Labor Parlamentaria

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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 54
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1969 -1970
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Intervención
CONFLICTO LABORAL EN LAS PLANTAS IANSA DEL PAÍS. OFICIOS.

Autores

El señor ESPINOZA (don Luis).-

Debió concurrir, no sólo por respeto a la CAMARA, sino a los compañeros trabajadores que están en huelga.

Señor Presidente, los socialistas y los parlamentarios de la Unidad Popular hemos solicitado esta sesión especial para que esta Honorable Corporación se preocupe del grave conflicto laboral que afecta a las Plantas IANSA del país, ubicadas en Linares, Ñuble, Los Angeles, Valdivia y Llanquihue, y le ha correspondido al que habla, como Diputado de la última de las provincias señaladas traer en esta ocasión la palabra del Partido Socialista, y el pensamiento de mil quinientos trabajadores que, distribuidos en las distintas Plantas de esta Empresa, están contribuyendo con su trabajo a levantar la economía nacional y a ser parte activa en la elaboración de un producto vital para el pueblo como es el azúcar, elemento indispensable en los hogares de ricos y pobres. Las plantas señaladas no sólo significan trabajo para los que permanentemente se desempeñan en ellas, sino que además para dos mil obreros y empleados especializados que todos los años en esta temporada tienen la oportunidad de trabajo transitorio. A ello hay que agregar que en esta misma época, trabajando las Plantas IANSA del país, pueden laborar en los campos, en la cosecha de la remolacha, más de 20 mil trabajadores agrícolas de temporada. O sea, -¡escúchese bien, estimados colegas!- "en este país, donde miles de hombres y mujeres golpean las puertas de las industrias y las fábricas en busca de trabajo", en este país, digo, una empresa semiestatal se da el lujo de paralizar sus actividades y obligar a sus colaboradores a ir a una huelga legal, perjudicando no sólo los escuálidos bolsillos de un grupo importante de asalariados, sino también perjudicando vitalmente al erario y a la economía nacional.

A todo lo ya dicho, hay que agregar que más de ocho mil seiscientos pequeños y medianos agricultores están también directamente afectados por el capricho inexplicable de los ejecutivos de IANSA. Estamos frente a un problema en el que, como parlamentarios y como chilenos, tenemos que expresar nuestra más viril protesta; estamos ante un hecho que a diario se repite por la porfía de las empresas particulares y estatales, que cada día exigen más a sus trabajadores, pero que cada vez les dan de ganar menos. Los sindicatos de IANSA han solicitado un reajuste que en porcentaje de salarios, aportes, bonificaciones y fondo de bienestar social, representa un reajuste total de un 56,46%. Eso fue hace cuatro meses, pero lo lamentable es que IANSA después de cuatro meses, sólo ha ofrecido un 27,29% y ahora lo a aumentado a un 30%. Lo que los compañeros han planteado en el pliego de peticiones, según valorización hecha por la propia Empresa, significa sólo un treinta y nueve por ciento promedio en reajuste de sueldos y salarios.

Para demostrar el afán discriminatorio de la Gerencia de la Empresa, basta señalar las siguientes cifras: en 1962 la venta de sus productos llegaba a Eº 13.117.200; pagó en salarios la suma de Eº 1.991.600, lo que representa una incidencia en salarios de un 15,3%; el año 1964 esta incidencia fue del 9,8%; el año 1967, de un 12,3%, y en 1969, cuando IANSA obtuvo por venta de sus productos la suma de Eº 272.477.500 pagó por salarios y sueldos la cantidad de Eº 35.488.200, que significa una incidencia en salarios de un 11%. Esto comprueba que IANSA desde año 1962 a 1969 les ha robado a sus trabajadores un 4,3%.

Aumentan las ganancias gracias al esfuerzo colectivo de los que en IANSA laboran, y como premio sus ejecutivos no sólo no mantienen, sino que rebajan los porcentajes de sueldos y salarios de sus colaboradores. Pero hay algo mucho más grave, y que necesita de una investigación seria y responsable: la Gerencia General de la Empresa, por simples resoluciones o decretos internos, ha ido elevando el nivel de ingreso de las altas categorías, o sea, de sus incondicionales, lo que ha ocurrido permanentemente, año tras año, sin que para ello hayan mediado actas de avenimiento o gestión alguna de la Confederación. Y para hacerlo, se ha valido de toda clase de triquiñuelas como otorgar bonificaciones especiales sobre las que ya existen, y subdividir las altas categorías; sistema este último que también ha puesto en práctica en las bajas categorías, pero con el propósito preconcebido de disminuir sus rentas. Por ello, los afectados han solicitado en su pliego un reajuste escalonado, no pretendiendo otra cosa que regularizar la curva de sueldos y jornales, sobre una base de mayor justicia para el personal de más bajos ingresos, que son los más perjudicados.

Como consecuencia de una nueva política llevada a cabo durante los últimos cinco años por la Gerencia de IANSA, que no se ha compadecido en lo más mínimo con principios elementales de justicia, y porque ello afecta directamente a

sus trabajadores, éstos han tenido que adoptar una actitud combativa en defensa de sus justos derechos, como resultado de la intransigencia de la parte patronal que se ha negado a llegar a un entendimiento justo y honroso sobre el pliego de peticiones presentado, a pesar de que los compañeros, con estudios serios y responsables, han demostrado que la situación socio-económica de ellos empeora cada día más, y que están muy lejos de recibir el trato que otros hombres de trabajo reciben en las filiales de CORFO del país. Pero esto ocurre en el sector de obreros y empleados, no en el de los ejecutivos, tal como lo demostrara recientemente en el Senado el Senador Américo Acuña, con datos que no quiero aquí repetir porque son ya conocidos. A través de ellos, comprobó que todos los trabajadores de las filiales de la CORFO, en las diferentes categorías, ganan más que los trabajadores de IANSA; pero en el caso de los gerentes no ocurre lo mismo. En efecto, don Abraham Abusleme, Gerente General de IANSA, prominente militante del partido de gobierno, recibe por concepto de sueldos, bonificaciones, porcentajes y regalías una suma cercana a los veinte mil escudos, veinte millones de pesos, elevándose muy por encima de las entradas que obtienen los gerentes de otras filiales de la CORFO. Mientras él tiene bases económicas para alimentar y vestir bien a sus familiares, mantiene con sueldos de hambre a los obreros y empleados de las industrias IANSA del país. Este mismo señor, en dos o tres oportunidades, citó a su despacho a los dirigentes gremiales, no para tratar el pliego de peticiones, sino para decirles que él los llamaba para planificar la huelga que él veía venir. Esto ocurre, señores Diputados, en Chile, en esta tierra donde nos despertamos y nos acostamos con la cantinela de que el Gobierno del pueblo está defendiendo los intereses de los asalariados. Todos somos testigos de lo que aquí ocurre, como en el caso de IANSA, donde un gerente, con poderes de semidiós, hace y deshace, no sólo en los planes de producción de una industria vital para la patria, sino también en lo que dice relación con las justas peticiones de un grupo importante de chilenos y chilenas.

Sepan los Diputados de esta Honorable CAMARA que IANSA durante los meses de enero, febrero y marzo, antes de que se produjera el alza del azúcar, además de entregar las cuotas ordinarias a las compañías distribuidoras Gibbs, Codina y Grace, les entregó cuotas extraordinarias de azúcar, con lo que estas empresas monopolistas controladas por capitales extranjeros pudieron acaparar en su bodegas, hasta el alza del presente año los productos entregados por IANSA, con los que obtuvieron un beneficio extraordinario que alcanza más allá de la suma de 14 millones de escudos.

Así, en esta forma, con esta política, la gerencia de IANSA, y principalmente el señor Abraham Abusleme, despilfarra los ingresos que puede obtener, con una buena administración, la empresa a su cargo, y permite a los vampiros que a diario sangran la economía nacional y los bolsillos de todos los chilenos embolsarse miles y miles de escudos, a través de una artimaña legal, con la complicidad de los que tienen el deber de velar, no sólo por los intereses de la empresa, sino por lo que es más sagrado: los intereses de la Patria.

IANSA, señores, con la suma que obtuvieron las compañías ya señaladas, pudo haber pagado, sin ningún recargo en el costo del azúcar, los, 11 millones de escudos que le significa la diferencia del reajuste que hoy día están negando a sus trabajadores.

Que lo que aquí estamos denunciando sirva de experiencia para que quienes tenemos la obligación de fiscalizar los torpes manejos de los que lesionan los intereses nacionales, podamos ponernos de acuerdo, y como medida justa y ecuánime obtengamos, por ejemplo, que las ganancias que en este momento obtienen a diario las compañías intermediarias del azúcar las obtengan directamente los trabajadores de IANSA, mediante la creación de centrales de distribución, controladas y administradas por los propios trabajadores. Con ello estaríamos evitando la injusticia de que tres o cuatro compañías se embolsen pingües utilidades, y los que producen el azúcar sigan percibiendo rentas miserables. Nosotros queremos -entiéndase bien- que esas utilidades vayan a mejorar las condiciones de vida de los 1.500 hombres y mujeres que forman el patrimonio humano de las plantas de IANSA del país.

Es increíble que el Gobierno, que el señor Ministro del Trabajo, que no ha tenido la deferencia ni con la CAMARA ni con los trabajadores, de estar presente en esta SESION, muy en especial el señor Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción, que preside el Consejo de la Corporación de Fomento de la Producción, no se hayan preocupado de un hecho tan penoso, como es el de ver en distintos lugares de Chile, cinco fábricas con sus vientres detenidos, con sus chimeneas apagadas, y cientos de trabajadores apretándose los cinturones para poder soportar la prolongación de un conflicto suscitado, como ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones esta noche, por la negativa de la gerencia de IANSA a las justas peticiones de ellos.

Los socialistas, por principio, nos colocamos camiseta, como siempre lo hemos hecho, cuando se ha tratado de defender los intereses de los sectores laborales; y por eso, en esta ocasión, con cariño, con calor y con arrojo, nos ponemos la camiseta de los compañeros de IANSA; y no venimos aquí, a esta Corporación, sólo a solidarizar con su movimiento; venimos a exigir justicia para ellos; a exigir drásticas medidas para los ejecutivos responsables de esta situación; venimos a recordar a los Diputados de los distintos bancos que el conflicto de IANSA es conflicto que nos compete a todos, y que con incredulidad vemos la pasiva actitud del Gobierno, que no ha tomado las medidas tendientes a que sean escuchadas las peticiones de los compañeros obreros y empleados.

Quizá se está pensando en un decreto de reanudación de faenas para burlar la huelga legal y obligar por la fuerza a los compañeros a volver a sus labores. No dudamos, porque así lo han afirmado los trabajadores, que una medida de esa especie sólo agravaría la situación, pero jamás lograría torcer la libre y combativa voluntad de ellos de continuar la lucha hasta ver cumplidos sus anhelos reivindícate vos. Pero si ello ocurriera, los socialistas estaremos junto a ellos para reclamar una solución sin mano dura, porque es inaceptable que la mano dura se siga ejerciendo en contra del pueblo, nunca contra los gerentes, nunca contra los poderosos.

Yo quisiera, en esta ocasión, poder transmitir a todos los colegas que me escuchan la inquietud de los trabajadores de mi provincia. En Puerto Montt se han realizado foros y cabildos abiertos, donde los compañeros en conflicto han recibido la amplia solidaridad de los trabajadores del campo y la ciudad; la Central Unica de Trabajadores, la ANEF y la Federación Campesina Lautaro encabezan la lucha solidaria en toda la provincia. Los trabajadores metalúrgicos, que día tras día entregan su esfuerzo para vencer la resistencia del metal, han manifestado que, "con el mismo vigor con que forjan el acero, el hierro y el bronce, con la misma rigidez con que golpean el yunque y el martillo, con esa misma tenacidad están dispuestos a entregar su apoyo a los trabajadores del azúcar".

Llanquihue entero se levanta con dureza y con vigor para atajar cualquier intento de coartar los legítimos derechos de los trabajadores. Por ello hay indignación cuando los compañeros de IANSA han sido amenazados con el decreto de reanudación de faenas, decreto que sirve y que ha servido a este Gobierno para cercenar las legítimas aspiraciones de los asalariados. Llanquihue conoce sus efectos, si no, que lo digan los campesinos del paso "El León", en la comuna de Fresia, que llevan más de un año con un interventor y que ven cómo el interventor es peor solución que el más malo de los patrones. Si no, que se lo pregunten a los trabajadores del Mely, fundo ubicado también en la heroica comuna de Fresia, donde la intervención dura más de tres meses sin ninguna solución positiva para los campesinos, mientras los que representan a este Gobierno recorren el país hablando de un paraíso terrenal de reforma agraria y mientras los que gobiernan Chile dejan que se sigan pisoteando los derechos de los sectores más postergados.

Protestamos, señor Presidente, por este hecho, y exigimos que los Ministros ya nombrados y el Gobierno, en su conjunto, den solución a la mayor brevedad al problema que los trabajadores están planteando.

Quiero terminar mis palabras, porque sé que, en el tiempo que resta a nuestro Comité, nuestros compañeros seguirán interviniendo. Quiero terminar, digo, diciendo que yo estuve este fin de semana en las asambleas de los trabajadores, en la ciudad de Llanquihue; pero más que eso, yo recorrí casa por casa los hogares de los compañeros en conflicto; llegué ahí donde no estuve cuando fui candidato; quería formarme una impresión personal de cuál era la actitud de las compañeras mujeres y de los familiares más cercanos de los compañeros en huelga, y pude comprobar la lealtad de esas compañeras y de los hijos de los trabajadores hacia su conflicto. Fue emocionante escuchar de labios de hijos de obreros y empleados de IANSA, que ellos no iban al cine, que ellos no iban al estadio, mientras sus padres no ganaran la pelea; todo el mundo, entonces, comprende la justicia de esta lucha, y esperamos que el Gobierno no sólo la comprenda, sino que se dé cuenta de que el país no puede seguir aceptando su inercia frente a conflictos tan dolorosos para la economía nacional.

Muchas gracias.

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