su pronto despacho. Aquí tenemos una lección que aprender, cual es que importa de quién es la firma que lleva un proyecto, sea de alguien de izquierda o de alguien de derecha, porque si son buenos, hay que apoyarlos.

Esta es una iniciativa que, por un lado, crea una nueva ley sobre el derecho que tenemos las mujeres a una vida libre de violencia. Hay aspectos bastantes notables que impulsan ese cambio cultural, como contemplar deberes de prevención en todos y el derecho de acceso a la justicia.

Asimismo, modifica otros cuerpos legales, lo que me parece muy relevante, porque es importante poder influir en las leyes que tienen que ver con la violencia contra la mujer.

En este sentido, establece un piso mínimo.

Hay un aspecto que me preocupa. Tiene que ver con el artículo 23, donde se habla de las atenuantes, específicamente respecto de qué pasa con aquellas personas victimarias que sufren de alguna enfermedad mental, que debieran considerarse como casos sumamente excepcionales. Conversé recién con la ministra sobre estos casos. Ella me dijo que en la práctica no ha habido casos de estos, lo que no implica que no se pueda revisar el contenido del proyecto a ese respecto.

En ese sentido, valoramos esta tramitación. La bancada de la Unión Demócrata Independiente está absolutamente comprometida a apoyar todas las iniciativas que apunten a proteger a las mujeres de la violencia, de proteger sus derechos. ¿Por qué estamos tan comprometidos? Porque entendemos que lo que estamos haciendo es proteger la dignidad de las personas, en este caso la dignidad de las mujeres, desde una visión humanista.

La dignidad de las mujeres no cambia por su edad, por su sexo o por alguna discapacidad; tampoco cambia si está a punto de nacer o no. Ojalá esta Sala defendiera con la misma fuerza el derecho de las mujeres que están por nacer. Me parece importante revisar esa distinción.

Valoramos este proyecto y lo vamos a votar a favor. Esperamos que tenga una tramitación rápida.

Finalmente, reitero las felicitaciones a la ministra Plá, por todos los esfuerzos que ha hecho para avanzar en materia de protección de las mujeres.

He dicho.

El señor MEZA (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Amaro Labra .

El señor LABRA.-

Señor Presidente, celebro esto como un avance del pueblo que crece, un pueblo que ha hecho gestos de manera increíble.

Este proyecto no sería posible si no hubiese sido presidenta de Chile una mujer, si Claudia Pascual no hubiese sido ministra y si diputadas y dirigentes de los movimientos por la mujer no hubieran trabajado profundamente para llegar a este punto.

Este proyecto será un triunfo de la paz activa si en los establecimientos educacionales se promueve la igualdad de derechos y dignidad entre hombres y mujeres, se fomenta una educación libre de significaciones sexistas y se previene la violencia contra la mujer en todas sus formas; si en materia de comunicación se promueve la erradicación de distintas formas de violencia contra las mujeres, la protección de los derechos humanos y la dignidad y libertad de las mujeres víctimas de violencia y sus hijos, facultándose al Consejo Nacional de Televisión para regularlo; si se amplía la facultad del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género en dos sentidos: aumentando el abanico de casos en que pueda asumir el patrocinio y representación de las mujeres víctimas de violencia y se le permite deducir querellas en casos de femicidio.

Avanzando en algo de inteligencia mínima, el femicidio es el asesinato de toda mujer, sin importar la relación de parentesco, intimidad o afinidad con el victimario.

Dentro de los derechos que se incorporan para la aplicación e interpretación de la ley, se agrega la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer.

El futuro es femenino. Si avanzamos profundamente en reconocer ese hecho, tendremos una sociedad mucho más justa e inclusiva.

¡Vivan las mujeres! ¡Vivan las mujeres! ¡Vivan las mujeres!

He dicho.

-Aplausos.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Cristina Girardi .

La señora GIRARDI (doña Cristina).-

Señor Presidente, durante el año recién pasado celebramos varias sesiones en las que abordamos el tema de la mujer y la violencia contra las mujeres.

El diputado Bellolio ha planteado el debate -también lo conversé con el diputado Saffirio - de si en la definición de violencia que entrega el proyecto subyace una visión histórica o no.

El artículo 2 señala: “Definición de violencia contra las mujeres. La violencia contra las mujeres comprende cualquier acción u omisión, sea que tenga lugar en el ámbito público o en el privado, basada en el género y ejercida en el marco de las relaciones de poder históricamente desiguales que emanan de los roles diferenciados asignados a hombres y mujeres, que resultan de una construcción social, cultural, histórica y económica, que cause o pueda causar muerte, menoscabo físico, sexual, psicológico,…”.

¿Por qué esto es importante? Se lo traté de explicar al diputado Saffirio , porque él tenía una indicación en la que le parecía mucho más simple hablar solo del fenómeno de la violencia.

Lo que ocurre es que este tipo de violencia no es coyuntural, no es una violencia que surge en el minuto en que me enojo y le pego a otro, en el minuto en que me enojo y castigo a otro. Repito: no tiene que ver con la coyuntura, sino con la historia, con una violencia que se ha perpetuado y se ha eternizado a través de los tiempos y de las instituciones que así lo han procurado, como la familia, el Estado y la iglesia.

Pierre Bourdieu dice: “El sexismo es un esencialismo: al igual que el racismo, étnico o clasista, busca atribuir diferencias sociales históricamente construidas a una naturaleza biológica que funciona como una esencia de donde se deducen de modo implacable todos los actos de la existencia. De todas las formas de esencialismo, es la más difícil de desarraigar. El trabajo que busca transformar en naturaleza un producto arbitrario de la historia encuentra fundamento aparente tanto en las apariencias del cuerpo como en los efectos enteramente reales que ha producido en el cuerpo y en la mente, es decir, en la realidad y en las representaciones de la realidad.”.

No es lo mismo una violencia que se ha eternizado, que se ha prolongado y que se ha repetido y se ha sistematizado en el tiempo que una violencia coyuntural. Es importante entender que ello es así. Esto es parte de nuestra historia como humanidad; es parte de lo que hemos construido y es parte de lo que tenemos que deconstruir.

Esto no es solamente abordar la violencia; es entender que esta violencia tiene que ver con lugares que la sociedad ha asignado a hombres y a mujeres. La sociedad y la historia han dicho que la mujer ocupa un rol inferior, un espacio inferior, y que el hombre ocupa uno superior. Desde esa relación de poder, de superioridad-inferioridad, se da esta violencia. No es una violencia coyuntural, sino histórica.

Es importante que entendamos eso, porque tiene que ver con la definición que se establece en este proyecto de ley, pues no solo vamos a tener que abordar el fenómeno de la violencia, sino también aquellas estructuras que permiten que esa violencia se haya eternizado por los siglos de los siglos, amén.

He dicho.

-Aplausos.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Camila Rojas .

La señorita ROJAS (doña Camila) .-

Señor Presidente, Chile y el mundo duelen. Nos encontramos en un escenario donde la violencia de género se toma la opinión pública. Brutales femicidios a mujeres y niñas abren el año 2019 en tan solo 17 días: María , de 56 años; Sandra , de 49 años; Laura , de 47 años; Aylin , de 18 años, y Delicienne , de 26 años. A ellas se suma un asesinato ocurrido el 14 de enero en la Región de Los Lagos.

Las cifras oficiales del Circuito Intersectorial de Femicidio Nacional y de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres -organización que lleva a cabo un tremendo trabajo- entregan una radiografía social oscura y muy dura.

Si bien a nivel nacional entre 2010 y 2017 los femicidios consumados no presentan una tendencia clara, sí exhiben brutalidad en la ejecución.

En el 31 por ciento de los casos, las mujeres habían realizado al menos una denuncia por violencia ejercida por el agresor, lo que da cuenta de que el femicidio ha sido, en estos casos, el resultado de un continuum de violencia ejercido en contra de estas mujeres, la punta del iceberg de una espeluznante, cotidiana y normalizada realidad en nuestro país.

Esta culminación extrema de la manifestación de la violencia sobre nuestras vidas ilustra cómo la política y las instituciones no han sido suficientes ni eficientes para combatir la violencia hacia las mujeres.

Ni el enfoque proteccionista, que solo nos mira como víctimas aisladas y dependientes del marido, del Estado o del mercado, ni el enfoque punitivista, en que más penas no han significado menos violencia hacia nosotras y más amedrentamiento hacia los agresores, han resultado. En ambos casos, la violencia se entiende como un problema individual, del cual somos responsables nosotras mismas: nosotras debemos frenarlo, denunciarlo y probarlo. No se entiende como un fenómeno cultural y social que nos envuelve desde que nacemos, en que es necesario relevar la extrema indefensión en que se encuentran mujeres lesbianas y trans, que son absolutamente invisibles para nuestra legislación.

La ministra Isabel Plá y el Presidente Sebastián Piñera deben entender que llamar a las mujeres a denunciar en escenarios de impunidad, revictimización y descrédito de sus vivencias solo las expone más. En Chile, más de un tercio de las mujeres denuncia, e igualmente son asesinadas. Los dispositivos de seguridad no funcionan, debido a la precarización que los sucesivos gobiernos de la transición han mantenido respecto de sus trabajadoras y de las políticas públicas de mujeres.

Pero, ojo: el primer año de implementación de esta futura ley estará a cargo, en gran parte, del escuálido presupuesto recién aprobado para el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.

Sin duda, proyectos como este son necesarios para enfrentar, como sociedad, la profundidad y complejidad de la violencia que vivimos las mujeres y niñas, y por eso anuncio que votaré a favor el proyecto. Sin embargo, debemos avanzar con urgencia en mejorar las condiciones de vida de la mayoría de las mujeres, porque necesitamos autonomía para poder decidir sobre nuestras vidas y cuerpos; necesitamos poder tomar taxi solas y tranquilas; necesitamos poder salir de la casa común, para dejar una relación violenta, con recursos propios, sin dependencia y sin violencia económica; necesitamos poder decidir no continuar con un embarazo no deseado; necesitamos poder salir de esta desigualdad en que vivimos.

La política debe dejar de normalizar la desigualdad de género, para que las necesarias reformas sociales, que abarcan a las instituciones públicas, como el Poder Judicial, dejen de ser reproductoras de esa violencia. Queremos justicia social, no justicia patriarcal.

Por ello, buscamos renovar indicaciones que fueron rechazadas en la tramitación del proyecto y que consideramos vitales para avanzar en la comprensión de la complejidad de la violencia hacia las mujeres, que debe dejar de mirarse de manera fragmentada. No se entiende una ley que busca abordar esta problemática de manera integral, que deje fuera la autonomía sexual y reproductiva. Se debe reforzar, por ejemplo, la implementación de la ley de aborto en tres causales y la educación sexual integral y no sexista en el currículo nacional para todos los niveles. En esa línea vamos a renovar la indicación de la diputada Carolina Marzán .

No puedo terminar mi intervención sin reivindicar que los femicidios que hoy se encuentran en la palestra llevan un silencio cómplice que es necesario denunciar.

Por último, agradezco a todas las compañeras que han dado una lucha incansable, así como a las organizaciones de mujeres y feministas que vuelven público lo privado, que salvan la vida de mujeres, que revelan relaciones de poder y desigualdad, y que construyen, sobre todo, nuevas formas de solidaridad y justicia…

El señor MULET (Vicepresidente).-

Ha concluido su tiempo, diputada Rojas. Tiene la palabra la diputada Joanna Pérez .

La señora PÉREZ (doña Joanna).-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la ministra Isabel Plá y a su equipo.

Sin duda, este proyecto de ley es un avance positivo, en términos de ordenar de mejor manera diversas normas y reglamentos que el país se ha venido dando en los últimos años, y de establecer definiciones claras y comunes para todos los casos.

En términos legislativos, hemos avanzado mucho en la protección de los derechos de las mujeres. Es necesario reconocer que ello ha sido posible gracias a la acción de muchas mujeres que llevan luchando años, décadas, siglos, y también a la visión de los últimos gobiernos y ministras, que han entendido que este tema no es un sello de uno u otro gobierno, sino una línea de trabajo que se debe seguir a corto, mediano y largo plazo, y se han puesto al servicio de aquello.

Por lo tanto, valoro el trabajo que está haciendo hoy la ministra Isabel Plá en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género, escuchando las distintas visiones y dando celeridad a algunos proyectos de ley, como lo vimos el día de ayer.

En todo caso, hay que decir con fuerza que podemos dictar muchas leyes, reglamentos y ordenanzas, pero que el problema de fondo sigue siendo cultural, y lo vemos también aquí cuando no somos escuchadas. En algunos momentos más vamos a votar el proyecto, pero pido respeto por las pocas mujeres diputadas que estamos interviniendo en la Sala.

(Aplausos)

Como señalé, el problema de fondo sigue siendo cultural, porque hemos aceptado demasiado tiempo una sociedad machista, en que las mujeres fueron relegadas a un segundo plano, desconociendo sus capacidades y habilidades en todo orden de cosas.

Destaco la perspectiva de abordar de manera integral y sectorial este flagelo que se ha reproducido por generaciones. Esto, sin duda, no solo debe convocar al Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, sino a toda la institucionalidad pública y privada, y también a la sociedad civil.

Me hubiese gustado ver en esta Sala a muchos más ministros -así como los hemos visto en la discusión de otros proyectos de ley- luchando por este proyecto.

Ahora, me preocupa que el proyecto no sea más taxativo. Se usan mucho los verbos “promover” y “procurar”, lo que nuevamente significa dejar a criterio de la autoridad o del funcionario la aplicación de las normas que favorecen a las mujeres maltratadas y violentadas.

El texto debería ser más explícito en lo que se refiere a los deberes. Afortunadamente, gracias a los cambios que progresivamente se han introducido en nuestro ordenamiento legal, en el Parlamento hay muchas más mujeres dispuestas a velar por la protección de los derechos.

Debemos profundizar en diversos temas, como la calidad de las estrategias, la cantidad de recursos, dejar bien posicionadas a las mujeres en las regiones y comunas, y ayudar, como lo pidió la diputada Emilia Nuyado , a la mujer rural, a la mujer indígena, a la mujer pescadora, a la mujer emprendedora. En definitiva, entender que este tema importa a todo el país y no solo convoca a las esferas de poder.

Valoramos mucho haber tenido una Presidenta de la República y tener una Presidenta en la Cámara de Diputados, pero claramente hay espacios que son inexplorados por las mujeres. Quizá, eso seguirá siendo parte de ese discurso políticamente correcto o retóricamente convincente, pero no nos permitirá el cambio cultural ni -lo que es peor- disminuir los femicidios, y posiblemente aumentarán otros tipos de violencia más invisibles, pero igual o más dañinas.

Todos queremos ver a hombres y mujeres más felices, y que estas últimas también puedan contribuir sin barreras en sus comunidades, como siempre lo han hecho, pero sin la carga y el dolor de lo que significa la violencia para su desarrollo y el de sus hijos, hijas y toda su familia. Una mujer que es víctima de violencia, lamentablemente, ve coartada sus potencialidades y las de su familia.

Por lo tanto, voy a apoyar este proyecto, pero podemos hacer mucho más, a través de las bancadas políticas -lo dijo el diputado Jorge Sabag -, del gremio de la justicia, de los colegios. Asimismo, tenemos que avanzar en el área médica y también en el sector privado.

Felicito a quienes hicieron este trabajo y también a la ministra, quien está presente en la Sala.

Reitero: es necesario que veamos este tema entre todos. No solo es un tema de este gobierno, sino un tema de todos, en que debemos seguir avanzando y profundizando.

Voy a votar a favor el proyecto y me comprometo a seguir trabajando para romper todos los desequilibrios que se producen con la violencia que sufren las mujeres en todos los sectores del país.

He dicho.

El señor MULET (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Camila Vallejo .

La señorita VALLEJO (doña Camila) .-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a las dirigentes de las organizaciones que nos acompañan enlas tribunas, a las concejalas Natalia Contreras e Irací Hassler ; a la presidenta de la ONG Acción, Mujer y Madre, Virginia Palma ; a la representante de la Coordinadora Transversal de Mujeres Organizadas, Soledad Acuña, y a la representante de la Asociación de Funcionarios del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, Yasna Madariaga .

(Aplausos)

Les agradezco que nos hayan acompañado durante la tramitación de este proyecto de ley. Vaya para ellas un reconocimiento total y absoluto por toda la lucha que han estado dando.

Por supuesto, también saludo a la ministra de la Mujer y la Equidad de Género y a la subsecretaria, que hoy nos acompañan.

Aunque no estén presentes, también quiero reconocer y agradecer a la ex-Presidenta Michelle Bachelet y a la exministra de la Mujer y la Equidad de Género Claudia Pascual, porque trabajaron arduamente para empujar este proyecto de ley.

En este debate, quiero rescatar la discusión sobre la perspectiva histórica, la cual ha sido cuestionada. Ahora, a través de una indicación del Ejecutivo, se pretende eliminar de la definición el origen de la violencia y discriminación que sufren las mujeres de todo el mundo, no solo de Chile. De esa manera, nos estaríamos alejando no solo de la Convención de Belém do Pará, sino también de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer, que señalaron que esta violencia “Es una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres, que han conducido a la dominación de la mujer por el hombre, a la discriminación contra la mujer y a la interposición de obstáculos contra su pleno desarrollo.”. No es algo que se nos ocurrió; es una declaración hecha en la Convención de Belém do Pará y en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer. Es un acuerdo internacional; es algo que no podemos desconocer.

La cultura machista que impera no surgió de la noche a la mañana; tiene una construcción histórica que se ha ayudado de ideologías que se han impuesto, de religiones, de la mitología griega, del desarrollo de la filosofía escrita por hombres, de los cientistas, en fin. Ha sido una construcción histórica ideológica que se ha manifestado y se ha materializado en relaciones de poder desiguales. Es una construcción y un ordenamiento económico, político, social y cultural que no surgió de la noche a la mañana. Desconocer eso es faltar total y plenamente a la realidad.

Por ejemplo, en 1546 un texto que es parte de la fundación del derecho penal, llamado El martillo de las brujas, era el manual de la Inquisición. Los inquisidores dedicaron todo ese manual a justificar el castigo a la mujer y a demostrar su supuesta inferioridad biológica. Ya no bastaba con todo el daño que la Biblia y la mitología griega le habían hecho a la mujer: la mujer que salió de la costilla del hombre, la tonta Eva que hizo que renunciáramos al paraíso, o esta otra torpe mujer que abrió la caja de Pandora para esparcir todos los males en la sociedad.

Gustave Le Bon , uno de los fundadores de la psicología social, supuestamente pudo comprobar que una mujer inteligente es tan rara como un gorila con dos cabezas. Esto no es nada nuevo. Es una cuestión histórica, de hace siglos, el hecho de que a la mujer se la ha puesto en un plano de vulnerabilidad y de desprecio para justificar una relación y una supuesta dominación del hombre sobre ella.

En esa línea, obviamente tampoco han quedado ausentes todos los que se salen del patrón, como las lesbianas, porque son traidoras de la condición femenina, pues no están a disposición de reproducir a la sociedad y de tener hijos, porque ese es el rol de la mujer. En consecuencia, son traidoras del género femenino.

Para qué decir los homosexuales: son traidores del género masculino, porque solo les falta tener útero y tetas para parecerse a esa despreciable condición que portan las mujeres.

Insisto en que esta situación tiene una perspectiva histórica. No es nada nuevo cómo se ha invisibilizado a las mujeres a lo largo de nuestra historia en su participación en las luchas de independencia y en las revoluciones. Se ha invisibilizado a las mujeres escritoras y a las filósofas, y no se considera la importancia de la mujer en la generación del crecimiento económico del mundo. Recién ahora han aparecido algunos estudios que demuestran cómo la mujer ha participado en el producto interno bruto mundial sin ningún tipo de remuneración, por el simple hecho de trabajar en la casa criando hijos y haciéndose cargo de las labores domésticas.

Por ello, hay que mantener ese concepto en el proyecto. Si lo sacamos, vamos a desarmar toda posibilidad…

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Ha concluido su tiempo, señorita diputada.

Tiene la palabra la diputada Loreto Carvajal .

La señora CARVAJAL (doña Loreto).-

Señora Presidenta, al igual que las colegas que me antecedieron en el uso de la palabra, es de suma relevancia reconocer el trabajo que han hecho las organizaciones de mujeres y sus dirigentas, que están hoy presentes en las tribunas, que, dicho sea de paso, han sufrido la discriminación laboral, como muchas otras que hoy no pueden estar presentes porque fueron asesinadas o porque sienten que la sociedad no las reconoce.

Para bien de ellas y de quienes nos siguen a través del canal de televisión de la Cámara, al menos podemos decir que como Parlamento hemos hecho lo que ha estado a nuestro alcance, pero que también intentamos hacer más. La posibilidad de avanzar de tener solo 15 por ciento de mujeres en el período parlamentario anterior a tener 23 por ciento en el actual se debió a la lucha de las mujeres parlamentarias, que queremos representar -no quiero decirlo con pretensión- a muchas mujeres que están invisibilizadas, que están calladas y que están sometidas por una sociedad que crea el problema. Esto hay que decirlo: la sociedad que permite la problemática de la desigualdad en materia laboral, en materia social, en materia de derechos políticos, etcétera, es tan responsable como el victimario de violencia.

Pero así como el Estado es parte del problema, el Estado debe ser parte de la solución. Este proyecto, nacido bajo el alero de la Presidenta Bachelet , busca precisamente aquello.

Esta sociedad daba como patrón máximo la Constitución Política de la República, que establece que los hombres y mujeres somos iguales en dignidad y derechos. Sin embargo, hemos reconocido a través de nuestra propia conquista, incluso antes de aquello, que eso no es así. Ha sido necesario que debamos tener una serie de normas que busquen de cierta manera compensar el daño histórico que las mujeres han recibido, no solo de violencia, sino también de desigualdad brutal. Así, más de 170 mociones parlamentarias buscan equiparar la cancha, pero con una sociedad observante.

Tuvimos que esperar más de doscientos años para que en el Congreso se conformara una Comisión de Mujeres. Hoy la tenemos. Agradezco que hayamos sido capaces de crear una comisión técnica que se hiciera cargo en la Cámara, donde se supone que se representa la democracia de un país, pero donde, lamentablemente, las mujeres están subrepresentadas, de avanzar en aquellas temáticas históricas que hoy golpean no solo con puños y manos, sino que golpean el alma de Chile, porque hacen que nuestra sociedad sea igualmente discriminatoria y violenta.

Sin duda, el proyecto es importante, pero hay mucho por hacer todavía.

Solo daré a conocer algunos datos. Las mujeres representan el 60 por ciento de la pobreza en el mundo. En Chile, la pobreza ataca particularmente a las mujeres rurales. Ellas no tienen ninguna oportunidad de defenderse de la violencia; tampoco tienen una oportunidad para salir adelante por sí mismas.

A nivel mundial, menos del 16 por ciento de las mujeres forma parte de los parlamentos. Nosotros avanzamos de 15 a 23 por ciento de representación de mujeres; algo hemos hecho.

Las dos terceras partes de las mujeres en el mundo tienen altos índices de analfabetismo. En Chile también existe aún el analfabetismo.

La violencia sistemática ataca con mayor fuerza a las mujeres, tanto o más que los conflictos armados. Es decir, nosotras somos el objetivo de una sociedad asimétrica, en donde el hombre se siente con el poder de tener la voluntad, el cuerpo y la decisión de muchas veces invisibilizar, denigrar y asesinar a las mujeres.

Habría querido que hubiesen sido más las entidades que participaran en este tema, porque es relevante. Ojalá el país completo fuera parte de él. No podemos pretender -valoro la presencia de la ministra- hacernos cargo de esta problemática solo a través de un ministerio. Todos los ministerios de Chile debieran dar cuenta de qué están haciendo contra la violencia de género y de qué oportunidades van a dar a las mujeres.

Las mujeres son el futuro del mundo. Debemos reconocerlas; esa es nuestra labor.

He dicho.

-Aplausos.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra la diputada Gael Yeomans .

La señorita YEOMANS (doña Gael ).-

Señora Presidenta, Miranda Moise , 29 años, haitiana, asesinada con arma blanca en San Ramón el 29 de mayo; carabinera intentó suicidarse en comisaría de San Miguel ; Rosa Martínez , 58 años, chilena, estrangulada con un alambre en la comuna de El Bosque; padrastro viola a niña de 14 años y la deja embarazada en San Ramón; sujeto de 37 años es detenido por abusar sexualmente, en la vía pública, de una joven de 17 años en El Bosque.

Violencia explícita, violencia implícita. Estas mujeres viven o vivieron en el sector sur de Santiago, así como otras que han vivido la violencia a nivel nacional. Fueron víctimas de dicha violencia machista mujeres migrantes, trabajadoras del Estado, niñas, jóvenes. Las víctimas de la violencia son mujeres, en plural, y a todas las debemos proteger, incluso, de aquellas instituciones que también las violentan. Estamos cansadas de ser víctimas y de ver víctimas entre nosotras.

Porque era necesario relevar y avanzar en una norma de estas características, necesitamos una ley marco que sistematice de manera integral y ordene las funciones y roles que les corresponden a los órganos del Estado en la prevención, sanción y reparación de la violencia contra las mujeres.

Así partió esta iniciativa: aumentaba la protección hacia las mujeres, pero no solo respecto a la violencia física, que es la más visible, sino también la simbólica, la económica y la cultural, entregando a distintos organismos del Estado ampliar la cobertura, tanto para las relaciones de pareja, como también en el espacio público.

Este proyecto de ley viene a hacer justicia, al reconocer que las mujeres no solamente sufren violencia puertas adentro: en sus casas y en la cama, sino también en la calle, en el trabajo, desde el Estado y desde las instituciones.

Asimismo, es violencia recibir menos sueldo que los hombres por efectuar el mismo trabajo y en determinados casos por llevar a cabo trabajos distintos, porque supuestamente las mujeres estamos concebidas naturalmente para cuidar a otros, para educar, para ejercer labores mal pagadas, en circunstancias de que también requieren gran trabajo y capacitación.

Por eso, es clave la descripción que hace el proyecto de violencia contra las mujeres. Esa violencia contra las mujeres, tal como lo dice el texto actual de la iniciativa, es ejercida en el marco de las relaciones de poder históricamente desiguales, que emanan de los roles diferenciados asignados a hombres y a mujeres.

Esa definición se altera con la indicación ingresada hoy por el Gobierno, pues desnaturaliza la violencia, desnaturaliza el proyecto. Quiero preguntar al gobierno: ¿Cuál es el problema con esa descripción? ¿Cuál es el problema de decir, con todas sus letras, de dónde proviene esta violencia históricamente, tal como lo hace la Convención Belem do Pará, que es la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer?

No avanzaremos si no se comprende esto, porque la violencia contra las mujeres proviene del patriarcado y se necesita identificarla, porque no es lo mismo que las otras violencias, diputado Bellolio -no es lo mismo-, porque esta violencia se impone de forma explícita, pero también silenciosamente.

También lo vemos en el Congreso Nacional, con diputadas, con funcionarias, con periodistas. Si no somos capaces de identificar esa violencia de esta manera, perdemos el marco, perdemos el enfoque que se requiere para que esa manera silenciosa no pase “piola”, diputado Bellolio , sino que sea evidenciada.

Eso se pone en peligro con la indicación presentada por el gobierno, ministra, pero debemos avanzar. Esta norma no puede ser simbólica; tenemos que avanzar en el ejercicio real y pleno de derechos de las mujeres, y para eso esta futura ley no será suficiente.

Este avance debe ser un impulso, pero no puede quedarse en eso, pues necesitamos prevenir los femicidios y seguir avanzando en otras manifestaciones de violencia contra las mujeres, como la ginecoobstétrica, que lamentablemente quedó fuera de este proyecto de ley; la equidad salarial e iniciativas que también apunten a los hombres que ejercen violencia contra las mujeres. El reconocimiento de la labor doméstica y productiva sigue siendo deuda de una ley que permita a las mujeres un ejercicio y la vida libre de violencia.

Tomamos posición, porque representamos a las mujeres movilizadas en las calles en 2018 y visibilizaron las violencias. Debemos avanzar en una educación no sexista, que fue la principal demanda. Realmente, si queremos avanzar en la prevención de la violencia, esta es una demanda central y no puede ser olvidada por este gobierno.

He dicho.

La señorita MIX (doña Claudia) .-

Señora Presidenta, soy mujer; y como toda mujer, he visto y sufrido en carne propia la violencia machista.

Créanme que es impactante ese momento en el que, como mujeres, tomamos conciencia y nos damos cuenta de la violencia que hemos sufrido durante toda nuestra vida. Porque la violencia hacia las mujeres no se expresa solamente en los golpes, las violaciones o los insultos, que podrían ser los tipos más graves, sino que se vive también silenciosamente, día a día, a través de las diferentes formas que toma el machismo extendido por toda nuestra sociedad patriarcal.

Venimos de un 2018 que fue marcado por una ola feminista que llenó las calles de nuestro país y nos obligó a repensar la manera en que debemos relacionarnos y entender cómo construimos la sociedad chilena del siglo XXI. Pero también venimos de los 57 femicidios, registrados durante 2018 por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, y los ya cinco registrados durante lo que va de 2019. Venimos de casos impactantes y de una violencia exorbitante, como el de Nabila Riffo , y pese a eso seguimos sin entender cómo existen sectores de la sociedad y de la clase política que no entienden la importancia de una ley contra la violencia machista.

No podemos quedarnos solo en una visión superficial. Muchas veces quienes se ponen en contra de la violencia, lo hacen en relación con la violencia física específicamente, que suele ser la más notoria. Pero debemos tener claro que no es la única forma de violencia que sufrimos nosotras, las mujeres, sino que también nos acechan violencias de orden psicológico, sexual, económico e incluso simbólico. Y ante esta realidad no podemos quedarnos inmóviles.

Tres de cada cuatro mujeres dicen haber sufrido acoso sexual callejero, según cifras del Observatorio contra el Acoso Callejero (OCAC). Todas hemos sido testigos de la brecha salarial entre hombres y mujeres, y del “techo de cristal” que impide que mujeres lleguen a los altos cargos, lo que también es violencia. Somos afectadas en forma directa por los planes diferenciados de las isapres o las menores pensiones en las AFP. Eso también es violencia.

También es violencia que nos ninguneen, que siempre se dude de la opinión de una mujer, y que no nos tomen en cuenta de la misma manera que a los hombres. Eso también es violencia. Igualmente, son violentos los estándares de belleza y que seamos presionadas a tener una figura acorde a lo que esta sociedad determina como belleza, o incluso obligarnos a seguir conductas que supuestamente están determinadas para cada género y no lo que realmente cada una quiera para su vida y su futuro. De esta forma, la violencia se manifiesta de diversas formas. ¿Están dispuestos a combatir todas ellas en esta Cámara?

Así, por ejemplo, uno de los tipos de violencia que ha sido normalizado hasta invisibilizarlo hacia las mujeres es la violencia obstétrica, que sufren semana a semana cientos de compatriotas en todo nuestro territorio. Una violencia que les ha arrebatado a sus niños que estaban por nacer, hecho que ha quedado corroborado con la publicación de una serie de casos en las últimas semanas.

Por eso es que en octubre del año pasado ingresamos un proyecto de ley que tipifica la violencia ginecobstetra y que asegura el derecho a un parto respetado. Esperamos que en la Comisión de Salud empecemos en marzo a discutir esta iniciativa, que puede ser herramienta para miles de mujeres.

El Estado ya no puede seguir haciendo la vista gorda ante la realidad. Las mujeres estamos permanentemente expuestas a todos los tipos de violencia, y debemos exigir una legislación que nos proteja, nos respalde y nos dé herramientas para enfrentar legalmente al agresor. Y aquí se abre otro punto en la discusión. ¿Qué pasa con el agresor? ¿Cómo llevamos adelante el proceso cultural de dejar de ver a la mujer como un “ser inferior”? Es pertinente avanzar también en una legislación que permita tratar a quien agrede, más allá del castigo. Lo mismo para el desarrollo de programas de educación para que en las escuelas se trabaje junto con las familias para que nuestros niños y niñas puedan construir un nuevo trato.

Tenemos la convicción de que la erradicación de la violencia en todas sus formas debe ser el objetivo primordial de nuestra sociedad, y qué mejor que comenzar con el 50 por ciento de la población. Porque sí: este no es un problema de minorías; es un problema público, una problemática que cala en lo más profundo de las familias de nuestro país. Aquellos parlamentarios y parlamentarias que hacen la pega, habrán de entender que se tiene que proteger la vida de nosotras. ¿Han visto cuántas familias se encuentran destruidas por las relaciones de violencia en su interior, cuántas familias están destruidas porque perdieron una hija, una madre, una hermana?

Es nuestra responsabilidad generar todas las condiciones para que a las mujeres nos dejen de matar solo por el hecho de ser mujeres.

Lo hemos dicho: la construcción de un Chile democrático y más justo siempre va de la mano del fortalecimiento de los derechos humanos, pero no para unos pocos. La protección y garantía de sus derechos fundamentales debe ser para todos y todas, sin exclusiones.

Es por eso que votaremos a favor este proyecto de ley y todos aquellos que pongan en el centro la erradicación de la violencia hacia las mujeres y les garanticen su derecho a tener una vida libre de violencias.

He dicho.

La señora SABAT (doña Marcela).-

Señora Presidenta, quiero comenzar reflexionando justamente en el proyecto que hoy está en discusión. Hoy estamos debatiendo un proyecto sobre el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.

Resulta casi inexplicable que a estas alturas del siglo XXI tengamos que seguir generando todas las instancias que dicen relación con un mayor respeto y resguardo hacia las mujeres, por la vía legal.

Lamentablemente, en este país, señora Presidenta, la realidad habla de crear marcos jurídicos para todo, y particularmente para establecer una vida sin violencia para niños y niñas, adultos mayores y, por cierto, para nosotras.

Debemos entender que seguir legislando a base de situaciones particulares y hechos recientes, si bien ayuda en el corto plazo, lejos está de ir al problema de fondo, el cual es cultural, educacional, de bases erradas, que fueron creando conceptos muy equivocados de lo que es la convivencia, y del poder, y sobre todo querer vivir todos en paz y en tranquilidad en esta sociedad.

Señora Presidenta, este proyecto, el cual no tengo dudas se aprobará en forma unánime, viene del gobierno anterior. Y en esto no hay dobles discursos: los temas de género son transversales; no tienen dueños ni colores políticos. Por eso, no tengo problema alguno en decir que constituye un avance, al tiempo de agradecer también que mi gobierno estableciera las urgencias correspondientes también, para sacar adelante un texto que marca una hoja de ruta, en el camino de garantizar el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres, tanto en el ámbito público como en el privado.

El sacar adelante esta iniciativa responde también al programa de gobierno del Presidente Sebastián Piñera , quien asumió personalmente un compromiso de poner a las mujeres en el tope de sus prioridades, donde, bajo el alero de una robusta Agenda Mujer, se está trabajando en forma decidida para superar todo tipo de discriminaciones, y brindar un escenario de mayor protección para las mujeres chilenas.

Señora Presidenta, hoy espero respaldo, y un apoyo a la mujer chilena, a las familias de esas cinco mujeres víctimas de femicidios en estos pocos días que llevamos de 2019, para poner freno a la violencia, y decir que el Estado nos brindará mayor protección.

Reitero una vez más que todo lo anterior es letra muerta si no podemos generar verdaderamente cambios culturales, genuinos, en el trato hacia la mujer en Chile.

He dicho.

Se ha renovado la siguiente indicación del diputado Gustavo Sanhueza al artículo 2, de cuyo tenor dará lectura el señor Secretario.

El señor LANDEROS (Secretario).-

Señora Presidenta, la indicación al artículo 2 es para reemplazarlo por el siguiente:

"Artículo 2.- Definición de violencia contra las mujeres. La violencia contra las mujeres comprende cualquier acción u omisión, sea que tenga lugar en el ámbito público o en el privado, abusando el agresor de la superioridad que le conceda una diferencia de género, y que cause o pueda causar muerte, menoscabo físico, sexual, psicológico, económico o de otra clase a las mujeres, incluyendo la amenaza de realizarlas.".

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

En votación la indicación parlamentaria.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 53 votos; por la negativa, 67 votos. Hubo 2 abstenciones.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Rechazada.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Se ha renovado una indicación de las diputadas Karol Cariola y Natalia Castillo al artículo 8.

El señor Secretario le dará lectura.

El señor LANDEROS (Secretario).-

La indicación es para modificar el artículo 8, de la forma siguiente: En la letra b), sustitúyase la frase "procurando eliminar toda forma de discriminación basada en el género” por la siguiente: "a fin de eliminar toda forma de discriminación basada en el género", y agregar, en la letra c) del mismo artículo, luego de la palabra “mujeres”, la frase “procurando la erradicación de los estereotipos de género que estén basados en la idea de inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos, o que legitimen o exacerben la violencia contra la mujer.".

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

En votación el artículo 8 con la indicación de las parlamentarias.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 71 votos; por la negativa, 45 votos. Hubo 6 abstenciones.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Aprobado.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Se ha renovado una indicación de la diputada Carolina Marzán al artículo 13. El señor Secretario le dará lectura.

El señor LANDEROS (Secretario).-

La indicación es para incorporar en el artículo 13 el siguiente inciso tercero, nuevo: "También, llevará a cabo todas las medidas necesarias para dar efectivo cumplimiento a lo dispuesto por la ley N° 21.030, que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales, asegurando que esta interrupción voluntaria sea realizada de modo seguro, sin discriminaciones y con un trato digno.".

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

En votación el artículo 13 con la indicación de la parlamentaria.

En votación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 66 votos; por la negativa, 51 votos. Hubo 5 abstenciones.

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Aprobado.