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Intervención Petición de oficio
CAPTACIÓN DE AGUAS SUBTERRÁNEAS EN EL VALLE DE ELQUI (COQUIMBO).OFICIOS.

Autores

El señor MERINO (Presidente accidental).-

Puede continuar el señor Vargas, don Fernando.

El señor VARGAS.-

Señor Presidente, el Comité de Adelanto de Elqui, en la provincia de Coquimbo, que representa a todas las organizaciones del departamento, tanto municipales como cooperativas, deportivas, etcétera, está vivamente preocupado por la desastrosa sequía que afecta a la zona y, en general, a todo el Norte Chico, la que, al persistir, traerá catastróficas consecuencias a la economía del valle y a sus habitantes.

El valle de Elqui es un departamento que tiene como principal actividad la agricultura, chacarería y frutas de primor, que por su excelente calidad tienen gran aceptación en los mercados nacionales e internacionales.

En general, en este departamento, la tierra se encuentra distribuida en pequeños fundos y huertos, los cuales, por estas características, no pueden soportar las restricciones de agua a que son sometidos por la escasez. Al ser dueños de muy poca superficie de terreno, a los agricultores les es imposible reducirse en los cultivos, ya que con tan pequeña producción no les alcanzaría ni para el sustento de su familia.

El lunes 23 de junio, el diario "El Mercurio", página 14, informa de intensas nevazones caídas en el valle de Elqui y de que han traído como consecuencia la acumulación de reservas, especialmente en la zona del tranque de La Laguna y en la alta cordillera. Se acompaña una fotografía que, por supuesto, pareciera corresponder a la información que se señala. Pero ocurre que la fotografía es un buen acierto fotográfico del profesional señor Raúl Salíate, tomada en julio de 1963, y es una postal que tiene para la venta en su negocio de calle Carreras, de La Serena. Como la información que he señalado ha podido influir en la opinión pública y Ministerios correspondientes, me veo en la obligación de rectificar estos hechos, que distorsionan la realidad y hacen más difícil buscar solución al problema de la sequía en la zona, flagelo que si no se combate en forma rápida y sostenida, hará desaparecer una zona agrícola que hasta ayer producía frutos de reconocida calidad y dejará en la miseria a" un gran número de esforzados agricultores y campesinos, muchos obreros cesantes y al erario sin percibir una gran suma de impuestos que esa región tributa.

Los temporales que afectaron en forma tan intensa a la zona central y sur en la primera quincena de junio, y que hicieron aumentar sus ríos, solucionando en parte la sequía de 1968, llegaron en muy pequeña cantidad al Norte Chico, con nevadas secas en la alta cordillera, de muy poca significación. Esta zona sigue peor que antes, y sus reservas prácticamente están agotadas.

En el río Coquimbo, que riega la hoya hidrográfica a que me estoy refiriendo, existe la Junta de Vigilancia del río y sus afluentes, que tiene la supervigilancia y administración de las reservas del tranque de La Laguna y del río, el reparto según derechos y las prioridades. El año recién pasado, con muchas dificultades, fue salvada en parte la producción; pero -y esto es gravísimo-, hoy son insignificantes las reservas de agua en el tran-t que de La Laguna, principal sostenedor del río Coquimbo en el año 1968. La Comisión de Sequía, con sede en La Serena, con mucho sentido y previsión, lo mismo que la Junta de Vigilancia del río, recomendó suspender las nuevas plantaciones y reducir a menos de la mitad las siembras. Estas recomendaciones fueron aceptadas por los agricultores y campesinos; más no es posible, económicamente, soportar un sistema de restricción permanente, que sólo conduce a la quiebra de las empresas.

El trabajo agrícola en esa zona, bien racionalizado, requiere que las siembras se planifiquen con meses de anticipación, adquisición de semillas, abonos y desinfectantes, labores culturales y otras; y cuando llega el momento de la siembra, se recibe el aviso de que, por falta de agua, tiene que suspenderse, perdiéndose tanto esfuerzo y capital. Los agricultores de pequeñas propiedades y huertos, que son los que más abundan de Vicuña al interior, no podrán seguir subsistiendo con instrucciones y recomendaciones, por muy buenas y atinadas que ellas sean, por cuanto en un predio de una o dos hectáreas no es posible reducirse más.

Lo solución al problema de la entrega del derecho con escasez de agua siempre se resolvió, y no había otra posibilidad, disminuyendo en las calzadas de escurrimiento crítico el derecho de cada canal. Este año, y hasta este momento, las condiciones ya no se presentan de esa manera: no habrá agua suficiente para prorratear, no habrá qué repartir o ésta será tan insuficiente, que ello no permitirá usarla para regadío.

La actividad agrícola en esa región, semidesértica, es sumamente difícil. No se puede permanecer impasible ante la gravedad del problema. La única solución es buscar el agua donde esté y no hacer cuestión a prácticas caducas y fuera de la realidad que hoy Chile desea modificar.

En el río Coquimbo, fuera de los estudios de sondeo de aguas subterráneas realizados durante los años 1950 a 1952, nada se ha hecho, aparte de tanteos efectuados por particulares y de un bombeo al río a la altura del sector llamado Algarrobal. Es imperioso iniciar urgentemente la búsqueda de aguas subterráneas. Hay lugares a lo largo del río muy interesantes, y otros, por las características de superficie y vegetación típica que los rodea, indican la existencia de aguas subterráneas.

Las conversaciones sostenidas con personas que han conocido el informe de aguas subterráneas para el valle de Elqui, dicen que no es favorable; pero es de conocimiento general que en Vicuña, capital del departamento de Elqui, a 800 metros del cauce del río el primer pozo y a más de un kilómetro el segundo, se logró hacer aflorar agua subterránea. Ambos pozos son, sin duda, la mejor demostración de que pertenecen al cauce de aguas subterráneas que vienen de las estancias y cordilleras que configuran la topografía típica de esa región. Para más información, puedo recordar, además, la perforación que se hizo en el sitio que hoy ocupa la central vitivinícola de la CORFO y que, a muy escasos metros, obtuvo una excelente captación. Por último, está la conversación con un técnico israelita, que sostenía que nuestra zona estaba ubicada sobre un colchón de agua de muy fácil captación.

Mucho se ha hablado de la sequía; el papel gastado habría servido, con mejor inversión, para regar muchas hectáreas, hoy secas. Debemos tomar conciencia de que tenemos que ser capaces de alimentarnos con nuestras propias producciones y no depender de contingencias externas; para eso, las autoridades correspondientes deben encarar el problema valientemente, con técnica adecuada y en la seguridad de salir adelante.

La Dirección de Riego ha dado datos precisos que señalan que en las obras de riego por el sistema de embalses, por cada nueva hectárea habilitada, se efectúa una inversión promedio del orden de Eº 3.000, mientras que las captaciones de agua subterránea, para habilitar esa misma extensión, representan un valor entre Eº 1.000 y Eº 1.600, según la profundidad, es decir, casi la mitad de esa inversión.

Al intalarse una cadena de pozos a lo largo del río y bombearlos al cauce o a los canales inmediatos, si éstos se encuentran cerca, se aumentaría el caudal del río, se haría un más desahogado reparto del derecho, ya que el agua captada sería repartida entre todos, como asimismo los gastos de instalación, bombeo, mantención, etcétera, serían repartidos entre todos. La Junta de Vigilancia podría hacer los cobros correspondientes de acuerdo a las acciones de cada canal, y en esa misma forma se podría servir la deuda colectiva que se contrajere para esta finalidad.

Las provincias afectadas por la sequía fueron liberadas del pago de contribuciones de bienes raíces. Muy buena solución del momento; pero dicha franquicia no beneficia en forma permanente a la agricultura y no constituye una medida constructiva. Estos mismos fondos habrían sido más útiles en el departamento de Elqui si con esa recaudación se hubiera iniciado de inmediato la captación de aguas subterráneas : hubieran contribuido al financiamiento de las instalaciones y perforaciones de pozos, y de esa manera, a obtener más agua para el regadío, que hubiera permitido una mayor cosecha, más trabajo y un factor de seguridad ante la in-certidumbre de un riego que nunca llegó. Debo hacer presente que el valle de Elqui se encuentra casi en su totalidad electrificado, lo que simplifica notablemente la aducción de aguas subterráneas.

Ruego al señor Presidente hacer llegar estas observaciones, en mi nombre, al señor Presidente de la República, que conoce muy bien la zona, y sabemos que está muy preocupado por la sequía que la afecta; al señor Vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción y a la Dirección de Riego del Ministerio de Obras Públicas, para que se sirvan informar sobre los antecedentes que esas reparticiones tienen sobre captación de aguas subterráneas del río Coquimbo, el interés de desarrollar estas posibilidades y las prioridades para la ejecución de estas obras que posibilitarían un mejor regadío a través del río Coquimbo y sus afluentes, como una manera práctica de paliar los efectos desastrosos de una sequía que aún persiste.

Muchas gracias, señor Presidente.

El señor MERINO (Presidente accidental).-

Se enviarán los oficios en nombre de Su Señoría, a las personas e instituciones que indica, con la transcripción de sus observaciones.

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