Labor Parlamentaria

Participaciones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 60
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1973
Índice

Cargando mapa del documento

cargando árbol del navegación del documento

Homenaje
HOMENAJE A LA MEMORIA DEL PADRE DE LA PATRIA DON BERNARDO O'HIGGINS CON MOTIVO DE CUMPLIRSE EL CENTESIMO NONAGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO DE SU NATALICIO.

Autores
El señor ACUÑA (Presidente accidental).

Continúa la sesión.

Para rendir homenaje al Padre de la Patriadon Bernardo O'Higgins, ofrezco la palabra al Honorable señor Aguirre Doolan.

El señor AGUIRRE DOOLAN

Señor Presidente, Honorable Senado:En mi carácter de Senador y Presidente del Instituto O'Higginiano de Chile vengo, una vez más, al cumplirse el centesimo nonagésimo quinto aniversario del natalicio de Bernardo O'Higgins, a ocupar esta tribuna para reafirmar nuestra gratitud y admiración por el Padre de la Patria.

La ciudadanía de Chile ha deseado como nunca dar realce a la Semana O'Higginiana del año en curso, porque parece que tuviera presente que los pueblos, cuando descuidan sus herencias espirituales, los valores éticos y jurídicos, destruyen también su vida material, entrando en descomposición hasta llegar al derrumbe.

O'Higgins quiso hacer virtuoso a su pueblo.

El padre de la filosofía sostenía que el hombre virtuoso es siempre libre. O'Higgins quiso hacer virtuoso a su pueblo, y por ello le entregó corazón y espada hasta forjar la independencia nacional.

El valor, virtud cardinal del hombre, es el sello de la vida de O'Higgins.

El hombre de armas.

El Padre de la Patria, debido a su exterioridad militar y a sus heroicas acciones guerreras, podría considerarse principalmente como hombre de armas. Unió al valor indomable, a la enérgica y perseverante resolución de independizar a su pueblo, la grandeza de su concepción política y un desinterés y entereza ciudadana que lo señala como el más grande valor de la nacionalidad.

O'Higgins es el gran sembrador de nuestra historia. Nacido de la romántica conjunción de las virtudes de dos razas, su origen mismo ya fue semilla multiforme de la inquietud razonada, de comprensiva tolerancia, de fe inquebrantable en el trabajo como única base de superación.

En su espíritu esforzado, ardió siempre la llama de una equilibrada rebeldía contra todo lo que se opusiera a la suma expansión de la nacionalidad, y sus hechos son lecciones acerca de cómo se alienta el orden en medio del caos, la fuerza en medio de los hombres y de las acechanzas de los elementos. Este ciudadano, que se improvisa soldado, lega a las generaciones chilenas puñados de ejemplos: es desinteresado cuando vende sus haciendas para equipar ejércitos; es modesto cuando se somete a otras patrióticas ambiciones en la expulsión de los invasores; es magníficamente heroico en Rancagua, y tenaz en su derrota, durante la cual su dinamismo crea un ejército e infunde esperanzas entre sus compatriotas; es abnegado hasta el olvido de sí mismo cuando se une a San Martín, el gran argentino para luchar por los destinos de América, brindando su celo, su valor y su triunfo en Chacabuco, su hidalguía en Maipo, su visionaria concepción de la gran obra de la independencia continental, cuando un 20 de agosto despide en Valparaíso a la Escuadra Libertadora. En fin, es leal, sublimemente leal, con su conciencia y con su pueblo, cuando abdica antes que provocar el sismo de la familia chilena.

Jamás nació de sus labios una palabra que manifestara otra intención que la muy pura tal vez no recogida por nosotros en toda su amplitud de hacer una hermandad de los pueblos de América, sin perjuicio de la independencia y libre determinación de cada uno, previendo, con mirada clarividente, que la debilidad nacida de la desunión pondría obstáculos y retardaría el progreso y poderío del continente.

El recuerdo de O'Higgins es el mejor estímulo para la ciudadanía.

Después de 195 años de su nacimiento, el recuerdo del inmortal Libertador conmueve nuestros sentimientos patrios hasta sus más profundas raíces y es el mejor estímulo que puede recibir nuestra ciudadanía.

El nuevo aniversario del varón ejemplar de la república nos encuentra buscando su ejemplo como una llama votiva que señala las rutas de la patria. La semilla de su siembra debe germinar nuevamente en nuestros espíritus, adquirir de nuevo resonancia imperiosa y solemne de un evangelio, inspirando nuestros deseos más caros en el más inquiebrantable fervor cívico.

La memoria de O'Higgins merece ser bendecida en todos los hogares chilenos. Si el ser magnánimo encierra la más alta condición espiritual consagrada al honor, a la grandeza de alma, a la honradez y al desinterés, es el soldado de Rancagua el chileno magnánimo de todos los tiempos.

En ningún chileno de su tiempo la idea de la emancipación de su patria tuvo más fuerza y consistencia. La independencia de Chile y después la de América, fueron la pasión de su vida.

Ejerció el Poder como un deber.

En pleno ejercicio del poder, el mando no le dio satisfacciones personales. Lo ejerció como un deber, como un sacrificio que le reclamaba el patriotismo.

El concepto de la honestidad fue otra de las virtudes que se destacan en su personalidad moral. La sensatez de criterio y la prudencia de que dio muestras lo señalan como estadista responsable de su misión.

Su oposición al sistema monárquico y a la existencia de una clase privilegiada.

Como gobernante de Chile, presentó porfiada resistencia a los planes de los que pretendían fundar el sistema monárquico. En pleno ejercicio del mando, exclamó: Después de tantas batallas, de tan felices y gloriosos esfuerzos, antes deje el Sol de alumbrarnos para siempre, que el que se establezca en América un cetro, una corona.

Pero O'Higgins no sólo se oponía a que nos gobernara un rey, sino también a que se mantuviera por más tiempo una clase privilegiada. Al día siguiente de Chacabuco, ordenó quitar de las puertas de calle los escudos de armas y las insignias de nobleza, y poco más tarde declaró abolidos los títulos nobiliarios. Hizo, además, esfuerzos para suprimir los mayorazgos.

Intentos de disminuir la personalidad de O'Higgins.

¿Cómo no rebelarse, entonces, cuando casi a dos siglos de su nacimiento, y en el sesquicentenario de su abdicación, haya personas y entidades vinculadas al Estado que intenten denigrarlo, empecinándose en envilecer su nombre y nuestra historia? ¿Cómo no repudiar con indignación a aquellos que con esquizofrenia de sabandijas intentan desviar la corriente rumorosa de los ríos en su camino al océano eterno de la historia?

Hoy en la mañana, en el Cementerio General, asistimos a su tumba en romería encabezada por el Círculo de Generales y Almirantes en Retiro de la Defensa Nacional, para repudiar la insólita actitud de aquellos enceguecidos por la infamia, la malquerencia y el odio en su pretensión de disminuir la recia personalidad de O'Higgins. Creen u olvidan algunos que con su actitud o con viles ofensas pueden llegar a quebrantar los sentimientos del pueblo de Chile, que recuerda agradecido todo lo hecho por él a favor de la independencia, soberanía, cultura, organización cívica, como arquitecto singular de nuestra nación y como arquetipo de nuestra raza.

La Social Democracia Chilena, por mi intermedio, una vez más, se inclina reverente ante la memoria ilustre del augusto ciudadano y padre de la patria don Bernardo O'Higgins.

Top