Labor Parlamentaria

El señor PAULSEN (Presidente).-

La presente sesión tiene por objeto discutir sobre los graves hechos de violencia que han afectado a la Región de La Araucanía y a la provincia de Arauco. En particular, abocarnos al conocimiento de las políticas y medidas de seguridad pública implementadas en la zona para prevenir los atentados que, producto de la ineficacia de las medidas preventivas y cautelares, afectan a diario la integridad personal y la propiedad de centenares de compatriotas; abordar la situación del Sistema de Inteligencia del Estado, de modo de conocer la forma en la que la institucionalidad encargada de la misma está cooperando con la labor preventiva de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública; y, relacionado con lo anterior, conocer el estado de la agenda legislativa ingresada por el gobierno en relación con el fortalecimiento del Sistema de Inteligencia y la investigación de hechos que la ley califique como terroristas.

A esta sesión han sido citados el ministrodel Interior y Seguridad Pública, el general director de Carabineros de Chile, el director general de la Policía de Investigaciones de Chile, el director de la Agencia Nacional de Inteligencia, el jefe de la Defensa Nacional de la Región de La Araucanía y el intendente de la Región de La Araucanía. Adicionalmente, ha sido invitado el fiscal nacional del Ministerio Público.

Se ha excusado el jefe de la Defensa Nacional de la Región de La Araucanía, general de brigada Luis Sepúlveda Díaz .

De conformidad con los acuerdos suscritos por los Comités Parlamentarios con fecha 29 de mayo de 2018, los proyectos de resolución relacionados con el objeto de esta sesión especial y que deben ser votados en ella, solo podrán ser presentados durante los primeros treinta minutos de la sesión.

El tiempo previo de quince minutos, contemplado en el artículo 76 del Reglamento, corresponde al Comité Renovación Nacional.

El señor CASTRO (don José Miguel) [vía telemática].-

Señor Presidente, sobre el punto, me dirijo por su intermedio al diputado Ilabaca , y le pido a usted, señor Presidente, que por favor recabe nuevamente la unanimidad para que ingrese a la Sala el intendente de la Región del Biobío.

El problema de la violencia no solo está presente en La Araucanía. Hay muchas más regiones afectadas, por lo que considero muy injusto y de una pobreza de corazón tremenda que se le niegue el ingreso a una persona que ha viajado cientos de kilómetros para poder expresar sus sentimientos y cómo lo afecta esto.

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Señor diputado, no tenemos la unanimidad.

En el tiempo previo de 15 minutos contemplado en el artículo 76 del Reglamento de la Corporación, que corresponde al Comité Renovación Nacional, tiene la palabra el diputado Miguel Mellado .

El señor MELLADO (don Miguel).-

Señor Presidente, ¿por qué estamos aquí?

Nosotros, los diputados de la Región de La Araucanía y de la provincia de Arauco, estamos aquí en representación de los agricultores, de los parceleros, de los contratistas forestales y de sus trabajadores, de los transportistas y de sus choferes, de los comerciantes, de los empresarios turísticos y de las víctimas abandonadas después de que el fuego se ha apagado cuando se queman sus bienes.

Ellos han sufrido amenazas de muerte, de robos, de atentados incendiarios, de extorsiones, de secuestros, y muchas otras agresiones que los mantienen completamente aterrorizados y abandonados, principalmente en las zonas rurales de la Región de La Araucanía, pero también de las regiones del Biobío, de Los Ríos y de Los Lagos.

Uno de ellos es don Juan Navarrete y su familia. Él, con mucho esfuerzo, logró adquirir maquinarias y dar empleo a vecinos de la comuna de Collipulli. Ayer y hoy los trabajadores de esa ciudad marcharon y protestaron, tomándose el puente de Collipulli. Hoy marcharon por las calles de la misma comuna pidiendo trabajar en paz. ¡No pidieron bonos, pidieron trabajar en paz y que no existiera más el terrorismo! Ellos han sido víctimas sistemáticas del terrorismo en la Araucanía. Hay trabajadores que fueron baleados por la espalda y que en estos momentos están en la clínica. Uno de esos trabajadores tenía que ocuparse de su esposa minusválida; a otro trabajador casi le quiebran los brazos por defender su máquina, que era su sustento de trabajo.

Por lo tanto, ministro, esto se salió de los contextos normales, porque, según decían los trabajadores que ayer se encontraban en una protesta en el puente viaducto del Malleco, este gobierno no ha logrado darles la seguridad y la paz que necesitan para desarrollarse.

Ministro, sinceramente, esto ya no da para más. Es hora de que comience a mirar nuevamente a la Araucanía, con esa mirada que puso al principio de este gobierno, pero que se perdió. El testimonio de la familia Navarrete representa a cientos de víctimas que han perdido la confianza en este gobierno y en sus autoridades.

A diario, como parlamentario de la Araucanía, recibo llamadas desesperadas de auxilio de personas que son amedrentadas y atacadas en la zona sur del país. Hay quejas duras contra el gobierno, contra usted, ministro, y las policías. Y es que cuando los ataques aumentan de manera desmedida en la zona, las víctimas se preguntan, con mucha impotencia, qué están haciendo realmente las autoridades para detener esta ola de violencia. Las autoridades regionales, como intendentes y gobernadores, hacen el mejor esfuerzo -me consta, porque también fui gobernador por esa zona-; sin embargo, ellos no tienen las facultades para tomar decisiones relacionadas con inteligencia e inversiones, como sí las tiene el nivel central, que hoy implica una macrozona. La responsabilidad es del Ministerio del Interior y Seguridad Pública.

Con el respeto que me merece, ministro, pero en honor a la verdad, y también por respeto al dolor de las víctimas, da la sensación de que es poco lo que se está haciendo al colocar un coordinador para la macrozona sur, que más bien parece un coordinador fantasma y que ocupa ese cargo solo por tener cercanía y amistad con usted. Al leer su currículum -aquí lo tengo me doy cuenta de que, en general, es bastante disminuido y, en lo específico, no tiene las competencias para abordar, por sobre los intendentes y los gobernadores, la gran responsabilidad que implica coordinar esta tarea. A todas luces, no ha sido capaz de aquello, porque no tiene la necesaria expertise para diseñar o implementar medidas efectivas, salvo jactarse de que es amigo del ministro y haber compartido unas piscolas con Héctor Llaitul .

Señor ministro, ¿por qué no crea un comité de crisis, al estilo del comité covid-19, que realmente sepa lo que pasa en las regiones, con personas expertas en el tema? En la Araucanía existen muchas personas con conocimiento de la zona y saben cómo actúan esos grupos. Un ejemplo de ello es el ex fiscal Francisco Ljubetic , una persona de experiencia que podría ser un aporte; súmele expertos internacionales y gente que conozca lo que pasa en la zona, para avanzar definitivamente en esto; de lo contrario, no avanzaremos en esta materia.

En el sur del país la gente está desesperada, molesta y cansada. Uno de esas personas, de la cual no se sabe mucho, porque no aparece en los medios, es don José Seitz , un agricultor de la comuna de Ercilla, al que desde 2014 constantemente lo vienen asediando con amenazas. Es un agricultor de 82 años al que en 2018 le quemaron su vivienda. Sin embargo, no se va a ir de su campo sino muerto. Ya no está viviendo en su casa; está viviendo en un container, y todos los días sufre asedio constante.

Otro caso -quizás lo conoce, ministro es el del señor Olave , que cuando venía de regreso del Congreso, a sus siete trabajadores los bajaron y les robaron sus vehículos a punta de pistolas, con la excusa de cometer delitos, amenazándolos con consignas mapuches, según lo que ellos decían.

¿El robo de camionetas tiene relación con la recuperación territorial? ¡Ninguna! ¡Absolutamente ninguna! Después de eso, ¿quién sigue creyendo que no hay terrorismo en la Araucanía? Lo invito a revisar la prensa del 25 de junio pasado, en que se informaba que un grupo de encapuchados interceptó en Pidima un bus que transportaba trabajadores de un packing frutícola. Los obligaron a bajarse, amenazados a punta de armas y pistolas, para luego incendiar el bus. La mayoría de los trabajadores eran mujeres. Hoy, al menos diez de ellas se mantienen con licencia médica debido al temor que sienten al transitar por esas rutas de la región.

Además, gran parte de esos trabajadores son de origen mapuche y declaran que los atacantes no sabían hablar mapudungún, a pesar de que gritaban consignas mapuches, pero lo hacían en español. Raro, ¿no?

¿Cuál ha sido el saldo? Cientos de víctimas del terrorismo, amenazadas, empobrecidas, aterrorizadas e, incluso, asesinadas. El sistema productivo decae y las oportunidades de desarrollo para los habitantes se estancan.

En lo que va del año, hemos contabilizado 71 atentados o ataques incendiarios en la macrozona. Solo en el mes de junio, y en pleno estado de excepción, se cuentan 25 ataques incendiarios en el Biobío, la Araucanía y los Ríos. Es más, entre la madrugada del 18 y el 20 de junio -es decir, en menos de 36 horas-, una decena de ataques incendiarios destruyeron camiones, maquinaria forestal, buses, vehículos menores, escuelas, viviendas, galpones, antenas de telecomunicaciones y una caseta de la Conaf en el acceso al monumento natural Contulmo .

Frente a esto, ministro, es insostenible seguir diciendo que se está trabajando, que pronto se tendrán resultados, que se presentará una nueva querella o que se condenan los hechos. El discurso ya no sirve, porque se requieren resultados urgentes y concretos. No podemos tapar el sol con un dedo ni evadir la realidad.

Si en menos de 36 horas tenemos una decena de ataques incendiarios, eso da cuenta de que no se está haciendo el trabajo o que la estrategia que se está usando fracasó. Esto no resiste más análisis.

Señor ministro, uno de estos diez atentados se registró en el viaducto del Malleco, donde los atacantes no solo las emprendieron contra los vehículos, incendiándolos, sino que además dispararon contra las personas que a esa hora transitaban por la principal ruta del país. Todo esto pasa en la Araucanía y en Arauco, en plena democracia y en el marco del estado de excepción, que se supone que nos otorga mayor seguridad.

Si esto sucede en la concurrida ruta 5, que cuenta con vigilancia de Carabineros y del Ejército, imagínense ustedes lo que sucede en el campo, en las rutas interiores o en las zonas más apartadas. Ahí cientos de familias viven completamente aterrorizadas por esos delincuentes, que les roban sus animales, incendian sus casas o galpones, atacan infraestructura crítica con explosivos; ellas son amenazadas de muerte a diario, y sus campos son usurpados. En definitiva, esos delincuentes se ríen en la cara de las autoridades y de todos los poderes del Estado, haciendo una demostración de fuerza, intentando sembrar el terror. Muestra de ello son las declaraciones que, hace algunos días, entregó el líder de la Coordinadora Arauco Malleco, don Héctor Llaitul , quien, ante la pregunta de un medio de comunicación sobre si ellos estaban dispuestos a un enfrentamiento, contestó: “Sí, estamos dispuestos. Ya llevamos dos décadas de lucha territorial y política; hay una experiencia en la autodefensa y la resistencia. De hecho, ya estamos preparados para un enfrentamiento armado. (…) Hoy contamos con capacidad militar…”.

Insisto, ministro, ¿qué entiende usted al leer esto? ¿Qué están esperando para actuar?

¿Acaso esto no es una amenaza directa y explícita al Estado de derecho? Esto es una declaración de guerra, donde nos dicen que están armados y organizados, que tienen experiencia, preparación y entrenamiento militar. Lanzan amenazas públicas, desafiando el Estado de derecho. ¿Y qué hace el Estado? ¿Qué hace la Fiscalía? ¿Alguna vez la Fiscalía ha citado al señor Llaitul a declarar? ¡Nunca! ¿Tendremos resultados para desarticular esta organización terrorista? Así como vamos, no lo creo.

Hace algunos días dos de estas organizaciones, la CAM y la Weichan Auka Mapu , esta última conocida por incendiar iglesias, llamaron a todos sus seguidores a perpetrar ataques en la macrozona. En muchos de estos ataques se lanzan panfletos y se despliegan lienzos que reivindican y justifican los atentados, pidiendo la libertad de los que ellos llaman presos políticos mapuches, etiqueta que han inventado para crear una verdadera estrategia de marketing que les permite restar responsabilidades a personas condenadas y lograr apoyo para esa suerte de mártires de la causa. ¡Por favor!

La realidad es que esas personas que están en las cárceles y que quieren llevar la etiqueta de presos políticos están detenidas por robos de vehículos, narcotráfico, incendio e, incluso, asesinato. Ese es el caso de Celestino Córdova , quien actualmente cumple condena por el cruel asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay.

Reconozco que tienen mucho talento para diseñar esta estrategia de marketing, porque les ha permitido comunicar de manera efectiva esta farsa, incluso en el extranjero, donde consiguieron financiamiento y donde tienen apoyo de activistas muy comprometidos, como lo pudo constatar hace poco la ex-Presidenta Michelle Bachelet , en Ginebra. Ustedes lo vieron.

Los famosos presos políticos mapuches son personas acusadas de delitos por robo con violencia calificado, en prisión preventiva por delitos de robo con intimidación, con condenas entre 21 y 24 años de cárcel por delitos de robo con violencia calificado con porte de armas, o en prisión preventiva, como ocurre con los autores del delito consumado de homicidio contra los hermanos Jorge Marimán y Matías Coniqueo ; en prisión preventiva por homicidio frustrado contra carabineros, por incendios, etcétera. Esos son los que se denominan “presos políticos”.

También hay que entender que el combate contra el terrorismo no es un tema de un gobierno, sino un tema de Estado, y la batalla en contra del terrorismo es un tema de decisión y voluntad.

No solo han perdido casas, cosechas o maquinarias, sino también hermanos, hijos, madres y padres. ¿De quién hablo? De Osvaldo Zapata, de Víctor Neira , de Sonia Margarita González, de José Retamal Medina, de Héctor Gallardo Aillapán , de Vivianne Mackay, de Werner Luchsinger , de Jorge Maulén , de Eleodoro Reiman, de Elodia Aguayo, de Osvaldo Antilef, de los carabineros Hugo Albornoz , Claudio Godoy y Alex Gutiérrez , y de Juan Barrios, quien falleció en marzo pasado luego de resultar herido, con graves quemaduras en su cuerpo, cuando incendiaron un camión.

En tan solo siete años, los contratistas forestales han tenido 190 ataques incendiarios, los que se traducen en 610 equipos de trabajo incendiados y destruidos. Es decir, se han perdido dos mil puestos de trabajo producto de la violencia.

También hay temor: los propios funcionarios del Ministerio de Obras Públicas (MOP) no se atreven a entrar a ciertos lugares.

Aquí hay un tema importante, porque los poderes del Estado también tienen que hacer lo suyo; la fiscalía tiene que hacer lo suyo. Hay más de doscientas causas en el último año, de las cuales ciento cincuenta están en tramitación y cincuenta causas estarían terminadas, pero solo diez tendrían una condena y cerca de cuarenta se cerraron por orden de no perseverar. Las cifras respecto de las querellas son aproximadas, pues el Ministerio del Interior y la fiscalía guardan el dato bajo siete llaves.

El Ministerio Público también requiere otras herramientas para investigar junto con las policías. En ese sentido, los parlamentarios tenemos la responsabilidad de apoyar las modificaciones para que las policías puedan investigar los delitos con herramientas, como, por ejemplo, para investigar las redes de narcotráfico. Estoy seguro de que varios parlamentarios estamos dispuestos a apoyar esas modificaciones. Sin embargo, no hay que olvidar que las urgencias de las iniciativas las califica el Ejecutivo.

Por lo tanto, llamo al Ejecutivo a calificar con urgencia estas iniciativas, así como también el proyecto de ley de usurpaciones, para que se discuta en forma inmediata la modificación al Código Penal respecto de las penalidades a la usurpación, ya que actualmente se sanciona solo como una falta.

Ministro y estimados parlamentarios -por su intermedio, señor Presidente-, lo más importante es hacer todos los esfuerzos para devolver la paz, la dignidad y la seguridad a la Región de La Araucanía -sabemos que sin seguridad no hay desarrollo posible-, pero, asimismo, debemos regresar la armonía y el descanso a los habitantes de nuestra golpeada región.

No olvidemos que quienes llevan años resistiendo la violencia son personas que sienten y sufren, que han perdido no solo una vida de esfuerzo, sino también la esperanza y la confianza en el gobierno y en el Estado de Chile. El gobierno no puede permitir que los ciudadanos queden en el abandono.

Había una agenda indígena para avanzar en conjunto en los temas de los pueblos indígenas, pero está detenida desde que se fue el ministro Alfredo Moreno . También debemos avanzar en todo lo que significa el Consejo de Pueblos y en todo lo comprometido al inicio por el gobierno, que lo estaba haciendo bien, pero insisto en que esa agenda indígena ahora está completamente detenida; llevamos más de un año y medio sin avanzar absolutamente nada.

Por lo tanto, llamo al gobierno, a la fiscalía y al Congreso a trabajar en un camino de solución para poder tener realmente la paz que necesitamos en las provincias de la macrozona sur del país.

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Para plantear un punto de Reglamento, tiene la palabra el diputado René Saffirio .

El señor SAFFIRIO (vía telemática).-

Señor Presidente, solo quiero hacer presente una preocupación.

Hemos sido convocados para “discutir sobre los graves hechos de violencia que han afectado a la Región de la Araucanía y a la Provincia de Arauco”. Eso dice la convocatoria.

Un error que no se puede dejar pasar es que para esta sesión haya sido citado el jefe de la Defensa Nacional de la Región de La Araucanía, toda vez que en Chile las funciones policiales no las cumplen las Fuerzas Armadas, sino solo Carabineros, la Policía de Investigaciones y el Ministerio del Interior y Seguridad Pública.

De tal forma que quiero hacer presente que la decisión del general jefe de la Defensa Nacional de la Región de La Araucanía de no asistir a la sesión me parece absolutamente atingente, oportuna e inteligente.

Por lo tanto, pido que en lo sucesivo, cuando se produzcan situaciones de esta naturaleza, como Cámara seamos mucho más rigurosos y convoquemos a las autoridades que corresponden. Por mucho que un grupo importante de nostálgicos quiera ver a las Fuerzas Armadas a cargo de la seguridad pública, ellas no tienen facultades policiales, y no correspondía que fueran citadas a esta sesión.

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Informo que se encuentran presentes en la misma sala el director general de la Policía de Investigaciones y el general director de Carabineros, junto con el ministro del Interior y Seguridad Pública.

Tiene la palabra la diputada Joanna Pérez .

La señora PÉREZ (doña Joanna) [vía telemática].-

Señor Presidente, hoy nos convoca una situación que claramente amedrenta y que tiene que ver con los distritos que representamos con el diputado Mario Venegas , a quien también represento en esta intervención. Me refiero a la Región de La Araucanía y, en el caso de la Región del Biobío, al cono sur de la provincia de Arauco.

Hoy hemos sido convocados a esta sesión por la angustia, la rabia y la impotencia que tienen miles de familias en los territorios que representamos.

Hace unos días, tres cabañas fueron incendiadas en el lago Lanalhue. Posteriormente a esa situación, un hotel fue consumido por las llamas, en un episodio de violencia sin proporciones. Ese delito también se perpetró en un complejo turístico, donde recientemente fueron incendiadas siete cabañas más. También hay que considerar lo que se expresó respecto de los señores Navarrete , de la Región de La Araucanía, y Venegas y Jara , de la provincia de Arauco, gente de la zona que con esfuerzo ha sacado adelante sus emprendimientos. En todos esos siniestros se ha podido constatar la presencia de panfletos distintivos de la causa mapuche, sin que esa situación haya podido ser absolutamente comprobada, evidenciada y demostrada, más allá de trascendidos de diferentes medios de comunicación.

Con anterioridad a todo eso, se pudieron constatar situaciones contra los habitantes de esa comuna y de las comunas aledañas, que causan profunda preocupación: extorsiones, amenazas y tomas de inmuebles, entre otras, todas situaciones que afectan gravemente a las personas que ahí habitan o desarrollan sus actividades económicas. Y no hablo de grandes empresas; hablo de pequeñas y medianas empresas; hablo del turismo, de la gastronomía y de los servicios; hablo de mapuches y no mapuches que están trabajando juntos; hablo de quienes cada día sienten que todo esto es irrecuperable.

Además, no existen seguros y esas personas no tienen las garantías para seguir trabajando en el territorio y muchas prefieren abandonar, y pareciera que eso le da lo mismo al gobierno, porque esta situación no es de ahora. Hace un par de semanas, a través de la utilización de explosivos, fue derribada una torre de telefonía en la provincia de Arauco.

Es necesario señalar que este tipo de actos no nacen de la nada, y así como temerariamente el señor ministro del Interior señaló que detrás de estos hechos pudo haber la concurrencia de grupos de narcotraficantes, yo puedo incluso decirle que puede ser más que eso.

Ambas provincias y regiones son una zona con muchísimas necesidades, con un débil apoyo gubernamental, que se encuentra en lo que se denomina zona de rezago y que presenta múltiples problemáticas. Claramente, la comunidad no puede seguir así.

Es patente que cada día están viviendo una situación al límite en esas provincias, que ningún gobierno -y no hablo de los últimos cinco o diez años, sino de todos los gobiernos, independientes de su color político ha sabido resolver, porque todos los días las familias de esas zonas deben preocuparse de si sus pequeñas inversiones, negocios e, incluso, ellos mismos serán víctimas de las situaciones que describí, y eso no puede ser.

Es tiempo de que el Estado de Chile retome la línea del Estado de derecho en esa zona y que las personas tengan la seguridad de que tanto sus derechos como sus propiedades estarán resguardados, pudiendo emprender actividades que mejoren las condiciones de vida de todos los habitantes de la zona. Aquí no se puede hacer diferenciación; aquí no puede haber estigmatización posible ni menos de la causa ni de los pueblos mapuches, que nosotros representamos y, por cierto, vamos a cuidar.

Por eso, esperamos que nadie venga a utilizarlos ni a esconderse tras ellos para delinquir ni realizar actos como los que estamos viendo hoy, cuando utilizan una causa noble con la que todos estamos comprometidos.

Todos queremos sentirnos seguros en nuestras comunidades, comunas, villas, poblaciones o donde estemos, en cualquier lugar de Chile, y este es un tiempo en que el Estado no puede fallarnos en esta misión.

Por favor, señor Presidente, colegas, hagamos algo por la gente que en este momento está viviendo situaciones que ni en nuestras peores pesadillas desearíamos vivir.

Hagamos algo por quienes son perseguidos y golpeados por la fuerza de los abusos en los procedimientos policiales, y por quienes ven perdidos sus esfuerzos de años por actos de violencia.

Hagamos algo por la causa de los habitantes de estas provincias y hagamos algo por Chile, que ninguno de nosotros desde esta Sala puede dejar de hacer.

Señor ministro del Interior y Seguridad Pública, señor jefe de la Defensa Nacional, general director de Carabineros de Chile y señor director general de la Policía de Investigaciones, por su intermedio, señor Presidente, restablezcamos el Estado de derecho en el cono sur de esta zona, que se transfieran recursos y se apliquen políticas de inteligencia efectiva en todo el sistema, para no tener episodios lamentables, como la operación Huracán , que siguen estigmatizando al pueblo mapuche. Restablezcamos el Estado de derecho, pero hagámoslo con estricto apego a los procedimientos y con respeto a los derechos humanos, por el bien de estas provincias, por el bien de sus habitantes, por el bien de Chile.

Hago un llamado al gobierno a actuar y a establecer el comité de crisis, a que las policías hagan su trabajo, a que, en el fondo, podamos tener un sistema que dignifique a todos los territorios: mapuches y no mapuches, unidos, y que los delegados presidenciales y gobernadores hagan su trabajo. Hoy tienen las atribuciones para hacerlo, al igual que las policías.

Hoy están presentes, y por eso les hago el llamado a que trabajemos por Chile y por quienes se sienten abandonados por el Estado de derecho.

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Tiene la palabra la diputada Andrea Parra .

La señora PARRA (doña Andrea) [vía telemática].-

Señor Presidente, quiero señalar -a veces nos falla la memoria que la Región de La Araucanía confió mayoritariamente en la promesa electoral del candidato Sebastián Piñera .

¿Cuánto? Mucho, pues. El 62 por ciento de quienes acudieron a las urnas en la región votaron por él.

En ese entonces, el afán de conseguir votos, como fuera, del candidato Piñera , le permitió explotar muy bien el temor y fastidio de una región que –digámoslo no vive en completa paz desde hace ya un buen tiempo.

¿Cuál fue esa promesa? Que la violencia en las carreteras y los campos de la Araucanía iban a disminuir, por las buenas o por las malas. Léase , por supuesto, Comando Jungla, estado de excepción y militares, incluso, si era necesario, para los más afiebrados.

Desde ese período de promesas electorales hasta hoy ha pasado harta agua bajo el puente. Somos muchos los que apelamos a una mirada y gestión más integrales, que junto con estrategias policiales que cumplan cánones mínimos de respeto a los derechos humanos, dejen espacios para la búsqueda del diálogo y el encuentro político. Sin embargo, nada de lo hecho por el gobierno del Presidente Piñera ha estado a la altura de las expectativas que esta abrumadora mayoría de electores depositó en él. Hemos visto asumir y renunciar ministros de Estado.

No nos podemos olvidar, además, del prometedor Plan Araucanía, que en verdad se desdibujó apenas el ministro Alfredo Moreno emigró al MOP. Cincuenta y dos días después de anunciado aquel ya olvidado plan, se produce el crimen del comunero Camilo Catrillanca , y desde entonces el gobierno entró en un proceso de caída libre.

En la mitad del shock intenta restaurar la autoridad, que termina hecha jirones, con cada gesto de apoyo a una policía que nos mintió sobre sus procedimientos en ese funesto día.

Hoy, con estado de excepción mediante, por esta pandemia, la situación de la Araucanía es aún peor de la que existía cuando Sebastián Piñera llegó al poder. Solo en los últimos días se han producido más de doce atentados, y los reportes de quema de vehículos y acciones de violencia aumentaron sustancialmente. No lo decimos nosotros, además, sino la propia multigremial, a través de su barómetro de la Araucanía.

Yo no soy ingenua; fui gobernadora y conozco a los actores involucrados en el tema […] con desconfianzas mutuas, ancestrales, pero también tengo claro que la autoridad está debilitada, dubitativa, errática. Además, esta situación no solo favorece el conflicto, sino que […]. No quiero ni hablar del daño que hace el radicalismo mapuche y el radicalismo de extrema derecha, que terminan siendo funcionales al mismo objetivo de mantener el odio y la división, sin dar espacio al verdadero diálogo.

Por eso, si de verdad queremos cumplir la promesa fallida de traer paz y desarrollo, hay que retomar el diálogo, ganar confianzas y construir acuerdos. No hay otro camino.

Más humildad, menos anuncios pomposos, que es la única forma de que logremos…

-Los puntos suspensivos corresponden a interrupciones en la transmisión telemática.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Ha terminado su tiempo, señora diputada. Tiene la palabra el diputado Sebastián Álvarez .

El señor ÁLVAREZ (don Sebastián) [vía telemática].-

Señor Presidente, saludo por su intermedio al ministro Gonzalo Blumel .

Escuchaba recién las palabras de algunos parlamentarios de la región y está claro: lo que vimos en la Región de La Araucanía lo vivimos desde hace más de 20 años y ningún gobierno, mandatario o ministro ha podido dar una solución o dar una respuesta satisfactoria a este tan anhelado término del conflicto social, cultural y económico, que genera violencia y falta de seguridad en la región.

Es importante no confundir las legítimas demandas del pueblo mapuche, arraigadas en un problema histórico, con los actos de delincuencia, crimen organizado y violencia rural, como los actos terroristas que han afectado a miles de familias y personas de la región, honestas y trabajadoras, que han perdido todo y han quedado en el desamparo, esperando que el Estado pueda ayudarlos, para reinventarse con un programa efectivo de ayuda a las víctimas.

Sin embargo, criticar desde la tribuna o de las redes sociales, desde la presión social ejercida por las distintas organizaciones y gremios, con el justo, desesperado y necesario afán de alcanzar una solución, no suma para resolver el problema de fondo, y menos cuando en este nuevo Congreso están presentes ex intendentes, exgobernadores, exministros, tanto de gobiernos de izquierda como de derecha, que teniendo la posibilidad de trabajar por una solución -siendo justos y valorando sus esfuerzos-, no lo lograron.

Es muy importante dejar en claro que ni militarizando la Araucanía vamos a resolver este problema, porque hemos podido ver que eso solo genera mayores complejidades y situaciones que ahondan la crisis.

Es más, no debemos olvidar que este nuevo Congreso, de modo injusto, acusó constitucionalmente a un ministro de gran experiencia y trayectoria económica, que, buscando el dialogo entre las partes, pagó políticamente las consecuencias de lo que, hasta la fecha, no ha tenido respuesta.

Aquí falta mayor inteligencia del Estado para que puedan implementarse nuevos mecanismos que den a las fiscalías más herramientas que les permitan avanzar en sus procesos investigativos.

Por ello existe una responsabilidad por parte de todos los diputados de este Congreso para poder avanzar en la ley de inteligencia, en perfeccionar la ley antiterrorista, en poder tipificar el delito de robo de madera, en aumentar las penas al narcotráfico.

Es importante que la Fiscalía Especial de Alta Complejidad…

El señor PAULSEN (Presidente).-

Ha concluido su tiempo, señor diputado.

Tiene la palabra, hasta por tres minutos y seis segundos, el diputado Jaime Mulet .

El señor MULET (vía telemática).-

Señor Presidente, he estado escuchando con atención las intervenciones y, dado el objeto de esta sesión especial, sin lugar a dudas, lo que vamos perdiendo, de una u otra manera, es el enfoque frente a la complejidad que tiene el Wallmapu, frente a la complejidad que tiene el conflicto económico, político, social y de seguridad en la Región de La Araucanía, en la provincia de Arauco o, en general, en el Wallmapu.

Para los regionalistas este es un tema bien sensible. Hemos ido ampliando y construyendo nuestra propuesta regionalista en todo Chile, y también en el Wallmapu; hemos ido solidarizando y encontrándonos con habitantes de esa parte de nuestro querido Estado de Chile, y hemos ido tomando un conocimiento mayor de lo que está pasando en ese lugar de nuestro país.

Entendemos que es un conflicto mucho más complejo que la forma como se pretende abordar hoy, o podría entender que esta es solo una parte de lo que se quiere abordar el día de hoy, pero de suyo es un conflicto mucho más complejo y, por lo demás, histórico, de decenas de años; no es este gobierno ni el anterior, sino que son muchos gobiernos, durante un período histórico muy largo, los que han buscado encontrar una solución más verdadera y más profunda.

Recién leía algunas páginas del informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, que se entregó hace ya tantos años, que se elaboró para sistematizar la información y para buscar, como su nombre lo indica, la verdad histórica en el conflicto. Pero la verdad es que desde entonces tampoco se ha avanzado mucho.

El enfoque enteramente desde la política de la seguridad pública que hacen algunos parlamentarios y este gobierno creo que está absolutamente equivocado. De alguna manera también lo estuvo el gobierno anterior en gran parte. Creo que debe haber un enfoque completamente distinto.

Desde la Federación Regionalista Verde Social hemos presentado proyectos de ley para crear universidades regionales indígenas -una de ellas, del Wallmapuy proyectos para que se reconozca la identidad de los pueblos originarios. De esta forma adscribimos decididamente al reconocimiento de la plurinacionalidad de dichos pueblos en nuestro país, a fin de que exista un verdadero igual trato entre uno y otro, entendiendo que el pueblo mapuche también comprende una nación distinta, así como el pueblo diaguita o el pueblo rapa nui o los otros pueblos originarios que hay en el país.

Creo que solo de esa forma vamos a poder avanzar en la búsqueda de una solución, integrándonos, reconociéndonos como diferentes y reconociendo culturas distintas que tienen que habitar y compartir un territorio que es el de todo Chile. Creo que solo de esa forma…

El señor PAULSEN (Presidente).-

Ha terminado su tiempo, señor diputado. Tiene la palabra el diputado Cristóbal Urruticoechea .

El señor URRUTICOECHEA.-

Señor Presidente, las últimas palabras expresadas públicamente por el líder de la CAM, desafiantes, como tantas otras, reafirman que este grupo minoritario y de élite se siente con total impunidad frente a los poderes del Estado.

¿Por qué minoritario y de élite? Porque la gran comunidad indígena rechaza la violencia ejercida por la CAM. La gran comunidad indígena quiere vivir en paz y en armonía, y, por supuesto, que también se le respete y se constate su calidad de pueblo originario.

Desde el inicio de este conflicto a la fecha, las distintas administraciones del Estado han fracasado. El Poder Judicial ha fracasado y el Poder Legislativo también.

Me quiero detener un tiempo en esta parte.

El apoyo expreso o tácito a líderes de movimientos violentistas convierte de facto a quienes manifiestan ese apoyo en cómplices de las agresiones y de los hechos violentos que ocurren en el país. Ciertas declaraciones de algunos diputados del Frente Amplio, su indiferencia frente al dolor de las víctimas y su continuo silencio frente a los graves actos de violencia no hacen sino que continúe el agravio a la autoridad formal, el deterioro de la institucionalidad pública y la afrenta ilegítima al Estado de derecho.

Hoy se pretende boicotear una de las leyes más importantes que ayudaría y apoyaría mucho a las víctimas del sur de Chile, como es la ley de inteligencia.

En la Comisión de Derechos Humanos, a la cual pertenezco, una diputada expresó su favor a la lucha armada; dos diputados se reunieron de manera clandestina con uno de los líderes, con un terrorista, con un asesino, de los más importantes de la historia de nuestro país; dos soldados recibieron insultos y la denostación de un diputado, que lo hizo cobarde y públicamente. Estas actitudes contribuyen de todas maneras a que la sensación de impunidad de la ciudadanía se acreciente, y son el preámbulo de manifestaciones violentas por parte de agresores que se sustentan y se sienten amparados por el aparato político.

En esta causa cabemos todos sin excepción: organizaciones, movimientos, todos. Y todos debiésemos contribuir y opinar frente a los actos tangibles que podemos percibir. Pero muchos actos no son tangibles, y nosotros, que estamos en el distrito, los alcanzamos a percibir. Un buen ejemplo de acción ante estos últimos actos sería que la Defensoría de la Niñez se pronunciara frente al uso forzado de niños en causas violentas. También sería muy importante que el Ministerio de la Mujer de alguna forma ayudara a aclarar la violencia extrema que viven algunas mujeres, sobre todo los fines de mes, quienes, a veces, no tienen ni siquiera el derecho de hablar. Tal vez nos podríamos llevar la gran sorpresa de que las parejas de esas mujeres están ligadas a la CAM. ¿Por qué se quemó un bus que trasladaba a veinte mujeres de alguna comunidad indígena? Esas mujeres fueron bajadas con violencia del bus, el cual luego fue quemado frente a ellas, y el Ministerio de la Mujer guarda silencio. Si ha hablado o ha hecho pública su opinión, sería muy bueno que el país entero supiera qué dijo.

Llamo también a los movimientos feministas. Aquí hay varios congresistas que están a favor y apoyan a los movimientos feministas. Creo que a los movimientos feministas les interesan situaciones como la descrita, mucho más que el obligarnos a usar los artículos “las” o “los” antes de cada oración, más que el aborto libre o mucho más que andar con los pechos al aire, pero no se pronuncian. Todos guardan silencio, y pareciera que los obligan a guardar silencio.

Para qué hablar del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Hace poco tiempo, su director dijo claramente que actos como los que se están viviendo hoy día en el sur del país constituyen violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, el director del Instituto de Derechos Humanos no aparece en esas situaciones, pero sí aparece cuando supuestamente hay un carabinero que ha abusado o hecho uso de la violencia en forma desmedida al enfrentarse contra algunos de esos delincuentes.

El gobierno, esta administración, ha tenido puntos grandes frente al combate a la violencia que se vive en el sur. No está de más decir que la detención de Berkhoff es un gran logro, pues era uno de los grandes exlíderes de la CAM, vinculado al narcotráfico. Una decena de imputados también están detenidos. Pero es importante mencionar que faltan algunos puntos.

Creo que Chile entero quiere saber quiénes financian a esos grupos terroristas. Si existe apoyo de alguna autoridad política, esperamos que se nos cuente.

¿Qué pasa con el Poder Judicial? ¿Por qué la asociación de transportistas forestales presenta cerca de ochenta o más querellas y solo se han resuelto dos? ¿Qué pasa con las personas naturales que han presentado tantas querellas, a quienes hoy sencillamente no se les responde?

Es fundamental que la sensación que tiene todo un pueblo en cuanto a que a las policías no se las apoya, se elimine. Fui testigo, hace un par de años, de cómo cuatro o cinco carabineros tuvieron que arrancar del retén de Queuco, en Alto Biobío, porque un grupo de pehuenches los quería linchar. Eso no nos puede pasar. No nos puede pasar que las policías no tengan los elementos básicos para combatir este tipo de actos delictuales, que son gravísimos.

Si los gobernadores tienen autoridad o autonomía para actuar respecto de las personas que han secuestrado territorios desde hace ya bastantes años, y que más encima hoy están usurpando predios que no les pertenecen, por favor, señor ministro, por su intermedio, señor Presidente, mandátelos a que hagan su labor, porque estoy convencido de que un país entero los va a aplaudir.

Si el Plan Araucanía se va a renovar y se va a impulsar con mayor fuerza, que también llegue a la provincia de Arauco y a la provincia de Biobío. Es tremendamente necesario tener oficinas para el apoyo a las víctimas en la provincia de Biobío y en la provincia de Arauco; que también apoyen a todas aquellas mujeres -por ejemplo, a las que mencioné que fueron bajadas de un busque hoy tienen terror, miedo, susto, de salir a trabajar; que apoyen a los conductores de los vehículos del transporte forestal, quienes también están muy asustados, con mucho temor de salir a trabajar. ¡Y ni hablar de los funcionarios de las policías! Sería absolutamente pertinente estudiar la situación de cada uno, porque tenemos familias del sur que hoy están en el norte, y viceversa; se debe determinar en qué situación se encuentran.

En consecuencia, no podemos dejar de apoyar al gobierno frente a este problema ni a las víctimas de la violencia en esta región. Sobre todo, tenemos que esclarecer lo que está sucediendo y dar respuestas concretas, con el objeto de que las víctimas y las policías sientan el apoyo del Estado, que no sientan que Héctor Llaitul y compañía gozan hoy de impunidad frente a los graves delitos que cometen.

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Tiene la palabra, vía telemática, la diputada Emilia Nuyado .

La señorita NUYADO (doña Emilia ) [vía telemática].-

Señor Presidente, respecto de esta sesión especial, que fue pedida por un grupo de diputados de los que no formo parte, cabe señalar que en el análisis de la situación de violencia, con la que por cierto nadie está de acuerdo, varios de los diputados que han intervenido en este debate parecieran haber señalado que los mayores actos de violencia han sido ejecutados, de forma permanente, por el pueblo mapuche, del cual quiero hacer una defensa.

Como mujer mapuche, proveniente de una comunidad, quiero decir, por intermedio del señor Presidente, al señor ministro y a los diputados y a las diputadas que me han antecedido en el uso de la palabra, que si se revisa, desde el punto de vista histórico, quiénes fueron los despojados de sus tierras y quiénes deberían hoy tener títulos de merced o títulos a nombre de las diversas comunidades en la recuperación de tierras, no estaríamos hablando de los nombres que hoy han señalado.

El que hoy forme parte de la Cámara de Diputados permite a los diversos pueblos indígenas de nuestro país, a los que se les ha negado su participación política, a los que se les ha negado su reconocimiento constitucional, a los que se les han negado sus derechos colectivos, a los que no se les reconoce como las primeras naciones que estuvimos en esta tierra antes de la constitución del Estado chileno, tener una voz que los represente.

La responsabilidad de lo que ocurre hoy es del Estado, debido a la violencia que ha instalado históricamente y porque sistemáticamente ha vulnerado los derechos a los pueblos indígenas, en especial al pueblo mapuche en su lucha territorial. Muchos líderes se encuentran privados de libertad, y tenemos machis y weichafes asesinados. Estamos hablando respecto de cómo se va a revisar en profundidad y a esclarecer la situación de las tierras que se encuentran en manos de colonos, de empresas forestales y de privados.

Si revisáramos los diversos tratados existentes en este país, nos daríamos cuenta de cómo han actuado los diversos gobiernos en este país y de las diversas leyes que se han aprobado en el Congreso Nacional que han posibilitado la vulneración de muchos derechos, lo que ha permitido que muchos mapuches hayan sido asesinados y encarcelados. Incluso, algunos de ustedes se atreven hoy a señalar que muchos mapuches son terroristas y narcotraficantes.

¡Eso debieran demostrarlo!

Por lo tanto, creo que el gobierno, el ministro del Interior y las policías deben hacerse cargo y dar cuenta en esta sesión de cuántos son los que se encuentran en esta situación, a fin de no generalizar de manera permanente y responsabilizar al pueblo mapuche de lo que ocurre en La Araucanía. El pueblo mapuche es dialogante, respetuoso y tiene la valentía y la fuerza suficientes para resistir, a pesar de que el Estado chileno le ha negado sus derechos y que con distintas leyes ha intentado aniquilarlo y despojarlo de su territorio. Esa fuerza y valentía es la que tiene el pueblo mapuche.

Obviamente, cuando el Estado, el gobierno de turno del Presidente Sebastián Piñera, sigue militarizando la Araucanía, así como también lo hicieron los que gobernaron en la Concertación y en la Nueva Mayoría, es lógico que salgan algunos comunicados para señalar que sí se encuentran hoy resistiendo en el territorio de wallmapu. Eso no significa que el pueblo mapuche haya desafiado al Estado chileno y al gobierno de turno. Más bien, ha sido el Estado chileno el que no ha entregado el reconocimiento constitucional y no ha aplicado el Convenio 169 de la OIT, el cual fue ratificado por nuestro país. Lamentablemente, eso no se está aplicando ni en el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo, y menos en el Poder Judicial.

Por lo tanto, quiero decir a cada uno de ustedes que si vamos a analizar la situación del pueblo mapuche y lo vamos a vincular con aquellos conflictos y situaciones que han ocurrido en Arauco y en la Araucanía, entonces debieran ser las policías las encargadas de dar cuenta sobre lo que ha ocurrido, no algunos diputados, quienes con mucha fuerza, sin tener antecedentes, han inculpado y responsabilizado al pueblo mapuche. Pido prudencia en ese sentido.

Finalmente, quiero señalar que sí ha sido complejo ser mapuche; ha sido complejo ser discriminado, ser marginado y que en muchas ocasiones no se nos permita hacer sentir nuestra voz en el Congreso, porque en muchas leyes aprobadas no se ha aplicado la consulta de los pueblos originarios. Hoy, cada uno presenta una moción, hace lo que quiere y los pueblos no se han hecho partícipes.

Estoy un poco cansada de escuchar a algunos de ustedes, que lo único que han hecho durante todo este tiempo ha sido responsabilizar al pueblo mapuche, en circunstancias de que frente a este desafío el gobierno ha determinado malos instrumentos, muchos de los cuales no han generado diálogo en la Araucanía. No han querido escuchar y tampoco se hacen cargo de la responsabilidad que tienen en la pérdida territorial del pueblo mapuche.

Agradezco a mi bancada por darme la oportunidad de hablar en estos minutos para decir al país y a aquellos que han usurpado la tierra y que tienen a nuestros hermanos sin agua…

El señor PAULSEN (Presidente).-

Ha concluido su tiempo, señora diputada. Tiene la palabra, vía telemática, el diputado Jorge Brito .

El señor BRITO (vía telemática).-

Señor Presidente, no pude participar antes en este debate porque me encontraba en la Comisión de Defensa Nacional, instancia en la que se estaba tratando la censura en mi contra.

Acá hay algo que está ocurriendo, que nos preocupa y que advertimos desde hace mucho tiempo: que la presencia de militares en la Región de La Araucanía no soluciona ningún problema, más allá de acallar las voces que le piden al gobierno que dialogue con el pueblo nación mapuche.

Así como la violencia se ejerce de distintas formas, el Estado tiene muchas maneras para solucionar los problemas. Pero cuando no quiere, ya sea por un sesgo ideológico o racial, por proteger a las forestales o por cualquier otro motivo, envía a los policías y a los militares para que lleven a cabo la pega que los políticos no quieren hacer, que es atender las demandas de la gente. En la Región de La Araucanía hay demandas muy claras.

El pueblo mapuche es tan diverso como el pueblo chileno. Hay gente de izquierda, independientes, de centro y de derecha. Pero la gran mayoría demanda reconocimiento de un Estado plurinacional y que las forestales dejen de secar los ríos y el territorio, y de destruir los elementos de la vida de nuestro país.

El escenario de riesgo está claro. Esto no va a solucionar nada y agravará el problema. Insistentemente, le pedimos al gobierno que no utilice a las Fuerzas Armadas en el conflicto que tiene el Estado chileno con el pueblo mapuche. Se trata de un conflicto sobre todo político, que se debe solucionar con diálogo político. Seguro que hay algunos que nunca van a querer dialogar, pero le aseguro que ellos no van a ser mayoría ni van a representar a una parte importante de este pueblo que aboga por demandas que los países desarrollados resolvieron hace siglos con sus pueblos originarios, mientras en Chile continuamos negándoselas, a vista y paciencia de todos. Mientras el Estado subsidia a las forestales o les da trato preferencial, estas precarizan la mano de obra del lugar y destruyen el hábitat.

La inteligencia debe estar donde está la amenaza, en tanto que la política debe estar donde hay conflictos políticos, y acá hay un conflicto político.

¡Qué contradicción más grande es que la Brigada Lautaro, del Ejército…!

El señor PAULSEN (Presidente).-

Ha concluido su tiempo, señor diputado.

Tiene la palabra, hasta por once minutos y treinta y siete segundos, el diputado Iván Norambuena .

El señor NORAMBUENA.-

Señor Presidente, por su intermedio, saludo a los colegas, al señor ministro, a las demás autoridades presentes y a quienes están siguiendo la transmisión de la sesión.

Tengo la impresión de que este debate despierta bastante interés en la ciudadanía, en especial en la gente de la zona sur de la provincia de Arauco, en los habitantes de las comunas de Cañete, Contulmo y Tirúa , que desde hace muchos años sufren los problemas de violencia, de delincuencia, de terrorismo y de abandono de parte de todos los gobiernos que han pasado.

Es importante escuchar los planteamientos que se han hecho en diversos momentos, dejando de lado aquellos impregnados de absoluta ideología, que también hemos escuchado en esta Sala, porque es necesario enfocarnos en el diagnóstico, que es conocido por todos.

Probablemente, la autoridad tiene un poco más de información al respecto y, aunque sea en forma reservada, podría entregárnosla, para ilustrarnos un poco más acerca de cómo pretende enfrentar las dificultades que estamos viviendo.

No quiero que esta sea una sesión más. Durante años, especialmente durante los últimos meses, cuando ha habido un atentado en la provincia de Arauco, las autoridades del nivel regional, probablemente por instrucciones del nivel nacional, dan curso a un mecanismo que pareciera ser el libreto a seguir cada vez que se produce una acción terrorista o de delincuentes, que llaman violencia rural, y se empeñan en ejercer una acción judicial a la que llaman querella.

Creo que se han presentado más de doscientas querellas. La pregunta que cabe hacerse es cuál ha sido el resultado de esas querellas. Insuficiente. Han sido una absoluta pérdida de tiempo, de recursos y del trabajo de los profesionales que han sido destinados a ello.

Pareciera ser que es solo una figura comunicacional que se usa para que todos nos quedemos tranquilos. No es una mecánica solo de este gobierno, sino de todos los que han pasado, particularmente de los gobiernos de izquierda, que normalmente usan esa figura para echarle la culpa a otros por la incapacidad que han tenido para enfrentar los problemas sociales de nuestra zona.

¿Cuáles son los planteamientos principales? Son dos, y podríamos decir que son bastante simples. El primero es que queremos seguridad. ¿Qué nos dice la gente que vive en la provincia de Arauco, en Cañete o en sus alrededores? ¿O la gente de Peleco, donde recientemente hubo un atentado que terminó con siete cabañas quemadas? ¿Qué nos dice la gente que vive en Quidico, en Tranaquepe, en Contulmo, en La Vaina o en los sectores aledaños? Nos dice que quiere vivir tranquila. ¿Y quién debe otorgarles esa tranquilidad? El Estado.

El Estado de derecho debe respetarse. ¿Quién debe hacerlo respetar? El gobierno de turno, a través del Ministerio del Interior. La pregunta que cabe hacerse es si el ministro del Interior ha ejercido su rol como la ciudadanía espera, para resguardar su tranquilidad y su seguridad, especialmente en la provincia de Arauco. No voy a dar yo la respuesta, pero es probable que quienes son de la zona y me están escuchando sepan perfectamente que la respuesta es negativa. Es lo que nos han transmitido a todos.

Entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Vamos a esperar superar las doscientas querellas?

Ha habido atentados al interior de los hogares, que han afectado a familias. A modo de ejemplo, les contaré el caso de Claudio Pilquimán , un amigo, un joven dirigente social de muy buenos principios, que proviene de una familia bien constituida. A Claudio le asesinaron a su madre ante sus ojos, y tras el incidente quedó postrado, inválido. ¿Quién ha respondido por eso? ¿Cuál es la respuesta del Estado frente al drama que vive esa familia, sus parientes, amigos y vecinos? ¿Qué es eso? ¿Es una demanda social? ¿Es por la aspiración a recuperar esas tierras que entran a su hogar, matan a su madre y lo dejan postrado? ¿Qué es lo que ha hecho el Estado? ¡Esa es la impotencia que se vive!

Por eso, creo que tenemos que reflexionar. Probablemente esta no sea la ocasión para culpar a unos o a otros. Lo que espero es que esta sesión sirva para que el gobierno, en especial el ministro del Interior y demás autoridades que tienen a cargo esta responsabilidad, la asuman, al igual que el Ministerio Público, porque parece una caricatura la forma como se administra justicia en este tipo de casos. Para resolver otros casos son muy rápidos, pero no para estos. Ahí están las repuestas; ahí están los resultados.

¿Qué les respondemos a los vecinos? Hace un par de semanas, una “dirigente” violentista le dijo a un vecino: “Mira, yo te conozco. No tengo nada en contra tuyo, pero vamos a ocupar tu casa, porque viene nuestra reivindicación. Tu casa nos gusta, así que la vamos a ocupar. Contrata un vehículo, llévate tus cosas y ándate”. ¿Saben qué hizo ese vecino? Arrendó un vehículo, sacó sus enseres y se fue, porque sabía que si no lo hacía, le quemarían la casa, probablemente con su familia adentro. ¿Y qué hace el Estado? ¡Nada! Espera resultados. ¿De quién? No se sabe. ¿Qué hace ese señor hoy día? Tampoco hay respuesta.

¿Qué hará el dueño del emprendimiento más importante que hemos tenido de la provincia de Arauco? Se trata del complejo turístico Quelén , que don Pedro Durán , un empresario de la zona, llevó adelante con su esfuerzo y el de toda su familia. Hace un año, estábamos todos muy orgullosos de que la provincia de Arauco tuviera un complejo turístico como ese, que daba trabajo a muchos, incluso a miembros de las comunidades mapuches de la zona. ¿Qué pasó? Los violentistas decidieron quemarlo. El centro turístico tenía cabañas y un salón de eventos que fueron quemados. Se salvó el hotel, pero, no conformes con eso, como todo el país supo, días atrás quemaron el hotel y toda la estructura que tenía el complejo turístico alrededor del lago ¿Qué les respondemos a esos trabajadores? ¿Qué les podemos decir? ¡Esa es la respuesta que la gente quiere!

¿Qué le decimos a esa madre de tres hijos que vive en el sector de Tranaquepe, que todas las noches tiene que escuchar balaceras alrededor de su casa? ¿Quién le da tranquilidad? Es cierto que se puso resguardo policial, pero cuando los policías hacen el recambio y dejan el terreno, surge inmediatamente la angustia, la ansiedad, la desesperación. ¿Y qué hace el Estado? Lamentablemente, no hay respuesta.

Hay hechos, hay diagnósticos, pero la violencia se ha incrementado. ¿Cuáles son las alternativas para los vecinos de la zona sur de la provincia de Arauco, que ven mermadas sus posibilidades de surgir y de realizarse, y viven prácticamente sin esperanzas? ¿Cuál es la agenda pública del gobierno para devolverle la paz y la tranquilidad a la ciudadanía? Nos gustaría conocer la respuesta de las autoridades.

¿Qué nos pide la gente? ¡Vivir en paz! Ellos se preguntan: ¿Quién me protege?

En reiteradas oportunidades he conversado con la dirigenta Solange Etchepare , quien me ha relatado todo lo que ellos han hecho como agrupación. También he hablado con Patricio Pereira y Antonio Ampuero , dirigentes del lago Lanalhue, del sector La Vaina, quienes me han relatado todo lo que han tenido que sufrir, y también he escuchado a los dirigentes de las cámaras de Comercio y Turismo de Contulmo, Cañete y Tirúa .

¿Qué podría ocurrir? Que si no hay una reacción real y concreta, la gente podría defenderse en forma personal, y eso es lo que está ocurriendo. Quienes viven en la zona y no quieren dejarla, se están armando y se van a defender, y eso no lo quiere nadie. No lo quieren las comunidades, no lo quieren las personas que viven ahí, no lo quieren quienes desean seguir trabajando, para surgir y progresar, pero sí probablemente lo quieren los violentistas y por eso tenemos que evitarlo.

Valoro mucho la realización de esta sesión, pero pido que junto con la decisión que adopte la Sala, o el Congreso Nacional en general, se puedan destinar los recursos necesarios para que, de verdad, la Conadi responda a las inquietudes de las comunidades. Sin embargo, también debemos responder a todas las víctimas, pero en forma real y no como hasta ahora, en que se les ha hecho juntar antecedentes y presentar carpetas en el Ministerio del Interior sin que, hasta el momento, obtengan algún resultado.

Le doy valor a esta sesión, pero también tratemos, entre todos, de expulsar el miedo y el terror que sienten tantas familias en la provincia de Arauco, que es el caso que más conozco, porque he compartido con ellas a través del tiempo.

Dios nos ayude, nos proteja, nos guíe y entre todos podamos tomar la mejor decisión por el bien de toda la comunidad, considerando tanto a las comunidades mapuches como a todos los vecinos de la provincia de Arauco, particularmente de Cañete, Contulmo y Tirúa .

He dicho.

El señor PAULSEN (Presidente).-

Tiene la palabra, vía telemática, el diputado José Pérez .

El señor PÉREZ (don José) [vía telemática].-

Señor Presidente, en materia de seguridad ciudadana, estamos absolutamente al debe, y no lo digo por este gobierno, porque esto viene de los gobiernos anteriores y hay que reconocerlo.

Desde Arica a Magallanes hay intranquilidad en la población. Hace un año y medio, el Presidente de la República invitó a nuestra bancada a La Moneda y allí conversamos acerca de la falta de seguridad ciudadana, reflejada en la ocurrencia de portonazos, de asaltos y del narcotráfico que actúa en algunas partes y se “pasea como Pedro por su casa”.

Ahora, estamos hablando de la Región de La Araucanía y de la provincia de Arauco, donde lamentablemente y con mucha frecuencia se registran atentados de proporciones al comercio, la agricultura y el transporte, además de delitos como el robo de maderas y de animales.

Esto pareciera que nunca va a terminar porque no se le da la importancia que tiene. Hay un reclamo permanente de los alcaldes hacia las autoridades, porque no hay control policial, no hay seguridad ciudadana y no hay personal en las noches durante el toque de queda que vigile qué pasa en las comunas. ¡Eso sucede en cualquiera de las comunas de la provincia de Arauco!

Falta personal que vigile, que realice rondas en las noches y que dé tranquilidad y seguridad a la gente.

Me llamó un vecino de Cañete, don Jorge Venegas , porque el viernes en la tarde le quemaron siete de sus catorce cabañas. Es un micro emprendedor, una persona que con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio ha instalado su negocio. Lamentablemente, hoy ve cómo se quemó la mitad de su capital que tras varios años logró reunir para trabajar y dar bienestar a su familia.

¡No son los mapuches! Aquí hay gente de afuera que está incentivando el terrorismo y perjudicando el comercio y el turismo, que está decayendo desde hace años con motivo de este tipo de actos delictuales. Toda la gente se queja, nadie duerme tranquilo y hay una desesperanza tremenda.

El mismo pueblo mapuche está deseoso de que haya paz, tranquilidad y seguridad.

He dicho.

El señor UNDURRAGA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra, vía telemática, el diputado Ricardo Celis .

El señor CELIS (don Ricardo) [vía telemática].-

Señor Presidente, quiero comenzar agradeciendo esta instancia, pues es importante para la Araucanía que se aborden sus problemas con seriedad y con altura de miras.

Hoy más que nunca es necesario que el Estado se haga cargo en la región de los problemas que sembró en el pasado y que han generado tremendas brechas y problemas que requieren ser abordados desde el origen.

No es casual que ayer y hoy estemos en los últimos lugares de desarrollo, con un conflicto político y social abordado de pésima forma, al que se responde normalmente con fuerza cuando hay muchos que piden ayuda y, por cierto, también están quienes piden protección, ya que no se sienten seguros.

Utilicemos de forma correcta el lenguaje. ¡En la Araucanía no hay una guerra! Hay hechos de violencia reiterados en el tiempo y en espacios, pero no desconozcamos que lo que verdaderamente existe en la región es la falta de justicia social.

Si el Estado quiere justicia social, entonces, que se note en materia de inversión para la región; que se note en materia de reconocimiento de derechos para nuestros pueblos originarios y reparación del daño histórico. No puede haber justicia si no se repara lo que se ha dañado.

Lamentablemente, esto no se puede apreciar en los hechos, pues no existe un plan especial para nuestra región y por ello vamos a avanzar muy lento y serán más las víctimas que vayan quedando en el camino de uno u otro lado, sin poder solucionar el problema de fondo, que es lo que nos debe ocupar.

Es muy difícil pedir justicia social cuando además existe una gran parte de la población empobrecida por años, sin sus tierras, sin agua para consumo humano para más de 60.000 personas en pleno año 2020, en pleno siglo XXI; sin acceso a caminos y transporte digno en la región que tiene más caminos en Chile, sin acceso a empleos y oportunidades y, además, rodeados de monocultivos de pinos y de eucaliptos, que impiden salir adelante a la mediana y pequeña agricultura.

Esto también afecta a quienes no están involucrados directamente con este conflicto, del que no se ha hecho cargo el Estado, generando un avance mucho más lento para todos los que compartimos este territorio y nos desarrollamos en él. También está afectando las actividades comerciales, el desarrollo en los territorios, porque faltan industrias y empleos.

La justicia social es necesaria para todos, mapuches y no mapuches, del mundo urbano y del rural. El diálogo debe darse con todos, y lo fundamental es que se hagan gestos que devuelvan la confianza para llegar a la paz.

Si duda, la solución para este problema es político y social, pero lo que hemos visto en los últimos días es todo lo contrario: una respuesta desde el lado de la fuerza, de la coacción; pero esa no es una respuesta correcta. Por ello hemos fracasado en esa estrategia y, lamentablemente, nos hemos llenado de querellas que se van acumulando y son solo un saludo a la bandera, porque no tienen efectos en materia de responsables o una adecuada investigación. Entonces, cabe preguntarse: ¿No será necesario cambiar una estrategia que no funciona por largos años y que solo crea más problemas en lugar de solucionarlos?

Quiero decir, con mucha fuerza, que no queremos un comando Jungla 2, porque eso le costó muy caro a nuestra región, a una familia, a un pueblo.

No podemos olvidar que la instalación de la fuerza terminó con la vida de Camilo Catrillanca y evidenció la falta de control político sobre las policías y este nuevo accionar para solucionar los problemas. No queremos repetir ese tremendo error. Si a eso le denominan “paz social”, entonces no la queremos.

La Región de La Araucanía es muy rica por su diversidad cultural y geográfica, pero principalmente por las personas que vivimos en ella.

Por lo tanto, hago un llamado para que, por favor, atendamos esta situación cuya resolución no puede esperar más. Si bien hay comunas o territorios que no sufren directamente esta violencia, lamentablemente ellos también se ven afectados y, por lo tanto, quieren que el Estado se haga cargo y resuelva un problema que se viene arrastrando por más de 100 años.

Hoy, como parte del Estado derecho y como Poder Legislativo, estamos sesionando sin problemas; el Ejecutivo trabaja en la región sin problemas y el Poder Judicial desarrolla su trabajo. Por lo tanto, el Estado de derecho sí funciona en la Región de La Araucanía; lo que no funciona es el Ejecutivo, el gobierno, que no adopta las medidas necesarias para atender las demandas de los habitantes de nuestra región.

He dicho.

El señor UNDURRAGA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra, vía telemática, el diputado Jorge Rathgeb .

El señor RATHGEB (vía telemática).-

Señor Presidente, comienzo mi intervención con un especial reconocimiento a los integrantes del pueblo mapuche, a aquellos que son víctimas también de la violencia en la Región de La Araucanía, que tienen apellidos como Neculñir, Lepumán , Neyes , Huenchumán , Nahuel , Maril , Rapimán , Cayupán , Railaf , entre otros, y también quiero hacer un claro distingo respecto de aquellos violentistas que no representan al pueblo mapuche.

Hoy se dice, antropológicamente, que la gran mayoría de la población chilena, al menos en 90 por ciento, tiene sangre de nuestros pueblos originarios, y que el ciento por ciento de quienes se identifican con esos pueblos tiene sangre de otras latitudes, dado que se ha generado un mestizaje por casi quinientos años.

Los pueblos originarios que se integraron a nuestra patria y la defendieron, que hoy progresan y quieren salir adelante, son realmente nuestro orgullo, no así los violentistas.

Pido con respeto hacer un llamado a los distintos sectores a condenar la violencia contra obreros, campesinos, pequeños emprendedores, pequeños transportistas, y a contribuir al diálogo. Es incomprensible la falta de condena a atentados contra fuentes laborales, por ejemplo, incendios, cuyo objeto son sementeras, campos de trigo, avena y frutas, producción ganadera, entre otros. De esa manera, se pone en riesgo la seguridad alimentaria de la Región de La Araucanía y de todo un país.

Debemos sumarnos a un trabajo bien fundamentado. En ese sentido, llama la atención que haya diputados que hablan de las víctimas sin haber conversado con ellas. Por eso, hago un llamado para que la gente se sume finalmente a este trabajo y no plantee cosas en el aire. Aquí hay una deuda histórica con aquellos que son efectivamente representantes de los pueblos originarios y no con aquellos violentistas incapaces de dar la cara y enfrentar como corresponde esta situación.

Lamentablemente, se ha criminalizado al pueblo mapuche. No es este el que comete los hechos de violencia, sino personas que han ocupado esa causa para generar intranquilidad, pobreza, falta de trabajo y cesantía, y colocar en riesgo nuestra propia seguridad alimentaria.

Entre todos debemos esclarecer los hechos, con altura de miras y con la presencia de los verdaderos representantes del pueblo mapuche, no con los violentistas, que solamente quieren imponer sus ideas a través de la fuerza. Esa no es la manera. Por ello, hay que aplicarles el máximo rigor de la ley. Al contrario, a aquellos que quieren progresar en paz y tranquilidad, hay que entregarles todas las oportunidades.

Aquí hay una historia anterior al descubrimiento y a la colonización, lo cual implicó invasiones, desplazamientos y aniquilamiento de pueblos, muchos de los cuales ya no existen. Esto también debe ser parte de la historia.

Es nuestro deber como parlamentarios condenar férreamente la violencia, apoyar al gobierno, entregar los apoyos para que se esclarezcan los hechos y apoyar a nuestros pueblos originarios, que han sido desplazados por los violentistas. Estos solo quieren ocupar la causa mapuche como excusa para generar intranquilidad en una región que quiere paz y progreso con base en el trabajo de todos.

He dicho.

El señor MUGA (Prosecretario accidental).-

Proyecto de resolución N° 1.196, de los diputados Celso Morales , Osvaldo Urrutia, Juan Antonio Coloma , Juan Fuenzalida , Cristhian Moreira , Gustavo Sanhueza , Enrique van Rysselberghe , Sergio Bobadilla , Iván Norambuena y Nino Baltolu , que en su parte dispositiva expresa lo siguiente:

La Cámara de Diputados acuerda solicitar a su excelencia el Presidente de la República la disposición de medidas que garanticen la seguridad y el desarrollo de la población en la Región de La Araucanía y de la provincia de Arauco.

El señor MUGA (Prosecretario accidental).-

Proyecto de resolución N° 1.197, de los diputados Giorgio Jackson y Jorge Brito , y de la diputada Camila Vallejo , que en su parte dispositiva expresa lo siguiente:

La Cámara de Diputados acuerda solicitar a su excelencia el Presidente de la República que instruya la desmilitarización de La Araucanía y el retiro de la urgencia al proyecto de ley que fortalece y moderniza el Sistema de Inteligencia del Estado.