Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 35
- Celebrada el 01 de septiembre de 1999
- Legislatura Ordinaria número 340
Índice
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El señor PÉREZ, don Aníbal ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor
El señor OJEDA (de pie).-
Señor Presidente , la universidad es un centro superior del conocimiento, donde el saber no tiene límites y la luz de la inteligencia es más fuerte. La existencia de una universidad es el fruto que germina y madura, como producto del progreso y el desarrollo. La tienen las grandes ciudades, la tienen los pueblos, cuyo nivel de exigencia y volumen de conocimientos, su técnica y desarrollo científico no pueden estar separados de ellas.
Así ha debido ser con la Universidad de Los Lagos, creada por ley Nº 19.238, de 30 de agosto de 1993. Una sentida aspiración, una necesidad que se forjó en el corazón de la Décima Región, en Osorno, sobre una base sólida, una realidad institucional ya existente.
Se logró la recuperación de su status que, por decreto con fuerza de ley Nº 19, de 1981, del Ministerio de Educación, se había perdido, en una “capitis diminutio” absolutamente injusta e irreverente que la convirtió en instituto profesional. Nominación que la mantuvo siempre inquieta, que la incomodó permanentemente, en una etiqueta que no le correspondía. Una universidad verdaderamente cautiva, aunque mientras fue instituto desarrolló su actividad académica en el marco de sus funciones propiamente universitarias, cumpliendo con eficiencia sus tareas de docencia y de extensión cultural.
Su gran capacidad académica y física superaba lo estrictamente necesario para operar como instituto profesional. La nueva universidad recogía, en su tiempo, la tradición académica de la Universidad de Chile, sede Osorno , y del ex Centro de la Universidad Técnica del Estado de Puerto Montt. Una experiencia cimentada a través del tiempo, por su cuerpo académico, su perfeccionamiento siempre presente para afrontar las circunstancias cada vez más exigentes de la época. Tenía un carácter regional que le otorgaba el distintivo de identidad geográfica, social y cultural de la zona austral del país.
El concepto universidad, en términos de conocimientos universales, daba al nuevo establecimiento una capacidad expresiva y una acción concientizadora en el plano nacional, con vastas y variadas proyecciones, no obstante su carácter regional. Todo ello, visible, patente, producto de un trabajo, de una historia y del esfuerzo desplegado por quienes eran y son los actores vitales de esta trayectoria. Siempre abierto a los grandes desafíos, al emplazamiento que implica afianzar y enriquecer sus funciones. Una respuesta a la sociedad compleja, siempre cambiante, insatisfecha. Un derrotero que impregna y mimetiza el camino de la ciencia, la extensión y la docencia. Un nuevo ámbito del espíritu y del alma en un trasvasije genuino que le daba el instituto profesional. Un reencuentro con la región. Un certificado de acción y de eficiencia. Se tenía todo para ser universidad. No podía exigirse nada más. Y no se trataba sólo de un cambio de nombre, sino de un nombre justo para la entidad justa, crecida, desarrollada y moderna, porque el instituto estuvo cerca, y por qué no decir, a la par del concepto universidad y lejos de ser instituto. Era de justicia, entonces, que se elevara el status jurídico de esta alta casa de estudios, para recuperar lo perdido para nuestros alumnos, los jóvenes de esta tierra, la semilla, la esperanza y la reserva moral e intelectual de Chile; para recuperar el alma mater de nuestra comunidad, la luz fuerte del espíritu fuerte, el camino a la cultura, del saber, del conocimiento superior y universal.
Según la ley, la Universidad de Los Lagos tendrá las funciones que, de acuerdo con la legislación vigente, son propias de este tipo de instituciones. Su objeto fundamental será ocuparse, en un nivel avanzado, de la creación, cultivo y transmisión de conocimientos por medio de la investigación básica y aplicada, la docencia y la extensión, y de la formación académica, científica, profesional y técnica, en correspondencia con los conocimientos que emanen de su carácter regional.
El trajinar de estos seis años le ha generado mayor desarrollo. Le ha significado crecer, incrementar sus aulas y variar sus estructuras académicas; incorporar, como nueva carrera, arquitectura y crear bajo su dependencia el instituto tecnológico.
Dentro de sus fortalezas, se considera a esta universidad como institución económicamente saneada, con competitividad para captar recursos concursables, una posibilidad de expansión física, capacidad de adaptación para el cambio, presupuesto universitario con financiamiento autogenerado, buenos indicadores macros en la evaluación universitaria, buena ubicación en el ranking de las universidades estatales, rica infraestructura en el área de deportes y recreación, y en las oportunidades que ofrece, una demanda creciente de perfeccionamiento público y privado. Tiene grandes posibilidades de convenios internacionales variados y posibilidad de acceder a la macrorregión sur patagónica.
La amenaza siempre creciente de la falta de compromiso del Estado con la educación superior lleva a la universidad a buscar mecanismos de autofinanciamiento; la crisis nacional e internacional torna a veces vulnerable a estos establecimientos de educación superior. Dentro de la complejidad y dificultad que significa mantener la universidad, es indudable que sus autoridades han sorteado con eficacia las necesidades del presupuesto.
Dentro del marasmo de la sociedad moderna, del conflicto siempre presente, la Universidad de Los Lagos ha resistido el embate. En la necesidad de vincular la Universidad con la sociedad osornina, ha hecho esfuerzos con la entrega de extensión y educación. Un 90 por ciento de los estudiantes son de la región. Es un centro de reflexión y análisis y de formación profesional. De aporte invalorable en la elevación del perfilamiento y rango de nuestra ciudad y la provincia.
Siempre llega el momento de las evaluaciones, de los balances, de determinar resultados. La evaluación de estos seis años es positiva, porque ha logrado cumplir con sus objetivos regionales; se ha insertado o ha permitido que la comunidad osornina se inserte en la Universidad, formando lazos y vínculos que los sobrealimentan recíprocamente; ha cumplido verdaderamente con los propósitos que la universidad persigue. Esta casa de estudios superiores ha asumido los meros desafíos de la universidad moderna, que los extrae del concepto de universidad tradicional, para encuadrarse en los requerimientos de la sociedad cambiante.
Y la crisis que supone la explosión universitaria, por la necesidad de recursos económicos, ha sido bien afrontada. La Universidad de Los Lagos ha crecido y con ello, las opciones y alternativas de formación profesional.
En 1992, tenía 2.500 alumnos regulares; hoy tiene 3.600. El presupuesto de ese mismo año era de 3.500 millones de pesos; hoy es de 7.000 millones. En 1992, el 50 por ciento del presupuesto correspondía a recursos estatales; hoy el 70 por ciento son recursos propios. En el mismo año, había una actividad exclusiva de pregrado; hoy hay pregrado, posgrado y formación continua. En 1992, la estrategia de desarrollo era hacia adentro, hoy lo es hacia fuera; sólo el 30 por ciento de los académicos con jornada completa tenía posgrado; hoy el 42 por ciento tiene posgrado y hay convenios con otras universidades para posgraduar a 60 académicos.
Se han trazado planes estratégicos, como el mostrar a la Universidad en todo el ámbito de su competencia a nivel regional, nacional e internacional; lograr una estructura de financiamiento estable de recursos públicos y privados, con sistemas administrativos y normativos apropiados, constituyéndola como un referente cultural muy reconocido en la macrorregión suraustral.
Dentro de los planes estratégicos 1999-2002 figuran el Instituto Tecnológico, la Escuela de Turismo, el Instituto de Artes, la Escuela de Posgrado, el Centro de Capacitación, el Proyecto Biblioteca y la Editorial de la Universidad de Los Lagos.
Éste es el balance, éste es el producto, como los frutos dulces de nuestra tierra; ésta es hoy nuestra Universidad, una información más que un discurso para ustedes, para el Congreso Nacional, muchos de cuyos parlamentarios votaron a favor de la iniciativa legal que dio origen a la Universidad. Una tranquilidad para los que creyeron y un honor para los que fueron actores de esta gestión.
Saludamos en este aniversario a su rector, don Raúl Aguilar Gatica, al personal docente, administrativos, alumnos y alumnas y pido que copia de esta intervención les sea enviada para que tomen conocimiento de este homenaje y saludo.
Termino, señor Presidente, señalando como lo dice la letra de su himno:
Cantemos el himno de la Universidad
Cantemos las glorias de la humanidad
Que vivan el arte, la ciencia universal
Que viva, que viva nuestra Universidad.
He dicho.
(Aplausos).
El señor ACUÑA ( Vicepresidente ).-
Se enviarán los oficios solicitados por su Señoría, con la adhesión del Comité de la UDI y de los diputados señores