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  • Senado
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  • Legislatura Ordinaria número 355
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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DE PERIODISTA SEÑORA PATRICIA VERDUGO AGUIRRE

Autores

El señor NARANJO.-

Señor Presidente , en representación de la bancada del Partido Socialista y como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos , me corresponde rendir un sentido homenaje a una de las más valientes y mejores mujeres de nuestro país. Me refiero a Patricia Verdugo , quien falleció hace algunas semanas después de una larga y penosa enfermedad.

Ella sufrió y fue víctima de los horrores de la dictadura de Pinochet, ya que en 1975 su padre, Sergio Verdugo , militante democratacristiano y presidente de la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales , murió asesinado debido a las torturas que le aplicaron agentes de la Dirección de Inteligencia de Carabineros, quienes fueron a tirar posteriormente su cuerpo al río Mapocho para intentar esconder su crimen.

Esa dolorosa pérdida solo vino a reafirmar el compromiso de Patricia con los perseguidos, el que se había manifestado desde el mismo 11 de septiembre de 1973. En efecto, no se dejó amedrentar, sino que, muy por el contrario, se transformó en una luchadora inclaudicable por los derechos humanos y el respeto a la vida.

Quienes tuvimos la suerte de conocerla y compartir con ella en los momentos más difíciles de nuestra historia reciente pudimos comprobar, no solo su enorme humanidad, sino también su gran valentía.

A pesar de las continuas amenazas, de los seguimientos por parte de la DINA y la CNI, nunca dejó de denunciar los excesos que cometían los agentes del Estado.

Desde casi el mismo 11 de septiembre de 1973, a través de su participación en la revista Ercilla, buscará la forma de hacer llegar la verdad a la gente.

Como la misma Patricia señaló, había que vulnerar la censura, había que hallar la manera de que personas con un profundo compromiso democrático pudieran expresar parte de sus ideas. Fue así como logró entrevistar a Tucapel Jiménez , quien, aunque no estaba proscrito, se encontraba marginado de poder opinar. De esa forma, desde los albores del régimen militar, sus escritos se transformaron en la voz de los que no tenían voz.

Sus experiencias mientras trabajaba en la revista Hoy, y muy especialmente su contacto con los familiares de los detenidos desaparecidos del Gobierno militar, la llevarán a escribir en 1979 su primer libro, de una enorme trascendencia: "Detenidos desaparecidos: Una herida abierta". Y lo digo porque a través de sus páginas denunció numerosos casos.

Fue justamente a través de esa obra que los "presuntos" detenidos desaparecidos, como señalaban en aquella época la prensa y otros medios de comunicación del Gobierno militar, pasaron a ser efectivos y a convertirse en una realidad que nunca más alguien pudo desconocer.

De la misma forma, su libro "Los zarpazos del puma", no obstante estar prohibido, fue uno de los más leídos en la historia editorial de nuestro país -así lo indican todas las estadísticas-, por cuanto fue la primera en denunciar los excesos de la "Caravana de la Muerte", situación que los tribunales de justicia tardaron años en reconocer.

No es posible ignorar que sus libros y artículos en las revistas Ercilla, Hoy y Apsi sirvieron para que generaciones de chilenos tomaran conciencia de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el régimen militar.

Cuando muchos callaban, Patricia alzó su voz con fuerza y decisión. Dijo las cosas por su nombre, como aquí se ha expresado. Como ella misma contó, lloró un largo tiempo cuando la Corte Suprema absolvió a Pinochet de los crímenes cometidos por la "Caravana de la Muerte". Pero después, como siempre, juntó fuerzas para seguir adelante.

Señor Presidente , Chile ha perdido a una de sus mejores mujeres, a una de esas personas que son imprescindibles. Mas su legado seguirá vivo a través de sus libros, que son un relato fiel y vivo de nuestra trágica historia reciente.

En nombre de los Senadores del Partido Socialista de Chile, te digo: "Gracias, Patricia , por tu coraje. Sin lugar a dudas, tu compromiso de vida fue un aliciente para muchos de nosotros". Querida Patricia, los chilenos nunca podremos saber cuántos te deben la vida, ya que tus libros y denuncias sirvieron para acorralar al Régimen militar e inhibir sus acciones represivas.

Querida Patricia, quienes han hecho de la causa de los derechos humanos una opción de vida nunca te olvidarán, ya que tu ejemplo estará presente permanentemente en nuestras luchas y en nuestros corazones.

Hasta siempre, querida camarada y compañera.

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