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COMENTARIOS SOBRE SITUACIÓN PERSONAL DEL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Como el Diputado señor Moreira se pasó en dos minutos, al Comité del Partido por la Democracia le corresponden 10 minutos.

Tiene la palabra el Diputado señor Ávila .

El señor ÁVILA.-

Señor Presidente, no sé cómo Bill Clinton pudo permitir el linchamiento moral de que fue objeto. Al primer manotazo a su privacidad debió replicar tajantemente.

¿Y por qué no juzgan a la Tati Penna, que todas las semanas realiza una guerra de sexos con invitados y todo?

El Presidente de Estados Unidos practicó sólo inofensivos ejercicios de enlace. Dispuso para ello de la mínima contraparte posible. Con menos, simplemente no hay lucha; sería ir a la pelea de un modo virtual. Pero eso era rendirle culto a Afrodita, propia de los desvalidos, y no estaría bien para la oficina ovárica.

Para mi gusto, a Clinton le faltó explicar algo crucial. Nunca dejó de lado sus responsabilidades. De hecho, dialogó telefónicamente con un congresal mientras la señorita Lewinsky hacía tierra. Pero eso no es criticable. ¿Acaso ignoran lo desagradable que es manipular aparatos con electricidad estática?

Digámoslo claro: el fiscal Starr quería una cabeza. No me pidan ser tan específico. En Chile, a las personas agudas y perspicaces les decimos que ven bajo el agua. Clinton, además, se guía por cuadrículas sensoriales cuya precisión ha merecido reconocimiento mundial, mucho más que los llamados bombardeos quirúrgicos en el golfo.

Los destructores “Williams” y “Riveros”, buques estrellas de nuestra Armada, pasaron 32 de sus 38 años de vida operativa sin dar en el blanco. En cambio, Bill lo logró al primer intento, pero, según advierto, no utilizó el armamento convencional, es decir, el cañón corto de tiro rápido y recarga automática. Optó por una modalidad francamente creativa. Una suerte de misil nicotínico, tipo habano, que se aparta por completo de las modalidades clásicas. Desde luego, no es aire-tierra, aire-mar, ni nada de eso. Si fuere forzado a caracterizarlo, diría que se trata de un torpedo de emplazamiento recóndito, sin carga celular, propulsado mecánicamente. Va apagado, para que al hundirse en la zona de impacto, no genere un bochornoso siniestro. ¿Se imaginan? Menudo problema con el extintor si éste no se encuentra a punto.

Para mí, la defensa ha sido frágil. ¿Por qué permitir que se llame sexo oral a lo derivado de una simple confusión? Me explico. Cuando aquel viernes 17 Clinton abatió su cremallera, la señorita Lewinsky , con la experiencia del tabaco, resolvió no dejarse sorprender otra vez. ¡Ahora lo fumo!, exclamó. La sorpresa quedó atesorada en el célebre vestido azul.

Otra tesis dice que la señorita Lewinsky resultó estudiosa de la ornitología. En realidad, una naturalista no deja de brindar respiración artificial si, a pedir de boca, por decirlo de alguna manera, se encuentra con una avecita mustia. Ahí, la socorrista no tiene disyuntiva. Debe extraer el anhídrido carbónico y aflojar las ropas del entorno. Ahora, si lo que emergió del nido fue un soberbio mirlo blanco, la señorita Lewinsky no podía dejar de admirar tan extraordinaria rareza.

En fin, es posible hacer muchas disquisiciones, pero debemos estar claros. Bill Clinton no es el Príapo moderno, de aspecto faunesco y sexo febril.

Por otro lado, Mónica Lewinsky no es la diosa griega que simboliza el deseo. Ambos son personas tan normales como cualquiera. Simplemente, sucumbieron a las debilidades propias de todo ser humano.

Pregunto, ¿quién está en condiciones de lanzar la primera piedra?

He dicho.

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