Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 45
- Celebrada el 01 de agosto de 1972
- Legislatura Ordinaria año 1972
Índice
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Intervención
RELACIONES ENTRE EL EJECUTIVO Y EL PARLAMENTO. ASISTENCIA DEL MINISTRO DE RELACIONES A UNA SESION DEL SENADO.
Autores
Señor
Debo preocuparme de algunas reciprocidades entre el Congreso Nacional y el Ejecutivo. Me explico: el 20 de junio pasado -hace más de un mes, porque hoy estamos a 1º de agosto-, nuestro distinguido colega Honorable señor
Terminaba nuestro Honorable colega manifestando su inquietud sobre la materia y recabando un acuerdo de los Comités -porque reglamentariamente no podía hacerlo el Senado- para expresar nuestra protesta a la Secretaría de las Naciones Unidas, haciéndole presente la disconformidad del Senado de Chile -si no de la unanimidad, por lo menos de sus tendencias mayoritarias-- con los citados ensayos nucleares, que, como dije, ponen en peligro las grandes riquezas pesqueras, no sólo de Chile, sino de todas las naciones que tienen acceso al Océano Pacífico.
Con posterioridad intervino nuestro distinguido colega Honorable señor
Somos partidarios, además, de hacer presente nuestra queja a Francia, o al Senado de ese país, por lo menos, y de solicitar a la Cancillería -no tenemos noticias de que haya adoptado una resolución sobre el particular- que haga una presentación, si hasta el momento no lo ha hecho.
En seguida, habló nuestro Honorable colega, ex Canciller y Senador por las provincias de Curicó, Talca,
En algunas de ellas tuvimos oportunidad de oír a técnicos y científicos especialistas en lo atinente a la radiactividad. Y se hizo presente la alta peligrosidad que las cargas radiactivas emanadas de una explosión atómica podían revestir,, no sólo para la generación actual, sino también para las futuras generaciones, a causa del mensaje genético, lo que podría provocar graves lesiones a los nietos y, tal vez, a los hijos de quienes habitan hoy día nuestro territorio.
Desde Mururoa, en la Polinesia, hasta el territorio chileno, corre por la estratosfera un viento de alta velocidad, que deposita cerca de Tocopilla, según nuestras informaciones, la radiactividad proveniente de los ensayos nucleares franceses. Además, la radiactividad se estrella contra nuestra cordillera, y ésta, a causa de los desplazamientos de aguas hacia el territorio, lleva las cargas radiactivas, en pequeña o gran cantidad, a los suelos agrícolas.
Y agregaba nuestro Honorable colega:
En aquellas oportunidades, este Senado hizo presente el problema al
A este respecto, quiero decir que esa protesta del Gobierno peruano incluso tuvo repercusión en nuestro país. En efecto, hace cuestión de unos 15 días, después de haberse efectuado una o quizás dos explosiones francesas en Mururoa, el propio Embajador peruano acreditado ante el Gobierno de La Moneda, don Arturo García, tuvo una intervención por televisión, manifestando su inquietud sobre la materia.
En la misma sesión a que me estoy refiriendo, intervino mi estimado amigo y colega don Ricardo Valenzuela, quien recordó que oportunamente en esta Corporación el Senador que habla, mediante un informe que él estimó acucioso, había dado a conocer su opinión sobre la materia, y que en la Asamblea de la Unión Interparlamentaria Mundial, realizada en París, en septiembre de 1970, se obtuvo la aprobación de un inciso en el proyecto que se discutía, referente al armamentismo, condenando las explosiones nucleares en el Pacífico Sur.
Con esa bondad que siempre le es característica para informar al Congreso, el Honorable señor
En esa carta, nosotros recordábamos lo siguiente:
En las declaraciones conjuntas publicadas con motivo de la reciente visita oficial del Presidente de Chile, Dr. Salvador Allende, a Ecuador, Colombia y Perú, se ha dejado constancia de la aspiración común de dichos países a ver el cese inmediato de las experiencias nucleares en el océano que baña sus costas.
Señor
He quedado perplejo al saber qué el viernes último se produjo la tercera explosión nuclear francesa en el Pacífico Sur.
Sencillamente, no sé qué alcance han tenido las presentaciones, en caso de haberse hecho; pero creo que de parte del Gobierno francés ha habido una forma disimulada de no aceptar la sugerencia chilena, en la cual nuestro país no estaba solo, pues lo acompañaban las demás naciones del Area Andina, y especialmente, con suma energía, el Gobierno del Perú -como lo acabo de recordar hace algunos instantes-, ya sea por parte del Primer Mandatario de ese país, General señor
Por estas razones yo, en días pasados, había solicitado que el señor
De ahí que sólo concurran a ella, cumpliendo con una grata obligación, los colegas que la componen y que representan a las diversas colectividades.
Pedí que el Canciller chileno nos hiciera una exposición acerca del manejo de las relaciones exteriores, porque en el hecho nada nos ha venido a contar sobre el particular desde la primera quincena de abril de 1971. En esa oportunidad formuló una interesante, documentada y elocuente exposición sobre el desarrollo de las actividades del Gobierno destinadas a ampliar los vínculos diplomáticos y culturales con otras naciones y, en fin, acerca de diversas materias, informaciones que en esa ocasión agradecimos. Quiso dar cuenta de estos asuntos al Congreso porque concurriría a una reunión de suyo interesante en la Organización de Estados Americanos, donde el Gobierno de Chile está representado, y cuyo Secretario General es el Presidente de la República de Ecuador, don Galo Plaza.
Por las razones expuestas, solicité que nuevamente el
La información que daré en seguida abona la necesidad de que contemos con talas antecedentes. El día 27 de julio, al leer la prensa nacional, me encontré con el siguiente título: Tributo al Perú rindió Castro. Se refiere al Comandante don Fidel Castro. Bajo ese título se dice: El Primer Ministro cubano rindió tributo especialmente cálido al Perú en el acto central de la celebración del nuevo aniversario. Después, la información señala que Un nutrido público vitoreó el nombre del Presidente Velasco Alvarado cuando Castro, al aludir a la presencia del Embajador peruano, dijo: Expresamos nuestros agradecimientos y saludamos al Perú y al señor Presidente General Velasco Alvarado.
En seguida, la información continúa: Carta de Allende. Al referirse a Chile, habló de una carta personal que le envió el
Chile tiene Embajador permanente ante la Organización de Estados Americanos, a la cual este gran amigo del Gobierno chileno, el Comandante Castro, califica de letrina. Seguramente, nuestro Gobierno no puede compartir esos puntos de vista. Como modesto ciudadano de este país, lo rechazo en la forma más enérgica. Estimo que a la organización donde están representados los países de América Latina y de América del Norte no puede tildársela de letrina. Por eso, con todo respeto y considerando la distancia que hay entre un modesto Senador chileno y el hombre que manda en Cuba, quiero manifestar mi protesta, modesta si se quiere, porque no comparto en ningún instante tal aseveración del señor Comandante Fidel Castro.
Tampoco yo la comparto, señor Senador.
Agradezco los conceptos de Su Señoría. Por lo demás, no me extraña, porque su generosidad es habitual.
Reafirmando las observaciones formuladas al comienzo de mi intervención, relativas a la falta de reciprocidad del Poder Ejecutivo para con el Congreso Nacional, que no se compadece con la que nosotros le prestamos, quiero referirme a otro hecho. Cuando se produjeron los grandes temporales de la zona sur, presenté un proyecto de ley cuyo encabezamiento es muy breve. Dice:
Permanentemente preocupado de los problemas que afectan a la zona que represento en este Honorable Senado, debo señalar la imperiosa necesidad de recurrir con la mayor serenidad en ayuda de los miles de damnificados que han ocasionado los temporales de viento y lluvia que han asolado las provincias de Ñuble, Concepción y Arauco, y muy especialmente a la de Concepción en el invierno que recién iniciamos.
Una vez más ha quedado de manifiesto la falta de preparación de nuestro medio humano y social para enfrentar este tipo de calamidades. Esto ocurre precisamente en una zona a la que el destino le ha reservado una serie continuada de cataclismos de toda especie. Sólo la fortaleza de carácter y decisión de sus habitantes de reponerse a los ataques de la naturaleza han permitido el progreso de estas provincias olvidadas hasta de sus propias autoridades.
No obstante haber pasado ya semanas -esto yo lo decía el día 7 de junio- desde que ocurrieron los temporales a que aludo, no se han adoptado medidas de importancia que permitan paliar sus efectos. Nadie discute la significación social y económica de los daños ocasionados, tal es así que el propio
Ha llegado el momento de inyectar a esos damnificados la ayuda económica y financiera que les permita junto a su tesón imponerse de nuevo reponiendo al menos lo perdido.
Pero como esta iniciativa legal establecía un impuesto, el
Esperé 10, 15, 20 días y muchos más. Por fin, el 24 de julio recibí un oficio, que dice:
Respecto a su solicitud acerca de la conveniencia de conceder patrocinio constitucional al proyecto de ley tendiente a socorrer a los damnificados por los temporales de las provincias de Ñuble, Concepción y Arauco, cúmpleme informar a Ud. que consultado el Ministerio de Hacienda sobre la materia, ha sido de opinión de no conceder el señalado beneficio, por cuanto en las provincias mencionadas el
En consecuencia, transcurrió mucho tiempo, y solamente después de más de mes y medio recibí respuesta del Ejecutivo sobre el particular. Es decir, pese a darme la molestia de presentar el proyecto, de confeccionarlo sobre la base de todos los estudios pertinentes, sólo en aquella fecha obtuve contestación.
Por lo tanto, este es otro botón de muestra relativo a la falta de reciprocidad del Poder Ejecutivo con el Legislativo.
Además, en la sesión de hoy se dio cuenta de la respuesta a los oficios Nºs. 12.452 y 12.414, de 22 y 24 de febrero, que inciden en peticiones de los Senadores
En el día de hoy he preguntado en Cañete sobre el particular. Lamentablemente, ni los médicos generales de zona, ni las enfermeras, ni la matrona, ni la tecnóloga, ni la nutricionista han arribado a la tierra donde abrió sus ojos un Presidente de la República, don Juan Antonio Ríos Morales.
He formulado estas observaciones únicamente para destacar la falta de reciprocidad del Poder Ejecutivo para con el Parlamento, de la que muchas veces somos acusados injustamente por el