Labor Parlamentaria

El señor SEPÚLVEDA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra, hasta por tres minutos y veintiocho segundos, la diputada Daniela Serrano .

La señora SERRANO (doña Daniela).-

Señor Presidente, por su intermedio saludo al ministro y al subsecretario.

Quiero dar un poco de contexto sobre el problema que hoy día se nos plantea. Los hechos de violencia en la comunidad estudiantil son manifestaciones de un problema estructural que se arrastra desde hace décadas en nuestro país y se llama “el abandono de la educación pública”.

Parte de esta crisis muchas veces es asociada a la participación política, estigmatizando a los y a las estudiantes con un afán de anulación de sus justas demandas.

Tras años de infantilización del estudiantado, de abusos de poder, de violencia policial, de abandono, de desmantelamiento de la educación pública, de criminalización de la protesta y de promesas que no se cumplen, la dialéctica propia de la violencia hoy día nos tiene hablando de los y las estudiantes ya no como víctimas, sino como “los ejecutores” de aquella.

Por eso, esta sesión, pedida por el mismo sector político que dio vida a leyes como la de aula segura, parece una paradoja en sí misma. Recordemos que fue Sebastián Piñera quien declaró ese día a los y las estudiantes que “va a perseguir con todas las fuerzas de la ley a aquellos delincuentes y violentistas que, disfrazados de estudiantes, sin respetar a nada y a nadie, pretenden crear un clima de terror al interior de los establecimientos educacionales”.

Les quiero contar, entonces, lo que es realmente un clima de terror: en el patio de un colegio ser golpeado por un pilar que se cae sobre ti, tener clases en salas con peligro de derrumbe, comer en un casino infectado por heces de palomas y de ratones, tener clases en invierno en salas sin ventanas, jugar básquetbol en un gimnasio con planchones de asbesto agujereado por balas locas, ser ignorado en tu expresión política durante décadas, ser anulado en tu expresión sexual, ser golpeado y agredido por policías con total impunidad. Eso es realmente un clima de terror y, precisamente, esos son los problemas que debemos atacar con fuerza y determinación para poner atajo a las expresiones de violencia que hoy evidenciamos en el estudiantado.

En este sentido, respaldamos los anuncios del Ejecutivo en la materia, pues evidencian un cambio de enfoque, abandonando la lógica del castigo para dar paso a la comunicación, a la urgente y necesaria inyección de recursos para la infraestructura y hacerse cargo de los problemas de la salud mental de estudiantes, profesores y apoderados. Creemos que este es el camino correcto, porque debemos hacernos cargo de la educación pública, la cual fue desmantelada por un sector que creía que podía hacer negocios con nuestra educación.

Además, es necesario hacer revisión del marco legal vigente y terminar, de una vez por todas, con la ley aula segura; creemos que es necesario avanzar al diálogo con los y las estudiantes y sus comunidades para hacernos cargo de la tan mal llevada administración de la educación.

He dicho.