Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión ordinaria N° 93 del 2014-11-18, legislatura 362
- Celebrada el 18 de noviembre de 2014
- Legislatura Ordinaria número 362
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Intervención
PROYECTO DE LEY DE PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 2015 (Primer trámite constitucional. Boletín N° 9600-05)
Autores
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra, por nueve minutos, el diputado señor Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente, un año atrás ni el más pesimista de los economistas ni el más díscolo de los políticos de la Nueva Mayoría habría siquiera imaginado que este presupuesto lo discutiríamos en tan poco tiempo en el contexto de una economía tan deteriorada como la actual.
Personalmente, tampoco habría imaginado que nos costaría tanto aprender la lección sobre cómo se enfrentan estos frenazos de la economía. Porque con este presupuesto hoy nos encontramos repitiendo los mismos errores del pasado, estamos tropezando de nuevo con la misma piedra, lo que, en consecuencia, demora aún más el momento para reactivar nuestra economía.
El proyecto de ley de Presupuestos que hoy votaremos en general aumenta el gasto tres veces más que el crecimiento. Esto no es nuevo en Chile, pues el gobierno anterior de Michelle Bachelet, con el director de Presupuestos, hoy ministro de Hacienda, nos acostumbró a que era normal que el gasto aumentara tres veces más que el crecimiento de la economía.
¡Tanto paseo internacional! ¡Tanta vitrina! ¡Tanto seminario! Es recomendable que no salgan tan seguido fuera del país, porque cada titular de diario deja en evidencia la mediocridad para enfrentar la economía.
El presupuesto para el próximo año crece en 5.500 millones de dólares. ¿De dónde sale ese dinero? La economía, con un mediocre crecimiento, aporta el 3,6 por ciento; 2.300 millones de dólares provienen de la reforma tributaria, y entre 1.500 millones y 2.000 millones de dólares tendrán que salir de los fondos reservados del cobre -la Presidenta Bachelet nos tiene acostumbrados a gastarse esa plata, ya que también lo hizo en su gobierno anterior- o sencillamente de endeudamiento internacional. Ambas alternativas, en cualquier escenario, afectan precisamente a todos aquellos a quienes queremos defender: las familias más pobres, que ya el mes pasado debieron enfrentar un incremento en la inflación superior al 1 por ciento. Y a la fecha se registra una inflación acumulada de 5,1 por ciento.
¿Por qué nadie se hace cargo de eso? ¿Quién imaginó que en estos ocho meses del nuevo gobierno, que prometió todo, ya le estemos ofreciendo al país una inflación récord?
La inflación no golpea a los más ricos, sino precisamente a los más pobres, que son los más vulnerables a las alzas de precios. Sin embargo, no tenemos ningún problema en decir que ellos pueden pagar todos los días hasta 70 pesos más por combustibles, en circunstancias de que perfectamente podríamos rebajarles su nivel de gastos y reducir la presión inflacionaria.
Se le dice a la gente más modesta que se apriete el cinturón con esta inflación, porque estamos aplicando medidas contracíclicas: tenemos que gastar más para ir en contra del ciclo. ¡Qué curiosa forma de analizar los ciclos! Porque con tasas de interés similares, precios del cobre parecidos e índices de crecimiento de la economía similares a los de hace un año, en ese entonces crecíamos el doble de lo que estamos creciendo hoy. Sin embargo, ahora decimos que es el fin del ciclo económico chileno.
No se trata de un mal ciclo para Chile, sino de un frenazo autoprovocado directamente por los errores y las desconfianzas que el gobierno ha generado en el mercado. Esa es la verdad. Y no lo decimos solo en Chile, sino también, a nivel internacional, todos los economistas que escriben en revistas por todos conocidas.
Se habla del impulso fiscal que se producirá a través de este presupuesto. Pero no decimos la verdad, porque el impulso fiscal en gran parte será provocado por los 2.300 millones de dólares provenientes de la reforma tributaria. ¿A qué impulso fiscal nos referimos? Estamos hablando de traspasar gastos privados a gastos públicos. Eso no es impulso fiscal. El impulso fiscal real de este Presupuesto no será de 9,8 por ciento -por su intermedio, señor Presidente, se lo señalo al ministro-, sino de apenas 5 por ciento. Después podremos discutir si la forma de reactivar la economía se logrará sencillamente con un 5 por ciento de mayor gasto fiscal.
Además, aquí hay un doble discurso inaceptable. Se dice: “Tenemos un plan de reactivación económica” y la Presidenta de la República habla en cadena nacional sobre el tema, pero el Ministerio de Salud apenas ha gastado el 32 por ciento de su presupuesto en casi dos tercios del presente año; el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, el 14 por ciento. La ejecución general está atrasada, porque alcanza apenas al 46 por ciento. Y podría dar muchos ejemplos más.
¿De qué sirve decir que vamos a impulsar la reactivación económica si ni siquiera el propio gobierno está gastando e invirtiendo lo que ya se le asignó?
Este presupuesto definitivamente no tiene norte ni quilla. De alguna forma, fomenta el engaño, porque todo este año hemos hablado de la educación como la prioridad, el sello de este gobierno. Sin embargo, hoy el presupuesto del Ministerio de Educación sube exactamente lo mismo que el año pasado.
Hicimos una reforma tributaria, pero los recursos que de ella provienen no se gastan en financiar los gastos en educación.
Reitero que este es un presupuesto sin quilla y sin norte, porque se compromete solo con inversión fiscal para 140.000 empleos, y resulta que se trata de los mismos 140.000 empleos que este gobierno ha perdido desde que asumió.
En cuanto a salud, recién un diputado se refirió a las becas. Por favor, si algo necesita Chile es justamente más especialistas. Y este gobierno, en el presupuesto para 2015, entrega menos becas para especialidades que las que contenía el presupuesto para 2014. Las cifras no mienten.
También, rebajamos en 3.143 millones de pesos el presupuesto para el Bono Auge. ¡Queremos que la gente se muera esperando, pero, mientras tanto, el Estado no se hace responsable de dicha espera!
En cuanto al empleo, debo decir que este es el único gobierno en el mundo que cuando tiene más desempleo rebaja el subsidio a la contratación a quienes más les afecta: a los jóvenes. En este presupuesto se reduce el Subsidio al Empleo Joven en 11 por ciento.
En lo referente a la vivienda, ¿quién me puede explicar por qué en el presupuesto bajan los fondos asignados a ciertas viviendas de sectores vulnerables?
En materia de seguridad ciudadana, ¿es posible que alguien me explique cuántas encuestas más de Paz Ciudadana, con récord histórico en décadas, debemos ver en los diarios para aumentar considerablemente los recursos a Carabineros de Chile? Este presupuesto no lo hace, pues mantiene casi los mismos montos del presupuesto del año pasado.
La prioridad parece que sí se encuentra en otra parte en este gobierno. Algo se ha dicho al respecto.
Cuesta mucho que los ministerios gasten. A la Presidenta de la República la dejan mintiendo frente al país cuando anuncia que reactivará la economía aumentando la ejecución, porque los ministerios no le hacen caso y presentan subejecución. En cambio, algo que ellos hacen a la velocidad del rayo, como relámpago, es contratar asesores.
En esa materia la Subsecretaría del Interior aumenta diez veces su presupuesto respecto del año pasado; la Subdere, cuatro veces; el Ministerio Secretaría General de Gobierno (Segegob), seis veces; el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres), cuatro veces. ¡Qué increíble que tales órganos requieran tantos asesores! Imagino a muchos parientes para llevar a los ministerios.
Las horas extras también registran un aumento de 7,2 por ciento con respecto al año pasado. ¡Eso sí que se puede hacer rápido, a la velocidad del rayo: contratar amigos, parientes, correligionarios, operadores! Pero solucionar los problemas de la gente más modesta toma más tiempo.
Por otra parte, este presupuesto incrementa en 12,7 por ciento el gasto en viáticos.
Se tomaron la molestia de cambiar hasta los vehículos de forma mucho más rápida que los gobiernos anteriores. Esto aumenta en 51 por ciento.
Todos queremos tener un presupuesto que nos identifique, pero este consolida un engaño, un discurso distinto a la realidad. Es un presupuesto que no cumple con las expectativas, no tiene identidad ni norte, y solo refleja la desorientación vista en todas las reformas que hemos tramitado durante los últimos meses. Si el gobierno carece de apoyo y cada día hay más gente que rechaza las reformas presentadas es precisamente porque se nos plantea un discurso muy distinto a la realidad.
Por ello, esperamos que esto se corrija en los trámites sucesivos. A nadie le interesa que los ministros, subsecretarios o jefes de servicios utilicen autos nuevos; lo que nos interesa es que la gente vea reformas de verdad.
He dicho.
-Aplausos.