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Intervención
ESTABLECIMIENTO DEL DERECHO A SIESTA DURANTE LA JORNADA LABORAL. Primer trámite constitucional.

Autores

El señor SILVA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado informante.

El señor SEGUEL.-

Señor Presidente , sé que el proyecto puede provocar risas a algunos diputados y diputadas. Eso, si bien pareciera, legítimo, de algún modo resulta absurdo si no existe preocupación por saber y estudiar el tema. A veces, la ignorancia se transforma en risa. Es bueno estudiar e interiorizarse de los temas antes que reír con tanta facilidad, como lo han hecho algunos diputados públicamente.

En nombre de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, paso a informar, en primer trámite constitucional, sobre el proyecto, iniciado en moción, del diputado que habla, que establece el derecho a la siesta para los trabajadores.

El sueño se origina y se regula en el sistema nervioso central. Desempeña la función de recuperar al cerebro del desgaste de la actividad continua, y actúa positivamente sobre las funciones ejecutivas. Dicho más claro aún, las personas cuentan con mayores posibilidades de razonar y de tomar decisiones cuando hay descanso de por medio. En ese sentido, el dormir es considerado por muchos como una actividad preventiva, pues ayuda a afrontar con mayor lucidez los compromisos.

Si al proceso del sueño se le da el tiempo adecuado y un ambiente propicio, se restauran, rejuvenecen y energizan el cuerpo y el cerebro. La tercera parte de nuestra vida, que debería estar dedicada a dormir, tiene profundos efectos sobre los otros dos tercios, en términos de nuestro estado de alerta, energía, ánimo, percepciones, pensamientos, reacciones, productividad, habilidades comunicacionales, creatividad y buena salud.

Por otra parte, los efectos de dormir mal pueden traducirse, entre otras consecuencias, en acciones retardadas, menor eficiencia, pérdida de memoria, cansancio, irritabilidad, menor habilidad para manejar los problemas, dificultad en permanecer despierto después del almuerzo y de mantenerse alerta mientras se relaja.

A lo anterior se suman las investigaciones efectuadas por el Departamento de Salud del Estado de California, que señala que el setenta por ciento de las personas que han dormido menos de seis horas por noche tiene un índice de mortalidad más alto que el de quienes reportaron que lo habían hecho de siete a ocho horas. Por tanto, es evidente que el sueño es una parte fundamental de nuestra vida y que incide, particularmente, en la calidad de ella.

La siesta tiene una explicación biológica clara, descubierta hace dos décadas. Desde entonces, una serie de estudios han ido demostrando que su práctica es un método infalible para reponer energías y mejorar el estado de ánimo y el rendimiento en el trabajo, así como para evitar accidentes, lo que, en pocas palabra, podría caracterizarse como un aumento en la calidad de vida de las personas que la practican.

Cuando me corresponda hacer uso de la palabra para defender la iniciativa, citaré este punto como la base fundamental del derecho a la siesta.

Tal como se consigna en los considerando de la moción, en 1985 el equipo del doctor Scott Campbell , catedrático de psicología de la facultad de medicina de la Universidad de Cornell, de Nueva York, demostró, por primera vez, que la siesta tiene mucho que ver con el reloj biológico, es decir, con el mismo sistema que nos hace dormir por la noche. Dicho sistema está situado en una zona de cerebro llamada región supraóptica, que es la que controla los cambios diarios de fenómenos fisiológicos y bioquímicos, como el sueño, la vigilia, la liberación de hormonas, los cambios en la temperatura de la piel, la agudeza visual, etcétera. A igual conclusión llega el doctor Emilio Rodríguez Sáez , médico de la unidad de sueño del Servicio de Neurofisiología de la Clínica del hospital general de Vigo, quien reconoce a la siesta como un fenómeno natural, y ha señalado que “la bondad y conveniencia de la siesta es algo que cualquier persona dedicada al sueño recomienda en la actualidad, ya que no es algo que esté biológicamente relegado sólo a la noche. En algunos momentos del día tenemos más necesidad de dormir en relación con la luminosidad del sol, lo cual es variable de unos países a otros, y con el reloj biológico que ponemos en marcha en los primeros días de nuestra vida”.

Sobre la base de dichos antecedentes, no es extraño -a juicio de quien habla- que en los Estados Unidos de América, país que se caracteriza por tener alta capacidad de innovación, se haya reconocido el valor científico de la siesta, y que ésta se esté promoviendo a nivel laboral. Además, debe de haber influido el hecho de que 100 mil accidentes de tránsito son causados en ese país por conductores que se duermen en la ruta, como resultado de los cuales se provocan

1.500 muertes cada año. Además, las privaciones y desórdenes del sueño cuestan, a lo menos, 150 billones de dólares en igual período. Quiero demostrar que en Chile sucede una situación similar.

En Estados Unidos, científicos, como el doctor William A. Anthony , director del Centro de Rehabilitación Psiquiátrica de la Universidad de Boston y director del The Napping Company INC. abogan por que la siesta se convierta en una práctica habitual. Así, el citado doctor está luchando por que las empresas tomen en serio la siesta e incorporen salas de descanso para que los trabajadores puedan reponer energías.

Por su parte, el doctor James Maas , profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Cornell, de los Estados Unidos de América, lleva más de cinco años asesorando a empresas, labor en la cual ha destacado los beneficios de la siesta, que ha sido convertida en la salvadora de los hombres. Ese especialista es autor, junto con Camille Anthony , de los libros “El arte de la siesta” y “La siesta en el trabajo”. Por el momento, ha conseguido la creación del Día Nacional de la Siesta en el Trabajo, que se celebró, por primera vez, el 3 de abril del 2000, en Estados Unidos de América.

En su libro “El arte de la siesta” señala que “el hombre es un animal bifásico, y en el ecuador de la jornada sufre una caída de los niveles de alerta y de las constantes vitales. La única manera de combatirla es con un sueño, preferiblemente breve y ligero, pero suficiente para paliar nuestro déficit de horas de descanso”.

Otra iniciativa de promoción de la siesta es la impulsada por el empresario catalán Federico Busquets , quien se fijó en que muchas personas terminaban dormitando sobre el volante de sus autos o reclinados sobre el asiento, a la espera de volver a la oficina repuestas luego del almuerzo. Por ello, empezó a abrir centros de descanso por todo el estado, denominados “Masajes a Mil”, donde, aparte de otros servicios complementarios de belleza, se ofrece un masaje relajante de diez minutos, seguido de media hora en una silla ergonómica, que mantiene al cliente en posición fetal, en un espacio tranquilo diseñado para aliviar tensiones.

No se trata de una moda, sino que comienza a ser una necesidad. La siesta sirve tanto para el desempeño laboral como para la calidad de vida en general. Ella aumenta el rendimiento -es bueno que lo escuchen los empresarios-: cambia el humor -sobre todo a los malgenios-, alivia tensiones, es gratis, relaja, desconecta y vuelve a conectar; ayuda a tomar decisiones y no tiene contraindicaciones.

En nuestro país, la empresa de uniformes Panelco ha implementado recientemente un novedoso sistema por el cual sus trabajadores disponen de un espacio adecuado especialmente para dormir una siesta de veinte minutos.

Cuando intervenga en la discusión del proyecto daré a conocer un informe que recibí ayer de dicha empresa sobre qué ha acontecido en los tres meses que han transcurrido desde que se implementó la siesta.

No por nada figuras de la talla de Leonardo da Vinci, Johannes Brahms , Salvador Dalí , Winston Churchill , Simón Bolívar , Napoleón, Bill Clinton , Ronald Reagan y tantos ex presidentes chilenos y figuras destacadísimas -por nombrar algunas, los presidentes Aylwin y Frei , y Jaime Guzmán -, han sido grandes dormidores de siesta y han tomado grandes decisiones luego de ésta.

Al respecto, Albert Einstein dijo: “Las siestas son recomendables para refrescar la mente y ser más creativos”, mientras Thomas Alva Edison sentenció: “Soy capaz de dormir como un insecto en un barril de morfina a la luz del día”.

La idea matriz del proyecto es otorgar a los trabajadores chilenos un descanso adicional, a continuación del tiempo de colación, de veinte minutos no imputables a la jornada de trabajo y destinados a la siesta.

La discusión general del proyecto en la Comisión fue bastante agradable, enriquecedora, grata, donde el ánimo de los parlamentarios se pudo relajar, para luego trabajar en serio, y cada uno de sus miembros pudo entregar su parecer sobre el tema.

El proyecto de ley en informe fue aprobado, en general, en la sesión de 5 de agosto del año en curso, con los votos favorables de la diputada señora Adriana Muñoz y de los diputados señores Pedro Muñoz , Edgardo Riveros , Boris Tapia y el que habla. Se abstuvieron la diputada señora Ximena Vidal y los diputados señores Julio Dittborn , Javier Hernández y Pablo Prieto . En consecuencia, el proyecto se aprobó por cinco votos a favor y cuatro abstenciones.

Durante la discusión en general, el subsecretario del Trabajo dijo que, junto con compartir la idea de que la jornada de trabajo y las condiciones de empleo propendan hacia una mayor humanización -esto es, haciendo mayor consonancia entre la calidad de vida del trabajador y las necesidades de productividad-, es necesario considerar paralelamente que las modificaciones de la jornada de trabajo deben observar cuidadosamente los aspectos laterales que dicen relación con el régimen de remuneraciones a que muchos trabajadores están sujetos y que se relacionan íntimamente con la distribución de la referida jornada.

Respecto de este punto, voy a intervenir en la discusión del proyecto para hacer ver la necesidad de que los trabajadores tengan una siesta, por lo que el Ejecutivo propone modificar los horarios laborales en Chile en la famosa “flexibilidad laboral”.

El subsecretario del Trabajo añadió que, a esto, se agrega el hecho de que una eficaz mejoría en las reglamentaciones sobre jornada de trabajo y descanso dentro de ella, debe ir aparejada con elementos que permitan una fluida fiscalización por parte del ente administrativo, ya que, de lo contrario, se crean múltiples expectativas en torno de normas que, en definitiva, no será posible aplicar sino en casos demasiado marginales.

Por su parte, el señor Jaime Godoy Fernández , médico, director del Centro de Estudio del Sueño de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile -por si a alguien le preocupa que no hayamos consultado la opinión de los médicos chilenos-, señaló que el sueño es una necesidad vital irremplazable, al extremo de que, en modelos experimentales con animales, la prolongación indefinida de la vigilia causa la muerte. Por otra parte, el sueño resulta inevitable y prevalece ante otras necesidades básicas, como las de alimentación, de reproducción e, incluso, de supervivencia. Así, incluso en situaciones de riesgo vital, como el soldado en la trinchera o, más comúnmente, el conductor frente a su ve-hículo, puede aparecer el sueño y causar la muerte del individuo.

Agregó que, fisiológicamente, el sueño presenta alternancia con la vigilia en un proceso cíclico determinado por una estructura cerebral, que, en el ser humano, está acoplado con el ciclo luz-oscuridad. Sin embargo, a lo largo de la vida el ciclo sueño-vigilia varía. Así, en el recién nacido, en el curso de 24 horas, hay múltiples ciclos sueño-vigilia, evolucionando progresivamente hasta un ciclo de dos fases en el adulto. Existe, además, en el adulto un claro descenso de la vigilancia en las primeras horas de la tarde, proceso que es también fisiológico y cuya intensidad varía de un individuo a otro.

Recalcó que la privación de sueño y las condiciones patológicas que producen somnolencia diurna anormal inciden en el rendimiento y la seguridad laborales. Se sabe, por ejemplo, que es causa de accidentes de tránsito graves, y que estos se producen en dos momentos peak: en la madrugada y alrededor de las 15 horas, coincidentes con los períodos de mayor tendencia al sueño. Por otra parte, señaló que, según un estudio publicado recientemente en la revista “Sleep”, los insomnes crónicos registran un ausentismo laboral 2.8 veces mayor, y frecuencia de accidentes del trabajo siete veces mayor que los dormidores normales.

Hizo presente que la investigación exhaustiva de gravísimos accidentes, tales como los de Chernobyl, del transbordador Challenger , del petrolero Exxon-Valdez, etcétera, han mostrado que la fatiga física y la privación de sueño, a lo menos, han contribuido significativamente en su ocurrencia. La repercusión que estos mismos factores tengan, en errores menores, en un ambiente cotidiano, que, por su magnitud no son investigados en profundidad, es desconocida, pero, a partir de los datos antes presentados, no hay por qué suponer que la fatiga y la somnolencia no estén también involucrados. Esto es especialmente válido para quienes laboran en turnos nocturnos, que en países desarrollados incluyen un porcentaje significativo de la fuerza laboral.

Manifestó, además, que la siesta produce un significativo alivio sintomático en quienes presentan somnolencia en las tardes; su impacto en el rendimiento y seguridad laborales es difícil de cuantificar. Asimismo, manifestó que el investigador Sallinen ha demostrado que una siesta corta mejora el nivel de alerta -medido en tiempo de reacción visual y pruebas neurofisiológicas de somnolencia- en trabajadores de turnos nocturnos. Por su parte, el investigador Purnell demostró, en ima `rieba cpm un grupo de ingenieros de mantención de vuelos, que una siesta corta -aproximadamente, de veinte minutos- mejora significativamente la velocidad de respuesta al fin del turno nocturno. El efecto benéfico de siestas cortas ha sido también demostrado fuera de los turnos nocturnos, que se ha mejorado el nivel de alerta, el rendimiento y el bienestar subjetivo.

Agregó que existen algunas condiciones médicas, inhabituales, en las que la siesta es parte del tratamiento convencional, como por ejemplo la narcolepsia.

A juicio del señor Godoy , los inconvenientes de una siesta son dos: a) la inercia de sueño, que consiste en un enlentecimiento en los primeros minutos del despertar. Se produce en algunos individuos y puede interferir en la toma de decisiones y en la actividad laboral en general, y b) empeorar algunos trastornos del sueño que requieren más bien un ordenamiento horario, o posponer el diagnóstico en quienes tienen somnolencia diurna excesiva, patológica, cuyo tratamiento es distinto.

En su opinión, la siesta en el lugar de trabajo como mínimo debe ser un derecho toda vez que exista una indicación médica que lo justifique, y es deseable en trabajadores de turnos nocturnos o que desarrollan tareas complejas que requieren de gran concentración por tiempos prolongados, como las del transporte público y de carga, personal de la salud y trabajadores que sientan gran somnolencia en las primeras horas de la tarde.

El señor Augusto Bruna , que asistió en representación de la Cámara Chilena de la Construcción, señaló que, si bien reconoce que siente una profunda simpatía por la siesta y comparte los fundamentos médicos que sostienen esta iniciativa, observa elementos que la hacen inviable, dado el peso y gravamen que importaría para la inmensa mayoría de las empresas, particularmente respecto de los lugares destinados a siesta, habilitación de los mismos, separación por sexos, etcétera.

A su juicio, es menester iniciar estudios que avalen los aumentos de productividad esperados y/o que se considere este derecho dentro de la negociación colectiva.

Finalizó recordando que en el sector de la construcción, con clara tradición en la materia -se refiere a que todos los trabajadores de la construcción duermen siesta-, los convenios nacionales que rigieron el sector entre 1968 y 1980 nunca consideraron esta materia.

El señor Ricardo Claro Valdés -nadie pensará que yo pueda tener algún acuerdo con él por haber presentado este proyecto. Eso está fuera de lugar- manifestó que habitualmente recurre al descanso mediante la práctica de la siesta, y que dicha determinación la adoptó, primero, sobre la base de la experiencia traspasada por su abuelo, quien señalaba que el ejercicio de la siesta no le cortaba el cuerpo y le permitía hacer más llevadera una vida laboral intensa.

En segundo lugar, recordó que durante 1982-1983 debió enfrentar, durante pleno período de crisis financiera nacional, una gran cantidad de problemas personales que le provocaron un severo cuadro de hipertensión, por lo que requirió de atención médica especializada. En esa oportunidad, el médico tratante le prescribió dormir durante la jornada de trabajo, dividiéndola.

En tercer lugar, señaló que su jornada habitual de trabajo es de unas once horas diarias, y llega en oportunidades a catorce, lo que constituye una jornada extensa y agotadora, y cree que la siesta le permite enfrentarla en buenas condiciones.

Asimismo, rescató el hecho de que el autor de la moción nombrara a una serie de personalidades mundiales de reconocida capacidad que habitualmente recurrían al ejercicio de la siesta. Manifestó que podía agregar a algunas otras personalidades, cuestión que permite aseverar que no se trata de un fenómeno de los nuevos tiempos, sino que cuenta con cierta historia a través de los siglos.

Recalcó que no existe ninguna consideración que impida sostener que si él duerme siesta todos los días, sus trabajadores también pueden hacerlo.

Manifestó que su respuesta al tema sigue siendo esa. Sin embargo, recordó que cierta publicación en la prensa motivó a que otros empresarios le manifestaran que este tipo de iniciativas provocarán fricciones con los trabajadores; pero, a pesar de ello, mantiene su posición en cuanto a que los grados de preparación que presentan los trabajadores hoy en día permiten razonar con ellos sin tener que recurrir, necesariamente, a conflictos.

Agregó que mantiene su posición, a pesar de reconocer que existen aspectos por solucionar, como la forma en que se ejercerá el derecho a siesta.

Consultado respecto de las consecuencias prácticas de la implementación de este derecho, señaló que, en lo personal, la siesta aumenta y mejora su productividad, ya que luego de ella se encuentra más lúcido, por lo que normalmente fija las reuniones importantes a horas posteriores a su siesta, aproximadamente, a las 15.30 horas. Manifestó que, aplicada y generalizada al campo laboral, debería ayudar a evitar accidentes del trabajo.

Consultado respecto de la duración de la siesta, señaló que aproximadamente diez minutos es lo adecuado y que, en lo personal, él la toma sentado en su silla, sistema que aprendió de un gran empresario de seguros. Entiende que se trata de una figura de difícil implementación en tareas como las de la minería, pero de fácil ejecución en oficinas. Contundente información la entregada por don Ricardo Claro .

La Confederación de la Producción y del Comercio, representada por don Carlos Urenda Aldunate , argumentó que, tal como señala la misma moción, uno de los fundamentos del proyecto es que la siesta mejoraría la calidad de vida y la productividad de los trabajadores. Señaló que podrían estar de acuerdo en lo primero, pero que lo segundo resulta más que discutible, debido al hecho de que en los países con trabajadores más productivos no se suele dormir siesta. Asimismo, dijo que en la actualidad existen muchas prácticas a las que se les atribuyen los mismos beneficios mencionados, como el deporte, la meditación, la oración, las relaciones sexuales y otras.

Por su parte, los diputados integrantes de esta Comisión que participaron de el debate de esta materia expresaron, en general, su simpatía por la moción en informe, toda vez que ella, además de novedosa, se encuentra avalada por importantes y significativos estudios científicos y por la opinión de docentes que indican que la siesta constituye un elemento revitalizador para el trabajador en el desempeño de sus labores, por lo que manifestaron su disposición a apoyar su tramitación legislativa.

Puesto en votación el proyecto de ley, se aprobó por cinco votos a favor, ninguno en contra y cuatro abstenciones.

El proyecto de ley expresa lo siguiente:

“Artículo Único: Modifícase el artículo 34 del Código del Trabajo de la siguiente forma:

“a) Reemplázase su inciso primero por el siguiente:

“La jornada de trabajo se dividirá en dos partes, dejándose entre ellas, a lo menos, el tiempo de media hora para la colación y veinte minutos adicionales de siesta. Este período intermedio no se considerará trabajado para computar la duración de la jornada diaria”.

“b) Agrégase el siguiente inciso segundo, nuevo, pasando el actual segundo a ser tercero:

“En el caso de que el trabajador haga uso del período de descanso adicional señalado en el inciso anterior, deberá compensar dicho tiempo en la forma que acuerde con su empleador”.

“c) Sustitúyase, en la primera oración de su actual inciso segundo, que ha pasado a ser tercero de acuerdo con la modificación anterior, las expresiones “el inciso anterior” por las expresiones “los incisos anteriores”.”

Es todo cuanto tengo que informar.

He dicho.

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