Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 68
- Celebrada el 05 de noviembre de 2013
- Legislatura número 361
Índice
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El señor
Deseo saludar especialmente a los integrantes de su familia que nos acompañan: René y señora, Ricardo , Jaime , Andrés , Pablo y Valentina , así como recordar a sus otros hijos: Nancy , Lizette y Roberto , y a todos sus nietos, nueras, yernos y bisnietos.
Esta tarde quiero hablar, no solo en mi calidad de Senador, sino también de hombre con una enorme gratitud a Nicolás por haberle este privilegiado, en lo personal y familiar, con su amistad y afecto.
Deseo entregar un testimonio acerca de alguien que se forjó, como muchos chilenos, sobre la base del esfuerzo y del mérito, logrando construir una notable y pulcra trayectoria en los ámbitos empresarial, gremial y de dirigencia deportiva.
Nicolás hizo camino al andar gracias a su gran capacidad de trabajo, a su intransable sentido de la responsabilidad y a su preocupación hasta por los más mínimos detalles en distintos quehaceres.
Este hombre bueno no temía preguntar lo que no sabía ni se desesperaba en el bregar cotidiano. Sabía que es tan importante llegar a la meta como los medios empleados para ese fin. En cada una de sus acciones se transparentaba su sabiduría, afincada en un sólido sentido común y una integridad a toda prueba.
Fue hijo de María Touma y de Zacarías Abumohor , un comerciante palestino nacido en Beit Jala que llegó a Chile a comienzos del siglo veinte y se radicó en el sur.
Como sucede con muchos hijos de inmigrantes, desde pequeño debió demostrar entereza, valor y perseverancia para superar las dificultades que la vida le puso en el camino.
Con sólo 16 años, Nicolás tuvo que dejar sus estudios para ayudar a su padre, quien había perdido todo como consecuencia de la crisis económica de 1929. Producto de ello, se trasladó con su familia desde su Concepción natal hasta Santiago , ciudad en la que dio los primeros pasos en el mundo del comercio.
Partió vendiendo telas en la calle San Diego , donde él y sus hermanos Carlos -ya se fue- y René , compañeros de ruta de toda la vida, dieron inicio a una exitosa aventura empresarial que ochenta años después permanece vigente a través de hijos y nietos y se ha convertido en uno de los grupos empresariales más importantes de Chile. Así lo demuestra su presencia en el área textil, en la banca, en el rubro inmobiliario, en la crianza de finasangres y en el manejo de licencias de importantes marcas de vestuario.
Su afabilidad y sencillez, que solo podían provenir de su inmensa calidad humana, así como también su permanente disposición para establecer diálogos y concertar acuerdos, lo transformaron en un hombre plenamente confiable para asumir importantes responsabilidades en el ámbito gremial.
Así fue como desarrolló una larga carrera como dirigente en la Sociedad de Fomento Fabril, a la cual ingresó como consejero en 1976. Allí desempeñó importantes cargos: primer vicepresidente; vicepresidente del Consejo de Administración de la Corporación y Capacitación; miembro del Consejo de Desarrollo Social, e integrante del Comité Ejecutivo de los presidentes del gremio industrial. En 1997, en virtud de su trayectoria en ese organismo, fue nombrado Consejero de Mérito .
Me habría gustado que hubiera sido presidente de la SOFOFA. Lo merecía. Mezquindades humanas lo impidieron.
Junto a su faceta empresarial, Nicolás fue un hombre comprometido con los deportes y apasionado de ellos, en especial del fútbol. Sin embargo, no fue un dirigente cualquiera, o uno mediocre, de esos que por desgracia abundan en nuestro país. Por el contrario, fue un dirigente de excepción, cuyo compromiso con la actividad se tradujo en obras concretas, y de las grandes.
No es de extrañar, entonces, que su nombre haya estado involucrado en una de las mayores gestas de la historia del deporte chileno, como fue la organización del Campeonato Mundial de Fútbol de 1962. Las grandes empresas exigen el carácter y la decisión de hombres de verdad, y ahí estuvo Nicolás , junto a los mosqueteros Carlos Dittborn , Juan Goñi , Enrique Alvear y Juan Pinto Durán , entre otros.
¿Por qué la FIFA iba a confiarle la sede del torneo a un país más bien pobre y subdesarrollado en ese momento? Probablemente la razón fue una sola: la confianza que le merecían las personas que estaban detrás de esa iniciativa.
Esos hombres no escatimaron esfuerzos ni ideas para conseguir el objetivo perseguido. Ni siquiera el devastador terremoto de 1960 impidió que cumplieran su sueño, que luego se transformó en una fiesta irrepetible para todo Chile. Conocí de cerca el laborioso y largo trabajo que realizaron para organizar el Mundial. Nicolás, como tesorero del Comité Organizador, se reunió en varias ocasiones con el entonces Senador Eduardo Frei Montalva. Fue así como se lograron aprobar la prórroga de la ley N° 11.575, que establecía un impuesto adicional de un peso por cada dólar importado, y la ley N° 12.462, que entregó en esos años 3 mil 220 millones de pesos para financiar el torneo, conocida como "Ley Frei".
El destacado rol que Nicolás cumplió en la organización del Mundial de 1962 le hizo merecedor de un sólido prestigio, tanto a nivel nacional como internacional.
Fue Presidente del Club Deportivo Palestino entre 1960 y 1965, y de la entonces Asociación Central de Fútbol, actual ANFP, entre 1969 y 1972. Asimismo, durante largos años fue miembro del Comité Organizador de las Copas Mundiales de la FIFA, organismo que en 2008 lo condecoró con la Medalla de Honor al Mérito Deportivo , en reconocimiento a su trayectoria directiva.
Precisamente cuando fue Presidente de la Asociación Central se abrió un nuevo espacio de colaboración con Eduardo Frei Montalva, en ese momento Primer Mandatario, al llegar en 1969 con el programa "Canchas para Chile", conocido también como "Canchas Populares", que permitió dotar de campos de fútbol a cientos de poblaciones en todo el país. No existían las tecnologías de hoy día ni las superficies sintéticas. Ello representó un esfuerzo muy grande.
Tuve el honor de conocer a Nicolás y de compartir con él; con su esposa, Marita Salman , y con sus hijos y familia.
Hoy día tengo muchos recuerdos.
Conversaba recién con Ricardo. En la época en que trajeron la licencia de Arrow, Nicolás no permitía que ninguno de sus amigos y colaboradores anduvieran sin una de esas camisas¿
Estuve muchas veces en su casa, tanto en Pedro de Valdivia como en Jardín del Este.
Presencié su amor por sus padres, que lo acompañaron durante toda su vida.
De numerosas anécdotas, quiero recordar solo una. A fines de la década de los setenta, un día nos invitó a almorzar. Estaban reunidos todos los hombres del fútbol, con quienes se juntaba en interminables tardes: Julio Martínez , Pedro Fornazzari , Mauricio Wainer , Exequiel Bolumburu y tantos otros. El almuerzo comenzó el sábado, como a las 14, y terminó el domingo al amanecer, cuando Marita preparó los famosos "huevos estrellados" o revueltos, para componer un poco el alma y el espíritu¿
Ese día compré la casa donde vivo y he formado mi familia, adquisición que cerré con Exequiel Bolumburu . Por eso, nunca voy a olvidar la ocasión. Nicolás me decía: "Ahí vas a residir y construir tu familia. Esa es una casa donde tiene que reinar el amor".
Puedo asegurar, entonces, que su muerte nos arrebató a una persona que irradiaba generosidad, amistad y humanismo. En una mirada más honda, fue un testimonio de lo que esta patria no puede perder ni dejar de recordar y admirar: un hombre íntegro, sencillo, humilde, cálido y muy sabio.
En todo su recorrido como empresario, dirigente gremial y dirigente deportivo estuvo acompañado por su esposa, Marita , quien falleció -lo acompañamos ese día-; por sus hijos; por sus hermanos. A ellos, así como a sus nietos y bisnietos, les expreso mis sentidas condolencias y, además, les agradezco todo su respaldo, comprensión y cariño a ese gran chileno que fue Nicolás Abumohor Touma .
Muchas gracias.