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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N°107
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  • Legislatura número 366
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Intervención
PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 2019 (PROPOSICIONES DE LA COMISIÓN MIXTA. BOLETÍN N° 12130-05)

Autores

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Renato Garín .

El señor GARÍN.-

Señora Presidenta, adhiero a las palabras de la diputada Alejandra Sepúlveda . Para mí, es un honor ser testigo del liderazgo y la claridad con que la diputada se expresa en la Sala.

No voy de santurrón por la vida ni tengo pretensiones éticas; no quiero ser portada de las revistas de papel cuché ni marcar 70 puntos en las encuestas. Sin embargo, creo que hay un disenso ético que va a aparecer en la Corporación con toda claridad. Y sin ir de santurrón -repito-, pienso que este disenso ético va a ser claro.

Si el sector público está en una situación de recortes, no se comprende que en los próximos meses se discuta en la Corporación una rebaja tributaria para el 1 por ciento más rico de casi 800 millones de dólares, que más allá de la cifra, se relaciona con una cuestión ética. ¿Es moral rebajar los impuestos al 1 por ciento más rico si el Estado de Chile está efectuando recortes sociales? ¿Es moral que sigamos teniendo un mercado bursátil en condiciones privilegiadas respecto del resto del mundo? ¿Es moral que los trabajadores públicos paguen con su trabajo, con su bolsillo y con sus vidas, mientras el 1 por ciento más rico recibirá una rebaja de impuestos?

¡No lo comprendo! Creo que, en ese contexto, la centroizquierda no puede subirse al carro antiético de una rebaja de impuestos.

Si el debate que hemos dado durante tres semanas, con muy pocos parlamentarios presentes, ha tenido algún sentido es dejar claro que hay dos miradas muy nítidas en esta Corporación: una que cree en los recortes, en el Estado mínimo y que llama operadores políticos a los trabajadores del sector público, y otra mirada que cree en los derechos sociales, en las prestaciones sociales y en el Estado.

Durante mucho tiempo esto se tradujo en dos corrientes de pensamiento: los neoliberales de Friedman y von Hayek, y los socialdemócratas de John Maynard Keynes . Hoy, al inicio del siglo XXI, creo que no tiene sentido seguir con doctrinas omnicomprensivas que pretenden explicar todos los aspectos económicos. Ya no es tiempo de Friedman, von Hayek o de John Maynard Keynes , pero sí es tiempo de que discutamos sobre qué tipo de Estado queremos.

En esta discusión presupuestaria ha aparecido, con toda claridad, un sector político que no cree en el Estado, sino en el minarquismo estatal, es decir, en el Estado mínimo y, por otro, un sector político -en él me incluyo- que cree en el Estado, en el sector público y que no llama operadores políticos a los trabajadores del sector público.

Hago un llamado a la centroizquierda, a mi bancada del Frente Amplio, a la antigua Nueva Mayoría, a la Democracia Cristiana, al Partido Radical y a la Federación Regionalista a que lean los informes y los rankings que hacen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, porque las políticas que se aplicaron en España con Mariano Rajoy , las políticas de recortes sociales que apoyó Mauricio Macri en Argentina y las políticas de Sebastián Piñera en su segundo mandato vienen impulsadas por burócratas de instituciones que tienen sede en Washington y en París, que se llaman Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial.

Hemos leído en la prensa que el Premio Nobel de Economía Paul Romer ha dicho cómo funciona el Banco Mundial, y me pregunto dónde están los líderes de la izquierda chilena apuntando al rol del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en este país. ¿ Acaso Christine Lagarde no existe? ¿Acaso ella no está influenciando nuestras políticas sociales y económicas? ¡Claro que está influenciándolas! ¡Claro que el ranking Doing Business -mal hecho, según Paul Romer - influye en nuestras políticas sociales e, incluso, electorales!

Durante dos o tres años, el Banco Mundial no hizo más que tirar tierra y malos calificativos al gobierno de la Presidenta Bachelet . ¿Para qué? Para influenciar a la opinión pública chilena. Sin embargo, hoy, que nos damos cuenta de que el Banco Mundial está influenciado política e ideológicamente, guardamos silencio.

Hay burócratas, operadores políticos internacionales, con sede en Washington y París, que hablan francés e inglés, que están haciendo políticas sociales en Chile. No podemos seguir permitiendo que poderes extranjeros pasen por sobre nuestra soberanía. Para mí es claro y nítido que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial están detrás de esta política de recortes, como lo estuvieron en España con Mariano Rajoy y en Argentina con Mauricio Macri , donde ni siquiera fueron capaces de organizar un partido de fútbol este fin de semana. Por último, cierro mi intervención con la siguiente idea. En los próximos meses discutiremos una reforma tributaria. Recordemos en ese debate que el Estado de Chile está haciendo recortes sociales, así como también a las universidades estatales y a las manipuladoras de alimentos, porque recortar 800 millones de dólares en impuestos al 1 por ciento más rico es antiético en este contexto.

Pese a que no voy de santurrón, defenderé la postura ética, que no es bajar los impuestos al 1 por ciento más rico, sino que defender al Estado de Chile y al poder soberano, y denunciar, como estimo pertinente, el poder casi monopólico del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

He dicho.

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