Labor Parlamentaria

El señor RIVAS (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado Cristian Labbé .

El señor LABBÉ.-

Señor Presidente, estimados colegas, para fundamentar mi voto, voy referirme a tres conceptos: convicción, responsabilidad y consecuencia.

La convicción no es algo superficial, es una fuerza que nos define, nos guía y nos da el coraje para actuar, incluso cuando las circunstancias no son favorables. La convicción surge del compromiso con los valores que se tienen, no es algo que se nos pueda imponer ni obedece a intereses circunstanciales. La convicción está dispuesta a luchar por lo que se cree, incluso cuando todo pareciera en contra.

La verdadera responsabilidad es hacer lo correcto y no lo fácil. La vida nos ha enseñado que las discusiones más difíciles son las que requieren de mayor responsabilidad. La responsabilidad nos obliga a considerar el efecto de nuestras decisiones en los demás. No se trata de apoyar lo que nos beneficia ni menos lo políticamente correcto. Elegir lo fácil puede ser tentador, pero también es traición. Se eluden las responsabilidades.

Señor Presidente y estimados colegas, en relación con las responsabilidades, ¿quién se hará cargo de la reforma tributaria, del sistema binominal, de la reforma de educación, del sistema electoral y de otras tantas medidas que nos han llevado al desastre que hoy vive Chile? Pues nadie.

La consecuencia es el reflejo de nuestras decisiones, y estas son el reflejo de quienes somos y de cómo nos ven. La consecuencia siempre está presente, ya que es el eco de nuestras decisiones.

Señores diputados, ¿cuántas voces especializadas, cuántas voces de nuestro electorado, cuántas advertencias de los dirigentes y representantes de las pymes y los trabajadores se han levantado advirtiendo sobre las consecuencias que tendrá esta reforma: el aumento del desempleo, el empleo informal, más recursos para los falsos exonerados políticos, el aumento de la inflación y el fortalecimiento del Estado?

Señor Presidente, no necesito dar más argumentos. Esta reforma no es más que una transaca entre cúpulas políticas, hecha sin medir sus repercusiones y, lo más grave, es que se ha hecho a espaldas del país.

Winston Churchill dijo que la lealtad es la promesa de estar ahí cuando se necesita, sin importar las dificultades.

Por eso, con convicción en mis principios, por lealtad a mis electores, por el valor de la libertad, por el progreso, que es el único camino para lograr el bienestar, y por la responsabilidad con el futuro de mi país, votaré en contra.

He dicho.

-Aplausos.