Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 22
- Celebrada el 06 de junio de 2007
- Legislatura Ordinaria número 355
Índice
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El señor GÓMEZ.-
Señor Presidente , este fin de semana se cumple un mes de la resolución judicial, emitida unánimemente por la Segunda Sala de la Corte Suprema, que absolvió al señor Patricio Tombolini de los cargos que le imputaban responsabilidad en el delito de cohecho.
Recordemos que el conocido como "caso coimas", por el cual fue procesado, se inició en octubre del año 2000, cuando fueron acusadas varias personas, altas autoridades y parlamentarios, en una exposición mediática y pública que nuestro país no conocía y que no registraba precedentes.
El uso y abuso de los medios de comunicación, que por más de 40 días tuvieron en primer plano a Tombolini, fue formando el juicio ciudadano.
El desprestigio de su persona, como ex funcionario público, y el descrédito, en general, de la política fueron reiteradamente agudizados por un trato noticioso de los acontecimientos que transformó a la causa y las pericias en un verdadero espectáculo.
Las resoluciones iniciales de la investigación llevada a cabo por el juez que instruyó la causa identificaron a Patricio Tombolini con los hechos delictuales que en ese momento se investigaban. Es decir, el sujeto investigado se transformó en el delito supuesto.
El costo fue muy alto: el Presidente electo del Partido Radical y ex Subsecretario, Patricio Tombolini , era acusado de participar en una red de prebendas asociadas a la adjudicación de plantas de revisión técnica, todo ello iniciado en la denuncia de uno de los integrantes y responsables de esa red de cohecho y corrupción, sin que revistiera ninguna importancia, para los medios de comunicación ni para la opinión pública, el que quien acusaba fuese uno de los culpables.
Frente a los acontecimientos y las críticas en el ámbito político, las autoridades y parlamentarios estamos dispuestos a soportar estas últimas, porque se desenvuelven en la pasión de la defensa de argumentos ideológicos y valóricos. Sin embargo, una acusación entablada en tribunales es un asunto muy serio, que la clase política chilena debe tomar con la responsabilidad que se merece. Y es esta responsabilidad la que deseo hacer presente esta tarde.
Para que el trabajo desarrollado por cada Poder del Estado sea efectivo, debe estar ceñido en el marco de la ley. Y, claramente, en el proceso judicial y público que afectó por varios años la vida de Patricio Tombolini y su familia no se respetaron, con la rigurosidad deseada, preceptos legales y constitucionales fundamentales que aseguran un principio básico en todo sistema judicial en el mundo. Me refiero a la presunción de inocencia.
En efecto, en el artículo 19, número 3º, de nuestra Carta Fundamental se destaca, con decidido énfasis, el principio del debido proceso y la presunción de inocencia. Textualmente, cito lo siguiente:
-Toda persona tiene igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
-Toda persona tiene derecho a defensa jurídica.
-Toda persona tiene derecho a un asesoramiento otorgado, que debe prestarse, contemplándose una defensa jurídica a quienes no pueden procurársela por sí mismos.
-Corresponderá al legislador establecer las garantías de un proceso y una investigación racionales y justos.
-La ley no puede presumir de derecho la responsabilidad penal.
-Y lo más importante, a mi juicio: ninguna ley puede establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella.
Por otra parte, el artículo 4º del Código Procesal Penal es claro y preciso: "Ninguna persona será considerada culpable ni tratada como tal en tanto no fuere condenada por una sentencia firme.".
Y este último punto, señor Presidente , es de una trascendencia vital para comprender la impotencia y desazón que afectaron a Patricio Tombolini , a su familia y a nosotros, los radicales. Durante cuatro años, siete meses y tres días debió enfrentar el juicio público, la mirada reprobatoria de la ciudadanía, que lo sindicaba como responsable de un delito que jamás existió en su caso.
Las sentencias preliminares fueron revocadas por el Máximo Tribunal, porque consideró que los fundamentos de la investigación y de las resoluciones anteriores eran totalmente contrarios a derecho. Esas resoluciones estuvieron basadas en presunciones que no formaron juicio en el sentido de las imputaciones delictivas que se formularon. En consecuencia, la Corte Suprema, junto con invalidar los fallos iniciales por ser manifiestamente errados en sus imputaciones, dictó una sentencia de reemplazo completamente absolutoria en el caso del ex Subsecretario de Transportes Patricio Tombolini, ex Presidente del Partido Radical.
En resumen, Tombolini fue absuelto plenamente de responsabilidad penal, quedando definitivamente escrita su inocencia.
Pero este no fue cualquier fallo: fue la Corte Suprema, por cinco votos contra cero, la que tomó esta decisión.
Sin embargo, queda una tremenda lección, sobre la cual todos quienes formamos parte de esta sociedad debemos reflexionar: ¿quién reparará el daño producido? Tribunales, jueces, medios de comunicación, etcétera, fueron parte, consciente o involuntaria, de un proceso con un alto costo humano, laboral y familiar.
Aquí no se respetó el artículo 19, Nº 4º, de la Constitución Política, que asegura el derecho al "respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia".
Todos los presentes seguramente adscribimos a la libertad de prensa, que por muchos años no tuvimos. Pero defendemos aquella que corresponde plenamente al concepto y es, a la vez, responsable. ¿Por qué lo digo? Porque el mismo texto constitucional, en su artículo 19, Nº 12º, garantiza la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio, "sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan" en su ejercicio, en conformidad a la ley.
Nosotros no estamos de acuerdo con meter presos a los periodistas o a los directores de medios de comunicación por la información que emiten. Pero tampoco es posible que resulten completamente impunes y no reciban sanción alguna luego de condenar a una persona y a su familia.
La misma disposición recién citada determina que "Toda persona natural o jurídica ofendida o injustamente aludida por algún medio de comunicación social, tiene derecho a que su declaración o rectificación sea gratuitamente difundida, en las condiciones que la ley determine, por el medio de comunicación social en que esa información hubiera sido emitida".
Pues bien, hoy, la ley permite que se dé cumplimiento a esta obligación publicando un recuadro en la última página del diario, cuando durante cuarenta, cincuenta o más días aparecieron titulares -y también en los medios televisivos- que culpaban a Patricio Tombolini.
Este es un vacío legal que debe ser corregido, porque todo ciudadano declarado inocente tiene derecho a ver restituida su honra y la de su familia en las mismas condiciones de publicidad en que fue afectada. No es posible aceptar que se cumpla la ley con un pequeño párrafo, en circunstancias de que todos escuchamos, por ejemplo, cuando en una Teletón se hizo una broma respecto de Patricio Tombolini. Eso ha de ser reparado en la misma forma, señor Presidente. La televisión, los diarios, todos, debieran estar obligados a hacer las aclaraciones, durante el período de tiempo necesario, para que en Chile se entienda que se trata de un hombre que era y es inocente.
Finalmente, en presencia de Patricio Tombolini y de su familia, creo que es de justicia que al menos nosotros, los Senadores radicales -estoy seguro de que también lo harán otros colegas-, reivindiquemos su nombre.
Y esperamos que esta dolorosa experiencia sirva de ejemplo para no acusar y condenar con tanta facilidad a una persona que tiene detrás a su familia.
Lo sucedido nos entrega una lección: se debe respetar a ultranza el principio de inocencia. Nadie, en Chile, es culpable hasta que los tribunales de justicia así lo determinan.
Pues bien, en este caso, los tribunales de justicia -la Corte Suprema, específicamente, por un fallo de cinco a cero- dijeron que Patricio Tombolini es inocente.
He dicho.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).