Labor Parlamentaria

La señorita MIX, doña Claudia (Vicepresidenta).-

El primer turno corresponde, hasta por diez minutos y dos segundos, al Comité Socialista.

Tiene la palabra, hasta por cuatro minutos, la diputada Danisa Astudillo .

La señora ASTUDILLO (doña Danisa).-

Señorita Presidenta, nuestro norte vive desde hace un par de años una crisis gemela, que se desarrolla y crece sin que se haga algo al respecto: la crisis de seguridad pública y la crisis migratoria. El pasado fin de semana, Tarapacá alcanzó el triste récord de 36 asesinatos en lo que va del año, lo que convierte a la región en la que ostenta el mayor índice del país. De ellos, más de la mitad aún se encuentran sin culpables, lo que habla de la espantosa impunidad con que se cometen estos crímenes. Y no solo hablamos de asesinatos, sino de secuestros, torturas y mutilaciones. La última víctima fue encontrada acribillada, a quien, entre otros signos de tormentos, se le cercenó su nariz y el labio inferior.

Cuando hablamos de una insostenible crisis de seguridad pública estamos hablando de eso. Los indicios apuntan a bandas criminales internacionales, que no solo están operando en la región, sino que se están apoderando de los territorios, particularmente de las tomas de Alto Hospicio, que albergan a más de diez mil familias, 70 por ciento de ellas inmigrantes irregulares. Es aquí donde el problema migratorio se une al de la seguridad, no porque los migrantes sean infractores de ley, sino porque este flujo sin control ha permitido el ingreso de bandas criminales que usan la migración forzada como instrumento para expandir sus redes en nuestro país.

No hay soluciones mágicas para esta tragedia. Se trata de un problema que debe abordarse desde distintas dimensiones, pero una ineludible es cómo recuperamos nuestras ciudades, calles, barrios y espacios públicos para el imperio de la ley, y también cómo recuperamos el control perdido en nuestras fronteras.

Es evidente que se necesitan más carabineros, policías y fiscales, entre otras medidas; pero ¿dónde están? Lamentablemente, todo indica que en lo inmediato esas capacidades no están disponibles. Lo que sí tiene disponible el Estado son recursos militares, que sí pueden reforzar el control y la vigilancia de nuestros territorios. Hablamos de una medida temporal y extraordinaria para esta crisis igualmente excepcional. Los recursos de hoy no alcanzan para responder a las actuales necesidades, lo que es evidente, pero lo que no puede hacer el Estado es quedarse sin respuestas ante una criminalidad que tiene en jaque la paz social.

Por ello, como diputada de Tarapacá, exijo que se considere un estado de excepción para mi región mientras se elabora un plan de acción más efectivo y permanente para esta compleja realidad. No es aceptable seguir impávidos mientras los muertos, secuestrados y otros torturados aumentan. Nuestra población merece una respuesta hoy, no mañana.

Tarapacá también es Chile.

He dicho.