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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 47
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  • Legislatura Extraordinaria periodo 1972 -1973
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Intervención
SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA DE CORTE MARCIAL QUE REBAJA LA PENA A ROBERTO VIAUX MARAMBIO.

Autores

El señor MONTES.-

Señor Presidente, los Senadores comunistas hemos querido usar el tiempo que nos corresponde en esta hora de Incidentes para referirnos a un hecho que, a nuestro juicio, ha conmovido al país, aun cuando no pocos que deberían haber expresado al menos una opinión sobre lo ocurrido han guardado absoluto silencio.

Hace pocos días, la Corte Marcial ha dictado un fallo en segunda instancia que rebaja de veinte a dos años la pena de presidio a Roberto Viaux por su participación en el asesinato del General Schneider.

Como se sabe, como se ha expresado en declaraciones de personeros de la Izquierda chilena, de personeros del Gobierno popular, y como lo han publicado diversas crónicas de diarios izquierdistas, esa sentencia fue lograda por el estrecho margen de tres votos contra dos. Se pronunciaron a favor de Roberto Viaux, o sea, por rebajar la pena de presidio en esos términos y, por cierto, en contra de la justicia y de la dignidad nacional, los magistrados civiles Eduardo Bravo Ubilla, Enrique Paillás y Camilo Vial.

Ese fallo implica olvidar, hacer tabla rasa de la tipificación del delito lograda a través de una investigación extraordinariamente exhaustiva que llevó a cabo la justicia militar. En efecto, como es ampliamente conocido, en el fallo de primera instancia el juez militar, General de Ejército don Orlando Urbina Herrera, se condenó a Roberto Viaux Marambio a las penas de "veinte años de presidio mayor en su grado máximo y a las accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos; y a la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena como autor del delito de secuestro con resultado de daño grave en la persona de la víctima." Además, se le condenó a "cinco años de extrañamiento menor en su grado máximo como autor del delito contemplado en el artículo 4º de la ley 12.927."

Es conveniente destacar, además, que los ministros de la Corte Marcial, los auditores Carlos Dinator y Héctor Videla» fueron partidarios de ratificar en segunda instancia el fallo emitido en primera por el juez militar Orlando Urbina.

La determinación de la justicia militar en el sentido de que el delito perpetrado por Viaux y los demás conjurados merecía una pena de veinte años de cárcel, tiene base jurídica y es producto, como decía denantes, de una exhaustiva investigación realizada por el fiscal militar. El fruto de esas investigaciones, un legajo compuesto por miles de fojas que contienen declaraciones, piezas sumariales y detalles técnicos, y que estuvo en manos de los ministros de la Corte Marcial, demuestra que hubo una investigación acuciosa y que se procedió con responsabilidad en el sumario que llevó a cabo el fiscal Fernando Lyon, y que luego ratificó el juez militar Orlando Urbina.

Todo esto, a nuestro juicio, lo pasaron por alto los tres magistrados que adoptaron la determinación que comentamos. Esos jueces no tuvieron en cuenta los antecedentes acopiados durante el proceso-En la práctica, todo esto fue pisoteado por este fallo de segunda instancia suscrito por los tres ministros señalados que, en definitiva, resolvieron políticamente un problema que ha conmovido al país durante años, al dejar impune un crimen como el perpetrado contra la persona del General señor René Schneider.

Uno de esos tres magistrados que han permitido la impunidad para el crimen político, es el señor Enrique Paillás. Se sabe que éste, en forma pública, durante las clases que dicta en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, defendió a Roberto Viaux. A raíz de esto, los abogados de la familia del General Schneider y del Gobierno plantearon, la recusación del ministroPaillás, pero la Corte Suprema rechazó el incidente. Y, precisamente ante este máximo tribunal, se recurrirá por este fallo de segunda instancia de la Corte Marcial. Y como hace un par de años ya emitió un pronunciamiento muy comentado, que afectó al Senador Raúl Morales Adriasola, a raíz de estos mismos hechos y de este mismo proceso, no descartamos una ratificación de lo dispuesto en la sentencia de la Corte Marcial en que, por mayoría de votos, se rebaja de veinte a dos; años la pena de presidio que se aplicó a Roberto Viaux Marambio.

En el fallo de primera instancia la justicia militar había dejado en claro "que en concepto de este sentenciador, el delito-de secuestro con resultado de muerte antes descrito procede considerarlo, en el caso de autos, como consumado y no en el grado de frustrado o tentativa, como lo pretende la defensa de los reos en sus escritos de contestación a la acusación del fiscal."

Ahora, la tipificación del delito se modifica por estos tres jueces para dejarlo-corno "secuestro consumado simple sin resultado de daño grave." Así lo estiman los magistrados Eduardo Bravo Ubilla, Enrique Paillás y Camilo Vial.

Un colega nuestro, el Senador señor Teitelboim, declaró a la prensa: "Hay un divorcio total entre la calificación del hecho realizada por la sentencia y el hecho mismo. O sea, ella le ha torcido el cuello a la verdad, a la realidad, hasta asfixiarla. Ha sentado como reina en el trono del Palacio de Justicia a una señora que se lama "falsificación de la realidad".

Ha dicho estas palabras el señor Senador porque, para lograr su objetivo, los tres jueces antes nombrados han tipificado el delito, repito, como "secuestro consumado simple sin resultado de daño grave." Es necesario tener presente que el fallo de primera instancia pronunciado por el juez señor Orlando Urbina Herrera expresa que el delito consiste en secuestro con resultado de daño grave en la persona de la víctima; sin embargo, los tres ministros que por mayoría modificaron esa resolución en segunda instancia estiman que hay secuestro consumado simple sin resultado de daño grave. Repito intencionadamente estas palabras porque quienes no somos abogados, quienes no conocemos el lenguaje de los juristas y de las cortes, tenemos que leer varias veces tales expresiones para llegar a entenderlas bien; y porque a nosotros nos interesa sobre todo que el pueblo, la gente común de este país, comprenda qué diablos es esto.

¡Los magistrados Enrique Paillás, Eduardo Bravo y Camilo Vial han dicho que en el caso del asesinato del General Schneider el delito se tipifica como "secuestro consumador simple sin resultado de daño grave"!

O sea, secuestraron al General, y los autores del delito lo consumaron en forma simple, "sin resultado de daño grave" -según para estos tres magistrados- para la víctima- ¡En otras palabras, al General Schneider no le pasó nada! Alguien en la prensa formuló la pregunta de si estaría vivo el General Schneider. Después de esta sentencia, pudiera pensarse que el secuestro consumado simple, sin resultado de daño grave, significa eso. Pero la realidad, los hechos que ocurrieron, lo que el país conoce, dicen otras cosas. Y nosotros queremos referirnos, sobre todo, a esas "otras cosas", porque creemos que todo el montaje jurídico de este país, aquel que tanto defienden y del que muchos hablan los interesados en patentizar una supuesta neutralidad de los jueces chilenos y del que muchos blasonan, en especial los sectores derechizantes de este país, está hecho para llegar a resultados tan aberrantes como el que estamos comentando.

Queremos decir que los llamados "jueces", las tres personas que hemos nombrado, los tres que hicieron mayoría, utilizaron las mismas normas usadas por el juez militar para dictar su fallo de primera instancia; pero ellos llegaron a conclusiones muy diferentes.

Llamamos la atención en lo siguiente: el juez militar condenó, por ejemplo, al autor material del asesinato, a Jaime Melgoza, pagado para llevar a cabo el delito, a presidio perpetuo. Esa fue su condena. En cambio, los señores Paillás, Bravo y Vial estimaron que el asesinato de un General de Ejército no vale sino diez años de presidio, y rebajaron la pena al asesino material del General Schneider a diez años; pena que, como se sabe, podría rebajarse a cinco, en conformidad a determinadas normas. Mediante su sentencia, estos jueces han dicho algo así como lo siguiente: "Nosotros otorgamos licencia para matar, si la víctima es un patriota, un soldado, un hombre que respeta la ley." En estas circunstancias, es claro que los asesinos han encontrado aliados que se juegan por ellos: los señores Paillás, Bravo y Vial. Estos salvan a los criminales de su justo castigo, porque, precisamente a eso han llegado estos "jueces": a amparar el crimen, a favorecer a los que lo cometieron. Y todavía algunos de ellos podrán gritar "¡Viva la justicia!"

Esos caballeros decidieron poner su rúbrica a la prevaricación. Los veinte años de presidio a que había sido condenado Viaux los rebajaron a dos, mediante un truco burdo y colmado de frío cinismo y desvergüenza: el de estimar que el asesinato, que la muerte, que la privación violenta de la vida no constituye daño grave.

Esta "justicia" nada tiene que ver con la verdadera justicia, porque aquélla es hermana del odio, hija de conciencias vendidas, madre de la ignominia.

Quiero hacer aquí una reflexión ante la ausencia de los Senadores de Derecha, incluidos todos los de la Democracia Cristiana, de la Democracia Radical, del PIR y del Partido Nacional Ante los sillones vacíos de la Derecha, donde probablemente en este instante se sienta algo así como vergüenza invisible, quiero afirmar que los hermanos Rivera Calderón, que asesinaron a Pérez Zujovic, quizás calcularon mal. Murieron en su ley. Sin embargo, por los mismos motivos pudieron ser ab-sueltos por estos "jueces". Y suponemos que, como ahora, nadie en la Democracia Cristiana, ni el presidente de dicha colectividad, ni el señor Frei, ni los señores Senadores de ese partido, habrían dicho una sola palabra. Habrían silenciado el hecho en su prensa, en su radio y aquí en el Parlamento, como lo han hecho ahora a raíz del fallo de los señores Paillás, Bravo y Vial en relación con el asesinato del General Schneider. Ni una protesta habríamos oído, igual que ahora, cuando con su silencio amparan el crimen y el fallo clasista de tres prevaricadores. ¡Rotundamente, no! Y decimos que "no", señor Presidente, porque cuando mataron al General Schneider, gobernaba este país el señor Eduardo Frei Montalva, a quien no hace muchos minutos, un señor Senador, el Honorable señor Prado, en nombre de todos sus colegas de la Democracia Cristiana, a través de una violentísima diatriba contra el actual Gobierno, salió a defenderlo aquí, porque según Su Señoría anoche los socialistas lo trataron muy mal en la televisión; y eso no es posible, pues el señor Frei es un hombre justo; no hay nada que sacarle; es una especie de vestal impoluta.

El señor Frei era Presidente de Chile cuando mataron al Comandante en Jefe del Ejército de su Gobierno. Y dijo palabras muy sentidas en aquella época. No las tengo a mano para leerlas textualmente; pero dijo algo así como que el Ejército de Chile había perdido un gran soldado; la Patria, un gran chileno, y él, un gran amigo. ¡Un gran amigo del señor Eduardo Frei Montalva era entonces el GeneralRené Schneider Chereau! Ni una sola palabra de este "amigo" hemos escuchado en estos días para referirse al fallo de estos prevaricadores de la Corte Marcial, de estos jueces civiles que han rebajado la pena de los asesinos del General Schneider de manera tan vergonzosa para todo el país y tan vergozante para algunos hombres públicos de aquella época que "¡han hecho mutis por el foro", que han guardado silencio, que no han tenido lo que reclamaba denantes el Honorable señor Prado, que no han tenido la hombría ni los pantalones para dar una opinión en defensa del amigo de aquella época que fue asesinado por la ultraderecha de este país.

Nosotros no queremos calificar la actitud del ex Mandatario de la nación. No, porque mientras siga guardando silencio en relación con este problema, de ese silencio saldrá la mejor lección para todos los habitantes de nuestro país acerca de quién es y cómo actúa el ex Presidente de la Repúblicadon Eduardo Frei Montalva.

¿Y por qué callan ahora, señor Presidente? Ahora callan porque les conviene, porque favorecen a aquel que un día "se montó" al señor Frei cuando éste, entonces Presidente de Chile, fue salvado por el pueblo. Porque, calculadores, dejan hacer, por si esto les ayuda en su desesperado afán revanchista; porque han asimilado hasta el tuétano el concepto clasista de la justicia, de ésta que ampara a los asesinos; porque se cuidan de no herir a la Derecha ni con el pétalo de una rosa, aunque ésta, en su propio Gobierno, haya asesinado al Comandante en Jefe del Ejército.

Una suerte de vergüenza se percibe tras el silencio cómplice. La ofensa al pueblo y la ofensa al Ejército de Chile la han inferido, en nombre de una justicia política y de clases, tres magistrados despreciables. La aprobación de esta conducta la avalan con el silencio los que son incapaces de una conducta honrada. El país observa y aprende. El pueblo también aprende que sólo puede confiar en su propia, fuerza. Y sabiendo esto, el pueblo sabe que llegará un día en que se pueda hacer justicia al General Schneider.

A raíz del fallo de esos tres magistrados de la Corte Marcial, que son civiles, la Comisión Política del Partido Comunista formuló una declaración, a la cual daré lectura:

"El país ha recibido con indignación el fallo de la Corte Marcial que rebaja de 20 a 2 años de presidio la pena a Roberto Viaux por su participación en el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider.

"Tan tremenda, cínica e injusta sentencia constituye prevaricación. Se basa en una alteración burda de la realidad, puesto que se asienta en la calificación falsa del hecho criminal como "secuestro simple sin resultado de daño grave". Una publicación ha preguntado, a propósito de tan descabellada falsificación, si el General Schneider estaría vivo. Porque si fue un secuestro sin resultado de daño grave no podría haber causado la muerte de la víctima. Así queda al desnudo una impúdica tergiversación de la verdad.

"Dicha sentencia ha sido dictada por un tribunal presidido por el MinistroPaillás, recusado por la familia de la víctima y por gran parte de la opinión pública debido al prejuzgamiento que, faltando a su deber y a la ley, realizó desde sus clases en la Escuela de Derecho, al anunciar con gran anticipación su abierta decisión de favorecer a los culpables del homicidio.

"Dentro del criterio de mayoría de 3 por 2, el señor Camilo Vial, ex Auditor Militar, decidió el fallo que benefició a los participantes del crimen de octubre de 1970. Ello hace necesario una modificación urgente en la composición de la Corte Marcial, donde el representante del Ejército debe ser un Auditor en ejercicio, o sea, que se encuentre en servicio activo.

"La intención anunciada por el abogado de Viaux, el dirigente fascista Pablo H. Rodríguez, de pedir esta semana su libertad bajo fianza, significa que se enervará toda sanción real a los dirigentes del asesinato del General Schneider."

Entre paréntesis, se sabe que la petición de libertad fue denegada por el mismo tribunal, porque no se atrevieron -esa es la verdad-, en los mismos días en que habían actuado como lo hicieron, a conceder incluso la libertad al autor intelectual y primer responsable de la muerte del General Schneider.

Continúa la declaración:

"Así el Poder Judicial demuestra, de modo categórico y con audacia desorbitada, que no se cuida de respetar ni siquiera las apariencias de la ley, que imparte una justicia de clase. A través de ella favorece toda acción ilícita dirigida contra el país, el pueblo, la sociedad chilena, las personas y los bienes, si estos hechos fa-vorecen a los grandes intereses. Contemporiza con los peores intentos de defender por todos los medios -incluso el asesinato- la supervivencia del viejo status oligárquico.

"De este modo, todo delito reaccionario obtiene del Poder Judicial una actitud benévola, indulgente, garantizándole una impunidad apenas disfrazada.

El asesinato de varios campesinos de Frutillar desembocó en la rápida libertad de los terratenientes que los mataron Los incendios de los locales del Partido Comunista en Coihaique y en Puerto Montt -donde murieron adultos y niños carbonizados-, también han contado con la impunidad por parte del Poder Judicial. La justicia actual tiene una vara para el rico y otra draconiana contra el pobre, el pueblo y los partidarios del proceso de cambios.

"Tal actitud política regresiva del Poder Judicial configura un atropello a la ley, la Constitución, al concepto más elemental y equitativo de justicia. Envuelve un vejamen a las Fuerzas Armadas y al país. Involucra un vejamen a la memoria del General Schneider, que fue sacrificado por su espíritu constitucionalista al no aceptar que se pretendiera arrastrar a las Fuerzas Armadas a aventuras ilegales. Significa para su familia y la opinión pública, la comprobación de la amarga certeza de que se echara tierra sobre el peor crimen político del último medio siglo en Chile.

"La democracia debe romper el complot del silencio que alrededor de este fallo vergonzoso trata de imponer la publicidad de la Derecha, tan estridente y escandalosa, para alborotar en torno a problemas inexistentes o secundarios.

"El Partido Comunista estima necesario que los chilenos digan su palabra franca y libre frente a este gravísimo atentado. Los trabajadores, los obreros, los campesinos, empleados, juventud, profesionales, intelectuales, mujeres, dueñas de casa, tienen una opinión que expresar frente a la magnitud del crimen y a los preceptos fundamentales de justicia que se vulneran con este fallo.

"Expresa su repudio más enérgico por esta sentencia, que rompe todas las normas de respeto a la verdad de los hechos. Sabe a conciencia de que la justicia está ausente de dicho fallo y no duda de que los chilenos sabrán democrática y enérgicamente defender los principios vulnerados y contener el terrorismo político de derecha, que dicha insólita resolución estimula a la reincidencia, garantizándoles impunidad o indulgencia cómplice.

"Comisión Política Partido Comunista".

Esta declaración contiene nuestro pensamiento acerca del problema.

Finalmente, queremos señalar que es verdad que se ha tratado de ocultar el fallo de los miembros del Tribunal, señores Paillás, Vial y Bravo tras lo que se ha denominado "la cortina de silencio". Ni uno solo de los diarios de Derecha comentó en su primera plana la noticia. El diario de la Democracia Cristiana lo hizo entre medio, como quien dice un poco "por debajo de la pierna" Ni siquiera a quien sacó la cara por ese partido, el ex-Senador Radomiro Tomic, quien expresó que el fallo es inconcebible moral y políticamente, se le otorgó publicidad en la propia prensa y radio de su colectividad.

En los demás partidos que están embarcados en la aventura de la Derecha que busca derrocar a este Gobierno, entre sus más altos dirigentes de la llamada Confederación Democrática, no ha surgido ninguna voz responsable que exprese una opinión sobre el fallo de la Corte Marcial que rebaja las penas del asesino material del General Schneider y del General Roberto Viaux, con lo cual se demuestran sus objetivos y hacia dónde caminan. El oportunismo que ciega a los representantes de esos partidos es tan grande, que prefieren callar como cómplices con tal de no herir a la Derecha, a la cual están hoy día ligados.

Denunciamos este hecho porque, como lo señala la declaración de nuestra Comisión Política, los sectores derechistas de este país aprovechan cualquiera circunstancia, importante o no, para armar siempre un alboroto nacional, siempre que ese alboroto esté dirigido contra la política del Gobierno popular.

Por eso, hemos querido expresar nuestra palabra de repudio por ese fallo. Llevaremos esta opinión, como toda la Izquierda chilena y el Gobierno de la República, a todo el pueblo, para que se sepa quién, sobre todo con su silencio cómplice, está avalando el fallo prevaricador de los jueces de la Corte Marcial, que en la práctica han absueltos a los asesinos del General Schneider.

He dicho.

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