Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 30
- Celebrada el 14 de diciembre de 1965
- Legislatura Extraordinaria periodo 1965 -1966
Índice
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El señor
Señor Presidente, hace algunos días, tanto la ciudad de Rancagua como la provincia de O'Higgins han sido sobrecogidas por la dolorosa sorpresa del fallecimiento de uno de sus más destacados vecinos, el doctor Enrique Dintrans, quien, desde que se tituló de médico cirujano, ejerció en nuestra provincia su noble apostolado, como doctor y como hombre de corazón.
En calidad de médico rural, actuó en la comuna de Coínco, donde su voz, su esfuerzo, su sacrificio, su espíritu humanitario y su ciencia fueron puestos al servicio de los campesinos, de los desamparados, de los que tenían necesidad de una atención rápida y eficiente. Más tarde, el Servicio Nacional de Salud dispuso su traslado a Rancagua. Allí, en el hospital de la ciudad cabecera de nuestra provincia, también desarrolló una gran labor de orden social y médico, pues fundó un centro de readaptación de alcohólicos, que ha significado positivo progreso para aquellos ciudadanos que necesitan volver a la vida normal.
Fue ascendido a Jefe del Servicio de Medicina del Hospital Regional de Rancagua. Su espíritu constructivo y su alto sentido de la responsabilidad lo llevaron a elevar este servicio a una gran categoría. Así fue como médicos, enfermeras, personal auxiliar y de servicio, y los enfermos, tuvieron en él no sólo a un experto profesional, sino a un verdadero padre y amigo.
En sus labores dentro de la ciudad de Rancagua también se desempeñó en diversas organizaciones sociales y educacionales. Fue el fundador y primer Presidente de la Academia de Profesionales Universitarios de la Provincia de O'Higgins. Ocupó durante varios años el cargo de Presidente del Centro de Padres del Instituto O'Higgins" y del ''Instituto de las Monjas Argentinas", de Rancagua. Se desempeñó en fin, en diversas actividades de orden social, siendo bautizado en el corazón de los humildes y desamparados como el "médico de los pobres".
El doctor don Enrique Dintrans Avila, padecía de una antigua enfermedad pulmonar. A pesar de la seria operación que sufrió catorce años atrás, en las frías noches de invierno, cuando tenía que levantarse para acudir a las poblaciones de la ciudad de Rancagua en ayuda de aquellos enfermos que lo necesitaban, nunca tuvo en cuenta la natural y justa preocupación por su salud.
Más, aún, este médico, de excelsas virtudes, fue un hombre que llevó hasta las poblaciones de ciudad de Rancagua, su espíritu constructivo, creando diversos consultorios periféricos, en los cuales desarrollaba gratuitamente una labor de hondo contenido social y de gran beneficio para la comunidad.
Elegido Alcalde de la Municipalidad de Rancagua, se desempeñó como una de sus autoridades que le dio un sello característico a ese organismo, sirviendo a todos.
Era un hombre de profundas convicciones filosóficas y religiosas, y las defendió con vigor y valentía, como, asimismo, a su ideario político, la Democracia Cristiana, que sirvió con dedicación, esfuerzo y sacrificio.
El doctor Enrique Dintrans puso en el cargo de Alcalde de la Municipalidad de Rancagua todo su talento y espíritu de trabajo al servicio de la comunidad. Sin hacer distingos de ninguna naturaleza, colaboró con todos los señores Regidores y con las Juntas de Vecinos de las diversas poblaciones para llevar a ellas el alivio y los beneficios que merecen nuestros conciudadanos en difícil situación por sus condiciones de vida.
Después, fue nuevamente elegido Regidor, cargo en el que lo colocó el destino en el momento de su muerte.
En los tiempos duros y difíciles de la Democracia Cristiana, cuando era la Falange Nacional, a pesar de su modestia y de su espíritu introvertido, aceptó llevar el estandarte del partido y defender sus ideas, como candidato a Senador por las provincias de O'Higgins y Colchagua. Desempeñó los más altos cargos dentro de la colectividad política a la cual pertenecía. Fue jefe de la campaña presidencial del Excelentísimo señor Eduardo Freí Montalva. Obtenido el éxito, se retiró a su hogar, a sus enfermos, a su hospital, a sus pobres, para seguir sirviendo a la comunidad, como si nada hubiera pasado en el país, porque su gran corazón sólo sabía servir y amar.
Padre de una numerosísima familia de 14 hijos -5 de ellos siguen carreras universitarias y algunos, los menores, cursan preparatorias en la escuela primaria- le supo dar a su hogar el sello de sus convicciones, profundamente sentidas. Es así como ahora en ese hogar, donde no está el padre cariñoso que sabía lo que significaba la dura lucha por la vida, su viuda y sus hijos tiene el corazón y la moral en alto, porque allí está siempre la figura de un hombre que fue un ejemplo viviente para todos sus conciudadanos y para los hijos del hogar que formara con la señora Elsa Schaffer.
La ciudadanía de Rancagua y de toda la provincia ha llorado la muerte de este ciudadano ilustre. Se ha constituido una fundación educativa y cultural que lleva el nombre de "Doctor Enrique Dintrans". Muchos pueblos de O'Higgins han manifestado el deseo de testimoniar su reconocimiento a tan destacado benefactor. Así en la vecina localidad de Coínco, donde él inició sus labores de médico en beneficio de la comunidad, se dará su nombre a la escuela de El Rulo.
Era necesario que esta tarde, cuando la Corporación celebra una de sus primeras sesiones después del sensible fallecimiento de este preclaro ciudadano, se levantara la voz de un Diputado de O'Higgins. Yo sé que los demás Honorables colegas de la provincia, los militantes de la Democracia Cristiana y los del FRAP, coinciden conmigo en que el doctor Enrique Dintrans merece el respeto y el cariño de toda la ciudadanía de O'Higgins. Por eso, he levantado mi voz esta tarde en el seno de la Corporación para rendir homenaje al ciudadano que en su vida tuvo un solo norte y una guía: servir a la comunidad. El no supo jamás del atesoramiento de riquezas; jamás pensó en los bienes materiales; muere como nació: en la pobreza. Este es el mejor legado que le puede dejar a su familia y a nosotros, sus camaradas de partido: comprobar que el esfuerzo de una vida debe ser entregado al servicio de la humanidad sin pensar jamás en el lucro, ni en el beneficio personal.
La noble profesión de médico cirujano que ejerció le sirvió para aliviar el dolor de la gente, para llegar hasta las casas de aquéllos que necesitaban de la medicina para recuperar su salud, con el alma generosa que el Creador le dio. También llegaba a servir, en la medida de sus esfuerzos, al bienestar moral y material de todos aquellos que lo necesitaban.
Por eso, rindo emocionado homenaje a este camarada nuestro, a este hombre y ciudadano ilustre que la ciudad de Rancagua, sin ningún distingo de condiciones políticas ni religiosas, señaló como uno de sus más preclaros ciudadanos.
Solicito, señor Presidente que recabe el acuerdo de la Honorable Corporación para enviar, en su nombre, a su viuda y a sus hijos, una nota de condolencia por la pérdida que nuestra Patria ha tenido con el lamentable fallecimiento de este egregio ciudadano.