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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Especial N° 35
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria número 343
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Intervención
RESULTADOS DE LA RECOPILACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE DETENIDOS DESAPARECIDOS. Proyecto de acuerdo.

Autores

El señor PALMA (don Andrés).-

Señor Presidente, en realidad, el tiempo previo corresponde no sólo a la Democracia Cristiana, sino también a todos los parlamentarios de la Concertación y, además, a algunos de la Oposición que suscribieron la convocatoria a esta sesión.

El país ha sido impactado por el informe entregado por las iglesias, las Fuerzas Armadas y Carabineros para conocer fundamentalmente el paradero de los detenidos desaparecidos.

Es muy importante lo que ocurrió el 5 de enero pasado. Por primera vez, quienes tuvieron la responsabilidad del gobierno de Chile, quienes tuvieron la autoridad administrativa del país entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, han entregado una información, que se puede resumir en lo siguiente: “Sí, es cierto, los detuvimos; sí, es cierto, estaban detenidos y los matamos; sí, es cierto, hicimos desaparecer los cuerpos”. No cabe colegir otra interpretación de la información que han proporcionado.

Es un gesto que honra a quienes han entregado esta información, así como deshonra a quienes mataron e hicieron desaparecer a estas personas; honra a quienes, después de mucho tiempo y de enfrentar la verdad, han aceptado reconocerla. Es un gesto de valentía de quienes son responsables de las instituciones que han dado a conocer esta información, así como fue un gesto de cobardía haberla negado durante tanto tiempo. Ese es el contraste en que vivimos y en el que hemos vivido durante mucho tiempo: algunos negaban la verdad, otros la buscaban; algunos decían: “Todo esto es mentira”, y otros golpeaban puertas, recurriendo a los tribunales. El resultado final, después del 5 de enero, ha sido que quienes han negado la verdad durante más de 25 años, hoy la reconocen. Sin embargo, quisiéramos que la reconocieran muchos más. “Henry Torres tenía 16 años, era soltero, trabajaba como peoneta en Iquique. No tenía militancia política.

“Fue detenido en Iquique en el mes de julio de 1974 por efectivos militares, que lo trasladaron al campamento de prisioneros de Pisagua. Desde entonces, se desconoce su paradero”. Esto dice el informe Rettig , de la Comisión de Verdad y Reconciliación. Alguien en el Ejército, en la Marina, en la Fuerza Aérea o en Carabineros dijo que Henry Francisco Torres Flores, sin militancia, fue detenido el 1º de julio de 1974 y asesinado ese mismo día, y que sus restos fueron entregados al Servicio Médico Legal, afirmación ésta cuya veracidad desconocemos.

Hasta hoy no se han encontrado los restos de Henry Torres, como tampoco los de Manuel Heriberto Araya Zavala , casado, pescador artesanal radicado en Iquique. Fue detenido en la noche del 5 de octubre de 1973, tras haber sostenido un altercado en una botillería cercana a su domicilio. La dueña de ese establecimiento lo acusó de comunista y llamó a los militares. Después de la discusión, Manuel Araya regresó a su hogar; sin embargo, a los pocos minutos llegó a la casa una patrulla militar que la allanó y lo llevó arrestado. Durante tres días, permaneció en calidad de incomunicado en el Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique. Al cuarto día, fue trasladado a Pisagua. Desde allí mandó varias cartas a su esposa; la última, fechada el 7 de noviembre de 1973. Como la familia perdió todo contacto con él, una hermana del afectado concurrió a la VI División del Ejército y se entrevistó con el general Carlos Forestier , comandante de esa división. Este le exhibió un libro, en el que Manuel Araya Zavala firmaba su libertad desde el campo de prisioneros de Pisagua. El diario “El Tarapacá”, de Iquique, señaló que Manuel Araya Zavala fue trasladado al campamento militar de Pisagua el 25 de octubre de 1973, donde permanecería cito al diario “hasta que terminaran las investigaciones que permitan establecer si existen motivos para proceso”.

El nombre de Manuel Heriberto Araya Zavala es el primero de la lista entregada por las Fuerzas Armadas y Carabineros. Dicen que fue detenido el 5 de octubre, tal cual consta en todos los antecedentes; que fue muerto ese mismo día, y sus restos, entregados al Servicio Médico Legal. Los restos de Manuel Heriberto Araya Zavala aún no aparecen. Las cartas existen y están fechadas hasta el 7 de noviembre de 1973. Compañeros de detención subieron, junto con él, a un camión en el campamento de Pisagua. Manuel Lai , un ex prisionero, informó que el afectado venía en camino en el próximo camión con detenidos liberados, procedentes de Pisagua. No llegó nunca a Iquique. Hoy, con una fecha errada, que no es la verdadera; con un lugar donde tal vez no estén sus restos, se reconoce por los responsables que Manuel Araya fue asesinado. Podríamos seguir revisando la lista. Juan Fernando Ortiz Letelier fue detenido por civiles el 15 de diciembre de 1976 en las cercanías de plaza Egaña , junto a Waldo Ulises Pizarro .

Entre el 29 de noviembre y el 20 de diciembre de 1976 fueron detenidas trece personas. Los procedimientos que se utilizaron para detenerlos guardan semejanzas entre sí: sus arrestos se realizaron en la vía pública; el grueso de las detenciones se efectuaron el 15 de diciembre de 1976. Oficialmente, el Gobierno militar informó que prácticamente todos registraban salida de Chile a Argentina, entre fines de diciembre de 1976 o principios de enero de 1977. Entre ellos estaban Fernando Alfredo Navarro Allende , Lincoyán Yalú Berríos Cataldo , Horacio Cepeda Marinkovic , Luis Segundo Lazo Santander , Juan Fernando Ortiz Letelier y Héctor Véliz Ramírez .

Tenemos esperanza de que sus restos estén sepultados en la cuesta Barriga . Hoy, alguien ha dicho que se encontraron restos; no sabemos si son restos humanos o no lo son, y si lo fueran, si pertenecerían a ellos o no.

Waldo Ulises Pizarro Molina fue detenido junto con Juan Fernando Ortiz Letelier ; sin embargo, no figura en la lista de los cuerpos que se dice están enterrados en la cuesta Barriga . Sorprendentemente, todos fueron, de acuerdo con el informe, muertos en el mismo día, pero Waldo Ulises Pizarro Molina fue arrojado al mar; el resto fue sepultado en la cuesta Barriga . Nada se dice en el informe de Reinalda del Carmen Pereira Plaza. Ella estaba embarazada a la fecha de su detención. Nada se ha dicho sobre su destino ni sobre el hijo que llevaba en su vientre.

El informe que han entregado las Fuerzas Armadas nos ayuda a enfrentar la verdad. Es, probablemente, el gesto más importante que han hecho para ayudar a la reconciliación nacional; pero, sin duda alguna, la información que entregan, simplemente, no es posible de ser avalada. Hay casos como el de Manuel Araya , que aparece muerto el mismo día de la detención, lo que no fue así. Hay otros, como el del famoso conscripto Michel Selim Nash , en Iquique, respecto del cual se anunció que se había fugado con cinco personas: Juan Jiménez , Luis Alberto Lizardi , Marcelo Omar Guzmán , Nolberto Cañas , Juan Calderón . Fueron muertos; se informó a las familias que estaban enterrados en el cementerio de Pisagua, que habían recibido cristiana sepultura. Ahora, el Ejército desmiente la carta enviada por el general Carlos Forestier, y dice: Cañas , Jiménez y Nash fueron arrojados al mar; pero nada dice sobre Calderón , Guzmán y Lizardi. ¿Qué explicación tiene esto? Seis personas sobre las cuales el Ejército informa que fueron sepultadas cristianamente, pero no se entregaron los cuerpos. Hoy dice: tres fueron echadas al mar, y de las otras tres no se sabe.

El Ejército reconoce la muerte de Pablo Gac Espinoza y de Rubén Guillermo Cabezas Pares, acaecida aquí cerca, en Concón. Según la información oficial, ellos habían logrado huir; pero resultaron muertos Víctor Enrique Fuenzalida , Manuel Hernán Hurtado , Osvaldo Manzano , Julio Loo , Ángel Díaz y Hugo Aranda . Los fugados Gac y Cabezas fueron muertos y arrojados al mar en Concón. Durante años, sus familiares los han buscado.

Más dramático resulta encontrar en las nóminas del Ejército los casos de Nilda Patricia Peña Solari y Mario Fernando Peña Solari . Las fechas del informe del Ejército coinciden. Ellos fueron detenidos el 9 y 10 de diciembre de 1974 y, según el Ejército, fueron muertos el 12 de diciembre de 1974, a manos de la Dina. En esa fecha se perdía su paradero en un lugar ubicado en la comuna de Macul, llamado “la venda sexy”, un centro de tortura. Ellos son dos de 119 chilenos que aparecieron en una lista como que habían salido del país; todos, buscados por sus familiares por haber sido detenidos y encontrarse desaparecidos. Y en dos publicaciones, inventadas en Brasil, O’Día y Lea, se decía que militantes del MIR, habían muerto en enfrentamientos en Argentina. Hoy las Fuerzas Armadas reconocen su destino.

¡Cómo quisiéramos que quienes se hicieron eco en nuestro país de esas declaraciones de prensa, hoy reconocieran, primero, que era mentira; después, que se hicieron eco de una mentira, y pidieran perdón!

El señor JEAME BARRUETO (Presidente).-

Ha terminado su tiempo, señor diputado.

El señor PALMA (don Andrés).-

Señor Presidente, voy a terminar con cargo al tiempo de mi Comité. ¡Cómo no pedir una aclaración al senador de la UDI, Sergio Fernández , quien el 16 de junio de 1978, dijo: “Frente a la nómina de presuntos desaparecidos a que actualmente se ha reducido el problema, declaro categóricamente que el gobierno no tiene antecedentes que comprueben la detención de ninguna de estas personas. Por lo cual, rechaza en forma tajante la sugerencia de que ellos podrían estar detenidos ocultamente por las autoridades”. Y después los descalifica.

No es por hurgar, señor Presidente. Sergio Fernández fue ministro del Interior entre el 12 de abril de 1978 y el 21 de abril de 1982, y, con posterioridad, entre el 7 de julio de 1987 y el 20 de octubre de 1988. Siendo ministro del Interior, desaparecieron en el país Fermín del Carmen Martínez Rojas , en Curicó; Hipólito Zúñiga Adasme y Pablo Rodríguez Leal , detenidos en avenida Departamental, en Santiago; Óscar Eliecer Rojas Cuéllar , en Santiago; José Julián Peña Maltés, Julio Orlando Muñoz Otárola , Gonzalo Iván Fuenzalida Navarrete , Manuel Jesús Sepúlveda Sánchez , Alejandro Alberto Pinochet Arenas , detenidos por la Central Nacional de Información en Santiago.

Las Fuerzas Armadas han reconocido su responsabilidad, ¿por qué no la reconoce el senador Fernández?

Aquí hay responsabilidades y cada uno debe asumirlas de cara al país, tal como lo han hecho los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.

¿Por qué Rodolfo Stange, quien fuera director general de Carabineros desde 1985 y que hoy es senador de la República, no reconoce su responsabilidad como alto mando de Carabineros y entrega la información que debe poseer sobre Carlos Contreras Maluje , José Weibel y Carol Flores ?

No es aceptable que algunas personas guarden silencio. Tampoco lo es que las autoridades civiles del gobierno militar que hoy ocupan cargos políticos, no respondan por todos los oficios que se les envió como ministros del Interior, como subsecretarios del Interior, como subsecretario general de Gobierno, respecto de los cuales contestaron no saber nada. Como, por ejemplo, la declaración de Alberto Cardemil , colega de esta Cámara, en la que el 7 de octubre de 1987, cuando probablemente José Julián Peña , Julio Muñoz , Gonzalo Fuenzalida , Manuel Sepúlveda y Alejandro Pinochet aún estaban vivos, dijo: “Están sumergidos”. “El subsecretario del Interior ayer afirmó que la desaparición de cinco comunistas se debería a un “sumergimiento”, que describió como una técnica utilizada por ese partido”. Hace un tiempo, aquí escuchamos decir a Alberto Cardemil que como subsecretario del Interior había cometido errores. Ahora debería ayudar a entregar información, porque tiene que haberla tenido.

¿Se puede aceptar que el senador Sergio Díez guarde silencio, en circunstancias de que, como embajador del gobierno de la época ante las Naciones Unidas, informó que las nóminas de detenidos desaparecidos que poseían los organismos internacionales eran falsas? ¿Qué puede decir hoy, cuando en las listas entregadas por las Fuerzas Armadas aparecen Lincoyán Berríos , Waldo Pizarro , Horacio Zepeda , Luis Lazo , Héctor Véliz , detenidos junto a Reinalda Pereira y Edras Pinto , en circunstancias de que informó que habían salido del país caminando por el paso Las Cuevas, el 6 de enero de 1977?

Tampoco son aceptables las explicaciones dadas por gente que dice: “No sabíamos nada”. Ya en 1978, después de la huelga de hambre de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, todos los chilenos sabíamos de estos hechos.

Pero hay dirigentes de la UDI que sabían lo que pasaba. Muchos de nuestros colegas dan fe, en forma reiterada, de su cercanía, de su estrecha comunicación con el trágicamente fallecido senador Jaime Guzmán . La muerte de Eugenio Ruiz-Tagle, ejecutado en Calama, fue informada en detalle a Guzmán, quien hizo posible que su cuerpo tuviera sepultura, ya que fue el único de todas las víctimas de Antofagasta que fue entregado a su familia. La madre de Eugenio Ruiz-Tagle fue quien contó a Guzmán cómo encontró el cuerpo. Las heridas y las huellas terribles, que revelaron que no había sido fusilado, sino que había muerto producto de los cortes infligidos por corvos.

No es aceptable que digan que no supieron de la represión, de las cárceles secretas, de ese sistema que requirió miles de recursos, cuantiosísimos fondos, para ser sostenido, que fueron aportados por instituciones que dirigían algunos de estos dirigentes; por empresas del Estado, en las cuales participaban muchos de ellos como administradores; por oficinas públicas que eran dirigidas por ellos, como está acreditado en procesos que se siguen en los tribunales de justicia. ¿Cómo no recordar que hay un caso de un detenido desaparecido que fue entregado por el hoy senador de la República por la circunscripción Santiago Oriente, don Carlos Bombal ?

Señor Presidente, la verdad es mejor que la mentira. Enfrentar la verdad duele. Estoy seguro de que las Fuerzas Armadas, al hacer la revisión de los informes que recibieron, se enfrentaron con una verdad dolorosa. Pero todavía tienen mucho más que aportar. Deben entregar la información que aún falta; deben estar dispuestos a verificar en forma pública la información contradictoria que se ha entregado. Es muy importante que todos quienes tuvieron participación, directa o indirecta, porque aportaron financiamiento o por tener responsabilidades políticas, civiles o militares, la reconozcan.

Desde aquí hacemos un llamado especial a los colegas con quienes nos encontramos todos los días, en un trabajo mandatado por el pueblo, a reconocer su responsabilidad y a ayudarnos a dar con el destino y paradero de los detenidos desaparecidos para cerrar esta herida que aún duele en el alma de todos los chilenos.

Gracias.

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