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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Especial N° 37
  • Celebrada el
  • Legislatura número 361
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El señor LAGOS.- Señor Presidente, este es un tema súper sensible por la forma como ha sido abordado. Algunos de nosotros no hemos hecho ni una sola declaración pública sobre el caso. Otros han llenado páginas de diarios: están sentados enfrente.

Se trata de algo bien sencillo y delicado al mismo tiempo. En un proceso que pocas veces ocurre, los tres Poderes del Estado intervienen en un proceso institucional. Para el nombramiento de un ministro de la Corte Suprema, es esta última la que elige cinco candidatos que propone al Presidente de la República, quien escoge uno de ellos y lo envía al tercer Poder del Estado: el Legislativo. ¿Para qué? Para que se pronuncie. Ello es producto de la reforma de 1997, entre otros impulsada por la actual Senadora señora Alvear, entonces Ministra de Justicia.

Entonces, la pregunta es qué debemos hacer. El Senador que habla podría preguntarle al señor Secretario General qué requisitos o elementos se deben considerar a la hora de votar sobre el nombre propuesto por el Presidente de la República y la respuesta sería: "Pronunciarse en conciencia". Porque no hay otro. No me parecen pertinentes, en consecuencia, las presiones registradas.

Un colega que me antecedió en el uso de la palabra planteó que el caso se refiere solo a corrupción. Creo que fue el Honorable señor Escalona. Deseo consignar que se trata de otra cosa: de que a nosotros, como representantes de la soberanía popular, la Constitución nos pide que nos preocupemos de ver cómo se compone la Corte Suprema. Porque el Máximo Tribunal está integrado por personas iguales que nosotros y que quienes pagan impuestos y llevan a sus hijos a escuelas públicas; por chilenos que tienen visiones del país. Eso es lo que tenemos que hacer y lo que hemos hecho siempre.

El cuoteo de "uno tuyo y uno mío" es una visión de Chile. ¡Develémoslo y no seamos hipócritas!

La decisión es la misma, por lo tanto. El punto radica en que no se trata de corrupción. El Senador que habla quiere ministros de la Corte Suprema que reflejen cierta manera de ver la sociedad. ¿Y por qué ha de ser la que desea? Porque representa a alguien, pues para eso lo eligieron. Ello se extiende a sus 37 colegas. Algo les dijimos todos a nuestros electores para que concluyeran: "Quiero a Novoa", "Quiero a Larraín", "Quiero a Prokurica", "Quiero a Walker".

En consecuencia, no me parece justo lo que observo, empezando por la actuación del Presidente del Máximo Tribunal, quien formuló una desafortunada declaración que les generó presión a los miembros de esta rama del Congreso.

Pero lo que no acepto es el criterio de mis pares.

A mi Honorable colega Espina puedo expresarle que si los vetos empiezan porque un ministro falló de una forma que no le gustó a la Izquierda, eso implica que el sistema colapsó. Y espero que si ello ha ocurrido, el pleno de la Corte Suprema tome el toro por las astas y manifieste una opinión política, desde el punto de vista de lo que significa afectar gravemente la independencia y autonomía de un Poder del Estado.

Si la Constitución nos pide a Su Señoría y a mí pronunciarnos, ¿por qué vamos a estar interfiriendo en el Máximo Tribunal? ¡Para qué nos preguntan, entonces!

Y cito lo manifestado por el Senador señor Hernán Larraín en Cooperativa, en el sentido de que si se rechaza el nombre de la señora Chevesich, olerá a venganza política por la actuación de esta en el caso MOP-Gate contra funcionarios del Gobierno de Ricardo Lagos.

Reitero que el asunto no se vincula con corrupción, aunque es legítimo que alguien desee plantear el punto. Los que quieren votar pensando que si lo hacen en contra serán juzgados como favorables a esa práctica están en su derecho, pero, por mi parte, estoy en el mío al aseverar que tal factor no incide, porque Chile no es corrupto. Si lo fuera, lo de la señora Chevesich no habría sido noticia.

El problema involucrado es de derechos humanos, el cual aún no está resuelto. Baste decir que ninguno de los candidatos presidenciales de las bancadas de enfrente fue capaz de pronunciar la palabra "dictadura" hace una semana. ¡Así de sencillo!

¡En el país se registran más de mil 300 cuerpos que no se encuentran!

¡En el país se ha hecho carne de los exonerados políticos, porque hubo corruptos, tal vez, o se halla mal otorgado un beneficio!

Tan cierto es que las violaciones a los derechos humanos no se superan, que en esta Corporación se encuentra representado un partido político que llevó de candidato a alcalde a quien le hizo un homenaje a Krassnoff, persona presa, como lo mencionó el Senador señor Escalona. Pero la UDI presentó dicho candidato en pleno siglo XXI. ¿Saben por qué, Sus Señorías? Porque con mis Honorables colegas de enfrente no compartimos la misma posición sobre los derechos humanos. Y lo que estamos haciendo ahora es resolver el nombramiento de una ministra de la Corte Suprema a partir de ese criterio. Ello sí que es delicado. Los derechos humanos no se olvidan.

Más aún, la ministra señora Chevesich, en un fallo de dos contra uno, reafirmó que al señor Manuel Contreras, conocido como "El Mamo", le era aplicable la atenuante de irreprochable conducta anterior. ¡En 2010! ¡No en 1992, cuando nadie sabía nada!

¿Y saben Sus Señorías qué es lo que duele? No se trata de que ella no haya tenido el derecho de decidirlo -puede que haya fallado de acuerdo con su conciencia-, pero otros dos ministros pensaron distinto. Entonces, conforme a mi visión, no es que haya cometido un error, que haya actuado de mala fe, que haya incurrido en una ilegalidad jurídica: dos magistrados concluyeron algo diferente. Y quiero que esos dos tipos de ministro estén representados en el Máximo Tribunal. Es algo legítimo, del mismo modo que otros pueden opinar en forma distinta.

En consecuencia, el asunto no es de corrupción: es de derechos humanos.

En el caso de Manuel Contreras, ¡irreprochable conducta anterior en 2010! ¡Para un asesino que mató al padre de uno de los nuestros, de Juan Pablo Letelier, sentado más atrás! ¡Me parece inconcebible! ¡Y muchos de ustedes saben en su conciencia que estamos cometiendo un error!

El Senador que habla no acogerá la solicitud del Presidente de la República, porque habría bastado que no la presentara y que hubiese consultado.

¡Se van a cumplir 40 años del golpe militar y un candidato presidencial de la Derecha no puede pronunciar la palabra "dictadura"! ¡Porque no lo creen!

¿Por qué piensan que el ministro señor Cerda está vetado hasta el día de hoy? ¡Por vendetta!

En honor a la memoria de los compañeros socialistas asesinados, no voy a aprobar la solicitud.

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