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Homenaje
HOMENAJE A HERNÁN HUMBERTO GODOY VÉLIZ , EXFUTBOLISTA PROFESIONAL Y ACTUAL ENTRENADOR DE FÚTBOL

Autores

El señor WALKER (de pie).-

Señor Presidente, antes que todo, saludo a nuestro homenajeado, quien forma parte fundamental de la historia del fútbol nacional: don Hernán “Clavito” Godoy, presente en nuestra tribuna de honor.

Inicio mis palabras señalando que, como legislador, pero principalmente como hincha del fútbol, es para mí un honor representar a mi bancada, la de la Democracia Cristiana, y también a la del Partido por la Democracia y a la del Partido Radical Socialdemócrata, en este merecido homenaje a un personaje tan importante del balompié nacional.

Hablar de Hernán Godoy es hablar de la historia de los últimos cincuenta años de nuestro fútbol; es hablar de sistemas tácticos y del folclore de los estadios; es hablar de partidos en el Estadio Nacional y en canchas más parecidas a un potrero, en alguna provincia del país.

“Clavito” Godoy convivió, como jugador y como entrenador, con esos dos extremos del fútbol. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que él representa la diversidad de nuestro deporte.

Como me comentó hace un momento nuestra diputada por Atacama , Yasna Provoste , Hernán Humberto Godoy Véliz , “Clavito” Godoy, nació hace 75 años en el pequeño poblado de San Félix, de la Región de Atacama.

En esas canchas de tierra se forjó el pequeño Hernán , quien con posterioridad se formaría como futbolista en las divisiones inferiores de Deportes La Serena.

Debutó como profesional en el club granate en 1958, marcando la friolera de cinco goles. En ese tiempo se ubicaba en el campo de juego como wing, aunque posteriormente, y durante el resto de su carrera, se desempeñó, a pesar de su baja estatura y contextura liviana, como centro delantero.

Como 9 de área, destacaba por su rechazo y potencia a la hora de cabecear. Su secreto estaba en que de niño jugó también básquetbol, por lo que tenía un gran salto y un sentido de la ubicación que le permitía conectar de manera certera los centros que le enviaban los laterales y wings. Tal como él más de alguna vez lo ha señalado, no tenía nada que envidiarle a Iván Zamorano .

“Clavito” Godoy jugó en Deportes La Serena hasta 1965. Gracias a sus condiciones, fue nominado a la preselección nacional para el Mundial de Fútbol de Inglaterra, llevado a cabo en 1966. Finalmente no viajó a dicho torneo. Lamentablemente para él, delanteros como Leonel Sánchez , Jaime Ramírez , Honorino Landa o Carlos Campos hicieron que el director técnico Luis Álamos no terminara convocándolo ante la gran cantidad de jugadores que le peleaban el puesto en esa época.

Posteriormente jugó en el equipo de Santiago Wanderers en 1966, cuadro dirigido por Donato Hernández , quien guiara años más tarde la notable campaña de los Panzers, campeones indiscutidos y dominadores del campeonato de 1968. Fue en dicho plantel donde compartiría camarín con una joven y promisoria figura llamada Elías Figueroa , quien venía también mostrando sus dotes como central.

Luego pasó a Palestino. En 1968 tomó sus maletas e inició una aventura con bastante éxito por canchas de Centroamérica, donde jugó en el Comunicaciones, de Guatemala, y en el Motagua, de Honduras.

Su carrera como jugador continuó en diversos clubes. Audax Italiano , Alianza , de El Salvador; Magallanes , Trasandino de Los Andes y Unión Magdalena , de Colombia, lo vieron pasar por sus equipos, aprendiendo el oficio que finalmente marcaría su vida y lo definiría como hoy lo conocemos: entrenador de fútbol.

Hernán Godoy jugó en tiempos en que lamentablemente la infiltración en las lesiones era una práctica extendida, lo que lo llevó finalmente a sufrir una artrosis crónica en sus tobillos, lo que adelantó su retiro del fútbol, actividad que dejó como jugador en 1974, cuando vestía la verde camiseta de Audax Italiano.

Su debut como técnico llegó ese mismo año. Los dirigentes del club itálico, al ver el estado de su lesión en los tobillos, le preguntaron si podía pasar inmediatamente de jugador a director técnico. “Clavito” no dudó en aceptar la oferta y pasó de los pantalones cortos al buzo de entrenador.

Es en el partido de debut que sucede una de sus mejores anécdotas. Fue en su primer encuentro como director técnico, en un torneo de reservas en que Audax cayó por 3-2 ante su clásico rival, Unión Española . En el camarín, al recriminar al arquero Javier Longa , quien, en palabras de “Clavito”, se había “comido” dos goles, este no encontró nada mejor que responder la crítica con un combo al entrenador, quien terminó debajo de la mesa de masajes. Naturalmente, el jugador terminó fuera del equipo. Un duro y golpeado debut para don Hernán Godoy .

El periplo como técnico de “Clavito” suma ya más de una veintena de clubes. Como dato estadístico, podemos señalar que en los equipos de cuatro clubes se desempeñó como jugador y entrenador. Estos son Wanderers, Comunicaciones, de Guatemala; Audax Italiano y Trasandino de Los Andes .

Como entrenador, ha dirigido en Estados Unidos e, incluso, en Indonesia. Ya es un ícono como técnico “apaga incendios”, es decir, es el entrenador que sin formar un plantel, arriba a un club enredado en el descenso, para tratar de salvar la situación. Tal es el caso de sus incursiones en Santiago Morning o en Unión San Felipe, por nombrar solo algunos clubes que se han encontrado en esa situación.

Hablar de don Hernán Godoy como entrenador es referirse a su pizarra, su eterna compañera, con la que prepara la táctica de su equipo y desnuda las falencias de los contrarios.

Antes de ingresar a la Sala, anotó en la pizarra a los equipos de la Cámara de Diputados, especialmente el que conformamos los diputados, que acabamos de salir terceros en el campeonato que ganaron los funcionarios. Esperamos que con la nueva pizarra de “Clavito”, nuestro entrenador, Julián , pueda parar mejor al equipo.

Términos como “tronco” o “comilón” acompañan a los jugadores rivales para ayudar a los suyos a ganar los partidos. Tal como él mismo lo ha dicho: “La pizarra estará conmigo hasta el final de mi carrera”.

“Clavito” Godoy ha señalado que se rejuvenece dirigiendo, que el olor a pasto, que el frío cuando debe entrenar a Santiago Morning a las seis de la mañana en Quilicura y que estar con los jugadores lo mantienen activo.

Hoy lo sacamos de la cancha por una buena razón. Este homenaje tiene un sentido de justicia, de reconocer en vida a quienes tanto hacen por el deporte. A través de él, rendimos un justo reconocimiento a tantos directores técnicos que viven para el fútbol; a los entrenadores de clubes de barrio o de ligas rurales, los mismos que se colocan el buzo y se paran al lado de la cancha por la sola satisfacción de guiar a nuevas generaciones, quienes ayudan a muchos jóvenes a salir de la droga o simplemente a ser mejores personas a través de la actividad física y de la competencia.

“Clavito” Godoy no solo exploró la veta como jugador y director técnico; también podemos encontrar su faceta literaria cuando narra, junto con Ángelo Correa y José Ignacio Valdivia , su historia personal para el libro Un clavo saca a otro clavo. Ahora se encuentra escribiendo un segundo libro, que ha titulado La pizarra de Clavito Godoy.

En el ámbito literario encontramos uno de sus vínculos más asombrosos. Tal como él contó hace un tiempo, es sobrino lejano de la premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral, prima hermana de su abuela María Véliz Alcayaga .

Hernán “Clavito ” Godoy representa la identidad del fútbol, donde los hinchas resguardan los valores y principios que históricamente han sostenido a las instituciones; valores, principios e identidad que junto con un grupo de diputados trataremos de recuperar mediante nuestro proyecto de reforma a las sociedades anónimas deportivas, para que quienes viven semana a semana alegrías y penas por los triunfos y derrotas de sus equipos, puedan participar por derecho propio en la conducción y propiedad de los clubes. A nuestro fútbol le falta arraigo y una mirada de largo plazo a través de la inversión en el fútbol joven.

Finalizo este merecido homenaje deseándole a don Hernán Godoy muchos años más en el fútbol. Como él mismo ha señalado, no necesita tocar puertas, porque los clubes lo buscan, principalmente para apagar algún incendio, salvar a algún equipo del fantasma del descenso o, simplemente, para dirigir un proyecto que necesita de su sapiencia a la hora de analizar a los rivales.

Probablemente no hay ningún entrenador que conozca tanto a los jugadores de todas las categorías profesionales de nuestro fútbol como “Clavito” Godoy. Si nunca estuviste en la pizarra de “Clavito”, entonces nunca jugaste en las últimas décadas en el fútbol chileno.

“Clavito” es un ejemplo de que la experiencia es aún fundamental en actividades como el deporte. Todos tenemos mucho que aprender de él.

¡Hay Hernán “Clavito ” Godoy para rato!

He dicho.

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