Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 26
- Celebrada el 09 de agosto de 1995
- Legislatura Ordinaria número 331
Índice
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Adhesión
ANTECEDENTES SOBRE CONSTITUCIÓN DE RESERVA ECOLÓGICA EN REGIONES DÉCIMA Y UNDÉCIMA. Oficios.
Autores
El señor ULLOA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Diputado señor Fuentealba.
El señor FUENTEALBA.-
Señor Presidente, quiero referirme a un tema planteado desde hace muchas semanas en la discusión pública, relacionado con la intención de un ciudadano extranjero de constituir en la zona sur de nuestro país una reserva ecológica.
Debo reconocer que, sobre la materia, no tengo un criterio formado ni una opinión.
El objeto de mi intervención es, precisamente, recabar de las autoridades correspondientes, los antecedentes que hagan posible conformarse un criterio y un juicio sobre dicha propuesta.
No obstante, surgen ciertas dudas respecto de las intenciones definitivas de ese ciudadano extranjero.
He solicitado al Comité de Inversiones Extranjeras un listado de las autorizaciones que se han extendido para la internación de capitales tanto a ese ciudadano como a sociedades relacionadas con él, de las cuales es socio mayoritario.
Quiero mencionar, por ejemplo, que el 18 de agosto de 1994, el señor Douglas Tompkins presentó una solicitud para invertir en el país 2 millones de dólares, con el fin de pagar un aumento de capital de la Sociedad Agrícola Forestal Riñihue Ltda., que tiene por objeto la adquisición y explotación de predios forestales en las Regiones Décima y Undécima. Aquí no se está hablando de cuestiones medioambientales o filantrópicas.
Con fecha 21 de agosto de 1991, la Sociedad Inmobiliaria Forty Degrees South solicitó una autorización al Comité de Inversiones Extranjeras para invertir un monto de 2 millones de dólares, el que se destinará a la adquisición y explotación comercial de predios forestales, sea en forma directa o indirecta.
La misma Sociedad Inmobiliaria, con fecha 9 de noviembre de 1993, solicitó nuevamente una autorización para invertir 2 millones de dólares, con el objeto de adquirir predios forestales y proceder a su explotación comercial a cualquier título, sea en forma directa o a través de sociedades o asociaciones en las que participe.
En forma paralela, algunas sociedades de las cuales forma parte este inversionista, como El Bosque Pumalín Foundation, solicitó también una autorización para invertir 5 millones de dólares, con el objeto de adquirir en forma directa o indirecta, predios en las Regiones Novena, Décima y Undécima, para fines filantrópicos de conservación del medio ambiente.
Curiosamente, de esta autorización sólo se ha concretado un monto de 256 mil dólares. ¿Por qué? Porque resulta -es una mera suposición- que con estos fondos se pretendería adquirir solamente 20.800 hectáreas de un predio denominado Quitupué o Quitupén y, al mismo tiempo, esta misma Sociedad Inmobiliaria El Bosque Pumalín Foundation estaría adquiriendo, por parte de la Empresa Constructora Fe Grande Limitada, bosques que representan alrededor de solamente 24.163 hectáreas; todo lo cual nos hace preguntarnos dónde están las 300 mil hectáreas de las cuales se habla en los medios de comunicación, que se destinarían precisamente a la reserva ecológica o a la conservación del medio ambiente.
Resulta curioso que la sociedad de inversiones Quitupué, que también ha solicitado con fecha 26 de marzo autorización para invertir un millón 180 mil dólares y adquirir 20.800 hectáreas del predio del mismo nombre, ubicado en la comuna de Puerto Montt, sólo haya concretado la suma de 486.670 dólares para los fines filantrópicos.
Con estos breves antecedentes, resulta interesante tener, de una vez por todas, los necesarios para conocer el proyecto que se va a realizar en la zona sur de nuestro país.
Antes de solicitar oficios a las autoridades de gobierno que corresponden, quiero señalar los criterios mínimos que, a mi juicio, deben observarse en esta materia.
En primer lugar, debe existir un cumplimiento irrestricto del ordenamiento jurídico nacional por parte de cualquier inversionista extranjero. Atenerse a las normas jurídicas de nuestro estado de derecho, con el fin de respetar los derechos de propiedad, de libertad, de libre circulación, etcétera.
En segundo lugar, debe existir claridad en las adquisiciones que se están efectuando a nombre del señor Tompkins, ya sea directamente por él o por las sociedades relacionadas, de las cuales he mencionado algunas.
En tercer lugar las autoridades nacionales deben estar muy atentas a que se observen las políticas y programas estatales que se ejecutan en estas áreas, relacionados con el asentamiento humano, el poblamiento, el desarrollo sustentable y la explotación de riquezas naturales.
En cuarta lugar, es absolutamente necesario e imprescindible que se asegure el tránsito libre, seguro, expedito por todos los caminos públicos que puedan cruzar las propiedades del señor Tompkins o de las sociedades en las cuales él tiene participación, de manera tal que la Carretera Austral pueda utilizarse libremente y que los asentados en esas zonas que no van a vender o ceder sus derechos al señor Tompkins o a sus sociedades relacionadas, tengan libre tránsito y puedan acceder a sus predios.
En quinto lugar, que exista respeto a las actividades que en materia acuícola o pesquera estén llevando a cabo empresas autorizadas legalmente por el Servicio Nacional de Pesca. También debe haber respeto para que el Servicio Nacional de Geología y Minas, Sernageomín, pueda, definitivamente, terminar de elaborar la carta metalogénica correspondiente a las regiones en los cuales se ubican estos predios.
En sexto lugar, es necesario que Bienes Nacionales haga un catastro de los colonos que habitan la región entre los paralelos 42° y 43°; su exacta ubicación y la información completa acerca de su situación en materia de comunicaciones u otras que les permitan desarrollar su vida diaria o cotidiana o que la afecten.
Por último, es importantísimo que el Ministerio del Interior obtenga de parte de este inversionista extranjero o de las sociedades relacionadas con él, un listado completo de las propiedades adquiridas en el país, con el objeto de saber a qué número de hectáreas nos estamos refiriendo y a qué tipo de propiedades.
En consecuencia, solicito que se envíen los siguientes oficios:
1°.- Al Director del Sernageomín, para que nos informe del estado actual de elaboración de la carta metalogénica correspondiente a las Regiones Undécima y Duodécima, particularmente en aquellas áreas en que se ubican los predios que ya son del señor Tompkins.
Tengo entendido que la carta metalogénica abarca varios de los predios que hoy son de propiedad del señor Tompkins. Por supuesto, la negativa suya al ingreso de funcionarios a hacer los relevamientos respectivos va a impedir que el día de mañana contemos con una información minerogeológica de una zona extremadamente importante para nosotros.
2°.- Al Ministro de Defensa, para que se pongan a disposición del Diputado que habla los informes evacuados por el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros con respecto a la situación geopolítica que significa la adquisición de estos predios.
3°.- Al Ministro del Interior, para que ponga a disposición del Diputado que habla el informe evacuado por la Dirección General de Investigaciones sobre la misma materia.
4°.- Al Director de Impuestos Internos, para que informe acerca de la situación tributaria e impositiva de las denominadas sociedades Grupo Pumalín, Forty Degrees South, Bosque Pumalín y Quitupué.
5°- Al Director del Servicio Nacional de Pesca, para que informe sobre las actividades acuícolas y pesqueras que se realizan en las Regiones Undécima y Duodécima, que afectan a propiedades del señor Tompkins, y acerca de una denuncia hecha por este inversionista extranjero sobre una matanza de lobos marinos.
Señor Presidente, solicito estos oficios porque, a mi juicio, es conveniente debatir públicamente el tema, para que el día de mañana los parlamentarios, cuando tomen alguna decisión, cuenten con todos los antecedentes y lo hagan en forma ilustrada e informada.
Aquí no hay cuestiones ideológicas ni políticas; sólo me mueve el interés de defender realmente la integridad de mi patria, a los ciudadanos que habitan en esa región, que son nuestros compatriotas, asegurarles su libertad como personas y como ciudadanos y, sobre todo, como chilenos que están haciendo precisamente nación, al instalarse en esos lugares tan alejados.
He dicho.
El señor ULLOA (Presidente accidental).-
Señor Diputado, el señor García-Huidobro le solicita una interrupción.
El señor FUENTEALBA.-
Con la venia de la Mesa, no tengo ningún problema.
El señor ULLOA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Diputado señor García-Huidobro hasta por dos minutos.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Señor Presidente, no sólo quiero adherir a los oficios solicitados por el Diputado señor Fuentealba, sino también a sus palabras.
La situación de las Regiones Undécima y Duodécima involucra una decisión política que deberá adoptar el Presidente de la República, posiblemente en los próximos días, porque están llegando al país grupos de personas con fines que deseamos conocer.
Hasta hoy, el famoso proyecto ecológico del señor Tompkins es un cuento que nadie conoce; ni siquiera lo ha presentado a las autoridades. Por lo tanto, es importante saber cuáles son los objetivos que persiguen estas "sectas", así debo decirlo, que en otras partes apoyan activismos que van mucho más allá de lo que nuestro país puede aceptar.
Insisto en mi adhesión a las palabras del colega Fuentealba, porque hace meses cuatro parlamentarios también solicitamos la información y hasta hoy no se nos ha proporcionado.
Asimismo, quiero manifestar mi reconocimiento a la decisión del Presidente de la República de adquirir el fundo Huinay, porque está dando una gran señal al país sobre la unidad territorial de nuestra patria y también de la defensa de los colonos, pisoteados por este ciudadano y magnate norteamericano apoyado por chilenos. Creíamos que iban a defender a los más pobres, pero han hecho justamente lo contrario: defender a un magnate en contra de los pobres de nuestra patria.
He dicho.
El señor ULLOA (Presidente accidental).-