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  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 34
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  • Legislatura Extraordinaria número 330
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Intervención Petición de oficio
PETICIONES DE OFICIOS

Autores
ALCANCES A OBSERVACIONES DE SENADOR SEÑOR OMINAMI SOBRE CASO DE UVAS ENVENENADAS. OFICIO

El señor ROMERO.-

Señor Presidente , en la hora de Incidentes de esta sesión quiero referirme a las expresiones que en el día de ayer formuló a la Sala el Senador señor Ominami , tocantes a los últimos acontecimientos que han tenido lugar en el de nominado "caso de las uvas envenenadas".

Resultan impresionantes las permanentes autocríticas sobre las declaraciones que distintos sectores políticos, tanto de la Concertación como de la Oposición, han realizado, motivadas por las recientes informaciones sobre esta materia publicadas por el diario "The Wall Street Journal".

En el día de ayer -reitero- el Senador señor Ominami rasga vestiduras señalando que todas las declaraciones, tanto de los Diputados señores Latorre y Melero , como del señor Presidente de la Federación de Exportadores de Frutas , del señor Presidente de la Asociación de Exportadores y de diversos señores Senadores, han sido producto del ocultamiento de información de la Cancillería chilena, y en particular se hace una velada imputación al ex canciller señor Hernán Felipe Errázuriz , respecto a las razones que pudo haber tenido para no haber hecho pública una información que -así lo señaló el Senador señor Ominami -, "según ha quedado de manifiesto, hubiera ayudado considerablemente a hacer avanzar la causa de Chile tanto en la opinión pública como en los tribunales de justicia.".

Y digo que son asombrosas estas declaraciones, pues, definitivamente, aquí hay un problema en que se encuentra involucrada la Cancillería chilena. Porque lo cierto es que si hacemos un examen cronológico respecto de la situación planteada en 1989, debemos concluir que los antecedentes (efectivamente, debieron haber sido múltiples) acopiados en relación a esa materia, tal vez en algún minuto no fueron procesados debidamente. Y esto no es una inducción ni un acto deliberado. Por el contrario, lo que quiero señalar es que en el proceso judicial incoado por el Ministro de la Corte de Apelaciones de Valparaíso señor Domingo Yurac , no consta, según sus propias declaraciones, la existencia de los antecedentes dados a conocer por el "Wall Street Journal".

Pero resulta que cuando el Ministro señor Yurac llevó el proceso, la Cancillería estaba dirigida por don Enrique Silva Cimma , y no por el señor Hernán Felipe Errázuriz .

No cabe la menor duda de que al establecerse las bases del juicio, momento en que se trataba de determinar responsabilidades, ésa era la oportunidad para hacer llegar todos los antecedentes. Y, según las declaraciones del Ministro sumariante , al parecer los antecedentes ya referidos no constan en el expediente. Porque en "La Segunda" del 30 de diciembre de 1994 el Ministro señor Yurac señala, a la letra: "es posible la apertura de un nuevo proceso sobre las uvas, a la luz de la última grabación del llamado telefónico anónimo a la embajada norteamericana". Es decir, el señor Ministro declara explícitamente que él no tuvo a la vista tales antecedentes en el expediente relativo a este proceso. Y ése es el punto de fondo.

Ahora, creo que éste es un proceso complejo y completo. Y no cabe la menor duda de que aquí ha habido un extraordinario caso que todavía no ha sido resuelto.

A mi juicio, las declaraciones del señor Frank Young, Director del Food and Drug Administration de la época, tuvieron un manifiesto grado de irresponsabilidad. Esto lo hemos señalado expresa y perentoriamente, y lo hemos reiterado, pues se ha comprobado en un tribunal chileno que las uvas fueron envenenadas en Estados Unidos.

Las nuevas declaraciones aparecidas en el "Wall Street Journal" no vienen más que a confirmar lo que he denominado "Uvagate". Porque aquí existe de algún modo una conspiración contra los productos y productores chilenos. Y no puede haber otra cosa, porque, definitivamente, en Chile no se envenenaron las uvas, y quedó establecido que ellas fueron inoculadas en Estados Unidos, aunque no se sabe dónde ni cuándo: si en el momento en que llegaron o en el instante en que fueron procesadas por un laboratorio de Filadelfia, que tuvimos la oportunidad de visitar junto con otro señor Senador, ocasión en que pudimos constatar la deficiencia de instalaciones técnicas.

Quiero señalar esto, señor Presidente , porque no me parece serio que tratemos de sacar conclusiones apresuradas respecto de un tema en que está involucrado el interés de Chile.

El Embajador de Estados Unidos señala que esto queda entregado a la justicia norteamericana; pero nosotros también debemos destacar que el propio Gobierno de ese país ha planteado una excepción de inmunidad de jurisdicción. Ello significa, en pocas palabras, que por una parte se dice que el asunto debe ser resuelto por los tribunales de justicia norteamericanos, y, por otra, se niega la posibilidad de que sea conocido, porque hay una excepción que se trata de probar en segunda instancia, debido a que en la primera el fallo de la Corte de Filadelfia favoreció a Chile.

Señor Presidente , el hecho de que un canciller u otro haya conocido la existencia de la grabación, no atenúa los efectos de los daños causados, sobre todo cuando se trata de una situación que no está resuelta ni aclarada. Y me parece que éste es, sin duda, el tema de fondo. Nadie puede hoy día señalar con claridad qué ocurrió. Pero sí nosotros podemos afirmar que lo que sucedió no fue en Chile, sino fuera del país. Y esto es algo importante. Espero que la historia, alguna vez, logre determinar esto, porque, a mi juicio, el caso de las uvas envenenadas podría tener propósitos distintos de los que podemos apreciar ahora.

Sin embargo, me parece que no debemos retractarnos de nuestras declaraciones por no tener los antecedentes entregados por el Senador señor Ominami , aunque manifieste que las circunstancias desmienten tajantamente los graves cargos que formulamos. Con dicha información o sin ella, siempre he planteado lo mismo: se trata de una situación oscura, sin aclarar. Y reitero que cuando las cosas suceden así, es porque hay una especie de conspiración, y desconozco si ella fue en contra de los productos chilenos, de los productores nacionales o del Gobierno de la época.

Este es un caso no resuelto. Y mientras no se restituyan la dignidad del país -porque, a mi juicio, aquí está involucrado un principio de dignidad- y los daños económicos causados en contra de productores chilenos -superiores a los 200 millones de dólares-, tenemos perfecto derecho de seguir pidiendo que se investiguen y se aclaren los hechos, sea por la vía judicial o por la administrativa.

Me parece que cualquiera que sea el sentido que pudo haber tenido el encontrar o no esos antecedentes oportunamente, no atenúa el problema de fondo de esta situación.

Es cuanto quería aclarar en esta oportunidad, señor Presidente.

El señor LARRAÍN.-

Señor Presidente , el Comité Renovación Nacional me cedió el tiempo restante.

El señor DÍAZ ( Presidente accidental ).-

Tiene la palabra el señor Larraín en el tiempo que le queda a Renovación Nacional.

El señor LARRAÍN.-

Señor Presidente , deseo adherir a los conceptos planteados por el Honorable señor Romero en cuanto a la intervención de ayer del Senador señor Ominami , porque la forma como este último trató el problema le resta importancia y trascendencia; en cierto modo, lo empequeñece.

Frente a la situación en comento, corresponde tener una posición nacional. El caso de las uvas envenenadas lesionó los intereses económicos, no sólo de un grupo de chilenos, sino de todo el país. Por esa razón manifestamos -y seguiremos haciéndolo- nuestra preocupación sobre la materia, procurando que se investiguen todos los antecedentes hasta las últimas consecuencias.

Sin embargo, no tenemos la información completa ni podemos acceder a ella por la naturaleza misma del caso. La Cancillería resuelve cómo administrar los antecedentes que obran en su poder, en el correcto entendido de que lo hace en beneficio del país. Ello puede motivar declaraciones que no siempre son precisas, pero sí lo son en su objetivo y en su espíritu. Por eso -reitero- no comparto la inquietud ni el planteamiento del Senador señor Ominami , por lo que me sumo a las expresiones recién vertidas por el Honorable señor Romero .

Señor Presidente , debido al carácter nacional de esta situación y la importancia de que el Estado de Chile asuma en parte esta responsabilidad y no deje que los productores enfrenten solos la situación -como ya ocurrió, debiendo hacer una presentación judicial por su cuenta y riesgo en los Estados Unidos-, solicito que, en mi nombre, se oficie al señor Ministro de Relaciones Exteriores , señalándole la conveniencia de que el Estado de Chile intervenga, a fin de que, por la vía de la solución extrajudicial, por la vía de la solución administrativa, por la vía del entendimiento directo con el Estado norteamericano, busque una fórmula satisfactoria para defender los intereses económicos del país, y no se deje entregada la responsabilidad de esta materia solamente a los productores nacionales.

He dicho.

El señor ROMERO .-

Señor Presidente , deseo adherir al oficio solicitado.

-Se anuncia el envío del oficio solicitado, en nombre de los Senadores señores Larraín y Romero, de conformidad al Reglamento.

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