Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 45
- Celebrada el 09 de septiembre de 1969
- Legislatura Ordinaria año 1969
Índice
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La señora
Señor Presidente, el Partido Comunista de Chile, en una sesión solemne de su Comité Central rindió un sencillo, significativo y emocionado homenaje a la memoria de ese gran revolucionario que fue Nguyen Ai Quoc (Nguyen, el Patriota), pseudónimo usado por Nguyen Tat Thah, más conocido en el mundo actual como Ho Chi Minh.
Fríamente el cable entregó la noticia: un ataque cardíaco, mientras dormía, cortó la vida de uno de los revolucionarios más sobresalientes de este siglo, a la edad de 79 años. El Presidente legítimo del valeroso pueblo vietnamita que está en la primera línea de la lucha contra el imperialismo yanqui, ha* muerto.
Cuando la dolorosa noticia ha recorrido ya todos los rincones de la Tierra, me corresponde", en nombre de los Senadores comunistas, usar de la palabra para referirme a la vida de un hombre que, como pocos en la historia de la humanidad, se entregó a la magna tarea de guiar a su pueblo.
Ho Chi Minh, .Presidente de la República Democrática de Vietnam, conocido principalmente por sus méritos de político y estratega, tuvo cualidades que lo elevaron tempranamente a un plano superior. Ese hombre de figura delgada, marcado profundamente por los sufrimientos y privaciones jamás perdió el buen ánimo; aun en los peores momentos, en su rostro brotaba fácil la sonrisa de los que se saben seguros del camino que su pueblo ha elegido; su rostro expresaba su confianza inagotable en la vida, en la vida siempre victoriosa sobre todos los males y la muerte.
En Ho Chi Minh no hay muros entre el hombre público y el hombre íntimo; una misma iluminación del sufrimiento moldea la razón y el sentimiento, el hombre de acción y el poeta:
"Los antiguos se complacían en cantar a la naturaleza:
"ríos y montes, humo y nieves y flores, luna y viento.
"Es necesario acorazar los versos de nuestro tiempo: "también los poetas deben saber combatir".
Y siempre preocupado por el dolor de su pueblo oprimido, sus versos dejan ver el pensamiento íntimo ante el compañero que acaba de morir:
"No tenía más que la piel sobre los huesos...
"No podía más de hambre, frío y miseria.
"Ayer en la noche, dormía apoyado contra mi espalda.
"Al alba, ha vuelto a la entraña de la tierra".
Pareciera extraño que un hombre templado en la lucha, de tan intensa actividad infinidad de veces arrojado a las más tenebrosas prisiones, azotado y combatiente, pudiera escribir versos en tal difíciles circunstancias como las que caracterizan toda su vida. Pareciera que la existencia dura, de perseguido político y luchador incansable, fuese incompatible con la actividad poética. Sin embargo, él mismo aclara:
"¿Tenéis las piernas y los brazos atados?
"¿Qué os puede impedir, sin embargo, escuchar el canto de los pájaros, aspirar el perfume de las flores? ¿Os oprimen la soledad y la inacción? La luna de otoño está radiante en el cielo. ¿La languidez del crepúsculo enerva vuestra voluntad? Mirad ese hogar que se enciende en el seno de las tinieblas...".
Muchas veces, en una horrenda prisión china, donde pululaban la miseria más espantosa, la corrupción, la enfermedad; acosado por las chinches, en medio de fumadores de opio y sifilíticos, él miraba a esos hombres, sus eventuales compañeros, y sufría de estar encerrado lejos de su país, de sus camaradas. Entonces su espíritu se rebelaba y tomaba la libreta para escribir: "Antes que vivir como lacayos,"Cuando en todas partes flamean libres nuestras banderas "¡Qué desgracia yacer en el fondo de una mazamorra "sin poder servir en el campo de batalla!".
En su vida de revolucionario conoció prisiones de toda índole, entrando en contacto con los más diversos tipos humanos, con la realidad1 más oscura de su pueblo, profundizando en sus anhelos y dolores, y sobre todo acrecentando y fortaleciendo más y más, no obstante, la fe en el hombre. ¿Cuánto tiempo estuvo allí? El mismo decía que, cuando se está en prisión, el tiempo es siempre largo. Su profundo libro "Cuadernos de la Cárcel" es expresión de su carácter indomable.
Fue un humanista en todo el sentido de la palabra. Y como marxista leninista no podía permanecer siendo sólo poeta y ensayista. Su vida, desde la temprana edad de nueve años, la entregó de lleno a su pueblo; su primer trabajo revolucionario fue colaborar como correo, llevando de aldea en aldea mensajes para los revolucionarios mayores.
A medida que crecía en años crecía en responsabilidades, y de las tareas más sencilas va -Pasando a las más complejas, y conjuntamente adquiere una sólida conciencia. Primero como un nacionalista, decidido enemigo del opresor extranjero, del colonialista; entonces gustaba decir: "Mi partido es mi país", "mi programa es la independencia".
Posteriormente, a los 21 años de edad, en 1911, deja su patria y llega a Francia. Ingresa al Partido Socialista francés y asiste a su Congreso en 1920; vota junto a la mayoría que se separó para fundar el Partido Comunista francés. En el Museo de la Revolución, en Hanoi, impresiona ver una enorme fotografía en que se ve al joven Ho junto a los proceres comunistas franceses.
Ho Chi Minh ya no es sólo un nacionalista. Ha comprendido que los hombres aisladamente nada pueden hacer contra las lacras y arbitrariedades de un sistema sustentado, en última instancia, por la unidad de los imperialistas, del capitalismo mundial. De ahí su decisión, y mientras vive defiende ardorosamente la unidad de las fuerzas antiimperialistas, siendo un consecuente defensor del internacionalismo proletario.
Los pueblos de Asia lo consideran como uno de los líderes que más profundizaron en los problemas de la lucha liberadora de los países coloniales, cuya táctica de ganar a todo un pueblo contra el opresor o invasor, llamárase colonialismo francés, fascismo japonés o imperialismo norteamericano, ha sido demostrada como justa por los hechos históricos.
Cada uno de los hechos ocurridos en esa zona del Asia, como la expulsión del imperialismo francés, la fundación del Partido Comunista de Indochina, hoy Partido de los Trabajadores de Vietnam, el Frente Unico Nacional que dio libertad a Vietnam del Norte, donde se echaron los cimientos del socialismo, y, en el último tiempo, la guerra de resistencia contra los invasores norteamericanos, tienen el sello del heroísmo y de la seriedad y responsabilidad políticas de Ho Chi Minh.
En la actualidad como expresa el comunicado especial emitido en Vietnam dirigía la guerra de resistencia contra los imperialistas de Estados Unidos a fin de liberar a Vietnam meridional, defender el septentrional y avanzar por la senda de la reunificación pacífica del país.
Tuve el alto honor de conocerlo cuando la Federación Democrática Internacional de Mujeres envió una delegación a Vietnam a entregar su solidaridad a las mujeres y al pueblo vietnamitas. Nos recibió a las siete de la mañana. Era una figura que impresionaba, majestuosa por su sencillez y limpieza a pesar de lo raído de sus ropas. En esa oportunidad nos habló del 'alto significado que daba a la participación de las mujeres en la lucha liberadora y nos dijo que ellas de verdad mere cían el nombre de hijas heroicas de su patria. Nos habló de la juventud, estaba orgulloso de ella y satisfecho por los sentimientos que sus mayores habían sido capaces de inculcarle: patriotismo, sentido del sacrificio, amor a sus padres. Se conmovió al contarnos cómo los jóvenes cubrían con sus cuerpos a sus madres ancianas cuando éstas no alcanzaban a llegar a los refugios bajo el bombardeo yanqui.
Las banderas de los pueblos que luchan por su independencia y libertad, las banderas de toda la humanidad progresista se inclinan reverentes ante el hombre cuya vida cumplió con creces la responsabilidad de haber nacido.
La causa a que Ho Chi Minh dedicó toda su vida y sus fuerzas no termina con su muerte. El pueblo vietnamita continuará su obra con decisión y seguridad hasta la victoria final.
Nuestro homenaje será apoyar más y más la justa causa de su pueblo.