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Homenaje
HOMENAJE A LA COMPAÑÍA DE TEATRO ICTUS, CON MOTIVO DE CUMPLIRSE SESENTA AÑOS DESDE SU FUNDACIÓN

Autores

El señor POBLETE (de pie).-

Señor Presidente, como actor del Ictus en comisión de servicio en la Cámara de Diputados, quiero agradecer este homenaje en nombre del Teatro Ictus, de Nissim Sharim y en el mío propio.

Voy a permitirme hacer uso de las palabras que dijera Nissim Sharim cuando a Ictus le fue entregado el premio René Cassin , por su infatigable defensa de los derechos humanos:

El ser humano siempre ha necesitado y esperado del arte una explicación a necesidades no resueltas en la vida social. Y los artistas, sabiéndolo o no, siempre han buscado la expresión de aquello que sienten verdadero, individualizador, contestatario y auténticamente transgresor. El encuentro de ambas necesidades permite que se produzca el fenómeno artístico.

Borges sostiene que el arte no es más que un sueño dirigido, un sueño lúcido que perdura. Así como lo que se sueña no solo depende del soñador, la dirección del sueño casi nunca depende de inspiradas premeditaciones; más bien depende de espléndidas pesadillas o de milagrosos descubrimientos.

Dice el vate:

“Los poetas no inventan los poemas;

El poema está en alguna parte, ahí detrás; Desde hace mucho tiempo está ahí,

El poeta sólo lo descubre.”

Ictus nace por el año 1955. Desde entonces y hasta nuestros días, es el único grupo de teatro independiente que puede mostrar una trabajo ininterrumpido, con un teatro serio y profundo, que ha reescrito la historia de nuestro país en estos sesenta años de vida.

Nació transgresor. Un grupo de estudiantes de la Universidad Católica reniegan de su casa matriz para dar vida a este colectivo. A los nombres de Mónica Echeverría , Paz Irarrázaval , Irene Domínguez , Sonia Azócar , Marina González , Julio Retamal , Enrique Silva , Carmen Undurraga , Julio Rubio y Germán Becker , se suman más tarde los de Jaime Celedón , Claudio Di Girolamo y Jorge Díaz .

En su primera etapa, se hace cargo de traer a Chile lo mejor del teatro contemporáneo de su tiempo y permite el nacimiento del dramaturgo más prolífico de nuestra escena, Jorge Díaz . El cepillo de dientes, con Carla Cristi , Jaime Celedón y la dirección de Claudio Di Girolamo, fue uno de sus primeros éxitos.

Su primera etapa itinerante deviene con el Petit Rex, el Teatro de la Satch, el Teatro Lex e, incluso, el Teatro Municipal, hasta llegar a tener domicilio en la sala La Comedia, de Merced 349, en 1962, estrenada con otro gran éxito de Jorge Díaz, El velero en la botella. Allí, entre otros, se incorpora Nissim Sharim .

Dice Sharim: “Desde mi muy temprana juventud pensé que el teatro sería mi manera de entender la existencia. Recuerdo la primera vez que asistí como espectador a la Sala La Comedia. Fue en 1962: pensé y le dije a mi mujer, que me acompañaba en la platea: “¡Qué de cosas se me ocurrirían si yo tuviera este teatro!”.

Al poco tiempo ingresaba al Ictus, desde donde ya nunca más me movería.”.

Era el año 1962, y el Ictus emergía con un atractivo escénico que ninguno de sus integrantes sospechaba.

Dice Sharim: “Mi interés y necesidad y el interés y necesidad de mi grupo, en los años 60, por traer a nuestros escenarios a las nuevas figuras y formas dramáticas que nacían en Europa, en los Estados Unidos y en nuestra propia tierra; el absurdo y la irreverencia, el humor y la transgresión a los valores más convencionales de la época, coincidían con la necesidad de un grupo social por penetrar en ese mundo de pequeños delirios, aunque sólo fuera a través del imaginario.”

Obras de esa época fueron Réquiem para un girasol, de Jorge Díaz , y El cuidador, de Harold Pinter.

El teatro La Comedia obligó a la profesionalización paulatina del grupo, a la búsqueda de un estilo de producción y a la consecución y mantención de un elenco estable de teatristas.

Por allí pasaron muchos de los teatristas que hoy son ampliamente reconocidos por el medio, como el propio Jorge Díaz , Jaime Celedón , Delfina Guzmán , Andrés Rillón , Nelson Villagra , Héctor Noguera , Roberto Parada , Maite Fernández , Cristián García Huidobro , Patricio Contreras , Francisco Reyes , Paula Sharim , Amparo Noguera , Gloria Münchmeyer , María Elena Duvauchelle , Hernán Vallejo , Loreto Valenzuela , Elsa Poblete , Víctor Jara , José Secall , Edgardo Bruna , Osvaldo Osorio , Gustavo Meza , Julio Jung , solo por mencionar a algunos que han estado en el Ictus.

Y entre las obras se cuentan: Variaciones para muertos de percusión, El nudo ciego, El lugar donde mueren los mamíferos, Introducción al elefante y otras zoologías.

La era de los 60 representó para el mundo y para nuestro país una convulsión histórica que necesitaba revisarlo y cambiarlo todo, con una modalidad a la que, por cierto, adhirieron los fundadores de Ictus: se sabía muy bien lo que no se quería, aunque se vacilaba, discrepaba o se ignoraba aquello que se quería.

En 1969, Ictus cruza las paredes del teatro La Comedia y prueba su fórmula creativa en Televisión Nacional de Chile con el programa “La Manivela”, emitido sin interrupciones hasta 1973.

El ritmo de producción televisiva abre nuevos horizontes. El humor, entendido como un sofisticado instrumento de liberación, se fija como estrategia predilecta, y sus efectos se ven ahora multiplicados al interactuar con audiencias no familiarizadas con al ámbito teatral. A nivel interno, este nuevo formato permitirá consolidar un modo productivo ya insinuado en las obras de fines de esa década: la creación colectiva. En tanto método de trabajo, de invención y puesta en escena, ella se convertirá en una característica estética definitoria de Ictus.

En los 70, Ictus quería saber cómo iba a ser el fenómeno del cambio. Mientras aplaudía la nacionalización del cobre, exploraba artísticamente cómo se produciría la metamorfosis en las relaciones amorosas a través de obras y formas de trabajo que coincidían con las necesidades de un sector importante de espectadores que buscaba respuesta a ellas.

La idea de descubrir el anuncio de un porvenir, que solo ahora podemos enunciar, estaba implícita en la elección, montaje y exhibición de obras como Lenta danza en el patíbulo; Billy , el mentiroso, y Libertad, libertad.

La idea de compartir carcajadas con el público, invitándolo a descubrir un mundo real sin certezas, tiene que haber informado las importantes cuotas de humor que, incorporadas a obras como Cuestionemos la cuestión, Introducción al elefante y otras zoologías, y Tres noches de un sábado, permitían a los actores, directores y autores descubrir el sentido de sus propias conductas, contribuyendo a generar la necesidad de un estilo de producción que se expresó en la creación colectiva y sus diversas modalidades.

Y vino el golpe. Tras el golpe de Estado de 1973, la censura y la restricción a los derechos civiles convierten a la sala La Comedia en espacio de resistencia. Las obras de Ictus comienzan a vocalizar los miedos y esperanzas de una comunidad política que lentamente se rearticula.

En respuesta al cerco mediático impuesto por el régimen y gracias a la ayuda de ONG extranjeras, Ictus organiza en 1978 una productora independiente de televisión, Ictus TV, para grabar programas en video que serán difundidos en escuelas, poblaciones, sindicatos, circuitos alternativos e, incluso, en el extranjero, con el fin de contrarrestar la propaganda oficialista.

De allí salieron documentales y argumentales como Andrés de La Victoria y Sexto A, de Di Girolamo; El 18 de los García, de Radrigán y Di Girolamo ; Historia de un roble solo, de José Donoso y Silvio Caoizzi , solo por mencionar algunas de sus producciones.

Paralelamente, el método de creación colectiva ofrece un valioso espacio de libertad en un entorno autoritario.

Sharim dice: “Durante la época de la Gran restricción -la dictadura nuestra necesidad fue visceral y la de nuestros espectadores, también. Concurrían a la sala para encontrar con asombro un universo que parecía perdido y nosotros vivíamos con ellos la magia de la recuperación.”.

Nuestra vida siempre ha sido una extraña y singular mezcla entre la poesía y la historia, que es como suelen definirse nuestros personajes. Atravesamos por momentos en que ha sido difícil distinguir el escenario de la vida real. La coexistencia de nuestra Primavera con una esquina rota, con el terrible asesinato del hijo de nuestro compañero Roberto Parada , en 1985, es una de las demostraciones más patéticas. En el escenario ocurría lo que la realidad confirmaba o quizás en la realidad sucedía lo que el escenario había anticipado.

El encuentro de necesidades adquiere su más expresiva dimensión en esta confrontación entre la realidad y la magia.

Uno de los personajes de Shakespeare -Próspero, en La tempestaddice: “Estamos hechos de la misma materia que los sueños”. Se me ocurre que los teatristas hacemos teatro para averiguar de qué materia estamos hechos.

Continúo citando a Nissim Sharim : “Una vez me preguntaron qué mensaje le daría a la gente que no le gusta el teatro. Dije: que vayan a los conciertos, al fútbol; que escriban, que militen en política, que se apasionen por algún sueño, que defiendan alguna idea grande, que sean activos; que se comprometan con la idea que desde cualquier plano se puede hacer algo para enriquecer, hacer más digna y más hermosa la vida propia y la de los demás.

Alguien dijo que la vejez o la longevidad eran formas de insomnio existencial.

Los teatristas de Ictus -yo por lo menos, dice Sharim-queremos vivir la longevidad como juventud acumulada en plenitud y transformarla de insomnio, en un espléndido sueño creativo. El arte nos alienta a cumplir la utopía a la que hemos sido destinados.”.

Las obras de Ictus estuvieron siempre vinculadas a esa ilusión, a esa promesa misteriosa. La mar estaba serena, La noche de los volantines y tantas obras que inventamos y trabajamos con algunos de los mejores escritores de nuestro medio: José Donoso , Carlos Cerda , Sergio Vodanovic , Alfonso Alcalde , David Benavente , Marco Antonio de la Parra y, claro, por supuesto y muy especialmente, Jorge Díaz , y más, porque son más de noventa montajes en sesenta años: Prohibido suicidarse en Democracia, Oleanna , Sostiene Pereira , Einstein , Feliz nuevo siglo doktor Freud, El efecto mariposa, Amores difíciles, Sueños de la memoria.

Ictus ha suscrito de distintas maneras, claro, las palabras del dramaturgo David Mamet , que dice: “Nos hemos reunido para descubrir de una vez qué es lo que pasa en este mundo. Sin esta disposición puede obtenerse entretenimiento, pero no arte”.

Creemos que el arte es lo que permite la penetración en la escondida intimidad de los sentimientos, en su vida secreta y misteriosa.

Creemos que la cultura es el plano principal de cualquier orientación política seria. Reeducar el alma de los chilenos; desintoxicarla; rescatarla de tanta indiferencia espirituosa y alarde pragmático. Entender, como dice el viejo sabio, que la vida es sagrada, que de allí emanan todos los demás valores y que el sentido de una vida individual es hacer de la existencia de los demás algo más noble, más digno, más hermoso.

Este reconocimiento de hoy honra y dignifica nuestro trabajo. Este reconocimiento nos obliga a perseguir el conocimiento y dejar el mundo convertido en algo mejor de lo que era cuando llegamos a él.

Este reconocimiento nos estimula a explorar el mundo para encontrar ese poema que siempre ha estado ahí, esperando que alguien lo descubra. Ese poema dice así:

“Transite por las zonas oscuras de la existencia. Reúna los silencios necesarios; penetre la superficie de las cosas; convoque a hombres y mujeres; invénteles la verdad; hábleles despacio y con cariño; convierta el misterio en coloquio y luego transforme el coloquio en algo que seduzca, encante o conmueva. Así estará haciendo arte.

Así se estará moviendo en el plano de la cultura. Así estará en el corazón de Ictus”.

He dicho.

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