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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 26
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1971-1972
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Intervención
DENUNCIAS SOBRE EL FUNCIONAMIENTO DE AGENCIAS FINANCIERAS Y DISTRIBUIDORAS DE AUTOMOVILES.- OFICIOS

Autores

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

El turno siguiente corresponde al Comité Comunista, que ha cedido su tiempo al Comité Socialista.

Puede hacer uso de la palabra el Diputado señor Espinoza, don Luis.

El señor ESPINOZA (don Luis).-

Señor Presidente, hace 16 días, los parlamentarios de la Unidad Popular reunimos las firmas correspondientes para convocar a una reunión extraordinaria en el día de hoy, con el fin de preocuparnos de las denuncias que afectan a las agencias financieras de automóviles y a las distribuidoras, como Gageplan, Autofinco, Copian, Pro Auto, Finautos, Auto Tattersall, Confía, Ahorroplan, Fácil Auto, Salinas y Fabres, Gagepo, Antivero, Covenco, Bengolea y Compañía, Benoit Hermanos y otras, la que no se pudo realizar porque, debido precisamente a lo estricto o arcaico del Reglamento, que permitió sólo citar en la noche de ayer a esa sesión extraordinaria, muchos colegas no alcanzaron a recibir la citación correspondiente. Por tal motivo, vamos a preocuparnos ahora de hacer la denuncia que pretendíamos haber realizado en esta sesión especial de la mañana.

Queremos hacerlo, porque son más o menos 25 mil las personas afectadas a lo largo del país, que han confiado en estas empresas financieras, las que están recibiendo cuotas mensuales, han creado una demanda artificial de automóviles y con cuyos compromisos han dejado al país en la imposibilidad de que la cuota de automóviles que debe entregar la industria automotriz para el próximo año cumpla las necesidades ordinarias de la nación, y mucho menos, por supuesto, cumpla esta demanda artificial que ellas han creado.

Nosotros queremos entregar en esta oportunidad algunos antecedentes que creemos serios y valederos. Básicamente, las fuentes de abastecimiento de los consumidores de vehículos nuevos han sido las siguientes:

1º- Los distribuidores oficiales, que son intermediarios directos entre el industrial y el público, venden según las condiciones y disponibilidades del fabricante, a preció oficial y con una comisión histórica del orden de un 12%. Estos distribuidores deben obligatoriamente brindar servicio técnico de la marca que representan, Jo que en la práctica no hacen.

2º- Las sociedades financieras, que son intermediarios entre el público y los distribuidores y que tradicionalmente han dirigido sus ventas a estratos económicos más bajos, por medio de distintos tipos de financiamiento. Fundamentalmente, las más importantes son dos: primero, las que entregan a fecha fija el vehículo como Dipla, quebrada con estafa en 1969, y Codica, quebrada con estafa en septiembre de 1970. En estas empresas, que venden a largo plazo y sin pie aparente, el cliente paga un número de cuotas mensuales por entrega, con las cuales forma su pie; luego, espera un cierto tiempo, de modo que su dinero capitalice un interés que haga interesante el negocio para el empresario y, una vez recibido su vehículo, compromete documentos por el saldo con un alto interés.

En segundo lugar están las que entregan por "sorteo y remate". En estas empresas, que manifiestan ser de tipo cooperativo y aseguran ventas a precio oficial a 40 meses sin pie ni intereses, se forman grupos de interesados que en 40 meses pagan el valor de 80 vehículos más gastos de operación del sistema. Todos los meses se reúnen los cooperados y pagan una cuota mensual, con la cual alcanza para comprar a valor oficial dos o más vehículos, con los que se realiza el sorteo para pagar el 10% del valor de cada vehículo como gastos de administración, el 17% sobre este 10% como cifra de negocios y el 1 % sobre el valor del vehículo, también como impuesto cifra de negocios, que deben pagar los señores que se dedican a este tipo de negocio, y un seguro total a un costo del orden de un 15% del valor del vehículo. Además, cada cooperado paga, al momento de ingresar al sistema, una cuota de incorporación del orden de un 2% del valor del vehículo, para cubrir gastos de comisión. En cada sesión mensual, se adjudica un vehículo por sorteo y otro por remate secreto. Para entrar en ese remate se hace depósito secreto en la asamblea, en dinero, cheque o vale vista. Una vez finalizados estos depósitos secretos, que correspondió a la oferta más alta se adjudica el vehículo "por remate". Con el saldo de dinero resultante entre el recolectado en la asamblea y el necesario para comprar los dos vehículos y pagar los gastos, se forma un fondo común, con el que en sesiones futuras se suele entregar más vehículos por remate. Es interesante hacer notar que, dadas las actuales condiciones del mercado, son comunes las ofertas por mayor valor que el costo del vehículo, a veces un 20% más que el costo original. A esta diferencia se agrega, además, un 10% por castigo, y luego se devuelve en mensualidades más adelante.

3°- Combinación de los dos anteriores, que es otra forma de adjudicar vehículos. En este sistema, los distribuidores forman una empresa tipo sorteo-remate para colocar su cuota de distribuidores. Así, por cada venta reciben, además del 12% de comisión como distribuidor, el 2% de inscripción, el 10% de gastos de administración, el 1,7% de cifra de negocios y un 4,5% que resulta de la comisión como agentes de una compañía de seguros. Hay que recalcar que, de las marcas más importantes, Fiat y Peugeot ya están en el mercado con este sistema.

En el momento actual, la posibilidad de adquirir un vehículo por el sistema de distribuidor, prácticamente no existe. Las personas que desean adquirir un vehículo en forma rápida sólo tienen dos alternativas: primero, acudir al mercado negro, donde deberán pagar entre un 40% a un 50% sobre el valor del vehículo más los gastos de transferencia; y segundo, ingresar a un sistema de tipo tres, sorteo y remate con respaldo de distribuidores, y rematar el vehículo a un mínimo de un 30% sobre el valor oficial, de modo de tener la certeza de ganar el remate.

Aquellas personas que necesitan financiamiento deben recurrir a las firmas tipo sorteo y quedar expuestas a estafas, dada la imposibilidad de estas empresas de cumplir con los compromisos de entrega adquiridos.

Por lo tanto, la adquisición de vehículos a precio oficial es totalmente imposible. Estas empresas no garantizan la entrega física del vehículo, sino la adjudicación. Como ambos términos no son equivalentes y dada su calidad de vendedores y no industriales, estas empresas aducen causal de fuerza mayor y dicen que por fuerza mayor no pueden entregar los autos, y sólo entregan una boleta de garantía, en espera de la posibilidad de inscripción para la compra del automóvil. Si el cliente decidiera, a estas alturas, retirarse, por fuerza mayor, deberá pagar todos los gastos y comisiones que estipule el contrato sobre el 13,7%.

Las ventas son indiscriminadas y escapan a cualquier control. Esto vale tanto para el no control de unidades vendidas en relación con la producción, como para el no control del precio, el que podría tomar cualquier valor por medio del alza de los gastos de administración, cuotas de inscripción o varios, etcétera, etcétera.

Este sistema permite cualquiera de las siguientes dos situaciones, según el caso:

Primero, si la empresa corresponde al sorteo-distribuidor, como son Confía, Gageplán, Autotattersall, éstos podrían en principio garantizar la entrega, pero han encontrado un excelente método para ampliar su margen de comercialización como distribuidores, al vender a un valor más alto que el precio actual. Así, estos señores copan rápidamente su cuota como distribuidores y sólo venden por el sistema de sorteos y remates.

Segundo, si la empresa no tiene el respaldo de un grupo distribuidor, y dada la alta demanda en el mercado, que permite a los distribuidores colocar el total de la producción sin entrar en combinaciones con terceros, el sistema se presta para un fraude al no contar con los bienes físicos para entregar a los clientes (pero por fuerza mayor).

Este sistema, lejos de ir a una solución, distribuidores y sólo venden por el sistema va en crecimiento progresivo. Hay que hacer notar que durante este año las ventas por este método se han, por lo menos, cuadruplicado. Así es como han aparecido no sólo una gran cantidad de empresas nuevas, sino que sucursales y agentes de las mismas se han establecido a lo largo del país. Aquí es de mayor preocupación aún la extensión de sucursales desde Arica a Punta Arenas, ya que esos clientes se encuentran en una situación de desamparo aún mayor.

Estas operaciones fuera de control nos obligan a fijarnos en dos fenómenos de importancia: Primero, el número de adjudicaciones por mes, que es creciente, ya que alcanzó para septiembre de 1971, según publicaciones publicitarias con nombres de los adjudicatarios en "El Mercurio", para algunas de estas empresas a 180 en Coplán; Autofinco, sobre 80, Ahorroplan, sobre 80. Segundo, entre las unidades adjudicadas figuran vehículos ya fuera de producción, como los camiones Ford y algunos productos de la General Motors.

Cabe concluir que la falta de un sistema bien estudiado de distribución de vehículos es lo que ha permitido, durante largo tiempo, la existencia en el país de empresas fraudulentas que han estafado preferentemente a personas de recursos medios y modestos. Utilidades extras de los distribuidores, quienes tradicionalmente han sabido manejar un mercado negro de vehículos. Los poseedores de este privilegio de la distribución han aprovechado las variaciones de la oferta y demanda de vehículos para conducir a otros negocios, como ser el de la permuta de "su vehículo viejo por uno nuevo", con una consiguiente doble comisión, que alcanza casi al 6% para que el vende y 6% para el que compra, a cuya cifra le aplican el 17% de cifra de negocios que, de acuerdo con la ley, corresponde pagar al agente comisionista que en ese momento vende o compra, por en cargo de terceros, los vehículos.

Hay que hacer notar el buen olfato de estos comerciantes, que los ha llevado hoy por hoy a crear este tipo de empresas con los sorteos correspondientes, y se están constituyendo nuevas para servir a estos señores, para permitir a estos señores obtener pingües utilidades a costa de un gran número de interesados que, por la demanda imperante en el mercado, tiene que recurrir a este tipo de sorteos obligados.

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

¿Me permite? ha terminado el tiempo del Comité Comunista, puede seguir en el tiempo del Comité Socialista.

El señor ESPINOZA (don Luis).-

Muchas gracias.

También es conveniente recalcar la proyección que ha tenido este sistema en rubros diferentes. Es así como nos encontramos con la firma Plogarylandia, que además de ser agente de Copian es una firma distribuidora de artefactos electrodomésticos y de la línea blanca, los que también vende por el sistema de sorteos.

Dentro de las firmas combinadas sorteo- distribuidor, cabe hacer un pequeño análisis. Algunas son las siguientes: Confía, por ejemplo, formada por la fusión de cuatro de los más grandes concesionarios Fiat (Divema, Difa, Torino, Vicuña Hnos.), Gageplán, que representa al más grande distribuidor Peugeot en el país.

¿Qué significa el negocio?

Significa vender toda la cuota de distribuidor al contado, recibiendo lo siguiente:

1) a comisión de distribuidor, que consisten en un 12% sobre el valor del vehículo;

2) La cuota de inscripción en el sistema, que es un 2% sobre el valor del vehículo;

3) recargo de los gastos de administración, que significa un 10 % sobre el valor del vehículo; 4) Impuesto cifra de negocio, que significa un 1,7% sobre el valor del vehículo; 5) 30% de comisión sobre el seguro de 5%, que significa un 4,5% sobre el valor del vehículo, y 6) otros ingresos varios, que hacen subir la comisión o la ganancia o la utilidad de estos distribuidores o de estas agencias financieras prácticamente a un 38,5% de utilidad líquida sobre el precio del vehículo que ellos venden a los interesados.

En otros ingresos también hay que destacar principalmente dos factores. En primer término, el trabajo del capital de la empresa, que funciona en parte a razón de sorteos y remates, porque ellos trabajan con el dinero que logran reunir, reciben intereses y obtienen grandes utilidades a costa del sacrificio de estos 25 mil o más ciudadanos que han confiado en sus manos la posibilidad de contar con un auto propio.

En segundo lugar, tienen el cobro de un 10% como "castigo" y el trabajo del capital resultante de las diferencias hechas por ofertas sobre el valor del vehículo. Ejemplo: Confía, en sus primeras reuniones, ha recibido ofertas para el remate de un valor mayor al del vehículo más todos los gastos, de modo de asegurarse la adjudicación del vehículo en momentos de alta demanda, como los que el país está viviendo. Así es como el auto Fiat, que tiene un valor comercial de Eº 110.000 con ofertas, las otras agencias, con facilidades, los han estado entregando en Eº 180.000 y Eº 200.000; a raíz de estos sorteos, de esta oferta que ellos han establecido en este nuevo sistema de ganar y obtener pingües utilidades para sus bolsillos.

Dado el número de clientes ya existentes en estos sistemas, AHORROPLAN, firma formada hace sólo un año y ya con sucursales en ocho provincias, asegura por prensa y televisión más de 6 mil asociados, lo que equivale a una venta anual del orden de los 500 millones de escudos. Monto superior a éste es de esperar a lo menos para COPLAN y AUTOFINCO, empresas más antiguas y con una mejor red de distribución y publicidad. No dista mucho de la realidad el suponer que, prácticamente, la totalidad de la producción automotriz del año próximo ya está comprometida por este sistema. Los distribuidores que no pueden aceptar inscripciones por estar cerradas o no tener cuotas, se han transformado en casi su totalidad -más de un 80%- en agentes de estas empresas, aprovechando su organización de venta para dirigirla a este sistema fuera de control que acepta inscripciones en forma indiscriminada, y luego las entregas se arreglan por causa de "fuerza mayor", lo que anula todos los compromisos del contrato y hace imposible alguna seguridad para los interesados que hayan confiado en ella.

Cabe hacer notar que los sistemas existentes para la venta de automóviles en 1969 y, en especial, los relativos a las empresas "con financiamiento", sugirieron al Congreso la necesidad de legislar fijando normas para la distribución y venta de vehículos. Así es como se aprobó una ley, a fines de 1969, en la que se daba un plazo de seis meses al Presidente de la República para dictar un Reglamento que fijase las normas de operación de estas nuevas empresas. La ley, muy vaga y sin ninguna explicación, a no mediar el reglamento fijado por el Presidente, permitió, sencillamente, que todos los interesados que han caído en manos de estas agencias financieras hoy día se encuentren ante la incertidumbre y ante el desconcierto, al no tener quien defienda sus intereses, pues el ex Presidente Frei jamás reglamentó esta ley. Por lo tanto, pasó el plazo legal en que correspondía hacerlo y todos estos ahorros forzosos de todos estos clientes obligados, hoy tienen que afrontar una situación bastante difícil, porque, en realidad, cualquiera que medite sobre la situación se va a dar cuenta de que esta demanda artificial jamás va a ser cumplida por la actual producción de vehículos automotrices que el país puede fabricar, de acuerdo con sus recursos.

Por eso, señor Presidente, yo pido que se envíen oficios a los señores Ministros de Economía y de Obras Públicas y Transportes, solicitándoles la intervención inmediata del Gobierno, no sólo requisando...

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

Señor Diputado, ha terminado el tiempo del Comité Socialista.

Se enviarán los oficios solicitados por Su Señoría...

El señor GONZALEZ.-

En nombre del Comité, también.

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

...en nombre del Comité Socialista.

El señor ESPINOZA (don Luis).-

Muy bien. Gracias.

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