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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 54
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1973
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Homenaje
HOMENAJE A LA MEMORIA DEL CAPITÁN DE NAVIO ARTURO ARAYA PEETERS. OFICIO.

Autores
El señor PABLO (Presidente accidental).-

Tiene la palabra la Honorable señora Campusano.

La señora CAMPUSANO.-

Los Senadores comunistas decimos ¡presente! en este homenaje que se rinde a la memoria del Comandante Araya Peeters, marino ejemplar. Aún no salimos de nuestro asombro al conocer el hecho de que fuera asesinado tan demencialmente en una siniestra operación fascista, en la madrugada del pasado 28 de julio. Nadie duda ya de que esta acción fue dirigida por los mismos cerebros siniestros que segaron la vida del Comandante en Jefe del Ejército, General Rene Schneider.

Un asesinato cobarde y artera.

Los comunistas tenemos como principio fundamental, no sólo defender el derecho a la vida dentro del humanismo que profesamos, sino que hacerla feliz y dichosa. Y es a la luz de estos valores que en este homenaje expresamos nuestro más profundo dolor y pesar, junto a nuestra indignación por este artero y cobarde asesinato, que ha truncado la vida de un distinguido oficial de la Armada, a cuya institución entregó su inteligencia, lealtad y orino, y por cuyos méritos fue propuesto por la Armada al PresidenteAllende como Edecán Naval de la Presidencia.

Allí, en la Casa Militar, lo vimos desempeñarse afanosamente alegre, pleno, como realizándose en otra de las múltiples facetas de hombre de mar, acogiendo a todos por igual, cordial y responsable, dualidades innatas en el ¡marino, en el patriota desaparecido. El Comandante Araya fue un hombre que se entregó íntegro a su carrera, sin imaginar por un segundo siquiera, que ésa, su noble actitud y responsabilidad de siempre, lo llevaría a encontrar un destino distinto del soñado por él.

Un oficial de cualidades sobresalientes.

Cuando la Armada invitó a las Comisiones de Defensa del Senado y de la Cámara de Diputados, y a periodistas, a un importante viaje por el Canal Beagle, siendo relacionador público el Capitán Araya Peeters, tuvimos el honor de conocerlo, de apreciar su enorme cordialidad y sencillez; de encontrar en él, aparte el marino forjado en el marco de una disciplina rígida, a un hombre que reflejaba el gran sentido humano de la vida.

Con razón dijo de él el Vicario General Castrense, Monseñor Francisco Javier Gillmore: Con qué alegría recibió a miles de millas de la patria el radio en que su hermano cadete le anunciaba el nacimiento de su hermana Gloria.... Pudimos apreciar la grandeza de su corazón, al amor por sus hijos, el cariño por los suyos, el justo orgullo de sentirse marino, su inquietud por emplear los medios modernos para dar a conocer su institución, y su entereza y lealtad para cumplir las misiones encomendadas.

El Comandante Araya quería su profesión y en cada oportunidad demostraba su calidad de marino ciento por ciento. Así, en una y otra oportunidad, fuimos conociendo de sus aspiraciones como especialista en submarinos y de sus satisfacciones porque a su institución, que representaba la mejor tradición de Chile, se le abrían innumerables posibilidades para incorporar su capacidad técnica y profesional al desarrollo económico y social de nuestro pueblo y al progreso del país. En su vida de marino fue un maestro noble para, sus subordinados, que aquilataron en él no al oficial que los dirigía, sino al jefe que los guiaba con energía, entregándoles confianza en la carrera naval y en el inmenso porvenir del mar.

El Capitán Araya había dicho: Chile vive dando las espaldas a su realidad oceánica, y en este tema desarrollaba sus ambiciones con un cariño sin par por su patria.

Las palabras de su compañero de armas.

No creo tener la capacidad de destacar todos sus afanes, sus más caras ilusiones que le dieron razón y que amaron su vida. Me es difícil sintetizar la magnitud de sus anhelos y su calidad de patriota. Por estas razones, me permito reproducir un fragmento del discurso pronunciado por el Capitán de Navio Guillermo Aldoney Hansen al despedir sus restos, que reflejan el sentir de quienes siempre estuvieron cerca de él:

Recuerdo en estos momentos su claro sentido de patriotismo, aquel que se forma en el regazo materno, y que expresara en trabajos académicos históricos, arengas y discursos, que siempre fueron una lección de legítima ¡historia patria, impregnada hasta donde es posible en el espíritu mismo del sentimiento del hombre que en el pasado formó en la legión de héroes que murió por la grandeza de un Chile esplendoroso, luchando sin odios, sin mezquindades y con todo desprendimiento de sí mismo.

Comandanta Araya, amigo, sabemos que esos mismos sentimientos patrios anidaban en tu corazón. Es por eso que antenoche empuñaste tu arma. Porque sabías que en las tinieblas se escondían enemigos de Chile, destructores de su nacionalidad, de su unión y de su porvenir. Fue un gesto generoso. Te rebelaste y quisiste destruirlos. Sin embargo, la patria reclamó antes tu vida.

No ha sido en vano. Tus compañeros, amigos y subalternos estrechan filas desde Arica a la Antártida. Los nobles sentimientos que cultivaste están presentes en todos nosotros y adquieren nuevas dimensiones para cumplir en mejor forma con nuestros deberes y obligaciones en beneficio de la grandeza y seguridad de la patria.

Un plan siniestro.

El asesinato de este insigne marino no ha sido un hecho aislado ni casual. Obedecía a un plan siniestro con que los enemigos de la patria buscaban crear el pánico entre los chilenos y evitar el diálogo, en su afán de desatar la furia de una guerra civil.

Toda la historia del fascismo, desde su gestación en las entrañas del imperialismo, ha sido una sucesión de crímenes monstruosos. Con razón Jorge Dimitrov, en el proceso de Leipzig, con motivo de esa burda imputación fascista del incendio del Reichstag, decía: Es cierto que el fascismo búlgaro es salvaje y bárbaro. Pero la clase obrera, los campesinos y los intelectuales populares de Bulgaria no son, en modo alguno, bárbaros y salvajes.. . Pero yo pregunto, señor Presidente ¿en qué país no son los fascistas bárbaros y salvajes...?

Cuando hace 40 años leíamos las informaciones internacionales y comentábamos las luchas del pueblo alemán y búlgaro, nunca nos íbamos a imaginar que aquí, en nuestro país, los detentadores del poder económico, en una desbocada desesperación, iban a tener como consejeros de sus actos los métodos del fascismo que llevaron a la humanidad casi a su exterminio y a regar de sangre y dolor toda Europa.

Acción de los grupos violentistas.

Eso ha significado la presencia de los grupos violentistas del fascismo como Patria y Libertad y la Rolando Matus, ilegalizada por voluntad propia, secundados y amparados por sectores de la ultraderecha. Su acción ha significado muerte y más muerte, comenzando por el crimen del Comandante en Jefe del Ejército, General Rene Schneider, siguiendo por abantados criminales y continuando (con el asesinato a mansalva del Comandante Arturo Araya Peeters.

Los asesinos han buscado y buscan por lodos los medios desatar la guerra civil, el derramamiento de sangre para defender los intereses del imperialismo yanqui y consolidar sus intereses económicos. Pretenden volver otra vez a la explotación más inicua en las fábricas y campos, para que vuelvan a verse por las calles de nuestra patria niños raquíticos y descalzos; pero no lo han conseguido ni lo conseguirán jamás. En esta tierra chilena generosa, con una historia hecha de heroísmo y de ideal, por cada traidor que se alzó, se han levantado miles de corazones y puños valientes para aplastar su malvada intención.

Los trabajadores están de pie.

Y en esta etapa de desarrollo político y social de nuestra patria, se repite la historia multiplicada cualitativamente, y ahí están los trabajadores en las fábricas, tranquilos, pero alertas; los campesinos al pie de los surcos, ojos atentos y precavidos; los intelectuales y profesionales vigilantes, y las madres de la patria y la juventud, dispuestos a confundirse en la lucha y en el trabajo, a darlo todo por la grandeza de Chile, por un mejor destino, por el derecho a la vida para hacerla más feliz y dichosa, como lo dijo hace más de cien años Carlos Marx.

Ahí están también los compañeros, amigos y subalternos del ¡Comandante Araya; ahí están todos los chilenos que se han formado bajo los noble sentimientos que supo cultivar este marino ejemplar: la defensa de la patria ante los enemigos de Chile.

Pero ni el fascismo ni los fascistas pasarán. Los que tuvimos el honor de conocer al Comandante Araya comprendemos el inmenso dolor que aflige a su esposa e hijos, y lo difícil que será acostumbrarse a no verlo, a no gozar de su grata compañía de esposo y padre.

Los Senadores comunistas consideramos que nuestro, homenaje al Comandante Araya es el compromiso inquebrantable y nuestra decisión de multiplicar todas nuestras fuerzas para defender el Gobierno constituido, para continuar el cumplimiento del programa, para consolidar el proceso revolucionario y para derrotar al fascismo y exigir un Castigo ejemplar para los criminales.

Hacemos llegar nuestras condolencias a la Armada de Chile, a su esposa, a sus hijos y al compañero Presidente por tan irreparable pérdida.

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