Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 66
- Celebrada el 08 de noviembre de 2011
- Legislatura Ordinaria número 359
Índice
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El señor
La censura en este caso tiene un fundamento netamente institucional; no se refiere para nada a la persona del señor Girardi, sino a su investidura.
Él es Presidente de una institución esencial en la operación de nuestro sistema político.
Ahora, la obligación del Presidente del Senado en la circunstancia descrita era clarísima: asegurar la buena operación de una Subcomisión que funcionaba en el recinto de la Cámara Alta y en la que, además, participaban Ministros de Estado .
No una sino dos veces se impidió el trabajo pacífico de la Subcomisión que estaba elaborando ni más ni menos que la Ley de Presupuestos en materia de Educación. Se imposibilitó la labor de ese órgano sin ningún respeto por las personas. Eso es evidente, palmario.
Ahora, en su momento vimos a través de la televisión cómo se sentían las personas presentes, en particular las autoridades: parlamentarios, en fin. Especialmente, observamos de qué manera el propio Senador don Andrés Zaldívar sufrió en aquella oportunidad, el grado de indignación que manifestaba.
Los hechos del 20 de octubre, sin embargo, para el colega Zaldívar , hombre de muy buen corazón, quedaron olvidados.
Es muy notable la capacidad de perdón del Senador señor Andrés Zaldívar . Porque ese día lo vi en un grado de indignación que me hizo temer por su salud, por sus coronarias.
Aquel es un aspecto que el Presidente del Senado tiene la obligación de resguardar.
Hoy día estamos observando una actitud muy adusta del Vicepresidente, quien ¡casi no permite respirar a los que se hallan en las tribunas...!
--(Manifestaciones en la Sala).
¡Con la campanilla, nos acaba de hacer una demostración...!
Pero sucede que en la otra oportunidad operó una manga ancha colosal.
De veras, creo que nada de lo que estamos conversando hoy día habría ocurrido si el Senador Letelier hubiera estado presidiendo la referida Subcomisión: la actitud habría sido distinta.
En conclusión, hay un doble estándar, Senador Lagos .
Además, me sorprende el afán pertinaz por desviar la atención.
El tema de fondo es cómo opera el Senado y si las autoridades encargadas de su dirección estuvieron a la altura. ¡Punto!
Hemos hablado del Ministro de Justicia. Se ha hablado de las reivindicaciones estudiantiles. Se acaba de hacer alusión a un distinguidísimo hombre que, como todo profesional que vale la pena, ha tenido una actividad muy extensa, al igual que el abogado propuesto por los partidos de Izquierda para el Consejo para la Transparencia, a quien defendí en la prensa.
Los profesionales distinguidos -abogados, en fin- no salen de una cámara hiperbárica, no están reservados en una especie de serrallo internacional. Eso lo consiguen algunas personas que se ubican en puestos internacionales con mucha facilidad. Los nuestros, no: salen de la realidad local.
Lo recién dicho por un Senador equivale a limitar el derecho a defensa de las personas.
Sería muy insólito que yo expresara que un próximo candidato a algún cargo público que hubiera intervenido, por ejemplo, en la defensa de otros empleos que tuvieron reverberaciones políticas quedara excluido.
Sería admirable, porque -repito- nosotros no estamos en un sistema de mandarinato oriental. Quienes trabajan en política tienen un pasado profesional y personal. Y así debe ser. Porque la gente no sale del vacío.
No me parece bien que se diga que la persona a quien se refirió un Senador está de algún modo extralimitándose. No: tiene derecho a ocupar un cargo público.
Hay que terminar con la teoría del conflicto de intereses universal, pues a través de ella, simplemente, vamos a concluir en una especie de monarquía parlamentaria.
O sea, tampoco vamos a poder limitar la duración en los cargos porque eso implica renovación.
El señor LAGOS.- ¡Con que los elijan a todos, está bien!
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Efectivamente.
Quiero agregar, Honorables colegas, que la variación en la conducta del Presidente del Senado es muy notoria: un día afirma que no ocurrió nada; otro, que sí sucedió algo y que va a deducir acciones.
Bueno: ¡en qué quedamos!
Hay que tener cierta línea en esta materia, pues de lo contrario -repito- se afecta el funcionamiento de la Institución.
Este no es un capricho, no es un desquite, no es el deseo de buscarse un problema.
Alguien ha sostenido que esta discusión es estéril. Pero yo no concuerdo para nada con ello. Esta discusión no es estéril: es muy fructífera, pues tiene que ver con el respeto debido al Senado y con la seguridad futura de que esta Institución va a poder obrar en libertad.
Ese es el tema de fondo. Y las autoridades que ocupan la testera de esta Alta Corporación lo hacen por delegación de sus pares; tienen un encargo; son rotativas y temporales, y deben actuar con propiedad en el desempeño de la función que se pone en sus manos.