Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 97
- Celebrada el 07 de noviembre de 2007
- Legislatura Ordinaria número 355
Índice
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El señor WALKER (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Jorge Sabag.
El señor SABAG (de pie).-
Señor Presidente , quiero comenzar con las ideas que nacieron en la mente de don Nibaldo Mosciatti y que hoy es el lema de la radio Bío Bío: “El hombre que no es informado no puede tener opinión. El hombre que no tiene opinión no puede tomar decisiones”.
Quiero saludar en forma muy especial a una mujer que siempre apoyó en todo a don Nibaldo y que sin ella él nunca podría haber logrado lo que hizo en su profusa vida. Saludo a la distancia a la señora Olga Olivieri Aste , viuda de nuestro homenajeado, a sus hijos Florencia , Cecilia , Tomás , Piero , Nibaldo , Mauro , Ezio y Gian Piero .
Hace exactamente un mes, la noche del sábado 6 de octubre de 2007, pasaba a mejor vida en Concepción don Nibaldo Mosciatti Moena , destacado hombre de la radiodifusión de la Región del Biobío y del país, quien hizo de las comunicaciones la pasión de su vida, dejando como un legado a la región y al país la radio Bío Bío, que transmite de Arica a Punta Arenas, como asimismo un notable ejemplo de veracidad y espíritu libre que creemos necesario destacar.
Es por ello que inmediatamente solicitamos a la presidencia de la Corporación , junto a los diputados Eduardo Díaz del Río, Alfonso De Urresti y Enrique Estay , la realización de este homenaje como una manera de hacer un alto en nuestras actividades para reflexionar sobre los valores que encarnó nuestro homenajeado, tan necesarios para una convivencia genuinamente civilizada y democrática.
Puede ser todo eso, sin duda, pero ahí no se agotaría el recuerdo y el homenaje para este hombre que nos dejó un legado como persona, como empresario, como esposo, como padre de familia, como chileno amante de su patria, como demócrata, dispuesto a jugarse por la democracia en la que él creía como cristiano, convencido de la necesidad imperiosa de la solidaridad, del apoyo y defensa de los más humildes, de los que no tienen voz.
Ya lo dijo su hijo Tomás el día de sus funerales. “A mi papá no le gustaban los discursos. A él le gustaba conversar”. Sin duda, fue ajeno a todo boato sin sentido, a los respetos humanos que nos llevan muchas veces a actuar sólo para que nos vean los demás y se formen una buena impresión de nosotros. Eso no tenía cabida en el espíritu de nuestro homenajeado.
Un hombre que vivió toda su vida en una provincia de Chile y que desde esa provincia proyectó su obra a todo el país y más allá de éste, logró movilizar con su fallecimiento a todos los sectores nacionales, desde autoridades de gobierno hasta el más humilde de los ciudadanos que, a través de la radio, sabía que siempre tuvo en Nibaldo Mosciatti a un defensor irrestricto e incondicional.
Son propios de él los episodios que han contado en más de una oportunidad algunos de sus colaboradores más cercanos, como que canceló un contrato con algún avisador porque el producto que promocionaba había frustrado las expectativas de los auditores de la radio, quienes acudían a los estudios a reclamar. O que ha sido el único empresario radial que se daba el lujo de rechazar una determinada publicidad porque contrariaba la línea de independencia irrestricta de su medio de comunicación. ¡Todo un ejemplo a la libertad de conciencia!
No son pequeños ni escasos los gestos de la más alta nobleza que cuentan muchos funcionarios y profesionales de la radio que don Nibaldo tuvo para ellos, para sus familias, especialmente, en casos de alguna crisis personal o familiar o para alguna fecha especial, como cuando los días 31 de diciembre, a la medianoche, llegaba a los estudios de la radio Bío Bío a saludar al personal que había quedado de turno.
Los grandes hombres se retratan no sólo por los grandes gestos como los que tuvo don Nibaldo, sino de preferencia por los gestos sencillos, anónimos, esos que casi nos trascienden o que quedan reducidos al conocimiento de sólo un grupo. Como ese proyecto, por ejemplo, que tuvo con la escuela de sordos de Concepción, donde acudían niños de todas las comunas de la región. Don Nibaldo creó en su radio un sistema de comunicación para que esos niños, que vivían internos, pudieran comunicarse con sus padres en Los Ángeles y Lebu. Él lo creó, él lo ofreció con sencillez, yendo personalmente a la municipalidad de Concepción.
Otros recuerdan con admiración la posición que tuvo ante las autoridades de la época cuando las relaciones de Chile y Argentina estuvieron tan críticas que casi se desencadena un conflicto bélico.
En las reuniones a las que asistía como representante de un medio de comunicación, dejó en evidencia su profundo espíritu de amor a su patria por encima de cualquier otra consideración.
Pero no sólo en esa época. Ahí está radio Bío Bío de Lonquimay, uno de sus proyectos más sentidos y queridos. Sin publicidad, una radio fronteriza que permitió a los habitantes de esa comuna y esa zona escuchar la voz de gente de su país, ya que de preferencia oían radios argentinas que llegaban con mayor nitidez. Era una radio especialmente de servicio, como todas las emisoras de la gran cadena creada por don Nibaldo Mosciatti .
Preocupado de los bienes de uso público, fue el primero en poner una voz de alarma porque se estaba intentando desmantelar la planta eléctrica de Chivilingo, que en un tiempo alimentó a la industria carbonífera de Lota. Diseñada por Thomas Alva Edison , esa planta es una valiosa pieza de museo que algunos querían llevar a Estados Unidos.
Fue y seguirá siendo en el recuerdo un gran hombre. Por eso, la ciudad y la región se desplegaron tras sus funerales y su querida radio, a la hora en que él era llevado al lugar del sepelio, silenció sus ondas.
Quizás uno de los caracteres más notables de nuestro homenajeado fue su veracidad, su lealtad con los auditores a quienes se entregó por entero.
“Somos independientes, independientes de verdad”, solía decir, lo que se transformó en uno de los lemas de la radio Bío Bío. Sólo se puede ser veraz cuando no existen compromisos, de lo cual dio ejemplo durante su vida.
Firme y consecuente con su línea irreductible de independencia y libre de cualquier compromiso con grupos de poder económico y/o político, se opuso, sin vuelta, durante el gobierno de la Unidad Popular a integrar las cadenas que imponía el gobierno a todas las emisoras del país, lo que le significó una clausura de la emisora en 1972, que fue finalmente resuelta por la justicia a favor de la libertad de información.
No menos fácil le fue mantener su línea de independencia y a favor de los derechos humanos durante el gobierno militar. Nibaldo Mosciatti prefirió, por decisión propia, que su radio no transmitiera en los primeros días del golpe militar, antes que someterse a los decretos de la Junta que impedían dar noticias sin censura previa. No aceptó la solicitud del gobierno militar de adherirse a las cadenas de emisoras que integraban todas las que existían en el país, para transmitir las mismas noticias. Decía: “Radio Bío Bío transmite como radio Bío Bío, libre e independiente, o no transmite” Radio Bío-Bío transmite desde entonces con un espíritu libertario admirable. Así de claro, así de tajante. Después de varios días de silencio, voluntario y elocuente, volvió a abrir sus ondas para informar como siempre él quiso hacerlo.
Sin duda, un recuerdo especial merece la titánica y épica lucha que dio Nibaldo Mosciatti , al frente de su distinguida familia, para conseguir que la onda de radio Bio Bío transmitiera desde Santiago . Fue una de sus luchas más titánica, emblemática, profunda y significativa. Quizás, la que retrata con mayor fidelidad su espíritu indomable, firme, inclaudicable, tenaz, cuando estaba convencido de la nobleza de una iniciativa, de su verdad y justicia.
Días atrás, su hijo Tomás recordaba que fue una batalla larga y esforzada que sólo se resolvió cuando la Corte Suprema rechazó, por tres votos a dos, un recurso de protección presentado por las principales emisoras de Santiago en contra del decreto de concesión, otorgado por el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz - Tagle, para que por fin la radio pudiera transmitir desde Santiago . Todo un triunfo para una radioemisora de regiones que se instalaba en el corazón del centralismo chileno.
El día en que radio Bío Bío inició sus transmisiones en Santiago, en 1997, debe quedar registrado en una página de la historia contemporánea, porque marcó la primera y quizás, hasta ahora, la única conquista conseguida por un ciudadano de una provincia contra el centralismo; un triunfo que lo fue también de la ciudadanía regional, y como siempre solía decir don Nibaldo Mosciatti , de los auditores de La Radio.
La Radio, afirmaba con la misma convicción, no trabaja para intereses del instante. Nadie puede levantar el dedo para decirnos que fuimos cómplices de algo. Es la última y la única radio que no tiene socios, decía, que está sola, con una soledad que se siente en el ambiente, con nuestras manos limpias y libres. “Informar, informar, siempre informar, libre de compromisos”, era su gran orgullo y satisfacción, y lo sigue siendo en los continuadores de su obra: su esposa y sus hijos.
Obligado a trabajar a temprana edad, don Nibaldo moldeó ese carácter que siempre lo caracterizó en la dura lucha por la vida en los años de su juventud. Siempre contaba que su primer accidente laboral lo tuvo a los 8 años de edad.
Un penquista de tomo y lomo tenía al cerro Caracol en su corazón y el sueño de ver a Concepción como la gran ciudad que merece ser, en su mente; a la Región del Biobío, proyectada como la primera entre sus iguales; y, al país, por fin alcanzando los niveles de desarrollo que le permitan atender con equidad, con justicia y rectitud a los más pobres, desvalidos y desamparados.
Hombre grande, don Nibaldo Mosciatti , supo transmitir a su descendencia los valores que informaron siempre lo más selecto de su legado.
Pero más allá de su viuda, de sus hijos y descendientes, Nibaldo Mosciatti demostró que, con su obra y su personalidad estrictamente sencilla, pero del más alto nivel de solidaridad, supo ganarse el aprecio de la gran familia penquista, regional y nacional que forman los millones de auditores de sus medios de comunicación.
Hoy, todos estamos tristes porque se ha ausentado de esta tierra un hombre excepcional, un empresario independiente, defensor de la libertad de expresión y de las emisoras locales, un innovador, un verdadero emprendedor que nos ha dejado un legado que continúa en su familia.
¡Gracias, don Nibaldo , por lo que hizo por la radiodifusión en Chile! ¡Gracias, por sacar la voz por las regiones! ¡Gracias, por hacer de Chile un país que escucha a su gente!
Señora Olga Olivieri , viuda de Mosciatti, sus hijos Florencia , Cecilia , Gian Piero , Tomás , Nibaldo , Ezio, Mauro y Piero , toda su distinguida familia, funcionarios de la radio Bío Bío, reciban en nombre mío, de la bancada de diputados de la Democracia Cristiana, de mi Partido, especialmente del diputado don José Miguel Ortiz y de Jorge Sabat, quienes somos de la Región del Bíobío, y de mi familia, las más sentidas condolencias por la partida de vuestro esposo y padre, y mis más sinceras congratulaciones por haber tenido como esposo y como padre a un hombre ejemplar, que nos honra por haber sido de la Región del Bíobío.
He dicho.