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  • Legislatura número 372
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Intervención
ANÁLISIS DE LA ACTUACIÓN DEL GOBIERNO ANTE AUMENTO DE LA DELINCUENCIA Y DEL CRIMEN ORGANIZADO EN EL PAÍS (SOLICITUDES DE RESOLUCIÓN)

Autores

La señora HERTZ, doña Carmen (Vicepresidenta).-

Tiene la palabra la diputada Francesca Muñoz .

La señora MUÑOZ (doña Francesca).-

Señora Presidenta, por su intermedio saludo a la ministra del Interior, al subsecretario del Interior y a todos los colegas presentes.

Estamos enfrentando una crisis que no es novedad para nadie, aunque a veces parece que nuestras autoridades viven en un Chile paralelo, donde las ideologías hacen prácticamente imposible tomar acción para enfrentar la delincuencia, que hoy tiene como protagonistas al crimen organizado y a delitos que hace algunos años eran impensados, y ante los cuales claramente nuestra legislación no estaba dando el ancho.

El año pasado, Chile ocupó el primer lugar a nivel internacional en la percepción del incremento de la delincuencia: uno de cada tres chilenos, el 38 por ciento, considera que esta habría aumentado en sus barrios, lo que duplica el promedio mundial. Esto ni siquiera excluye al barrio donde vive el propio Presidente: hace poco, se registró un robo con disparos e, incluso, hubo un asalto a un convento. Los vecinos del sector en general se quejan por la inseguridad, pese a la presencia del primer mandatario.

En 12 de las 16 regiones de nuestro país se experimentó un incremento significativo en la tasa de delitos de mayor connotación pública, según el Centro de Estudios y Análisis del Delito. Las regiones más afectadas son las del Biobío, de La Araucanía y de Los Lagos, también golpeadas por la violencia rural.

En general, los delitos que más aumentaron fueron el robo con sorpresa, el homicidio y el hurto.

Lo que está pasando en Chile no se puede normalizar; no es posible que cada día se registren homicidios y casos extremadamente violentos. Hoy se encuentran partes de cuerpos dispersas por distintos lugares. Nos encontramos con casas de tortura, cientos de víctimas de extorsión, ajustes de cuentas, enfrentamientos a balazos a plena luz del día, víctimas inocentes de enfrentamiento entre bandas rivales, explotación sexual, drogas, acciones a través de las cuales el crimen organizado se financia. Nos estamos convirtiendo en tierra de nadie.

Los chilenos ya no quieren salir de sus hogares; tienen miedo, y con esfuerzo han tenido que invertir en seguridad para sus hogares, quienes pueden.

Hay homicidios todos los días, incluso más de uno diario, y en muchos casos parece que el argumento del ajuste de cuentas es antecedente necesario para asumir que ese crimen quedará sin responsables.

Según el último Estudio Mundial sobre el Homicidio, según organismos internacionales, Chile registra una tasa de 6,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, superando a países como Bolivia, Ruanda, Perú , Argentina, entre otros.

Podría seguir citando datos y estadísticas, pero es importante resaltar que no solo se trata de números o porcentajes, sino del dolor y del sufrimiento que experimentan cada día las víctimas de la delincuencia, del narcotráfico y del crimen organizado.

Frente a esta grave crisis de inseguridad, esta Corporación debe ejercer su rol fiscalizador y analizar el actuar del Ejecutivo en términos de si este cumple o no con el estándar de diligencia que los chilenos merecen y necesitan.

Hoy tenemos el problema de las tomas, donde el Estado no llega y permite actividades irregulares, incluso que se oculten cuerpos de hombres asesinados. Y las RUF están en veremos, debido a indicaciones ideológicas que no ayudan en nada a solucionar los problemas y dan la sensación de que los derechos de los delincuentes están por sobre el derecho de los chilenos honestos.

En cuanto al control fronterizo, durante 2023 ingresaron miles de personas de manera irregular, entre ellos criminales con amplio prontuario delictual, incluso ligados a peligrosos carteles, como el Tren de Aragua.

¿Qué decir del combate contra el narcotráfico? Los carteles de droga han hecho de Chile un destino obligado y parecen estar en una zona de confort, apoderándose de barrios hoy dominados por narcotraficantes, criminales y asesinos.

El año pasado, ante la realización de narcofunerales, colegios tuvieron que suspender sus clases. Y como si eso fuera poco, se debe destinar parte del escaso contingente policial a su resguardo; una ironía.

No hace mucho, ciertos sectores políticos y extremistas llamaron a desestabilizar el país para hacer transformaciones importantes, mientras otros llamaron a refundar Carabineros de Chile, denostando a esta importante institución y dando honores a criminales. ¿Cómo no recordar el homenaje que se realizó a la primera línea en el Foro Latinoamericano de Derechos Humanos, en la sede de Santiago del Congreso, donde ellos fueron recibidos como verdaderos héroes? Y lo más grave es que muchos de ellos, ejemplares ciudadanos, fueron premiados con pensiones de gracia pagadas por todos los chilenos.

Por el bien de nuestra patria, espero que en estos dos años que le restan al gobierno pueda enmendar el rumbo y tomar con seriedad y responsabilidad el rol que le corresponde. El Estado de Chile se encuentra obligado constitucionalmente a mantener el orden público y resguardar la seguridad de la ciudadanía.

Basta de excusas, basta de defensas corporativas; los chilenos necesitan soluciones concretas.

Es hora de que se trabaje en conjunto y se avance de manera determinada contra la delincuencia y el crimen organizado. Chile no soporta más delincuencia ni actos de corrupción.

Debemos unir nuestros esfuerzos para combatir con seriedad y sin vacilaciones la delincuencia y el crimen organizado. Desde octubre de 2019 se ha intentado hundir y llevar a nuestro país a la miseria a través de la delincuencia y la corrupción, pero como Congreso no cederemos ante el avance de la delincuencia y del crimen organizado.

Debemos utilizar todas las herramientas constitucionales para combatir a todos aquellos que pretendan destruir la paz y la tranquilidad que tantos años nos costó construir.

He dicho.

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