Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 5
- Celebrada el 15 de octubre de 2002
- Legislatura Extraordinaria número 348
Índice
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El señor VIERA-GALLO .-
Señor Presidente , en nombre de los Senadores de los Partidos Socialista y Por la Democracia, rindo homenaje a don José Miguel Carrera , para destacar sus condiciones de precursor de la independencia, gobernante y militar de excepción, todas características expresadas a lo largo de su azarosa vida dedicada a la consecución del ideario republicano.
En sólo tres años de participación pública en Chile, entre 1811 y 1814, su accionar y su personalidad marcaron el destino del país. Fue a la vez, jefe militar, conductor político y líder de su propio partido. Y todo ello, siendo muy joven: no alcanzaba los 30 años. Era, sin duda, el más talentoso de los líderes de la Independencia. Sus ideas eran claras y tajantes. En una de sus proclamas, en 1813, declara: "Ya se borró del diccionario político de Chile la funesta voz: moderantismo". Así era su carácter.
José Miguel Carrera fue el primer patriota en propugnar la ruptura con el orden colonial monárquico y en oponerse a un gobierno dependiente de España, donde había peleado contra la ocupación napoleónica bajo las banderas de la libertad. Llegado a Chile, al puerto de Valparaíso, a bordo del navío inglés "Standart", José Miguel Carrera se convierte en un acelerador del proceso de cambio.
Su acción durante la Patria Vieja fue vital para forjar una fuerza militar criolla capaz de dirimir la crisis constitucional producida a partir del vacío de poder que dejaron las autoridades españolas. Dio un impulso reformador al Congreso, en cuyo seno las disputas entre los intereses regionalistas de Concepción y Santiago determinaban un estancamiento del proceso emancipador.
A pesar de haber combatido a Napoleón y estar inspirado en el ideario liberal, especialmente de la democracia norteamericana, Carrera admiraba el papel desempeñado por ese extraordinario personaje de la historia de Francia. Por eso, muchas de sus actuaciones adquieren sentido a la luz de los sucesos napoleónicos. También tuvo su propio 18 de Brumario y asumió la conducción del naciente Estado.
Su efímero Gobierno está marcado por importantes realizaciones a favor de la libertad y del progreso social y político, como aquí se ha reconocido. La más importante de todas es, sin duda, el Reglamento Constitucional de 1812. Su artículo 5º dice a la letra: "Ningún decreto, providencia u orden, que emane de cualquiera autoridad o tribunales de fuera del territorio de Chile, tendrá efecto alguno; y los que intentaren darles valor, serán castigados como reos de Estado". Esto es considerado una declaración de independencia por la historiografía nacional.
José Miguel Carrera fue la máxima expresión del autogobierno criollo y marcó el inicio de la revolución separatista de carácter republicano.
Vivió, sin duda, una época convulsionada y violenta. La independencia de las colonias españolas de América fue un proceso complejo, con avances y retrocesos, que muchas veces asumió las características de una verdadera guerra civil. Si bien en Chile no tuvo los mismos ribetes de crueldad que en otras latitudes del continente, la familia Carrera -como signada por un destino trágico- parece resumir en su seno los males de la época.
En su célebre Manifiesto, escrito al saber de la muerte de sus hermanos, José Miguel Carrera exclama: "¿En dónde están nuestros hermanos, nuestros compatriotas Juan José y Luis Carrera? ¿Cuál la suerte, cuál el destino de esos ciudadanos ilustres, de aquellos bravos generales que dirigieron vuestro valor para levantar a la patria monumentos de gloria inmarcesible en las célebres jornadas de Yerbas Buenas, San Carlos , Chillán , Concepción, Talcahuano, Maipú y Rancagua?... ¡Ah! ...Ya no existen. ¡Perecieron con la muerte de los traidores y de los malvados"!
Esas palabras parecen ser premonitorias de su propio fusilamiento.
Las luchas intestinas dentro del bando patriótico han dejado heridas que se mantienen hasta hoy.
Recuerdo de niño haber ido muchas veces a la plaza de Buenos Aires donde uno de los hermanos Carrera se batió a duelo con don Juan Mackenna , quien encontró así su muerte.
Tanto nuestros antiguos grandes historiadores - Barros Arana , Amunátegui , Vicuña Mackenna - como los actuales, no menos meritorios en su ciencia, difícilmente han podido entregarnos un cuadro objetivo de los hechos que determinaron la fundación de la República. Con facilidad, se abanderizan, toman partido y emiten juicios valóricos. Al acercarnos al Bicentenario Nacional, deberíamos esperar que hubiera una mirada más serena y amplia sobre esas luchas, que adquirieron dimensiones épicas.
Derrotada la Patria Vieja, José Miguel Carrera no desmayará un instante, junto a sus hermanos Juan José y Luis , desplegando múltiples acciones tendientes a recuperar la libertad para Chile, las cuales lo llevaron a involucrarse en las luchas internas de los patriotas argentinos, lo que lo precipitó, junto a sus hermanos, a su prematuro y trágico final.
Si hubiera sido más sagaz y calculador y hubiera sobrevivido, esperando tiempos mejores, tal vez a la caída del régimen de O'Higgins habría tenido la oportunidad para realizar los principios que durante su primer Gobierno no pudo concluir.
Como afirma Pedro Lira Urquieta en su semblanza del héroe, que he vuelto a leer estos días, "nunca vaciló en sus ideales republicanos. Aquí en Chile, en Argentina o en Uruguay, se burló de los intentos de restauración monárquica y combatió acerbamente a los sostenedores de esa idea.". Criticó a los integrantes de la Logia Lautarina -entre ellos a San Martín - por sus inclinaciones hacia gobiernos personalistas y autoritarios.
El mismo autor concluye: "Sembró a manos llenas la semilla de la libertad y de la democracia. Logró encender en los corazones juveniles la llama del entusiasmo y sacudió la modorra colonial. Cuando estuvo caído el ánimo de los patriotas, él se mantuvo enhiesto sin desesperanzar nunca (...) Hizo pasar, por último, una ráfaga de grandeza y de heroísmo a través del país despertando a una nacionalidad todavía difusa.".
Es ese ejemplo, son esas proclamas y esos ideales de libertad los que continúan resonando en los oídos y el corazón de todo chileno digno de tal nombre.
Muchas gracias.
--(Aplausos en la Sala y en tribunas).