Labor Parlamentaria

El señor CASTRO (Presidente).-

En el Orden del Día, corresponde tratar las modificaciones del Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, sobre reforma integral al sistema de adopción en Chile, correspondiente al boletín No 9119-18.

Para la discusión de las modificaciones se otorgarán tres minutos a cada diputada y diputado que se inscriba para hacer uso de la palabra.

-Diputado informante de la Comisión de la Familia es el diputado Juan Irarrázaval.

Antecedentes:

-Modificaciones del Senado, sesión 34ª de la presente legislatura, en lunes 9 de junio de 2025. Documentos de la Cuenta N° 10.

-Informe de la Comisión de Familia, sesión 37ª de la presente legislatura, en lunes 16 de junio de 2025. Documentos de la Cuenta N° 5.

El señor CASTRO (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado informante.

El señor IRARRÁZAVAL (de pie).-

Señor Presidente, honorable Cámara, vuestra Comisión de la Familia viene en informar, en tercer trámite constitucional, el proyecto de la referencia, iniciado en mensaje de su excelencia el Presidente de la República.

Cabe recordar que la iniciativa data del año 2013. Desde entonces, ha atravesado una larga tramitación legislativa, que incluyó sucesivas indicaciones de diversos gobiernos y un extenso trabajo parlamentario.

Esta reforma, largamente esperada, busca superar las deficiencias estructurales del modelo vigente, basado en una ley de 1999, adecuándolo al enfoque de derechos que establece la ley No 21.430, sobre garantías de la niñez.

El diagnóstico central que justifica la reforma es la constatación de que el actual sistema de adopción está fragmentado y no pone en el centro el interés superior de los niños, niñas o adolescentes. Se identifican procedimientos judiciales inconexos entre las medidas de protección y las declaratorias de adoptabilidad, con largos períodos de incertidumbre, revictimización y desprotección efectiva.

El caso ilustrativo de un niño que esperó siete años para ser adoptado evidencia la necesidad de reformar el sistema para reducir los tiempos y dar coherencia institucional a la trayectoria proteccional de los niños, niñas y adolescentes.

Frente a este panorama, el proyecto propone una serie de medidas orientadas a redefinir la adopción como un derecho del niño a vivir en familia y no como un acto centrado en los intereses de los adoptantes. El eje de la propuesta es integrar la declaratoria de adoptabilidad dentro del procedimiento de protección, estableciendo una nueva etapa procesal denominada revinculación y fortalecimiento familiar. Esta fase, de un máximo de doce meses, permitirá trabajar con la familia de origen en una eventual reunificación, dejando la adoptabilidad como última alternativa.

En línea con un enfoque subsidiario, se fortalecen los principios, derechos y garantías del niño, incluyendo el derecho a ser oído en cualquier etapa del procedimiento, la representación jurídica especializada, el acceso a información clara y adecuada, y el reconocimiento de su derecho a la identidad y a conocer sus orígenes. Asimismo, se reconoce el derecho a establecer contactos posadoptivos, en la medida en que ello se encuentre conforme con el interés superior de los niños, niñas y adolescentes.

En el plano legislativo, el Senado aprobó más de 400 indicaciones, con el objeto de modernizar el sistema. Se eliminan normas discriminatorias, como la preferencia legal de matrimonios heterosexuales en la selección de adoptantes, incorporando criterios más flexibles y centrados en el interés superior del niño. La adopción, en esta nueva lógica, podrá ser solicitada por personas solteras, convivientes civiles o de hecho, o matrimonios, sin distinción de orientación sexual, sin que exista una privación rígida, como ocurría antes.

Entre las innovaciones procedimentales destaca la inclusión de la etapa de revinculación familiar como parte del procedimiento judicial. En ella se busca, durante un período no superior a doce meses, reintegrar al niño con su familia de origen o extensa. Concluido ese plazo, el tribunal deberá definir el egreso del niño, a través de una o varias de las siguientes vías: el restablecimiento del cuidado personal, la radicación en familia extensa o en adulto significativo, la mantención en cuidado alternativo o la declaratoria de adoptabilidad.

Respecto de las familias de acogida, el proyecto introduce la posibilidad de que puedan adoptar al niño bajo su cuidado si el vínculo se ha sostenido por un plazo de al menos 18 meses ininterrumpidos. Esta medida busca reconocer situaciones en las que se ha generado un lazo significativo, sin que ello desnaturalice la finalidad transitoria del acogimiento. La inclusión de este criterio, acordado con organizaciones internacionales y actores nacionales, responde al interés superior del niño, sin abrir la puerta a una adopción automática.

Durante la discusión del proyecto, diversas inquietudes fueron planteadas por las diputadas y los diputados. Se discutió, por ejemplo, si los plazos de doce meses son suficientes para una evaluación adecuada, si la flexibilización del perfil de adoptantes incrementará la cantidad de familias disponibles, y cómo se garantizará la representación jurídica efectiva de niños. También surgieron dudas sobre la regulación del derecho a la identidad, especialmente en casos de adopción por violación, y sobre la capacidad institucional del Estado para implementar esta ambiciosa reforma.

La ministra de Desarrollo Social y Familia, señora Javiera Toro , aquí presente, respondió detalladamente cada una de estas inquietudes.

Subrayó que el plazo de doce meses para la etapa de revinculación responde a criterios técnicos y busca equilibrar el derecho del niño a la estabilidad, con la posibilidad de una reintegración familiar exitosa. Afirmó que hoy existen aproximadamente 15.000 niños separados de sus familias, pero solo una fracción, cerca de 250 niños, está en proceso de adopción. Asimismo, señaló que las personas inscritas como potenciales adoptantes superan las 350, por lo que el cuello de botella está en los procedimientos y no en el interés de la ciudadanía.

Respecto del derecho a la identidad, la ministra aclaró que el proyecto no introduce cambios respecto de la identidad de género, como se había insinuado en el debate, sino que refuerza el derecho a conocer el origen biológico, étnico, lingüístico y cultural del adoptado, en línea con los tratados internacionales. También reafirmó que el proyecto impide adopciones por estructuras familiares compuestas por más de dos personas, dejando fuera cualquier posibilidad de legalizar la adopción en contextos poliamorosos.

Uno de los aspectos más discutidos fue la garantía de representación jurídica de los niños, niñas y adolescentes. Miembros de la comisión expresaron su preocupación sobre la fragilidad del sistema actual, citando un protocolo reciente entre el Ministerio de Justicia y la Corporación de Asistencia Judicial. La ministra aclaró que el proyecto establece en forma obligatoria la presencia del abogado del niño y que se destinarán cerca de 17.000 millones de pesos para este fin, lo cual está respaldado por un informe financiero específico.

Por otro lado, se explicó que la nueva legislación no solo modifica la ley de adopción, sino que se armoniza con otras reformas en curso, como la del sistema de tribunales de familia y la creación de unidades regionales de evaluación formativa. Se espera que estos cambios permitan una implementación más ágil, eficiente y respetuosa de los derechos de los niños.

Finalmente, el informe concluye con la votación de la Comisión de la Familia. Por cuatro votos contra tres, se rechazó la sugerencia de enviar el proyecto a comisión mixta, recomendando, en cambio, a la Sala aprobar las enmiendas formuladas por el Senado, con el objeto de cerrar la tramitación legislativa.

Este proyecto representa un avance significativo en materia de infancia y adopción, al transitar desde un sistema fragmentado y adultocéntrico hacia un modelo centrado en los derechos del niño y su bienestar integral. Si bien subsisten desafíos en su implementación práctica, especialmente en términos de recursos y capacidades institucionales, el nuevo marco legal sienta las bases para un sistema de adopción más humano, ágil y respetuoso de las diversas realidades de los niños en Chile.

Es todo cuanto puedo informar.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Bernardo Berger.

El señor BERGER.-

Señor Presidente, saludo por su intermedio a la ministra de Desarrollo Social y Familia, quien se encuentra presente en esta sesión, como también a quien la acompaña.

Este es un proyecto de muy larga data, tal como señalaron la ministra y el diputado informante. Han transcurrido casi 12 años desde su ingreso a tramitación, durante el gobierno del entonces Presidente Sebastián Piñera , quien asumió el compromiso de dar solución al abandono y a la vulneración de derechos de niños y niñas, que tuvieron lugar de forma reiterativa en el Sename.

Dicho sea de paso, han pasado los años y aún no se definen responsables por la serie de vulneraciones y el abandono de deberes frente al cuidado de niños y niñas, algunos de los cuales incluso perdieron la vida por negligencia de quienes en ese tiempo estaban a cargo de dicha institución.

Teniendo en cuenta todas las vulneraciones de las cuales fuimos testigos, este proyecto debió haberse aprobado hace mucho tiempo. Lamentablemente, la discusión ideológica tomó más tiempo del necesario, postergando lo que es realmente importante: el interés superior de los niños a tener una familia.

Valoro que este proyecto avance en acortar los plazos de adopción a un máximo de 12 meses, con procedimientos mucho más claros y acotados, y valoro también que se reconozca el derecho de los niños a conocer la identidad de sus padres biológicos y hermanos, así como su historia anterior a la adopción.

Votaré a favor este proyecto, porque nuestros niños no pueden seguir esperando; es imprescindible que crezcan y se eduquen en el seno de una familia, en lugar de seguir eternamente institucionalizados.

No obstante, es necesario que recordemos que el artículo 1° de la ley de adopción establece claramente que tal proceso tiene por objeto velar por el interés superior de los niños, y que el mejor resguardo de dicho interés se encuentra en una familia, con un padre y una madre.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Ana María Gazmuri .

La señora GAZMURI (doña Ana María).-

Señor Presidente, nuestro sistema de adopción ha estado regido desde 1999 por la ley N° 19.620, que hoy resulta obsoleta y desconectada del marco de derechos que establece la Ley sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia.

Desde una perspectiva de derechos, este proyecto de ley representa un avance estructural necesario. Redefine la adopción como una medida integrada en un sistema de protección que tiene como centro el interés superior de niños, niñas y adolescentes, y a estos como sujetos de derecho con participación activa en cada proceso que los involucre.

El proyecto, además, avanza superando el modelo de procedimientos paralelos y desarticulados que presenta el sistema actual, manteniendo separadas las causas de protección, de adoptabilidad y de adopción, ya que no hacer esto ha derivado en procedimientos judiciales fragmentados, dilatados e, incluso, a veces contradictorios, lo que ha profundizado la revictimización de niñas, niños y adolescentes, negando o retardando su derecho a vivir en el seno de una familia, sea esta la de origen o la adoptiva.

Otro punto muy importante es que elimina los actuales criterios de prelación, y con ello queda presente el reconocimiento de la diversidad de familias.

Asimismo, se incorpora una regulación para la adopción por parte de familias de acogida, reconociendo los vínculos afectivos ya consolidados, sin transformar esta vía en una ruta alternativa no controlada.

No obstante lo dicho, sobre la base de lo cual aprobaremos este proyecto en su tercer trámite constitucional, no podemos perder de vista los temas que aún están pendientes. Nos preocupa profundamente la representación jurídica de niños y niñas durante esos procesos. Hoy, con una corporación de asistencia judicial colapsada y con curadores ad litem ausentes, estamos frente a una deuda grave del Estado.

En ese sentido, hemos insistido ante el Ejecutivo para que patrocine nuestro proyecto de ley sobre representación jurídica de niños, niñas y adolescentes, cuyo objeto es establecer un completo estatuto jurídico para la figura del abogado del niño. Esta propuesta va en la línea de armonizar los principios de la ley de garantías con la ley de tribunales de familia, que no está contemplada en ningún proyecto que se esté tramitando hoy en día en el Congreso Nacional.

Volviendo al proceso de adopción, aunque se hable de plazos más breves, estos deben ser viables en la práctica, sin dejar fuera a nadie por fallas en el sistema, pensando especialmente en las familias de acogida.

Apoyamos este proyecto como un paso en la dirección correcta, pero seguiremos trabajando para que no se pierda de vista lo más importante: que cada decisión tenga como único centro el bienestar de los niños y niñas, no la burocracia ni los vacíos legales.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Flor Weisse .

La señora WEISSE (doña Flor).-

Señor Presidente, en una sociedad que debería poner a los niños en el primer lugar de la fila, resulta escandaloso que un proyecto de reforma al sistema de adopción, cuya tramitación se inició en 2013, durante el primer gobierno del entonces Presidente Sebastián Piñera , aún no se haya promulgado, a pesar de más de 110 urgencias, y teniendo como antecedente que existen niños que han estado siete años institucionalizados antes de ser adoptados.

Este proyecto se valora por distintas bondades, incluyendo la reducción de la fragmentación procesal y la aceleración de los tiempos, lo cual, a mi juicio, es el centro de esta iniciativa.

El proyecto busca eliminar la separación entre las causas de protección y las de adoptabilidad, estableciendo un solo procedimiento judicial, lo que reducirá demoras y evitará que los niños pasen más de cuatro años institucionalizados antes de ser adoptados.

Además, introduce un límite máximo de 12 meses para definir el destino de cada niño, y establece un límite claro para las intervenciones judiciales, entregando certeza jurídica y evitando estadías indefinidas en el sistema de cuidado alternativo.

La iniciativa fortalece el rol de la familia de origen y la revinculación temprana, y obliga a adelantar la búsqueda de redes familiares antes de institucionalizar al niño, fomentando egresos hacia la familia externa y priorizando la permanencia en su medio familiar.

Asimismo, refuerza el enfoque en la primacía del interés superior del niño, y garantiza su derecho a ser oído, a contar con representación jurídica independiente y a conocer sus orígenes.

También regula los contactos posadoptivos según el interés superior del niño, permite una selección más justa y personalizada de familias adoptantes, sustituye el orden rígido de prelación por una evaluación judicial basada en el interés superior del niño, como se ha reiterado en todos los antecedentes mencionados, e incorpora criterios de idoneidad.

Me parece positivo lo que se recoge respecto de las familias de acogida. Considero que esas familias deberían tener prioridad, incluso más allá de que eso no esté establecido como un requisito legal. Aquí se les da una mayor relevancia, dado que la familia de acogida es, precisamente, algo transitorio, y siempre se debe buscar y llegar a la familia de origen.

No obstante, creo que esas familias, que han estado a cargo de los niños por dos, tres o más años, deberían tener prioridad.

Por lo tanto, el orden de prelación, no solo por las familias de acogida, sino también por los distintos tipos de familias, que se ha dicho aquí que rompen el orden rígido, para mí es un tema que todavía está en evaluación, en relación con cuándo se resguarda realmente el interés superior del niño.

En general, me parece que este proyecto apunta en esa dirección, a buscar que los niños no estén solos, ni en casas ni en instituciones como el Sename, que al final solo los vulneran más.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Emilia Schneider .

La señorita SCHNEIDER (doña Emilia) .-

Señor Presidente, estamos discutiendo un proyecto fundamental para Chile, sobre todo para sus guaguas, niños y niñas. Según datos de Mejor Niñez, desde 2021 la presencia de bebés menores de 24 meses en residencias de protección especial aumentó en un 72 por ciento, y eso da cuenta de muchas situaciones de vulneración de derechos. Es una realidad brutal y dolorosa, que no puede quedar en eso, sino que debe llamarnos a la acción.

Hace mucho tiempo que nuestro país tenía pendiente una reforma integral al sistema de adopción, de modo que celebro el trabajo de nuestra ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro , y del Presidente Boric para sacarla adelante.

Con este proyecto, el foco se pone en el interés superior de niños, niñas y adolescentes, con intervenciones que se centran en sus necesidades de forma integral.

Este proyecto, además, elimina un requisito y una preferencia absurda, respecto de parejas casadas, permitiendo que las familias chilenas en toda su diversidad puedan entregar amor y cuidar de un niño o niña que lo necesite, sin importar que las parejas estén casadas o no, ni si son heterosexuales u homosexuales.

No faltarán, en este caso, los ultraconservadores que salten con este argumento y que, quizás, incluso rechacen este proyecto, tal como algunos se oponían hace décadas a terminar con la distinción entre los así llamados hijos legítimos y los entonces denominados hijos naturales.

A ellos les digo que es inaudito que les preocupe más la institución del matrimonio que el bienestar de los niños y niñas que necesitan un hogar, que necesitan una familia que los ame y cuide.

En este Congreso Nacional hay muchos que dicen defender la familia, pero, cuando se trata de los ultraconservadores, no es más que hipocresía y oportunismo, porque defienden solo un tipo de familia, la que encaja con sus valores, pero eligen mirar para el lado ante las necesidades de las familias monoparentales, de las familias de la diversidad sexual y de las distintas realidades que atraviesan los hogares chilenos.

Creo firmemente en que la mejor defensa de las familias chilenas es reconocerlas en su diversidad, dándoles valor y garantizándoles derechos y protección, sin importar su composición, su origen o si están casadas o no. Por fortuna, eso es algo que tenemos claro desde la izquierda y el progresismo, no así en la derecha, donde aún creen que hay familias más válidas que otras.

Como Frente Amplio votaremos a favor este proyecto y lo haremos con la firme convicción de que es un paso adelante en los derechos de la niñez, en el reconocimiento de las diversas formas de hacer familia y en que el Estado garantice un trámite de adopción que dé certezas, que sea eficiente y expedito, y que ponga en el centro la integración y el bienestar de niños, niñas y adolescentes.

Con este proyecto de ley la selección de la familia adoptante será siempre y exclusivamente de acuerdo con el interés superior del niño o niña, no con otros criterios que no hacen más que discriminar y quitar oportunidades a personas que quieren hacer familia.

Quien vote en contra este proyecto dará la espalda a miles de niños, niñas y adolescentes que ansían un hogar, que ven vulnerados sus derechos, mientras todos miran para el lado. Es así de grave. Hoy tenemos en nuestras manos la posibilidad de mejorar un poco su situación, lo que a todas y a todos nos debería parecer urgente.

¡Que vivan las familias chilenas, todas, sin exclusión!

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Cristóbal Urruticoechea .

El señor URRUTICOECHEA.-

Señor Presidente, mis críticas a este proyecto son más bien de implementación. Por el poco tiempo que tengo, no voy a hablar sobre ellas y voy a referirme a la eliminación del orden de prelación que favorecía a matrimonios heterosexuales, permitiendo que personas solteras, parejas del mismo sexo y convivientes civiles puedan adoptar, siempre que cumplan con los requisitos de idoneidad, lo que deja un texto bastante ambiguo y peligroso.

Lo anterior responde a observaciones de la Corte Suprema sobre la necesidad de evitar discriminaciones en los procesos de adopción. Sin embargo, en este caso, cabe preguntarse cómo determinar fehacientemente la idoneidad y las legítimas aprensiones sobre el mejor modelo de familia al que un niño pueda aspirar. No se trata de cubrir la necesidad de una pareja o de un soltero, sino de lo que efectivamente es mejor para un niño. Ese era el sentido de la prelación desde familias de padres heterosexuales.

Los hijos son un don, no un derecho. Nuevamente la respuesta apunta al sentido común. La adopción consiste en crear entre dos personas una relación semejante, desde el punto de vista jurídico y social, a la que hay entre una persona y sus hijos biológicos. De ahí que sea habitual, desde los tiempos del derecho romano, decir que la adopción imita a la naturaleza. Esta frase tan gráfica pone de relieve no solo el alcance de la adopción, sino también, en cierta medida, sus propias limitaciones. Lo que la naturaleza permite, pero también lo que la naturaleza impide, constituyen el marco propio de la adopción. Es un derecho del niño y no de parejas homosexuales.

Voy a poner un ejemplo. ¿Qué pasa con aquellos que se identifican como binarios o de género fluido y se perciben según cómo se sientan durante ese día? Ese día, esa mujer se puede percibir como el papá, pero al otro día como la mamá. ¿Qué está aprendiendo ese niño con lo que le están enseñando y con lo que está observando?

¿Qué pasa si se permite la adopción por convivencia, cualquiera que sea su composición? Tenemos el problema de que las convivencias de hecho no están reguladas en Chile, por lo que cualquiera puede ser su composición, dando lugar a uniones poliamorosas o a familias multiparentales.

¿Ese es el bien para el niño? ¿Por qué no hay un artículo que expresamente prohíba el tipo de adopciones como las que acabo de ejemplificar?

La adopción es un derecho de un niño a recuperar lo que ha perdido, y un niño ha perdido un padre y una madre, no aquello a lo que lo quieran obligar a tener.

Las figuras paterna y materna cumplen funciones psicológicas y sociológicas distintas. Hay más parejas heterosexuales que niños queriendo ser adoptados. Por lo tanto, la afirmación de que no hay padres, no hay matrimonios ni hay uniones heterosexuales que quieran adoptar es una mentira.

No se puede dar derecho a lo que yo deseo; hay que velar por los derechos del niño.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Juan Santana .

El señor SANTANA.-

Señor Presidente, “(…) Los niños no pueden esperar. Sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando. A ellos no podemos contestarles mañana; su nombre es hoy”.

Esas frases de Gabriela Mistral representan muy bien la importancia que hay detrás de esta iniciativa, que después de más de diez años de tramitación, de muchas comisiones de trabajo y de un millar de evidencia comparada y datos concretos, viene a convertirse en un engranaje más en la Política Nacional de Niñez y Adolescencia, y la pieza faltante de un robusto conjunto de leyes que se han aprobado durante el último período: la Ley sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, la separación del Sename, el Sistema de Reinserción Social Juvenil, la creación de la Defensoría de la Niñez, la imprescriptibilidad de los delitos sexuales cuando las víctimas son menores de edad, y las leyes de protección y pago efectivo de alimentos. Todas son un claro ejemplo de que quienes siempre deben estar en el centro de esta discusión son precisamente los niños, niñas y adolescentes. Con esta nueva ley de adopción volverán a estarlo, pues tras casi veinticinco años estamos en presencia de un nuevo marco jurídico acorde a las directrices y a las normas de las diversas convenciones internacionales que garantizan los derechos de los niños.

Quiero, entonces, destacar que las modificaciones introducidas por el Senado tienen como objetivo repensar el proyecto a la luz del sistema de garantías, eliminando la fragmentación de los procedimientos que afectan a los niños, niñas y adolescentes.

Lo anterior significa, entre otras cosas, que la adopción ahora está considerada como un proceso destinado a garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes a vivir en una familia, derecho que es esencial para el crecimiento de una persona.

Además, el enfoque de derechos que promueve este proyecto, especialmente el derecho del niño a ser oído y a ser informado de todo cuanto ocurra en el procedimiento de adopción, así como también a conocer sus orígenes familiares, pone en relieve una cuestión que es trascendental: los niños y niñas, con esta iniciativa, ya lejos de ser meros sujetos de protección, sin voz ni presencia, pasan a ser sujetos de derecho, pero no desde una perspectiva paternalista, sino respetuosa de su interés, autonomía progresiva y desarrollo personal.

Por eso, los socialistas votaremos a favor este proyecto, convencidos de que la felicidad de los niños y niñas comienza por los niños. Con esta iniciativa estoy seguro de que estamos más cerca de concretarla para ellos.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Marcela Riquelme .

La señora RIQUELME (doña Marcela).-

Señor Presidente, no puedo permanecer inmune a las palabras del diputado Urruticoechea , porque aquí, hasta donde sé, la única familia homoparental es la mía y obviamente sus palabras me tocan.

¿Qué es lo que busca un niño? ¿Qué es lo que busca una niña? Una sola palabra: amor. Los que han adoptado hijos en este hemiciclo muy bien lo saben.

Dice el diputado Urruticoechea que el niño tiene que aceptar lo que le están dando: un supuesto padre o una supuesta madre. Pero eso no es así. Primero, eso es desconocer nuestro sistema. Hoy no tenemos un sistema que protege a nuestra niñez; es algo deficiente y que se ha arrastrado durante muchos gobiernos. Qué lástima que la ministra no esté presente, porque, por su intermedio, señor Presidente, quería decirle que en la Región de O'Higgins tenemos hogares que se están cerrando, y que hay niños que aún no tienen un lugar donde ser “colocados”, como si fueran objetos.

Este proyecto tuvo su origen en un mensaje en 2013, y recién va a ver la luz hoy, doce años después. Un niño o una niña que en 2013 tenía seis años, hoy es mayor de edad y no pudo tener la posibilidad de adopción, porque no hemos hecho nuestro trabajo. He evitado ser autorreferente, pero cuando uno decide serlo no es porque quiera aparecer como protagonista de esta historia.

Quiero señalar que me siento muy orgullosa de ser la primera mujer lesbiana en este hemiciclo, y de ser la primera madre de una familia homoparental. Me siento muy feliz y orgullosa de eso, pero eso no es casual y no es solo por mí, sino también por ustedes, estimados colegas, para que conozcan y vean una realidad: que una familia puede dar amor a sus hijos independientemente de quién la forme.

Está en sus manos, colegas: con un dedo pueden marcar hoy la diferencia entre aprobar o rechazar este proyecto, pero les van a cambiar la vida a muchos niños y niñas. Por mis amigos de Dos Papas en Chile, por “Chascas” Valenzuela, por mi amigo Pancho Saavedra y por todos aquellos niños y niñas que merecen tener un hogar sin discriminación.

Sofía y Alexis , esto es para ustedes.

¡Aprueben, compañeros!

He dicho.

-Aplausos.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Hotuiti Teao .

El señor TEAO.-

Señor Presidente, llevamos más de veinte años con un sistema de adopción en Chile que, lamentablemente, no ha estado a la altura del interés superior de nuestros niños, niñas y adolescentes. La ley vigente desde 1999 ha presentado graves falencias de procedimiento y ha causado fallos contradictorios en tribunales. Peor aún, ha prolongado indefinidamente la estadía de muchos de estos niños en el sistema de cuidado alternativo, lo cual, sin lugar a dudas, no es una protección.

Es nuestro deber terminar con esa realidad, porque no podemos seguir siendo parte de un Estado que, en la práctica, institucionaliza la infancia, al quitar a cada niño, niña y adolescente el derecho básico de vivir en una familia que le brinde afecto, seguridad y un proyecto de vida.

Podemos decir que esta reforma es clara, porque redefine la adopción como institución irrevocable, porque entrega al adoptado el estado civil de hijo o hija, porque establece un vínculo pleno con sus adoptantes, sin distinciones ni condiciones, de manera que es una medida de protección, no de beneficencia.

Esta no es solo una actualización jurídica, sino que además abre las puertas a nuevas familias y a un nuevo camino de reparación, porque por primera vez se incorporan reglas claras sobre procedimiento, sobre sus etapas y plazos con un foco en la seguridad y estabilidad del niño.

Por ejemplo, se reconoce explícitamente el derecho a mantener el vínculo entre hermanos, que es muy importante, sobre todo cuando son separados, y establece que las familias de acogida podrán postular a la adopción del niño que han cuidado, siempre que cumplan con los requisitos legales. Sabemos que muchas veces ese cuidado ha generado ya un lazo real y emocional. Además, se fortalece de manera concreta el derecho a la búsqueda de los orígenes, entregando acompañamiento y acceso a la verdad sobre la historia de cada niño o niña.

Una de las transformaciones más importantes de este proyecto es que ya no habrá procesos eternos ni sentencias que queden suspendidas en el tiempo. Se creará una etapa judicial específica, con un plazo máximo de 12 meses, destinada a fortalecer la revinculación familiar o, en su defecto, a avanzar hacia el adoptabilidad del niño, porque el Estado no puede permitir que un niño crezca sin certezas.

Quisiera detenerme en un aspecto que refleja el espíritu profundo de esta reforma: la ampliación del concepto de familia. Este proyecto acoge la realidad social de nuestro país, reconociendo la diversidad familiar, el afecto que no tiene solo una forma ni estructura. Hoy, por tanto, podrán postular a esta igualdad de condiciones personas viudas, solteras, divorciadas y convivientes civiles, sin que exista una preferencia o discriminación sobre la base de esas circunstancias. Esto, sin duda, muestra una señal de madurez legislativa, con sentido de realidad social.

Pido a los colegas que voten a favor el proyecto, aprobando un acto de reparación, pero principalmente de amor hacia nuestros niños.

Iorana e maururu.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Érika Olivera .

La señora OLIVERA (doña Érika).-

Señor Presidente, las deficiencias del sistema de protección a la infancia son muchas en nuestro país. La gran mayoría de las personas no sabe qué significa vivir una vida sin madre, sin padre o sin un núcleo familiar que propicie el desarrollo de un niño o niña en sus primeros años. No existe nada más fundamental en la vida de cualquier ser humano que nacer y vivir dentro de una familia. En ella generamos nuestros primeros afectos, nuestras primeras confianzas, el cuidado que todo ser humano requiere en una etapa de mayor vulnerabilidad.

¡Cuán miserable sería nuestra sociedad si no damos todas las facilidades posibles para que todo niño, niña o adolescente tenga la oportunidad de vivir ese amor y esos cuidados!

Admiremos a todos y a todas quienes han salido adelante, a quienes, a pesar de la adversidad que significa no tener una familia, han logrado realizar sus proyectos de vida, a esos niños, niñas y adolescentes que luego de encontrarse institucionalizados han seguido carreras laborales y profesionales destacadas y han formado familia.

Reformar el sistema de adopción en Chile es urgente. Se estima que por lo menos 250 niños, niñas y adolescentes son adoptados, lo que constituye una cifra muy baja si se considera que el número de niños, niñas y adolescentes bajo el sistema de protección es cercano a los 9.000. Un sistema antiguo y excesivamente burocrático es el peor incentivo para aquellas familias que tienen el noble anhelo de adoptar.

El sistema vigente ha demostrado ser lento, ineficiente y poco transparente, perpetuando la institucionalización prolongada de los niños, niñas y adolescentes, limitando también sus posibilidades reales de integración en un entorno familiar protector.

Al modernizar la legislación, se busca agilizar los procedimientos, asegurar una mayor participación de los niños en los procesos, mejorar los estándares de idoneidad de los adoptantes y reforzar los mecanismos de seguimiento posadoptación.

Después de más de siete años desde que se presentó el proyecto, tenemos la oportunidad de hacernos cargo de esta realidad: una nueva ley de adopción que aplique el principio del interés superior del niño, el que debe traducirse en mayores posibilidades de adopción, sin discriminación entre parejas heterosexuales y homosexuales, ampliando la posibilidad de adopción de integrantes de la familia biológica y de la familia de acogida, además de mantener vínculos entre hermanos al ser adoptados en conjunto.

Resulta esencial facilitar el proceso de adopción dentro del contexto de causas de protección, principal circunstancia que motiva la separación de los niños respecto de su familia biológica.

Votaré a favor este proyecto, pensando siempre y poniendo por delante a los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Stephan Schubert .

El señor SCHUBERT.-

Señor Presidente, este proyecto de ley era indispensable, además de una deuda que teníamos como ciudadanos con los niños de nuestro país. Pero este proyecto tomó mucho tiempo, lo que deja en evidencia el cuidado real que tenemos con los más necesitados: los niños institucionalizados. De la boca para afuera, van primero, pero, en la práctica, esto tomó años y a pocos le importó.

Este proyecto de ley viene de la época del gobierno del Presidente Piñera, pero también había otro, de la diputada Pamela Jiles , el que a mi juicio era mejor que este. Intentamos con la diputada apurar el tranco en el Senado, pero se nos hizo muy difícil.

Sin embargo, ¿qué tiene de bueno este proyecto? Coloca el interés superior del niño como foco, lo que es excelente; así debiera ser la ley de adopción: debiera pensar única y exclusivamente en el menor.

Además, la iniciativa acorta el plazo del proceso de protección, que busca una revinculación con la familia de origen que no puede exceder los 12 meses. Excelente. Se puede prorrogar por 6 meses, pero en principio son solo 12 meses, y luego termina este proceso con la revinculación o con un niño susceptible de adopción. Eso mejora los plazos. Excelente.

Las familias de acogida ahora podrán adoptar cuando tengan a un menor por más de 18 meses, como una cosa excepcional. La regla general no lo permite, hoy no se permite, pero con esta nueva ley, después de 18 meses, lo que pocas veces va a ocurrir, van a poder adoptar muy bien.

No permite la adopción de mayores de 18 y menores de 28 años de edad. Nosotros creemos que sí es bueno que eso se pueda mantener, porque existen vínculos filiales a esa edad, incluso sobre los 18 años de edad.

Pero aquí hay una inconsistencia. Se nos dijo que esta norma cambiaba el foco y que iba a velar siempre por el interés superior del niño, pero se elimina la prelación legal, donde se establecía que al niño se le iba a restituir un padre y una madre. Porque si el niño perdió a un padre y a una madre, la primera aspiración de la sociedad y de la ley debiera ser restituir lo que perdió: un padre y una madre, pero eso se elimina.

Un colega dice que no se puede discriminar al adoptante. Pero ¿cómo? ¿El foco no estaba en el niño? ¿El principio no era el interés superior del niño siempre? ¡Ah, no, no, no! El interés es en la medida en que no nos topemos con algo ideológico, porque ahí nos olvidamos del niño y empezamos a pensar y nos ocupamos de los adultos eventualmente discriminados.

¿Dónde está el foco entonces? ¿Está en los niños o en los que quieren adoptar? Aquí hay una inconsistencia relevante. La sociedad debe aspirar a restituir lo que ese niño o niña perdió, es decir, a un padre y una madre, y luego el distinto orden. Esto debe ser un orden de prelación, un deseo, una aspiración que no siempre se va a cumplir, pero es a lo que la sociedad debería aspirar: a restituir al menor lo que perdió. Creemos que eso es importante.

Por esa razón, votaremos a favor el proyecto de ley, pero en contra en alguna votación separada, producto de que nosotros creemos que esta propuesta debe ser mejorada. Debemos restituir a los menores, pensando siempre, única y exclusivamente en ellos, lo que ellos perdieron en principio, que fue un padre y una madre, sin perjuicio de los casos reales, sin perjuicio del caso a caso, que puede ser distinto, pero la aspiración legal debe ser esa.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Carolina Marzán .

La señora MARZÁN (doña Carolina).-

Señor Presidente, en 2018, durante mi primer período parlamentario y como integrante de la entonces Comisión de Familia y Adulto Mayor, trabajamos intensamente durante un año completo en el proyecto de reforma al sistema de adopción con un profundo trabajo técnico, sensibilidad social y un firme compromiso con los niños, niñas, adolescentes y familias de nuestro país.

Sabíamos entonces -lo reafirmo hoy- que esta reforma era urgente. Nuestro objetivo era avanzar hacia una ley moderna, coherente con los derechos de la niñez y a la altura de sus necesidades y de su dignidad. Han sido doce años de espera para que finalmente pongamos en el centro a los niños, niñas y adolescentes, en especial a aquellos que han visto vulnerados sus derechos.

Entendemos que la familia de origen siempre debe ser prioritaria, pero cuando esta opción no existe, se debe abrir la posibilidad a la adopción. Esta reforma establece un plazo máximo de doce meses y no de años, como ocurre actualmente, para tomar una decisión definitiva con prontitud, con compromiso, evitando así prolongar la incertidumbre de tantos niños y niñas que solo anhelan tener un hogar.

Cuando se acortan los procesos judiciales, cuando se duplican los esfuerzos y cuando los procesos se reducen de tres a uno, ese largo camino de espera para acceder a un hogar, un espacio seguro y lleno de amor que ha decidido voluntariamente acoger y cuidar a un ser indefenso, comienza a hacerse tangible, real y palpable. Estamos hablando de niños, niñas y adolescentes. Con ellos no podemos seguir esperando; debemos actuar con urgencia.

Quiero destacar también que esta reforma reconoce y fortalece derechos clave, como el derecho del niño o niña a ser oído, a conocer su historia, su identidad, su pertenencia cultural, étnica o lingüística. La norma le garantiza acceso a su origen biológico y vínculos familiares, algo esencial para su desarrollo integral.

Otro cambio importante es que las familias de acogida podrán integrar definitivamente al niño o niña si transcurridos dieciocho meses de cuidado ininterrumpido así lo deciden.

Para concluir, quiero destacar el artículo 1, que es clave en este proyecto, que pese a muchas inexplicables resistencias logró mantenerse. Dicha disposición establece que un niño, niña o adolescente tiene derecho a vivir y desarrollarse en el seno de una familia, cualquiera sea su composición, que le brinde afecto y procure los cuidados tendientes a satisfacer todas sus necesidades cuando ello no le pueda ser proporcionado por su familia de origen.

Colegas, esta Cámara tiene hoy día la responsabilidad de ratificar una reforma histórica que pone fin a las trayectorias dolorosas e inestables y construye un nuevo sistema basado en protección, en celeridad y, sobre todo, en justicia para los más de cinco mil niños, niñas y adolescentes de nuestro país que lo único que anhelan es tener amor y un hogar que los proteja.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Diego Schalper .

El señor SCHALPER.-

Señor Presidente, qué duda cabe de que este es un proyecto prioritario para el futuro de Chile y es casi increíble que se dé después de haber vivido el Día del Padre. Yo, a estas alturas, creo que en este país aspirar a ser padre es un acto de rebeldía, dadas las dificultades que hoy día subsisten para alcanzar la paternidad y con esta idea de que la felicidad se logra en la búsqueda del interés individual y no a partir de la entrega a otros. Por eso creo que la paternidad es casi un acto de rebeldía.

Este es un proyecto que pudo haberse circunscrito a referirse a temas de filiación, que es ese vínculo de estabilidad que suscita los lazos familiares; a un procedimiento acotado -lo han dicho varios colegas-, para resolver un problema que es evidente, y a la protección del niño.

Para serle franco, a mí nunca me ha gustado el concepto “interés superior”, porque “interés” por definición es un concepto individualista; me gusta más hablar del concepto de

“bien” del niño, que es un concepto más bien social-cristiano.

Entonces, la pregunta es: ¿qué es lo que alcanza mejor el bienestar del niño? Y en ese marco, entendiendo que este proyecto al menos yo lo voy a apoyar en general, me hago la pregunta de por qué en el artículo 1 se cambia el concepto de “filiación” por el de “institución jurídica”. ¿Por qué se busca darle un carácter público-regulado a un asunto que es inevitablemente de relación familiar-personal? ¿Qué aspiración hay? ¿Cuál es el fundamento jurídico para dar ese paso?

¿Por qué en el artículo 2, en vez de hablar de persona, se habla de ser humano? ¿Qué es lo que subyace a ese planteamiento? Yo sé perfectamente lo que subyace. Pero ¿por qué se van metiendo esos pequeños elementos ideológicos que, en mi opinión, van en sentido equivocado?

Y después, por polémico que sea, si uno piensa en los niños, ¿nos hemos hecho la pregunta en serio de qué es lo mejor para ellos?

Fíjese que en otras materias el principio de corresponsabilidad entre hombres y mujeres es algo que todos damos por sentado, porque entendemos que el complemento entre hombres y mujeres es una cuestión valiosa que buscamos regular favorablemente.

¿Por qué no pensar en la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en algo tan elemental como es la formación de un niño? ¿Nos parece secundario? ¿Nos parece una cuestión que no es relevante? ¿Cuántas parejas todavía están esperando para adoptar? Lo pregunto para saber si realmente existe un dilema que aquí muchas veces se plantea entre niños que buscan un espacio y la inexistencia de ese espacio.

Soy un admirador decidido y desatado -decidido y desatado- de las madres solteras, que sufren por la falta de capacidad de esas personas de hacerse cargo de sus hijos, porque lo que hay detrás es el drama de padres que no se hacen responsables. Pero cualquiera que ha tenido la posibilidad de hablar con las madres solteras sabe que lo que hay detrás es un dolor muy grande por esa falta de complemento. Incluso en ese dolor hay un reconocimiento de la necesidad del complemento.

Por lo tanto, ¿qué es lo mejor para ese niño? Dejo la duda abierta para que ojalá podamos discutir esto con altura de espíritu y pensando siempre en el bien del niño.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Lorena Pizarro .

La señora PIZARRO (doña Lorena).-

Señor Presidente, quiero decir que una de las cosas que más me han conmocionado desde que ingresé a este Parlamento es ser parte de la Comisión de la Familia y ver cómo todas y todos nos conmocionamos, señalamos nuestra absoluta incondicionalidad y respeto hacia los niños, niñas y adolescentes, pero, a la hora de legislar o tomar medidas, para algunos y algunas sí son más importantes sus creencias ideológicas, sus visiones machistas y retrógradas que particularmente el bienestar de las niñas, niños y adolescentes.

Hemos sabido que Chile está al debe con las infancias; sin embargo no hacemos nada más que conmocionarnos, y eso es una vergüenza para cada una y cada uno de nosotros.

Este proyecto de ley de adopción tiene falencias de distinto tipo, incluso de las creencias de las diputadas y los diputados que están enfrente, pero el tema de fondo es que tenemos más de cinco mil niñas y niños -esa es la cifra oficial; la cifra no oficial no la conocemos- que están institucionalizados o están viviendo abandono y violencia. ¿Y nos vamos a detener a pensar si la familia que está dispuesta a adoptarlos es de dos hombres, una mujer sola o una abuela? ¿Y por eso nos va a importar un carajo lo que pasa con esos menores?

¿Cuántos niños o niñas han perdido la posibilidad de ser adoptados y recibir el cobijo de una familia porque nuestras creencias importan más? ¿Cuántos niños o niñas han quedado institucionalizados porque a nosotros nos preocupan estupideces y no el bienestar de ellos y de ellas? No basta con conmoverse, no basta con decir qué terrible lo que viven los niños y niñas. Aquí, nosotras y nosotros tenemos una gran responsabilidad, y, si no la asumimos, seremos cómplices de lo que les pasa a ellos y a ellas.

Estoy de acuerdo con este proyecto de ley y lo voy a votar a favor, porque las niñas y los niños no pueden esperar.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Felipe Donoso .

El señor DONOSO.-

Señor Presidente, se me ocurren pocos derechos más importantes, aparte del derecho a la vida, el derecho a nacer y el derecho a la libertad, que el derecho a ser querido y a querer. Al final del día, estamos hablando del derecho del niño a ser querido y a querer, de que todo niño tenga la posibilidad de tener una familia, la que por algún motivo perdió; no la vamos a criticar, porque eso les dio a otros la opción de ser familia. Esos niños tienen derecho no solo a querer y a ser queridos, sino también a gozar de estabilidad, a crecer en paz.

Por eso, debemos acortar los plazos para la adopción; debemos centrarnos en los derechos del niño, en sus necesidades, no en la necesidad de los padres, como algunos tratan de plantear. Ciertamente, los adultos pueden tener la intención, las ganas o la necesidad de adoptar un hijo, pero un niño no es un objeto que contente las necesidades de otra persona. Un niño tiene que ser protegido por su familia, por el Estado, por el mundo entero.

Por eso, tenemos que avanzar, centrar ahí la discusión. Algunos querrán exaltar otros aspectos -legítimos, desde su punto de vista-, pero lo importante es no perder el norte: el derecho que debemos proteger es el del niño; debemos proteger su vida, porque ya le dimos el derecho a nacer, que espero se mantenga siempre. Procuramos su libertad y ahora debemos procurar que ese niño pueda decir “tengo familia”. Una vez logrado aquello, debe gozar de la estabilidad, garantizada por el Estado, de que no va a perder esa familia, porque, lamentablemente, muchos niños y muchas familias adoptantes se han visto afectados durante el proceso por dudas acerca de si van a seguir juntos.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Arturo Barrios .

El señor BARRIOS.-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la ministra. Este proyecto moderniza la ley N° 19.620, que tenía vacíos y deficiencias.

¿Qué es lo importante en este ámbito, que tuvimos la ocasión de discutir en la Comisión de la Familia? Se unifica el concepto de adoptabilidad y se excluye explícitamente la falta de recursos económicos y la discriminación arbitraria; se elimina el orden de prelación para el adoptante; se suprime el orden de prioridad de la ley N° 19.620; se amplía el concepto de familia, ya señalado por otros honorables -Diputados y diputadas.

Otros elementos importantes son el derecho de los niños a ser oídos y a conocer sus orígenes, la formalización del contacto posadoptivo voluntario, la reducción de plazos de adopción, la representación legal para los niños, niñas y adolescentes, estableciéndose la obligatoriedad de asignar un abogado al niño, niña o adolescente. Hay modificaciones a la legislación laboral y también nuevos tipos penales. Está presente el interés superior del niño, niña y adolescente, la subsidiariedad de la adopción, el derecho de los niños a vivir en familia, la autonomía progresiva de los niños, niñas y adolescentes, su derecho a ser oídos y el derecho del adoptado a conocer sus orígenes.

Sin lugar a dudas, es un avance significativo en la ley de adopción, pues la moderniza, tal como hemos visto en la Comisión de la Familia. Se requiere modernizar la ley N° 19.620, que data de hace muchos años. Este es el momento de avanzar en el ámbito de la adopción, según la opinión de diferentes autoridades en la Comisión de la Familia, y se requiere hacerlo de manera urgente.

Es mucha la demanda que tienen casas de acogida y diferentes centros, los cuales no dan abasto, porque falta el ejercicio de los roles parentales.

Este proyecto garantiza una modificación sustantiva a una ley retrógrada, que tenía serios vacíos, por lo que se puede avanzar en un sistema de adopción mucho más eficiente y eficaz desde el punto de vista de la política pública.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Carolina Tello .

No se encuentra.

Tiene la palabra el Diputado Jorge Guzmán .

El señor GUZMÁN.-

Señor Presidente, quiero hacer una pequeña reflexión en cuanto al transcurso del tiempo. En 2013, el entonces Presidente Sebastián Piñera presentó este proyecto. Luego, en el año 2019, durante el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, se pudo discutir en esta Sala, en su primer trámite constitucional.

Lamentablemente, la gran mayoría de los discursos se centraron en la adopción homoparental. Es lamentable que, pese a haber pasado seis años, sigamos hablando de un tema que está resuelto, que hoy ya existe; que sigamos centrando la discusión en quiénes pueden adoptar, no en los niños, que son lo esencial.

Hoy, al fin, el Congreso Nacional discute la reforma integral al sistema de adopción, proyecto que lleva más de doce años empolvado.

Hace dos semanas, en la previa de la cuenta pública del Presidente Boric , asumí como tarea entregarle una carta escrita por Lucía y Víctor , quienes hoy nos acompañan en las tribunas, matrimonio del Maule que decidió adoptar luego de ser padres biológicos. Ellos tomaron una decisión de amor que les cambió la vida para siempre. Se enfrentaron a un proceso burocrático lento, que les tomó más de cinco años. Fueron cinco años en los que un niño pudo haber tenido una familia, pudo haber tenido contención y recibido cariño; cinco años en los que muchos otros niños quedaron atrapados en hogares del Estado, en los que, lamentablemente, no tienen esperanza y su futuro es cada vez más incierto.

Lo más grave es que mientras estas familias llevan años recibiendo como respuesta oficial que no hay niños susceptibles de ser adoptados, hay niños institucionalizados durante años, sin la opción real de ser integrados en un hogar. Esto no es solamente una falla del sistema, sino una omisión del Estado, que perpetúa un círculo de abandono, pobreza y violencia.

Como bien señala la carta de Lucía y Víctor, muchos de los problemas de seguridad de hoy nacieron hace veinte años, cuando fallamos en entregar a esos niños la oportunidad de un futuro distinto.

Un dato. Uno de cada dos reclusos en Chile pasó su infancia o adolescencia en un centro de menores. Cada año, cerca de 1.600 niños ingresan a la justicia juvenil, muchos de ellos tras haber comenzado a delinquir mientras estaban bajo la tutela del Estado.

Por eso, pido a esta Sala que legislemos con sentido de urgencia, porque la situación de la infancia en Chile es una verdadera catástrofe, y la adopción puede ser una herramienta, una de muchas, para cambiar esas trayectorias de vidas marcadas por la exclusión. No podemos seguir permitiendo que la adopción sea un proceso eterno, incierto e injusto. Debemos avanzar en acotar los plazos, en reconocer todas las formas de familia y, sobre todo, en poner siempre en el centro el interés superior del niño, de la niña y de los adolescentes.

La aprobación de esta iniciativa no puede ser el punto final -es solo el comienzo-, por lo que seguiremos trabajando para fiscalizar la implementación de esta ley en proyecto, exigir los recursos necesarios y garantizar que, por fin, pongamos a los niños primero en la fila. Este proyecto debe avanzar, porque el derecho de cada niño a crecer en una familia es un derecho en el cual estamos en deuda.

Votaré a favor el proyecto.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Sara Concha .

La señorita CONCHA (doña Sara) .-

Señor Presidente, este proyecto de ley lleva estancado prácticamente doce años en el Congreso Nacional. La iniciativa busca reformar un sistema de adopción que, lamentablemente, ha fracasado en dar respuesta oportuna a miles de niños, niñas y adolescentes privados de una familia, así como a quienes desean adoptarlos y brindarles un hogar definitivo.

El artículo 1 de este proyecto de ley establece de forma correcta que el centro de toda regulación debe ser el derecho del niño a vivir y desarrollarse en una familia. Nuestra actual Constitución lo reafirma de esa manera al consagrar a la familia como el núcleo fundamental de la sociedad. Sin embargo, esta noble finalidad se ve empañada por disposiciones que desvían el foco desde el interés superior del niño hacia la imposición de ideologías ajenas a ese propósito.

Primero, el uso de expresiones como “personas embarazadas” desnaturaliza una realidad biológica evidente, cual es que el embarazo es una experiencia femenina. Invisibilizar a la mujer en nombre de la inclusividad es un retroceso y una forma de discriminación.

Segundo, equiparar el matrimonio con otras formas de unión en el proceso adoptivo es un error. El matrimonio es un compromiso legal que ofrece mayores garantías de estabilidad. En un proceso tan delicado como la adopción esa estabilidad es esencial. Las parejas casadas deben tener preferencia al momento de adoptar, porque el niño necesita seguridad, continuidad y una familia sólida.

Tercero, si bien valoro que se reconozca la posibilidad de adopción por parte de familias de acogida, imponer como requisito una convivencia ininterrumpida de 18 meses puede incluso obstaculizar vínculos ya consolidados y perjudicar el bienestar del niño.

Por último, me preocupa que el proyecto desconozca el derecho del niño a manifestar su voluntad de tener un padre y una madre. Además, mezcla el derecho a conocer los orígenes con el derecho a la identidad, incluyendo una referencia a la identidad de género.

Sin duda, reformar el sistema de adopción es una tarea urgente, pero no puede hacerse a costa de relativizar verdades fundamentales. El centro de esta legislación debe seguir siendo el bienestar del niño, no los intereses de los adultos ni modas ideológicas.

Esta reforma debe asegurar un entorno familiar estable, afectivo y comprometido, donde el niño pueda crecer protegido, contenido y con sentido de pertenencia.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Camila Rojas .

La señora ROJAS (doña Camila).-

Señor Presidente, por su intermedio, quiero partir saludando a la ministra y a la subsecretaria. Reconozco especialmente el trabajo de la ministra Toro, quien, desde que asumió como ministra de Desarrollo Social y Familia, puso en primer lugar a la infancia, anunciando mejoras al sistema de adopción, como la gratuidad de las evaluaciones psicológicas y la menor espera de los informes. No eran tantas las mejoras que podían introducirse sin la ley, pero se puso el foco ahí y, efectivamente, se realizaron esas mejoras. Esta reforma lleva más de doce años esperando en el Congreso. Por eso también relevo que el Presidente Gabriel Boric le haya puesto urgencia.

Esta reforma introduce varios cambios que mejoran el sistema de adopción, pero en lo sustancial pone de verdad a los niños y niñas primero. El centro de la reforma es el bien superior de niños y niñas. Para comprender esto es necesario entender cómo funciona el actual sistema, lejos de caricaturas e ideas preconcebidas.

En este país, la adopción por cesión de la tuición casi no existe; son muy pocos los casos en que la madre o ambos padres voluntariamente eligen dar un hijo o hija en adopción. La mayoría de los niños y niñas llegan al cuidado del Estado por vulneración de derechos, para que estos sean restituidos, sobre todo el derecho de vivir en familia.

Esta reforma, en primer lugar, adelanta gestiones con la familia de origen, con el fin de evitar la separación y promover el fortalecimiento familiar. Sin embargo, si la situación del niño o niña requiere que exista una separación de su núcleo familiar, el primer deber del Estado es restituir ese vínculo. Ese esfuerzo, eso sí, no puede ser eterno y sin criterios, como sucede hoy. Un niño que ha sido evidentemente abandonado por su familia, que no es visitado en el hogar o que es visitado una vez cada seis meses, no puede seguir esperando eternamente la revinculación, para que luego de que aquella fracase, recién se reinicie un proceso para que el menor sea susceptible de ser adoptado. Esta reforma establece un plazo máximo de un año para intentar la revinculación con la familia de origen.

En tercer lugar, se hacen más eficientes los trámites judiciales, de manera que exista una sola causa tramitada ante un mismo tribunal, estableciendo siempre como objetivo el egreso, lo que evitaría que niños esperen tres, cinco o siete años para, finalmente, entrar al sistema de adopción, cuando ya sus posibilidades de ser adoptados han disminuido exponencialmente.

Finalmente -es algo que ha estado muy presente en esta discusión-, se elimina el orden de prelación, que hoy obliga a buscar como posibles adoptantes, primero, a matrimonios, luego a matrimonios extranjeros y, finalmente, adoptantes solteros, separados o viudos. Además, se incluye como posibles adoptantes a las parejas vinculadas por unión civil. Ello permitirá asegurar que cada niño sea vinculado con la mejor familia para su realidad y no con la que esté disponible respecto de un orden arbitrario.

Señor Presidente, que se apruebe la reforma.

He dicho.

-Aplausos.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Marisela Santibáñez .

La señorita SANTIBÁÑEZ (doña Marisela) .-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la ministra presente en la Sala, pero al mismo tiempo quiero decirle que, lamentablemente, no estuvo presente en el momento en que intervino mi querida colega Marcela Riquelme .

Quiero decirte, Marcela -por su intermedio, señor Presidente-, que no es necesario decir quién es la primera lesbiana. No lo eres, porque seguramente muchas se tuvieron que quedar calladas. Incluso, muchos colegas homosexuales se tuvieron que quedar callados, por miedo, por resentimiento, por lo que podrían hacerles. Conozco a uno, muy conocido en todo Chile, que tuvo temor de decir que era homosexual en un lugar rural de nuestro país. Ese miedo se acabó cuando sus padres lo amaron siendo homosexual. Luego, pudo trascender incluso en televisión y en medios de comunicación. Hoy, dos niños son muy felices al alero de su matrimonio homoparental, una familia maravillosa de la cual puedo dar fe.

Un diputado cercano al que podría considerar amigo, dijo que parece que es un gran privilegio para las mujeres ser madres y que los hombres hoy están muy lejos de ser respetados. Pues claro que sí, señor, porque debo decirle que el noventa y tantos por ciento de los hombres no paga la pensión de alimentos, abandonó a sus niños, y un porcentaje muy alto agredió a mujeres. Por lo tanto, son posibles agresores de niños. ¿Cuántos niños hoy están esperando simplemente amor, palabra que han dicho muchos acá?

Soy una mujer que no pasó por ningún juzgado de familia, pero tuvo ocho años de felicidad absoluta con una niña que hoy trasciende en el cielo. Lo digo por todos quienes están acá, incluida una de las más respetadas periodistas de investigación de nuestro país que es madre adoptiva de dos niños. Pero nadie lo dice, nadie lo sugiere, nadie lo releva. Solo relevamos lo peor de cada ser humano en este hemiciclo.

Por mi parte, solo voy a relevar a los niños, niñas y adolescentes. Me da lo mismo la condición sexual de las personas que quieren tomar un niño, quererlo, darle un techo, calor, educación y todo lo que no tienen hoy los niños abandonados. Nos llenamos la boca con “los niños primero”, pero sepan ustedes que no todas las familias se constituyen de un padre y una madre. Hay muchas madres que no son buenas y muchos padres que no son buenos, pero lo importante es que el corazón sensible de un niño merece que aprobemos esto y avancemos mucho más.

Dan lo mismo los números; estamos absolutamente retrasados en lo que requieren los niños, niñas y adolescentes en lo relativo a adopción y seguimiento del amor en sus vidas.

He dicho.

-Aplausos.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Marcia Raphael .

La señora RAPHAEL (doña Marcia).-

Señor Presidente, doce años lleva este Congreso tratando de sacar adelante una reforma integral al sistema de adopción que permita resguardar los derechos de nuestros niños y adolescentes y lograr que aquellos que, lamentablemente, no pueden permanecer con su familia biológica obtengan bienestar. Una buena reforma al sistema de adopciones puede proporcionar a esos menores un entorno familiar estable y amoroso, fundamental para su desarrollo emocional, social y psicológico.

Uno de los preceptos más importantes que conlleva esta iniciativa es que durante el proceso de adopción los niños y adolescentes tengan siempre el derecho de ser oídos, tengan derecho de representación jurídica, búsqueda de sus orígenes y -algo muy importante- derecho a nacer en familia.

Acá quiero que pensemos y valoremos la importancia que tiene la familia como núcleo fundamental de la sociedad, porque sin ella cualquier tipo de desarrollo es absolutamente imposible.

Si hay un punto que se le puede criticar a la legislación actual es lo relacionado con los plazos excesivos. Las estadísticas son claras: un proceso de adopción en Chile puede demorar hasta ocho años, poniendo en muchas ocasiones en riesgo los derechos de los niños que merecen y necesitan dignidad en la búsqueda de un nuevo hogar.

Con esta futura ley en marcha se espera que un proceso de adopción pueda demorarse como máximo dos años, lo que es muy favorable.

En este proyecto queda plasmado algo fundamental, que es que el derecho de adopción pertenece únicamente a los niños y que siempre prevalecerá el interés superior del niño o adolescente, permitiendo también a las familias de acogida solicitar la adopción de un menor a cargo, siempre y cuando la permanencia del menor en dicha familia haya superado los dieciocho meses.

Hoy es importante la aprobación de la iniciativa, porque nos va a permitir avanzar en materia de infancia y en los derechos de los niños, y saldar la tremenda deuda que tenemos los políticos en temas tan sensibles e importantes como la ley de adopciones.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Helia Molina .

La señora MOLINA (doña Helia).-

Señor Presidente, los niños, niñas y adolescentes tienen el derecho a lograr su óptimo potencial de desarrollo. Para eso es necesario que ellos reciban la atención, el amor, la protección y la estimulación necesaria en lo cognitivo, en lo psicológico y en lo social. Desgraciadamente, hay muchos niños, niñas y adolescentes que no tienen esa oportunidad, porque sus padres tienen problemas y no los pueden atender.

El Estado debe ser garante de los derechos. Para eso se requiere un marco conceptual adecuado y basado en evidencia, porque el que existe hasta hoy tiene múltiples carencias: largo tiempo del proceso y falta de integralidad en la institucionalidad. Todo proceso relacionado con la infancia debe tener carácter de urgente, ya que es el período de mayor actividad cerebral y la más grande ventana de oportunidad para su desarrollo.

La reforma integral al sistema de adopción en Chile ingresó en el año 2013. Esta reforma por fin puede convertirse en ley gracias a que el gobierno la calificó con urgencia de discusión inmediata.

Durante estos años el proyecto ha sufrido una serie de modificaciones y se ha adecuado a los cambios, sobre todo para entregar herramientas a los padres para reforzar sus capacidades para criar a sus hijos y, si esto no es posible, acortar al menos en un 75 por ciento los tiempos del proceso de adopción, reforzando los tribunales de familia y fortaleciendo los equipos.

La iniciativa busca privilegiar la evaluación de las familias adoptantes, cualquiera sea su composición -aquí se ha hablado mucho de aquello-. La evidencia internacional demuestra que las necesidades de la infancia no guardan ninguna relación con el tipo de familia, es decir, si esta es homoparental o de distinta configuración, siempre y cuando quien adopte cumpla con las condiciones para entregar amor, cuidado y estímulo, entre otros elementos. Hay estudios que, poniendo en el centro el bien superior del niño, comparan las familias homoparentales con las familias no homoparentales o clásicas, y no se ha visto ninguna diferencia en la estabilidad de la familia, en el desarrollo del niño o en el amor del niño hacia sus padres adoptivos.

Algo muy importante es que las familias de acogida también podrán tener la posibilidad de adoptar. Esto es muy humano, ya que muchas familias tienen a los niños hasta cuatro años y después no los pueden adoptar, en circunstancias de que se ha desarrollado un tremendo lazo afectivo.

Este proyecto paga una deuda pendiente que, sin duda, ha significado un daño para muchos niños, niñas y adolescentes. Si bien entiendo que hay recursos asignados para el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, y para los tribunales de familia, eso no aparece en el proyecto. Esto es algo que hay que asegurar, ya que los niños merecen toda la atención y los recursos necesarios para asegurar su interés y su derecho a tener una familia, a ser amados, cuidados…

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Ha concluido su tiempo, señora diputada. Tiene la palabra el Diputado Henry Leal .

El señor LEAL.-

Señor Presidente, creo que el proyecto que hoy estamos discutiendo es de la mayor relevancia, porque hablamos de niños que muchas veces son abandonados y que tienen el derecho a tener una familia que los cobije, que les dé cariño, que les dé amor, que los eduque y que los haga personas útiles para la sociedad.

La actual ley de adopción es un verdadero desastre: procedimientos judiciales interminables y la susceptibilidad de adopción muchas veces demora años. Habiendo familias disponibles para adoptar a esos niños, simplemente los privamos de ese derecho.

Por eso, nosotros vamos a concurrir con nuestro voto a favor. Creemos que es un tema de humanidad. Debemos tener siempre presente que, sobre todo, está primero el derecho de los niños a tener una familia. Necesitamos una ley de adopción moderna, ágil, que se centre en los niños y no en la burocracia del Estado o la desconfianza. Hay niños que están esperando ser adoptados y también padres y madres que quieren adoptar, pero hoy la ley les exige trámites absolutamente burocráticos, que tardan demasiado tiempo. Por eso, vamos a respaldar este proyecto, por el bien superior de los niños.

Por supuesto, uno siempre quisiera más mejoras, pero lo más relevante es que estamos dando un paso trascendental para hacer una ley moderna, pensada en los niños más que en los adultos, por su derecho a tener una familia.

Anuncio que votaré a favor.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Karol Cariola .

La señorita CARIOLA (doña Karol) .-

Señor Presidente, saludo a las ministras y a las demás autoridades presentes.

Quiero relevar este proyecto de ley, porque pone en el centro la vida y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país, los cuales, tal como aquí se ha dicho por todos quienes han intervenido, merecen el mejor de los futuros. Cualquier acción que este Congreso Nacional lleve adelante debe priorizar su bienestar.

Celebro que estemos llegando a la instancia de una reforma integral al sistema de adopciones, un proyecto que ha sido una prioridad para muchos de nosotros y nosotras, pero que recién está viendo la luz después de muchos años.

Como aquí se ha dicho, este proyecto ha estado en tramitación en el Congreso desde el año 2013. Tuve la posibilidad de participar en su primera tramitación en la Comisión de Familia. La verdad es que lo hicimos, como dijo la colega Carolina Marzán , con mucho cariño y responsabilidad. En ese momento lo hicimos con la intención de que el proyecto avanzara rápido, pero estuvo tantos años durmiendo en el Senado que llega a dar vergüenza. Muchos se llenan la boca hablando de la prioridad de los niños y niñas, y de que estos están primero en la fila. Sin embargo, cuando se trata de tomar medidas para encontrar caminos para que esos niños y niñas tengan una familia, para que aquellos que están institucionalizados, que no es la mejor opción, puedan tener un núcleo que los proteja, los ame y les entregue amor, finalmente, no se avanza.

Este es un proyecto que representa un avance estructural y necesario no solo para el sistema de adopciones, sino también para la dignidad de la vida de niños, niñas y adolescentes que muchas veces son postergados. La adopción es más que un proceso legal. Es la esperanza, es el derecho a vivir en familia y es la dignidad que se entrega a todos los tipos de familia, sin distinciones.

Aquí se ha dicho que detrás de esto hay un objetivo ideológico, pero el único sesgo ideológico es el que tienen aquellos que no ven que las familias son diversas, que la realidad de nuestro país es que hay muchos niños y niñas que viven con dos padres, con dos madres, con una madre o con un padre. Eso no lo podemos negar. No por ese sesgo ideológico de algunos o algunas vamos a frenar la posibilidad de que los procesos de adopción sean más ágiles. Necesitamos mayor agilidad y mayor compromiso por parte del Estado para que los niños y niñas que hoy están institucionalizados tengan, de una vez por todas, una familia. Que este tipo de diferencias no frene estos procesos legislativos.

Hemos llegado al final de un largo procedimiento, de varios años, para que por fin se ponga en el centro el interés superior de los niños y niñas, para que tengan una familia y para que el proceso de adopción sea lo más ágil posible, porque eso es lo que está detrás de este proyecto: buscar el camino para que nuestros niños, niñas y adolescentes tengan el amor que necesitan en un núcleo familiar. Eso depende de cómo votemos el día de hoy.

Hago un llamado para aprobar la reforma integral de adopciones.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Ana María Bravo .

La señora BRAVO (doña Ana María).-

Señor Presidente, indudablemente, la adopción es un acto de amor y una oportunidad para que muchos niños, niñas y adolescentes reciban amor en su formación y en su crecimiento.

La normativa actualmente vigente que regula este sistema en nuestro país data de 1999. Desde entonces, nuestra sociedad ha experimentado profundos cambios. La composición de las familias ha evolucionado, como también la forma en que entendemos y abordamos la infancia.

En aquellos años, el enfoque predominante era adultocéntrico, de modo que las opiniones de niños y niñas no eran consideradas, ni tampoco estos eran vistos plenamente como sujetos de derecho. En muchos casos, su voz no era escuchada ni tomada en cuenta de manera suficiente. A eso se suman deficiencias estructurales que aún persisten en el sistema, procedimientos paralelos que no se comunican entre sí, falta de trabajo con las familias de origen, intervenciones sin plazos definidos que perpetúan el daño, y una importante incerteza jurídica que, con frecuencia, lleva a la revictimización de niñas, niños y adolescentes.

El proyecto de ley que hoy discutimos busca establecer y hacerse cargo de esas falencias, centrando su propuesta en el interés superior del niño.

Entre sus principales innovaciones destaca la creación de la etapa de revinculación familiar, que reemplaza el obsoleto procedimiento de susceptibilidad de adopción. Esta nueva etapa se incorpora al procedimiento de protección, integrando judicialmente la trayectoria de niños, niñas y adolescentes, estableciendo como foco prioritario el trabajo con la familia de origen. Esta orientación resulta clave para resguardar, ante todo, la integridad emocional y psicológica de las niñas y los niños involucrados.

Asimismo, el proyecto incorpora la posibilidad de establecer contactos posadoptivos entre la familia de origen, el niño, niña o adolescente, y la familia adoptante, atendiendo a las necesidades particulares de cada caso, su situación familiar y otras circunstancias significativas. Además, reconoce que conocer sus orígenes es un derecho fundamental para toda persona, porque saber de dónde venimos es parte esencial de la construcción de nuestra identidad.

Sin embargo, hay un aspecto que considero especialmente preocupante: la judicialización intensa de este modelo que se podría aplicar.

El proyecto contempla la participación de tribunales en prácticamente todas las fases del proceso, lo que podría ralentizar su implementación. En ese sentido, quiero recordar a otras parlamentarias con las que ingresamos, en agosto de 2023, el proyecto de ley que busca modificar diversos cuerpos legales para regular la representación jurídica de niños, niñas y adolescentes. Es muy importante contar con asesoría y acompañamiento de los abogados, con el fin de que tales procesos sean eficientes y efectivos, y de esa forma lograr que muchos niños y adolescentes cuenten con amor y formación…

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Ha concluido su tiempo, señora diputada. Tiene la palabra el Diputado Felipe Camaño .

El señor CAMAÑO.-

Señor Presidente, luego de más de diez años, vamos a votar este proyecto mediante el cual se pretende modificar el sistema de adopción en nuestro país, un sistema que necesita modificaciones debido a lo largo y tedioso que termina siendo para niños, niñas, familias de origen y adoptantes.

Sin duda, existen muchos problemas que debemos atender como sociedad respecto de este tema, pero el principal es eliminar el maltrato a nuestros niños.

En 2024, en Chile nacieron diariamente 371 niños y niñas en promedio. El mismo año, 429 niños y niñas fueron derivados directamente a tribunales, al Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, tras ser maltratados o vulnerados en sus familias; es decir, en Chile ingresan más niños al servicio de protección que los que nacen diariamente.

Tal situación puede llevarnos a muchas conclusiones, que no solo dan cuenta de la baja natalidad, sino también del abuso y del maltrato al que son sometidos los niños chilenos.

Esto es algo que va en aumento, ya que en tan solo cuatro años ha aumentado en un 72 por ciento la cantidad de niños menores de 2 años que son derivados desde tribunales a residencias del Estado por haber sido víctimas de maltratos. Esta es una realidad compleja, que hizo pública hace menos de una semana el director nacional del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, señor Claudio Castillo .

Frente a lo anterior, cabe hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué estamos haciendo por los niños de este país? ¿Qué estamos haciendo por sus derechos, sobre todo su derecho a vivir en una familia, y a ser amados y cuidados?

Por eso, proyectos como este deben ser aprobados, porque es importante que trabajemos en medidas que cuiden a nuestros niños y reduzcan sus tiempos de permanencia en el servicio de protección, y que el Estado pueda intervenir esa familia y crear condiciones que terminen con el abuso y el maltrato, porque tales problemas no se solucionan sacando a los niños de sus hogares, ya que sus hermanos estarán sometidos a los mismos maltratos.

Es importante que, como Cámara de Diputados, demos una señal y aprobemos este proyecto, que lleva en tramitación más de diez años. El hecho de que siga llenándose de burocracia nos impedirá rescatar a niños y niñas desde el servicio de protección.

Del mismo modo, debemos hacer lo posible para que esos menores tengan la oportunidad de vivir en un núcleo familiar seguro, que pueda entregarles todas las herramientas que necesiten para desarrollarse y ser felices.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Viviana Delgado .

La señora DELGADO (doña Viviana).-

Señor Presidente, esta reforma al sistema de adopción marca un antes y un después en la relación del Estado de Chile con su deber esencial de proteger a los niños, niñas y adolescentes.

Después de casi 12 años de tramitación parlamentaria, debemos reconocer que esta iniciativa avanza decididamente en colocar el interés superior del niño en el centro del sistema.

Durante demasiados años, Chile ha sido testigo del drama de miles de niños institucionalizados, atrapados en un sistema que ha fallado en garantizarles un entorno familiar seguro. Hijos e hijas del abandono, del maltrato, del abuso, de la pobreza estructural, y, frente a ellos, un Estado que ha sido lento, a veces indiferente, y en otras tantas ocasiones simplemente ha sido negligente.

Hoy tenemos la oportunidad de empezar a corregir parte de ese abandono. Destaco especialmente el hecho de establecer un plazo máximo de 12 meses para resolver si un niño podrá retornar a su entorno familiar, o si será declarado susceptible de adopción.

Personalmente, me habría gustado que ese plazo fuera aún menor, pero no podemos seguir condenando a nuestros niños al limbo institucional. También valoro profundamente el reconocimiento del derecho de niñas y niños a conocer su origen, su historia y su identidad.

Quiero ser enfática respecto de esta reforma: no servirá si no va acompañada de una implementación robusta, con financiamiento suficiente y fiscalización efectiva. Se requerirá capacitación para los equipos, voluntad política y una coordinación real entre todos los actores: tribunales, el servicio de protección, organismos colaboradores y familias de acogida.

Esta reforma busca resolver una deuda histórica que empezamos a saldar con miles de niños y niñas de nuestro país. Es hora de avanzar con celeridad, consenso y, sobre todo, responsabilidad.

Escuché que se dijo que una familia sólida es aquella compuesta por hombre y mujer. ¡No! Eso no es así. Una familia sólida es la que es capaz de dar amor, protección, educación, y de formar a una buena persona para nuestra sociedad.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Jorge Saffirio .

El señor SAFFIRIO.-

Señor Presidente, como se ha dicho, luego de más de diez años, hoy nos convoca discutir la reforma al sistema de adopciones en Chile, una reforma impulsada por el entonces Presidente Sebastián Piñera y que hoy, tras una larga tramitación, está ad portas de ser una realidad, lo que significa un avance importante en materia de adopción y derechos de la infancia.

Esta reforma al sistema de adopción es una propuesta esperada por muchos, y con justa razón. Hemos sido testigos de cómo los actuales procesos de adopción, marcados por burocracia excesiva y exigencias poco adaptadas a la realidad, suelen extenderse por meses e, incluso, años, terminando por frustrar a quienes desean formar una familia, pues el proceso no responde a tiempo, lo que termina por afectar los sueños de quienes desean entregar amor formando una familia, y también de los niños y niñas que con esperanza buscan quien los acoja y los ame.

Este proceso representa un paso importante en la consolidación del principio del interés superior del niño, principio que guiará la toma de decisiones en esta materia, pero que también irá de la mano de la reducción de los plazos en doce meses, cuestión que permitirá acelerar los procesos y lograr una adopción más efectiva y simple.

Sin embargo, hay cosas que me preocupan. Hace menos de tres meses, las corporaciones de asistencia judicial iniciaron una movilización debido a la gran carga de trabajo y a la falta de dotación de funcionarios, advirtiendo un eventual colapso del sistema. Lo anterior me preocupa, pues en este proyecto se propone la representación jurídica obligatoria de los niños, niñas y adolescentes, un mínimo básico, lo que podría quedar sin aplicación al haber una sobrecarga en el sistema. Esto dilataría aún más las solicitudes de adopción, pues, sin una representación adecuada, los procesos no pueden avanzar de manera oportuna y eficiente. Creo que el sistema puede funcionar con el financiamiento necesario y con la dotación de personal suficiente, pero el proyecto, como está presentado, no lo contempla.

No obstante, esta iniciativa es un avance importante, pues lo que está en juego es el futuro de miles de niños y niñas que hoy siguen esperando, algunos por años, que el sistema funcione y les permita acceder a lo que más añoran: una familia, un hogar y una identidad propia.

Por estas razones, hoy votaré favorablemente esta iniciativa, pues creo firmemente que no podemos ser indiferentes ante una realidad que nos interpela día a día. Chile necesita un sistema de adopción más transparente, más ágil y más eficiente, que ponga en el centro a la infancia y que deje atrás las trabas injustificadas que han marcado esta materia durante décadas.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Luis Sánchez .

El señor SÁNCHEZ.-

Señor Presidente, como en tantas ocasiones, este proyecto de ley trae cosas buenas y cosas malas. Por ello, como bancada republicana hemos decidido votar a favor esta iniciativa y en contra algunas de sus disposiciones.

El sistema de adopción tiene muchos problemas desde hace largo tiempo y los niños no pueden seguir esperando.

Cosas buenas: este proyecto de ley pone límites al proceso de revinculación familiar, para que los niños no permanezcan eternamente en el sistema de protección. Este es un problema que arrastramos desde hace mucho tiempo, y creo que es una de esas cosas que le ha hecho mucho daño a la vida de tantos niños.

Se ordena el procedimiento de adopción para que no sea tan burocrático, lo que es el verdadero problema de hoy. La verdadera razón por la cual las adopciones no avanzan es la burocracia, no la falta de adoptantes. Los números no mienten: hay más parejas, hombres y mujeres, buscando adoptar que niños declarados susceptibles. Así que hago la invitación a los colegas de la izquierda a que no mientan respecto de eso.

Se permite a las familias de acogida adoptar. Esto va a ser algo excepcional, pero creo que con ello se corrige una gran injusticia y se genera el punto de partida, quizás, para algo que también va a ayudar a muchos niños que permanecen en la incertidumbre por largo tiempo.

El artículo 43 reconoce concretamente el interés superior del niño y cuál debe ser la forma de considerar su opinión.

Sin embargo, el proyecto de ley también tiene problemas y hay que decirlo. En lo central, el problema es esa ideología que contamina todo, incluso algo tan básico como la protección de la infancia. Un niño no es un derecho para un adulto. Esto es una cuestión profunda, pero fundamental. Ese niño es un ser humano único e irrepetible; le debemos la máxima protección. Para un niño institucionalizado, tener un padre y una madre no es una cuestión teórica o ideológica; es un anhelo que brota de lo más profundo de cada uno de nosotros. La adopción no es una materia para la guerra ideológica entre unos y otros. No revictimicemos a los niños poniéndolos en medio de un forcejeo ideológico.

Espero que este proyecto de ley vaya a comisión mixta y que allí podamos volver a privilegiar el dar a los niños lo que perdieron: un padre y una madre.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado Andrés Longton .

El señor LONGTON.-

Señor Presidente, quiero celebrar que finalmente lleguemos a un buen resultado, acordado por amplia mayoría en el Congreso: la aprobación de este proyecto de ley, que viene a modernizar la adopción en nuestro país y a sacar de una institucionalización permanente a niños vulnerables que necesitan una familia.

Me parece fundamental el cambio que se genera a propósito de las familias de acogida, las que no tenían la oportunidad de adoptar, criar y formar un niño con el cual generaron lazos afectivos evidentes en el tiempo. Esa es una gran corrección que hace este proyecto, pues da la posibilidad y prioriza a aquellas familias que se la jugaron por tener un niño en su seno familiar, producto del amor y del sentido profundo de querer ser padres.

Bajar los plazos para generar la susceptibilidad de adopción es tremendamente determinante para que el interés de querer adoptar niños sea permanente, ya que después de determinada edad baja la posibilidad de que sean adoptados.

Quiero destacar el caso de la diputada Pamela Jiles , porque es una enseñanza clara no solo para el Congreso, sino también para muchas familias que eligieron la adopción como una vía para poder tener un hijo y, a través del amor, formarlo y desarrollar una familia. Conversando con ella, me contó las dificultades que tenía precisamente para poder ser familia de acogida o poder optar a la adopción de un menor de edad.

Me parece que bajar los plazos, no solo respecto de las intervenciones, sino también de las posibilidades de distintas familias de poder adoptar, es fundamental.

La prioridad de las familias chilenas también es importante. Es necesario el arraigo que tengan las familias, para que el niño no sea desplazado de su patria, de su nacionalidad y de su arraigo social y familiar. Esa priorización también me parece relevante.

Votaré favorablemente este proyecto de ley, que viene con mejoras evidentes desde el Senado, para lograr que cada vez más niños puedan ser adoptados por familias chilenas y por todos quienes quieran dar un cuidado como corresponde a tantos niños que lo necesitan, y para sacarlos de la institucionalidad que, lamentablemente, no ha dado el ancho respecto del cuidado de los niños en nuestro país.

He dicho.

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra la diputada Nathalie Castillo .

La señorita CASTILLO (doña Nathalie) .-

Señor Presidente, Chile arrastra una deuda histórica con nuestros niños, niñas y adolescentes jóvenes, especialmente con aquellos que fueron despojados de una familia o cuyas condiciones de vida los dejaron sin protección. Por años, diría décadas y décadas, muchos niños han permanecido en un limbo jurídico y también residencial, sin tener un hogar y una familia que los cuide.

Lo anterior es una realidad insostenible, en la que todas y todos tenemos responsabilidad como sociedad. No se trata de madres solteras ni de papás ausentes; es la ausencia del Estado, lo que no es algo nuevo, porque aquí cada cual resguarda su pega y su ideología sin pensar en la infancia. Es un drama que vivimos todos los días, incluso con este gobierno y con esta Cámara, porque cuántas y cuántos llevan dos o tres períodos y aún no se han visto avances en materia de infancia e institucionalidad; por el contrario, se han visto muchos retrocesos.

Los tres ejes de esta iniciativa creo que son muy positivos:

La adopción solo se activará cuando las vías de protección familiar hayan sido agotadas, lo que es casi la causal o lo que siempre sucede.

El interés superior del niño: garantizar que cada determinación judicial esté orientada al bienestar y al desarrollo emocional de las infancias, y a la no discriminación.

El proyecto elimina cualquier tipo de prelación que privilegie a familias heterosexuales, garantizando igualdad para parejas del mismo sexo, para parejas con unión civil e, incluso, para personas solteras, lo que me parece un gran avance si se pone en los estándares requeridos o correspondientes.

Con esta iniciativa se espera que exista menor tiempo en residencias, dado que duelen las residencias; evita largos años en los centros, que hoy por hoy no dan el ancho. Es más, son las mismas funcionarias y los mismos funcionarios de estos servicios los que, desde el anonimato, nos contactan -por su intermedio, Presidente, se lo digo a la ministra- y denuncian lo que existe en este sistema: la precariedad, la violencia, y la necesidad de un sistema más eficiente, coordinado y sensible a la vulnerabilidad infantil.

Cuando no hay familia, hay Estado. Espero que eso se cumpla, porque hoy día no se cumple a cabalidad y hay oídos sordos de parte de todos los sectores políticos, o al menos de quienes han estado gobernando.

Por último, la inclusión y la diversidad familiar, el amor y la crianza no tienen un modelo. Siempre se privilegia la protección de los niños y las niñas por sobre todo.

Esta reforma es una oportunidad histórica para que nuestro sistema tenga estándares internacionales respecto de los derechos de la infancia. Ella tiene un mandato moral de permitir que los niños vulnerados encuentren una familia definitiva, con amor, estabilidad y protección, y ojalá en el menor tiempo posible. No se debe jugar con los sentimientos de las personas que forman parte de estos sistemas.

Acá estamos hablando de humanidad, de amor y de la construcción de vínculos.

Presidente, esperamos que esta tramitación concluya con éxito y que sea no solamente el debate en este trámite, sino en toda la…

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Ha terminado su tiempo, diputada. Tiene la palabra el Diputado Héctor Ulloa .

El señor ULLOA.-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a la ministra Javiera Toro y a la subsecretaria Verónica Silva .

Lo que se discute hoy día en esta Sala no es cualquier proyecto de ley. Hablamos de una iniciativa que lleva más de una década de tramitación y que es una oportunidad concreta de cambiar vidas.

Este proyecto no solo modifica una normativa, sino que en general reemplaza una institucionalidad que ha sido lenta, fragmentada y, muchas veces, ciega al interés superior de niños, niñas y adolescentes.

La ley vigente ha condenado a miles de niños a pasar años atrapados entre distintos procedimientos judiciales, institucionalizados en el Estado, con decisiones contradictorias y sin certeza sobre su futuro. Eso no puede seguir ocurriendo.

Por eso, valoro que entre las modificaciones a esta ley se establezca un único proceso judicial, con plazos claros y con una mirada integral que acompañe la trayectoria del niño, desde la protección hasta la posibilidad de adopción, sin más fragmentación ni dilaciones absolutamente injustas y arbitrarias.

Además, quiero destacar que se ponga en el centro a los propios niños, niñas y adolescentes, poniendo énfasis en su derecho a ser escuchados y a conocer su historia.

Valoro profundamente que este proyecto abra las puertas a todas las formas de familia, porque lo que un niño necesita no es una estructura rígida, sino cuidado y un entorno seguro donde crecer.

Anuncio con convicción mi voto a favor. Legislar con sentido de urgencia es importante, pero legislar con humanidad lo es aún más. Además, ningún niño o niña debiera crecer sin sentido de pertenencia.

He dicho.