Labor Parlamentaria

Participaciones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 20
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1971-1972
Índice

Cargando mapa del documento

cargando árbol del navegación del documento

Intervención
ACTIVIDADES DEL CONSEJO MUNDIAL DE LA PAZ.

Autores

El señor BALTRA.-

Señor Presidente, pareciera que el uso de las grandes palabras fuese haciéndoles perder su capacidad de proyectar las ideas que encierran, de modo que muchas veces se termina repitiéndolas casi automáticamente y no recuperan su vivencia, sino cuando desaparecen o se debilitan los valores éticos, políticos, sociales o humanos que esas grandes palabras representan. Es lo que ocurre, entre otras, con las palabra "paz" que, por eso mismo, tiene un significado vivaz, sobre todo, en los pueblos que, en un pasado no lejano, han sufrido los indecibles estragos, dolores, miserias, quebrantos y padecimientos que inevitablemente trae consigo la guerra.

Reconozco que me di cuenta cabal de la dimensión humana y social de la paz, cuando en Francia, Alemania o la Unión Soviética, tuve oportunidad de visitar gigantescos camposantos, donde reposan cientos de miles de muertos caídos durante las últimas dos grandes conflagraciones mundiales, y pude percibir el inmenso deseo de paz que embarga a los pueblos que se vieron comprometidos en ella. De allí derivó mi adhesión a los movimientos que se esfuerzan por alejar las posibilidades de otras guerras y específicamente al Consejo Mundial de la Paz, que ya en 1950 lanzó el famoso "Llamado de Estocolmo" suscrito por más de 500 millones de hombres y mujeres de todos los continentes, exigiendo la prohibición de las armas atómicas.

El Consejo Mundial de la Paz constituye la autoridad superior de un movimiento que ha crecido rápidamente y que ha dirigido e iniciado memorables acciones por la paz, la independencia nacional, la justicia y el progreso sociales. Tiene su sede en Helsinki y desempeña el cargo de Secretario General el distinguido periodista hindú Romesh Chandra.

Los principios de este Movimiento pueden resumirse de la siguiente manera: prohibición del uso de todas las armas de destrucción masiva y término de la carrera armamentista; supresión de las bases militares extranjeras; desarme general, simultáneo y controlado; eliminación de todas las formas de colonialismo y discriminación racial; respeto por el derecho de los pueblos a la soberanía e independencia, esenciales para el mantenimiento de la paz; respeto a la integridad territorial de los Estados; no intervención en los asuntos internos de las naciones; establecimiento de relaciones comerciales y culturales basadas en la amistad y el respeto ; coexistencia pacífica entre Estados con diferentes sistemas políticos, y reemplazo de la política de fuerza por la de negociación para lograr el arreglo de las diferencias entre los pueblos.

La característica esencial del Movimiento Mundial de la Paz es la de constituir un movimiento universal y democrático del cual pueden formar parte en condiciones de completa igualdad todos aquellos que coinciden con sus principios y con cualquiera de sus fines y objetivos.

En el transcurso de sus fecundos 22 años de existencia, el Movimiento, dirigido por el Consejo Mundial de la Paz, ha ampliado continuamente el ámbito de sus actividades. En los primeros años, concentró su trabajo sobre todo en la formación de una opinión pública consciente de la necesidad de emprender acciones de masas entorno del asunto más crucial que se planteaba y sigue planteándose a la humanidad: el desarme.

La fuerza, alcance y significación del Consejo Mundial de la Paz han crecido con particular rapidez en los últimos tiempos, gracias a su estrecha cooperación con otras organizaciones y fuerzas que también luchan por la paz, la independencia política y económica, la liquidación del imperialismo y de la guerra. Con mucha satisfacción puede decirse que el Consejo ha sido el principal iniciador de esta acción unificada en los campos más importantes del trabajo por la paz. De ahí que, desde sus comienzos, el Consejo Mundial de la Paz haya entregado su adhesión y apoyo a todas las iniciativas positivas adoptadas por las Naciones Unidas en cuanto a librar a la humanidad de una nueva conflagración mundial. También ha entregado su adhesión y apoyo a los programas de ese organismo internacional que efectivamente ayudan a promover el progreso económico y social de los países. Consecuente con lo anterior, el Consejo Mundial de la Paz ha llamado repetidamente la atención sobre la necesidad de conferir a las Naciones Unidas una real universalidad, para cuyo efecto es preciso que se admitan aquellos países que aún permanecen al margen de ella, como era hasta hace poco el caso concreto de China Popular, y como lo sigue siendo el de Alemania Democrática y el de Alemania Federal.

El Consejo Mundial de la Paz considera que las tensiones a escala internacional, la intensificación de la carrera armamentista, el agravamiento de los problemas del hambre, la pobreza, el subdesarrollo, exigen imperiosamente una mayor, más efectiva y fructífera cooperación entre los Gobiernos y los pueblos del mundo. La clave para que esa cooperación se refuerce reside en una mayor participación de los organismos no gubernamentales en los diversos aspectos del trabajo de las Naciones Unidas y de sus agencias especializa^ das. El Consejo Mundial creyó necesario tomar la iniciativa para dar pasos tendientes a que dicha cooperación sea más estrecha, informada y efectiva de lo que ha sido hasta ahora.

Ese fue el origen de la delegación enviada por el Consejo Mundial de la Paz a Nueva York en los primeros días de septiembre recién pasado, y de la cual tuve la alta honra de formar parte. Además del Secretario General Romseh Chandra v del Senador que habla, integraron esa delegación la señora Isabel Blume, ex parlamentaria belga; el Arzobispo de Hungría, señor Brezanoezy; Cámara Damantang, Ministro de Relaciones Exteriores de Guinea; Guido Fanti, Alcalde de Bolonia y Presidente del Gobierno Regional de Emilia, Romagna; el académico Evgueni Fyodorov, de la Unión Soviética; Roberto Gabaldón, abogado y diplomático venezolano; el doctor Carlton Goodlett, méjico norteamericano; el Senador francés Raymond Guyot; Krishna Menon, parlamentario hindú y ex Ministro de Defensa ; Aziz Sherif, Ministro de Estado de Irak; Emilson Randriamihasinoro, de Madagascar, Secretario del Consejo, y Jacques Martinache, intérprete.

Durante su estada en Nueva York, la delegación del Consejo Mundial de la Paz desplegó una intensa actividad relacionada, en primer término, con la redacción del documento que se entregó al Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, y, además, con las entrevistas y reuniones a que me referiré en seguida.

El día 9 de septiembre, U Thant recibió a la delegación en su sala de conferencias del piso 38. Aparte los miembros de ella y U Thant, asistieron a esa reunión el Subsecretario General de las Naciones Unidas, José Djesmakoye; Víctor Lessiovski, ayudante personal de U Thant; Charles Müller, Director del Departamento Ejecutivo de la Secretaría General, y Curtiss Roosevelt, encargado de las organizaciones no gubernamentales. U Thant mostró sumo interés en escuchar los planteamientos de Romesh Chandra y de cada uno de los integrantes de la delegación, de modo que la entrevista, proyectada para una hora, se prolongó por más de dos Después que el Secretario General del Consejo Mundial de la Paz, Romesh Chandra, hizo entrega del documento elaborado por la delegación, expuso los objetivos básicos de la visita y bosquejó el trabajo del Movimiento destacando la comunidad de propósitos con las Naciones Unidas. En nombre de la delegación, pidió U Thant reconsiderar su decisión y continuar como Secretario General más allá de 1971. En seguida, hizo uso" de la palabra el Secretario General de la NU, quien subrayó la importancia de la cooperación entre ese organismo, el Consejo Mundial de la Paz y las otras organizaciones no gubernamentales. Dijo que había acogido con satisfacción los esfuerzos cada vez mayores del Consejo en el propósito común de construir una nueva sociedad, y que compartía plenamente el deseo de acrecentar la cooperación con las Naciones Unidas, pues estimaba que al Consejo Mundial de la Paz le cabía un papel sustancial en la tarea de dar forma a una nueva sociedad humana, así como en la orientación de los acontecimientos nacionales e internacionales. U Thant subrayó el hecho de que mientras que la antigua Sociedad de las Naciones decía: "Nosotros, las altas partes contratantes", la Carta de las Naciones Unidas habla de: "Nosotros, pueblos del mundo", enfatizando así el espíritu de quienes fundaron las Naciones Unidas en cuanto a la participación de los pueblos en el trabajo del organismo mundial. Declaró ser ferviente partidario de una organización internacional como el Consejo Mundial, y estar convencido del papel que le era posible jugar en la promoción de la paz. Acentuó la importancia de los problemas del desarrollo. "El desarrollo y la paz son indivisibles," -dijo- "y no puede haber paz sin desarrollo. La humanidad se encuentra ya en la encrucijada, en el cruce de los caminos. Las diferencias entre países ricos y países pobres, ¿conducirán a conflictos mayores, o bien unos y otros marcharán unidos hacia un porvenir próspero?" Expresó su confianza en que las naciones escogerían la segunda alternativa, pues de lo contrario el mundo se precipitaría al caos.

U Thant se refirió también a las que él llamó las tres D, que significan desarme, desarrollo y descolonización, "que siguen siendo" -expresó- "las condiciones principales del progreso de la humanidad."

En cuanto a la universalidad de las Naciones Unidas, U Thant recordó sus esfuerzos en este sentido, y lamentó que seguramente ese organismo no fuera aún completamente universal cuando él abandonara su cargo, aunque estaba persuadido de que, al respecto, se habían hecho progresos decisivos durante el período de su mandato. Añadió que también sobre este particular era grande la contribución que podía prestar el Consejo Mundial de la Paz.

En cuanto a su decisión de no aceptar que se le postulara para la reelección, además de agradecer los deseos de la delegación expresados al comienzo por Romesh Chandra, señaló que creía poder hacer más por la paz y por el progreso como U Thant, que como Secretario General. Dijo que pensaba escribir mucho y dar a conocer numerosos hechos que ahora no puede revelar.

En seguida, hubo un amplio e interesante cambio de ideas en que participaron Ga-baldón, de Venezuela; Fyodorov, de la Unión Soviética; Madame Blume, de Bélgica; el Senador Raymond Guyot, de Francia; Sherif, de Irak; el Dr. Goodlett, de Estados Unidos; el arzobispo Brezanoczy, de Hungría, y el Senador que habla. Manifesté, en síntesis, que era muy satisfactorio oír de labios del Secretario General de las Naciones Unidas que no podía alcanzarse la paz sin desarrollo, y agregué que esta condición era necesaria, tanto en lo referente a la paz entre los pueblos, como a la paz dentro de los pueblos, y que, para este último efecto, había países, como Chile, que estaban empeñados en un gran esfuerzo para cambiar las estructuras e instituciones con el objeto de crear una nueva sociedad que, junto con permitir el desarrollo acelerado de la economía, asegure que ése va a traducirse en mejores niveles de vida y bienestar para las grandes mayorías, para el abandonado, el desposeído y el explotado.

Después hice referencia a lo dicho por U Thant en cuanto a que el gasto de un día en la guerra de Vietnam equivale a todo el presupuesto de las Naciones Unidas durante un año; de tal suerte que el gasto bélico anual en Vietnam bastaría para financiar el presupuesto de ese organismo mundial durante más de tres siglos y medio. En consecuencia, dije, hay una irracionalidad a nivel internacional. Los países ricos poseen recursos suficientes como para prestar a los pobres una cooperación que no se traduzca en explotación, sino en efectiva y desinteresada ayuda internacional para superar el atraso económico y todo lo que éste significa en lo social y cultural. Desde este punto de vista, agregué, el Secretario General de las Naciones Unidas puede ejercer su influencia a fin de que la reunión de la UNCTAD el próximo año en Santiago no se reduzca a una nueva rueda de discursos y exposiciones sobre temas demasiado bien conocidos para terminar en recomendaciones que los países poderosos no cumplen, sino que se concrete en resoluciones capaces de contribuir a la solución de algunos de los problemas que padecen los pueblos que luchan por vencer el subdesarrollo.

Por último, solicité de U Thant que se estudiaran los métodos para llegar a una participación cada vez mayor del Consejo Mundial de la Paz en los trabajos de las Naciones Unidas.

Es digno de mencionarse el hecho de que, a las pocas horas de haberse celebrado la entrevista con U Thant, la Secretaría General de las Naciones Unidas entregó una información a la prensa, lo que no es usual tratándose de personas o entidades que carecen de carácter oficial. Ese hecho demuestra, en sí mismo, la importancia que U Thant atribuyó a la entrevista con la delegación del Consejo Mundial de la Paz.

Además de la reunión con el Secretario General, la delegación fue invitada a participar en las sesiones de dos comités especiales de las Naciones Unidas: el Comité Especial sobre la Descolonización, llamado Comité de los 24, y el Comité Especial del "Apartheid". Es la primera vez que el Consejo Mundial de la Paz concurre a las deliberaciones de organismos regulares de las Naciones Unidas e interviene oficialmente en ellas.

En cuanto a su asistencia a la sesión del Comité de los 24, su Presidente, el Embajador Jorrejati, de Siria, pronunció un conceptuoso discurso de bienvenida a la delegación. En seguida, Romesh Chandra expuso los objetivos del Consejo Mundial de la Paz y, en especial, aquellos relacionados con la conquista de la independencia política de los pueblos. Además, intervinieron la señora Blume y el Senador que habla. En esa oportunidad manifesté que aun cuando el mandato preciso del Comité Especial se relacionaba con los problemas relativos a la independencia política, no era menos cierto que ésta no adquiría su pleno y cabal significado sino cuando se encontraba unida á la independencia económica. Chile, agregué, se emancipó políticamente a comienzos del siglo XIX, pero, sin embargo, sólo ahora está empeñado en una lucha franca y abierta por lograr su independencia económica, recuperando para el pueblo las riquezas básicas que hasta no hace mucho estaban en manos del gran capital extranjero, como es el caso del cobre y también del hierro, del salitre y del yodo. En nuestros países, concluí, la lucha en pro del desarrollo económico y social se confunde con la lucha antimperialista.

Después intervino Krishna Menon, quien destacó lo que tienen en común las aspiraciones y propósitos que inspiran el trabajo de las Naciones Unidas y del Consejo Mundial de la Paz. Por último, hicieron uso de la palabra los miembros del Comité Especial que representan a Tanzania, India, Irak, Bulgaria, Unión Soviética y Etiopía. Todos se congratularon por la presencia de los delegados del Consejo Mundial de la Paz y formularon votos por el fortalecimiento de los vínculos entre éste y las Naciones Unidas, atendida la concordancia de sus grandes finalidades.

Igualmente favorable fue la acogida que la delegación encontró en el Comité Especial del "Apartheid". En esa oportunidad, el Secretario General del Consejo, Romesh Chandra, planteó los puntos de vista del Movimiento frente a los problemas que suscita la discriminación racial. Participaron en el debate Cámara Damantang, Ministro de Relaciones Exteriores de Guinea; la señora Blume; el Senador Raymond Guyot, y Krishna Menon. Después lo hicieron, en nombre de sus países, los representantes de Ghana, Somalia, Ucrania, Argelia y Nigeria. El Presidente del Comité Especial se expresó de manera muy positiva acerca de la posibilidad de una reunión conjunta con la comisión respectiva del Consejo Mundial de la Paz, que se celebraría el próximo año en Nueva York.

En el documento entregado a U Thant por la delegación, se contienen sugerencias concretas para una cooperación más estrecha entre las Naciones Unidas, el Consejo Mundial de la Paz y, en general, las otras organizaciones no gubernamentales.

Como ya dijimos, en la entrevista con el Secretario General de las Naciones Unidas, éste manifestó que estaba totalmente de acuerdo con las iniciativas adoptadas por el Consejo Mundial de la Paz para acrecentar esa cooperación, y añadió que compartía entusiastamente la idea. Solicitó de la delegación que se reuniera con Curtiss Roosevelt, quien está a cargo del departamento que tiene bajo su responsabilidad a las organizaciones no gubernamentales, con el objeto de precisar y perfeccionar los detalles; lo que, en representación nuestra, hizo Romesh Chandra, con resultados altamente satisfactorios.

La delegación cumplió, pues, la misión que le fue encomendada.

Hace pocos días recibí desde Helsinski una carta de Romesh Chandra, Secretario General del Consejo Mundial de la Paz, y en ella dice: "Nuestra misión en las Naciones Unidas ha revestido realmente una gran importancia. Sin ninguna duda, el encuentro con el Secretario General de las Naciones Unidas es un acontecimiento histórico que tendrá una enorme repercusión." Estas palabras son la mejor justificación de la iniciativa emprendida.

Top