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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Especial N° 41
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 354
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Intervención
OBESIDAD INFANTIL EN CHILE. PROYECTOS DE ACUERDO.

Autores

El señor MEZA.-

Señor Presidente , por ahí se dice que los antiguos radicales militantes de este partido tricentenario somos amantes de la buena mesa, y nada más cierto, pero los tiempos llevan a que algunas conductas tengan que cambiarse.

Como médico y como diputado , quiero manifestar mi complacencia y felicitación al doctor Rossi por haber tenido la iniciativa de llamarnos a meditar y a tomar acciones directas para combatir esta verdadera epidemia que se está cerniendo sobre toda la humanidad y, en particular, sobre Chile. Son varios los colegas autores que han coadyuvado en esta iniciativa, como el doctor Núñez .

Los tiempos en que nuestras madres y nuestros padres decían “qué gordito está mi niño, que lindo se ve”, “que gordita la niña, que linda se ve”, deben dar paso a acciones concretas para evitar que esta rozagante figura se transforme, más temprano que tarde, en personas inválidas o que dejan de existir antes de lo que las estadísticas señalan.

En el mundo, mil millones de adultos tienen exceso de peso. De ellos, 300 millones son directamente obesas u obesos. Por cierto, acceden a esta patología con más facilidad las mujeres que los hombres.

Los responsables de la obesidad son el sedentarismo y la ausencia de consumo de frutas y verduras, entre muchos otros factores, que junto a la hipertensión arterial y el colesterol elevado, que suelen concomitar en estos sujetos, dan lugar, entre otros problemas, a la aparición de enfermedades costosas y limitantes como la diabetes mellitus tipo 2, cuyo tratamiento se basa en una dieta adecuada o en antidiabéticos orales.

La obesidad también predispone a las personas a enfermedades cardiovasculares, como el infarto agudo al miocardio o corazón, y los ictus cerebrales o apoplejías y sus secuelas. Pero no sólo ocasiona daño directamente a las personas, sino también al Estado y a sus instituciones, que deben lidiar con el alto costo económico que implica el tratamiento de estas enfermedades. Y qué decir de la aparición de cánceres, que cada día son más frecuentes, también debido a la mala nutrición, cuestión que no se debe confundir con la ausencia o escasez de alimentos, porque una malnutrición tiene que ver, precisamente, con los alimentos equivocados a la hora de entregárselos a nuestros niños. Son muchas las enfermedades que atacan por culpa de la obesidad, como la osteoporosis, en fin.

La esperanza de vida se reduce hasta en diez años por esa causa. En Chile, de los menores de seis años, el 7,5 por ciento son obesos; de los escolares de primer año, el 17 por ciento; de los adultos, el 25 por ciento. En síntesis, 3,5 millones de personas en Chile son obesas. En esto tenemos que reparar, y si queremos dar más vida, más tranquilidad y más armonía a la sociedad chilena, tenemos que luchar contra la pobreza y la desigualdad social; advertir a todo el mundo que comida rápida es sinónimo de mala salud, concepto que habría que etiquetar más de una vez en la mente de las personas, de los padres, de las familias y del Ministerio de Salud, el que a través de talleres debería llevar estas verdades a todos los estudiantes a fin de luchar en contra de este mal que está afectando gravemente a nuestra sociedad.

Por último, reitero mi apoyo y el de la bancada radical a los proyectos de acuerdo anunciados por el doctor Roberto Sepúlveda , los que hemos suscrito con entusiasmo a fin de que nuestras autoridades de salud se den cuente que no se trata de un hecho anecdótico, sino de un mal que es necesario atender con decisión, recursos y responsabilidad.

He dicho.

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