Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Especial N° 27
- Celebrada el 21 de agosto de 1968
- Legislatura Ordinaria año 1968
Índice
Cargando mapa del documento
El señor
Un cable de hoy día, señor Presidente, de la Associated Press, establece que "los miembros del Presidium del Partido Comunista checoslovaco eran virtualmente prisioneros en el edificio del Comité Central de Praga. Y otro cable señala lo siguiente: "Miembros del Presidium del Parlamento checoeslovaco enviaron hoy una delegación a ver al Embajador soviético en Praga", para "establecer contactos y concertar la posibilidad de libertad de movimientos para hablar con el Gobierno y el Presidente de la República.
"Noticias procedentes de Praga indicaban que las tropas extranjeras de ocupación estaban aislando metódicamente a Checoslovaquia del exterior, apoderándose de las radioemisoras y oficinas de agencias noticiosas."
¿Cuál es la reacción internacional? No queremos señalar la opinión de partidos políticos o de gobiernos claramente alineados en el lado occidental. Pero, sí, creemos importante señalar que, según nos informan también los cables, "el Partido Comunista de Italia, el mayor de Europa Occidental, convocó hoy a una reunión de su Comité Central para estudiar el caso de la invasión de Checoslovaquia por tropas rusas". Y "los dirigentes del Partido Comunista de Francia expresaron hoy su sorpresa y severa desaprobación la intervención soviética contra Checoslovaquia".
Por su parte, el Mariscal Tito, de Yugoslavia, en su calidad de Presidente de la Liga Comunista de Yugoslavia, ha convocado a una sesión del Presidium del Comité Central del partido para las 20 horas.
"El breve anuncio fue difundido por Tanjuc, la agencia noticiosa oficial yugoslava; pero no dice qué se tratará en la reunión, aunque aparentemente será la ocupación soviética de Checoslovaquia".
Y en Rumania, señor Presidente, pueblo altivo como ninguno, el Secretario General del Partido Comunista rumano declaró: "El pueblo rumano no aceptará que nadie viole su soberanía nacional". Y Ceausescu agregó: "Si se considera que en Checoslovaquia hay una contrarrevolución, lo mismo entonces podrá decirse mañana de Rumania".
Las noticias se han ido sucediendo, hora a hora y minuto a minuto. Los tanques rusos han ido entrando en las ciudades y se han apoderado especialmente de los medios de comunicación con el exterior, radios y televisión. La frontera con Hungría ha sido también definitivamente cerrada. Y es dramática la noticia que nos llega de la radio de Pilsen, que se describió a sí misma en las últimas horas de la noche de ayer, como "la última estación radial libre de Checoslovaquia", añadiendo el locutor que no podría determinar "por cuanto tiempo más podría la radio seguir irradiando sus programas".
"El anunciador de la estación de Pilsen, ubicada a unos 75 kilómetros al sudoeste de Praga, había informado previamente a los escuchas cuando eran las 9.20 horas local... lo siguiente:
"En caso de que quedemos fuera del aire, les decimos que estáis escuchando la última estación radial libre que aún queda en Checoslovaquia: Radio Pilsen."
Luego, a las 11 de la mañana hora local, el locutor indicó que un tanque de "nacionalidad desconocida" estaba avanzando hacia el edificio de la emisora y no podía saberse por cuánto tiempo más la estación podría seguir irradiando sus programas".
Después, silencio.
Estos son los hechos, señor Presidente.
Y estos hechos requieren un pronunciamiento categórico de este Congreso Nacional, sobre todo cuando la propia delegación de Checoslovaquia ante las Naciones Unidas, foro mundial donde Chile puede y deberá emitir su juicio, en el día 21 de agosto ha entregado la siguiente explícita declaración, que no alcanzó, incluso, a aparecer en los diarios de la tarde:
"Comunicado de la Delegación de Checoslovaquia:
"Declaración del Ministro de Relaciones Exteriores de Checoslovaquia, fechada 21 de agosto de 1968:
"Hoy día el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el endoso del Presidente de la República, informó a los Embajadores de la URSS, Polonia, República Democrática de Alemania, Hungría y Bulgaria acreditados en Praga, que transmitan a sus respectivos Gobiernos una firme protesta con el requerimiento que la ocupación ilegal de Checoslovaquia sea detenida sin demora y que todas las tropas armadas sean retiradas del país. En este momento histórico expresamos nuestra esperanza" -dice el Ministerio de Relaciones Exteriores de Checoslovaquia- "que los Gobiernos y los pueblos de la URSS, Polonia, República Democrática de Alemania, Hungría y Bulgaria entiendan lo serio de la situación producida con este acto que no puede ser explicada de ninguna manera y mucho menos puede sostenerse en la, razón y que vaya a hacer inmediatamente posible para, el pueblo checoslovaco y sus legítimos representantes que puedan continuar con sus actividades sin demora".
Esta es la declaración que ha entregado a todas las Embajadas acreditadas ante las Naciones Unidas la delegación del país que hoy día sufre una invasión, que no puede llamarse "sin precedentes" en la historia, porque ya los tuvo en el caso de Hungría.
Señor Presidente, los Diputados democratacristianos, por mi intermedio, quieren manifestar esta noche su más enérgica protesta por esta acción internacional, que viola el principio de "No Intervención" y que abre las puertas a todo tipo de arbitrariedades en el campo de las relaciones entre los países poderosos y las pequeñas Naciones. En esta materia, nuestro partido tiene una tradición muy valiosa: no se presta al griterío ensordecedor cuando se trata de culpar a un régimen determinado, ni silencia escandalosamente su voz cuando se trata del régimen que impera al otro lado de la tierra. Hungría, Bahía Cochinos, la invasión de los "marines" norteamericanos a Santo Domingo, la guerra de Vietnam, son todos hechos que merecen y han merecido nuestra condenación más enérgica.
Señor Presidente, sugerimos a nuestra Cancillería que haga ver la opinión de este pequeño y modesto país, que no tiene gran relevancia política -no puede tenerla desde el punto de vista de su fuerza material- pero sí alguna fuerza y prestigio moral en el ámbito internacional, frente a estos hechos, en la Asamblea de las Naciones Unidas.
Hacemos votos muy sinceros por que estos hechos, como los crímenes de Stalin, como la invasión de Hungría y como muchos otros ya acaecidos, lleven a la reflexión y, al mismo tiempo, a la consecuencia política a muchos sectores de la Izquierda chilena, contra los cuales no tenemos ninguna animadversión, ninguna molestia, y con quienes estamos dispuestos, cuando las necesidades del país lo requieran, a iniciar acciones en común, pero a los cuales también les exigimos claridad frente a estos hechos, que, indudablemente, conmueven a todos los hombres libres de la tierra.
Hay un cable, señor Presidente, que he dejado para el final, porque esta mañana, cuando lo leía en la Sala de Lectura de nuestra Corporación, golpeó fuertemente en mi espíritu. Dice así: "Cinco jóvenes de Praga, llorando, levantaban esta mañana, en medio de la multitud, una ensangrentada bandera checoslovaca".
Vaya para esos jóvenes nuestra adhesión, nuestra admiración y nuestro aplauso, no porque no sean socialistas, que lo son; no porque estén coludidos con el imperialismo norteamericano -afirmación que es una patraña que ya nadie puede creer,- ¡pero sí, porque creen y aman la libertad!
Nada más.
Aplausos en la Sala.