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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 17
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 355
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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DE EX DIPUTADO DON FERNANDO SCHOTT SCHEUCH.

Autores

El señor OJEDA (de pie).-

Señor Presidente, saludo a don Fernando y a doña Astrid Schott Stolzenbach, y a los demás familiares presentes en la tribuna.

Rindo homenaje y evoco la memoria de quien fuera un destacado hombre público y empresario del sur de nuestra patria, con virtudes y cualidades que le valieron el reconocimiento de la comunidad osornina y del país. Fue un líder natural y un servidor público por excelencia que amaba a Osorno.

Don Fernando Schott Scheuch nació el 28 de agosto de 1922, en Osorno. Hijo de Alberto Schott Schlicht y de Marta Emilia Scheuch Grebe , contrajo matrimonio, en 1952, con Ingrid Stolzenbach, de quien tuvo tres hijos: Fernando Rodolfo , Eduardo Ricardo y Astrid Irene . Padre y esposo ejemplar, formaba parte de una familia alemana que se enraizó en Chile, como muchas otras, y que consideró a nuestro país como su segunda patria o su patria verdadera.

Fue noble y agradable en el trato. Es la sencillez de los hombres grandes con virtudes visibles que los hacen especiales. Poseedor de un admirable bagaje cultural, de honorabilidad intachable y de aceptación y empatía ciudadana apreciable. Por ello, llegó al Congreso Nacional como diputado , por la vigésima tercera agrupación departamental de Osorno y Río Negro, para el período 1973-1977, con la primera mayoría individual, aunque por breve tiempo, porque vio interrumpida su labor debido al pronunciamiento militar o golpe de Estado, como se le quiera denominar, y la consecuente disolución del Congreso Nacional, el 21 de septiembre de 1973. En un período difícil, complejo, como fue ese año; época histórica que marcó el inicio de un frontal desencuentro entre los chilenos y el término o interrupción de nuestra institucionalidad democrática. No obstante, en la Cámara de Diputados, Fernando Schott , aunque en ese corto período, destacó por su aporte enérgico, valiente, generoso y muy respetuoso de sus adversarios políticos, teniendo siempre presente, por sobre todo, el bien de su patria y de su querida provincia de Osorno.

Formó parte de la Comisión de Minería y de la Comisión de Vivienda y Urbanismo. También integró Comisiones especiales, como las de acusación constitucional en contra de los ministros de Economía y del Interior , respectivamente. Asimismo, fue miembro de la Comisión investigadora sobre juntas de abastecimientos y precios.

Era su vida política agitada y dinámica que le exigía el medio social y político en que vivía, o las circunstancias históricas y políticas del momento. Militó primero en el Partido Liberal. Posteriormente, se inscribió en el Partido Nacional, del que fue su presidente , en Osorno. También aportó, en 1987, sus esfuerzos para fundar Renovación Nacional.

En su época universitaria, fue delegado de la Escuela de Economía de la Universidad Católica ante la Federación de Estudiantes de ese establecimiento.

Pero don Fernando era osornino. Realizó sus estudios secundarios en el Instituto Alemán de su ciudad natal, concluyéndolos en la Escuela Militar del General Bernardo O´Higgins, al egresar con el grado de brigadier subteniente de reserva del arma de Infantería.

Estudió en la Escuela de Economía de la Universidad Católica de Chile, donde se tituló de contador general y de ingeniero comercial, en 1946, pasando a integrar una de las primeras generaciones de ingenieros comerciales de esa casa de estudios. En forma paralela, estudió derecho durante dos años.

En su ciudad, Osorno , sirvió una serie de cargos: gerente comercial de la Compañía Molinera Schott S.A.; presidente de la Compañía de Seguros La Centinela S.A.; director de la Sociedad Industrial Stolzenbach; fundador y presidente del directorio de la Corporación de Beneficencia de Osorno, Clínica Alemana , y presidente del Club Deportivo Olimpia . Además, integró el directorio de la Iglesia Luterana y del Instituto Alemán y fue socio honorario del Club Alemán de Osorno y socio distinguido de la Corporación Centro Estudiantil Universitario Araucanía.

Por su destacada contribución a la comunidad chileno-alemana, recibió la Medalla Carlos Andwandter , máxima distinción otorgada por la Liga chileno-alemana.

En el ámbito empresarial, desempeñó el cargo de gerente general la Asociación de Molineros de Chile y de gerente general de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa , y en el de la gestión pública, colaboró con el Ministerio de Obras Públicas, en Santiago. Cultivó, a la par, una larga carrera diplomática. En 1979 fue nombrado cónsul honorario de la República Federal de Alemania, en Osorno. Posteriormente, el gobierno de Chile lo nombró cónsul general en los estados de Baviera y Badem-Würtemberg, con asiento en Munich, Alemania, cargo que ejerció durante tres años con rango de embajador.

Fue en Osorno, sin embargo, donde don Fernando manifestó sus virtudes cívicas. Fue allí donde representó sus ideales, desarrollando su opción política, y creció como empresario. Fue un notable referente en la interpretación política y un dirigente creativo y activador en diferentes áreas, empresas y frentes, con preferente preocupación por nuestros agricultores y por el agro chileno.

En su álgida vida política y parlamentaria, Osorno y el país estaban convulsionados con la violencia política. Osorno se transformaba en una ciudad distinta, ajena a sus costumbres y a su idiosincrasia, como sacada de esos libros que cuentan historias muy extrañas. Aquella ciudad conservadora y apacible, ya no era tal; sus valores se entrelazaban y cada vez adquirían mayor relatividad e inconsistencia.

Se hablaba de un doble quebrantamiento, el del estado de derecho y el del imperio de la juridicidad, bases de nuestra convivencia, como lo decía él, un 20 de junio de 1973, en la Cámara de Diputados, contra los conceptos de transformación histórica o de revolución que, por otro lado, se hacían valer. Se decía que la crisis política, económica e institucional de Chile llegaba a un punto tan dramático, que hacía peligrar nuestro destino como nación y nuestra supervivencia como democracia política.

Don Fernando vivió el auge de su actividad política en esos años difíciles y supo barajar todas las contingencias y enconos del momento, sin alterar la dirección de su camino recto, transparente y vigoroso que le daban el ejercer su verdad y sus valores, que fueron reales aportes.

El sur de Chile, Osorno, lo recuerda y lo valora. Por eso, estas palabras que representan un sentir profundo y verdadero de un osornino de corazón.

Don Fernando , su nombre y sus ideales no quedarán en el silencio ni en el olvido, ni permaneceremos indiferentes ante su triste e irreparable partida. Mi ciudad, mi región y mi país le agradecen su gran aporte.

He dicho.

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