Labor Parlamentaria

En el Orden del Día, corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en moción, que concede, por especial gracia, la nacionalidad chilena a la bailarina y coreógrafa australiana señora Karen Connolly Anderson , correspondiente al boletín N° 16802-06.

Para la discusión de este proyecto se aplicarán las reglas de Fácil Despacho, es decir, se otorgará la palabra a cinco diputadas y diputados por un máximo de dos minutos cada uno.

Diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización es el señor Alejandro Bernales .

Antecedentes:

-Moción, sesión 24ª de la presente legislatura, en viernes 3 de mayo de 2024. Documentos de la Cuenta N° 25.

-Informe de la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización , sesión 49ª de la presente legislatura, en lunes 8 de julio de 2024. Documentos de la Cuenta N° 10.

El señor BERNALES (de pie).-

Señorita Presidenta, honorable Sala, en mi calidad de diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización , paso a informar sobre el proyecto de ley que concede, por especial gracia, la nacionalidad chilena a la bailarina y coreógrafa australiana señora Karen Connolly Anderson , en primer trámite constitucional, iniciado en moción de las diputadas Danisa Estudillo , Sofía Cid , Viviana Delgado y Joanna Pérez , y de los diputados Alejandro Bernales , Juan Fuenzalida , Luis Malla , Vlado Mirosevic y Sebastián Videla .

El artículo único del proyecto es de quorum simple.

La idea matriz del proyecto es reconocer la relevancia que la carrera profesional desarrollada en Chile por la bailarina y coreógrafa Karen Connolly ha tenido para el desarrollo cultural y artístico de nuestro país, lo que la hace merecedora de la nacionalidad por gracia.

La señora Karen Connolly se encuentra presente en la tribuna de honor. Bienvenida, maestra.

(Aplausos)

La comisión aprobó por unanimidad la idea de legislar. Participaron en la votación las diputadas Danisa Estudillo , Catalina Pérez y Carolina Tello , y los diputados señores Miguel Ángel Becker , Bernardo Berger , Juan Fuenzalida , José Carlos Meza , Rubén Oyarzo (Presidente de la comisión, a quien también agradezco haber puesto este proyecto en tabla) y Matías Ramírez .

Antecedentes

La danza, la coreografía y la escena musicalizada en que se presenta el espectáculo conforman una relevante contribución al patrimonio cultural de cada sociedad en que dichas artes escénicas son desplegadas. Para nuestra fortuna, Chile cuenta con una personalidad que ha hecho importantes aportes en este aspecto y con quien guarda una especial relación.

En efecto, la bailarina y coreógrafa australiana Karen Connolly Anderson , más conocida simplemente como Karen Connolly , es fundadora y directora del Dancen Escuela Karen Connolly y de la compañía que lleva su nombre. La señora Connolly inició sus estudios de danza a los 5 años en Sídney, Australia, con Moya Beaver . Egresada de la ScullyBorovansky School of Ballet, a los 13 años obtuvo una beca para estudiar en la Escuela de Ballet del Kirov de Leningrado, bajo la tutoría de Natalia Dudinskaya.

A los 16 años, pasó a integrar la Compañía Nacional de Ballet de Australia, que marcó el inicio de su vida profesional. Posteriormente, se trasladó a Europa, donde desarrolló una intensa actividad como bailarina y asistente coreográfica. Entre 1969 y 1977, integró diferentes compañías internacionales, época en que participó en algunas comedias musicales. Paralelamente, se desempeñó como asistente de importantes coreógrafos y directores.

A partir de 1978, se estableció en Chile. Desde entonces y hasta 1991 se desempeñó como coreógrafa estable en los principales programas de Canal 13 de la Pontificia Universidad Católica de Chile y, entre 1992 y 1997, como coreógrafa freelance en el mismo canal. Su labor en televisión fue galardonada con el Laurel de Oro en 1986.

En 1982, fundó Dancen Escuela Karen Connolly , como opción para los cultores de la danza en Chile de cursar estudios basados en métodos internacionales. Este año se cumplen 42 años de labor formativa de esta escuela de danza en nuestro país.

Por último, creó su propia compañía de danza independiente en 1986, que lleva su nombre, con la que ha estrenado más de cincuenta obras de repertorio y realizado numerosas giras nacionales e internacionales.

En 2007, volvió a la televisión en calidad de jurado del programa Locos por el baile, transmitido por Canal 13, y desde 2008 hasta 2011 fue presidenta del jurado en el programa Fiebre de baile, transmitido por Chilevisión. Durante 2011 realizó la labor de coaching de los participantes de Super estrellas, un programa de talentos infantiles del mismo canal.

En 2012, el Instituto Profesional de Artes Escénicas Karen Connolly recibió el reconocimiento por parte del Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Educación para impartir la carrera de Interpretación en Danza, con dos menciones: Jazz Contemporáneo y Tap, y Teatro Musical , siendo este el único instituto de educación superior dedicado exclusivamente a la enseñanza de la danza en el territorio nacional. Lamentablemente, a raíz del estallido social y la posterior pandemia de covid-19, el instituto se vio obligado a cerrar en 2021.

En otro plano, en 2017, Karen Connolly fue incorporada como miembro de número a la Academia Chilena de Bellas Artes, recibiendo el diploma que le reconoce su rango académico en el Instituto de Chile.

Además, la señora Connolly pertenece a diversas organizaciones que promueven el arte y la cultura, y es muy activa en la defensa del arte de la danza en nuestro país. Por ejemplo, fue miembro fundador del Consejo Chileno de la Danza, entidad que se formó en 1983, bajo la iniciativa de María Luisa “Malucha” Solari .

Desde 1991 a 2011 fue integrante del Comité de Danza del Instituto ChilenoNorteamericano de Cultura, presidiendo dicho comité en el período 2007-2009. Entre 1996 y 2002, fue directora de la Corporación Amigos del Arte. Asimismo, fue presidenta del Colegio de Profesionales de la Danza A.G. entre los años 1999 y 2004, siendo reelegida para los períodos 2006-2008 y 2008-2010. En 2001 fue miembro fundador de la Corporación Danza-Chile. En el año 2011 fue nombrada miembro honorario de la Asociación de Gestores Culturales de Chile.

También ha sido evaluadora de proyectos de danza de la Fundación Andes (1995 a 1997) e integrante de la Comisión Evaluadora de Fondart el año 1998. Por último, participó en el estudio y propuestas de modificación al proyecto de Nueva Ley de Patrimonio Cultural y en la ley que incorpora a los artistas al Código del Trabajo a través de un contrato especial.

Como puede apreciarse, la maestra Karen Connolly ha hecho una extraordinaria contribución a la cultura de nuestro país, a través de sus conocimientos, el desarrollo de proyectos culturales, la aparición en medios de comunicación y la formación de bailarinas y bailarines. Además, cuenta con una larga y asentada relación con nuestro país, donde está avecindada por más de cuarenta años.

Durante la discusión en particular, la comisión no incorporó modificaciones al texto.

Por las consideraciones antes expuestas, la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización recomienda a la Sala aprobar el proyecto de ley al cual me he referido.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor MEZA.-

Señorita Presidenta, cuando recibimos este proyecto de nacionalidad por gracia en la Comisión de Gobierno Interior, incluso lo dijimos cuando estuvo presente vía telemática la señora Karen Connolly , a muchos nos sorprendió que no fuese chilena y nos llamó profundamente la atención que una mujer que ha aportado durante décadas a la cultura y al arte en nuestro país, y que lleva en lo más profundo de su corazón a nuestra tierra, al igual que quienes hemos nacido en ella, aún no tenga la nacionalidad. Por lo mismo, considero que otorgar la nacionalidad por gracia a doña Karen Connolly es un acto de justicia y reconocimiento hacia quienes dan todo por nuestro país y lo sienten tan suyo como nosotros mismos.

En un momento en que está en tela de juicio, sin lugar a dudas, el aporte de algunas personas que vienen a Chile desde el extranjero, es importante marcar la diferencia no solo con quienes vienen a aportar ahora, sino con quienes han aportado durante décadas al desarrollo de la cultura y las artes en nuestro país.

Quiero aprovechar este espacio, si me lo permite la señora Karen Connolly , para hacer un reconocimiento a una persona que hace pocos días nos dejó y que fue un tremendo aporte a la cultura y las artes en Chile: la señora Mary Rose Mac-Gill , que en paz descanse.

Personas como doña Mary Rose y doña Karen son justamente lo que necesitamos en Chile. Aunque la señora Connolly no nació en nuestro país, ha vivido aquí durante décadas y ha aportado significativamente a nuestra cultura y arte, al igual que lo hizo la señora MacGill.

No veo diferencias, más allá del lugar en el que nacieron, en el aporte que han hecho estas dos grandes mujeres. Por lo tanto, es un acto de justicia que hoy hagamos este reconocimiento.

He dicho.

El señor BERNALES.-

Señorita Presidenta, agradezco a la Mesa por tramitar este proyecto de ley con las reglas de la tabla de Fácil Despacho, para que podamos votarlo lo antes posible, ya que, efectivamente, esta es una deuda que tenemos con la maestra Karen Connolly .

Como señaló el diputado que me antecedió en el uso de la palabra, muchos pensábamos que la maestra ya era chilena, pero aún no lo es. Por lo tanto, lo que estamos haciendo hoy es un acto de retribución al tremendo trabajo que ella ha realizado en Chile.

Más que una figura emblemática de la danza, la maestra Karen Connolly es un símbolo de integración cultural y del talento que hoy florece en nuestro país. Tal como lo expresé en la comisión, he tenido el privilegio de verla muchas veces en la Región de Los Lagos no solo enseñando junto a su equipo, sino también actuando como maestra de ceremonias, apoyando a los niños y jóvenes que participan en las diversas escuelas de nuestra región.

Desde su llegada al país, la maestra ha trascendido barreras, utilizando la danza como un lenguaje universal que nos une. Su trabajo ha inspirado a generaciones de bailarines o coreógrafos, brindándoles no solo su habilidad técnica, sino también su visión creativa, que resuena profundamente en el alma de nuestra cultura.

Apoyar la concesión de la nacionalidad por gracia a Karen Connolly es, en esencia, afirmar un compromiso con la diversidad y la inclusión. Es reconocer que aquellos que llegan a nuestra tierra con talento y pasión, como lo hizo la maestra, pueden hacer de Chile un lugar aún más vibrante y lleno de vida.

Karen, maestra, su dedicación y amor por el arte han inspirado a muchos. Es un honor contar con su presencia hoy en esta Sala, y también será un honor tenerla formalmente como parte de la sociedad chilena. Juntos vamos a celebrar este acto y afirmaremos que nuestra cultura se enriquece con cada experiencia, cada historia y cada contribución que personas como usted han traído a nuestro país.

He dicho.

Corresponde tratar el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en mociones refundidas, que modifica la ley No 20.370, General de Educación, con el objeto de regular el uso adecuado de dispositivos digitales en establecimientos educacionales, correspondiente a los boletines Nos 11728-04, 12885-04, 16062-04, 16520-04, 16527-04, 16574-04 y 16575-04.

Para la discusión de este proyecto se otorgarán cinco minutos a cada diputada y diputado que se inscriba para hacer uso de la palabra.

Diputada informante de la Comisión de Educación es la señora Marcia Raphael .

Antecedentes:

Mociones:

-Boletín N°11728-04, sesión 21ª de la legislatura 366ª, en jueves 10 de mayo de 2018.

Documentos de la Cuenta N° 9;

-Boletín N° 12885-04, sesión 67ª de la legislatura 367a, en jueves 22 de agosto de 2019.

Documentos de la Cuenta N° 6;

-Boletín N° 16062-04, sesión 51ª de la legislatura 371ª, en miércoles 5 de julio de 2023.

Documentos de la Cuenta N° 14;

-Boletín N° 16520-04, sesión 126ª de la legislatura 371ª, en jueves 4 de enero de 2024.

Documentos de la Cuenta N° 13;

-Boletín N° 16527-04, sesión 127ª de la legislatura 371ª, en lunes 8 de enero de 2024.

Documentos de la Cuenta N° 9;

-Boletín N° 16574-04, sesión 131ª de la legislatura 371ª, en martes 16 de enero de 2024.

Documentos de la Cuenta N° 10, y

-Boletín N° 16575-04, sesión 131ª de la legislatura 371ª, en martes 16 de enero de 2024.

Documentos de la Cuenta N° 11.

-Informe de la Comisión de Educación, sesión 45ª de la presente legislatura, en lunes 1 de julio de 2024. Documentos de la Cuenta N° 17.

El señor AEDO (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada informante.

La señora RAPHAEL, doña Marcia (de pie).-

Señor Presidente, en nombre de la Comisión de Educación, me corresponde informar el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en mociones refundidas, que modifica la ley No 20.370, General de Educación, con el objeto de regular el uso adecuado de dispositivos digitales en establecimientos educacionales, correspondiente a los boletines Nos 11728-04, 12885-04, 16062-04, 16520-04, 16527-04, 16574-04 y 16575-04, refundidos.

Idea matriz o fundamental

La iniciativa tiene por objeto regular el uso de los celulares por parte de los estudiantes para no interrumpir el proceso de aprendizaje, con el objeto de contribuir eficazmente al cumplimiento de los objetivos generales de la educación parvularia, básica y media contemplados en la Ley General de Educación. Para tales efectos, se propone un marco regulatorio eficaz para el uso de dispositivos con base en la evidencia de los daños que pueden provocar, promoviendo un uso responsable de las tecnologías en los estudiantes.

Fundamentos

Las diversas mociones refundidas citan numerosos estudios e informes tanto chilenos como extranjeros que se refieren a los serios riesgos a que se exponen niños y niñas y adolescentes ante la exposición a las pantallas.

Además, añaden que la legislación comparada ha avanzado en la línea de prohibir, o a lo menos restringir, el uso de estos dispositivos tanto en clases como en otras instancias estudiantiles, a fin de evitar prácticas desfavorables para la formación de los alumnos a raíz de la falta de regulación en el manejo de medios tecnológicos.

Las iniciativas refundidas proponen prohibir, restringir o regular el uso de celulares durante la jornada escolar.

El diputado Schalper , autor de una de las mociones, explicó que está claro que el efecto del exceso de exposición a las pantallas es grave e irreversible para los procesos educativos e incluso respecto de la estabilidad emocional y psicológica en menores de edad, generando agresividad y adicción.

Si bien algunos establecimientos educacionales ya han tomado esta decisión, sostuvo que debe ser una decisión pedagógica a nivel nacional.

El diputado Ojeda , autor de una de las mociones, sostuvo que el uso de celulares genera daño neurológico, daño a los aprendizajes, e incluso se reduce la sociabilización entre niños, niñas y adolescentes.

En cuanto a la justificación de la tecnología como mecanismo de comunicación entre los alumnos y apoderados para casos de emergencia, señaló que los establecimientos educacionales cuentan con protocolos para comunicar los problemas de los estudiantes a los padres; por tanto, no se justifica su uso.

El diputado Bobadilla , autor de una de las mociones, agradeció la preocupación transversal que genera este problema del uso de celulares en los establecimientos educacionales. Añadió que este es uno de los pocos proyectos en los que se pone el foco en lo que ocurre dentro de la sala de clases, cuando normalmente este está puesto en lo que ocurre fuera de ella, como son los problemas de infraestructura o la violencia.

La diputada Schneider , autora de una de las mociones, señaló que el uso excesivo de pantallas es un problema que no desaparecerá; la tecnología llegó para quedarse. Sostuvo que las prohibiciones en sí mismas no resuelven los problemas. Por eso, se utiliza el concepto de uso responsable, para permitir la incorporación de la tecnología al aprendizaje. Asimismo, se promueven en espacios de recreo el encuentro y el diálogo.

El diputado Teao , autor de una de las mociones, sostuvo que en diversas partes del mundo hay tendencias a limitar el uso de pantallas en entornos escolares. Con estos proyectos se busca mejorar la calidad educativa y los procesos educativos, puesto que el uso de celulares y su impacto en los procesos de aprendizaje son preocupantes. No puede permitirse que se afecte la formación académica y el bienestar mental de los alumnos.

La diputada Raphael , autora de una de las mociones, explicó los puntos básicos del proyecto de su autoría, indicando que abarca la enseñanza preescolar, básica y media, y extiende la prohibición en sala, recreos y actividades extraescolares. Afirmó que el celular impide el desarrollo de la habilidad social y que es importante que los niños y adolescentes aprendan a hacer un uso responsable de la tecnología.

El diputado Rey, autor de una de las mociones, señaló que el proyecto de ley de su autoría permite el uso de la tecnología con determinadas excepciones. Ello, porque dentro de los efectos negativos del uso de esta se da cuenta de que se interrumpen actividades de aprendizaje de niños y adolescentes no solo en las clases, sino también en sus hogares. Lo que se busca es no prohibir en absoluto el uso, sino restringirlo al máximo.

Tramitación y aprobación en la comisión

Durante la tramitación del proyecto en la comisión, se recibió la opinión de expertos y académicos, quienes coincidieron en la necesidad de limitar el uso de pantallas en el ámbito escolar. Algunos sugirieron restringir o regular su utilización, y otros, prohibirla.

Asimismo, la subsecretaria de Educación, quien participó en toda la tramitación del proyecto, manifestó que al prohibir el uso de celulares se restringe la posibilidad de hacer un uso pedagógico de las tecnologías. Prohibir puede limitar el desarrollo de acciones de innovación educativa o pensamiento crítico en torno a redes sociales. Sostuvo que el ministro de Educación promueve esa reflexión y busca que los establecimientos incorporen medidas en su reglamento interno para regular el uso de celulares.

Los integrantes de la comisión valoraron la tramitación de estas iniciativas refundidas y coincidieron plenamente en la necesidad de legislar sobre esta materia. Sin embargo, hubo divergencias en cuanto a la forma de normar estos asuntos, particularmente a si se debía prohibir totalmente el uso de dispositivos al interior de los establecimientos educacionales con algunas excepciones o regular su utilización dentro de la sala de clases, permitiendo su uso en algunos casos.

En definitiva, el proyecto aprobado contiene un artículo único, que modifica la ley Nº 20.370, General de Educación, con cinco numerales y una disposición transitoria.

El numeral 1) introduce un literal o) nuevo en el inciso primero del artículo 3 sobre democratización de la tecnología en el proceso formativo y su uso responsable.

El numeral 2) modifica la letra a) del artículo 10 para disponer de actividades para fomentar la interacción social y el encuentro comunitario, como juegos de equipo y ejercicios grupales durante los recreos, a fin de desincentivar el uso excesivo de dispositivos digitales.

El numeral 3) agrega incisos nuevos en el artículo 28 para establecer que los reglamentos de los establecimientos educacionales deberán disponer de medidas para regular el uso adecuado de dispositivos digitales con la finalidad de contribuir eficazmente al cumplimiento de los objetivos generales del nivel de educación parvularia, y se señalan las excepciones que deben contemplarse.

El numeral 4) añade incisos al artículo 29 con el objeto de establecer que los reglamentos de los establecimientos educacionales deberán disponer de medidas para regular el uso adecuado de dispositivos digitales en el nivel de educación básica, con las excepciones del caso.

Por el numeral 5) se incorporan incisos nuevos al artículo 30 para establecer que los reglamentos de los establecimientos educacionales deberán disponer de medidas para regular el uso adecuado de dispositivos digitales y las excepciones que deben contemplar en el nivel de educación media.

Asimismo, dispone que los establecimientos deberán crear instancias de participación formativa a toda la comunidad educativa con el objeto de fomentar el correcto uso de estos dispositivos y para la prevención de delitos que se realicen por intermedio de medios tecnológicos cometidos por y en contra de los estudiantes.

Finalmente, el artículo transitorio establece un plazo para realizar las modificaciones de los reglamentos internos requeridos en los artículos 28, 29 y 30.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor BIANCHI (Presidente accidental).-

En discusión el proyecto de ley. Tiene la palabra el diputado Hotuiti Teao .

El señor TEAO.-

Señor Presidente, esta iniciativa de ley busca regular el uso de los teléfonos celulares por parte de los estudiantes en nuestros establecimientos educativos.

El proyecto tiene como objetivo primordial no interrumpir el proceso de aprendizaje y de esta manera contribuir eficazmente al cumplimiento de objetivos generales de la educación parvularia, básica y media, tal como lo contempla nuestra Ley General de Educación.

Según los expertos que participaron en la Comisión de Educación, el 87 por ciento de los niños, niñas y adolescentes entre 9 y 17 años tienen un celular propio. Además, la edad promedio para adquirir el primer celular ha disminuido considerablemente, pasando de 11 años a 8,9 en 2022. Un 58 por ciento de los niños, niñas y adolescentes afirma haber obtenido su primer celular antes de los 10 años. Estos datos reflejan una realidad que no podemos ignorar.

Los usos más extendidos de estos dispositivos son la entretención y la socialización, el aprendizaje informal y el estudio. Sin embargo, también existen usos riesgosos y experiencias negativas asociadas, tales como el trato ofensivo, el ciberacoso, el acceso a contenidos peligrosos, como mensajes discriminatorios, imágenes violentas o páginas que promueven la delgadez extrema.

En diversas partes del mundo existe la tendencia creciente a eliminar el uso de las pantallas en entornos escolares, siendo la tendencia legislativa actual en el derecho comparado. Así, países como Japón y Francia han implementado medidas para regular o prohibir el uso de celulares en escuelas.

En Japón, tras una reforma educativa en 2008, se dieron recomendaciones específicas para padres y directores de escuelas. En Francia, en 2009, se aprobó la prohibición de uso de celulares en escuelas para niños menores de 15 años de edad, argumentando que una prohibición absoluta no es adecuada para los estudiantes nativos digitales de hoy.

Es esencial encontrar el equilibrio que permita el uso controlado de estas tecnologías en el proceso educativo, reservando espacios para la desconexión digital. Esta medida busca mejorar la calidad educativa y los procesos de aprendizaje, pues el impacto del uso de celulares en estos procesos es una preocupación legítima de todos los padres y apoderados. No podemos permitir que se afecte la formación académica y el bienestar mental de nuestros estudiantes.

Durante la discusión del proyecto en la Comisión de Educación, la subsecretaria de Educación, señora Alejandra Arratia , señaló la existencia de antecedentes importantes sobre el impacto negativo de los teléfonos celulares en el rendimiento académico. Por ejemplo, señaló que en Chile el 50 por ciento de los jóvenes indicó que se distrae de las clases de matemáticas debido al uso de estos dispositivos.

Ante estos hechos, proponemos un marco regulatorio eficaz que se base en la evidencia de los daños que puede provocar el uso indiscriminado de los celulares, promoviendo un uso responsable de las tecnologías por parte de los estudiantes.

Este proyecto aborda una preocupación creciente sobre el uso de estos dispositivos móviles en el contexto escolar.

Anuncio que votaré a favor de este proyecto, porque es imposible esperar que un estudiante de entre 13 y 15 años de edad pueda poner más atención al profesor que a una notificación en su celular. Todos sabemos cómo nos atrae una notificación y, según antecedentes científicos, esto se puede transformar en una obsesión o una enfermedad.

Por eso, es de la más alta importancia que los educadores tengan la autonomía para decidir cuándo y cómo sus alumnos pueden usar los dispositivos móviles en el aula, integrándolos como una herramienta educativa útil y relevante para su educación y formación.

Iorana e maururu.

He dicho.

El señor BIANCHI (Presidente accidental).-

Tiene la palabra la diputada Marcia Raphael .

La señora RAPHAEL (doña Marcia).-

Señor Presidente, Chile vive una evidente crisis educacional, la cual se manifiesta en varios aspectos, como violencia escolar, crisis en la educación pública, aumento de la deserción e inasistencia grave. Además, nuestros estudiantes enfrentan enormes dificultades en sus procesos de aprendizaje, en que el mal uso de aparatos electrónicos, específicamente los celulares, dentro de las aulas, juega un papel muy perjudicial.

Está claro que el uso de celulares en las aulas es un factor distractor que afecta la concentración de los estudiantes y esto se ve reflejado en el rendimiento académico.

Cuando concebimos la idea de presentar este proyecto de ley, muchos docentes y apoderados nos manifestaron su apoyo, porque han observado el daño y la distracción que causa el uso de celulares durante una clase. Los estudios respaldan estas observaciones, pues indican que cuando un niño utiliza un celular, necesita, en promedio, nueve minutos y medio para volver a concentrarse, y retomar la actividad que estaba realizando.

El proyecto original, que tiene su origen en mociones refundidas -soy autora de una de ellas-, tenía un mandato claro: avanzar hacia la prohibición total de celulares en las salas de clase para fortalecer los procesos de aprendizaje.

Por supuesto, la autonomía de los colegios permitiría, a través de sus reglamentos internos, determinar las excepciones de acuerdo con la realidad de cada proyecto educativo y que no pueden quedar de lado, como alumnos con necesidades especiales o con tratamientos médicos. Sin embargo, los diputados de gobierno, aprovechando su mayoría en la Comisión de Educación, despojaron al proyecto de su fuerza y propósito, eliminando la prohibición de uso de celulares en las aulas y dejando únicamente la “regulación” del uso de aparatos electrónicos. Esa relativización, claramente, abre la puerta para múltiples alternativas en su uso, que pueden ir más allá de lo académico, como se observa en los colegios hoy en día.

Teníamos un buen proyecto con un espíritu claro, pero fue desmembrado durante su tramitación en particular. En lugar de ser una señal clara contra el uso del celular en las aulas, ha dejado muchas dudas, incluso relativizando el uso de aparatos electrónicos en el nivel parvulario, lo cual resulta incomprensible.

Con el proyecto se pretendía enviar una señal clara sobre la importancia de los aparatos tecnológicos en los procesos educativos, como computadores y tablets, y abrir el debate sobre cómo el Estado puede aumentar la entrega de estos aparatos a niños en establecimientos particulares subvencionados, por ejemplo, que bien utilizados son de vital ayuda para los estudiantes.

No obstante, debemos ser enfáticos en que el celular es un enorme distractor y se ha convertido en un adversario para nuestros estudiantes en términos de rendimiento académico, habilidades sociales, salud y seguridad.

Voy a votar a favor de la iniciativa, ya que seguimos con la clara convicción de avanzar hacia la prohibición y no la simple regulación del uso de celulares en las aulas, esperando poder mejorar el proyecto en el resto de su tramitación.

He dicho.

El señor AEDO (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Marta Bravo .

La señora BRAVO (doña Marta).-

Señor Presidente, el proyecto tiene por objeto regular el uso de celulares por parte de los estudiantes en establecimientos educacionales, teniendo en cuenta que su uso excesivo e inadecuado trae grandes problemas de aprendizaje a los alumnos, alejándolos de sus objetivos académicos.

Es muy cierto que las nuevas generaciones son nativos digitales y tienen una facilidad impresionante para utilizar dispositivos electrónicos. Sin embargo, esta habilidad debe ser utilizada con mesura en los tiempos libres de los estudiantes y no durante las clases. Sin duda que estos aparatos pueden ser de gran ayuda para buscar información que aporte a la metodología de enseñanza, pero la verdad es que no son utilizados con ese fin, logrando únicamente desconcentrar a los alumnos.

Entonces, me parece bien que estos dispositivos digitales sean permitidos solo cuando puedan aportar a la búsqueda de información para una actividad particular, cuando exista una emergencia o cuando el alumno tenga necesidades especiales que lo justifiquen.

Votaré a favor esta iniciativa, pues, como dije anteriormente, la tecnología trae grandes beneficios cuando es utilizada con mesura y para los fines correctos.

He dicho.

El señor AEDO (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado José Carlos Meza .

El señor MEZA.-

Señor Presidente, este era un proyecto muy bien intencionado, al cual, a través de nuestro jefe de bancada y representante en la Comisión de Educación, le dimos nuestro apoyo en un comienzo. Lamentablemente, ha derivado, ha mutado de tal forma que, en la forma que se presenta hoy, no debiese ser aprobado. Afortunadamente, todavía existen algunas posibilidades de arreglar este proyecto.

¿Qué pasó? La idea fundamental del proyecto era prohibir el uso de cualquier tipo de pantalla, de cualquier dispositivo electrónico, y no solo los celulares, en las salas de clase, por el efecto nocivo que tiene en los procesos de aprendizaje en los menores de edad.

Entonces, no me explico cómo pasamos de la idea de prohibir el uso de las pantallas, incluido el uso de los celulares, en las salas de clase, a permitirlo, a regularlo, a propender a que quede “a criterio de”. Se trastocó completamente la idea matriz del proyecto.

Me pregunto, con el debido respeto que me merecen mis colegas de la Comisión de Educación, qué pasó en esa Comisión, porque si presento un proyecto cuyo objetivo es prohibir el uso de pantallas, prohibir el uso de celulares en las salas de clase, y un colega presenta una indicación para permitir el uso de pantallas, ¿por qué no declararon inadmisible esa indicación?

Si aprobé la idea de legislar en la comisión para prohibir el uso de pantallas, ¿por qué después termino aprobando una indicación que lo que hace es, justamente, todo lo contrario? No me lo explico.

Después, viene un proyecto en tabla que busca prohibir una actividad. En la comisión voté en contra la idea de legislar y después presenté una indicación que lo que busca es justamente lo contrario, es decir, permitir, regular la actividad, porque eso es lo que la razón soporta. No estoy de acuerdo en prohibir algo; por lo tanto, busco regular. Si estoy de acuerdo en prohibir, no puedo estar de acuerdo en regular. No me puedo levantar en la mañana pensando una cosa y acostarme en la noche pensando otra.

Vámonos al fondo. Invito a los colegas que no son profesores -hay algunos que lo sona que contacten con profesores de sus distritos. Invito a los colegas a que pregunten a los docentes de liceos municipales, de colegios particulares, cuál es el efecto que tiene para un niño la pantalla, el celular, en la sala de clases. Vayamos a la evidencia científica, porque esto no es una cuestión que sostengamos de manera arbitraria.

La Unesco, un organismo que muchos citan para muchas cosas, pero que en este caso veo que nadie se ha preocupado de saber qué es lo que dice, señala que a un niño le toma 10 segundos reaccionar con un emoji a un mensaje, pero que demora 20 minutos para retomar la concentración y centrarse otra vez en lo que estaba haciendo en la sala de clases. O sea, por una carita feliz perdemos 20 minutos en la sala de clases. Eso es lo que tenemos que combatir.

Fuera de eso, tenemos el problema de la convivencia dentro de las salas de clases, porque con la inmediatez de los celulares y las redes sociales, el daño que se le puede hacer a un niño o a una niña es, en muchos casos, irreparable. Recordemos ese conspicuo y carísimo colegio de Santiago, donde los niños, a través de inteligencia artificial, pusieron los rostros de sus compañeras en cuerpos desnudos. ¿Cuál va a ser la responsabilidad de esos colegios que permiten el uso de pantallas en los salones de clases? Los niños experimentan con la inteligencia artificial sin ningún tipo de supervisión y, finalmente, todo termina en un desastre.

Tengo la esperanza de que este proyecto se arregle, que seamos honestos con nosotros mismos. Si votamos a favor de prohibir, no presentemos indicaciones para permitir.

Muchas gracias.

He dicho.

El señor AEDO (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Diego Schalper .

El señor SCHALPER.-

Señor Presidente, saludo a los muchos padres y apoderados que están pendientes de esta discusión.

Modestamente, el año 2019, es decir, habiendo transcurrido bastantes años a estas alturas, presentamos con la diputada Girardi -imagínese ustedun proyecto de ley que buscaba prohibir el uso de celulares en los establecimientos educacionales, proyecto que concitó apoyo transversal en la antigua Comisión de Educación, porque nos parecía en ese minuto algo de sentido común y que no merecía mayor discusión. Tuvimos invitados de distintas sensibilidades.

Cuando usted discute estos temas sobre la base de la evidencia y no los polariza ideológicamente de manera artificial, se empieza a dar cuenta de que la evidencia es muy contundente y muy sistemática en cuanto a que, al menos en la educación parvularia y en la básica, no hay discusión sobre la tremenda cantidad de consecuencias negativas que tiene la exposición a pantallas de menores de edad.

Señor Presidente, me da la impresión de que acá hay más confusión que lo que aparentemente podría creerse. Se cree que prohibir y regular es lo mismo. Prohibir, en su sentido natural y obvio, supone impedir un uso; regular es permitir un uso sujeto a ciertas condiciones. Es totalmente distinto. Me parece que algunos creen que permitiendo una regulación con muchas excepciones se logra lo mismo que la prohibición. He escuchado a algunos colegas, incluso de oposición, y están equivocados. Son cosas distintas. Nuestra intención de prohibir es porque tenemos la convicción de que al menos en educación parvularia y básica, la exposición a pantallas de cualquier forma es una mala idea. Ojalá los colegas, más allá de polemizar, miren la evidencia que sostenidamente se ha expuesto.

Se ha dicho que la principal motivación es que el uso de pantallas es un distractor pedagógico. Ello tampoco es efectivo. No se trata de un tema de distracción pedagógica, sino de que hay evidencia contundente del impacto negativo de la exposición a pantallas en la salud física y mental de los menores de edad, desde enfermedades visuales -miopía, astigmatismohasta trastornos de ansiedad. O sea, son cosas que tienen que ver con cuestiones médicas no sujetas a mayor disquisición. Por lo tanto, esto no tiene que ver con una distracción pedagógica, sino con temas de salud.

Segundo, se ha argumentado que esto podría impedir el empleo de ciertos elementos tecnológicos para fines pedagógicos. Bueno, si esa es la motivación, lo que hemos hecho es presentar una indicación para distinguir aparatos tecnológicos con fines de telefonía de aparatos tecnológicos con fines pedagógicos. Nadie aquí aspira a que no se pueda usar una pizarra tecnológica o una tablet. A lo que estamos aspirando es a que no haya empleo de celulares. Si podemos hacer una técnica legislativa más rigurosa, hagámosla, pero aquí me da la impresión de que se argumenta de manera confundida y, de esa forma, se mete de contrabando -quizá de buena feel empleo de celulares por parte de menores de edad.

Después se argumentó que los padres tienen que comunicarse con sus hijos y que para eso está el celular. Perdóneme, señor Presidente, pero muchos -me imagino que lo cuento entre ellospudimos pasar nuestra etapa escolar sin celular, y aquí ambos estamos relativamente bien. ¿Qué le quiero decir con eso? Que puede haber otros mecanismos de comunicación con los hijos. A mí me parece que ese es un argumento bien poco sustentable.

Hemos presentado una indicación para distinguir elementos tecnológicos destinados a la enseñanza de elementos tecnológicos dedicados a la telefonía. Nuestro empeño es hacer una ley más rigurosa que, efectivamente, nos permita llegar a acuerdos. Tengo la sensación, salvo respecto de algunas personas en particular, de que todos estamos más o menos de acuerdo en que el uso de celulares por menores de edad es una mala idea. Es una mala idea en general y es una peor idea en los colegios.

Por último, invito a los colegas que todavía tienen dudas sobre esta materia a que revisen los informes que ha hecho la Defensoría de la Niñez respecto de los delitos que se cometen en plataformas relacionados con menores de edad. Señor Presidente, hoy día pensamos mucho en Instagram o Facebook, pero las plataformas que están usando los menores de edad son Twitch o Discord, que son plataformas de interacción instantánea con adultos, muchas veces empleadas para cometer delitos extremadamente graves y que tienen que ver con el uso de celulares.

Por lo tanto, espero que desideologicemos este debate, miremos la evidencia y hagamos una disquisición. Como señalé, hemos presentado una indicación en esa dirección.

Yo, al menos, voy a apoyar este proyecto en general, porque, tal como ha dicho el diputado Meza , creo que todavía hay esperanza de poder corregirlo, pero quiero ser extremadamente claro: si después del segundo informe el proyecto vuelve en estos mismos términos, me da la impresión de que la inmensa mayoría de los colegas lo va a rechazar, porque lo que queremos es prohibir el uso de celulares, no hacer un uso regulado, solución que no terminará siendo ni chicha ni limonada.

Muchas gracias.

He dicho.

La señorita CASTILLO (doña Nathalie) .-

Señor Presidente, creo que todas y todos estamos bastante conscientes respecto del uso de las tecnologías digitales que han formado parte imprescindible de nuestro quehacer social y cotidiano. Creo que esa es una realidad que no podemos omitir.

Algunos diputados y diputadas se han referido a quienes hoy día se inician en la utilización de tecnología y celulares, los que, según lo señalado por algunos organismos, como la Unicef, alcanza al menos el 60 por ciento de los niños y niñas de Chile

Ahora, prohibir, prohibir y que todo sea prohibir, a mí no me parece correcto. No sé si alguno de ustedes ha tenido la oportunidad de hablar o de conversar con niños, niñas y adolescentes en etapa escolar respecto de la opinión que tienen sobre el proyecto que hoy día estamos tratando. Y no se trata de ser profesor o profesora. Muchos somos padres y apoderados y tenemos una opinión respecto de cómo se utilizan las tecnologías o los celulares al interior de las escuelas. Por lo tanto, ni siquiera es un tema ideológico.

A mí me parece bastante falaz argumentar que el uso de aplicaciones o de inteligencia artificial para provocar algún tipo de menoscabo o violencia digital sea parte de este proyecto. Ese tipo de acciones, que por cierto son repudiables y que forman parte de la alta tasa de violencia y acoso digital por parte de niños y niñas, se pueden llevar a cabo entre pares incluso fuera del aula escolar.

Entonces, centrando y concentrando el discurso en este proyecto, creo que es importante plantear la regulación de estos dispositivos en el aula, porque pueden traer -no lo niegosituaciones perjudiciales a los procesos de enseñanza, como, por ejemplo, distracciones, problemas de conducta y otros problemas que tienen que ver con el uso de estos instrumentos en las salas de clases.

Sin embargo, creo que también es importante plantear un tema de fondo que no es menor: la brecha digital debido al acceso desigual a estos dispositivos, que también va mermando y lesionando las habilidades sociales de los niños y las niñas.

Entonces, debemos poner cada punto en su lugar. Creo que las indicaciones que presentaron el ministerio y las diputadas y los diputados son bastante acertadas al no prohibir, sino regular una cuestión que tiene que ser parte de los procesos educativos, poniendo énfasis en esta materia no solamente desde el ámbito de la prohibición, lo cual se hace bastante presente en este hemiciclo cada vez que se quiere abordar algún tema social o alguna cuestión educativa como en este caso.

Incorporar la idea del enfoque pedagógico y formativo está bien. Creo que es relevante tener una mirada para el uso adecuado, crítico, creativo y responsable de estos dispositivos por parte de los niños y niñas en las salas de clases. De hecho, eso existe y es real. Hoy muchos escolares utilizan sus dispositivos móviles al interior de las salas educativas para complementar la estrategia pedagógica que entrega la escuela o el colegio.

Por eso, llamo a evitar el adultocentrismo que se da habitualmente en este tipo de discusiones, porque no se ve lo que realmente están pensando o haciendo las niñas y los niños al interior de las escuelas. Debemos tener un poco de confianza en quienes hoy no tienen la voz y la opinión en este espacio al interior del Congreso Nacional, pero sí tienen una opinión y un pensamiento crítico, y son parte de la sociedad.

Entonces, creo que es importante avanzar en este proyecto, de acuerdo con las modificaciones que se han planteado, principalmente para la regulación del uso de estos dispositivos.

También este proyecto ratifica la necesidad de democratizar y dar equidad en el uso de estos dispositivos móviles, con un acceso universal de cada uno de los estudiantes a la educación digital, para salvaguardar estos procesos formativos.

Por lo tanto, creemos que es importante poner la alerta, porque la comisión técnica habla de “prohibiciones previstas en los artículos 28, 29 y 30,”. Esperamos que en el Senado este articulado no hable de prohibiciones, sino de regulaciones.

Creo que es necesario reflexionar una vez más que nos referimos a niños, niñas y adolescentes escolares desde una mirada ideológica y desde el otro lado, y que no consideramos su opinión o la forma en que ellos se expresan.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Raúl Leiva .

El señor LEIVA.-

Señor Presidente, como ha sido reiterado en esta Sala, este proyecto de ley se hace cargo, lamentablemente de manera tardía, de una problemática que viven las distintas comunidades educativas.

En materia de neurociencia se ha establecido claramente que el desarrollo neuronal y las conexiones neuronales se desarrollan hasta los quince años de edad. Por eso es tan crítico en la adolescencia el uso intensivo de este tipo de dispositivos. Por esa razón es importante regularlo, y prohibirlo definitivamente en la educación parvularia y en la educación básica, que es lo que no hace el proyecto de ley.

A ese respecto, me gustaría hacerme cargo de temas de técnicas legislativas. En primer lugar, el proyecto no hace una definición de dispositivos digitales. Si nosotros aprobamos esta norma tal cual está, todas las pizarras electrónicas y todos los sistemas que se desarrollen dentro del aula para generar algún tipo de material educativo no se podrían aplicar, porque la definición es laxa, puesto que se entendería que la última definición que existe respecto de los dispositivos electrónicos es la que establece la ley N° 21.459, aprobada por el Congreso Nacional para adoptar en nuestro país el Convenio de Budapest, estableciéndolos como “dispositivos interconectados o relacionados entre sí, cuya función, o la de alguno de sus elementos, sea el tratamiento automatizado de datos en ejecución de un programa.”.

Por consiguiente, hay que ver la norma desde un punto de vista integral. Si se aprueba tal cual está, se hace alusión a todo tipo de dispositivos electrónicos, incluso a teléfonos y relojes.

Creo que hay que regular este tema de una manera más perentoria. Hoy, particularmente con las modificaciones a los artículos 28, 29 y 30 de la Ley General de Educación, que propone este proyecto de ley, se establece una regulación para el uso adecuado de dispositivos digitales y se contempla una serie de excepciones que, a mi juicio, son del todo razonables, por ejemplo, que se requiera el uso de dispositivos por la naturaleza de una actividad curricular o extracurricular, cuando haya una situación de emergencia o cuando el estudiante presente alguna condición de salud prescrita.

A ese respecto, me gustaría dar cuenta, porque parece que en la discusión de la comisión no se razonó o no se analizó esta materia, que las niñas, los niños y los estudiantes en general que tienen algún grado de discapacidad muchas veces soportan su desarrollo educativo sobre la base de algún instrumento digital. Eso está recogido en nuestra legislación a través de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en donde está definido como los ajustes razonables que esas personas deben tener para su desarrollo, y particularmente en la ley N° 20.422. Es más, esta norma establece un catálogo de insumos en el caso de la educación inclusiva, en virtud de la cual los estudiantes deben tener a su alcance este tipo de dispositivos.

La idea general es correcta, porque hay que prohibir estos dispositivos en ciertos aspectos, particularmente en la educación parvularia y en la educación básica, y establecer las excepciones.

Finalmente, desde el punto de vista de la técnica legislativa, lo incisos que se incorporan en los artículos 28, 29 y 30 de la Ley General de Educación se repiten, siendo que perfectamente se podría regular de una manera general para todos y cada uno de los dispositivos, una vez que se defina debidamente lo que es un dispositivo digital.

He dicho.

El señor BARRÍA.-

Señor Presidente, me parece que la idea de legislar es correcta. Tenemos que hacernos cargo de una realidad que está afectando los procesos de educación en todo nuestro país. Hay complicaciones desde el punto de vista de la convivencia escolar. De una u otra manera, muchos profesores y asistentes de la educación no pueden llamar al orden a los estudiantes o no son capaces de restringir el uso de estos dispositivos, porque no se encuentran amparados por la normativa correspondiente.

Por otro lado, hay un problema que tiene que ver con ciertas brechas y temas de equidad. En los colegios se ha generado una competencia respecto de qué estudiante tiene el mejor teléfono. A veces eso provoca problemas que rayan en los delitos y las sanciones. Se hace lo imposible para llevar al colegio el teléfono de moda. Eso está provocando una crisis de convivencia, porque a veces la forma de obtener un teléfono no es la más correcta. El mercado negro y delitos como el hurto y el robo ocurren en los colegios y los liceos, sin distinción.

Ahora bien, nuestra mirada es bastante crítica con respecto a los artículos establecidos en este proyecto, porque el espíritu era prohibir, pero hoy son tantas las excepciones que se presentan que, en la práctica, no hay ninguna prohibición. Son tantas las excepciones -por ejemplo, se permite el uso de dispositivos cuando hay un fin pedagógico que, en definitiva, les quitamos toda la autoridad al colegio, a los profesores y a los asistentes de la educación, para decirle a un niño o una niña: “Usted está utilizando ese aparato de manera incorrecta, en horario de clases y en un espacio pedagógico, y eso está provocando más problemas que beneficios”.

Sigamos los ejemplos de muchos estudios que están sobre la mesa. Hoy, en la práctica, los colegios particulares han prohibido los teléfonos celulares. ¿Por qué no copiamos esas buenas ideas en nuestra educación pública y en la educación particular subvencionada?

En lugar de ello, dejamos que exista un rango tan amplio para el uso de tales dispositivos, que podría ocurrir que este proyecto se convierta en letra muerta.

Estamos a favor de la idea de legislar, pero esperamos con mucha convicción que este proyecto sea corregido, ya sea en el Senado o en las respectivas comisiones, porque se ha vulnerado lo que nos piden las familias y los colegios, esto es, que el teléfono celular pase a un segundo o a un tercer plano, en lugar de que su uso en establecimientos educacionales permanezca prácticamente igual, según se desprende de la actual propuesta.

He dicho.

La señorita CICARDINI (doña Daniella) .-

Señor Presidente, solo quiero que se deje constancia en el acta de que varios parlamentarios y parlamentarias estamos sesionando simultáneamente con la Sala en la Comisión de Pesca, Acuicultura e Intereses Marítimos para votar el proyecto de nueva ley de pesca. Lo hago presente para que no se malinterprete nuestra ausencia en la Sala y para que quienes nos acompañan desde las tribunas sepan que estamos haciendo la tarea que también nos compete en el Congreso.

He dicho.

El señor LILAYU.-

Señor Presidente, esta iniciativa pretende regular el uso de celulares por parte de los estudiantes para no interrumpir el proceso de aprendizaje, con el objeto de contribuir eficazmente al cumplimiento de los objetivos generales de la educación parvularia, básica y media contemplados en la Ley General de Educación. Para tales efectos, se propone un marco regulatorio eficaz para el uso de dispositivos con base en la evidencia de los daños que pueden provocar, promoviendo un uso responsable de la tecnología por los estudiantes.

Claramente, por lo que hemos escuchado, la preocupación por el uso de teléfonos celulares es transversal, ya que en 2008 el gobierno de Japón, país líder en avances tecnológicos, inició un profundo debate sobre esta materia en el contexto de una reforma educacional y aprobó una serie de recomendaciones para padres y escuelas sobre el control de teléfonos celulares. Esta iniciativa ha tomado fuerza y en muchos países la prohibición es total.

En nuestro país el debate está dividido: algunos argumentan que como el contexto es el proceso de aprendizaje, el criterio para definir en qué momento se pueden utilizar esos dispositivos y en cuáles no corresponde al educador. Así, el profesional de la educación debe ser habilitado para determinar dentro de la planificación de su actividad docente en qué momento es oportuno utilizar el teléfono celular como una herramienta digital que permita acceder a funciones académicas. Otras voces nos indican que prohibir el uso de celulares no significa dejar a los alumnos sin internet; simplemente significa cortar las redes sociales y dejarlos con los mecanismos para hacer búsquedas de información o usar aplicaciones con las licencias que tengan contratadas los colegios y que los profesores estimen convenientes para el uso pedagógico.

Claramente, también hay que escuchar a la gente que está en las aulas. Así me lo han manifestado profesores y educadores de párvulos, como la tía Nico y la tía Ely, de colegios particulares subvencionados; Viviana Nelson , profesora de colegios públicos; Jonathan , profesor de una escuela rural, y Yasna , asistente de la educación. Ellos saben que el denominador común es la preocupación por el aislamiento que el celular provoca en los niños, pues les hace perder la capacidad de reunirse en grupo y los convierte en personas cada vez más sedentarias.

El teléfono en sí es un distractor del aprendizaje: desconcentra, desvía la atención de las materias que se están tratando y, sin lugar a dudas, crea una sociedad más individualista. Por ello, promover el levantar la vista, mirar a los ojos a las personas y socializar con ellas nos va a traer una sociedad más inclusiva, más empática y con mejor calidad de vida.

En mi calidad de médico, también debo señalar que, si no se limita el uso del celular, se pueden sufrir lesiones, como lo han dicho algunos parlamentarios, eventualmente tumores cerebrales, síndrome de contractura del cuello, síndrome de túnel del carpo y, como también lo han dicho otros parlamentarios, afectaciones crónicas en los ojos. Eso es una realidad.

El éxito de cualquier política pública requiere del acuerdo y compromiso de la sociedad en su conjunto, en este caso en particular, de los padres, lo que es muy importante, y de los establecimientos educacionales.

He dicho.

La señorita SERRANO (doña Daniela) .-

Señor Presidente, me alegro de que usted haya saludado a los estudiantes que presencian este debate, porque justamente se trata de la regulación del uso de dispositivos digitales en salas de clases, lo que tendrá una consecuencia para ellos, toda vez que se establecerá lo que podrán hacer o no en el aula con esos dispositivos. Por eso, qué mejor que contar con esta audiencia para dar este debate.

Todo eso lo digo porque se ha dado una tónica en esta Sala de hablar desde una posición en la que se establece “lo que debiesen hacer los estudiantes”, pero muchas veces se desconocen las condiciones en que ellos se encuentran en las aulas de clases. Por ello, suscribo las palabras de mi colega Nathalie Castillo cuando dijo que existía una visión bastante adultocentrista.

No obstante lo anterior, quiero poner el foco en lo que hoy significan las condiciones materiales con que se imparten las clases y en reconocer que efectivamente el uso indiscriminado de los dispositivos digitales puede generar efectos negativos en el aprendizaje.

Quiero hacer presente que no es lo mismo discutir esta regulación considerando un escenario como el que se vive con posterioridad a la pandemia o como el que se vivió previo a ella. Quiero traer a colación algunos argumentos con los que pude defender en la comisión la necesidad de regular esta materia. Claramente, hoy necesitamos ajustar aquello, porque es bastante incongruente que el primer acercamiento de los estudiantes a sus clases durante la pandemia se haya hecho a través de dispositivos digitales -todos lo vivimos durante la pandemia-, y que ahora se desconozca lo que fue una alternativa para vincular a las y los estudiantes a las clases y se busque que sea prohibido de cualquier forma.

Cuando se habla de la regulación en particular, se habla de lo que se puede hacer y de lo que no se puede hacer. Por tanto, creo que instalar en el debate que la idea es dejar el uso de celulares en el aula al libre albedrío, de manera que cualquiera pueda usarlos en cualquier momento, creo que es mentir y no es ser honesto, porque regular también significa prohibir. En este caso, se trata de prohibir el uso de esos dispositivos digitales en el aula cuando no se persigan objetivos o fines exclusivamente pedagógicos.

En esta Sala se han expresado distintos argumentos en los que se señala la prohibición como lo fundamental. Sin embargo, cuando hablamos de regulación no lo hacemos para que se deje el uso indiscriminado del celular para cualquier situación en particular, sino -vuelvo a reiterarlo, para que no se olvidepara fines educativos. Si durante la pandemia muchos estudiantes tuvieron acceso a dispositivos digitales con fines educativos, para acercarse a la educación, me parece muy incongruente decir “esto, finalmente, se prohíbe a rajatabla”. Además, implicaría desconocer una situación mundial, una situación transnacional, una situación en la que la globalidad finalmente tiene una conexión.

Mi pregunta es: ¿dónde vamos a poner el acento? ¿Cómo vamos a lograr que el uso de esos dispositivos se prohíba? ¿Vamos a poner a los profesores y profesoras a quitar dispositivos celulares? ¿Vamos a entregarles esa carga? ¿O podemos hablar de una regulación mucho más armónica, que permita que los y las estudiantes que tengan la opción de ocupar esos dispositivos cuando tengan fines educativos entiendan que su uso es solo para dichos fines y no como un espacio para distraerse en el aula de clases?

En particular, soy de la idea de que las prohibiciones no sirven y de que la regulación es a lo que debemos llegar. La prohibición, en particular del uso de dispositivos digitales, se establecerá cuando este no tenga fines pedagógicos.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Stephan Schubert .

El señor SCHUBERT.-

Señor Presidente, las prohibiciones no siempre son agradables, pero la información que aquí se ha entregado ha sido contundente.

Todos los que intervinieron en la Comisión de Educación, al igual que los informes que se hicieron llegar a esta instancia, señalan que el uso de teléfonos celulares por parte de menores y en ambientes de educación son perjudiciales, en varios sentidos: en un sentido social, porque la persona que está concentrada en un aparato se aísla; incluso, si nos ocurre a los adultos que, siendo ya mayores y maduros, también nos aislamos y nos centramos en un celular, ¿cuánto más a los menores?

Por otro lado, también afecta su desarrollo y, por supuesto, la capacidad de concentrarse, porque tiene en sus manos un elemento que distrae y atrae. Los expertos han sido claros en señalar que aquí tiene que haber una prohibición, en el caso de los más pequeños, y una fuerte restricción, en el caso de los que son más grandes. Esto tiene que estar regulado hacia la restricción, pero, por supuesto, en este caso estamos hablando de adolescentes que son mayores.

La Unesco fue clara al respecto, y los expertos que hablaron en la comisión también lo señalaron con total claridad. Eso es lo que entendimos y ese era el ánimo y el espíritu de los distintos proyectos de ley que se fusionaron, que buscaban prohibir y, en el caso de la enseñanza media, abrir un poco la posibilidad para que los reglamentos internos de los establecimientos educacionales pudiesen señalar las restricciones y la forma a través de la cual, por ejemplo, lleven sus celulares, pero que el colegio no permita que los utilicen en el colegio o que su uso solo se produzca en los recreos o en determinadas condiciones, pensando en la enseñanza media.

Hay países que han establecido la prohibición, en algunos casos de forma total, y en otros, de manera parcial, como ocurrió, por ejemplo, con el caso de Francia, Alemania, China e Italia. Ellos, que son países desarrollados y altamente tecnologizados, regularon esta situación, estableciendo que el uso de estos dispositivos no es beneficioso, sino que es perjudicial en menores y en ambientes educativos.

El problema está en la forma en que se reguló en este proyecto, que es necesario, pero que quedó mal regulado. Por ejemplo, habla de propender; es decir, señala que los establecimientos deberán propender en sus reglamentos a que esta tecnología no sea utilizada. Pero propender es inclinarse hacia; no es prohibir, no es restringir, sino inclinarse a que no se utilicen. Esa es una palabra que nos pareció demasiado blanda, y así lo señalamos en la Comisión de Educación, de la cual formo parte.

No hace la distinción, sino que mezcla lo que son los celulares con los otros dispositivos tecnológicos, como, por ejemplo, las tablets o pantallas digitales, que suelen tener un uso más pedagógico que un celular.

Habla también de democratizar la tecnología, concepto que no tiene que ver con la restricción del uso, sino que implica incorporar algo ajeno al proyecto; además, no irroga gasto. No va con presupuesto, pero ¿cómo vamos a democratizar la tecnología si no es a través de recursos, que no están establecidos en la ley?

Además, ¿qué es democratizar? ¿Que todos tengan el mismo celular? ¿Que todos tengan un celular? ¿Que sea de una determinada marca, año o modelo? Esto no está claro en la norma, y eso nos parece que es un error; por lo tanto, no debiera estar comprendido en la ley.

Otra situación: la ley, obviamente, establece una prohibición, pero establece casos excepcionales. Si estamos hablando de un niño de enseñanza básica, que tiene que utilizar el celular porque tiene algún dispositivo, por ejemplo, para controlar su diabetes, estamos frente a un caso excepcional. Si es un niño que tiene alguna discapacidad que requiere de algún dispositivo, por supuesto que debe usarlo; si tiene alguna enfermedad en particular, por supuesto que también puede usarlo; si estamos ante una situación catastrófica, también. Esos casos están regulados como casos muy excepcionales.

Pero llama mucho la atención que en prebásica se establezca y diga lo siguiente: “Dichas medidas deberán propender a que los dispositivos no sean utilizados, a menos que:” -dice la norma propuesta“a) Por la naturaleza de una actividad curricular o extracurricular, se requiera indispensablemente el uso de dispositivos digitales” en el marco de experiencias de aprendizaje.

Esto está para la prebásica; es decir, hay una prohibición como regla general, pero la norma propuesta sí abre la posibilidad de que se utilice un dispositivo electrónico en la prebásica, en circunstancias de que el acuerdo transversal fue que, precisamente, en la prebásica había cero pantallas.

Este proyecto no cumple con las expectativas; es más, los reglamentos de los establecimientos educacionales siempre pueden propender al uso o restringir el uso de celulares. La idea de esta norma era que estableciera una restricción muy profunda y una prohibición en la básica y en la prebásica; sin embargo, no hace aquello.

Hemos presentado indicaciones que buscan mejorar, porque hay que legislar en esta materia, pero este proyecto no sirve de nada en los términos en los que hoy se presenta. Para eso, que cualquier establecimiento regule, a través de su reglamento, la prohibición o restricción. Para eso no sirve este proyecto y, por esta razón, hemos presentado indicaciones.

Vamos a votar a favor, pero si el proyecto sale en los mismos términos, vamos a votarlo en contra, luego de las indicaciones.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Javiera Morales .

La señora MORALES (doña Javiera).-

Señor Presidente, la edad promedio, en el año 2023, en que un niño o niña tiene su primer celular es entre los 8 y 9 años de edad. Además, el 87 por ciento de ellos tiene un teléfono con acceso propio a internet.

Esto ha implicado que el aumento de casos de niños, niñas y adolescentes que reportan haber tenido una experiencia que los hizo sentir mal y haber recibido un trato ofensivo o desagradable por internet, aumentó de un 36 por ciento, en el año 2016, a un 54 por ciento, en el año 2022. Estos son los datos entregados por el estudio Kids Online Chile 2022 . Ellos nos muestran cómo el uso de la tecnología y pantallas ha permeado nuestro país en las infancias y adolescencias.

A estos datos hay que añadir el identificado por la prueba PISA, tomada por la OCDE, que nos muestra que la mitad de los jóvenes de 15 años se distraen en el aula porque utilizan elementos tecnológicos, como el celular y las tablets, superando el promedio indicado por los organismos internacionales.

Es claro que estamos frente a un problema. Los niños y niñas hoy ven perjudicados su aprendizaje y desarrollo, porque las pantallas se cruzan entre la pizarra, sus compañeros, profesor, profesoras o sus cuadernos, deteriorando las relaciones sociales entre ellos.

Ante ello, quería contar la experiencia del Colegio Charles Darwin, de Punta Arenas. Desde marzo de este año, los estudiantes no pueden usar su teléfono celular dentro del colegio. Y si lo llevan queda guardado en una caja fuerte hasta el final de la jornada. Los efectos fueron de inmediato detectados por los propios estudiantes, quienes reconocieron saludarse más entre ellos; además, los profesores señalaron que los recreos se están utilizando para conversar.

Esta experiencia se ha replicado en otros países, incluso la Unesco ha realizado estudios en países como Bélgica, España y el Reino Unido, que han demostrado que prohibir los celulares en las escuelas mejora el rendimiento académico, y -¡ojo!especialmente para los estudiantes de bajas notas.

Hay distintos tipos de regulación, que van desde las más restrictivas, como en Francia, que mediante una ley prohibió el uso de los teléfonos en toda actividad escolar. Lo mismo ocurrió con Italia, que reguló la prohibición de su uso al interior de la sala de clases, al igual que Países Bajos.

Por eso, apoyo este proyecto de ley, porque es necesario regular el uso de las tecnologías al interior de las salas de clases, ya que hoy está generando múltiples problemas a los estudiantes en su aprendizaje, pero también por la carga que significa para los profesores y profesoras que no pueden realizar su trabajo de la mejor forma, porque el estímulo del celular es muy fuerte. Incluso, se habla de adicción.

Los mismos profesores y profesoras que conversan con uno señalan que no es posible que recaiga en ellos la presión de quitar el celular dentro de la sala de clases. Tenemos que colaborar para que esa situación no sea así.

Esta iniciativa establece claramente excepciones que permiten el uso en casos específicos y necesarios para objetos educativos, sumado a promover instancias de participación para fomentar el buen uso de los dispositivos, pero también para la socialización cara a cara.

Pero también creo que este proyecto debiese avanzar en mayor claridad. Hoy día la norma es muy gris, ya que queda a interpretación si la escuela o el establecimiento educacional tiene que avanzar o no en la regulación, y en qué tipo de regulación tiene que haber.

Por cierto, la tecnología es útil dentro de la sala de clases, pero acá tenemos que atacar un problema en particular, que es el que nos levantan las comunidades educativas, que es el uso de la pantalla personal por parte de los estudiantes dentro del aula de clases.

Creo que este proyecto es un primer buen paso, pero debiese mejorarse para que quede más claro cómo puede utilizarse este tipo de recursos dentro del aula.

He dicho.

La señorita MORALES (doña Carla) .-

Señor Presidente, se estima que el 58 por ciento de nuestros niños tiene un teléfono celular con acceso a internet antes de los 10 años de edad.

Partiendo de esta premisa, nos vemos obligados a reflexionar sobre el verdadero impacto que tiene el uso específico de celulares, en contraste con otros dispositivos electrónicos que sí contribuyen a los procesos de aprendizaje, como la tablet y los computadores.

Contamos con datos concretos que nos alertan y nos obligan, como tomadores de decisiones, a abordar esta problemática y a legislar en consecuencia.

Según diversos estudios, se estima que un alumno necesita al menos veinte minutos para recuperar la atención tras recibir una notificación en su celular. Además, el uso excesivo de estos dispositivos incide negativamente en el aumento del estrés y la ansiedad, y genera una reducción de las habilidades sociales.

Con estos datos que se observan en la práctica en los colegios y en las aulas podemos concluir que el camino para afrontar esta realidad es claro: la prohibición de celulares dentro de las salas de clases. Al mismo tiempo, debemos fomentar el uso responsable de la tecnología y los dispositivos electrónicos, como computadores y tablets.

Como coautora de uno de los proyectos refundidos, lamento que hayamos perdido la oportunidad de enviar una señal clara y concreta sobre el uso de los celulares durante la tramitación de esta iniciativa. Esto se refleja, por ejemplo, en el cambio del título del proyecto, que pasó de la prohibición de celulares en las aulas a la regulación, lo que claramente no está a la altura de los problemas que enfrentan nuestros niños debido al uso excesivo de estos dispositivos que forman parte del día a día de todos nosotros.

Es crucial que logremos diferenciar claramente en este proyecto los distintos tipos de dispositivos electrónicos y distinguir de entre ellos los que aportan y los que no lo hacen en los procesos de aprendizaje. Este mandato debe estar presente en los reglamentos internos de cada comunidad educativa.

Votaré a favor esta iniciativa, esperando que pueda volver a la Comisión de Educación para mejorarla.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Jorge Guzmán .

El señor GUZMÁN.-

Señor Presidente, primero, creo que es sumamente importante que entendamos que el teléfono celular es un instrumento que puede contribuir eventualmente a mejorar la calidad educativa, siempre y cuando se use de buena forma. ¿Cuál es el problema? Que hoy día en Chile tenemos un exceso de utilización del teléfono celular y lo hacemos no de la forma correcta.

Invito a los diputados presentes y a la gente que está en las tribunas a ver cuántos de ellos se encuentran en este minuto haciendo uso de su teléfono. Prácticamente todos están con el teléfono ahora en la mano, lo que demuestra que existe un abuso respecto de cómo usamos estos dispositivos.

Ese comportamiento claramente ha permeado también en las salas de clases. Me ha tocado conversar con comunidades educativas y los mismos profesores me han dicho que esto no solo ocurre en la sala, ya que cuando prohibieron el uso de celulares en los recreos, los niños se dieron cuenta de que también tenían la posibilidad de jugar e interactuar entre ellos.

Entonces, ¿tenemos un problema con el tema del celular dentro de las salas de clases o dentro de las comunidades educativas? Claro que lo tenemos. ¿Qué propone el proyecto? Poder regular eso. Yo estoy en la línea de que tiene que haber ciertas prohibiciones, pero también cierta regulación: hay oportunidades y momentos en que el celular debe ser debidamente utilizado. En este sentido, he hablado con profesores que utilizan el teléfono para efectos de compartir información con sus estudiantes.

Por lo tanto, votaré a favor esta iniciativa, porque creo que es un avance, pero también pienso que los integrantes de la Comisión de Educación tienen el mandato de legislar con mucha responsabilidad este proyecto y lograr una buena propuesta que regule la utilización de los teléfonos celulares en las salas de clases; de lo contrario, estaremos perdiendo una nueva oportunidad y haciendo mucho daño a las comunidades educativas y al futuro de los niños.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Roberto Arroyo .

El señor ARROYO.-

Señor Presidente, me alegra mucho intervenir después del diputado Guzmán .

Sepa que estamos haciendo una transmisión en vivo.

En este minuto, aunque parezca que uno se está riendo, la mayoría de las personas han estado utilizando sus celulares.

Esto lo vemos en las calles y en las casas, donde a veces desde una habitación a la otra las personas se mandan mensajes. Así es como ha ido proliferando esta cultura del uso del celular en nuestra era digital actual.

Estos dispositivos se han convertido en una herramienta bastante presente en la vida de los estudiantes y de todos nosotros. ¿Quién puede decir lo contrario? Pero si bien los celulares pueden ser útiles para acceder a la información, para la comunicación y para colaborar en el aprendizaje, su uso inadecuado también puede generar consecuencias negativas en el entorno escolar, destacando sus impactos en el aprendizaje y la convivencia escolar.

El principal problema del mal uso o uso excesivo de celulares en los colegios y salas de clases es la distracción que genera, obviamente, primero en los estudiantes, la constante notificación de mensajes, el acceso a las redes sociales y la tentación de juegos, lo que puede desviar la atención del fin principal que tiene la educación formal.

También, ello impacta mucho en la posibilidad de sociabilización, disminuyendo las oportunidades de interacción entre las distintas personas, ya que, como lo vemos en el transporte, en la calle y en diferentes lugares, las personas ya no hablan entre ellas, lo que incluso ocurre entre los miembros de una misma familia. Todo esto afecta el desarrollo de habilidades comunicacionales entre pares; a veces disminuye la capacidad de resolver conflictos mediante la vía comunicacional. Y para qué decir los problemas de salud a que están expuestas las personas; eso está más que documentado en el mundo de la ciencia.

Con el uso de los celulares se ha facilitado también la propagación del ciberacoso entre los estudiantes. El anonimato que brinda esta tecnología puede llevar a malos comportamientos y a malos tratos de tipo difamatorio, que muchas veces son muy dañinos, lo que afecta el bienestar psicológico y, obviamente, la salud emocional de las personas que son víctimas de aquello.

Creo que, como dijo un diputado, este proyecto es una oportunidad para poder regular el uso de estos dispositivos, aunque en lo personal estoy más de acuerdo con que en los niños pequeños debe existir la prohibición total. En algunos colegios ya hay planes piloto sobre el particular, y los jóvenes están empezando a adquirir estas destrezas, que son necesarias dentro de la interacción con los pares y la sociabilización entre las personas, para que después utilicen correctamente la tecnología que tenemos a mano. Sin embargo, ello debe ser sobre la base, primero, de la educación acerca de cómo utilizar eficientemente esta tecnología. Para eso, debemos regular, pero inicialmente, sobre todo para los niños, debe existir una prohibición.

En ese sentido, anuncio que votaré favorablemente este proyecto, porque creo que debemos partir de alguna manera para ayudar a nuestros jóvenes, y especialmente a los niños de nuestros colegios en su educación.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Luis Sánchez .

El señor SÁNCHEZ.-

Señor Presidente, regular no es lo mismo que prohibir. Creo que con eso hay que partir la conversación. Y es importante que todos los chilenos que estén siguiendo esta discusión lo entiendan bien, especialmente las madres y los padres, que están muy preocupados por esta realidad que se ha metido dentro de las salas de clases: los teléfonos celulares.

Varios colegios ya han avanzado en prohibir el uso de estos dispositivos dentro de la sala de clases, en especial colegios privados mayoritariamente de Santiago, donde van a estudiar los jóvenes que probablemente han tenido mejores oportunidades en nuestro país y que tienen un futuro muy prometedor. Y mientras tanto, estamos avanzando en un proyecto de ley que, al menos con el texto que tenemos enfrente, va a profundizar en este universo paralelo que hoy existe en las salas de clases de los colegios públicos. O sea, en los colegios públicos, donde la educación es más compleja, más difícil, los niños podrán tener y usar sus teléfonos a destajo, porque este proyecto lo único que hace son recomendaciones; no tiene ninguna norma prohibitiva ni imperativa, sino –reitero solo hace recomendaciones, y ni siquiera recomendaciones que vayan dirigidas a la prohibición.

Entonces, debiésemos reflexionar un poco, especialmente nuestros colegas de enfrente, que dicen que vivimos en un país muy desigual, en un país donde no están las mismas oportunidades para la gente de mejor situación y la gente más pobre, y se preguntan por qué se da esta desigualdad. Bueno, yo les puedo decir por qué se da esta desigualdad: porque el Estado y políticos que no saben de materias como la educación meten mano en estos temas y generan dinámicas dentro de las salas de clases que son nocivas. Cualquiera acá que tiene hijos sabe que el uso de teléfonos celulares muy temprano en la infancia solo provoca daños, solo daña a los niños. No hay ninguna función educativa o de mejora en el aprendizaje que pueda facilitar un teléfono celular. Por favor, ¿de qué estamos hablando, si todos los antecedentes y la investigación lo demuestran? ¿Para qué le va a servir a un niño en la educación preescolar o incluso en la básica el hecho de estar intensamente usando teléfonos celulares, más allá incluso de todas las dinámicas tóxicas que se generan entre los mismos niños, de discriminación, de bullying, de violencia, facilitadas por estos dispositivos?

Desde la bancada republicana creemos que es importante avanzar en la regulación dirigida a la prohibición, es decir, una norma que, en forma muy clara, prohíba el uso de teléfonos celulares dentro de la sala de clases. Por eso, creemos que este proyecto de ley, iniciado en mociones refundidas, tiene que avanzar.

Ahora bien, si el proyecto de ley que hoy discutimos vuelve a esta Sala tal como está, quiero que le quede claro al oficialismo que no hay ninguna forma de que lo vayamos a aprobar, porque lo que hace es facilitar que los niños más pobres y de la clase media tengan una dinámica completamente tóxica dentro de la sala de clases, mientras en los mejores colegios de nuestro país ya se dieron cuenta hace rato de que lo que hay que hacer es prohibir el uso de teléfonos celulares dentro de la sala de clases.

¡No hay lugar para los teléfonos dentro de las salas de clases! ¡No hay lugar para el uso intensivo de teléfonos en la primera infancia y en la preadolescencia! Incluso, consideramos que debe estar bastante normado en la enseñanza media.

Además, tenemos que entender que fijarles normas claras a los niños y a los jóvenes no es algo malo. Los niños y los jóvenes necesitan reglas claras, sea que vengan de una ley, sea que vengan de sus padres.

La autonomía progresiva, que incluso trataron de meter en este proyecto de ley, es tóxica, nociva. Los niños y los jóvenes necesitan reglas claras.

No nos enredemos en eso; dejemos que prime el sentido común. Hoy día lo que los jóvenes están demandando es que los ayudemos y les pongamos un norte claro, y que no sea todo relativismo, que no sea todo lo que más les tinque o lo que a ellos les guste, especialmente en materias como esta.

Tenemos que fijarles un norte claro, establecer claramente que el uso de teléfonos en la infancia y en la juventud es algo que les provoca daño. Debemos llegar a ese consenso, que, por lo demás, la ciencia ya alcanzó hace rato.

Por último, debemos entender que lo que debe salir del Congreso Nacional, respecto del uso de teléfonos en los colegios, debe ser una prohibición.

He dicho.

El señor REY .-

Señor Presidente, soy autor de una de las mociones refundidas, cuyo objetivo era prohibir el uso de teléfonos celulares, salvo excepciones puntuales.

Al respecto, en la Comisión de Educación señalé que, tal como quedó esta iniciativa, se estaba flexibilizando en demasía el uso de los dispositivos móviles. ¿Por qué? Porque el uso del teléfono, del smartphone, causa adicción. Por eso, los niños no pueden controlar estos dispositivos, ya que no tienen la madurez necesaria para evitar su uso.

¿Cuáles son los problemas que principalmente causa el uso de los smartphones? Aparte de causar graves problemas de salud física y mental, que están más que estudiados, genera problemas de concentración en clases. Por lo tanto, afecta los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por eso, en la educación parvularia debería estar totalmente prohibido, y en ningún caso permitido, como se está planteando en esta iniciativa.

Ahora bien, si se permite su uso en los recreos, la consecuencia es que se limita la actividad física y la interacción social entre los estudiantes. Por lo tanto, también se provoca un problema si el uso del celular se autoriza en los recreos.

¿Qué dijeron algunos expertos que recibimos en la Comisión de Educación, que, lamentablemente, no todos mis colegas escucharon? El profesor Daniel Halpern , de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica, señaló que se debe prohibir ciento por ciento el uso de celulares, salvo que no existan otros dispositivos que se puedan utilizar para hacer tareas específicas, que era la base del proyecto que presenté con otros colegas.

La señora Carolina Pérez , educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica y máster en educación de la Universidad de Harvard, señaló que los smartphones no son herramientas educativas, criterio validado por más de siete años de estudios. Además, señaló que todos los smartphones, las redes sociales, las aplicaciones y los juegos tecnológicos que vienen en estos dispositivos son diseñados para crear adicción.

Eso es lo que pasa en la sala de clases si los jóvenes, los niños o los párvulos tienen un celular en la mano; el celular es más fuerte que lo que puede estar haciendo el educador frente a ellos. Una vez que se desconectan del teléfono o del dispositivo móvil, tardan aproximadamente ocho minutos en volver a concentrarse en la clase, lo que provoca un daño enorme.

Eso es lo que nosotros tratamos de evitar con el proyecto que presentamos. Lamentablemente, tal como quedó, se flexibilizó demasiado la situación, a diferencia de lo que señalaron la mayoría de los expertos.

Votaré a favor la idea de legislar, pero espero que al volver el proyecto a la Comisión de Educación se le puedan hacer las mejoras necesarias. Se debe prohibir totalmente el uso del teléfono en la educación de párvulos, y establecer una restricción al máximo en la educación básica y en la enseñanza media. Múltiples estudios señalan que el uso de dispositivos móviles, especialmente de los smartphones, genera graves consecuencias en nuestros niños y niñas.

Entendemos que cuando estamos legislando sobre elementos que hoy día están causando graves daños a nuestros niños y niñas, a nuestros estudiantes, debemos actuar con responsabilidad para legislar de forma correcta.

Este proyecto, tal como está, no lo está haciendo. Por eso, vamos a presentar indicaciones que son de sentido común y que esperamos que la mayoría de los colegas diputados apoyen.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Para un punto de Reglamento, tiene la palabra la diputada María Luisa Cordero .

La señora CORDERO (doña María Luisa).-

Señor Presidente, quiero pedir un punto de Reglamento, porque me estoy avergonzando, a pesar de que uno a los 81 años de edad tiene tan curtido el cuero que no se avergüenza mucho.

Solo hay 39 parlamentarios en Sala, y estamos tratando un tema que debiera ser fundamental, toda vez que nos llenamos la boca con los derechos de los niños. ¡Miren lo que está pasando aquí! Incluso, tenemos visitas. Me muero de vergüenza; es como andar a “poto pelado”.

La señorita NUYADO (doña Emilia) .-

Señor Presidente, como consecuencia de este proyecto, fruto de la fusión de varias mociones, se presentaron diversas opiniones, las que fueron debatidas en la Comisión de Educación.

Escuchando a los parlamentarios, cada uno ha aportado desde su propia realidad territorial, vinculando la escuela con la realidad social de los estudiantes.

Sin duda, existe una gran brecha digital; muchos territorios aún no tienen acceso a internet; muchos estudiantes no hacen uso de sus teléfonos ni tienen la posibilidad de acceder a un dispositivo digital.

En este debate vemos la realidad de un país bastante desigual. Algunos estudiantes pueden llevar su teléfono a las salas de clase, mientras otros están lejos de tener uno.

Dada esa realidad, considero necesario llevar a cabo un debate más profundo con el Ministerio de Educación sobre el tipo de educación y formación que debemos entregar a los estudiantes de este siglo. Los que estudiamos en el pasado, de manera precaria, tuvimos aprendizajes distintos; ni siquiera soñábamos con tener un celular. Hoy, esa educación no ha cambiado mucho. Por ello, es importante profundizar en este tema y evaluar si estamos preparados para incorporar tecnologías que apoyen el aprendizaje de los estudiantes.

Esas tecnologías deben estar disponibles en los distintos establecimientos del país. Sin embargo, muchas escuelas están deterioradas. Hay realidades muy distintas: en algunos colegios particulares los alumnos pueden tener acceso al celular, mientras que en otros, como sucede en países de la Unión Europea, se ha restringido el uso del teléfono, porque se han dado cuenta de la afectación que producen esos dispositivos en el aprendizaje de los estudiantes.

En Chile, no hemos dado el debate necesario ni hemos resuelto el problema de contar con plataformas digitales en todos los establecimientos educacionales para ayudar a los estudiantes. Muchos esperan que el Ministerio de Educación garantice que en colegios particulares subvencionados los alumnos tengan acceso a un computador, algo que no está garantizado en séptimo básico, como sí ocurre en los establecimientos municipales. Esa brecha es una realidad.

Hago un llamado a tener un debate serio y contextualizado a la realidad territorial, social y cultural del país. Es importante destacar la situación precaria en la que tienen que educar los profesores y se espera el compromiso de madres, padres y apoderados para hacer buen uso del teléfono en los aprendizajes de los estudiantes. Lamentablemente, muchos estudiantes que cursan prebásica y básica podrían hacer mal uso de ese dispositivo, al no estar controlados ni apoyados por sus formadores.

Valoro esta iniciativa y el hecho de que podamos debatir. Sin embargo, hago un llamado al Ministerio de Educación, profesores y formadores a que expresen su opinión. Esta iniciativa permitirá que, al menos, algunos alumnos puedan hacer buen uso de ese aparato digital que, desgraciadamente, ha causado daño en la salud de muchos estudiantes.

Aprobaré este proyecto, señor Presidente.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Natalia Romero .

La señora ROMERO (doña Natalia).-

Señor Presidente, escuché atenta las distintas argumentaciones de los parlamentarios que me antecedieron en el uso de la palabra.

Efectivamente, los procesos de enseñanza en los colegios son tan dinámicos como la evolución de las nuevas tecnologías, que surgen de la mano del desarrollo de los países. Sin duda, pueden contribuir positivamente en el aprendizaje. Sin embargo, como han dicho los colegas, cuando los dispositivos digitales, como los celulares, se utilizan en forma excesiva y no existe acompañamiento o guía para su uso, podrían provocar efectos negativos.

Estamos a favor de este proyecto. Además, presentamos una indicación para que aquellos niños que tienen alguna enfermedad, como, por ejemplo, diabetes tipo 1, y deben medir su nivel de insulina con su teléfono, puedan utilizarlo.

Sin embargo, respecto del uso de estos dispositivos por los más pequeños y en la enseñanza media, se busca una regulación a través de este proyecto. Además, muchos padres y apoderados están muy preocupados de que se apruebe un proyecto que sea aplicable en las salas de clase.

Hace algunos días, fui invitada a mi antiguo Colegio Inglés Saint John . Hicimos una charla con los alumnos. La rectora ya había aplicado la prohibición del uso del celular. Ella manifestó lo que señaló una diputada hace algunos momentos: se ha vuelto a compartir en los patios, los alumnos han vuelto a conversar entre ellos, a jugar en las multicanchas y en las salas. Eso es lo que busca este proyecto: una mejor socialización, que las materias sean mejor absorbidas por los alumnos y establecer una mejor relación con la tecnología en el día a día.

Vamos a aprobar este proyecto. Entendemos que se van a introducir algunas modificaciones, las que vamos a revisar.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Juan Carlos Beltrán .

El señor BELTRÁN.-

Señor Presidente, agradezco el saludo a las personas de Curacautín que se trasladaron hasta Valparaíso .

La educación y la formación de nuestros niños y jóvenes es el futuro de Chile. Por eso, no debemos perder el foco de por qué existen las escuelas en nuestro país: existen para garantizar el aprendizaje de nuestros niños, niñas y adolescentes. Esa es la función principal.

La evidencia científica más actualizada ha demostrado los graves efectos que tienen los dispositivos electrónicos en los estudiantes, afectando la concentración, la interacción social y la comprensión de lo que se estudia. Esto es aún más grave cuando consideramos la edad de los alumnos, ya que mientras más pequeños sean, más dificultades tendrán para aprender adecuadamente.

A lo anterior debemos agregar que los daños que se generan en materia de ansiedad y de afección visual, los daños psicológicos y los otros daños han sido demostrados. Creo que ninguno de quienes estamos en la Sala queremos eso para nuestros estudiantes o para nuestros hijos.

Por lo anterior, apoyo este proyecto que busca modificar la Ley General de Educación, con el objeto de que los dispositivos digitales en establecimientos educacionales de nuestro país no afecten la educación de nuestros niños.

Por la salud de ellos y para garantizar una educación de calidad y, en consecuencia, resguardar un futuro próspero para nuestros jóvenes, apoyo esta importante iniciativa.

Anuncio que votaré a favor.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Para plantear un punto de Reglamento, tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .

El señor KAISER.-

Señor Presidente, solicito el cierre del debate para que hoy podamos votar este proyecto, despacharlo a la comisión que corresponde y seguir con la discusión del siguiente proyecto de ley.

He dicho.

La señora GONZÁLEZ (doña Marta).-

Señor Presidente, sin duda, es muy importante el debate que hoy estamos dando en materia de regulación de los dispositivos digitales.

En otros países del mundo desarrollado se ha avanzado en este debate, y las alternativas son tajantes: limitar los dispositivos a lo menos hasta los 7 u 7 años de vida de los niños, ya que los últimos estudios en neurociencia efectivamente dan cuenta de cómo afectan el desarrollo cerebral en los menores.

En las primeras etapas, cuando se está formando el cerebro, el uso excesivo de pantallas afecta su capacidad para desarrollarse, así como también actividades tan básicas como sociabilizar y, en general, actividades de distinto tipo. Efectivamente, hoy vemos que en los niños hay más hiperactividad, más fobia social, más problemas de convivencia, menos capacidad de concentración. Asimismo, los neurocientíficos han dado cuenta del exceso de dopamina o de dopamina chatarra, como la han denominado, por esos estímulos o sobrestímulos digitales.

Por eso, comparto con mis colegas que hoy los problemas no solo tienen que ver con la capacidad de atención y la capacidad de aprendizaje que los niños tengan en los colegios, sino que también con otros efectos igualmente nocivos en nuestros niños, niñas y adolescentes. En consecuencia, creo que regular el uso de los dispositivos en los establecimientos educacionales es una medida muy pertinente y también muy urgente de hacer.

Hay neurocientíficos que inclusive han llegado a decir que el hecho de dar estos aparatos electrónicos a muy temprana edad es formar adictos a la dopamina, lo que puede generar después otros daños neurológicos y desencadenar otro tipo de adicciones por el sobrestímulo que tiene el cerebro en los primeros años de vida.

Así que apoyo este proyecto y también apoyo la regulación, porque, cuando los niños, niñas y adolescentes no son capaces de autorregularse por sí mismos, efectivamente debe haber normativas que sean capaces de controlarlos y de modularlos para proteger su desarrollo afectivo y cognitivo.

También hago un llamado a los padres para revisar los estudios disponibles. Los científicos están dando todas las alarmas respecto de cómo se está afectando de manera muy grave a los niños en todos los países del mundo. Así que esperamos que esta regulación se haga en los establecimientos educacionales, pero también deseamos avanzar más allá, para que los padres tengan la información disponible para proteger a los niños del peligro que hoy constituyen las pantallas con un uso excesivo a temprana edad.

He dicho.

Tiene la palabra el diputado Johannes Kaiser .

El señor KAISER.-

Señor Presidente, sé que esto es bastante desconocido en general, porque a nivel nacional es poco lo que se informa, pero efectivamente el uso de pantallas se puede transformar en algo adictivo. Es un riesgo especialmente para niños más pequeños.

¿Cuáles son los problemas que, según la Clínica Mayo, están asociados al uso de las pantallas, especialmente a temprana edad? Problemas de sueño, obesidad, retrasos en el aprendizaje de habilidades sociales -esto es muy importante, porque hablamos del uso de estos implementos en colegios-, efecto negativo en el desempeño escolar, problemas de conducta, uso problemático del internet, conductas de riesgo, especialmente en redes sociales: el sexteo, la privacidad, los predadores sexuales y el acoso cibernético.

Uno podría decir que esto no le va a suceder a mi hijo, a mi nieto o a mi sobrino, pero resulta que el riesgo es alto y no por nada tenemos prohibidas otras actividades que pueden conducir a la adicción.

¿Por qué no vemos lo que hacen aquellos que son dueños o fueron dueños de grandes plataformas electrónicas? Por ejemplo, Steve Jobs no permitía que en su casa entrara un aparato electrónico. Bill Gates les prohibió a sus hijos tener un celular hasta los 14 años de edad. El hombre que más plata gana en el mundo con el tema digital decidió en un momento que sus hijos no debían ver una pantalla hasta los 14 años de edad. ¿Por qué creen que hizo eso? ¿Porque les deseaba mal? No lo creo. Creo que efectivamente sabía algo que no necesariamente ha sido comunicado de la manera correcta a la gran masa de nuestra población, que son los riesgos que van acompañados a estos aparatos.

Entonces, aquí no hablamos de una prohibición general para los menores de edad, aunque creo que debería haber estudios médicos científicamente respaldados respecto de cuáles son las consecuencias que tiene esto en el desarrollo neuronal de los niños.

Aquí hablamos de retirar estos aparatos durante un período en el cual no tienen por qué estar activos en las manos de los niños, que es el período en que los niños están en el colegio, lugar donde van a estudiar, jugar y socializar de manera análoga, no digital.

No todo lo digital es bueno ni todo lo nuevo es mejor que lo viejo. Damas y caballeros, creo que efectivamente tenemos que reforzar lo análogo y lo humano, y no solo transformarnos en servidores de tecnología.

Voy a votar a favor este proyecto. Sé que tiene ciertas debilidades que son importantes, pero espero que se corrijan en la comisión técnica, porque se le han formulado indicaciones. Esas debilidades van de la mano de su poca fuerza para imponerse, especialmente en los colegios públicos y subvencionados.

Creo que tenemos una obligación de protección, y es hora de que la tomemos en serio. De lo contrario, vamos a tener generaciones completas que se van a haber perdido para lo que es efectivamente una sociedad del conocimiento en el futuro. La sociedad del conocimiento no va de la mano con operar un aparato, sino de entender cómo se opera, cómo funciona, cómo se construye, cómo se produce uno de esos aparatos y de la lógica que hay detrás, con el fin de controlarlos y de no ser controlados por ellos.

Vamos a cambiar a un señor por otro, no vamos a cambiar ahora el dominio análogo que tienen ciertas personas sobre otras por el dominio digital que pueden tener ciertas corporaciones por sobre todas las personas.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Felipe Donoso .

El señor DONOSO.-

Señor Presidente, me interesa que se vote este proyecto y que veamos el siguiente, así que seré muy breve.

Es importante darles valor a los profesores en las aulas de clases, de modo que sean ellos quienes puedan entregar el conocimiento. En consecuencia, los niños no deben tener distractores que no aportan al conocimiento. Cuando sean un aporte, serán los profesores quienes les pidan que los utilicen, pero no puede ser que los niños tengan constantemente esta vía de comunicación, esta vía de distracción que impide que avance la educación.

Tenemos condiciones paupérrimas en la educación pública. Por eso, debemos darles valor a los profesores, que son quienes entregan los contenidos. Con ello les daremos autoridad para formar a una generación mejor para Chile.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Francisco Pulgar .

El señor PULGAR.-

Señor Presidente, ya han dicho otros colegas que existen estudios que demuestran que el acceso a smartphones es nocivo, sobre todo en niños; de eso no cabe duda. Pero ¿cómo les hacemos entender a los padres y madres de esos niños que eso es nocivo? A mí me criaron a la antigua y creo no tener ningún trauma, a pesar de que mi señora dice que sí.

Insisto: la primera educación se recibe en la casa, y aquí hay papitos y mamitas que no están haciendo la pega. La pega la tienen que hacer los profesores en las aulas, y, cuando tienen este problema nocivo debido a los teléfonos celulares, con el daño ya generado, ¿cuáles son las conductas de los menores? Agresión a los profesores -eso ha pasado-, agresión a las nanas, al personal de servicio. Incluso más, en redes sociales hemos visto agresiones a los propios padres, de modo que este es un gran problema.

Entonces, ¿debemos dejar la brecha para el criterio, para excepciones y todo ese asunto?

¡No, pues!

Además, los sostenedores de los colegios, a través de la sociabilización y de la comunidad educativa, tienen herramientas para dictar ese tipo de prohibiciones, de modo que no es necesaria una ley. Insisto: las herramientas existen.

Lamento que no esté presente aquí el ministro de Educación, lamento que no haya nadie del gobierno interesado en el tema, para tener señales o una opinión respecto de este proyecto.

¡Caramba que ha cambiado la forma de educar! El modo a la antigua tiene un montón de cuestionamientos en la forma, en el fondo, etcétera, pero hoy tenemos niños que, desafortunadamente, están descontrolados como producto del acceso a las pantallas, que adicionalmente han generado el fenómeno denominado ciberbullying, una situación que también afecta a los padres.

El mundo político no vive sin un teléfono, porque siempre está pendiente de Twitter; pero las pantallas son nocivas. Lo vi durante mis diez años en televisión, cuando iba a los distintos matinales y ocurría un caso que causaba conmoción: desde las ocho de la mañana, cuando comenzaba el matinal, hasta la una de la tarde, cuando terminaba, no cortábamos un tema, porque eso era entretención para la señora que estaba en su casa, y eso también es una adicción.

Insisto: para mejorar la cultura de este país, y para mejorar los representantes que llegan al Congreso Nacional, debemos apuntar al ámbito educacional, y aquí se necesitan todas las voluntades.

O prohibimos o somos permisivos, pero no podemos seguir vendándonos los ojos ante una situación que es bastante nociva para nuestros niños y niñas, sobre todo para los adolescentes que han tenido conductas agresivas, en que los afectados han sido profesores, personal de servicio y, desafortunadamente -algo que duele-, sus progenitores, sus padres y madres.

Nunca -repito: nunca se me hubiese ocurrido a mí alzarle la voz a mi padre o a mi madre, y menos levantarles la mano, situación que es muy distinta a lo que ocurre hoy en este país.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Marcos Ilabaca .

El señor ILABACA.-

Señor Presidente, en primer lugar, felicito a los mocionantes de este proyecto, que está basado en mociones refundidas con un ánimo transversal, porque nos invita a pensar y a debatir en serio uno de los problemas más graves que está enfrentando el sistema educacional chileno.

A diferencia de lo que opinaba el colega que me antecedió en el uso de la palabra, creo que este es un tema que no hemos sido capaces de debatir en serio, y es necesario hacerlo.

Por eso, doy mis felicitaciones a cada uno de los mocionantes, porque, tal como ocurrió durante las audiencias que se desarrollaron en la Comisión de Educación, entre ellos existió una opinión más o menos transversal en orden a señalar lo nocivo que ha sido el uso de la tecnología al interior de las aulas de clases.

Se leyó, por ejemplo, la exposición del señor Daniel Halpern , en que hizo ver lo negativa que es la utilización de los smartphones en particular, ya que impactan en la concentración, en la capacidad para poner atención, y crean una desconexión constante con el foco, como producto de la gran cantidad de distracciones que presentan.

Muchas veces los niños no tienen el celular para aprender. Algunas personas dicen que el celular sirve para ir aprendiendo cosas, pero lo cierto es que se utiliza como elemento distractivo, por ejemplo, para ver redes sociales, como Twitter, Facebook, Instagram , etcétera.

Seamos sinceros: incluso aquí, en esta Sala, muchos utilizan para fines de distracción los aparatos tecnológicos que tenemos a nuestra disposición. Es cosa de recordar aquel tráiler de Joker 2 que se estuvo viendo hace pocos días en este hemiciclo. Eso ocurre permanentemente, ¡permanentemente!, en las salas de clases.

Imagínense, si adultos responsables de la continuidad y de la profundidad del mejoramiento de las políticas del Estado se distraen de esa forma, qué sucede con nuestros niños.

Según los estudios que se presentaron durante la discusión de este proyecto en la comisión, los niños empiezan a tener teléfonos celulares a los ocho años. Hablo de celulares con datos; sería diferente si no tuvieran wifi ni datos, pero tienen celulares con datos. ¿Cómo uno le va a exigir a un niño de ocho años que no esté mirando redes sociales a esa edad?

Eso ha significado -así lo reconoció la subsecretaria de Educación que el 50 por ciento de los jóvenes se distraiga, por ejemplo, en clases de matemáticas, y esos son los resultados que hoy tenemos en términos educacionales.

¿Qué han hecho en otros países? Generalmente, en Europa se ha generado regulación, con prohibición en algunos lugares y con regulación en otros.

La invitación que nos hacen los mocionantes es a regular un tema que me parece que debemos enfrentar, porque es una realidad. No voy a demonizar el uso de los celulares, porque no creo que corresponda, y porque en algunos aspectos son positivos, pero, lamentablemente, hoy en día están generando una fuente de conflicto permanente.

Respecto del proyecto en particular, me sumo a lo que han señalado otros diputados: creo que falta más maduración y que se requiere mejorar su texto, ya que existen algunos temas pendientes.

Por lo mismo, y atendiendo a que se van a presentar indicaciones, espero que en la Comisión de Educación se reviertan esas materias, y que se profundice en un tema que es delicado y que puede afectar a una generación completa en términos de desarrollo educativo y neuronal.

Por eso es tan valiosa esta discusión.

En lo particular, voy a votar a favor este proyecto, porque creo que es interesante, necesario y urgente.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Ana María Bravo .

La señora BRAVO (doña Ana María).-

Señor Presidente, me quiero sumar a los puntos señalados por la mayoría de mis colegas en términos de que es necesario regular esta realidad que vivimos en la actualidad y desde hace algunos años, y que viene in crescendo, ya que cada vez más niños y niñas, incluso pequeños en etapa preescolar, cuentan con un dispositivo digital.

Claramente, lo anterior, en parte, y creo que principalmente, es una responsabilidad de los padres o madres que están a cargo de sus hijos. Lamentablemente, algunos padres o madres recurren a estos dispositivos para que los niños estén más concentrados en algo o más tranquilos, pero sin medir las consecuencias, las cuales ya hemos visto: más individualismo y más casos de ciberbullying.

Los seres humanos por naturaleza somos seres sociales. Por lo tanto, como individuos y sociedad debemos propender a seguir viviendo de acuerdo con nuestra naturaleza.

Quiero destacar que este proyecto de ley establece la obligación para los establecimientos educacionales de incluir en sus reglamentos medidas para regular el uso adecuado de dispositivos digitales, en cumplimiento de los objetivos generales de los niveles de educación preescolar, básica y media.

Aunque se establecen algunas excepciones, este proyecto de ley es un espaldarazo legislativo para las políticas y decisiones que se tomen dentro de los establecimientos educacionales. Lamentablemente, algunos no cumplen con lo establecido en los reglamentos de los colegios. Por tanto, con esta iniciativa daremos mayor fuerza a las decisiones que se adopten respecto de los reglamentos y manuales de convivencia, lo que es muy necesario en estos tiempos. Debemos disminuir los cuestionamientos por parte de algunos padres y apoderados, reforzando la labor educativa y formativa de los establecimientos educacionales, así como de sus docentes.

Como señalaron algunos colegas, no podemos simplemente dejar la responsabilidad a los profesores de que los niños y niñas dejen sus teléfonos en el escritorio o pupitre del profesor; también es necesario que los docentes se sientan respaldados por una normativa. De esta manera, cuando los padres presenten reclamos, los docentes podrán demostrar que hay una ley que los avala.

Por lo anterior, claramente apoyaré este proyecto, sobre todo pensando en el bien superior de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Rubén Oyarzo .

El señor OYARZO.-

Señor Presidente, los expertos tecnológicos son tajantes con su advertencia: sin duda, hay que prohibir los celulares en los colegios. Este proyecto de ley va en esa línea; es de todo sentido común.

Lamentablemente, desde que empezaron a usarse los celulares, muchos estudios señalan que comenzaron a ser significativos los problemas de ansiedad, de depresión e, incluso, de suicidios entre niños, niñas y adolescentes. Este es un problema grave y lo estamos viviendo en todos los colegios a nivel nacional. Hay muchos estudios al respecto. Por eso vamos a votar a favor este proyecto de ley. El problema ha sido señalado por los propios expertos en la materia.

Debemos recordar que el trabajo de un niño es ser feliz. Sin embargo, si pasa todo el tiempo en redes sociales, es probable que experimente más ansiedad. Los niños necesitan aprender a ser más humanos, lo cual logran interactuando con otros niños, no en las redes sociales.

Otras personas ayudarán más adelante a los niños a usar estas herramientas. Lo que los padres quizás no entiendan es que estas tecnologías son cada vez más fáciles de usar. En el futuro no será necesario saber programar; simplemente podremos hablar con la herramienta y esta realizará tareas increíbles. Ya lo vemos con la inteligencia artificial.

Creo que hay que prohibir cuanto antes el uso de celulares en los colegios. Votaré a favor este proyecto de ley, porque va en esa dirección, en favor de los niños, niñas y adolescentes, y también del personal de los colegios, ya que sabemos que para ellos existen problemas en este ámbito. Cuando un profesor quiere quitarle un celular a un niño, genera todo un caos. Los profesores se ven complicados con esa situación, al igual que los asistentes educacionales. Por lo tanto, obviamente, cuanto antes podamos prohibirlo, mejor.

Votaré a favor este proyecto, porque tiene todo el sentido común y es lo que se requiere, siguiendo el ejemplo de países civilizados, como Finlandia, donde las medidas señaladas ya son ley, al igual que en otros países de Europa.

He dicho.

La señorita MUSANTE (doña Camila) .-

Señor Presidente, este proyecto de ley me hace todo sentido, porque hay una cuestión que en nuestro país aún no comenzamos a regular bien, que dice relación con lo que ocurre dentro del mundo digital.

En promedio, los chilenos y chilenas pasamos entre ocho y nueve horas diarias usando nuestros teléfonos móviles. En este contexto, yo iría incluso más allá: no solo debemos regular el uso de los teléfonos celulares para los alumnos, sino que, como han señalado los expertos tecnológicos, que han sido muy tajantes al respecto, y los diputados que me precedieron en el uso de la palabra, hay que prohibir su uso de todas maneras en el aula, porque es imposible conciliar la atención en la sala de clases con un ambiente adecuado, libre de violencia y de bullying -lo señalo a propósito de proyectos como el que aborda la violencia digital, que se ha discutido en la Cámara de Diputadas y Diputadossi no se requisan los teléfonos celulares al comienzo de la clase.

Gran parte de la violencia ocurre no solo en el mundo analógico, sino también en el digital. Por lo tanto, el uso de celulares en clases no solo representa un gran distractor para nuestros alumnos y alumnas; también es crucial que sean dejados de lado durante las clases, porque pueden ser un arma importantísima para la violencia digital, problema del cual aún no nos hemos hecho cargo.

Creo que este proyecto de ley nos ofrece una oportunidad para abordar este tema. Espero que nos atrevamos a dar un paso más allá y prohibamos simplemente el uso de teléfonos celulares por parte de nuestros alumnos.

He dicho.