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Intervención Petición de oficio
PETICIONES DE OFICIOS

Autores
REVISIÓN DE PROCEDIMIENTO DE FISCALIZACIÓN DE COMISIÓN CHILENA DE ENERGÍA NUCLEAR ANTE ACCIDENTES RADIACTIVOS. OFICIO

El señor NAVARRO.-

Señor Presidente, los diarios publicaron hace pocos días el caso de Miguel Ángel Fuentes, quien sufrió graves heridas con iridio 192 en un accidente ocurrido en el complejo industrial Itata , hoy Nueva Aldea. Se señala que por primera vez una quemadura de piel causada por irradiación ha podido ser tratada en Francia con injertos y células madres obtenidas de la médula ósea del mismo paciente, terapia experimental que ha captado la atención de la prensa europea por sus resultados "esperanzadores", que podrían abrir la puerta al tratamiento de casos muy graves.

Junto a Miguel Ángel Fuentes, Renato Inostroza, de 34 años, y Juan Carlos Rojas, de 35, también estuvieron expuestos al iridio 192, aunque en menor medida, por lo que esperan reintegrarse a sus empleos luego de que se recuperen de las lesiones.

Después del accidente, se realizaron exámenes a los trabajadores que estuvieron en un radio de diez metros de dicha sustancia, como medida precautoria, pero hasta la fecha no se han recibido los resultados. La Mutual de Seguridad ha indicado que dará a conocer un informe al respecto en los próximos días.

En tanto, 180 trabajadores presentaron dos demandas contra quienes resulten responsables del accidente radiactivo.

Hay hechos agravantes que vale la pena resaltar y a los cuales debe buscarse explicación tanto en la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) como en la Mutual de Seguridad y en la propia Dirección del Trabajo.

En el caso de Itata, o Nueva Aldea, 180 trabajadores fueron irradiados; entre ellos, el joven que se está tratando en Francia. Pero se ha constatado que con anterioridad operadores y ayudantes que trabajaron en la construcción de la planta Valdivia , de CELCO, también recibieron fuertes dosis de radiación ionizante, que superaron los límites permitidos por la ley. O sea, la misma situación ocurrida en Itata se había dado previamente en Valdivia.

Los documentos respectivos constan en el expediente criminal que lleva la Fiscalía de Quirihue y están incluidos en la investigación que efectuó la Comisión Chilena de Energía Nuclear por el caso de los trabajadores irradiados en la planta Nueva Aldea.

Se trata de dos oficios dirigidos a CELCO por dicho organismo. En uno de ellos, fechado el 5 de septiembre de 2005, la Comisión Chilena de Energía Nuclear, entidad responsable de realizar el control y fiscalización de la actividad operacional en instalaciones radiactivas de gammagrafía y radiografía industrial, exigió hacer "una investigación e informar por escrito las razones de las exposiciones y separar a estas personas de trabajos con radiaciones ionizantes". La destinataria es Marisol Galindo , entonces encargada del proyecto Itata, de CELCO, y quien dirige la misiva, Jaime Riesle , Jefe del Departamento de Seguridad Nuclear y Radiológica de la referida Comisión, todavía en el cargo.

El documento advierte a la planta Itata para que "tenga cuidado, porque en su instalación de la planta Valdivia hubo muchos obreros contaminados con radiactividad, debido a que había muchos equipos funcionando en paralelo".

La Comisión Chilena de Energía Nuclear ha argumentado que no era relevante dar esa información cuando se produjo el hecho, a fines de 2003. "Lo importante" -indica- "es que la CCHEN pudo darse cuenta de la situación y actuar administrativamente sobre la empresa". ¡Actuar administrativamente! O sea, hay trabajadores irradiados con iridio 192 y la reacción de la Comisión Chilena de Energía Nuclear es sólo una actuación administrativa.

Y la medida consistió en advertir a las empresas involucradas que sus operadores -entre cuatro y seis- no podían seguir manejando los equipos. Uno de los afectados fue Sergio Pérez Valdés , trabajador de ITC, quien luego produjo el accidente de Nueva Aldea. Es decir, uno de los trabajadores irradiados en CELCO Valdivia es el que provoca el accidente en Itata, sin que se haya impuesto ninguna sanción.

La Comisión Chilena de Energía Nuclear señala que "la medida de sacar a la persona ionizada es lo que se hace en todo el mundo. [...] No da origen a un sumario porque no estamos frente a un accidente, sino a una práctica que hay que corregir de inmediato". Es decir, ¿no es un accidente el hecho de que trabajadores se irradien en el cumplimiento de su labor?

En octubre de 2005 la referida Comisión realiza una nueva visita a Itata y detecta que los operadores de los equipos radiactivos no cumplen las normativas. Y nuevamente advierte: "Tengan cuidado". Y recomienda contratar a un prevencionista de riesgo calificado para manejar material radiactivo y para enfrentar accidentes de este tipo.

Señor Presidente , si la CCHEN hubiera informado de la situación a la Mutual de Seguridad, a la Dirección del Trabajo, a las entidades de salud y, particularmente, a los trabajadores, cosa que no hizo, tal vez se podría haber evitado el accidente radiactivo ocurrido en Itata.

La Comisión Chilena de Energía Nuclear, en mi opinión, ha tenido manga ancha con CELCO: iba, inspeccionaba, encontraba fallas, pero no la multaba; sólo le hacía ver los problemas. O sea, aquí claramente estamos frente a la necesidad de revisar, no el procedimiento administrativo, sino el de fiscalización que realizó la mencionada Comisión. Porque no puede ser que constate que hay trabajadores irradiados, advierta a la empresa, pero no adopte medidas para que esa situación no vuelva a ocurrir.

Esto ha dado origen a que 60 trabajadores de Echeverría Izquierdo hayan sido despedidos, finiquitados. Muchos de ellos, que son montadores industriales, van a tener que realizar otras tareas.

Pero aquí queda una gran incógnita: ¿cuál es la reglamentación que obliga a la CCHEN a dar cuenta cuando un trabajador es irradiado en una empresa, en un hospital o en el ámbito de su quehacer?

Por lo tanto, solicito que se oficie a la Comisión Chilena de Energía Nuclear, a fin de que informe de manera detallada cuál fue el procedimiento llevado a cabo en el caso de Celulosa Valdivia, de CELCO; por qué no informó debidamente a los afectados, más allá de los dichos de sus funcionarios, y si procede o no, en el evento de constatar irradiación a personas, que haya recomendaciones administrativas a las empresas y no la aplicación de sanciones. Requiero saber cuándo se aplican éstas.

Hago presente que muchos de esos trabajadores hoy están cesantes y nadie sabe qué va a ocurrir con ellos en los próximos diez años. Hay una falta radical, una carencia, una ausencia de legislación para proteger a los trabajadores que han sufrido irradiación, pues una vez que dejan su labor las consecuencias radioactivas continúan.

Cuando hablamos del proyecto relativo a los subcontratistas, a estos subcontratistas nos estamos refiriendo, señor Presidente. Cuando decimos que Echeverría Izquierdo ha sancionado a los operadores irradiados y la empresa matriz, la empresa mandante, CELCO Itata , no se responsabiliza por los hechos, estamos constatando la urgente necesidad de aprobar la iniciativa sobre subcontratación que se discute hoy en el país. Debe establecerse que las empresas madres, además de resguardar lo concerniente a indemnización, previsión y remuneraciones, tienen que preocuparse por la seguridad y la higiene laboral. Si no, no vamos a aprender la lección.

Por eso, pido que se oficie a la Comisión Chilena de Energía Nuclear para que entregue copia del procedimiento efectuado tanto en la planta Valdivia como en la planta Itata, de CELCO.

--Se anuncia el envío del oficio pertinente, en nombre del Senador señor Navarro, conforme al Reglamento.

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