Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión ordinaria N° 22
- Celebrada el 27 de diciembre de 1972
- Legislatura Extraordinaria periodo 1972 -1973
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Adhesión
INCIDENTES OCURRIDOS EN EL CENTRO UNIVERSITARIO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, SEDE CHILLAN, EN LA SEMANA RECIEN PASADA, CON OCASION DE UN ACTO ELECCIONARIO.- OFICIO
Autores
El señor
Pido la palabra.
El señor
En el tiempo del Comité Nacional, tiene la palabra el señor Alamos.
El señor
Señor Presidente, en relación con los lamentables hechos que culminaron, en Chillán, el miércoles recién pasado, con la muerte del señor Héctor Castillo, funcionario del INDAP, y con dos heridos graves a bala, señores Jorge Guiñez y Mauricio Pinar, deseo relatar exactamente lo sucedido.
Aunque todo el país es testigo del clima de violencia desatado en Chile en los últimos meses, voy a concretarme sólo a lo acontecido en Chillán en la última semana.
En el Centro Universitario de la Universidad de Chile, sede Chillán, debía realizarse una elección el miércoles 20 de diciembre. Como esto había sido avisado oportunamente, era de conocimiento público, en esa ciudad, que así se haría. La Unidad Popular proclamó sus candidatos, para este Centro, el día lunes 18 en la Sala Jefferson, ubicada dentro del mismo establecimiento de la Universidad de Chile, en Chillán. No hubo ningún acto de violencia, ninguna provocación de parte de los sectores de oposición al Gobierno. El día martes 19, en la mañana, correspondía proclamar a los candidatos de la Confederación Democrática. Cuando estábamos por iniciar este acto, al cual yo asistía para proclamar a los dos candidatos nacionales que, ahí, les correspondería intervenir, se produjo un altercado con personas ubicadas en la platea alta del teatro, pertenecientes a la Unidad Popular, quienes pretendieron impedir que yo hiciera uso de la palabra. Con gritos e improperios, pretendieron hacerme salir del teatro.
Evidentemente, no lo consiguieron.
En medio de una descomunal batahola, logramos hacer uso de la palabra; y después que presentamos a los candidatos del Partido Nacional, trataron de hacer uso de la palabra los dirigentes que proclamarían a los candidatos de la Democracia Cristiana y del PIR. Ante la imposibilidad de continuar en el teatro con cierta calma, se hizo presente a los miembros de la Unidad Popular, que estaban en la platea alta, la necesidad de salir del local.
Se produjo, entonces, una verdadera batalla campal, en la cual se usaron sillas y bancas de las salas de clases situadas al costado del teatro, y piedras y palos que los partidarios de la Unidad Popular tenían en el tercer piso del establecimiento, como prevención de lo que ahí podía suceder. Después de largos y violentos altercados, ellos salieron del teatro y se apostaron en la Plaza de Armas de Chillán, frente a la sede del Centro Universitario. Continuaron con sus gritos e improperios y llamaron a otras personas, como a los integrantes de la Brigada Ramona Parra y de la Elmo Catalán, para que todos esperaran, a la salida del teatro, a quienes estábamos adentro, cuando hiciéramos abandono del local.
Todo esto fue avisado a Carabineros, quienes manifestaron, a las personas que los llamaron por teléfono, que no tenían personal suficiente para concurrir. Esto se le comunicó, el día martes 19, al Intendente, quien manifestó no tener noticias de lo que ahí estaba aconteciendo. Como bien lo saben los residentes en Chillán y como lo ignoran las demás personas, en general, la Intendencia queda exactamente frente al Centro Universitario en Chillán; de modo que los altercados procedían de un lugar cercano perfectamente conocido.
Tampoco se tomó ningún resguardo para los que teníamos que abandonar el teatro. Por suerte, aparte unos pocos insultos y palos a la salida del teatro, no hubo heridos de gravedad. Estos hechos acontecieron el martes 19, en circunstancias que, al día siguiente, se iba a realizar la elección del Centro Universitario. En estas condiciones, era evidente la necesidad de tomar medidas para evitar desmanes, discusiones o altercados que podrían tener graves consecuencias. Nada de esto se hizo.
Anunciado con anticipación, llegó a la ciudad de Chillán, al día siguiente, el señor Pablo Rodríguez, para asistir a una reunión en la sede de Patria y Libertad, lo que nada tenía que ver con la actividad universitaria de ese día miércoles. Tocó la coincidencia de que, ese mismo día, se iba a realizar la elección en la Federación de Estudiantes.
Se iniciaron los escrutinios poco después de las 20 horas, y cuando estaban por finalizar, se supo que en la última mesa, en la cual había un acta firmada incluso por personas pertenecientes a la Unidad Popular, había una diferencia de alrededor de setenta votos en favor de la Confederación Democrática. Antes que se terminara de escrutar esa mesa, elementos adictos al Gobierno empezaron a romper votos emitidos en ella, en lo cual tuvo participación una estudiante que pertenece al Partido Comunista; por otra parte, personas extrañas a la Universidad entraron en la sala donde se estaba haciendo el escrutinio y se sumaron a la destrucción de votos. Con esto, empezaron nuevos disturbios, entre las ocho y media y nueve de la noche.
A todo esto, algunas personas de la Confederación Democrática de la Federación de Estudiantes habían salido para manifestar su expresión de júbilo, porque se daba la elección por ganada.
Poco después, elementos de la Unidad Popular salieron del Centro Universitario y empezaron a insultar, apedrear y apalear a los estudiantes de la Confederación Democrática y los hicieron abandonar el frontis de la Universidad y retirarse al otro costado de la Plaza de Armas. Posteriormente, la Unidad Popular, dueña ya de la Plaza y del frente de la Universidad, se dirigió a la sede de Patria y Libertad, ubicada en el otro extremo de la Plaza, y donde estaban reunidos algunos estudiantes. Estos, al verlos venir, según declaraciones de los que allí estaban, procedieron a despejar la sede de Patria y Libertad para bloquear la entrada a la calle Arauco y permitir a las mujeres que estaban en esa reunión retirase a la calle situada al otro lado de la Plaza. Allí se produjo un primer encuentro con estudiantes de la Unidad Popular. Todo esto ha sido ratificado por el plano que entregó, en la sesión del Senado celebrada hoy, el propio Ministro del Interior, y en el cual se marca el lugar en que hubo conflictos.
En declaraciones públicas, los Partidos Socialista, Comunista e Izquierda Cristiana tratan de culpar a los estudiantes democráticos de las acciones allí realizadas; pero toca la coincidencia de que todas las agresiones fueron hechas precisamente frente a las sedes de los partidos de oposición al Gobierno.
A todo esto, entre las 21,30 y 22 horas, se escuchó una serie de disparos. En eso, llegaron el Teniente Coronel señor Viva-llos y cuatro carabineros que deben do haber estado por ahí cerca y pretendieron entrar a la parte más conflictiva de la refriega. A poco de hacerse presente, el Teniente Coronel señor Vivallos recibió una pedrada que lo obligó a abandonar el lugar de los acontecimientos.
A todo esto, a las 10 de la noche, se informó al Intendente sobre lo que estaba sucediendo, funcionario que se hallaba en un lugar denominado La Tranquera, en las afueras de Chillán. Se trata de un centro de recreación, y como él mismo lo desmintió, no estaba en un banquete, sino en una comida y, por eso, no pudo ir al lugar de los sucesos.
A todo esto, ya había caído herido de muerte el señor Héctor Castillo, y lo estaban de gravedad los profesores señores Jorge Guiñez y Mauricio Pinar, todos militantes o simpatizantes del Partido Nacional. El señor Castillo fue llevado inmediatamente al hospital por un particular y por la propia secretario del INDAP. Al poco rato de ingresar en el hospital, murió el señor Castillo. El médico que le hizo la autopsia declaró que había muerto por efectos de una bala calibre 22, tipo dumdum, y también ratificó el hecho de que, previamente, había sido golpeado. En efecto, antes de caer herido de muerte, el señor Castillo fue salvajemente golpeado en la calle Roble esquina de Arauco, en la ciudad de Chillán.
Muchos testigos presenciaron estos hechos, porque se venían desarrollando desde bastante tiempo. Los testimonios de varias personas, expresados en el día de ayer, coinciden en que el autor de los disparos es el militante socialista señor Oscar Carpenter, a quien, en declaraciones hechas por el propio Partido Socialista, éste trata de defenderlo y de mostrarlo a la opinión pública de Chillán como un estudiante muy meritorio. El señor Carpenter es conocido como hombre sumamente exaltado, como que antes ha protagonizado una serie de hechos violentos en Chillán, por los cuales ha sido denunciado a la justicia; por supuesto, se siente salvaguardado por el Intendente de la provincia.
Estos incidentes terminaron a la una de la mañana del jueves, luego de que, por fin, como a las 11 de la noche del miércoles, Carabineros se hicieron presente y, después de grandes esfuerzos, lograron dispersar a los que estaban participando en estos hechos.
Señor Presidente, estos son los hechos circunstanciales, la -versión más exacta que he podido obtener de testigos presenciales de los acontecimientos, lo que no me cabe ninguna duda va a ser ratificado en las declaraciones ante el Ministro en Visita que fue nombrado oportunamente.
Ahora bien, nosotros, como Partido Nacional, igual que las demás fuerzas democráticas, culpamos directamente al Intendente de esos sucesos. Como ya narré, él tenía la obligación de prever lo que iba a suceder, porque en la mayoría de las elecciones universitarias y estudiantiles, desgraciadamente, en los últimos años ha habido actos de violencia. En Chillán habían comenzado el día anterior, como dije, en la proclamación de los estudiantes de la Confederación Democrática, de modo que ya existía un ambiente tenso en el centro universitario.
Yo creo que el Intendente o no se preocupó o no quiso preocuparse, o, tal vez, algún grupo político de la Unidad Popular, o la Unidad Popular misma, le pidió que no se preocupara da prever los acontecimientos que allí iban a suceder.
Se hicieron declaraciones en los diarios; la Izquierda Cristiana habló de una provocación que habría ido a hacer yo a la Universidad, por el solo hecho de haber concurrido a proclamar a los candidatos del Partido Nacional. Parece que para este Gobierno o para los que participan en él entrar a una universidad, hoy día, es una provocación.
El Partido Comunista y el Partido Socialista culpan a Patria y Libertad, al Comando Rolando Matus y hacen una serie de declaraciones que no han sido comprobadas, y ya la justicia se va a encargar de comprobar que no hay nada efectivo en cuanto a que hayan tenido actuaciones en esos sucesos o en su iniciación nuestro Partido o brigadas que puedan defender a las ideas democráticas.
El Intendente recibió, al día siguiente, a los dirigentes de los gremios que participaron en. una Marcha del Silencio en homenaje al funcionario de INDAP que cayó muerto, asesinado, por las fuerzas de la Unidad Popular; y hay muchos testigos que afirman que, públicamente, el Intendenta volvió a manifestar, como ya lo había hecho en otras oportunidades en Ñuble, que él era sólo Intendente de los trabajadores, no de los allí presentes. Lo manifestó, y de ello hay muchos testigos, que son los que concurrieron a las oficinas del Intendente ese día.
Posteriormente, en esa misma reunión, el Intendente se ofuscó cuando se le pidió que explicara lo que él había hecho y se le hizo presente el peligro que seguía viviendo la ciudadanía de Chillán; llamó al Teniente de Carabineros, a su oficial ayudante, abrió las puertas y obligó a los dirigentes gremiales y a los parlamentarios allí presentes a que abandonaran su oficina, pero, previamente, declaró repito una vez más que era Intendente sólo de los trabajadores. Bien sabemos a quienes llaman trabajadores los que pertenecen a la Unidad Popular. En fin, el Intendente no hizo caso de las denuncias que allí se le quisieron hacer.
Por último, señor Presidente, solicito que se transcriba lo que he manifestado al señor Ministro del Interior, cuya intervención en el Senado de hoy en la mañana tuve oportunidad de escuchar. Concuerdo, prácticamente, en todo lo que dijo: pero hay cosas muy importantes que él no consideró, a pesar de que el Senador Bulnes, que intervino antes que él, se las hizo notar, como es el hecho de que el clima de violencia que había en Chillán estaba creado ya desde antes del día de la elección, y que el Intendente tenía la obligación de colocar fuerza pública y tomar todas las precauciones para que los hechos, que por su desidia sucedieron, no se concretaran.
Solicito repito que se transcriba lo manifestado por mí al señor Ministro del Interior, para que él adopte las medidas que estime necesarias ante hechos de tanta gravedad como estos.
Nada más.
El señor
Se transcribirán las observaciones formuladas por Su Señoría al señor Ministro del Interior.
En mi nombre también.
Y en el mío.