Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N°76
- Celebrada el 26 de septiembre de 2018
- Legislatura número 366
Índice
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Intervención
CONCESIÓN DE NACIONALIDAD CHILENA, POR ESPECIAL GRACIA, A SEÑOR ADOLF CHRISTIAN BOESCH (SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 11183-17)
Autores
El señor VENEGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Iván Flores .
El señor FLORES.-
Señor Presidente, quiero recordar a mis colegas, especialmente a quienes somos del sur, que cuando se fundó la Universidad Austral, su rector fundador, Eduardo Morales -único médico especialista en urología en la zona-, decía que el sur de Chile merecía tener un centro de educación superior, pero que fuese distinto a los demás, que no solo se preocupase de formar buenos técnicos, principalmente en el área agrícola, sino también que se preocupase de regresar al principio fundacional de la enseñanza superior: la universalidad, que no solo implica formar buenos profesionales en términos técnicos, sino también mejores personas, integrales, completas.
Él decía que había que sacar toda la capacidad humana, muchas veces oculta en la vorágine cotidiana, y transformarla en la amplitud de lo que un ser humano puede representar y desarrollar.
Así, entonces, junto con las carreras del agro, el rector Morales creó la Facultad de Bellas Artes, para que los futuros profesionales pudieran desarrollarse complementariamente en el mundo de las artes, en el que había escultura, pintura, danza y mucha música. Además, Morales completó su triángulo virtuoso con el desarrollo de la espiritualidad, dentro de lo que significaba ese compromiso en los años 50, tiempos en los que solo unos pocos llegaban a la educación superior, y él trataba de hacer que cada uno de esos profesionales pudiera también llegar a ser un transmisor del desarrollo integral de la persona humana.
Me voy a referir al caso particular de la música, porque está demostrado con creces que el arte, en todas sus expresiones, desde las más doctas hasta las más cotidianas, en especial la música, genera una condición especial en la persona y en su capacidad de desarrollar sus talentos. Con ello me refiero a todos los talentos, y no solo a aquellos que dicen relación con el arte o con la música. Algo pasa cuando la persona adquiere ciertos conocimientos que permiten enfrentar otros desafíos, que para muchos de nosotros son complejos.
Tal como aquí se ha mencionado, la escuela en Panguipulli que el señor Boesch patrocina y que acogió hoy es el establecimiento educacional que en la actualidad exhibe el mejor resultado de la comuna en la prueba Simce , porque cuando un niño es formado no solo en la parte humana y espiritual, sino también a través del talento que la música imprime, se obtienen mejores resultados en matemáticas, en ciencias y en otras disciplinas del saber.
En la Región de Los Ríos existe otro ejemplo de iguales características, el de una pequeña escuelita que surgió gracias a un grupo de padres interesados en que sus hijos aprendieran, por lo menos, un instrumento musical. Con el tiempo se transformó en la escuela Juan Sebastián Bach , de Valdivia, la cual ha obtenido uno de los mejores resultados, en la que niños de cortísima edad son capaces de hacer un trío de flauta traversa o de conformar una orquesta de cuerdas del mejor nivel, con buenos rendimientos en las otras materias que el programa de estudios exige.
Quiero señala que, años atrás, como un ciudadano más, tuve la oportunidad de visitar el predio Papageno , convidado por el director del coro de la Universidad Austral. En ese lugar, sentado en la pradera, compartí con adultos, con niños y con jóvenes de esa y otras localidades, con un busto de Mozart al frente y la cordillera de Los Andes de fondo. ¡Qué majestuoso! En ese lugar pude sentir la sensación de enormidad que ofrece la música, ejecutada magistralmente por niños y jóvenes, en un escenario como aquellos que ofrece la Región de Los Ríos, que en conjunto conmueven.
Sin embargo, principalmente conmueve el espíritu que existe en la Fundación Cultural Papageno en torno a los encuentros musicales, por el significado que tienen en el concepto amplio y generoso del desarrollo humano integral.
El señor Adolf Christian Boesch lleva treinta años en Chile, tiempo en el que se ha preocupado de despertar talentos con la misma generosidad de los grandes hombres, de los seres humanos con mayúscula, de las personas que definen su vida en términos de vivirla para los demás.
Él podría haberse quedado en su país de origen, Austria -una gran y maravillosa nación-, sobre todo con la fama y fortuna que le había generado su talento y como una de esas personas que son capaces de expresar su potencialidad en toda su extensión, pero decidió venirse al sur de Chile, a una comuna rural, la cual, tal como lo indican las encuestas socioeconómicas, todavía acumula una pobreza brutal y una falta de servicios que es evidente a simple vista. A pesar de aquello, él decidió instalarse allí y comenzar a trabajar para los miles de niños que han pasado no solo por sus centros formales de estudio, sino también por estos encuentros musicales. Él decidió vivir su vida para los demás.
También quiero hacer un acto de justicia, además del que hacemos hoy con el señor Boesch , y felicitar y agradecer también a los autores de esta iniciativa, al entonces senador Matta y a los senadores De Urresti y García , porque iniciaron lo que de verdad corresponde a gente bien nacida de nuestro país, porque buscan incorporar en plenitud a nuestro Chile a este gran músico y, lo que es mucho más importante, a esta gran persona a la ciudadanía chilena.
No me cabe duda alguna de que, tal como conversé recién con los colegas Cosme Mellado y Manuel Matta , esta iniciativa será aprobada por unanimidad, como señal de agradecimiento del Congreso Nacional a la labor realizada por don Adolf Cristian Boesch en favor de nuestro país, pero en especial por el sur de Chile.
He dicho.
-Aplausos.