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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 3
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1971-1972
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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DEL EX MINISTRO DE LA VIVIENDA Y URBANISMO, DON CARLOS CORTES DÍAZ, FALLECIDO RECIENTEMENTE.NOTAS DE CONDOLENCIA

Autores

El señor SANHUEZA (Presidente).-

Tiene la palabra el señor Millas.

El señor MILLAS (de pie).-

Señor Presidente, en año de represión desatada contra el movimiento obrero chileno, uno de los bastiones del proletariado fue la Federación Nacional Minera. En uno u otro local, esa Federación coordinó y dirigió grandes luchas, con una política de clase definida. Era la continuadora de la honrosa tradición de los mineros educados por Luis Emilio Recabarren. Los dirigentes de la Federación Minera recorrían infatigablemente el país, dormían una noche en algún pequeño mineral y otra en una oficina salitrera o en el campamento de un gran centro de producción, hostigados por la policía, alertas para defenderse de las delaciones, pero siempre actuando de cara a las masas.

En Tarapacá, en los momentos más duros de prueba, conocimos la audacia, el tesón, la perspicacia con que uno de los consejeros de la Federación Minera, el actual Embajador de Chile en Checoslovaquia, compañero Juan García, reconstruía pacientemente las organizaciones sindicales de la pampa; y en Antofagasta, encontramos en la misma faena al inolvidable Roberto Lara, contra el cual se ensañaron los torturadores cuando cayó en sus garras. Esta Federación tenía entonces como Secretario General a Galvarino Meló y como Subsecretario General a Carlos Cortés, comunista el primero y socialista el segundo; ambos antiguos obreros de las minas, probados en innumerables huelgas y combates de clase.

Conocí personalmente a Carlos Cortés, precisamente en la época en que desempeñó la Subsecretaría General de la Federación Minera. Fui a buscar a la Federación a Galvarino Meló para transmitir un recado y consultar sobre diversos problemas de algunos sindicatos mineros de Coquimbo, donde había estado. No lo encontré, pero allí estaba Cortés, y daba lo mismo. Así verifiqué que en la Federación Minera había una directiva colectiva, un trabajo de equipo, una verdadera democracia sindical. El secreto de la solidez de la unidad socialista-comunista en nuestro país reside en que se forjó en días de prueba y de adversidad, cuando se puede apreciar mejor el material humano de cada cual. Y entre los constructores más efectivos de la unidad socialista-comunista deberemos recordar siempre a este obrero de conciencia acerada, de una honestidad cabal, de una inteligencia despierta: Carlos Cortés.

Al llamarlo el Presidente Allende para que representara a su Partido, el Socialista, en el Gabinete y asumir el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, todos los que habíamos alternado con él sabíamos que Carlos Cortés cumpliría con honor esas tareas de inmensa responsabilidad. Y éramos muchos, muchísimos, los que habíamos tenido la oportunidad de aquilatar sus méritos, no sólo dirigentes políticos o sindicales, sino centenares de miles de trabajadores, a los que, primero como dirigente de la Federación Minera y, después, como Consejero Nacional de la Central Única de Trabajadores, prestó ayuda directamente en el curso de miles de conflictos colectivos.

Entre tantos episodios, al levantar mi voz para rendirle homenaje esta tarde en nombre de los Diputados comunistas, tengo presente cuando, a poco tiempo de haber llegado a la Cámara, acompañé a los obreros de Yarur en su lucha por el respeto de los derechos sindicales. Entonces había un Gobierno de la burguesía. Los obreros de Yarur lo sintieron en carne propia. La policía estaba en su contra; todo el aparato administrativo de los servicios del Trabajo igualmente. Sufrieron, además, porque el potentado, que era su adversario, disponía de influencias inconmensurables. Finalmente, después de meses de mantenimiento de olla común en calle Club Hípico, de un triunfo momentáneo y de sucesivos avances y retrocesos, hubo centenares de despidos, cesantía y hambre para los hogares de gran parte de esos trabajadores. En el curso de esa contienda, en las asambleas efectuadas en el local del Sindicato de Pizareño, en las guardias nocturnas, en las escaramuzas enfrentando a las fuerzas hostiles, junto a los obreros, conocimos aún mejor a Carlos Cortés, a quien encomendó el Consejo Nacional de la CUT atender ese conflicto. Y lo hizo con extraordinaria calidad, transmitiendo en forma viva su riquísima experiencia, ayudando a cada paso con consejos oportunos, enseñando y saliendo al paso de toda tendencia al desánimo, a la conciliación o a la provocación aventurera.

Había en la personalidad de Carlos Cortés muchas vetas, y fue mucho lo que dio a su Partido, a su clase, a su pueblo. Estuvimos con él en los actos de conmemoración, en la Unión Soviética, del centenario de Lenin, donde, junto a Víctor Díaz y a otros dirigentes, llevó la representación de la Central Única de Trabajadores de Chile. Allí manifestó su sentido profundo de internacionalismo proletario.

El Ministerio de la Vivienda no es algo fácil. En un país con un déficit de 600.000 viviendas, ser Ministro obrero de la Vivienda en el Gobierno de la Unidad Popular, al comenzar el mandato del Presidente Allende, era una hermosa pero ardua tarea, llena de complejidades y complicaciones. Carlos Cortés la cumplió con su abnegación, su laboriosidad infinita, su criterio alerta.

No es de ninguna manera exageración alguna reconocer que murió prematuramente, porque, angustiado por la magnitud de los sinsabores que representa para centenares de miles de chilenos no tener vivienda y para la gran mayoría de los chilenos no contar con urbanización, se puso a trabajar a un ritmo que ningún organismo humano podría soportar, sacrificándose conscientemente en aras de obtener las ambiciosas metas que, en este frente, se había propuesto.

Carlos Cortés es el prototipo de los gobernantes que necesitaba Chile. Es el anti burócrata, el político modesto y realista, el enemigo acérrimo de la tramitación y del papeleo inútil, el hombre de acción, el revolucionario sin tacha, el patriota sin desmayos.

Su ejemplo nos entrega muchas lecciones y nos obliga a emular, con él, en el servicio de la clase obrera y del pueblo.

En nombre de los Diputados comunistas, solicito que la Cámara exprese los sentimientos de pesar, por su fallecimiento, a su viuda, a sus hijos, a la Central Única de Trabajadores, y al Partido Socialista, del que fuera dirigente de primera línea.

He dicho.

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