Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N°14
- Celebrada el 07 de mayo de 2019
- Legislatura número 367
Índice
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El señor
Señor Presidente , me enorgullece representar a la Región de Valparaíso, que le da el ancho a Chile.
¿Y por qué digo eso? Porque va desde Rapa Nui hasta Los Andes. Son 4 mil kilómetros, la misma distancia que hay de Cádiz a Haifa: todo el Mediterráneo, o de Madrid a Moscú: toda Europa.
Valparaíso es una región oceánica. Y no es de extrañarse, entonces, que desde Valparaíso partiera la evangelización hacia la isla. Los padres franceses fueron los primeros que llegaron, los mismos que después fueron a Tahití, en la Polinesia Francesa.
Debemos recordar -y Benjamín Vicuña Mackenna así lo dice- que el Pacífico no pertenecía a nadie. Por eso las grandes potencias del mundo decidieron ocupar espacio. Los primeros fueron los franceses en 1842, cuando nuestra nación estaba tomando posesión del Estrecho de Magallanes.
Entonces, no es de extrañarse que, desde el origen mismo en que se parte conectando Chile con la Polinesia, nuestros intereses -quiero precisarlo- siempre consideraron ver cómo ayudar a esas personas que vivían alejadas. ¿Por qué? Porque -y quiero recordar la historia- la isla sufrió mucho; sufrió momentos muy difíciles; sufrió cosas terribles. Tanto así que -según cuenta la historia- en un momento apenas quedaron 110 personas. La esclavización a que fue sometida la gente de Rapa Nui fue tremenda.
Por eso, debemos entender el proceso que significó que el marino Policarpo Toro , quien fue viendo a través del tiempo la degradación que iba ocurriendo en la isla, lograra convencer al Presidente Balmaceda de que el Estado de Chile tenía que hacerse cargo. Esa fue la misión que le encomendó el Presidente de la República a Policarpo Toro. Así fue como él llegó a la Isla de Pascua para firmar el año 1888 un Acuerdo de Voluntades, documento en el cual, desde el momento inicial, existe casi la cooficialidad de los lenguajes, pues está escrito en ambas lenguas: en español y en rapanuí, con influencia tahitiana.
El nombre "Rapa Nui" se remonta al pasado y en sus orígenes viene de las migraciones tempranas que fue teniendo el Pacífico, océano que fue colonizado por navegantes polinésicos en sus embarcaciones. Una igual a esas el pasado fin de semana llegó a la isla.
Por lo tanto, nos encontramos en presencia de un pueblo marítimo que fue capaz de llegar primero a ese territorio, y así darle vida, darle historia, darle la cultura que hoy maravilla al mundo entero.
Rapa Nui, entonces, aparece en 1865 gracias a la carta que deja el hermano Eyraud, en la que se cuenta precisamente la estadía de un europeo en convivencia con los rapanuís, y los describe perfectamente. Por ende, está perfectamente identificado en qué momento se parte usando el nombre "Rapa Nui".
Deseo destacar que también existen otras denominaciones anteriores: "Matakiterani" (los ojos que miran al cielo) o el nombre que se le reconoce en la canción que identifica a la isla, "Te pito o te henua" (el ombligo del mundo), el lugar más remoto por la distancia que tiene respecto del resto de la humanidad.
Esa es la característica propia de ese pequeño espacio, de esa isla tan frágil que tenemos que entender para poder quererla y cuidarla. Si alguien quiere cuidar un lugar, primero debe reconocerlo para después respetarlo.
Aquí se propone precisamente eso: un reconocimiento constitucional a una situación particular, mediante el otorgamiento de la denominación de origen característica que representa a una etnia. Por ese motivo es tan importante haber dado paso a una modificación a la Constitución para incorporar no solo a la etnia, sino también al gentilicio.
En definitiva, conviven y coexisten, tal como en el principio, cuando se firmó el Acuerdo de Voluntades, ambas expresiones: "Rapa Nui" e "Isla de Pascua".
Isla de Pascua es para algunos una posesión que está lejana -algunos la mencionaban como " Easter Island "-, pero Rapa Nui es el lugar al que se llegó navegando miles de años atrás. Y, posteriormente, esa misma gente arribó a Aotearoa, a Nueva Zelanda, al "lugar cubierto por nubes". Eso lo reconoce el Gobierno de dicho país: en sus pasaportes se puede ver que aparecen los nombres "Nueva Zelanda-Aotearoa".
No es de extrañarse, entonces, que se usen designaciones compuestas para identificar lugares y así reflejar con propiedad y precisión la historia y el respeto por una cultura.
Lo más importante es entender que en esa isla remota del Pacífico están los chilenos polinésicos, los rapanuís y los continentales, que nos mantienen vivo el espíritu. Y ese pueblo, esa etnia, es la que tiene a Chile entero conmovido con su cultura y también -por qué no decirlo- colonizado culturalmente por ella.
Rapa Nui, por tanto, está en nuestro corazón, además de darnos la presencia de Chile en el Pacífico.
Este año, en que conmemoramos la creación de la APEC, la isla es el lugar de referencia. No hay lugar más remoto en el Pacífico que el de Rapa Nui. Quizás es el mejor lugar para tener un centro de interpretación Asia-Pacífico, con el fin de entender esas migraciones tempranas, esos procesos que fueron avanzando por el mar y que le dieron el sello característico a este pueblo navegante, con una cultura ancestral.
También este año seremos sede de la COP25. Qué mejor lugar para ello que uno remoto, en medio del Pacífico, frágil, respecto del cual el Gobierno de Chile ha decidido tener una legislación, no solo para limitar la cantidad de personas (la ley Rapa Nui de residencia, de permanencia), sino también establecer un modelo de carga demográfica que permita, a la larga, asignar recursos.
Por lo tanto, más que reconocer solamente el cambio de un nombre, existe la voluntad de un Estado de preocuparse de sus territorios especiales. Si hay algo que tiene en particular Rapa Nui-Isla de Pascua y el archipiélago de Juan Fernández , es precisamente el reconocimiento en el artículo 126 bis de la Constitución de esa condición especial.
Estoy muy feliz de que eso se haya reconocido y de que se haya resuelto de la forma propuesta. Así, se hace sentir lo que el Presidente del Consejo de Ancianos nos expresó en una carta, en la cual se señala el modo correcto de referirse a ese lugar: Rapa Nui-Isla de Pascua.
Votaré a favor de este proyecto.
He dicho.