Labor Parlamentaria

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

En el Orden del Día, corresponde continuar el debate del proyecto de ley, iniciado en moción, que modifica el Código Sanitario en materia de seguro de responsabilidad civil por daños causados en el ejercicio de la medicina, correspondiente al boletín N° 14837-11.

Para la discusión de este proyecto se otorgarán cinco minutos a cada diputada y diputado que se inscriba para hacer uso de la palabra.

Antecedentes:

-La discusión del proyecto de ley se inició en la sesión 119ª de la legislatura 370ª, en martes 17 de enero de 2023 -ocasión en que se rindió el informe de la Comisión de Saludy continuó en la sesión 33ª de la legislatura 371ª, en miércoles 17 de mayo de 2023.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Hernán Palma .

El señor PALMA.-

Señor Presidente, quiero comentar a la honorable Sala que durante más de treinta años acumulé experiencia asesorando a un staff jurídico que se dedicó a la persecución de la mala práctica de los equipos profesionales y, desgraciadamente, de algunos colegas médicos. Durante largas horas nos dedicamos a revisar extensas fichas, puesto que la interpretación de los códigos del lenguaje médico no es de fácil lectura para quien no está familiarizado con ellos.

No pocas veces nos encontramos con extravíos de fichas, extravíos o cambios de hojas e, incluso, situaciones en que se introducían conceptos nuevos en el historial médico de los pacientes afectados.

Es de público conocimiento el caso del juez chileno que fue operado de la cadera no lesionada. Y ni hablar de la querida actriz Rebeca Ghigliotto , quien concurrió al médico tempranamente por la aparición de un nódulo mamario, el cual le dijo: “No te preocupes. Vete de vacaciones y lo revisamos en marzo”. Cuando volvió de vacaciones, Rebeca ya tenía nueve nódulos, lo que finalmente, como es de público conocimiento, le costó la vida.

Asimismo, conozco el caso de un pintor joven cuyos padres se autoexiliaron, quien volvió a Chile a los 31 años de edad. Fue operado de la nariz, puesto que tenía desviado el tabique nasal, y por no cumplir un protocolo de liberación de un foco séptico en las cavidades maxilares, terminó con una ceguera total por daño en el quiasma óptico.

También está el caso de una chica cuyo nombre coincidía con el de otra en una sala de hospital. Cuando pidieron al camillero que llevara al pabellón a la chica que debía ser intervenida por una apendicitis, se equivocaron y terminaron operando a la que no tenía apendicitis, mientras la otra murió de peritonitis horas más tarde.

Igualmente, el de un joven que concurrió al médico por un problema dermatológico, un herpes, que se trata con antivirales, y el médico lo interpretó como una dermatitis atópica y le colocó una alta dosis de corticoides, provocando así el único caso que conozco de muerte de un menor de 16 años por septicemia por herpes zóster. ¡Es insólito!

Sin duda, es impensable que un médico o que un equipo profesional ingrese a un pabellón o atienda a una persona con la finalidad de matarla -salvo que haya trabajado con los aparatos de seguridad del Estado en tiempos de dictadura-; no cabe duda de que no existe dolo ni mala intención, pero la negligencia es un hecho.

Ninguna indemnización puede devolverle la vida ni el bienestar a alguien que ha sido dañado; sin embargo, es lo mínimo que merecen las familias de los afectados, que además quedan endeudadas por largos períodos. Porque lo peor de todo es que la gente muere o queda con daños, lesiones secundarias graves y, más encima, la familia queda con deudas multimillonarias con las clínicas, sobre todo privadas.

Finalmente, quiero rendir tributo a un joven que hoy tendría aproximadamente 40 años de edad, de apellido Leufumán , quien por el solo hecho de ser mapuche se la pasó cinco años en un juicio que nunca llegó a su término.

Leufumán murió a los cuatro años, porque se cayó de una camilla, se golpeó el cráneo y quedó con secuelas definitivas que al final le costaron la vida.

Vaya mi tributo a su familia, que ha tenido que acarrear con este dolor durante décadas. Por lo anterior, quiero reafirmar mi disposición a apoyar este proyecto.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Agustín Romero .

El señor ROMERO (don Agustín).-

Señor Presidente, pensemos en el siguiente caso hipotético: María , una mujer de 45 años, acude a un establecimiento de salud cualquiera para someterse a una cirugía de extirpación de vesícula biliar. Durante el procedimiento, el cirujano encargado comete un error crucial al dañar involuntariamente un conducto biliar principal. La confusión en los equipos médicos, en los registros y dentro del equipo quirúrgico contribuyó también a este trágico error. Como resultado, María experimentó una serie de complicaciones posoperatorias graves, lo que requirió una segunda cirugía para corregir su situación.

Esa negligencia médica dejó a María con secuelas físicas y emocionales significativas, afectando su calidad de vida y generando la necesidad de un largo proceso legal para buscar justicia y compensación por los daños.

Bueno, esa historia representa una realidad que muchas personas enfrentan en nuestro país.

Reconocemos y felicitamos la calidad de la medicina, la labor de los médicos, su dedicación y entrega incansable en el cuidado de la salud de sus pacientes. Sin embargo, también debemos reconocer que Chile no puede seguir sobrecargando la mano a los pacientes y dejándolos desprotegidos ante eventuales errores o negligencias en el ejercicio de la medicina.

Es por eso que este proyecto de ley se vuelve fundamental. Establecer para quienes ejercen profesiones del área de la salud, así como para los centros asistenciales la obligación legal de contratar un seguro de responsabilidad civil por los eventuales daños que puedan ocasionar a los pacientes es un paso crucial para asegurar la protección de los derechos de las personas.

Además, desde esta bancada hemos presentado una indicación para alterar la carga de la prueba en los casos de negligencia médica. Hoy es el paciente el que debe probar la negligencia de un médico y de su equipo. Hay una absoluta asimetría en el acceso a la información que impide controvertir a un equipo médico. A los costos de un peritaje se debe sumar la defensa corporativa, porque en todas las profesiones a los colegas no les gusta atestiguar en contra o hablar mal de sus colegas.

Esta indicación busca más justicia y acercarnos a la equidad, lo cual es fundamental para la prueba del error en los juicios. No obstante, como ocurre en todo proyecto, es necesario mejorarlo. Por ello hemos identificado ciertos puntos que requieren atención, como la consideración de la obligación médica como una obligación de medios y no de resultados. También es importante definir límites a la imposición de requisitos para la práctica médica, de modo que no se convierta en una carga desproporcionada para nuestros profesionales de la salud.

Aprobaremos este proyecto de ley, porque nuestro país merece contar con un sistema de salud en el que los pacientes se sientan protegidos y confiados, y donde los médicos puedan ejercer su labor sin temores injustificados.

Recordemos que la salud y el bienestar de nuestra sociedad son tesoros invaluables. A través de esta iniciativa buscamos sentar las bases para una justicia más equitativa y una atención médica de calidad para todos los ciudadanos de Chile.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Andrés Longton .

El señor LONGTON.-

Señor Presidente, primero que todo, lamento el terrible fallecimiento de una guagüita de tan solo dos meses en San Antonio por falta de atención médica, por falta de priorización y también por una insensibilidad cada vez mayor en los centros de salud. Su caso tiene que ver directamente con este proyecto y es un reflejo de lo que le ha sucedido a muchas familias, algunas de las cuales nos acompañan en el hemiciclo.

Quiero nombrar algunos casos. Martín Reinoso , un niño de dos años, de San Esteban, provincia de Los Andes, pasó por cuatro médicos antes de que le diagnosticaran amigdalitis. Lamentablemente, murió el año 2019.

Isabela , de cuatro años de edad, de Viña del Mar, murió de meningitis. Ella fue mal diagnosticada: la mandaron para su casa en reiteradas ocasiones, porque los médicos dijeron que se trataba solo de un virus y, por lo tanto, sus padres no debían preocuparse.

Tenemos el caso de Amelia. En el hospital Carlos van Buren dijeron que no había cama UCI, y falleció.

Jacqueline Bascuñán, de San Felipe , se sometió a una cirugía plástica reconstructiva, pero presentó molestias después de la operación. Le dijeron que no había camas disponibles y falleció. Después, el hospital San Camilo , de San Felipe, reconoció que sí había camas disponibles. Jacqueline ya no está con nosotros. Tuve la oportunidad de estar con su hijo hace pocos días.

Daila , de cuatro meses de vida, fue mal diagnosticada. Tanto en Llay-Llay como en San Felipe dijeron que no había camas para atenderla. Falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio.

Williams Cádiz , en Los Andes, era alérgico a los antibióticos y así lo decía su ficha de salud, que estaba a disposición de los médicos. ¿Qué hicieron? Le pusieron un antibiótico y falleció.

¿Quién se hace cargo? Ese es el tema. ¿Quién se hace cargo? Hay un ocultamiento, una protección entre los establecimientos de salud, lo que termina profundizando ese dolor. Tenemos largos juicios, servicios que no responden, personal que se protege, mediaciones que no sirven para nada. ¡Son más de 7.000 casos en los últimos años! ¿Y quién repara ese dolor? Nadie.

Los peritajes demoran una eternidad en realizarse porque no hay recursos, las auditorías internas no se entregan, no se realizan los sumarios y las penas son bajas. Al respecto, presentamos un proyecto para subir las penas por negligencia con resultado de muerte.

Podría relatar una infinidad de casos de familias con las que me he reunido y que no tienen justicia. Se ha normalizado la muerte, que es lo más terrible. La falta de humanidad y de empatía que se ve reflejada en las respuestas que les entregan a las familias es brutal. Nadie puede normalizar un mal diagnóstico ni una mala atención médica. Muchos niños, niñas y familias enteras deberían estar junto a sus seres queridos.

Este proyecto establece un seguro de responsabilidad civil para que los establecimientos respondan. Llegamos a un acuerdo en la comisión para que fueran los establecimientos de salud y no los médicos, aunque mi idea era que fuesen los médicos, como sucede en otros países, para que exista mayor certeza de que habrá reparación. Por supuesto, no habrá reparación de la muerte, pero sí habrá un poco de justicia para familias que deben vivir toda una vida persiguiendo a los responsables. La información se oculta de manera deliberada para que la verdad no salga a la luz, y eso complica, además, la labor a la Fiscalía, que tiene que esperar, a veces, muchos años para tener los peritajes.

Entonces, este es un mínimo acto de justicia para aquellas familias que perdieron de manera dolorosa a uno de los suyos y no tienen respuesta. Los centros de salud se deben hacer cargo de que tener una actuación diligente de quienes se preocupan por la vida de los demás es lo mínimo que tienen que hacer, y eso hoy no se está realizando.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Ana María Gazmuri .

La señora GAZMURI (doña Ana María).-

Señor Presidente, desde ya anuncio mi voto a favor de este proyecto, de autoría del diputado Longton , a quien acabam os de escuchar. Lo felicito, porque esta iniciativa es un apoyo a las familias, especialmente a los padres del pequeño Martín , de dos años, quien falleció -como sabemosen el hospital de Los Andes. Las irregularidades del sistema para solicitar antecedentes sobre los hechos y buscar las responsabilidades fueron los motivos que tuvo a la vista el diputado Longton para presentar la moción.

Estuvimos con la mamá de Martín en la Comisión de Salud y conocimos el largo proceso que ha sido buscar la verdad respecto de la atención que recibió su pequeño hijo, porque, hay que decirlo, hoy las familias se ven solas enfrentadas a todo el aparataje burocrático de los recintos hospitalarios, a lo que se suma la defensa cerrada que realizan algunos profesionales de la salud ante las negligencias o irregularidades cometidas por sus colegas y las dificultades propias de querer demandar en sede civil por daños causados por mala praxis médica. El caso de Martín se repite en las niñas Pascal Guajardo y Roxana Castillo , atendidas en centros asistenciales de La Florida.

Sabemos que todos los médicos ejercen su labor sin querer causar daño, pero esto ocurre muy a su pesar. Por eso, es importante, sin querer estigmatizar y valorando el trabajo que desempañan los médicos, avanzar en la materia.

Quiero recordar un hecho que me tocó vivir. Hace 15 años casi pierdo a mi hija producto de una negligencia médica, ya que en su parto, realizado mediante una cesárea, le pasaron a llevar su arteria uterina, la que fue cosida durante la operación, lo que no se comunicó ni a la paciente ni a su familia. Mi hija tuvo una hemorragia generalizada que casi le cuesta la vida en dos ocasiones. El médico solo cuando fue interrogado por una comisión médica especializada, dada la alta gravedad del caso, contó lo que había pasado.

Esa negligencia médica le pudo haber costado la vida a mi hija en el momento en que dio a luz a mi nieto Manuel , que va a cumplir 15 años de edad. Por supuesto, ese ginecólogo no tuvo ninguna sanción ni fue posible que se hiciera cargo o respondiera por el grave daño ocasionado.

El que acabo de relatar es un caso cercano -le tocó a mi hija-, pero quizá cuántos más hay que no conocemos.

Insisto: este proyecto no es en absoluto en contra del gremio médico, sino todo lo contrario, pues en la medida en que podamos asignar responsabilidades y hacernos cargo cuando se ha producido un daño, protegeremos la dignidad y la honra del cuerpo médico, lo cual valoramos profundamente.

Por supuesto, hay que hacer ajustes a este proyecto; tenemos que mejorarlo, afinar algunos detalles que dicen relación con cómo se definirá quién tiene la responsabilidad en una eventual negligencia, pues esta depende del poder de decisión y ejecución del acto. No obstante, reitero mi apoyo a este proyecto que, sin duda, es un avance, ya que por un lado se asegura a las familias que quienes sean responsables de los daños respondan por ello en la medida de su participación en los hechos.

Por otro lado -esto es importante-, permite que los médicos puedan actuar con mayor tranquilidad y, a su vez, contar con los recursos necesarios para responder en caso de cometer un error que cause algún daño en el ejercicio de su profesión. Es lo que me hubiese gustado hace 15 años, cuando casi le quitan la vida a mi hija y ni siquiera fueron capaces de comunicar lo sucedido para haber atendido a tiempo una emergencia vital.

Todo el apoyo a este proyecto, en el entendido de que hay que mejorarlo y pulirlo en la Comisión de Salud.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Mauricio Ojeda .

El señor OJEDA.-

Señor Presidente, en primer lugar, felicito y agradezco a los autores del proyecto, pues la iniciativa me parece de toda lógica. En lo personal, cada vez que he visitado un centro asistencial, ya sea un cesfam, consultorios u hospitales, me he encontrado con médicos -aquellos que son diputados y médicos me disculparán por lo que diréque se creen, literalmente, semidioses, pues se encuentran completamente alejados de la realidad y de la sensibilidad que deben tener con los ciudadanos.

Hay un colapso gigantesco en el sistema de salud; de hecho, creo que el sistema de salud en Chile hoy está en la UTI. Lamentablemente, no tenemos camas y, por tanto, el sistema sigue colapsado y muere gente.

Los médicos, muchos de ellos sin ninguna sensibilidad, cometen errores por estar distraídos. Esos descuidos terminan en negligencias médicas que les cuestan la vida a muchos pacientes.

¿Quién paga? Siempre es el Estado el que debe hacerse cargo. Por lo tanto, felicito y aplaudo este proyecto que busca que los médicos se hagan responsables de sus actos.

No podemos obligar a esos profesionales, a través de un proyecto de ley, a ser sensibles con lo que viven quienes llegan a un centro asistencial. Imagino que a nadie le gusta llegar a un centro médico; es uno de los peores momentos por los que debe pasar un ser humano.

¿Con qué nos encontramos allí? Salvo honrosas excepciones, con personal médico endiosado, que maltrata a la gente. Eso no lo podemos permitir. Contar con un seguro es de toda justicia y de toda lógica para que el personal médico responda por cada error que cometa.

Resulta imposible no mencionar la muerte de una bebé de dos meses en San Antonio. Era una situación que se veía venir, porque forma parte del colapso y de la mala precisión con que se trabaja en materia de salud.

Muere una bebé de dos meses porque no hay camas; solamente en Arica había una cama. Hoy, el subsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos , plantea que va a poner en práctica varias medidas en respuesta a la muerte de la bebé. ¿Por qué no lo hizo antes?

El subsecretario Fernando Araos plantea, como parte de esa campaña, que se va a acelerar la habilitación de camas. También plantea que van a reconvertir camas de adultos a infantiles, que están buscando pacientes más estables para trasladarlos a otros establecimientos y que están reforzando el sistema con profesionales de la Unidad de Gestión Centralizada de Camas del Minsal. ¿Tiene que morir una bebé de dos meses para que tomemos esas acciones? ¿No sabíamos lo que iba a pasar con el virus sincicial, que, históricamente, ha matado niños en nuestro país?

En primer lugar, es momento de que el subsecretario de Redes Asistenciales ponga, por decencia, su cargo a disposición. En segundo lugar, los médicos que se creen semidioses tienen que poner los pies sobre la tierra y saber que trabajan con personas que viven su peor momento como seres humanos cuando están enfermos y se debaten entre la vida y la muerte.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Ximena Ossandón .

La señora OSSANDÓN (doña Ximena).-

Señor Presidente, este proyecto es sumamente sensible y, en nuestra opinión, ampliamente esperado por una gran cantidad de personas.

No hay nada más terrible para una familia que el dolor por la pérdida de un ser querido. No hay nada que pueda aliviar ese dolor, sobre todo cuando existe convencimiento de que hubo negligencia médica. Además, al sufrimiento se agrega el hecho de que no se abren puertas para buscar justicia. Aunque la justicia no podrá recuperar una vida, brinda un poco de tranquilidad al saber que seremos parte de un sistema que, probablemente, va a prevenir que eso les suceda a otras personas.

Es de toda lógica que los establecimientos de salud se hagan cargo de las negligencias. Aquí la pregunta es por qué no lo hacen los médicos. Bueno, tenemos que comenzar por algo y me parece que es importante que los establecimientos se hagan cargo de las contrataciones, que su personal tenga las capacidades y que también cuente con un seguro en caso de negligencia médica.

Claramente, no todas las negligencias son intencionales; ocurren por distintas circunstancias, pero, lamentablemente, los costos son irrecuperables. Quiero dejar en claro que esto debe aplicar para todos los establecimientos, tanto privados como públicos. Muchas veces legislamos solo atendiendo a los primeros. Creo que en este caso la salud debe ser igual para todos.

Lamentablemente, esto no termina aquí, porque tenemos un gran detalle: el Servicio Médico Legal reconoce que no tiene peritos para terminar con las causas, no tiene especialistas. Llevar a cabo un juicio sin la presencia de un perito no tiene sentido, ya que nos enfrentaríamos a la misma situación que ocurre actualmente en casos de cirugías estéticas, cual es que las causas prescriben, ya que el Servicio Médico Legal no cuenta con personal especialista para llevar a cabo los informes.

Ese es un tema que tenemos pendiente con la ministra de Salud. No vamos a sacar nada con tener seguros si el proceso no se puede llevar a cabo por el Servicio Médico Legal, que es muy importante en esto, pues es el que realiza el peritaje final.

Finalmente, quiero enviar un abrazo. Ayer presenciamos en las redes sociales el trágico evento relacionado con Mia y es fundamental mantener la empatía. Ese abrazo está dirigido a los padres que han sufrido esta pérdida irremediable. Ese es mi sentir y me imagino que el de todos acá, más allá de las consecuencias políticas que esto pueda tener.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Alejandro Bernales .

El señor BERNALES.-

Señor Presidente, en primer lugar, debo decir que sí existe la mala atención médica, pero invitaría a no generalizar al respecto. En este momento hay miles de médicos, enfermeros y técnicos trabajando para salvar cientos de vidas en el actual colapso que viven las redes hospitalarias por el alto índice de niños afectados por enfermedades respiratorias.

Este proyecto está bien, pero no generalicemos, porque también hay que reforzar y reconocer la labor que cumplen cientos de funcionarios públicos, médicos y enfermeras, en los hospitales de nuestro país.

Esta iniciativa va en una buena dirección, ya que busca hacerse cargo de generar algo de justicia y equilibrar las fuerzas en el contexto de largos juicios y sumarios entre pares. Las familias nos presentan estas denuncias cuando ocurren desgracias, como las que han relatado quienes me han antecedido en el uso de la palabra, las cuales también hemos atendido en nuestra diputación. Por ejemplo, un niño de seis años fue mal diagnosticado. Finalmente, resultó que padecía hanta y falleció. Hace un par de semanas, una joven de quince años acudió a un especialista para que le extrajera una muela y también falleció.

Respecto de uno de nuestros casos más emblemáticos, quiero agradecer al Presidente de la República, ya que cuando fue a Puerto Montt se reunió con la mamá de Benjamín Talma, joven que estuvo esperando doce horas en la urgencia de un hospital y que, lamentablemente, también falleció.

Este proyecto apunta en la dirección correcta, porque se hace cargo de algo que ocurre no solo en los hospitales de provincia, sino también en clínicas de Las Condes. En Puerto Montt, uno de nuestros empresarios más reconocidos, don Jaime Almonacid , también falleció aparentemente por una negligencia médica en Santiago. Él fue trasladado de Puerto Montt a Santiago.

Entonces, efectivamente, necesitamos entregar más herramientas a las familias que tanto dolor sienten al ver partir a un ser querido, para que se sientan más protegidas, porque a la hora de hacer una denuncia o de entablar un juicio ocurre lo que he relatado: largos procesos, que además son muy dolorosos. Esas familias sienten que están en la vereda de que la justicia no les va a favorecer, porque encuentran que se están enfrentando a quienes tienen un gran poder. Temen a esos sumarios entre pares. Esta iniciativa viene a equiparar esas fuerzas.

Por lo tanto, desde la bancada del Partido Liberal vamos a votar a favor este proyecto. Nuevamente, llamo a poner el equilibrio en nuestras palabras, por el tremendo rol que están cumpliendo en este momento los funcionarios de los servicios de salud en todo Chile, ante el colapso que estamos viviendo.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Leonardo Soto .

El señor SOTO (don Leonardo).-

Señor Presidente, hoy vamos a tener que tomar la decisión de aprobar o rechazar la idea de legislar un proyecto que modifica el Código Sanitario para establecer un seguro de responsabilidad civil obligatorio por los eventuales daños que se han causado en el ejercicio de la medicina.

Este es un seguro por daños en favor de los que practican la medicina. Es sabido que en nuestro país, en general, existe un buen concepto de la profesionalidad de los médicos chilenos. Tienen un nivel de especialización gradual, pero también muy intenso. Yo diría que, en general, son muy respetados en cuanto a su compromiso con los pacientes y, sobre todo, sus capacidades para recuperar la salud de muchos en condiciones difíciles. Hoy, la ciencia y, sobre todo, la profesión médica en Chile está bien valorada.

Pero como toda profesión no es infalible. Los médicos trabajan regularmente con la salud y la vida de las personas, y hay un cierto margen de error que se comete como en todo acto humano. Prácticamente, hablamos de negligencia médica, es decir, de actos de impericia, de actos de poca concentración o, derechamente, de mala práctica o de práctica defectuosa por parte de médicos que producen daño a sus pacientes. En algunas ocasiones producen daños graves, y en otras ocasiones, la muerte del paciente.

Estos casos de negligencia médica son de distintos tipos. Por ejemplo, malas decisiones en el momento en que llega el paciente, en el caso de urgencias; baja detección de las contraindicaciones que tienen los pacientes, porque a veces les inyectan antibióticos que están contraindicados, o derechamente olvido -esto es muy típico en los actos de negligencia médica de partes del instrumental al interior de los pacientes.

Entonces, aquí se propone como solución para resguardar a las víctimas de negligencias médicas que se obligue a todos los profesionales de la medicina a tener un seguro civil por daños causados, de tal manera que, cuando se produzcan estos actos, exista un sistema de seguros que pueda responder a los pacientes por las negligencias médicas, por los tratamientos recuperativos y por todo lo que corresponda y que dé origen a las responsabilidades de los médicos.

Pero me parece que se elige un camino que no es adecuado, porque este proyecto partió con esta idea, pero en la comisión respectiva finalmente aprobaron que los establecimientos de salud, las clínicas y los consultorios, públicos o privados, sean los que deban tomar estos seguros. Lo raro es que los responsables de los actos médicos fallidos o negligentes no son los centros médicos, no son las clínicas, no son los consultorios, sino que son los propios médicos.

Entonces, pareciera que esto es muy ventajoso para los médicos, porque hoy muchos toman una póliza de seguro a través del Colegio Médico, tienen un fondo de ayuda mutua y tienen una cartera de seguros que les ofrece el sistema general, y ahora se dice que los consultorios, los hospitales públicos o los establecimientos privados deberán tener esta póliza.

Me parece que es una buena idea proteger a los pacientes, que es una buena idea darles una cobertura rápida, efectiva y oportuna cuando se producen actos de negligencia -que no son actos dolosos, sino de negligencia, pero que ocurren-, pero no hacer cargo de esta responsabilidad al que la produjo prácticamente opera como un incentivo. Un médico que no se perfecciona, que no estudia y que no se preocupa concienzudamente de sus pacientes puede estimar que otros deben responder y que no tiene mayor castigo en caso de negligencia.

Por eso, voy a aprobar en general este proyecto, porque me parece que es una buena idea, pero en particular los integrantes de la comisión deben poner el foco en hacer responsable a los médicos cuando haya mala praxis médica o negligencia médica, para que se hagan cargo de las consecuencias de sus actos. Eso no lo hace este proyecto de ley.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada María Luisa Cordero .

La señora CORDERO (doña María Luisa).-

Señor Presidente, me había abstraído, porque no quería participar en esta discusión, pero, recogiendo las opiniones de mis colegas en la Sala, les quiero contar una anécdota y por qué decidí ser psiquiatra.

Yo quería ser psiquiatra, porque como estudiante era buena para la literatura y para la historia, pero terminé de convencerme el día que ayudé a un urólogo a operar a un paciente de la próstata en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, en 1967.

Había dos cirujanos operando. En ese tiempo no era como es ahora, que es muy poco agresiva la cirugía para extraer la próstata. Para decirlo como en el mundo minero, la cirugía era a tajo abierto. En aquella ocasión estaba el jefe del equipo, más su ayudante y dos estudiantes de medicina, entre los que estaba yo, para separar. Uno terminaba con los brazos dormidos, tratando de separar el abdomen del paciente que estaban operando. El jefe del equipo estaba contando copuchas, que había ganado la Universidad Católica y cuántos goles habían metido, y de repente me fijo que él estaba cosiendo la pared abdominal a las tripas del paciente. ¡Cinco puntos llevaba! Mi compañero de separación me hizo un gesto para que me callara, y yo le dije que no.

Dije: “Profesor, está cosiendo las tripas -tuve que decir “el intestino delgado” a la pared abdominal. Cuando lo cierre, ese paciente se va a morir de obstrucción intestinal”. Mi compañero me miró como diciendo: “Idiota, te van a suspender, te van a echar para afuera”, pero el urólogo tuvo una reacción fantástica, porque me dijo: “¡Gracias, señorita Cordero !”, y soltaron esos cinco puntos que iban a llevar a la muerte a ese paciente.

Ese día decidí dedicarme definitivamente a la psiquiatría, porque es difícil que un psiquiatra mate a un paciente por negligencia. Tendría que ser muy bruto, muy ignorante y no saber nada de farmacología, porque en esa área de la medicina las muertes pueden ser por sobrecarga de medicamentos.

Quería contar esa historia, porque pasan muchas cosas dentro de los hospitales. Se conversa mucho en los pabellones; hay mucha conversación.

La otra cosa que quiero decir es que los futuros colegas y los colegas formados están estudiando con monos de goma. Esos monos de goma, que antes eran para acompañar a los solitarios en sus actividades sexuales, ahora se transformaron en cadáveres para los médicos que se están formando. ¿Ustedes saben de qué color es el hígado en el cadáver de plástico? Es de color amarillo, en circunstancias de que el hígado en la realidad es de color dulce de membrillo.

Entonces, me imagino a las personas que están aprendiendo anatomía con un mono de goma, porque algo distinto pasa cuando uno diseca un cadáver. En lo personal, a mí me tocó disecar el cadáver de una anciana. Cuando terminamos el curso de anatomía en la Universidad Católica, yo le hice una misa, le inventé un nombre y le agradecí que me haya permitido aprender a disecar un cuerpo.

Entonces, quise contar todo esto, porque tal vez presente un proyecto de resolución para que se prohíba en las facultades de medicina, que se han transformado en negocios formadores de “diostores”, enseñar anatomía con monos de plástico.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Francisco Pulgar .

El señor PULGAR.-

Señor Presidente, si digo el nombre del hospital de Talca, donde nací, todos van a recordar el estigma que, lamentablemente, recae sobre este centro hospitalario, dado el sinnúmero de irregularidades por negligencias.

Más allá del proyecto en debate, quiero hablar de Alonsito, un niño que sufrió un accidente en la escuela Paso Nevado, de la comuna de San Clemente.

No existe certeza de si, en la oportunidad, se le aplicó el protocolo de accidentes escolares. Alonso fue entregado a sus padres, quienes lo trasladaron a la posta de salud rural El Colorado, donde recibió la primera atención. Sin embargo, su salud empeoró y fue derivado al hospital de Talca, donde fue sometido a una intervención quirúrgica, que tuvo un desenlace fatal a causa de una hemorragia intracerebral, de etiología aún por determinar.

Estuve con Alonsito en las carreras a la chilena que se realizaron con ocasión del 18 de Septiembre, y una semana después fallecía en el hospital de Talca, recinto que para la gente que vive en la Región del Maule se ha transformado nuevamente en un problema por las listas de espera y el excesivo tiempo de espera para la atención de urgencia, que va de dos y hasta más de doce horas.

Me reuní con la recién asumida directora del Servicio de Salud Maule y con el exdirector del hospital de Talca -digo “ex” porque nuevamente lo cambiaron-, y concluimos que existía un problema de diseño, que está por mejorar.

Por tanto, el mensaje a la ciudadanía es que sea paciente, que tenga más paciencia, mientras siguen falleciendo personas.

Lo anterior se da en el espectro urbano, pero también tenemos problemas estructurales, que son conocidos por todos, en el hospital de Curicó, el cual lleva años en construcción.

Los habitantes de la provincia de Curicó siguen siendo paciente s, y con más paciencia esperamos que este año sí lo entregue el Presidente Boric , y no como lo hizo el Presidente Piñera , que instaló una placa que no sirvió para nada, porque no atendieron a ningún paciente.

Si nos vamos un poco más al sur, llegamos al hospital de Linares, que está en conflicto con la constructora por acuerdos de aumentos de dinero para las obras. La construcción sigue en espera, va lenta, mientras los habitantes de la provincia de Linares esperan pacientes por una solución que permita terminar la construcción de su hospital.

Y me voy a la zona costera de la provincia de Cauquenes, donde también pusieron otra primera piedra. Si esto parece una pirca y la gente de Cauquenes lo va a corroborar. Da vergüenza el sistema de salud.

Lo descrito no tiene ninguna relación con el trabajo con vocación que realiza el personal de la salud, pero está claro que aquí hay gente endiosada, a la que no se le puede decir nada, no se puede cuestionar, y la propuesta de este proyecto de ley vendría siendo una suerte de “seguro” para las víctimas de un sistema que está endiosado, al que prácticamente no se puede tocar.

Pero para eso, señor Presidente, más allá de este seguro, necesitamos asesorías para las víctimas, porque no solo hay víctimas de la delincuencia, sino que también hay víctimas de un sistema de salud que, más allá de estar colapsado, tiene un problema de diseño.

Y para esas víctimas no se necesitan solo abogados, sino también peritos que realicen los peritajes que permitan resolver la disyuntiva de a quién le corresponde la responsabilidad.

Quienes conocemos el Servicio Médico Legal, en mi caso, porque en él hice mi práctica, conocemos las deficiencias de que adolece el sistema, sabemos de sus necesidades y, por eso, me voy a sumar a esta iniciativa en materia de seguro.

Con todo, quiero insistir en un punto y sentar un precedente: la salud tiene un problema, y no tan solo relacionado con la salud, sino también de diseño, cuyo costo lo pagan aquellas personas que a las 2 o 3 de la mañana esperan por una atención médica, en un país que dice…

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Ha concluido su tiempo, señor diputado. Tiene la palabra el diputado Cristhian Moreira .

El señor MOREIRA.-

Señor Presidente, el proyecto pretende establecer un seguro de responsabilidad civil o un mecanismo de provisión de fondo de reserva en caso de negligencias médicas.

Durante la discusión en la Comisión de Salud, se aprobó una indicación de los diputados Lagomarsino y Longton , para incluir al sistema público en este seguro. Es evidente que, al establecer esta clase de seguro para los servicios asistenciales públicos, se está incurriendo en gasto fiscal, por cuanto se deberán asignar recursos para que los prestadores contraten seguros o para financiar este fondo de reserva para cada centro asistencial.

El proyecto no cuenta -insistocon el patrocinio del Ejecutivo ni con un informe financiero que se haga cargo de la estimación del gasto fiscal que irrogaría la iniciativa.

El Ejecutivo señaló que compartía las finalidades del proyecto, pero no asumió ningún compromiso concreto de ingresar alguna indicación al respecto o de acompañar un informe financiero al proyecto.

Si bien compartimos la finalidad del proyecto, dado que una negligencia médica puede terminar, incluso, en la muerte del paciente, y resulta indispensable la reparación en sede civil de dicho daño, existen interrogantes que requieren un estudio con mayor profundidad.

En consecuencia, compartimos la idea matriz del proyecto, que además fue aprobado en general por la unanimidad de los integrantes de la Comisión de Salud, pero resulta necesario que vuelva a la comisión para insistir en el patrocinio del Ejecutivo, de manera de hacer efectiva la finalidad que se propone y no generar en la ciudadanía una expectativa imposible de cumplir.

Otro aspecto pendiente de resolución es determinar quién asumirá el costo de contratar estos seguros. Durante la discusión en la comisión, se consultó sobre si esta normativa significaría un eventual encarecimiento de las prestaciones para los pacientes, tema que no quedó del todo zanjado, lo que se hace aún más evidente en el caso de los prestadores públicos, ya que, al no contar con patrocinio del Ejecutivo, el proyecto no aclara de dónde provendrán los recursos para financiarlo.

La reparación del daño es un principio básico de nuestro ordenamiento jurídico, y en caso de que exista un deber especial de cuidado y protección de la vida e integridad física de las personas, como es el marco de las atenciones de salud, garantizar dicha indemnización es fundamental.

Por ello, a pesar de los reparos que pueden existir sobre el proyecto en estudio, compartimos plenamente la finalidad que este persigue. En tal virtud, consideramos que es posible subsanar esos reparos en un segundo informe de la Comisión de Salud.

Hago presente que ya se presentaron indicaciones al proyecto, de manera que deberá volver a la comisión para continuar su estudio.

En consideración a lo anterior, recomiendo votar a favor, para que vuelva a la Comisión de Salud para segundo informe.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Bernardo Berger .

El señor BERGER.-

Señor Presidente, honorable Cámara, antes de referirme al objeto del proyecto, quiero solidarizar con el dolor de los padres del pequeño Martín Reinoso , quienes compartieron su experiencia en la Comisión de Salud y relataron que tras cuatro diagnósticos errados en distintos centros asistenciales públicos, su hijo perdió la vida en diciembre de 2019.

Debido a esta dolorosa realidad y a muchas otras más, voy a apoyar este proyecto para que siga adelante con su tramitación, porque creo que un seguro de responsabilidad civil ante daños cometidos en el ejercicio de la profesión médica podría llegar a ser útil por lo menos para facilitar un proceso que hoy es muy doloroso, con largos juicios en los que se reviven constantemente los hechos.

Sin embargo, creo que este proyecto debe ser analizado con mayor detalle en la Comisión de Salud, porque me preocupa que el costo del seguro al final del día sea traspasado a los pacientes, encareciendo aún más la salud.

Si bien un seguro puede ser útil, primero debemos contar con una estadística respecto de cuáles han sido los factores reales que han influido en las malas praxis médicas, porque estoy seguro de que muchas de ellas se relacionan con la falta de recursos en salud pública, la falta de especialistas y el excesivo retraso en la atención.

Así es que, primero, hagamos los esfuerzos necesarios para mejorar la calidad de la salud pública, contar con más especialistas y terminar con las listas de espera, porque, de acuerdo con los datos entregados por la Corte Suprema en 2019, el 77,1 por ciento de las demandas por negligencia médica tuvieron su origen en la salud pública.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Claudia Mix .

La señorita MIX (doña Claudia) .-

Señor Presidente, la verdad es que es bien impopular comenzar diciendo que uno está en contra de un proyecto de esta naturaleza; pero, en realidad, después de escuchar casi todas las intervenciones, desde las sesiones en que se empezó a discutir este proyecto, puedo concluir que todos concordamos en que a esta iniciativa le falta mucho para que efectivamente pueda ser viable. Lo digo no con el afán de dejar en el abandono en que ya están los pacientes que han sufrido alguna negligencia médica, sino porque, por ejemplo, este proyecto no especifica lo oportuno o rápido que podría echarse mano al seguro por parte de la víctima. Seguramente, de todos modos tendría que haber un sumario o un juicio, el que también podría ser eterno, como ocurre con los juicios actuales.

Por lo tanto, el proyecto no asegura reparación ni resguardo oportuno a quien haga pública una denuncia o denuncie alguna negligencia de algún médico o profesional de la salud.

De hecho, ni siquiera están contempladas todas las especialidades médicas. En este proyecto se señala que se excluirán algunas especialidades médicas. Es decir, algunos médicos tendrán responsabilidad y otros no en el ejercicio profesional. Según el proyecto, dicha exclusión la determinará, mediante reglamento, el propio Ministerio de Salud. Por lo tanto, no habrá universalidad en la responsabilidad.

También me parece -como dijo el diputado Soto y con anterioridad el diputado Ilabaca , a quien le puse mucha atenciónque el hecho de que la responsabilidad ya no recaiga en el médico, sino en los servicios de salud públicos, de una u otra forma instala cierto aire de impunidad en el profesional, porque no tendrá que responder.

Además -como lo acaba de decir el diputado Moreira -, tampoco hay una responsabilidad o un compromiso del Estado de hacerse parte de este proyecto. Eso no es menor, porque puede ser que para el sector privado un proyecto de esta naturaleza sea conveniente, para no tener que responder en términos monetarios ante un juicio. Sin embargo, todos sabemos cómo funciona el sistema cuando se hace una denuncia por una negligencia médica en hospitales públicos. Aparece el Consejo de Defensa del Estado después de juicios larguísimos; además, no se realizan sumarios.

Nosotros llevamos adelante un proyecto, que ya lleva seis años en discusión, sobre violencia ginecobstétrica. Vemos muchas denuncias de violencia ginecobstétrica, como dijo la diputada Gazmuri . Son muchos los casos en los que hasta ahora no ha habido justicia. Cabe mencionar el de Rafaela Véliz -la Rafaelita-, hija de Luis Véliz, quien tuvo que demandar al médico de la Clínica Dávila para que respondiera. Todos identifican al responsable; han transcurrido años de juicio y todavía no hay respuesta.

Me parece que a este proyecto le falta mucho, más allá de la buena onda que uno pueda tener o de la empatía que pueda generar ponerse a disposición de las víctimas; pero en la práctica creo que este no es un proyecto aplicable, sobre todo porque además no hay un compromiso del Estado de hacerse parte.

Por otro lado, siento que esta iniciativa da a los médicos cierta cancha para actuar en impunidad, para no hacerse cargo de su actuar. Me parece que hay que replantearlo.

No voy a votar a favor solo porque el proyecto me parezca bonito. No voy a votar a favor una iniciativa que genera expectativas a las víctimas y que al final quizás termine siendo más engorroso que lo que hoy significa hacer una denuncia al alero de la ley de derechos y deberes de los pacientes ante una negligencia médica.

Me parece que le falta mucho a este proyecto. Entiendo que pudo haber habido alguna motivación de empatía, lo cual se valora; pero por qué mejor no presentamos un proyecto para mejorar la calidad profesional; por qué no enfocamos los proyectos en prevención o en formación, o de frentón entregamos más recursos al sistema de salud, para que tenga profesionales no estresados ni con la presión de tener que atender a veinte o treinta pacientes simultáneamente.

Creo que hay mucho que revisar en este proyecto. Yo, al menos, no lo votaré a favor.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Miguel Mellado .

El señor MELLADO (don Miguel).-

Señor Presidente, me parece bien este proyecto y lo vamos a votar a favor. Es una iniciativa de parlamentarios de Renovación Nacional. Este proyecto crea una nueva obligación, según la cual los prestadores o centros de atención de salud públicos y privados, colectivos o individuales, abiertos o cerrados, deberán contar con un seguro general o generar un mecanismo de provisión de fondo de reserva ante la responsabilidad por daños ocasionados por negligencia médica y, eventualmente, por el ejercicio de profesiones sanitarias: obstetricia, kinesiología, fisioterapia, odontología, etcétera.

Aquí se ha violentado diciendo que la profesión médica es la culpable. La verdad es que los médicos especialistas, que estudian siete años, más tres de especialidad y dos de subespecialidad, no se levantan cada día a hacer daño a los chilenos. Por lo tanto, si hay una negligencia médica, puede deberse a un mal médico que ha hecho mal su pega; pero eso no es para lo cual estudian y juran los médicos. Entonces, ¡momentito con los médicos! Creo que en este caso hay un tema clave: a las profesiones hay que respetarlas. Lo mismo ocurre con los políticos: nos dicen de todo. Habrá algunos así; pero no coloquen a todos dentro del mismo saco, por favor. Debe haber mesura.

Me parece bien el seguro, me parece bien que sea para entidades públicas y privadas, porque en el proceso puede haber alguien que cometa un error. Será el encargado del respectivo servicio quien deberá hacer las cosas.

Lamento la muerte de Mía, ocurrida ayer. Lo lamento, porque hay una negligencia del sistema de salud de este gobierno, que no administra bien las camas. Fíjense que ninguna persona murió en pandemia, ninguna; pero sí en este gobierno, por falta de camas, porque no las saben administrar, porque todavía son niños en práctica para estos temas.

La verdad es que en esta materia hay un tema muy profundo: los médicos en Chile hacen la pega de acuerdo con las circunstancias que les toca vivir en las postas, en hospitales y en centros de salud. Deben trabajar con lo que hay, con lo que tienen, al igual que las enfermeras, los tens, los anestesistas, etcétera.

Si hay alguna negligencia en el hospital, en la clínica o en la posta, ¿van a acusar al médico? ¡Por favor! Coloquemos las cosas en perspectiva. Está bien el establecimiento de la contratación de un seguro de responsabilidad civil por los eventuales daños causados que se puedan ocasionar a los pacientes atendidos en el ejercicio de la medicina, porque hay que responder por una posible negligencia, ya que eso permitirá que las personas estén seguras de la atención recibida, pero no olvidemos las condiciones en las que se encuentra el sistema de salud, sobre todo el sistema público, porque como ahora se quieren echar a las isapres, al sistema privado también lo quieren pasar al público.

Lamento que la mirada de algunos vaya solamente contra los médicos, en particular contra los especialistas. Creo que tenemos que levantar la voz al respecto, porque ninguno de esos médicos se levanta en la mañana pensando en hacerle daño a algún paciente.

Solamente quiero decir que vamos a aprobar con mucha fuerza esta iniciativa, que establece la obligación legal para quienes ejercen profesiones del área de la salud, o para los centros asistenciales de salud, de contratar un seguro por eventuales daños en el ejercicio de la medicina. Entre los autores del proyecto hay varios diputados de Renovación Nacional.

Sin embargo, quiero señalar que lo que falla en nuestro país no es el sistema médico, sino el sistema público de salud, que no responde con prontitud a todos los pacientes que necesitan atenderse rápidamente para una interconsulta o para someterse a una operación. No obstante, ahora dicen que si no hay una reforma tributaria no se podrá hacer nada.

Lamento rebatirles a algunos, pero, ¡ojo!, los médicos de Chile, sobre todo los especialistas, se preparan más de doce años para ejercer la profesión médica y hacen un juramento para salvar vidas, no para cercenarlas.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Nathalie Castillo

La señora CASTILLO (doña Nathalie).-

Señor Presidente, este proyecto propone implementar, en el Código Sanitario, un seguro de responsabilidad civil otorgado a médicos y médicas, como requisito para desempeñar actividades propias de la medicina ante cualquier daño cometido en el ejercicio de la profesión. Además, señala que un reglamento que deberá dictar el Ministerio de Salud especificará los tiempos y las especialidades que puedan estar incorporadas en esta obligación, así como las coberturas que considerará el seguro.

Como se ha señalado, este es un tema de alta sensibilidad para la ciudadanía, más cuando hay negligencias que han afectado a sus familias y que han causado dolor y pérdidas, a propósito de una mala praxis. Pero también creo que en el marco de esta discusión podemos señalar que la cuestión es mucho más de fondo, porque tiene que ver con una falla estructural del sistema de salud, principalmente de la salud pública, donde se vive el estrés, el agobio y la precarización tanto del sector como del quehacer clínico.

Conocemos las condiciones adversas en la que se desempeñan en los centros públicos de salud las tens, las enfermeras, los enfermeros, los auxiliares y todo el personal de salud, que incluye a médicas y médicos. Eso se debe a que no tenemos un sistema de salud robusto, en el cual, entre otras cosas, los turnos son rotativos.

A propósito del peak de las enfermedades respiratorias que estamos viviendo en este momento, así como de las listas de espera, aspecto que se ha mencionado en la discusión de este proyecto, se ha evidenciado la debilidad del sistema, el que queremos fortalecer.

Con esto no quiero justificar las negligencias ni las malas prácticas médicas, sino señalar que es un elemento de la causa, porque suceden situaciones tan delicadas como la pérdida de personas por falta de atención oportuna o por mala praxis. Eso lo quiero decir en forma muy sentida y de manera muy sincera, porque he vivido en forma directa el fallecimiento de un ser amado debido a la falta de oportunidad en la atención y por la inercia hospitalaria.

No obstante, no criminalizo el trabajo que realiza el personal de salud al interior de los establecimientos públicos.

Insisto: se debe hacer algo transformador y enfocado en la salud pública. Por eso, debemos impulsar cambios y mejorar el sistema de salud, en especial el de salud pública, que debe retener a los médicos y a las médicas en el Estado. Aquello es muy importante, porque otro elemento por considerar es que las médicas y los médicos no se mantienen en el sistema de salud pública porque no les resulta atractivo.

Luego de escuchar sus intervenciones, es de toda lógica la necesidad que existe de aprobar los recursos que se requieren para llevar a cabo lo que he señalado, los que se obtendrán a partir de la reforma tributaria, de la que tanta burla se ha hecho en el último tiempo, del royalty minero y del presupuesto para el 2024.

Seamos coherentes con las palabras y con los hechos. Se ha dicho que durante la pandemia disminuyó el número de fallecidos bajo la administración del entonces ministro Mañalich . Quiero señalar, en honor a la verdad, que en ese momento sí murieron miles de compatriotas en sus casas, en el más absoluto anonimato, debido a la falta de camas. Creo que es necesario hablar de manera seria en este hemiciclo, sin faltar a la verdad y sin emitir falacias que confunden el debate.

Respecto del proyecto en discusión, este constituye una medida de protección para médicos y médicas, quienes ejercen una actividad riesgosa, puesto que los daños que generan en el desempeño de sus actividades son importantes. Además, la seguridad que genera la cobertura de un seguro propende a un ejercicio de la medicina mucho más eficaz, porque no se actúa a base del incentivo de prevenir las demandas por negligencia, que, además, sabemos tienen respuesta por parte de la red asistencial, cuando así se ha determinado tras un proceso administrativo.

Otra consideración en favor de esta iniciativa es que en el actual sistema, en la mayoría de los lugares y hospitales donde se desempeñan médicos y médicas, ya existe la exigencia de contar con un seguro de responsabilidad civil, de modo que el proyecto, en el fondo, viene a formalizar una realidad que es bastante conocida por quienes trabajan en el sector de la salud.

En ese sentido, bajo los criterios que hemos señalado, no podemos aceptar que el seguro que se propone contratar se establezca como un contrato forzoso con las aseguradoras. Reitero que eso es algo que como bancada no podemos aceptar en el marco de la tramitación de este proyecto, cuya proposición es muy positiva, puesto que dice relación con una materia distinta sobre la que también se debiera legislar.

He dicho.

-Aplausos.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Luis Sánchez .

El señor SÁNCHEZ.-

Señor Presidente, el proyecto de ley que estamos discutiendo es de la mayor relevancia, porque la cantidad de familias que tiene que sufrir el dolor de una mala praxis médica o de una enfermedad que no es adecuadamente resuelta en la salud es enorme, en especial para quienes son usuarios de la salud estatal, de la mal llamada salud pública, porque su foco no es lo público, su foco es el control desde el Estado de las prestaciones médicas, que sabemos es un control mal administrado.

Hemos podido ver el ejemplo de lo mal administrada que está la salud por parte del Estado tras lo que ocurrió ayer en San Antonio, comuna que es parte de mi distrito, donde una guagüita de dos meses murió porque no había camas disponibles. Sí había camas, solo que en el sector privado, pero como al gobierno no le gusta buscar la colaboración del sector privado, evidentemente no fueron capaces de atender a esta guagüita a tiempo, y ya hemos visto las consecuencias.

Vemos las consecuencias de cuando la ideología se lleva al extremo y cuando la ideología es capaz de pasar a llevar hasta la humanidad y la vida de las personas. Por eso es importante que existan instrumentos como este, como un seguro de responsabilidad civil que repare a esas familias el daño que han sufrido. No obstante, yo haría también un llamado de atención a que estos seguros no se ocupen como excusa para que el Estado, los gobiernos, se escondan como avestruz y hagan como que su responsabilidad no existe.

En este caso, que es uno más de miles que vemos constantemente en Chile, hay una responsabilidad directa del Estado, que no fue capaz de entregar a esa familia la posibilidad de que su hija se atendiera en una clínica privada, sea en Santiago, en Viña del Mar o en Valparaíso, en ciudades que estaban al alcance de la mano.

Estaban dispuestos, incluso, a llevar a esta guagüita gravemente enferma hasta Arica, hasta la otra punta del país, con tal de que no se atendiera en una clínica privada. Eso es brutal; eso es una falta de humanidad tremenda.

Por eso, una vez más, hago un llamado de atención al Presidente y al gobierno entero, para que dejen de lado su ideología y pongan en el centro el sentido común, a las personas y sus necesidades más básicas, que es que reciban una atención medica digna, sea en una clínica, sea en un hospital público, donde sea. Eso no es lo importante, lo importante es que reciban una atención digna. Y si hoy día el Estado necesita apoyarse en las clínicas privadas, en la atención privada, para poder entregar esa atención de calidad, bienvenido sea, pero dejemos la ideología de lado.

Haré un último llamado de atención, aprovechando que estamos hablando de salud. Veinticuatro horas antes de que ocurriera el fallecimiento de la guagüita de dos meses el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio decía en su página web que, supuestamente, las camas pediátricas sobraban. ¡Veinticuatro horas antes! Y veinticuatro horas después nos enteramos de que la única cama que quedaba disponible estaba en Arica.

Hago un llamado a este gobierno, a todas sus autoridades y a todos sus representantes a que no le mientan más a Chile. En este caso nos hemos enterado de sus mentiras, porque veinticuatro horas después fue evidente que no tenían camas, a pesar de que el servicio de salud decía lo contrario; fueron pillados en la mentira.

Por eso, hago el siguiente llamado de atención al gobierno: que renuncie el subsecretario de Redes Asistenciales, que se haga cargo de esa mentira, y que den la cara de una buena vez y les digan la verdad a todos los chilenos.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

La Mesa pone orden y pone atención, diputado. Vamos a observar si en los dichos del diputado hay algo que no corresponde, y se eliminará.

Tiene la palabra el diputado Jaime Araya .

El señor ARAYA (don Jaime).-

Señor Presidente, quiero partir mi intervención felicitando a los autores de la moción que dio origen a este proyecto, porque viene a poner un punto de sano equilibrio respecto de algo bastante complejo, como es la profesión de médico, que, hay que decirlo, es una cuestión de medios y no de resultados.

A los profesionales de la salud uno no les puede exigir un resultado, pero sí, y lo tenemos que hacer cada día más, el más alto estándar y compromiso en la atención de salud que brindan. Eso me parece una cuestión esencial de la que se hace cargo el proyecto.

Muy bien se ha dicho reiteradamente en esta Sala que ningún profesional de la salud, ningún médico o médica, se levanta en la mañana pensando en hacerle daño a un paciente; pero, por desgracia, en el día a día de aquellos estas cosas ocurren y muchas veces derechamente por negligencia, por sobreestima propia, por distintos factores que son muy propios de los seres humanos. Me parece que cuando ello ocurre, debe ser sancionado severamente y con transparencia, y tiene que haber una reparación de alto estándar para quienes son víctimas de negligencias médicas.

Entiendo que este proyecto en modo alguno viene a cuestionar a los profesionales de la salud, sino precisamente a reforzar la calidad del servicio y el compromiso con que desarrollan las tareas propias. Porque la verdad de las cosas es que todos los oficios, todos los trabajos, son muy importantes, pero qué duda cabe de que tienen una mayor relevancia aquellos que están asociados a la recuperación de la salud de las personas.

Entonces, desde ese punto de vista, me parece que es absolutamente razonable lo que propone el proyecto, esto es, que se cree un fondo de provisión tanto en los establecimientos públicos como en los privados para que se hagan cargo de la reparación de eventuales negligencias que sean cometidas. Si uno se va a la génesis del proyecto -agradezco al diputado Andrés Longton por haber traído esto a la Cámara de Diputados-, podrá apreciar directamente el testimonio de padres de menores de edad que murieron producto de negligencias médicas y la falta de respuesta que aquellos tuvieron a posteriori sobre las investigaciones y los sumarios, en lo que debió haber intervención de parlamentarios para que se les dijera la verdad sobre lo que había ocurrido con sus hijos. Considero esencial que eso se repare.

Así, este proyecto no viene a hacer un cuestionamiento, sino a decir que todas las personas somos seres humanos y, por tanto, tenemos aciertos y fallas, y cuando hay fallas, estas deben ser reparadas.

Soy diputado por la Región de Antofagasta, quizás la única región de Chile donde hay una muy mala práctica, cual es la atención por orden de llegada, en que a los pacientes se les dice: “Usted tiene hora a las 5 de la tarde”, pero el médico llega a veces a las 6 de la tarde y atiende por orden de llegada. Así, hay gente que muchas veces está esperando cuatro o cinco horas con sus hijos enfermos para que el médico inicie la atención. Esta conducta, que me parece absolutamente abusiva en la ciudad de Antofagasta, debiera llamar a la reflexión a los profesionales de la salud. Es impresentable que en el año 2023 se siga persistiendo en ese sistema de atención, que no he visto en ninguna otra parte de Chile, salvo en Antofagasta, que por la distancia y la poca presencia de médicos se presta para este tipo de abusos.

Entonces, no demonizo la profesión de los médicos y médicas, pero tampoco es para que los endiosemos. Creo que esta iniciativa viene a poner las cosas en su justa medida, a reconocer que estos problemas existen y que el deber de la sociedad chilena, y por cierto de este Parlamento, es generar mecanismos de reparación para que, cuando haya negligencias médicas, sean tratadas de manera adecuada y ello no signifique una revictimización para aquellos que lamentablemente han perdido a un familiar por tal razón. Y ni hablar de las consecuencias posteriores que tiene en aquellas personas que han sobrevivido a las negligencias médicas, de las cuales, desgraciadamente, nadie se hace cargo.

De más está decir que hay un consorcio privado que opera como una aseguradora para las negligencias médicas, pero que cumple su papel peor que el Consejo de Defensa del Estado en protección: llevan a víctimas de negligencias médicas a juicios eternos. Entonces, finalmente se termina chantajeando a las víctimas para que acepten una reparación muy menor, que en modo alguno cubre los daños de las negligencias médicas.

Quiero decirlo con toda claridad: reconozco y valoro muchísimo lo que hacen los profesionales de la salud, pero también hay que reconocer que muchas veces hay actuaciones negligentes, los cuales tienen que ser debidamente sancionados y reparados. Me parece que ese es el espíritu de este proyecto.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Joanna Pérez .

La señora PÉREZ (doña Joanna).-

Señor Presidente, la verdad es que este es un buen proyecto, y las cosas buenas hay que valorarlas. Me habría gustado que pudiéramos haberlo mejorado con el Ejecutivo, con la ministra de Salud, justamente porque se hace cargo de un problema que, a la larga, si no se aborda -esta es una forma de abordarlo-, claramente genera un mayor gasto de recursos para el Estado, porque termina haciendo pagos tremendos por concepto de indemnización por daños y perjuicios.

Entonces, creo que esto es revertir la situación y facilitar las cosas, tanto en el sistema público como en el privado, pues muchas veces es bien fácil meter la mano al bolsillo del sector privado, legislar para ello y ser muy draconiano, pero en numerosas ocasiones, respecto del sector público, hacemos la vista gorda en muchas otras cosas, y la mayoría de estos problemas también se generan en el sistema público. ¿Por qué? Porque hay personas más vulnerables que tienen menos acceso, incluso, a un abogado.

Por lo tanto, valoro esta iniciativa y agradezco que se traiga hoy a la Sala. Creo que es muy importante que esto se mantenga público y privado, y que se aborde esta situación.

Conozco casos de madres que todavía no tienen justicia, como el de Cindy González con su hijo Lucas. Trabajamos un proyecto, el cual hoy es ley, que lleva el nombre de Lucas, un menor electrodependiente que finalmente murió en un establecimiento de Arauco por falta de servicio, razón por la cual la madre todavía tiene una causa en la justicia.

Nosotros sacamos esa ley. La madre de Lucas estuvo aquí con nosotros. La abrazamos y abrazamos a su hijo, pero finalmente el sistema se lo llevó por falta de atención. Hoy su caso está en la justicia. Ese es un ejemplo. Pero ¿cuántas personas en pandemia, también por negligencia y producto de las urgencias que teníamos, fallecieron y hasta el día de hoy no tienen justicia?

Entonces, cambiemos esta situación y tratemos de anteponernos a ella. A algunos no les gustará el sistema de seguros, pero créanme que, a lo menos, da una respuesta y se hace cargo de un problema. Aquí no estamos abordando el tema ético ni el de la responsabilidad penal. Si nos vamos al tema ético, quizás podremos revisar muchas más cosas. Esto no es contra de los médicos; al contrario, hemos escuchado a los médicos, al Colmed, en todos los espacios. Es más, para la crisis que estamos viviendo hoy ellos han dado una serie de elementos en sintonía con los temas que hay que abordar, pero a veces eso no se escucha y después terminamos lamentando muertes.

En consecuencia, hago un llamado a aprobar este proyecto, a que, si se quiere mejorar, que se haga, pero que no se obstaculice una iniciativa tan sensible que viene a acompañar, también en el sector público, a personas que no tienen justicia. Por lo tanto, esto permite adelantarse al problema, y al Estado finalmente le saldrá mucho más barato provisionar los recursos que se requieren para ello.

Por consiguiente, sin duda, vamos a acompañar esta propuesta, y ojalá vengan muchas más.

Asimismo, me hubiera gustado ver a la ministra de Salud sentada aquí acompañando este proyecto.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Señor diputado, tomamos nota de lo que usted señala.

Tiene la palabra la diputada Marta González .

La señora GONZÁLEZ (doña Marta).-

Señor Presidente, sin duda, este es un tema muy sensible. Tuvimos el primer acercamiento por la “ ley Martín ”, con su madre, Stephanie Soto , quien nos pidió que la apoyáramos para que pudieran tener conocimiento del sumario instruido, transcurrido dos años después de que este se iniciara.

Desde ahí hemos conocido otros lamentables casos en los cuales las familias piden justicia, piden ser escuchadas y que se les trate con respeto. Piden las respuestas que toda familia necesitaría en estos casos.

Acá no solo se habla de los médicos, sino de toda la cadena de atención de salud, desde la primera persona que recibe a los enfermos hasta la última, y todas las que tienen algún contacto con el procedimiento.

Es importante resaltar y relevar este proyecto, para poder devolver la dignidad y el respeto a las familias. Se debe responder con celeridad, con transparencia y realizar una investigación en que todas las partes se puedan tener a la vista. Ese es el valor de este proyecto. Valoro el trabajo que hicieron las diputadas Marzán y Olivera , así como el de todos los que trabajaron en esta iniciativa.

Las familias afectadas han estado mucho tiempo esperando este proyecto; incluso, asistieron a la Sala en otras oportunidades cuando este figuraba en tabla, pero lamentablemente no se alcanzaba a votar. Enhorabuena que hoy estemos discutiéndolo y se vote en esta sesión.

Hemos conocido otros lamentables hechos que merecen ser esclarecidos; por ejemplo, en el hospital regional de Rancagua, hemos tenido casos, en que los afectados han sido niños. Es particularmente sensible el tema que hoy estamos discutiendo.

La crisis de la salud en nuestro país es muy importante y debemos abordarla con urgencia. Y para solucionarla también tenemos que escuchar a los funcionarios de la salud, quienes han planteado sus demandas desde hace mucho tiempo: demandas por infraestructura, demandas por más personal e, incluso, por disponer de mayor cantidad de insumos para cumplir con su labor, pero no han sido cabalmente escuchadas.

También hay responsabilidades políticas, como, por ejemplo, cuando se cambian con mucha frecuencia a los directores de los hospitales, quienes por ello no pueden ejecutar su función como quisieran. Además, los directores subrogantes no pueden tomar las decisiones con la celeridad que se requiere.

Llamo a este hemiciclo, al Poder Legislativo, a actuar con urgencia en el tema de la salud, así como lo hemos hecho con el tema de seguridad, donde incluso hemos realizado sesiones especiales para abordarlo.

Hoy día la crisis de la salud también requiere urgencia y debemos estar a la altura que se necesita para resolver la situación que afecta a nuestro país, y si es necesario legislar más en esta materia, debemos hacerlo. Y en esta tarea debemos sumar a todos los que están de algún modo relacionados con la salud, como, por ejemplo, los gobernadores y los alcaldes. Esta es una de las principales demandas que la ciudadanía nos impulsa a cumplir.

Respecto del tema de los seguros, que pueden sobrellevar esta catástrofe que sufren las familias cuando ocurre una negligencia, sin duda, es una ayuda, un respaldo importante, pero lo que tenemos que evitar es que se produzcan las negligencias. Y es ahí -insistodonde debe estar involucrada toda la cadena de salud, desde el primer funcionario que recibe los pacientes hasta el último. Todos los involucrados deben ofrecer de buena manera sus servicios, porque tienen en sus manos la vida de una persona, y por lo tanto, deben tener todo el respaldo necesario, incluso presupuestario, para que puedan ejercer bien esa labor.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Leonidas Romero .

El señor ROMERO (don Leonidas).-

Señor Presidente, para bien o para mal, yo no tengo ningún familiar -hombre o mujer- que sea médico.

He escuchado con atención el debate y me llama la atención la facilidad con la que se quiere crucificar a medio mundo. Yo no conozco a ningún médico que se levante temprano pensando en matar a un paciente. No conozco a ninguno y lo digo con todas sus letras.

Voy a aprobar la modificación del Código Sanitario en materia de seguros de responsabilidad civil por daños causados en el ejercicio de la medicina. Reitero que lo voy a aprobar, pero, si somos serios y responsables, tendríamos que tener un seguro también para “los pacientes” de los abogados, de los ingenieros, y de nosotros, los políticos.

Cuando la gente va a nuestras oficinas parlamentarias, ¿cómo los atendemos? ¿Cómo los atienden nuestros equipos? ¿No se han dado cuenta o no se han enterado de que los médicos en el servicio público están colapsados por la gran demanda que existe? ¿No se han enterado de que muchos médicos han sido agredidos físicamente y ni siquiera se pueden defender?

Hoy día, con la potestad que tenemos los parlamentarios, presentamos un proyecto de ley para condenarlos o infraccionarlos. Repito que no tengo ningún familiar médico, pero lamento lo que está ocurriendo en la Cámara de Diputados, en que le ponemos nombre a leyes que, al final del día, son letra muerta, porque no pasa absolutamente nada con ellas, y la gente se da cuenta de aquello.

Lamento lo que pasó en San Antonio con esa pequeña criatura que falleció. Al respecto, la ministra de Salud dijo que desgraciadamente falleció la bebé, pero que si la hubiesen trasladado a otro recinto habría muerto igual. ¡Y no he escuchado a ninguna mamá, aquí en la Cámara, criticar esa declaración! ¡No he escuchado a nadie!

¿Esos familiares no tienen sentimientos, no sufren? Aquí somos dados a hablar para la televisión, somos dados a sacar leyes para dejar contento a medio mundo, pero nosotros no asumimos ni una responsabilidad.

Voy a aprobar este proyecto, pero, por favor, dejemos de condenar a otro ser humano que está haciendo su trabajo, que se levanta temprano, que estudió siete, ocho o diez años para ejercer su profesión y no creo que a priori decida cometer una negligencia médica. No creo que quiera convertir en víctima a una persona; no lo creo.

(Manifestaciones en las tribunas)

¿Qué quieren que les diga? Perdónenme, pero es la realidad. ¿Ustedes creen, señoras y señores presentes en las tribunas, que cuando se apruebe esta ley van a tener una solución inmediata? Tenemos cientos de leyes -¡cientos de leyes!que son letra muerta. Aquí todos los días estamos pensando en qué hacemos.

(Manifestaciones en la Sala)

¡Le pido a los colegas que me dejen terminar, por favor! Cuando ustedes hablan, yo no digo nada.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Por favor, diputado, le pido que no se dirija a la gente que está en las tribunas.

El señor ROMERO (don Leonidas).-

¿Pero la gente que está en las tribunas sí me puede pifiar?

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

No, diputado, pero usted tampoco se dirija a ellos.

El señor ROMERO (don Leonidas).-

¡Qué curioso! Desde las tribunas me pueden pifiar. Está bien.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Le llamo la atención a la gente que está en las tribunas.

Continúe, señor diputado.

El señor ROMERO (don Leonidas).-

Señor Presidente, estoy dispuesto y expuesto a que me pifien, a que me critiquen, pero permítanme, por lo menos, decir lo que pienso.

Conozco la realidad, pues fui alcalde de la comuna de Coronel, donde tenemos un hospital que está colapsado, y en el cual los gobiernos han invertido muy poco o nada. Antes nos demorábamos media hora desde Concepción a Coronel, pero hoy, con el taco que se produce en la carretera, nos tardamos tres horas. Por eso, los médicos, los funcionarios públicos, no quieren ir a Coronel porque pierden horas de ida y de vuelta.

Señor Presidente, agradezco que me haya permitido expresar lo que siento.

He dicho.

-Manifestaciones en la Sala y en las tribunas.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Pido a las personas que están en las tribunas que guarden silencio.

Tiene la palabra la diputada Marcela Riquelme .

La señora RIQUELME (doña Marcela).-

Señor Presidente, saludo a todos mis colegas presentes, y especialmente a los terraplanistas de enfrente.

(Manifestaciones en la Sala)

A propósito de la evaluación docente, hay varios colegas que requieren evaluación parlamentaria. Ojalá nos hicieran una evaluación a nosotros, como lo hacen con los profesores, al menos para saber si leemos los proyectos de ley.

¿A quién defiende o a quién protege este proyecto? La iniciativa está exigiendo que los médicos y los servicios de salud tengan un seguro. Sin embargo, todos los médicos tienen seguro; todos los médicos contratan seguros. El Colegio de Matronas, que representé durante mucho tiempo, también tiene seguros para las matronas. Los que muchas veces no tienen seguro son las enfermeras, los tens, los auxiliares y otros funcionarios. Sin duda está bien que tengan seguro, pero ¿a quién le estamos protegiendo los intereses? ¿Estamos protegiendo los intereses de las víctimas? No, no estamos protegiendo los intereses de las víctimas.

He sido abogada durante muchos años de mi vida. Cuando defendía a una persona que había sido víctima de alguna negligencia en un servicio público, había que ir al Consejo de Defensa del Estado y, después, buscar un abogado particular, porque la Corporación de Asistencia Judicial no toma este tipo de causas. Eso es carísimo. Me atrevería a decir que el costo para sostener una causa de estas características es superior a 1.000.000 de pesos o 1.500.000 pesos, solo como monto fijo. ¿Qué víctima tiene capacidad de pagar eso? Ninguna. Y hasta ese momento, el seguro no opera. ¿Sabe por qué? Porque el seguro cubre al médico o a la clínica y les da asesoría jurídica, lo que implica esperar hasta la última instancia para el pago del seguro.

Por lo tanto, pensemos a quién estamos protegiendo y busquemos sistemas más rápidos para llegar a un acuerdo. Esto no considera a las clínicas o establecimientos privados, puesto que en ese caso hay que pagar la mediación. Hoy, un mediador cobra alrededor de 200.000 pesos solo por la primera sesión, y cobra por sesión. Por lo tanto, no sirve solamente con tener un seguro.

También tenemos que crear mecanismos para que las víctimas accedan a un procedimiento más expedito para el pago por negligencias o daños causados.

Vuelvo a preguntarme qué intereses estamos protegiendo. He conocido muchísimos casos de negligencia a lo largo de mi carrera. En ninguno hubo un médico que no pagara, porque los médicos generalmente tienen recursos. Lo digo con todo respeto y cariño. Mi hijo es médico y mi hija estudia medicina. ¿Cómo no voy a tener respeto por su profesión? A las clínicas tampoco les ha faltado dinero para pagar.

Me parece bueno que exista este seguro -estamos avanzando-, pero no estamos protegiendo a las víctimas. Es hacia allá donde tenemos que apuntar.

Este proyecto está incompleto. Debemos buscar un mecanismo que permita que las víctimas accedan a un pago más expedito de estos seguros; también debemos poner atención a aquellos seguros que incluyen procedimientos de asesoría jurídica. No puede ser que el seguro que paga sea el mismo que preste la asesoría jurídica, porque es juez y parte y mira por sus propios intereses. Por lo tanto, jamás va a querer pagar. Defiende la causa, esperando no pagar el resultado; hace que el seguro colapse, porque el propio seguro tiene intereses contradictorios.

Los invito a legislar sobre eso.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Se lo recordaremos cuando la veamos, porque no está en este momento en la Sala.

Tiene la palabra el diputado Cristián Araya .

(Hablan varios diputados a la vez)

Tiene la palabra, diputado.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Señor Presidente, creo que quedaron pendientes dos solicitudes relacionadas con el Reglamento.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

La Mesa verá cuándo las revisa.

El señor ARAYA (don Cristián).-

No…

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Usted tiene la palabra.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Señor Presidente, el artículo 21, inciso segundo, del Reglamento es claro en señalar que la Mesa debe responder de forma inmediata. Creo que aquí hay una falta reglamentaria que debe resolver antes de que intervenga

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Diputado, tiene la palabra para referirse al proyecto. Si no quiere intervenir, me lo dice y le damos la palabra a otro diputado.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Señor Presidente, antes de comenzar mi intervención le pido que me restituya los minutos perdidos.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Diputado, le vuelvo a señalar que tiene la palabra para referirse al proyecto. La Mesa tiene muy claro lo que tiene que hacer. Si usted no interviene…

-Hablan varios diputados a la vez.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Por último, puede llamar al orden.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Diputado Araya , tiene la palabra para referirse al proyecto.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Gracias, señor Presidente. He perdido cincuenta segundos producto del mal manejo de la Mesa, lo que me parece lamentable. Vamos a analizar si es necesario elevar lo ocurrido a la Comisión de Ética, porque, evidentemente, aquí no se está respetando el Reglamento.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Diputado Araya , tiene la palabra.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Le pido, por favor, que exija a la extrema izquierda que mantenga el orden en la Sala. Estamos discutiendo un proyecto de ley; no estamos en el estadio para estar gritando.

(Hablan varios diputados a la vez)

Los médicos realizan un juramento que se llama juramento hipocrático, que en sus distintas versiones y actualizaciones tiene conceptos como velar ante todo por la salud y el bienestar de los pacientes, respetar la autonomía y la dignidad de los pacientes, velar con el máximo respeto por la vida humana. Si nos remontamos a los inicios del ejercicio de la profesión de la medicina, constataremos que el respeto por la vida, la salud y la dignidad de las personas está en el centro.

Entonces, si bien creo que puede ser un avance extender la cobertura y la protección a los pacientes, no podemos caer en una dinámica de confrontación entre paciente y médico, o entre paciente y cualquier prestador de salud. Tal vez, a eso se refería el diputado Romero hace algunos minutos.

El ejercicio de cualquier profesión exige…

(Hablan varios señores diputados a la vez)

Señor Presidente, ¿puede llamar al orden? Escucho mucho ruido y no puedo intervenir con tranquilidad.

-Hablan varios señores diputados a la vez.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Por favor, silencio. Puede continuar, señor diputado.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Muchas gracias, señor Presidente.

Estaba diciendo que en el ejercicio de cualquier profesión hay que asumir las responsabilidades. Ojalá ese criterio y esa exigencia que he escuchado de parte de la extrema izquierda los hubiesen considerado personalmente cuando aprobaron proyectos de ley como los retiros.

Ayer escuchamos a su propio ministro decir que fue uno de los actos más nefastos en nuestra economía.

Negaron la realidad, pero no son responsables de lo que hicieron. Un proyecto como este, pero con una responsabilidad que conlleve el pago del propio bolsillo por las consecuencias económicas de las decisiones que se toman, probablemente cambiaría la forma en que muchos toman las decisiones.

El ejercicio de la medicina es una actividad profesional de medios, no de resultados. Se busca la salud y el bienestar del paciente, pero, evidentemente, hay situaciones que pueden estar ajenas. Creo que hay que tomar este tema con seriedad, no caer en la cuña fácil. Hay personas, hombres y mujeres, que consagran su vida al ejercicio de esta profesión. Por eso tiene que haber respeto por ellos y también respeto por los pacientes que ven en situaciones muy angustiosas una mano que los puede auxiliar.

Hay un dicho bastante antiguo, que dice: “Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse”. Estoy seguro de que quienes han dedicado su vida al servicio de los demás, por ejemplo, un enfermero o un médico, cuando se levantan en la mañana, lo hacen precisamente para auxiliar a las personas.

Eso no significa que no sean responsables de lo que hacen, todo lo contrario, pero seamos muy prudentes al abordar este tipo de situaciones. Ojalá que el mismo criterio de responsabilidad que le vamos a exigir al personal involucrado en medicina sea un criterio de responsabilidad que se exija a quienes en este Parlamento toman decisiones que tienen consecuencias para los dieciocho millones de chilenos, porque es evidente que la irresponsabilidad política debe llegar a su fin. Ojalá que en forma transversal podamos llegar a un proyecto de ley que responsabilice y haga pagar por las malas decisiones políticas a quienes proponen proyectos de ley que destruyen la economía de nuestro país.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Muy bien.

Para continuar la discusión, tiene la palabra la diputada Consuelo Veloso .

La señorita VELOSO (doña Consuelo).-

Señor Presidente, por ahí alguien dijo que ningún médico se levanta en la mañana pensando en hacerle daño o en quitarle la vida a un paciente, pero tengo que hacer una salvedad, porque hay dos tipos de médicos que se levantaban y asumían la posibilidad de dañarle la vida a alguien: unos decidían hacer daño y otros dejaban que pasara.

Los que decidieron hacer daño fueron los que se levantaron durante dieciséis años en dictadura a torturar. Algunos son decanos de facultades de medicina de este país, de la Universidad de los Andes, si mal no recuerdo. Si me equivoco, me disculpan.

Ahora, hay otro tipo de médicos que, con su negligencia, pareciera que a veces tienen un ánimo de hacerle daño a una persona. Eso no obsta a todos los médicos y médicas que en la mañana se levantan -no me cabe ninguna duda de que son la mayoría- con ganas de sanar y de resolver los problemas de salud. Asimismo, eso no obsta a que el daño que producen no tenga una consecuencia que deba ser resarcida.

Pienso en una mujer trabajadora de San Javier, de la feria de emprendedores, que me comentó que su hijo, dado que en un hospital un profesional no detectó en una primera instancia que tenía una fractura y lo tuvieron como dos meses con el dedo entablillado, ya no puede -no soy una médica expertamover sus dedos; no tiene movilidad en ellos.

Eso es trágico, porque después le dijeron: “Lo podemos revisar cuando usted consiga una hora en el hospital de Talca”, pero resulta que tiene hora médica como para un año más. O sea, ese joven de diecisiete años, que está estudiando y que tiene ganas de vivir, va a partir su adultez con una tranca fruto de la negligencia de un profesional médico, que quizá no quería hacerle daño, pero se lo hizo. Entonces, ese médico tiene que responder.

Sin duda, esto va de la mano con otras condiciones que también hay que relevar: la falta de infraestructura médica, la falta de especialistas y, finalmente, la falta de recursos para dotar a la salud pública de todo lo que requiere para otorgar un servicio digno a las familias de este país.

Este reclamo no sale del aire. Ha habido aumento en la productividad y ha habido inversión extranjera, pero, aun así, el dinero que existe en las arcas fiscales no basta para dotar al sistema de salud pública, en el que se atiende la mayoría de la gente y al cual, por cierto, están llegando los usuarios de las isapres. Esa es otra muestra de que el mercado no se regula solo o no funciona muy bien.

Debemos tener un sistema de salud adecuado. Necesitamos más recursos. Necesitamos una nueva reforma tributaria para que eso sea así. Con el rechazo a la reforma tributaria se rechazó también el aumento de cupos en Carabineros y de infraestructura de salud: consultorios y espacios para contratar profesionales médicos.

Vale la pena que esos médicos se vayan a trabajar a los establecimientos de salud del Estado, porque el gran problema es que los especialistas dicen con justa razón: “Me van a llevar a trabajar a un hospital donde no me van a pagar lo que vale mi trabajo o lo que se paga en el sector privado. No me van a pagar lo que corresponde”.

Entonces, sin duda, necesitamos más recursos. Quiero relevar este punto, porque, además de la responsabilidad médica por la que ellos tienen que responder, porque quien causa un daño tiene que responder por él, también hay otras condiciones que dificultan el buen acceso a la salud de las familias, por ejemplo, la falta de insumos. También, cuando las personas van al dentista, no pueden hacerles el tratamiento de conducto por falta de especialista. Así, muchas mujeres hoy se están quedando sin dentadura.

Entonces, volvemos al punto de que en este país, si las personas no tienen recursos, se mueren. Si no tienen recursos, tienen que, por ejemplo, quedarse esperando un año y perder hasta la movilidad de una mano. También puede ocurrir que el médico, como tiene muy poco tiempo para atender, se equivoque, no logre llegar a un buen diagnóstico y ese paciente, por ejemplo, se quede en diálisis, que es el caso de una adulta mayor en Cauquenes.

El diputado Cristián Araya dijo que la medicina es una profesión de medios y no de resultados. Sin duda que así es. Los médicos no pueden asegurar que van a salvar la vida de una persona que está en un estado crítico, pero sí deberían asegurar que, con la debida dedicación y con el debido profesionalismo, procurarán salvarla o curarla. Eso sí deberían asegurarlo.

Si no hay el debido profesionalismo y la debida dedicación, los médicos deberían responder por eso y no tener a las familias humillándose. Como si no fuera suficiente perder a un familiar o aguantar los daños que les dejan de por vida, además deben perseguir al responsable, sin que el Estado haga nada.

Este proyecto avanza, pero falta muchísimo más por avanzar. Nadie que quite la vida a otro tiene que quedar impune.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Stephan Schubert .

El señor SCHUBERT.-

Señor Presidente, me da un poco de vergüenza tener que decir esto a la Mesa, pero el artículo 21 del Reglamento es claro cuando señala que: “Cualquier diputado tiene derecho a pedir la observación de reglame nto…”. Y agrega: “Si la Mesa estima clara la cuestión reglamentaria, la resolverá inmediatamente; en caso contrario, consultará a la Cámara.”.

Señor Presidente, algunos, como yo, llevamos un año acá y podemos no conocer bien el Reglamento, pero usted lleva bastantes años acá; por lo tanto, sí debería, después de tanto tiempo, conocerlo.

El Reglamento no es baladí, no está de más, porque regula la forma en que nos comportarnos al interior de la Sala.

Si el artículo 91 mandata, porque señala “deberá”, es una orden, es imperativo, debe aplicar lo que se solicita, porque ha habido varias solicitudes y requerimientos y usted no los ha resuelto. Y no es que haya resuelto no hacerlo, no es que haya estimado que no era necesario, sino que no resuelve; es más, usted me dijo, personalmente, que vería cuándo hacerlo.

Me preguntó, entonces, qué sentido tiene amonestar mañana por lo que ocurrió hoy.

La idea de la amonestación es que tenga un efecto; la sanción debe seguir inmediatamente al hecho, para que tenga un resultado.

Entonces, me da un poco de vergüenza tener que recordárselo. Usted, señor Presidente, debe cumplir un deber, y no está cumpliendo con ese deber. Usted aquí no hace lo que le da la gana, sino que debe hacer lo que señala el Reglamento.

Señor Presidente, lo invito, nuevamente, a resolver las dos solicitudes y aplique la norma, aun cuando a usted no le guste, aun cuando los involucrados sean de su sector, porque quien ejerce la presidencia debe ser ecuánime, y no favorecer a unos y perjudicar a otros.

Si usted no está dispuesto a eso, le pido, por favor, que se baje de la testera y permita que otra persona, que sí esté dispuesta a presidir y a cumplir con el Reglamento, cumpla con esa honorable función.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Andrés Celis .

El señor CELIS .-

Señor Presidente, el proyecto de ley que analizamos hoy es, a mi entender, muy necesario para los tiempos que corren.

Se trata de una propuesta que se ajusta a la realidad que se vive en el país. Es innegable que la profesión médica es una actividad que conlleva riesgos. En efecto, y considerando, incluso, el avance en calidad y seguridad de las prestaciones en salud que ha experimentado nuestro país en los últimos años, los pacientes se encuentran sometidos a riesgos propios del ejercicio de la actividad médica. Por nombrar algunos: la utilización de rayos para el tratamiento de tumores cerebrales y la cirugía robótica son técnicas de la medicina moderna que, si bien permiten procedimientos con mayor precisión, su manejo exige umbrales de seguridad altísimos.

También debemos considerar que durante el último tiempo ha aumentado de manera explosiva el número de intervenciones que antes, lisa y llanamente, no se hacían, como la cirugía estética con fines de embellecimiento, la ortodoncia o la corrección quirúrgica de patologías oftalmológicas, entre otras.

En mérito de lo expuesto, me parece positivo que se establezca como exigencia para desempeñar actividades propias de la medicina contar con un seguro de responsabilidad civil ante daños cometidos con ocasión del ejercicio profesional. Ello permitirá que los médicos puedan desempeñar sus labores con mayor tranquilidad y, de esa manera, precaver o estar mejor preparados para responder ante eventualidades que se susciten en el marco del desempeño de sus funciones. Es más, esta propuesta será relevante para el acceso a la salud de miles de chilenos y chilenas, ya que este acceso se dará en un contexto de mayor seguridad y resguardo.

Las leyes deben adecuarse siempre a los tiempos; la medicina ha cambiado y, en ese contexto, este proyecto se ajusta a una nueva era.

No puedo terminar mi intervención sin pedirle al Ejecutivo que patrocine este proyecto, ya que si queremos que en los hospitales o en los recintos de salud pública haya seguros que puedan cubrir la responsabilidad civil de aquellos médicos, el fisco debe ingresar los recursos necesarios para cubrir aquellos accidentes que puedan ser producto de alguna negligencia de esos profesionales. Por lo mismo, por su intermedio, señor Presidente, le pido a la ministra de Salud que patrocine este proyecto, porque la verdad es que podría quedar solo en el ámbito privado si es que no ingresan alguna indicación sustitutiva o no lo patrocinan para que se aporten los recursos necesarios que permitan contratar seguros de responsabilidad por eventuales daños que se puedan ocasionar a los pacientes que son sometidas a intervenciones quirúrgicas por profesionales médicos.

No permitamos la discriminación en salud. Lo digo, porque aquellos que tienen dinero, aquellos que tienen recursos, podrán ir a un recinto de salud privada, donde estarán cubiertos con un seguro y serán atendidos con la debida seguridad, pero aquellos que vayan a un recinto público, donde ciertamente serán bien atendidos, no van a tener la certeza de aquella garantía que el privado sí tendrá a través de ese contrato de seguro.

Por eso, señor Presidente, por su intermedio, le reitero respetuosamente al Ejecutivo la petición de que estudie la posibilidad de presentar aquella indicación y de patrocinar este proyecto de ley.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Jorge Brito .

El señor BRITO.-

Señor Presidente, este proyecto viene a resolver un problema real, aunque no va a resolver -hay que decirlo- la crisis de la salud pública en Chile. Aun así, vamos a concurrir con nuestro voto favorable para mejorarlo.

Con todo, sería muy positivo que ese mismo entusiasmo lo lográramos para conseguir financiamiento para contratar médicos y equipos de salud suficientes para que los hospitales puedan disminuir las listas de espera y, además, para mejorar las condiciones, para que ningún niño o niña fallezca por falta de una atención oportuna en salud.

Por su intermedio, señor Presidente, quiero saludar a la familia Yévenes Flores de la agrupación Justicia para Pedro Yévenes ; a la familia Reinoso , de la agrupación Justicia para Martín Reinoso ; a la familia de Isabella Pillad, la niña de cuatro años fallecida en Viña del Mar producto de una negligencia médica por un cuadro de meningitis; también, por supuesto, a Mauricio y a la familia Salazar Jorquera , de la agrupación Justicia para Amelia, porque en Valparaíso, el 4 de julio de 2018, falleció la pequeña Amelia Rayén Salazar Jorquera por no recibir una atención oportuna en el Hospital Carlos van Buren. Esta bebé debió haberse atendido en el Cesfam Las Cañas, que hace cuatro años se incendió y que hasta hoy no ha sido reconstruido.

Esta difícil y dramática situación afecta a la inmensa mayoría de chilenas y chilenos. Quienes hemos sido operados en el sistema de salud público sabemos los problemas que esto suscita, pero estamos vivos. Las personas que acabo de nombrar fallecieron.

Este proyecto viene a fijar una forma de hacer más exigible la responsabilidad civil por daños causados en el ejercicio de la medicina. Cuando ocurre una negligencia médica, la evidencia es que el caso se judicializa, pero ni siquiera se accede a algo tan básico como la ficha médica. Es lo que ocurre con la ficha de Martín Reinoso en la Clínica Los Carrera de Quilpué. Desde hace años que no se han podido conocer los detalles de su diagnóstico, por el cual, por supuesto, le exigieron a su familia pagar a tiempo; sin embargo, hasta hoy -reitero- la familia no obtiene la información suficiente.

Estar enfermo o estar enferma es muy difícil, y estarlo en Chile es una odisea porque el sistema condena al paciente al sufrimiento. Si la persona quiere atenderse de forma oportuna y acude a una clínica privada, acarreará una tremenda deuda.

Este proyecto, además, permitirá que los prestadores de salud privados tengan un mecanismo exigible, que los fallos judiciales no superen más de tres meses y que el pago se realice cuando el tribunal emita una sentencia judicial firme y ejecutoriada.

Las familias necesitan justicia y necesitan apoyo. Eso es lo que esperamos brindar aprobando este proyecto de ley; pero, insisto, también se requiere disminuir las listas de espera y que nadie más muera por falta de atención.

Chile tiene los recursos y el potencial, pero lamentablemente tenemos un pésimo sistema de salud pública, que no se puede aguantar más.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado José Miguel Castro .

El señor CASTRO.-

Señor Presidente, la verdad es que no iba a intervenir en este proyecto, independiente de que soy uno de sus autores, pero ayer me pasó algo bastante complejo y complicado, que me gustaría relevar en la Sala: se acercó una persona del ministerio -no voy a dar su nombre porque, quizás, simplemente fue mandatado- y me dijo: “¿Podría poner una indicación para no incorporar a los prestadores públicos? Que solo sean los privados, porque la verdad es que el Estado no tiene plata para eso”.

Me sorprende que sea este gobierno el que me esté pidiendo a mí -en verdad, no me sorprendeque le carguemos la mata solo a los privados, y me sorprende que en el discurso no estén presentes los prestadores de salud pública. Me parece insólito.

Simplemente quiero contestar y decir fuerte que nosotros no vamos a ceder ni un milímetro en cuanto a que los prestadores públicos de salud también tengan que involucrarse en esta clase de medidas. Me parece infantil, pueril, que se me haya dicho o que se haya pretendido generar esa duda.

Este proyecto será despachado así al Senado. De lo contrario, será repuesto en sus indicaciones aquí en la Cámara de Diputados en el siguiente trámite.

Reitero, quiero decir fuerte y claro -creo representar a mi bancada y quizás a mi sector; espero que sí-: nosotros no vamos a modificar el proyecto para que sean solamente los prestadores de salud privada quienes tengan que asumir lo que dispone este proyecto.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra la diputada Lorena Pizarro .

La señora PIZARRO (doña Lorena).-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a quienes están presentes en las tribunas con letreros con rostros de personas que perdieron la vida por negligencias médicas. Tras esos hechos hay familias que viven un dolor, y de ello hay que hacerse cargo. El Estado y la medicina privada deben hacerse cargo.

Me parece que la población en general está absolutamente indefensa frente a las negligencias médicas. Sin duda, ningún doctor se levanta cada día pensando en asesinar a alguien, pero no es casual que exista el término general “diostores”, porque muchas veces la posición de algunas y algunos médicos, sobre todo en la salud pública, frente a la desesperación de muchas personas al tener a algún familiar enfermo, es de una enorme indolencia.

Quiero decir y reafirmar, ya que el diputado Cristián Araya señala con tanta seguridad que hay que retirar, ni siquiera el nombre, sino la responsabilidad del sujeto mencionado responsable de torturas, que en Chile sí hubo tortura. Quiero contar que en Chile sí hubo médicos torturadores. Había 28 médicos que estaban viendo cuánta resistencia tenían las personas que eran brutalmente torturadas para sacarles información quizás de dónde. Por lo tanto, sí los hubo y me parece que debe quedar registrado aquello.

Por otro lado, este proyecto de ley tiene claras deficiencias que hay que resolver en su idea general. No puede transformarse en un negocio más. Cuando hablamos de salud, estamos hablando de lo más sagrado de la población, sobre todo de los sectores más populares de nuestro país.

También quiero decir que me parece de una irresponsabilidad enorme que el diputado Sánchez diga que el lamentable fallecimiento de una guagüita de dos meses ayer es producto de que el gobierno no la quiso llevar a una atención privada. Una acusación de ese tipo se hace con argumentos. Somos autoridades, por lo que sus dichos me parecen de una irresponsabilidad inaceptable. Pido que la Mesa analice cuál es el argumento para decir un horror así. Si no hay argumento, pido que el diputado sea sancionado, porque no puede ser que se digan barbaridades de ese tipo.

Por otro lado, me parece el colmo que la bancada republicana, con nombre y apellido, hable de respeto cuando sus intervenciones, salvo una excepción, están cargadas de insultos y de faltas de respeto hacia este sector. Es más, quiero decir que cuando hablan del “ex-Presidente Pinochet”, cuando hablan del “pronunciamiento militar”, cuando hablan de “los terroristas” por nosotros…

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Señora diputada, pido que se refiera al proyecto.

La señora PIZARRO (doña Lorena).-

Señor Presidente, solo estoy contextualizando lo que ellos han hecho.

Nosotras y nosotros esperamos y escuchamos lo que ellos dicen.

Esto es sin llorar. Sean un poquito más valientes y no anden llorando, pidiendo a cada rato puntos de Reglamento.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Gaspar Rivas .

El señor RIVAS.-

Señor Presidente, quiero partir esta alocución diciendo que voy a inhabilitarme -los motivos los daré al final- para emitir el voto en este proyecto de ley. Reitero: voy a indicarlo después. Cuando termine mi discurso se entenderá el motivo de mi inhabilitación.

Para empezar esta alocución, quiero hacer presente el caso de una señora que murió en la ciudad de Los Andes, en una de las comunas del distrito que represento desde hace mucho como parlamentario.

Alrededor de hace diez años se presentó en mi oficina parlamentaria de Los Andes la familia de una señora, cuyos integrantes estaban muy acongojados. Se trataba de una familia muy humilde, de sectores vulnerables, que me dijo que esta señora había ido al hospital de Los Andes, como muchas veces lo hacía, porque tenía dolores al cuerpo, como suelen decir las personas en el campo.

Me señalaron que el médico de urgencia la había recibido con el saludo de siempre: “¡Ay, señora, usted de nuevo! ¡De nuevo usted! ¿Qué le pasa, qué le duele ahora?”. La señora le dijo: “¡Ay, doctorcito! Me duele aquí, en el costado. No sé qué cosa tengo. Me duele aquí”. El doctor le respondió: “Pero mire, señora, ¿sabe qué más?, tómese un paracetamol o una dipirona y vuelva el lunes”.

El lunes a la señora la estaban enterrando. Estaba muerta. Y ese sujeto se quedó riendo. Entiendo que este proyecto de ley es muy bien intencionado, pero tiene un aspecto

perverso. Este proyecto pretende que las chambonadas que se mandan los médicos, so pretexto de que la medicina y el acto quirúrgico, como lo suelen llamar -como si tuvieran contacto con los dioses-, sobre todo en el sistema público, en circunstancias de que la gente que se atiende en dicho sistema el único delito que comete es ser pobre y no tener plata para ir a una clínica privada, porque allí los recibirían con alfombra roja y con banda de músicos, las paguen otros. Esta iniciativa pretende que una aseguradora les pague las chambonadas, las cagadas que se mandan matando gente.

Claro que matan gente, sobre todo gente pobre, porque si supieran que es un rico el que va a una clínica, ¡guay que tendrían más cuidado!, porque saben que habría cuarenta abogados para demandarlos.

Sin embargo, como la señora que mencioné no tenía un abogado, tuvo que ir la familia a hablar con ese gallo que la recibía diciéndole: “¿Qué es lo que le duele ahora, señora? ¡Usted de nuevo, hueveándome!”.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Diputado, por favor.

El señor RIVAS.-

Sí, señor Presidente, eso es lo que le dicen a millones de chilenos. Lo que pasa es que omiten la palabra.

Me voy a inhabilitar en este proyecto, porque no puedo votar a favor de una iniciativa que lo que hace es decir: “Señores, ustedes van a ser como James Bond , van a tener licencia para matar a todo el mundo, porque no importa, va a pagar la aseguradora. Así que no se preocupen de la dignidad de los pacientes. No importa que sean pobres, no importa que no tengan plata. Ustedes échenle para adelante, total paga la aseguradora”.

¿Por qué me voy a inhabilitar? Porque conozco de esto, no solo como abogado, sino porque mi padre lleva más de cincuenta años secando y dejando hasta en los calzoncillos a estos médicos irresponsables. Porque no quiero que crean que esta futura ley va a dejar sin la posibilidad de seguir ejerciendo a mi padre, me voy a inhabilitar. Lo haré porque es lo que corresponde como un caballero, como una persona honorable. Cuando hay un interés uno tiene que inhabilitarse.

Esta es la tercera vez que me inhabilito en la Cámara de Diputados desde hace muchos años. Me inhabilito porque tengo intereses en esto, y no es por el tema de mi padre. Específicamente es porque no soporto, porque asquea mi sentido de la justicia humana, que gente humilde tenga que estar refugiándose en un…

El señor NARANJO (Presidente Accidental).-

Ha concluido su tiempo, diputado. Debo señalar que está registrada su inhabilitación.

Tiene la palabra el diputado Cristóbal Urruticoechea .

El señor URRUTICOECHEA.-

Señor Presidente, es bueno que este proyecto exista, porque espero que cautive un daño médico que está completamente oculto y silenciado.

Sabemos que una persona cuando tiene disforia de género tiene una carga elevada en sus emociones, en sus sentimientos, en sus expresiones, y una carga elevada con estas ganas de satisfacer o solucionar el problema que supuestamente tiene.

Frente a esto, en el proceso de transición de la disforia de género, el paciente se presenta ante un psiquiatra, que es el que va llevando desde pequeños, desde niños, desde menores de edad, el proceso para esa transformación.

Por supuesto que existen muchos problemas, muchas advertencias y también ciertos requisitos para cumplir con la meta que el médico psiquiatra se propone.

Los bloqueadores para menores cuando son aplicados por mucho tiempo no tienen vuelta atrás; evidentemente, mucho menos las operaciones.

Pasa exactamente lo mismo con la castración química, que de manera oculta ya se sabe que se está entregando.

Creo que todos fuimos testigos de un ejemplo durísimo, de esta mujer española llamada Susana , a quien a los quince años de edad le extirparon su útero y sus pechos, y le dijeron que con eso iba a mejorar su calidad de vida física y mental, pues ella se percibía como una persona de sexo masculino.

El daño es irreversible. Ella está completamente arrepentida, y sus padres, que la impulsaron a esto, también, puesto que fue muy mal guiada por un médico psiquiatra y su equipo, que la operaron y le extirparon los órganos sexuales que tenía en ese momento. Hoy, lamentablemente, ya no pueden volver atrás.

El índice de suicidios comprobados por los científicos, después de estas operaciones, y los arrepentimientos son altísimos en las personas trans.

La Asociación Americana de Psiquiatría de Estados Unidos de América, que está muy de acuerdo con toda la ideología de género, pone aquí un punto. Por fin se sinceran y dicen que los hombres que son bien tratados por un psiquiatra, que son bien tratados por medicina, logran, más de un 90 por ciento de ellos, seguir y estar satisfechos con la sexualidad que la biología les entregó. Asimismo, en el caso de las mujeres, más de un 80 por ciento.

Frente a esto, vuelvo a decir: es un daño médico irreversible, silencioso, oculto y extremadamente peligroso. Si a una persona que padece esta enfermedad le toca un psiquiatra que está ideologizado o que está perturbado, probablemente este va a terminar con la felicidad y la plenitud de vida de esa persona.

Por último, creo que faltó agregar algo. Es muy importante que dentro de la medicina, los médicos dejen de practicar la homofobia y la discriminación, y ojalá se eliminaran todo tipo de textos homofóbicos, como, por ejemplo, el del doctor Salvador Allende Gossens , cuando crítica y vulnera a los homosexuales.

He dicho.

-Aplausos.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra, por Reglamento, el diputado Cristián Araya .

El señor ARAYA (don Cristián).-

Señor Presidente, solicito punto de Reglamento de conformidad con lo que dispone el artículo 21, de la observancia del Reglamento; de conformidad con los deberes del Presidente, artículo 55, en su numeral 1, sobre el deber de presidir y dirigir el debate; conforme al artículo 55, numeral 5, relativo a cuidar la observancia del Reglamento; conforme al deber que establece el artículo 55, en su numeral 8, de hacer despejar las tribunas si hay faltas al orden; conforme al artículo 55, numeral 15… No, este no, porque no quiero afectar el derecho legítimo que tiene la diputada Lorena Pizarro de expresar pareceres distintos en el debate, aunque se salga de la cuestión sometida a examen. Creo que ese artículo si bien está en nuestro Reglamento, pese a haber sido agredidos o maltratados, es un artículo que podríamos omitir incluso en esta solicitud.

Pero también en relación con el artículo 90, en su numeral 5, sobre faltas de respeto y el hecho de hacer imputaciones a personas que no están presentes.

La diputada Lorena Pizarro y la diputada Consuelo Veloso tienen todo el derecho a decir lo que quieran, pero podemos exigirles el respeto por las personas. Aquí se trata de individualizar a una persona que no tiene estos cargos. Se está afectando su dignidad, no tiene el derecho a poder defenderse. Creo que hay un límite ético para esto.

De conformidad con el artículo 91, usted, señor Presidente, también debe reprimir las faltas al orden con las medidas que allí se establecen.

Le solicitamos encarecidamente, señor Presidente, que haga respetar el Reglamento, que aquellos que interrumpen a otros parlamentarios sean amonestados, y si hay disturbios o desórdenes en las tribunas, que ello también se haga.

Presidente, usted tiene que encabezar y dirigir el debate conforme a lo que dice el artículo

55.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Jorge Rathgeb .

El señor RATHGEB.-

Señor Presidente, ha habido harto interés en intervenir sobre este proyecto, a pesar de que en muchas ocasiones nos hemos salido del eje central. Intentaré ajustarme a los márgenes de él para no repetir lo que algunos ya señalaron; sin embargo, no puedo dejar de mencionar lo ocurrido ayer en San Antonio con el fallecimiento de una bebé.

La verdad de las cosas es que tendrá que establecerse a través de una comisión investigadora cuáles fueron las medidas tomadas respecto de los virus estacionarios y las enfermedades de esta época invernal, así como también si efectivamente hubo o no responsabilidad de los profesionales médicos en cuanto a ver a nivel nacional dónde había camas disponibles, si en el sector público o privado, para hacer la derivación del caso en cuestión.

No obstante lo anterior, el mes pasado oficiamos al Ministerio de Salud sobre el particular, pero obtuvimos pocas repuestas. Sin embargo, reitero que una comisión investigadora tendrá que establecer las responsabilidades y cuáles serán las medidas a tomar a futuro para que situaciones como la ocurrida no se repitan.

Esta iniciativa, que mayoritariamente es de parlamentarios de Renovación Nacional -también la firmó una diputada que no pertenece al partido-, pretende cubrir los daños ocasionados por negligencias médicas. En ella se señalan claramente las indemnizaciones en materia civil que se busca establecer sobre el particular. Alguien se preguntó si con eso la acción de los médicos será más temeraria, porque sabrán que al tener un seguro ya no deberán pagar con su patrimonio por las negligencias que cometan a futuro.

Bueno, si el gobierno se hace parte de esta iniciativa y resguarda a sus propios funcionarios, como debería hacerlo en todo orden de cosas, también tendrá la posibilidad de demandar a los médicos producto de este tipo de situaciones, a fin de que en materia de responsabilidad civil paguen por los daños que puedan ocasionar.

Por lo tanto, hago un llamado al gobierno para que se haga parte de este proyecto, porque también le significará tener que enfrentar a futuro menos juicios, menos situaciones complejas.

Claramente, votaremos a favor esta iniciativa, y espero que los demás colegas así también lo hagan, por cuanto viene a dar al menos cierta tranquilidad a las víctimas de negligencias médicas o a sus familiares. Una vida, una lesión no se repara con nada; pero, sí, la indemnización en algo viene a compensar el sufrimiento de las personas.

Esperemos que los médicos puedan actuar correctamente y no ocupen la normativa propuesta para ser más temerarios y realizar acciones más negligentes a futuro, sino que ella solucione un problema para las víctimas por daños en la atención de salud.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .

El señor KAISER.-

Señor Presidente, me referiré muy brevemente al proyecto en discusión.

Creo que efectivamente se requiere el seguro de que trata esta iniciativa, por lo que en general estoy a favor de ella.

Eso sí, presenté una indicación al artículo único del proyecto para modificar el artículo 123 del Código Sanitario con el objeto de extender el seguro a las decisiones de la autoridad sanitaria en materia de restricción o privación de derechos de las personas por los daños que causen con sus respectivas resoluciones. Esto, porque, efectivamente, en el presente y en el pasado se han producido situaciones respecto de las cuales la autoridad ha tomado decisiones que han sido nefastas para la salud de la población.

Espero que esta Cámara respalde la referida indicación.

He dicho.

El señor NARANJO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Diego Schalper .

El señor SCHALPER.-

Señor Presidente, honorable Cámara, el tema que nos convoca hoy es probablemente uno de los más complejos en el derecho civil: la responsabilidad médica en caso de negligencias. Esto normalmente se aborda en materia de responsabilidad extracontractual, pero hay una discusión larga respecto de si la relación del paciente con el establecimiento es contractual y, por tanto, si debiese aplicar el estatuto general de responsabilidad, o más bien el artículo 2314 y siguientes del Código Civil.

Pero quiero abordar un elemento que en la doctrina internacional hoy se está haciendo cada vez más recurrente, que se denomina como “responsabilidad sistémica”, es decir, cuando la negligencia médica no es responsabilidad ni del funcionario, ni del médico en particular, ni tampoco del establecimiento, sino más bien consecuencia de la incompetencia del sistema de salud en general, o, dicho en palabras concretas, cuando la negligencia médica es una consecuencia previsible o atribuible a una mala gestión del gobierno central.

Me permitiré dar un ejemplo respecto de la actual situación de los virus respiratorios. Si uno se hace la pregunta sobre número de enfermos por virus respiratorios hoy, se podrá dar cuenta de que a la misma fecha del año 2022 tenemos el doble de casos. En materia de virus sincicial la frecuencia de detección en este minuto es de un 52,3 por ciento, lo cual hace previsible pensar el nivel de atochamiento que tenemos en las uci pediátricas, especialmente respecto de niños entre 0 y 4 años.

En cuanto al adenovirus, a esta misma fecha el año pasado teníamos 564 casos detectados, y ahora tenemos 2.613, es decir, cinco veces más.

En influenza, a esta misma fecha el año pasado teníamos 1.459 casos detectados, y este año tenemos 4.062, esto es, el triple. Y aquí es donde empieza a ser interesante el tema de la negligencia sistémica que subyace al contrato de seguro que estamos discutiendo.

En materia de vacunación, tratándose de la influenza, que es la patología que se puede vacunar, tenemos un 64 por ciento de la población objetivo inmunizada, o sea, nos encontramos por debajo de los estándares. Respecto de las embarazadas, población de riesgo directo, tenemos un 33 por ciento de vacunadas; niños de 5 meses a 6 años, un 61 por ciento, y mayores de 54 años, un 54 por ciento. Es decir, a todas luces se trata de una campaña en materia hospitalaria negligente e incompetente.

Entonces, la pregunta del millón es la siguiente: ¿quién responde cuando el daño que se produce en último término en un pabellón o en una situación médica no es producto del médico ni tampoco del establecimiento, sino que tiene que ver con la incompetencia del gobierno de turno? ¿Quién responde cuando un gobierno no anticipa recursos a la red de salud en la campaña de invierno o no hace control centralizado de las camas disponibles y, por tanto, obviamente, se produce una situación en la que ante una urgencia en un establecimiento no se tiene capacidad de responder derivando a otro establecimiento? ¿Quién responde? ¿Responde el médico, el establecimiento o el gobierno incompetente, que es incapaz de anticiparse?

¿Quién responde cuando no se trabaja de manera integrada en situaciones de crisis, cuando el gobierno de turno es incapaz de convocar a públicos y privados a hacer una respuesta integrada? ¿Responde el médico, el establecimiento o debiese responder el subsecretario de Redes Asistenciales, que es un incompetente y no fue capaz de anticiparse adecuadamente? Porque eso es lo que estamos presenciando hoy día en Chile: ¡un subsecretario de Redes Asistenciales incompetente!

(Aplausos)

Por lo tanto, Presidente, permítame decirle que este proyecto de ley, que habla de una cosa quizás muy menor, al final nos lleva a la pregunta central: ¿quién es responsable de los daños que sufre un paciente cuando hay un gobierno incompetente como el que hoy nos conduce? ¡El gobierno!

Por lo tanto, la reflexión que debemos hacer es la siguiente: si en definitiva nos vamos a empezar a hacer cargo en serio de la responsabilidad médica, entonces también debemos hacernos cargo en serio cuando tenemos gente incompetente a cargo del gobierno, que no es capaz de hacer bien su trabajo.

Hablaba el diputado Brito de listas de espera. Sin embargo, este gobierno, en las patologías más graves del cáncer, que son el cáncer mamario, cervicouterino y colorrectal, tiene peores números en listas de espera; por lo tanto, no nos vengan a dar clases en materia de listas de espera con la incompetencia que han tenido en materia de salud.

Si bien lo que nos convoca ahora es la negligencia médica, quiero hablar de una negligencia mayor, que es la negligencia política del gobierno de Gabriel Boric en el control de la crisis respiratoria que estamos viviendo en Chile.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Karen Medina .

La señora MEDINA (doña Karen).-

Señor Presidente, quiero manifestar mi apoyo a este proyecto y agradecer a sus autores, pues viene a subsanar un vacío legal que perjudica a muchas personas.

La semana pasada me llegó una petición de ayuda desde la Región de La Araucanía, de una paciente que se atendió en el hospital de Victoria con un bono PAD por una cesárea programada. Esta paciente, llamada Carla Vásquez , a causa de fallas en los equipos médicos, sufrió quemaduras gravísimas en la cara interna de los muslos de ambas piernas y hoy está en proceso de realización de distintas operaciones para hacerle injertos de piel en su cuerpo.

El hospital donde se realizó la intervención dice que son ajenos a la responsabilidad que pudiera existir porque, por tratarse de un bono PAD, ellos arrendaron el servicio a un tercero, en este caso un médico que vio a Carla de manera particular, quien buscaba tener una mejor atención. Afortunadamente, la propia Carla señala que la dañada fue ella y no su hija recién nacida, la cual no hubiese resistido una descarga eléctrica a causa de fallas técnicas de los implementos que se ocupan en estas operaciones. Hoy Carla tendría un respaldo legal para subsanar el problema en el que se encuentra.

Por lo tanto, reitero mi agradecimiento a los autores del proyecto y manifiesto mi apoyo.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Ha concluido el Orden del Día. Cerrado el debate.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Stephan Schubert para plantear un punto de Reglamento.

El señor SCHUBERT.-

Señor Presidente, artículos 90, en relación con el artículo 91. En su ausencia ocurrió algo de extrema gravedad en el hemiciclo. Presidía el diputado señor Naranjo , a quien se le solicitó por distintos parlamentarios, en más de una oportunidad, que aplicara el Reglamento. Se le citó el artículo 90, el artículo 91 y el artículo 20, y se negó a hacerlo.

El Reglamento -usted es un celoso cumplidor del Reglamento- no está porque sí, sino porque permite el diálogo entre nosotros y que la sesión se lleve a cabo como corresponde. Hemos tenido una extensa jornada en el primer proyecto, debido a que no hubo una conducción como corresponde y no se aplicó la norma. Se solicitaron sanciones y estas no fueron aplicadas; es más, ni siquiera se contestó a los requerimientos. Se le insistió por distintos parlamentarios, pero no contestaba y daba la palabra a otra persona. Eso es de extrema gravedad, pues el Reglamento no está de adorno y no depende de la voluntad de quien preside.

El Presidente Naranjo me señaló que él aplicaba las amonestaciones cuando le parecía, en circunstancias de que el artículo 91 es superclaro, cuando dice que “deberá aplicar”, y el artículo 21, en tanto, señala “Cualquier diputado tiene derecho a pedir la observancia…” y el inciso siguiente dice que la Mesa “resolverá inmediatamente”. Se le hizo ver a quien presidía en ese momento, el señor Naranjo , pero señaló que él lo hacía como estimaba.

La verdad es que eso me parece de suma gravedad, y creo que las personas que se sientan en la testera debieran estar dispuestas, a lo menos, a cumplir las reglas básicas establecidas en el Reglamento y que no debiese ser permitido que alguien se siente a hacer lo que le dé la gana, porque eso se llama tiranía y creo que eso ninguno en este lugar está dispuesto a aceptarlo.

Por lo tanto, solicito que, en virtud del artículo 90, N° 5, “Falta al respeto debido a la Cámara, a los diputados o a los ministros con acciones…” se le apliquen las amonestaciones o las sanciones contempladas en el artículo 91, que usted determine.

Dada su ausencia de la sesión, probablemente podrá revisar los videos y se dará cuenta de que fue así a lo largo de toda la sesión, en la que se le señaló en más de una oportunidad -o sea, podría haber recapacitado-, pero no lo hizo.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Efectivamente, mientras yo estaba presidiendo la reunión de Comités, estuvo el diputado que usted hace mención en la Mesa.

Me voy a enterar en detalle de lo que usted ha señalado y de haber algo que haya que hacer, obviamente, vamos a entregar la respuesta, incluso, si es necesario, por escrito, para su conocimiento y el de su Comité.

Con respecto a la sesión de esta tarde, les recuerdo que esta se realizará a las 18:30 horas. Tiene la palabra el diputado Cristián Araya para plantear un punto de Reglamento.

El señor ARAYA (don Cristián).-

Señor Presidente, ayer fuimos citados a una hora determinada a la sesión de esta tarde, pero luego hubo una modificación de horario y se suspendieron las comisiones del primer bloque. Ahora, se vuelve a cambiar la hora de inicio de esa sesión.

Este comportamiento errático respecto de los horarios puede afectar el funcionamiento de las comisiones. En razón de ello pido aclarar si reglamentariamente las comisiones del primer bloque pueden sesionar o han sido suspendidas.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

El señor Prosecretario va a aclarar la situación.

El señor GALLEGUILLOS (Prosecretario subrogante).-

Señor Presidente, las comisiones del primer bloque se retoman y pueden sesionar sin ningún problema.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Gloria Naveillan .

La señora NAVEILLAN (doña Gloria).-

Señor Presidente, artículo 246: “Toda citación se hará por el secretario de la comisión con cuatro horas de anticipación, a lo menos, respecto de aquella en que deba comenzar la sesión, excepto…”.

El punto es el siguiente: se habían suspendido las comisiones del primer bloque, es decir, de las 15:00 horas, producto de que íbamos a tener una sesión especial a las 15:30 horas.

Por lo tanto, de acuerdo con el Reglamento, estas sesiones no alcanzan a ser citadas y tampoco se pueden citar las del segundo bloque, dado que estamos citados a votar a las 18:30 horas.

Me gustaría saber la opinión de la Secretaría al respecto.

He dicho.

El señor BIANCHI (Vicepresidente).-

Diputada Naveillan , lo que señala es cierto, salvo que los proyectos que se traten tengan urgencia, para lo cual la comisión está autorizada a sesionar.

Por otra parte, priman los acuerdos de los comités.

Para profundizar la respuesta, tiene la palabra el señor Prosecretario .

El señor GALLEGUILLOS (Prosecretario subrogante).-

Señor Presidente, uno de los acuerdos de los Comités fue restablecer el funcionamiento de las comisiones, por lo que se exime de la norma reglamentaria de las cuatro horas.

Además, si la comisión tiene proyectos con discusión inmediata o suma urgencia, el tiempo se reduce a una hora previa para citar.