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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 20
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria año 1972
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Intervención
CREACION DEL MINISTERIO DEL MAR. OFICIO

Autores

El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Sepúlveda.

El señor SEPÚLVEDA (don Eduardo).-

Nosotros discutimos la relevancia técnica del proyecto. El mar, como criterio unificador de acciones administrativas, no nos parece racional.

En efecto, si nos referimos a riquezas naturales, no es posible separar la riqueza ictiológica del mar de la de lagos y ríos. En consecuencia, en tal aspecto básico, no es el mar la referencia, y la sola estructuración de un Ministerio del Mar segmenta un problema en vez de abordarlo íntegro.

Si nos referimos al mar como posibilidad de transporte nos enfrentamos a un problema similar. El transporte marítimo es siempre un segmento del transporte total de un producto; como tal, se precisa una preocupación por la interrelación de los medios de transporte. Así, es absurdo ampliar un puerto sin ampliar las carreteras, calles o líneas férreas que contribuyen a evacuarlo o alimentarlo. Los medios de transporte exigen con su desarrollo un crecimiento armonizado que evite los absurdos de desarrollos parciales. O sea, el transporte marítimo es un problema que engrana con el del transporte complementario, y no con el problema de las riquezas del mar.

En la versión va a quedar constancia de los informes técnicos dados tanto por representantes de la Universidad Católica como de otros organismos sobre esta misma materia. A nosotros sólo nos importa destacar lo que tiene relación con lo siguiente:

Las actividades de la pesca y del transporte marítimo, fuera de tener el común escenario del mar para el desarrollo de sus finalidades, son de naturaleza fundamentalmente diversa, con características y complejidades propias, que las relacionan separadamente y con mayor afinidad con otras actividades económicas, y no precisamente entre sí.

La pesquería constituye una industria extractiva de productos principalmente alimenticios, que para lograr extraerlos requiere, sólo como una parte del proceso, la utilización de embarcaciones. Pero en su etapa de manufactura, comercialización, distribución y venta, utiliza otros elementos de carácter terrestre, como las fábricas conserveras, de frescongelados o las refinerías de harina de pescado, etcétera.

Por otra parte, el transporte marítimo constituye una actividad de servicio que no se puede concebir siquiera desligada de los otros medios de transporte. Los puertos, si bien están situados en tierra, constituyen un área intermedia que sirve no tan sólo a las naves, sino también a los ferrocarriles y a los camiones en el expedito despacho de la mercadería, ya sea de importación, exportación o cabotaje. Es precisamente en la actividad portuaria donde se refleja, de una manera más directa, la interdependencia e interrelación del transporte marítimo con los demás medios de transporte.

El representante de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso estima que se separa el transporte marítimo de los demás medios de transporte, con el proyecto que estudiamos, en la forma propuesta por el Ejecutivo, sometiéndolo a autoridades correspondientes a diferentes ministerios, lo cual puede provocar una falta de coordinación entre los distintos medios de transporte, que tendrá necesaria incidencia en la planificación del sistema de transporte nacional. Mucho más lógico y coherente resultaría la creación de un Ministerio de Transporte, por el cual nosotros, los democratacristianos, abogamos, o bien que, bajo la dependencia de la actual Subsecretaría de Transportes, se crearan las Direcciones Generales correspondientes a cada uno de los distintos medios de transporte, dando así más relevancia en lo administrativo a los sectores diferentes del transporte, en especial al marítimo, que es lo que nos interesa.

Además, en este proyecto no se destaca el problema humano de la pesca. De la pesca, sobre todo arsanal, viven innumerables familias, y de ellas, muchas en la provincia que represento. Pues bien, se requeriría una institución, sea o no de índole ministerial, que solucionara su problema social, habitacional, de asistencia técnica y otros, en forma más expedita, ya que las instituciones existen en la actualidad, y el problema no es de oficinas más u oficinas menos, o de personal, sino de recursos económicos y de una política económica clara, que no se soluciona con la sola refundición de organismos o la creación de un nuevo ministerio.

Hay que señalar una tremenda contradicción en materia de pesca. Junto con reconocer los esfuerzos de este Gobierno por completar la recuperación definitiva de nuestras riquezas mineras básicas, debemos destacar que también en éste el primer Gobierno que está permitiendo la explotación de nuestros recursos marinos por otras potencias.

Hasta ahora, los gobiernos chilenos tuvieron especial preocupación por defender nuestra soberanía territorial, en términos de haber formulado en el año 1952, en la llamada Declaración de Santiago, el principio del mar patrimonial, tenazmente defendido en Santiago también en la UNCTAD III por el Presidente de México, Excelentísimo señor Echeverría, quien sostuvo la urgencia de mantener una política activa al respecto y neutralizar, así, cualquier tipo de intromisión foránea.

Koy, y en esto reflejo la inquietud de los gremios de Valparaíso, se permite a pesqueros de determinado país operar en nuestro mar territorial, pasearse y pescar indiscriminadamente, llevándose nuestras especies, sobre todo las más finas y, lo que es más grave económicamente, quebrar los precios de los productos sobrantes que les quedan.

¿Qué se pretende con esta política? Creo, sinceramente, que el trabajador chileno pide una política nacionalista en todos sus aspectos, y especialmente en materia de desarrollo pesquero. Bien puede arrendarse embarcaciones en otros países, pero para que ellas sean trabajadas por pescadores chilenos, solucionando así nuestro problema de desempleo y no el de otros, en lo que aparece como una inocente colaboración, pero cuyo costo real el país está pagando muy caro.

Por eso, en esta materia, como no hemos visto una política clara y la decisión de innovar sólo nos representa una costosa y compleja infraestructura administrativa, hemos presentado indicaciones para corregir esta situación conforme al interés nacional.

Por estas razones, y luego de escuchar a los gremios marítimos y portuarios, a las Universidades, a sus técnicos, a la opinión pública de Valparaíso y a los sectores afectados, la Sala de Diputados Democratacristianos acordó rechazar todo lo que tiene relación con el transporte marítimo y aceptar lo referente a la proposición de pesquerías, sin perjuicio de dejar constancia de que tampoco nos satisface integralmente tal proposición, por estimarla incompleta. Creo que sería preferible pensar en un Ministerio de Industrias que planifique y resuelva el problema de nuestro desarrollo económico en todas sus partes, y en un Ministerio de Transporte para la solución real de las necesidades que es preciso corregir, pero con la participación de todos los sectores, especialmente de los afectados.

Ese es el planteamiento que hace la Democracia Cristiana.

Voy a conceder una interrupción al señor Barrionuevo.

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