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Intervención Petición de oficio
AYUDA A DAMNIFICADOS POR EL SISMO DE MARZO ULTIMO.

Autores

El señor PABLO.-

He escuchado las observaciones de los representantes de la zona de Valparaíso y Aconcagua que dejan de manifiesto sus inquietudes frente a los porblemas suscitados por el sismo

último, y debo manifestar que, como hombre que ha vivido también estos fenómenos sísmicos y las angustias que de ellos se derivan, las comparto plenamente; pero, con igual claridad, debo manifestar que parecen un tanto olvidados de lo que es un sismo. Es una tragedia que no puede ser remediada en una semana. Priva de hogar a muchas familias y todos sabemos lo que cuesta levantar una casa. Un sismo, en muchas oportunidades, priva de los abastecimientos más esenciales, como son la luz eléctrica y el agua potable; y puedo afirmar con los antecedentes que he tenido en Aconcagua, que, por lo general, en todos los centros poblados estos abastecimientos funcionan. Es efectivo que en zonas rurales, como consecuencia de la obstrucción de canales, hay deficiencia en el suministro de agua; pero, fundamentalmente, este problema se encuentra resuelto.

He vivido en ciudades azotadas por sismos, donde la población ha quedado sin agua y he sido partícipe del esfuerzo que debía realizarse para normalizar el abastecimiento de este servicio. Y he vivido en ciudades azotadas por sismos en mayo, en el sur, lo que significa el imperativo de buscar refugio en lugares no terminados todavía, en escuelas o edificios públicos a medio terminar o en albergues que hemos tenido que construir con nuestra propia colaboración.

De manera que cuando esta tarde, a la semana siguiente del terremoto, se hace presente que no están resueltos todos los problemas de las provincias afectadas, yo digo que ello tiene que ser así, porque de otra manera no habría existido un terremoto; otro movimiento sísmico de otras características, pero no un terremoto.

Sé que el último sismo, aun cuando no alcanzó, de ningún modo, las dimensiones de los habidos en Chillán, Concepción y Valdivia, en el hecho ha producido cuantiosas pérdidas materiales que sobrepasan los cuatrocientos millones de escudos. Sin duda, deberá transcurrir cierto tiempo antes de lograr proporcionar techo a quienes han quedado sin él.

Creo que en esta oportunidad ha quedado demostrada la preocupación del Gobierno. No son únicamente transmisiones radiales. No estoy en condiciones, en este instante, de hacer un recuento de toda la labor desarrollada, pero la preocupación personal del Presidente de la República ha quedado demostrada por sus reiterados viajes a la zona afectada, la presencia en ella de sus Ministros de Estado y la designación de un Ministro en campaña, quien está resolviendo en el terreno mismo todos los problemas.

Sé que en las regiones damnificadas no existe escasez de alimentos. Lo he escuchado recientemente de boca del Honorable señor Bossay. Tal vez pueda existir €se problema en algún lugar apartado de las provincias. La zona es rica en alimentos, y, según me he informado, en estos instantes no existe en ella escasez de víveres. He visto llegar camiones cargados con pan, aun cuando no estoy en condiciones, ahora, de informar cómo se está haciendo la distribución.

Sé que el drama existe y no ignoro la tremenda responsabilidad que enfrenta el Gobierno. Pero pretender que hoy estén levantadas las miles de casas destruidas en un minuto, es, si se me perdona, pedir demasiado.

Se ha hecho caudal de la actitud sectaria y parcial de miembros de mi partido, que me agradarla fuera comprobada. Desde ya, rechazo tal afirmación. Sé que ello no está en el ánimo del Presidente de la República, ni de quienes lo asesoran, ni en el Consejo Nacional de mi partido. Como bien acaba de decir el Honorable señor Allende, no se puede juzgar a un partido por la actitud aislada de una persona que tal vez ni siquiera sea miembro de aquél. Por lo demás, muchas veces se magnifican los hechos, de modo que valdría la pena investigar la efectividad de ellos. El señor Senador agregaba que no se podía juzgar al Partido Socialista por el desaparecimiento de 200 frazadas después del terremoto de 1939. Creo que la crítica fue por una cantidad mayor, pero yo no puedo hacer solidariamente responsables a todos los militantes del partido por lo que pudieron haber hecho algunos de sus miembros.

Cuando el Partido Radical estaba en el Gobierno y contaba con una mayoría abrumadora, también fue criticado por la forma en que distribuía la ayuda. Pero jamás pretendí responsabilizar solidariamente a todo el Partido Radical por las actitudes de algunos de sus miembros que, sin duda, eran censuradas por el resto del partido y que eran debidas a la imposibilidad de controlar hasta el último detalle.

Reitero esta tarde que el Gobierno y el Partido Demócrata Cristiano no tienen una posición mezquina frente a la tragedia ocurrida. Somos gente responsable, que hemos sufrido en carne propia, en muchas oportunidades, el efecto de los sismos. Sabemos que lo único que puede empujar a un pueblo hacia adelante, no es la división pequeña, sino la unidad frente a esta tragedia nacional. Por eso, aplaudí las voces que se levantaban en otra oportunidad para ofrecer su colaboración, a fin de permitir a nuestro país salir de la encrucijada en que se encuentra, pues estas continuas catástrofes que nos afligen constituyen un verdadero flagelo para un país tan pobre como el nuestro.

El Honorable señor Barros ha dicho esta tarde que no se habría pedido la designación de un ministro en visita para investigar lo ocurrido en el mineral El Cobre. Debo manifestar que la Corte Suprema ha oficiado a la Corte de Apelaciones para solicitarle la designación de un ministro en visita.

También se ha hablado aquí de que las casas entregadas por la Corporación de la Vivienda habrían sido mal construidas y que se habrían robado los materiales.

Según la denuncia del Honorable señor Allende, quien repitió los informes del diario "El Siglo", que según dicen son muy exactos, -Opinión que no comparto, pues no creo que dicho diario sea muy veraz-, donde había que colocar fierro de una o media pulgada, se ponía otro de dimensiones inferiores. Esto es grave.

Tengo conocimiento de que en la zona del sismo, las casas de la Corporación de la Vivienda han sufrido fuertes daños y de las cuales, por ser nuevas, era dable esperar mayor resistencia. Ignoro si en realidad ello se ha debido a falta de previsión en la construcción o al deseo de abaratar la edificación en una zona donde se estimó que los sismos serían poco frecuentes. Pero si fuere efectivo lo expresado por el Honorable señor Allende, se habría cometido un delito. Sobre el particular, debo manifestar que este Gobierno no está para amparar a ninguna firma constructora inescrupulosa que haya hecho las construcciones burlando las disposiciones contractuales, a fin de obtener utilidades a costa del robo al patrimonio nacional o al de quienes adquirieron las viviendas.

Por lo expuesto, en mi calidad de Comité Demócrata Cristiano, solicito que se envíe oficio al Presidente de la Corte Suprema, para pedirle la designación de un ministro en visita que verifique la efectividad de las denuncias formuladas en el sentido señalado. Las especificaciones de los contratos deben figurar en las propuestas de la Corporación de la Vivienda, y si el robo de materiales de construcción se produjo realmente, los culpables deberán ser sancionados ejemplarmente. Creo que, por tratarse de un posible hecho delictuoso, procede la designación de un ministro en visita que realice las investigaciones del caso.

El señor TORRES CERECEDA (Presidente).-

Se enviará el oficio solicitado por Su Señoría.

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