Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Especial N° 40
- Celebrada el 05 de abril de 2005
- Legislatura Extraordinaria número 352
Índice
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El señor
Señor Presidente , Excelentísimo señor Nuncio Apostólico , autoridades eclesiásticas, sacerdotes, religiosas, seminaristas, Honorable Sala, señoras y señores, queridos jóvenes:
La Humanidad está de duelo: ha fallecido Su Santidad Juan Pablo II , " Juan Pablo El Santo" o " Juan Pablo El Grande", como ya lo denominan algunos.
Hoy, como no había ocurrido nunca en toda nuestra historia, debido a su carisma y a la masividad y universalidad de los medios de comunicación, el mundo entero llora la partida de uno de sus hijos predilectos. Hombres, mujeres y niños de todas las razas, de todas las confesiones religiosas o ideologías políticas, lamentan su muerte.
Los socialistas, como todos los chilenos, nos inclinamos respetuosamente ante Juan Pablo II a la hora de su viaje eterno. Él, sin ninguna duda, ha sido y seguirá siendo uno de los personajes más relevantes de fines del siglo XX e inicios del XXI.
Señor Presidente , como todo personaje público, Juan Pablo II ha tenido y tendrá detractores y admiradores. Dejemos que el tiempo haga su trabajo. Será tarea principalmente de historiadores y teólogos, una vez transcurridos los años, hacer ver a los hombres con más objetividad y serenidad lo que fue y lo que hizo. Sin embargo, ahí están sus encíclicas, sus documentos, sus intervenciones.
Hoy los socialistas queremos recordar y rendir homenaje a Juan Pablo II , el Papa peregrino, quien hizo uno de los objetivos de su apostolado "llevar el Evangelio a los confines de la tierra" y lo consiguió visitando más de 130 países. Para él, lo importante, lo decisivo, era hacer sentir su presencia en el mundo; estar junto a los peregrinos, a los desposeídos, a los que profesaran o no profesaran la fe católica. Ni las guerras, ni los riesgos a su vida, ni los dictadores pudieron detenerlo.
Queremos recordar al Papa tolerante que impulsó la reconciliación entre las diversas iglesias cristianas; que con respeto buscó el entendimiento con otras religiones, y que, incluso, alargó su mano para implementar un diálogo con los no creyentes, ya que a todos los consideraba, en última instancia, hijos de Dios.
Queremos recordar al Papa que pidió perdón por los excesos cometidos por algunos de los miembros de la Iglesia a lo largo de la historia, y especialmente durante la Inquisición, o bien, por la débil actuación de ella ante el holocausto del pueblo judío.
Queremos recordar al Papa que constantemente se opuso a la guerra y que no calló en dicho afán, como lo hizo hace poco con motivo del conflicto con Iraq.
Queremos recordar al Papa que puso especial énfasis en los jóvenes, a quienes llamó a vivir en esperanza e invitó a construir un mundo mejor a través del único medio posible: el amor.
Queremos recordar al Papa que, en un mundo donde el dios del dinero y el éxito fácil son para muchos un valor sagrado, nos llamó a impulsar una economía de la solidaridad, pues "los pobres no pueden esperar".
Queremos recordar al Papa que nos invitó, una y otra vez, a guiarnos por principios y valores.
Queremos recordar al Papa que, reconociendo nuestras faltas, nos instaba a no renunciar nunca al camino de la santidad.
Señor Presidente:
Juan Pablo II , según quienes estuvieron junto a él, tenía especial cariño por Chile y su gente, motivo por el cual no estuvo ajeno a los avatares que sufrió nuestro país en su historia reciente.
A modo de ejemplo, recordaré dos situaciones donde la actuación de Su Santidad revistió importancia decisiva para nuestra nación.
En primer lugar, su intervención decidida, apenas iniciado su pontificado, con el fin de impedir una guerra fratricida con nuestros hermanos argentinos en 1978. Frente a este hecho, uno no puede dejar de preguntarse cuántos de nuestros compatriotas habrían muerto si Juan Pablo II no hubiese mediado entre Chile y Argentina. ¡Cuánto dolor evitó!
¡Gracias, Juan Pablo II , porque dijiste "sí a la vida" y "no a la muerte"!
En segundo término, su visita a nuestra patria en abril de 1987, cuando el Mensajero de la Paz y de la Vida enfrentó a la cultura de la muerte que existía en nuestro país y nos invitó a sumarnos a la Cultura de la Vida con su frase "El amor es más fuerte".
Si bien es cierto que la visita del Papa a Chile tenía un claro sentido y sello evangelizador, no podemos desconocer que produjo innegables implicancias en los planos económico, político y social, que ayudaron a que más chilenos tomaran clara conciencia de la necesidad de que nuestra nación retornara a sus tradiciones históricas, como país con vocación de entendimiento y no de enfrentamiento.
Señor Presidente , si hay algo notable en Juan Pablo II, es que no sólo decía las cosas con claridad y fuerza cuando las creía justas y necesarias, sino que además poseía una cualidad muy suya: su enorme capacidad de hablar a través de gestos.
¡Cómo no recordar que cada vez que visitaba un país se arrodillaba para besar su suelo!
¡Cómo no recordar cuando se quedaba orando largamente!
¡Cómo olvidar cuando abrazó, una y otra vez, a Carmen Gloria Quintana , quemada por una patrulla militar!
¡Cómo no recordar que al pisar el Estadio Nacional lo calificó como un "lugar de muerte" e hizo en su pasto la señal de la cruz!
¡Cómo no recordar que en el parque La Bandera ofició la misa con la Biblia del asesinado sacerdote André Jarlan!
¡Cómo olvidar cuando invitó a la Nunciatura a diferentes dirigentes políticos opositores a la dictadura militar!
Tal como ha señalado el Cardenal Francisco Javier Errázuriz , "sólo con la distancia que dan los años valoraremos lo que el Papa hizo por Chile".
Señor Presidente, Honorable Sala, para finalizar, los socialistas queremos decir:
¡Descansa en paz, Juan Pablo II , que tu misión en la Tierra la cumpliste largamente! ¡Descansa en paz, pues millones de hombres y mujeres seguiremos trabajando por construir una sociedad más justa y solidaria, porque, tal como lo reiteraste hasta el cansancio, tenemos clara conciencia de que los pobres no pueden esperar!
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).