Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Especial N°84
- Celebrada el 11 de diciembre de 2019
- Legislatura número 367
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Acusación constitucional
ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL CONTRA EX MINISTRO DEL INTERIOR Y SEGURIDAD PÚBLICA SEÑOR ANDRÉS CHADWICK PIÑERA
Autores
La señora EBENSPERGER.-
Señora Presidenta, permítame comenzar estas palabras señalando que estoy confundida, asombrada y frustrada. Tal vez por ingenuidad, tal vez por falta de experiencia en este Hemiciclo, pero yo soy de las personas que creen que la política es una noble profesión y que muchas veces se ensucia por el actuar de malos políticos.
Yo pienso que ser Senador o Senadora es un honor; es un honor servir a Chile, pero también es una gran responsabilidad. Y me parece que hoy este Senado no está a la altura de esa responsabilidad, porque hoy día estábamos llamados a votar una acusación constitucional contra el ex Ministro Chadwick por causales concretas y precisas, pero lo que hoy este Senado ha estado haciendo es un juicio político al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
Me alegra que haya varios Ministros acá, porque están acompañando a un ex colega, pero también porque -insisto- hoy el Senado se ha alejado de su obligación constitucional de ser jurado de lo que veníamos a resolver y estamos haciendo -reitero- un juicio político al Gobierno del Presidente Sebastián Piñera. Juicio político, al gobierno de turno que sea, que no está contemplado en nuestra Constitución. Tenemos un régimen presidencialista. Si no estamos de acuerdo con eso, busquemos los instrumentos, si tienen mayoría, para cambiarlo. Pero mientras eso no ocurra, respetemos lo que establecen nuestra Carta Fundamental y nuestras leyes, que juramos respetar al asumir estos cargos. Porque lo que resulta, por decir lo menos, sorprendente es que estemos juzgando a un ex Ministro diciendo que es de acuerdo con la Constitución y que en ese mismo juzgamiento no estemos cumpliendo el propio juramento que hicimos.
Como decía, nos corresponde hoy votar como jurado la acusación constitucional contra el ex Ministro Chadwick. Y debemos asumir -y espero al menos yo hacerlo así- esta responsabilidad con el rigor que significa el decidir el futuro político, público y humano de una persona.
La decisión que cada uno de nosotros tome hoy debe enmarcarse, como ya lo mencioné, en el ámbito legal y constitucional, pues estas acusaciones tienen un doble carácter: son políticas y jurídicas. Son políticas porque revisan la actuación, en el ejercicio de un cargo, de aquellas autoridades señaladas en la Constitución. Y son jurídicas porque este análisis debe ajustarse a lo establecido en la Carta Fundamental y en las leyes, en cuanto a sus causales y en el desarrollo de toda la acción, desde su presentación hasta su resolución final.
Al ex Ministro Chadwick se lo acusa en el Capítulo I por su supuesta responsabilidad en infringir la Constitución y las leyes o haber dejado estas sin ejecución. En el caso puntual, por la omisión deliberada de tomar medidas o acciones para evitar violaciones a los derechos humanos durante los hechos ocurridos en nuestro país entre el 18 y el 28 de octubre de 2019; y en el Capítulo II, de haber faltado al principio de legalidad en las declaraciones de los estados de excepción, particularmente de emergencia, y los consecuentes toques de queda que estos generaron.
La primera causal de la acusación se funda en un listado de presuntas violaciones a los derechos humanos de personas que resultaron heridas, incluso muertas, durante estas jornadas. Hechos absolutamente lamentables y que repudiamos fuerte y claro, pero que no son responsabilidad del acusado ex Ministro del Interior, porque son hechos que hoy investigan los tribunales de justicia, por lo cual no quedarán en la impunidad. Y es precisamente tarea de los tribunales establecer su veracidad y responsabilidad, por lo que no corresponde condenar a nadie a priori, aun a pretexto de que sea una condena política. Por otra parte, no basta tampoco con condenar un listado de hechos sin probar la relación causal entre la ocurrencia y la autoría de ellos en el actuar del ex Ministro.
También pudimos apreciar ayer en la formalización de esta acusación por parte de los Diputados que, no obstante que el Ministro dejó su cargo el 28 de octubre y que la acusación se refiere a hechos ocurridos entre el 18 y el 28 del mismo mes, se ha seguido responsabilizándolo e imputándole hechos que han pasado con anterioridad o posterioridad a esa fecha.
Cabe preguntarse, entonces, cuáles son las acciones u omisiones que el ex Ministro no habría realizado entre estas fechas.
Ayer la defensa del ex Ministro detalló latamente -no voy a repetirlo- lo que había realizado durante estos diez días con Carabineros, con la PDI, con el Ministerio Público, con el INDH y con un sinfín de autoridades.
El Ministro del Interior concentra la decisión política en materia de seguridad y orden público y, efectivamente, tiene la dirección de estas fuerzas de seguridad, pero no participa, de acuerdo con la propia ley N° 20.502, de la operatividad en terreno de las policías.
Y, a pesar de ello, en los diversos oficios dirigidos a todas las instituciones ya nombradas han quedado acreditadas las instrucciones generales del ex Ministro en orden a mantener e instruir el respeto de los derechos humanos en el contexto del combate a las graves alteraciones del orden público que experimentamos.
Durante su gestión, además, se publicó la circular N° 1.832, sobre el uso de la fuerza, que incorpora el principio de responsabilidad que se supone que se debe perseguir al funcionario que cometa actos u omisiones que importen el abuso en el uso de la fuerza.
En el mismo sentido, se encuentra la orden general N° 2.635, que actualiza los protocolos de mantención del orden público.
En definitiva, no se ha logrado acreditar la participación de don Andrés Chadwick en la infracción u omisión de las normas constitucionales y legales de las que se le acusa. No existe -reitero- un nexo causal entre los lamentables hechos descritos en el documento con el actuar del ex Ministro, por lo que es dable concluir que procedió dentro de sus facultades constitucionales y legales y no se ha podido probar la existencia de hechos u omisiones que le sean imputables según las causales constitucionales de esta acusación.
Si no fuera necesario probar nada, entonces no existirían causales establecidas en la Constitución para estas acusaciones y simplemente podría, por cualquier hecho, procederse a ella.
El ex Ministro durante el ejercicio de su cargo realizó las acciones y tomó las decisiones necesarias para enfrentar la situación que se vivía en el país, por lo que no infringió la Constitución ni ley alguna, que es lo que exige la causal invocada por la parte acusadora.
Cosa distinta es que algunos parlamentarios estén de acuerdo o no con cómo se enfrentó la crisis durante estos días, con las medidas que se tomaron o si ellos hubieran optado por otras distintas. En democracia, no se puede imponer una decisión o posición política distinta a la del gobierno de turno cuando este ha sido elegido legítimamente por el pueblo. Es decir, no es posible querer gobernar vía acusación constitucional.
De ser aprobada, esta acusación sentará un grave precedente para la estabilidad democrática de este o cualquier gobierno futuro. Porque, señora Presidenta, las pruebas que fundamentan cualquier acusación deben ser objetivas, ciertas y, por sobre todo, han de acreditarse los hechos que se imputan y la participación en ellos del acusado, cosa que en la especie no ha ocurrido.
Algunos sostienen que nada de esto se requiere porque fallamos en conciencia. Puedo admitir la discrecionalidad, ¡pero jamás, estimados Senadores, la arbitrariedad! Lo que acá se está haciendo -insisto- es un juicio político al Gobierno del Presidente Piñera a través del ex Ministro Chadwick, y eso atenta contra el debido proceso. No existe ni en la acusación ni en las fundamentaciones escuchadas una sola coherencia de esta entre la acusación y lo que hoy, al parecer, muchos están dispuestos a votar como jurado.
Señora Presidenta, no puedo dejar de referirme a un punto que ayer mencionaron los Diputados y hoy varios señores Senadores, que es la calidad humana de Andrés Chadwick.
Se señaló que esta acusación nada tenía que ver con sus cualidades humanas, que lo consideraban una buena persona. Y eso es al menos contradictorio. Lo más importante en el ejercicio de un cargo de relevancia es precisamente el ser buena persona. Eso asegura que el ejercicio de su autoridad será el correcto, pues el ejercicio de las virtudes humanas es lo que marca el quehacer diario de una persona en todo momento de la vida. Andrés Chadwick es un gran profesional y político, pero, sobre todo, es una gran persona, que jamás, -reitero- ¡jamás!, habría realizado una acción o una omisión para permitir la violación de derechos humanos.
Si hoy esta acusación constitucional se aprueba, no solamente se pondrá término a la brillante carrera política de Andrés Chadwick. También perderemos a un gran servidor público, a uno de los mejores políticos del país, quien siempre en su vida pública y privada ha puesto en su actuar primero a Chile y a los chilenos.
Con frustración veo cómo hoy este Honorable Senado no está cumpliendo con su obligación constitucional. No está actuando como jurado, sino que está siendo el verdugo de un gobierno a través de un ex Ministro para hacerlo responsable de la grave crisis que vive nuestro país y de la cual todos, sin excepción, somos responsables.
Una mayoría parlamentaria no puede ser la excusa o el medio para lograr un fin, un objetivo injusto, mezquino e ilegal, que solo persigue una victoria política, pero que la historia mostrará que se tiñe de revancha por sobre la justicia, de ganancia política por sobre el bien del país y de nuestra institucionalidad, de mentira e inexactitud por sobre la verdad.
Señora Presidenta, yo creo en la justicia y no en la venganza. Yo creo en la buena política y no en el abuso que se hace en su nombre. Yo juré respetar en el ejercicio de mi cargo la Constitución y las leyes. Por eso, como dijo un filósofo griego que quiero recordar ahora: "El mejor logro de la injusticia es parecer justos sin serlo". Y lo que hoy se está haciendo es injusto.
Por ello, como abogada, como Senadora, pero principalmente como una persona que en su actuar trata de ser justa, anuncio, señora Presidenta, con convicción y fundadamente, mi voto en contra de los dos capítulos de la acusación constitucional contra el ex Ministro Chadwick.
He dicho.