Labor Parlamentaria

La señorita LABRA (doña Paula) .-

Señor Presidente, por su intermedio, saludo al señor ministro de Agricultura.

Antes de iniciar mi intervención, quiero agradecer a los diputados que apoyaron con su firma la petición de esta sesión especial. Sin duda, su adhesión de manera transversal refleja que el tema que tratamos hoy no es un capricho de un sector político o solo de un grupo de diputados, sino que más bien reviste total importancia.

Está de más mencionar la relevancia de la agricultura en nuestro país. Particularmente, represento a la Región del Maule, donde comunas como Parral y Retiro producen más del 80 por ciento del arroz del país. En nuestra región el 15 por ciento del PIB corresponde al sector silvoagropecuario.

Por lo mismo, es importante relevar la gravedad del contexto agrícola actual. La cantidad de hectáreas sembradas con cultivos anuales ha disminuido en 150.000, si efectuamos la comparación entre las temporadas agrícolas 2016-2017 y 2021-2022.

Dentro de esos cultivos, uno de los más significativos es el del trigo, cuya siembra, durante el mismo período de análisis, disminuyó en 75.000 hectáreas, lo que corresponde a 34 por ciento menos.

A modo de referencia, el consumo de trigo a nivel mundial es de 67 kilos por persona. En Chile es más del doble, de 140 kilos per cápita. Hace varios años, Chile prácticamente se autoabastecía de trigo. Actualmente, la mitad de esa demanda se debe importar.

Así las cosas con la disminución en la producción. Pero usted, señor ministro -por su intermedio, Presidente-, el 14 de junio respondía a nuestros agricultores, especialmente de la macrozona sur: “No hay que generar visiones apocalípticas”.

Sin embargo, cabe mencionar algunos de los problemas y de los efectos que ha debido enfrentar el sector agrícola este año: guerra entre Rusia y Ucrania, pandemia con efecto en mayores costos y demoras por fletes, descontrolada inseguridad pública, toma de predios agrícolas, sequía, costo de los fertilizantes por el cielo y falta de financiamiento, entre otros.

Bajo ese escenario, no me cabe duda de que para nuestros agricultores esto sí es apocalíptico. Por lo mismo, hemos sido insistentes en establecer las alertas respecto de esta compleja situación, mediante la presentación de diversos requerimientos al Ejecutivo, los que han sido aprobados por una enorme mayoría de los presentes.

A modo de ejemplo, quiero recordar el proyecto de resolución N° 82, que presentamos junto a otros parlamentarios, que fue aprobado por 115 votos a favor el 6 de julio de este año, mediante el que solicitamos respecto del Crédito BancoEstado Siembra por Chile un salvavidas para nuestros agricultores, a través de la ampliación de la cobertura de los costos operacionales al ciento por ciento, la extensión del plazo de pago de 12 a 36 meses, al menos, y la disminución de la tasa de interés mensual aplicada. Hasta la fecha, aún no tenemos respuesta.

También solicitamos ayuda para la compra de fertilizantes en los momentos más críticos, pero no hubo acción por parte del Ejecutivo. Las palabras de aliento del señor ministro en junio fueron: “Esto no es como salir a comprar vacunas”. ¡Gracias a Dios no lo es, porque si no ya habría varios chilenos muertos!

El 20 de agosto, la cartera de Agricultura anunció la repartición de 12.000 toneladas de fertilizantes, las que, por supuesto, serán de ayuda, pero mayoritariamente para el próximo año. Una vez más este gobierno está llegando tarde con las soluciones.

La gravedad de todo lo que he señalado no recae solamente en la dificultad que esto significa para que los agricultores de nuestro país hagan su pega, sino también en el alza del costo de la vida. Al inicio de mi intervención mencioné la disminución en la producción del trigo.

¿Qué significa esto? Que este año el kilo de pan ha superado los dos mil pesos.

Quiero hacer uso de los minutos finales de mi intervención para referirme a las palabras del vicepresidente de la Sociedad de Fomento Agrícola, quien fue esclarecedor respecto de un importante riesgo para la agricultura, del terrorismo que existe en la macrozona sur, porque el ataque terrorista perpetrado contra el molino Grollmus no solo es un atentado contra la vida de las personas que se encontraban allí, sino que ese acto vandálico también redujo a escombros un molino de trigo histórico, que, junto con satisfacer necesidades de alimentación de los habitantes del sector, era necesario para el desarrollo de la actividad de un gran número de pequeños y medianos agricultores.

Por este motivo, como bancada de Renovación Nacional, hemos presentado un proyecto de resolución que va en la línea de requerir el resguardo de la infraestructura vinculada al desarrollo de la actividad agrícola, reforzando, a su vez, el programa Cosecha Segura.

Hago un llamado a mis colegas a que voten a favor ese proyecto de resolución, ya que le solicitamos al Presidente, una vez más, cuestiones que nos piden los mismos agricultores y que resultan necesarias para mantener la seguridad alimentaria y brindarles tranquilidad en el desarrollo de sus faenas.

Por último, creo que del todo necesario que el gobierno, de una vez por todas, escuche lo que dice esta Corporación, debido a que aquí se ve reflejada la sociedad plena, siendo representadas cada una de las regiones de nuestro país y, por ende, todos los sectores de la agricultura.

La conclusión es una sola: nuestros agricultores no pueden seguir esperando, necesitan herramientas de financiamiento y fomento a la producción ahora, pues son quienes alimentan a Chile.

He dicho.