Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión ordinaria N° 46
- Celebrada el 25 de abril de 1973
- Legislatura Extraordinaria periodo 1972 -1973
Índice
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El señor
Señor
Ahora, al irnos, no queremos hacer una crítica, sino ciertas consideraciones respecto de algunos problemas que golpean los sentimientos de cualquier ser humano, de cualquier individuo, de cualquier persona bien nacida.
Cuatro o cinco de nuestros colegas ya no están con nosotros tres por lo menos han muerto y dos por distintas circunstancias no han vuelto a este hemiciclo.
Durante este lapso hemos hablado mucho, y muchas veces la pasión nos ha hecho decir muchas cosas, herirnos, incluso, adentrarnos en problemas que, a lo mejor, en forma serena, no los habríamos tocado. Tal vez, porque tenemos, como todos los hombres, temperamentos diferentes, caracteres distintos. Pero, ha habido un común denominador entre nosotros: ha habido un lenguaje que sin ser el mejor, por lo menos nos ha permitido entendernos en algunos grandes problemas. ¡Cómo hubiésemos querido haber tenido una mayor identidad en algunas cosas! ¡Cómo no haber podido vencer, tal vez, esta discusión muchas veces bizantina frente a algunos problemas que si uno se pusiera la mano en el corazón entendería que obedecen a cosas nimias y, muchas veces, a problemas de tipo político, sin mayor proyección! Pero la política es así. Y ahora, nos vamos a separar: Vendrán setenta colegas nuevos, setenta compañeros, setenta amigos y setenta políticos a adentrarse de nuevo en esto que es el Parlamento. Nosotros nunca hemos magnificado la
Pero hay algo superior: la historia, y ella es la que nos va a juzgar. Y podrá decirse muchas cosas el Parlamento, y con mucha razón pero no se podrá decir que nosotros podemos deslindar la responsabilidad que como hombres que actuamos en la cosa pública tenemos en este momento. La situación es difícil. Yo tengo, como ciudadano, temor. Temor, porque no quiero el enfrentamiento, no por cobardía. No lo quiero, porque no quiero ver sufrir ni ver morir niños, ni quiero que nadie tenga temor de vivir en esta patria, porque un determinado bando es Gobierno. No quiero ver sufrir ni a mi peor enemigo. En una verdadera democracia nadie debe sufrir.
¿Cómo superar, entonces, este estado? Tal vez, colocando cada uno un poco de buena voluntad. Un enfrentamiento nos va a llevar al caos. Quién quisiera cosechar esta siembra no lo va a lograr y vamos a ser nosotros los actores principales de algo por lo que el día de mañana van a tener que maldecirnos nuestros descendientes. Esto al margen, vuelvo a decir, de Oposición y de Gobierno.
Por eso, permítanme, colegas, antes de irme, llamarles la atención sobre esto que sé que muchos de ustedes comparten. Yo no creo que un partido político determinado tenga siempre a los buenos y los otros, los contrarios, tengan siempre a los malos. Tal vez, todos tenemos de unos y de otros, o, tal vez, tenemos todos algo de bueno, y, apelando a eso, deberíamos en este momento acordarnos que tenemos esta responsabilidad. En razón de esto, colegas, del aprecio y el afecto que nos hemos tenido con muchos compañeros, al margen de los diálogos ásperos y de las situaciones muchas veces anómalas, yo quisiera que este día, que es el último que vamos a estar aquí mirándonos las caras, hablando y conversando, nos hiciéramos el propósito, cada uno por su cuenta y desde nuestros respectivos puntos de vista, no de defender al señor
Siempre hay una esperanza. Hubo muchos sectores que cuando gobernó la
Muchas gracias.